Almas - por Egraine

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

Mi mirada se perdió en la tuya. No, no te conocía. Durante un momento tus rasgos clásicos, frente, nariz, mentón, boca me confundieron. Sólo tus ojos, líquidos, cálidos, castaños, volvieron a ser conocidos para mi.

Me miraste, por un momento reflejaste idéntica confusión en tu cara. Pensé... No, ni un pensamiento consciente pasó por mí. Un aroma a sal marina, a algas, a húmeda arena, a mar, surgió de ti y de mí. De nuestros ojos perdidos los unos en los otros.

Mi mente se pobló de millares de imágenes, superponiéndose, solapándose unas en otras. Cuerpos, bocas, manos distintas, presididas por esos ojos castaños, soñadores, apasionados, clavados siempre en los míos. Miles de formas y momentos brotaron y crecieron en mi interior. Mi alma y mi sangre vibraban por ti.

Mi cuerpo sabio respondió, la humedad en mi sexo, la palpitación de mi vulva abriéndose instintiva, mis pezones irguiéndose, frunciéndose en la espera ansiosa de la caricia conocida. Temblé.

Sin poder apartar mi mirada de la tuya, imágenes de tus cuerpos desnudos retorciéndose contra los míos. De tus manos avanzando hasta mis sexos, acariciando, presionando, jugando con mis clítoris mojándose con mis jugos. Incontables lenguas, tus lenguas perdidas en mis bocas. Girando, danzando, lamiendo. Tus dientes en mis pieles, blancas, frescas, oscuras, elásticas. Mordiendo, apresando los pezones, devorando mi cuello, mi vientre. Estremecimientos sentidos en miles de pieles aún vivas en mí recorrieron mi cuerpo.

Mis piernas tensas, anhelantes, vivas recordaron las veces que fueron abiertas por tus manos, las veces que tus caderas se alojaron entre ellas. Mi sexo palpitó enloquecido recordando las penetraciones salvajes de tus falos henchidos, duros, dentro de mis líquidas, oscuras, cálidas profundidades. Mis caderas sintieron tus manos miles de veces agarradas a ellas. Mi alma y mi ser implosionaron en un orgasmo antiguo, nuevo, poderoso, mil veces multiplicado en el tiempo.

_ Hola _ dijiste ofreciéndome tu mano. _ Soy Javier. _Perdí mi mano en la tuya. _ Soy May.