Alquilame a tu esposapor una semana II.

El final de la semana llego y la sorpresa que me tenian resulto ser una descomunal verga.

Alquílame a tu esposa por una semana  II.

Me sentía verdaderamente en un mundo diferente, salir a la calle vestida con ropas muy sugerentes y en una ciudad donde nadie me conocía, era algo que me hacia querer no despertar de ese sueño, al subir al auto de José, la falda se subió dejando al descubierto parte de la tanga, cuando trate de bajarla un poco José se apresuro a decir lo siguiente.

  • No lo hagas Sonia,  así estas perfecta.

Solté la falda y me resigne a ir enseñando el triangulo de la tanga.

  • ¿Quién te enseño a mamar tan rico la verga?  ¿Tu esposo?
  • No…en realidad fue un amigo que conocí  el año pasado.
  • Pues si que aprendiste muy bien,  a mi en lo personal lo que mas encanta del sexo es el sexo oral, darlo y recibirlo, y ahora mismo vamos a donde podamos disfrutar de una buena sesión de sexo oral.
  • ¿Te puedo preguntar algo?
  • Si claro.
  • ¿Por qué no quisiste cogerme en casa de Raúl?  Yo estaba muy caliente y lo deseaba tanto.
  • Muy simple Sonia, yo aun vivo con mi esposa, y no puedo tener tanta libertad como Raúl, pero bueno el motivo mas real es que te repito, a mi me gusta mamar una buena raja y que me mamen mi verga así de sabroso como lo haces tu… y voy a decirte algo, si me gusta como me mamas la verga, voy a darte una sorpresa que será de tu agrado.
  • Quizá te parezca extraño, pero estos días vas a conocer hombres con diferentes gustos, pero eso si el viernes por la noche, vas a tener la mejor cogida de tu vida, te tenemos una sorpresita,

Después de casi una hora de carretera llegamos a nuestro destino,  una casa en una zona muy alejada de la ciudad, al entrar mire que solo había una cama y un viejo sillón, me acomode en el sillón mientras José hacia una llamada.

  • ¿Hola?  Saúl, que bueno que te encuentro,  oye ¿podrías venir a la cabaña? Si mas o menos como a las 9 de la noche, muy bien aquí te espero.
  • Sonia, voy a decirte algo, pero si no quieres, no lo haremos.
  • Te escucho de qué se trata.
  • Mira yo… quisiera me dejaras romper tus ropas.
  • ¿Romper mis ropas?  ¿Pero como me voy a regresar?,  además Raúl puede molestarse.
  • No, de echo yo  le pedí que te comprara esa ropa, y el sabe de mis gustos, pero me pidió que si tu no estabas de acuerdo, no la haría, no voy a lastimarte solo quiero desgarra tus ropas como un juego.
  • Bueno, si no pasa de eso, puedes hacerlo.
  • Gracias, te prometo no ser muy brusco.

Se fue aproximando lentamente, al estar frente de mi, tomo la falda por la parte de la cintura y de un fuerte tirón la desgarro arrancándola de mi cuerpo, a continuación toco el turno de la blusa, la tomo por el escote y termino desgarrada con facilidad, por ultimo tomo las tiras de la tanga y sin tanta fuerza la rompió.

Solo me quedaron los guantes, las medias y las zapatillas, me tomo de la mano y me llevo a la cama, se acostó el y me pidió me sentara sobre su boca.

Sus manos separaron mis piernas hasta que mi raja quedo al alcance de su lengua, empezó a mamar lentamente, su lengua parecía de fuego, se habría paso y tocaba mi clítoris, por puro instinto comencé a hacer movimientos de elevarme y bajar, quería que su lengua entrara en mi raja, los minutos pasaban rápidamente, y el parecía estar a gusto mamando mi rajita,

Mire su verga erecta y sentí la necesidad de llevarla a mi boca, me fui agachando hasta que mi boca quedo frente de ese trozo de carne, abrí la boca y la deje entrar, toda estaba ya dentro de mi boca, empecé a mamar suavemente, la metía y la sacaba, pasaba mi lengua recorriendo desde la punta hasta sus huevos, y regresaba a mamar, así pasamos un buen tiempo, ambos disfrutábamos de nuestras bocas.

El estado de excitación era tal, que lo hice terminar en mi boca, trague con gula su leche, me sentí satisfecha con mi logro, enseguida fui yo quien termine en una fuerte sacudida al tener un orgasmo, el trato de chupar mis jugos, pero era tanto lo que salía que no pudo con el paquete.

Me recosté a su lado sin fuerzas con las piernas temblorosas, el igual estaba bañado en sudor y en evidente estado de cansancio, me reincorpore y lo mire a los ojos con voz suplicante me atreví a rogarle.

  • José, ¡por favor!  Quiero que me cojas, estoy muy caliente, necesito sentir tu verga en mi raja.
  • No Sonia, no puedo hacerlo, pero no te preocupes, no tarda en llegar un amigo y el te dará toda la verga que quieras.

Me sentí frustrada y ya no dije nada, trate de descansar un poco, pero mi estado de excitación no disminuía, por el contrario mi calentura aumentaba al recordar como me había arrancado las ropas, en verdad necesitaba que me cogieran.

Cerré los ojos y imagine cual seria la sorpresa para el viernes, el ruido de un auto que llegaba me hizo reaccionar, José se apresuro a salir mientras yo me quedaba en la cama.

  • Pasa Saúl, llegas a tiempo, mira ella es Sonia.

-Mucho gusto Sonia.

  • Pues ahí la tienes, es toda tuya, espero que la satisfagas pues esta muy caliente.

Saúl se apresuro a desnudarse, era un hombre de mediana edad, de cuerpo atlético, cuando quedo desnudo, su verga ya estaba erecta, de regular tamaño pero suficiente para calmar mi calentura, no espere mucho y baje de la cama me arrodille y metí su verga en mi boca, la sentí crecer un poco mas, pase mis manos por sus nalgas y lo jale con fuerza, demostrando que quería meterla toda, chupe con suavidad durante varios minutos, y cuando lo creí prudente y necesario, me levante y me apoye en la pared, abrí mis piernas invitándolo a que me penetrara.

El entendió, se aproximo y me tomo de la cintura, sin esperar me puso la punta de su verga en la entrada de mi mojada raja, empujo y la metió hasta el fondo, sentí que mi raja estaba hirviendo, sus movimientos al bombearme, me hacían gemir como una enajenada.

  • Aaaaaaaaaaaaaa… si así más fuerte, métela toda por favor, todaaaaaaaaaa, aaaaaaaaaaa.

Sin darme tiempo de reacciona saco su verga por completo y justo al sacarla, solté un chorro de líquidos que salpicaron por su cuerpo.

  • Aaaaaaaaaaa, que ricoooooooooooo.

Se apresuro a tomar uno de mis pies elevándolo hasta su hombro, y así me volvió a penetrar, todo mi peso estaba en una pierna y la penetración era más intensa, en segundos me arranco un orgasmo más.

  • Aaaaaaaaaaaaa…aaaaaaaaaaaaaa.

Nuevamente saco su verga y casi caigo al piso sin fuerzas, pero el me ayudo tomándome de la cintura, y así me dio u giro para dejarme de frente a la cama.

Apoye mis manos en la cama, mientras el separaba mis piernas, puso su verga en mi ano y la metió sin ninguna delicadeza, trate de zafarme, pero me tomo de la cintura con fuerza y me metió toda, se quedo quieto unos minutos, hasta que comprendió que ya me había adaptado, entonces empezó a bombear, y poco a poco volví a disfrutar de la penetración, en minutos sentí su leche correr por mi ano, parecía lava hirviendo, dejo su verga dentro hasta que quedo flácida, cuando la saco, caí sobre la cama boca abajo, sin fuerzas, las piernas me temblaban y mi cuerpo estaba bañado en sudor.

Así permanecí sin moverme, escuche como José lo despedía y yo seguía inmóvil,

  • ¿Quedaste satisfecha?
  • Si, gracias por el regalo, me hacia mucha falta.
  • Ven ya es hora de regresar.

Tambaleante me incorpore y Salí tras de el, subí al auto mientras el cerraba la casa, me recosté en el asiento trasero y prácticamente me quede dormida de inmediato.

Cuando desperté ya estábamos en casa de Raúl, la calle estaba desierta ya pasaba de la media noche, José me tomo en brazos y así desnuda me llevo al interior de la casa, Raúl le indico la recamara y hasta ahí me llevo, me recostó y me quede dormida nuevamente.

Por la mañana desperté y me fui a bañar, al salir Raúl ya me esperaba sentado en la cama.

  • ¿Ya estas mejor?
  • Si.
  • Que bueno, por que al medio día vendrán por ti.

El resto de la semana fue así, por las mañanas me bañaba y Raúl me depilaba para no dejar crecer los vellos, uno a uno fui conociendo a sus amigos, todos con gustos diferentes, hombres maduros, con vergas muy similares en tamaño, pero el día viernes llego y esa mañana todo fue diferente.

Después de depilarme Raúl me pidió lo acompañara a la recamara, Salí y camine tras de el.

  • Sonia, este será el ultimo día que estarás con nosotros, vas a ponerte las zapatillas blancas, y este corsé negro.
  • Así pasaras todo el día, por la tarde saldremos a un lugar donde nos reuniremos todos los amigos que disfrutaron de tu cuerpo, te tenemos dos sorpresas, se que serán de tu agrado por el momento relájate y ponte la ropa, si quieres mirar el televisor en la sala puedes hacerlo, yo voy a salir y regreso mas tarde, pero quiero encontrarte vestida como te lo pedí.

Me maquille y pinte mis uñas, tome el corsé y me lo puse, mi cintura se veía mas estrecha, mis tetas quedaban levantadas apuntando hacia arriba y abajo solo cubría hasta mi ombligo, me puse las zapatillas y fui a la sala, por un momento pensé en ponerme una tanga, pero decidí no hacerlo para no desobedecer las instrucciones de Raúl, me preguntaba cuales serian esas sorpresas.

El día fue avanzando y la tarde llego, escuche cuando el auto de Raúl se detenía en la acera, mire por la ventana y mi sorpresa fue mayúscula, casi salgo corriendo a la calle así semidesnuda, pero reaccione a tiempo, con Raúl llegaba Mario mi esposo, en ese momento comprendí que esa era una de las sorpresas.

Apenas entraron me abrace a su cuello y lo bese con pasión, pasada la sorpresa mire a Raúl y le agradecí por tan agradable sorpresa.

  • ¡Raúl! Muchas gracias, de verdad, me has hecho muy feliz con esta sorpresa.
  • Vamos Sonia, es lo menos que podía hacer para agradecer a Mario por permitirnos disfrutar de tan linda esposa que tiene.
  • Por cierto Mario, ¿Qué opinas de cómo luce Sonia?

-Esta lindísima, creo que la despedida será de pronóstico reservado.

Momentos después fueron llegando los amigos de Raúl, cuando todos estuvieron presentes, Raúl los apresuro diciendo las siguientes palabras.

  • Bueno amigos el momento ha llegado, saldremos todos en grupo, Sonia ira en medio para que podamos cubrirla, ella ira en mi auto Mario con José, recuerden que nadie puede tocarla hasta después de que haya recibido su sorpresa de despedida.

Salimos todos en grupo, yo quede en medio sin embargo ya no me importaba si me veían desnuda, era el ultimo día y no quería dejar de disfrutar.

Todos subimos a los autos y en caravana salimos del fraccionamiento, pasaron casi dos horas para llegar a una playa muy alejada de la zona hotelera, parecía estar desierta, pero a lo lejos se miraban unas luces de una casa, hacia allá nos dirigimos, al estacionarnos todos salimos de los autos, dentro de la casa se escuchaba música.

Yo caminaba tomada de la mano de Raúl, Mario estaba integrado en el grupo, pero no dejaba de observarme, sin duda estaba excitado por la forma que estaba vestida, si a eso se le puede llamar estarlo.

Al entrar a la casa casi me desmayo por lo que había en el interior, no pude evitar que de mi garganta saliera un gemido de admiración.

  • Dios mío… ¿Qué es esto?   Aaaaaaaaa

En el interior, había un hombre, completamente desnudo, se trataba de un hombre negro, alto y robusto, no tendría mas de 30 años de edad, pero lo que me asombro fue que entre sus piernas colgaba una hermosa verga negra, gruesa y flácida, sentí temor pues si así estaba dormida, como se pondría al estar erecta.

El hombre sonrió al mirarme y fue a nuestro encuentro, me dio un beso en la mejilla al tiempo que su tolete se bamboleaba y rozaba mi pequeña mano.

De inmediato se inicio lo que seria una fiesta de sexo durante toda la noche, todos tomaban tequila, yo no me negué a tomar, sentí que seria mejor estar un poco inconsciente cuando esa verga entrara en mi raja,

Después de tres o quizá cuatro copas me encontraba eufórica, baile con todos los chicos incluso con Mario, ya estaba por llegar la media noche cuando Raúl dijo las palabras que todos esperábamos, mi cuerpo se estremeció al escucharle decir.

  • Bien amigos, ya es el momento… recuerden, en este momento solo nos limitaremos a mirar, solo Américo puede tocarla, cuando el termine nosotros aremos lo acordado, prendamos la fogata y dejémoslos solos aquí, Américo sabe lo que tiene que hacer.

Todos se desnudaron antes de salir, y enseguida nos dejaron a solas, Américo me miro por fin lo escuche dirigirme la palabra.

-Ven Sonia, acércate.

Las piernas me temblaban al caminar hacia el, el estomago me dolía y mis manos sudaban Américo estaba sentado en el sofá, me tomo de la mano y me sentó sobre sus grandes rodillas.

-¡Estas temblando pequeña!  ¿Tienes miedo?

  • No, solo estoy un poco nerviosa.

-Tomemos una copa, para relajarnos.

Américo me ayudo a ponerme de pie y camino hacia la barra, regreso con dos copas y me dio una, se sentó nuevamente y volvió a sentarme sobre sus piernas, sus manos eran enormes, estando yo de pie apenas le llegaba al pecho, pero teniendo las zapatillas puestas, su verga seguía flácida y por un momento rogué para que así siguiera.

Al terminar las copas, las tomo y las puso en la meza de centro, aproximo su boca a la mía y se inicio el juego del sexo, nuestras lenguas se buscaban la suya era muy grande, atrapo a la mía y la acaricio, el beso se prolongo por unos minutos, poco a poco sentí como su mano bajaba por mi cintura y llegaba hasta mi raja, yo misma abrí las piernas para facilitarle lo que quería, sus dedos entraron en mi raja, haciéndome gemir.

  • Aaaaaaaa…aaaaaaaaa.

El seguía besándome, y sus dedos acariciaban mi raja, con una facilidad asombrosa se puso de pie conmigo en sus brazos, yo me tome de su cuello y salió caminando hacia la fogata,  todos aplaudieron cuando nos vieron salir, sentados alrededor de la fogata todos observaban lo que Américo me hacia.

El viento golpeo mi rostro y de inmediato sentí que el licor se me subía al cerebro, todo me daba vueltas, sobre la arena había una colchoneta, Américo me recostó con suavidad y a continuación se tiro entre mis piernas.

Tomo mis pies con sus manos y las separo abriéndome y dejando al descubierto mi rajita, dirigió su lengua lentamente a mi raja y como si recibiera una descarga eléctrica me convulsioné, su lengua estaba caliente y mas bien parecía ser una verga del tamaño de la verga de Mario, entraba y salía de mi rajita, mis gemidos rompieron el silencio de la noche.

  • Aaaaaaaa, dios mioooooooooo…aaaaaaaaaaaaaaaaaa.

No se cuanto tiempo duro en esa posición, yo sentía que caía en un abismo y regresaba al piso, estaba enloqueciendo de placer, Américo se puso de pie y me ayudo a incorporarme, ahora el se acostó y me sentó en su cara, nuevamente su lengua entraba y salía, de mi raja ya salían líquidos que el se apresuraba a sorber.

Mire su verga ya estaba erguida, apuntando desafiante hacia el cielo, no pude evitar el deseo de llevarla a mi boca, me agache y logre alcanzarla, la tome con mi mano derecha y trate de cerrar mi mano pero fue imposible, era demasiado gorda, acaricié su cabeza y sentí una piel muy suavecita, entonces decidí intentar meterla en mi boca, al tenerla a mi alcance, abrí la boca, en ese momento todos los chicos tomaban fotos con sus teléfonos.

Apenas logre meter una parte de su cabeza, no me cabía, entonces pase mi lengua suavemente por su cabeza y fui bajando lentamente, mi saliva quedaba embarrada en esa formidable verga.

El seguía mamando mi raja y el calor de la hoguera, el efecto del licor y mi estado de excitación, me hicieron intentar una ves mas meterla en mi boca, abrí lo mas que pude y con ayuda de mi mano logre mi objetivo, entro la cabeza completa, disfrute de su sabor chupe y chupe, pero no estaba satisfecha.

Américo soltó mi raja y le escuche decirme.

-Ven Sonia, te enseñare como puedes meterla un poco más en tu boca.

Se puso de pie y me pidió que me hincara.

-Así podrás meterla un poco mas, tómala es tuya.

Abrí mi boca y esta ves entro con mas facilidad su cabeza, me aferre a sus nalgas carnosas y yo misma lo atraía hacia mi, poco a poco logre lo que parecía imposible, tenia unos 8 centímetros en mi boca, así me quede unos segundos, mientras me acostumbraba, después comencé mi trabajo, metía y sacaba con suavidad, todos seguían tomando fotos, no quería soltar ese manjar de mi boca, pero todo principio tiene un fin y decidí que ya era suficiente.

Américo volvió a acostarse en la colchoneta, y ahora había llegado el momento de cogerme, comprendí lo que quería y me acomode sobre su cuerpo, abrí mis piernas y el dirigió su gran verga a la entrada de mi rajita.

Mis jugos salían de mi raja, mis labios vaginales estaban hinchados y adoloridos, cuando estaba mas nerviosa, sentí como empezaba a entrar la cabeza, se abría paso y poco a poco se iba perdiendo en mi raja.

Américo dejo de empujar, y sus palabras se escucharon.

-Ahora Sonia, tu llega hasta donde quieras, sin sentirte presionada.

Mire hacia mi raja y comprendí que apenas había entrado un poco menos de la mitad, me arme de valor y puse mis pies sobre la colchoneta, me levante un poco y fui bajando lentamente, cuando sentía dolor, me volvía a levantar y antes de que saliera toda, volvía a sentarme avanzando un poco mas, un calor invadió mi cuerpo y aumente el movimiento, sentía que mi estomago se inflaba y cuando ya faltaba una cuarta parte, me atreví a lo inesperado.

Me senté con fuerza y mi rajita se trago esa verga, sentí que me partía en dos, espere a reponerme y cuando sentí que ya estaba acoplada, inicie mis movimientos.

Me levantaba y la sacaba cuando sentía que solo tenia la cabeza dentro me sentaba con fuerza y me penetraba completamente… ya no había dolor solo placer, Américo tomo mis tetas y las apretó, pellizcaba mis pezones, y estos se erguían se ponían duros.

  • Aaaaaaaaaa.aaaaaaaaaaa…aaaaaaaaaaa.
  • Que rica verga tienes, aaaaaaaaaaaaaaaa, estoy gozándolo mucho, aaaaaaaaaaaaaaaa…es mía y solo mía, aaaaaaaaaaaaaa.

Unas lagrimas salieron de mis ojos, no se si de dolor, o de felicidad, no quería que ese momento mágico terminara, deseaba quedarme así tanto como fuera posible.

Las fuerzas me abandonaron y caí sentada sobre su verga. El se puso rígido y exploto dentro de mí, su leche corrió como un rio dentro de mí.

Me tomo de la cintura y giro teniéndome ensartada, ahora yo quede sobre la colchoneta, y el separo mis piernas, y comenzó a bombearme, metiendo y sacando con movimientos violentos, su cuerpo escurría de sudor, apretó mis nalgas con fuerza y en minutos se derramo otra ves en mi rajita. Se dejo caer sobre mí y así permanecimos varios minutos.

Lentamente me saco la verga, y al salir por completo, de mi raja salía su leche mezclada con la mía. Los chicos seguían tomando fotos, Américo se alejo caminado al interior de la casa.

En ese momento Raúl dijo lo siguiente.

  • Es nuestro turno amigo.

Al unísono sentí como todos acariciaban mi cuerpo, todo mi cuerpo fue tocado, no había lugar que se salvara, alguien cruzo sus piernas en mi cuello y me metió la verga en la boca, mientras otro me metía su verga en mi raja.

Estaba tan abierta que entraban con facilidad, mis tetas eran chupadas al mismo tiempo, alguien mas metía un dedo en mi ano, así uno a uno fueron metiendo sus vergas en mi rajita.

Todos me dejaron su leche, incluido Mario,

Cuando todos quedaron satisfechos, Raúl me cubrió con una manta, me tomo en sus brazos y me llevo al auto, cada quien hizo lo mismo, Mario subió adelante con Raúl, mientras yo me acurrucaba en el asiento trasero.

Casi amanecía cuando llegamos a casa de Raúl, descansamos unas horas y por la tarde regresamos Mario y yo a casa. En una maleta traía las prendas y las zapatillas que Raúl compro, su agradecimiento fue generoso, al llegar a casa Mario me mostro todas las fotos que Raúl le envió al igual que el video que grabo, aun seguía cansada no quería saber nada, solo descansar.

Mario me rogo lo dejara mirar mi raja, se la mostré y la miro diciéndome.

Aun esta abierta, y te palpita, dejaremos pasar un tiempo antes de otro encuentro.

El tiempo ha pasado y ahora estoy por una aventura más.