Almudena 2
Me encanta que me ordenen cosas a diario.
La siguiente orden llego por correo electrónico ( homeroremoh@yahoo.es )
"Cuando se hayan ido tus hijos al colegio, desnúdate completamente, ponte el abrigo de piel blanco, unos tacones, gafas de sol y acude a la cafetería búhos"
Esta cafetería esta ceca de mi trabajo, a ella acuden ejecutivos contando historias sobre lo mucho que trabajan, quien juega mejor al padel
Me di prisa, me subí en mi coche y acudí a la cita muy nerviosa, era una sensación como de adolescente en su primera cita me encantaba.
Entre en la cafetería sin quitarme las gafas y me senté en una mesa de la esquina, de espaldas a la barra, por miedo a que se pudiera ver mi sexo por alguna rendija del abrigo.
Al momento sentí una voz a mi espalda que me dijo; "Muy bien, veo que sigues cumpliendo mis ordenes me gustan las señoras obedientes "Me dejo un paquete con una nota y se alejo.
Mientras me tomaba el café con unas gotitas de coñac, pude leer la nota: "El paquete contiene 8 bolas de pin pon, apáñatelas para introducírtelas en el interior de tu cuerpo de una en una y sin levantarte de tu asiento, a la vez que llamas al 666555666 y me vas contando tus sensaciones, yo estaré observándote".
Marque el numero, abrí el paquete cogi la primera pelota y me la introduje en el coño, estaba excitada por lo que entro sin dificultad, y así hasta 5, mientras le narraba con un poco de exageración mis sensaciones al extraño. Me ordeno que una de las pelotas me la metiera en el culo un poco grande pensé pero lo conseguí chupándola previamente con mi boca, las restantes siguieron el mismo camino.
Ante la excitación, sin darme cuenta estaba llamando la atención de algunas personas del local, pero no me importaba, me sentía una golfa y me gustaba tanto la sensación que casi me corría de placer . Así se lo narre a mi amo.
Me ordeno por el teléfono que saliese del bar y me fuese con el coche a una dirección, una vez en ella, se abrió un garaje y metí el coche. Era un chalet adosado, hacia esquina en una urbanización cara, no lo dude y entre en el garaje pero esa historia otro día.