Almas gemelas

Sentir que amas a una persona desde antes...desde siempre

El calor del verano se hacía notar en las tranquilas tardes de la ciudad de Mereton, sus habitantes circulaban sin preocupación alguna por la plazoleta de esta hermosa villa, en medio una bella pileta con dos cisnes cuyos cuellos entrecruzados formaban un perfecto corazón, de donde emanaba el agua cristalina, que caía dentro de siete flores que estaban colocadas alrededor de los cisnes. Flores, árboles y mucha área verde hacia que esta plaza fuera una de las más grandes y hermosas de toda la urbe, por eso era muy transitada y visitada por los turistas que no perdían ocasión de sacarse fotos con este bello paraje de fondo.

Las parejas de enamorados paseaban tranquilamente por el lugar, una chica de aspecto sencillo, con su cámara al hombro recorría lentamente la plazuela, miraba su reloj, ya eran las 11:30 hrs. Su celular sonó y lo contestó, de su bolso saco un pequeño block de notas en donde escribía, al parecer era una especie de lista: castaño, largo, alto, moreno, rubia, delgada, etc. colgó y se sentó en una de las bancas de la plaza a contemplar a la multitud de transeúntes que a esa hora circulaban, sus ojos  los cubrían las gafas oscuras que portaba, su pelo relativamente corto y negro, ondulaba con la brisa que corría, la cámara descansaba en un costado y su bolso en el otro, de pronto su mirada quedó fija en una pareja, él alto y relativamente robusto, pelo castaño oscuro y tez morena, ella un poco más baja con su pelo rubio y largo, de contextura delgada, se levanto y camino lentamente a donde se encontraban, su rostro cambio a una amplia sonrisa que la hacía ver muy encantadora, su voz era suave y dulce, ella era casi de la misma altura de la chica, 1.60 quizás un poco más, miro al chico con la misma sonrisa y se despojo de sus lentes, quedando al descubierto esos bellos ojos color miel, contemplo a la chica rubia y mostró su cámara, los hizo juntarse un poco y les tomo una foto, luego se las enseñó a ambos y quedaron felices por la toma; ella extrajo de su bolsillo una pequeña tarjeta, que la extendió a la chica, la cual leyó y entrego a su pareja, luego de un poco mas de conversación, la chica se retiro tranquilamente, la pareja quedo conversando en la plaza. Mientras la  mirada de la chica de la cámara se detuvo en un pequeño perro blanco que jugaba con un niño, sus pensamientos se volcaron en esa imagen, quizás por eso no se dio cuenta que cruzaba la calle y menos que un camión se le venía encima, la bocina de éste la hizo despertar pero ya era muy tarde, las luces del vehículos estaban encima, no podía esquivarlo de ninguna manera, sintió como algo la tomaba con fuerza desde la cintura, todo paso muy rápido, un fuerte dolor en su cabeza la mareo, abrió sus ojos y contemplo a una chica que la miraba asustada, algo le decía, pero todo  daba vueltas, todo estaba oscuro y se desmayó.

Pasaron una horas, antes que pudiera recobrar el sentido, de a poco logro reaccionar y abrió sus ojos; se encontraba en una habitación, al parecer de un hospital, escucho una voz y la siguió con la mirada.

-          ¿Cómo te encuentras? – pregunto una chica un poco angustiada.

-          Bien… creo… – respondió un tanto atontada todavía.

-          Mi nombre es Valeria, ¿cuál es el tuyo? – pregunto.

-          El mío es… es... Carolina.

-          Mucho gusto Carolina, ¿cómo va tu cabeza, te duele mucho?

Carolina toco su frente  y palpo una venda que la cubría, trato de recordar lo que había pasado, pero aun estaba un tanto confundida, la chica de nombre Valeria volvió a hablar.

-          Cruzaste la calle sin fijarte, gracias a Dios que el camión alcanzo a frenar, de lo contrario no estarías ya en este mundo.

Carolina la miro nuevamente, esta vez con más detención, tenía unos lindos ojos que al mirar  fijamente sentía una gran paz en su interior, no sabía porque se sentía así, si era una chicas más; pelo ondulado en las puntas, tez blanca, medianamente robusta, un busto normal, quizás un poco más alta que ella pues permanecía sentada al lado de la camilla, sus ojos la siguieron contemplando lentamente, y distinguió unos rasmillones en sus manos y brazos, Valeria se levanto y se acerco a Carolina para acomodarle la venda, Carolina cerró sus ojos y sintió  su aroma, en su mente intento recordar, saber porque estaba allí junto a esa mujer.

-          ¿Te duele tu hombro? – dijo aun con los ojos cerrados.

-          ¿Cómo?

-          Tu hombro te lo lastimaste al caer, amortiguaste el golpe con él, y mi peso produjo  más dolor del normal.

-          Si… pero no fue nada serio – respondió un poco sorprendida.

Carolina abrió los ojos y le sonrió, se sentía muy bien y aun no sabía el por qué, Valeria la miraba tratando de entender, termino con la venda y volvió a su asiento.

-          No me percate del camión, creo que estaba distraída.

-          Lo importante es que estas bien, y que no te paso nada, lástima que no pueda decir lo mismo de tus cosas.

El rostro de Carolina cambio en fracción de segundos, aquellos ojos dulces se opacaron y su sonrisa desapareció por completo.

-          ¿¿¿Mi celular donde esta??? – pregunto en tono altanero.

-          Este… bueno… no quedo mucho de él – respondió Valeria sacando del cajón lo que quedaba, algunas partes, la tapa y batería, el resto estaba inservible.

-          ¿Y la cámara?

-          Esa voló y se hizo mil pedazos – respondió entregando una bolsa con los pedazos que se lograron reunir.

-          ¡¡¡¡Maldición!!!!!

-          Tranquila, son solo cosas materiales, lo importante es que tú estás bien.

-          ¡¡¡No tienes la menor idea de lo que dices!!!! – le reprocho muy ofuscada.

-          Lo siento.

Carolina hizo ademán de levantarse, un dolor en sus costillas la hizo quejarse, Valeria se levanto y la ayudo.

-          ¿Dónde vas?

-          Necesito un teléfono.

-          Toma usa el mío – Valeria acerco su celular, Carolina la miro… ¿por qué esa chica era tan amable con ella?

-          No gracias, uno público estará bien.

-          Entonces usa ese – Valeria indico uno que había cerca, en una mesita de la tercera cama de la habitación del hospital. Carolina lentamente se dirigió a él, el dolor en sus costillas se intensificó y tambaleo, su cabeza comenzó a dar vueltas, sintió como unos brazos la cobijaban por la espalda, realmente era un poco más alta que ella, y ese calorcito la descoloco nuevamente.

-          No estás bien, aun estas muy débil, espera yo te lo acercaré.

Valeria se dirigió al teléfono, Carolina le miraba, estaba muy confundida, se sentía tan bien pero a la vez intrigada, tomo el teléfono y marcó, unos segundos después le contestaron.

-          Hola soy yo… si tuve un accidente… no… no… ¡¡¡no!!!… ¿¿¿bueno que querías que hiciera???… si ya los contacté… no lo sé, quedo inservible… ¡¡¡¡maldición!!!!... ok… mil pedazos…

Valeria,  que permanecía frente a Carolina, sintió como la voz de un hombre le gritaba desaforadamente, Carolina se alejó el auricular por los gritos que le daba y sus ojos tristes se toparon con los de Valeria que la miraba un tanto molesta, cuando la voz del hombre dejo de insultarla se acerco nuevamente el auricular al oído.

-          Si lo sé… ¿¡¡mañana!!?... ok… ok… no hay problema… y colgó.

Valeria miró el teléfono que colgaba lentamente Carolina, y le pregunto si todo estaba bien, ésta movió la cabeza en respuesta afirmativa pero sin levantar la vista. Al entregar el teléfono su mano rozó con la de Valeria y por unos segundos unas imágenes cruzaron por su mente.

-          Disculpa que me meta, pero no debieras permitir que ese hombre quien quiera que sea, te trate así.

-          ¿Lo dices porque tu padre te maltrataba física y sicológicamente?

-          ¡¡Que!! – dijo ésta muy sorprendida.

-          Tengo sed, podrías traerme un poco de agua por favor?

-          Ok...

Valeria abandono la sala muy confundida… ¿¿¿de donde había sacado eso de que su padre la golpeaba???... ¿¿¿cómo lo supo???... se preguntaba sin entender nada, tan ensimismada iba que paso de largo de la máquina de las bebidas y jugos, siguió caminando por el pasillo, doblando a la derecha y llegando a la salida del hospital, cruzo la calle y se dirigió al pequeño almacén, compro un jugo y un agua mineral para ella, y volvió al hospital, con la intención de averiguar el por qué sabia eso de ella, cuando llego a la sala, Carolina ya no estaba, ni ella ni el resto de sus cosas, se había ido.

Una puerta se abrió y una sombra por el pasillo se dibujó, un hombre dormía sentado en una silla,  risas de mujeres y voces de hombres se sentían en otras habitaciones, cerca de donde dormía aquel hombre, dobló a la derecha y un nuevo corredor se abrió ante ella, un hombre venía en dirección contraria, levantó su mano y la saludo, ella hizo lo mismo, otro hombre venia más atrás que el anterior:

-          ¡¿Oye Lety que te pasó?!... el jefe ha preguntado por ti hasta el cansancio.

-          Lo sé… lo sé.

-          Esta abajo.

-          Si… voy para allá ahora.

El chico se fue y la chica apodada Lety, siguió su camino, pasó por un basurero que estaba allí y desecho una venda. Bajo las escaleras y abrió la puerta que estaba al finalizar éstas, un hombre gordo y fofo, estaba sentado en frente de una mesa al centro de la habitación, una lámpara colgaba también en el centro, dando una luz tenue, la miro fijamente, fumaba un habano, su barba estaba mal cortada y sudaba pues en la habitación hacía calor, no había ninguna ventana.

-          ¿Sabes que perdimos un cliente muy importante cierto?

-          Si… me encuentro bien, gracias por preguntar.

-          ¡¡¡NO SEAS ESTUPIDA!!!.. ¡¡¡SABES LO IMPORTANTE QUE ERA!!!

-          ¡¡¡Lo siento!!!... ¡¡no fue mi intención que ese camión se me tirara encima!!..

-          ¡¡¡En qué diantres estas pensando!!!! ¡¡¡MALDITA SEA!!! – el hombre se levanto bruscamente y tiro lejos la silla, dicha acción hizo retroceder a la chica y empuñar las manos.

-          Lo lamento enserio… no fue mi intención… apenas desperté en el hospital y supe lo que pasó volví… lo siento mucho – dijo en tono de suplica.

-          ¡¡¡Eso no me sirve Leticia!!!... ¡¡¡eres una tonta!!!... ¡¡¡una estúpida!!! ¡¡Pagaras muy caro este error!!– el hombre se le acerco, a pesar de estar gordo se movía con mucha agilidad, llego frente a ella en dos pasos y una bofetada le propinó seca en su rostro resonó en la habitación, la chica resistió el golpe sin ni siquiera sacudirse, al ver que no se movía la tomo por los hombros y lanzó contra la pared, golpeándola con ella, luego cruzó la puerta dejándola tirada en el suelo, la chica empuño sus manos, y cubrió su cabeza con ellas y lloró silenciosamente.

A la mañana siguiente muy temprano Leticia se dirigió a la sala principal allí se encontraba Carlos, el hombre gordo y fofo que la noche anterior la había lastimado, al entrar le miro, sus ojos aun denostaban el enojo y rabia por lo que había pasado, tenía una horrible cicatriz en su rostro la cual se ennegrecía aun mas, en la mesa, se encontraba un nuevo celular y una nueva cámara, al lado de Carlos se situaba una chica que la miró con una gran sonrisa, en la otra esquina de la mesa habían dos hombres más que ni siquiera levantaron la vista, todos conversaban en voz baja, Leticia se acerco y tomo el celular y la cámara, Carlos le miro…

-          Espero que tengas más cuidado esta vez.

-          Sí señor.

-          Camila, explícale a Leticia, ya me tengo que ir Andrés, Pablo acompáñenme.

-          Si jefe.

Los dos hombres salieron detrás de Carlos, el “jefe”, Leticia comenzó a guardar la cámara cuidadosamente en su bolso, la chica de nombre Camila se  acerco, y suavemente acaricio su rostro.

-          ¿Te fue muy mal anoche?

-          No – respondió Leticia sin siquiera levantar la vista.

-          Qué bueno, no me gusta cuando te lastima tanto  – bajo sus manos por sus hombros y llego a sus caderas, colocándose detrás de ella apoyando ambas manos en su cintura y atrayéndola hacia sí.

-          ¡Basta ya Camila!.

-          ¿Que no te gusta lo que te hago? – Dijo Camila apretando sus manos en la cintura de Leticia y provocando que esta se  quejara por el dolor que aun sentía en las costillas.

-          B… A… S… T… A…

-          Mmmmm…pensé que te gustaba que fueran ruda contigo – respondió apretando aun más la costilla maltrecha.

-          ¡¡¡Ya Basta!!! – respondió Leticia, empujándola y alejándose de ella

-          ¡¡¡¡Jajajajaja!!!!, vamos si solo estaba jugando.

-          Detesto tus juegos, y más aun te detesto a ti.

-          Ay Lety no seas así conmigo, sabes que me gustas mucho.

-          Si claro….tanto como Andrés, Pablo, José y Roberto.

-          Mmmm… bueno no me digas que quieres exclusividad.

-          De ti no quiero nada… mejor dime qué fue lo que Carlos dijo que me explicaras

-          Solo si me das un besito.

-          ¡NO! – Leticia empuño sus manos, estaba muy molesta.

-          Vamos… uno chiquito.

-          ¡¡¡No te daré nada, ni ahora ni nunca.!!!

-          Ok, tú te lo pierdes, hay Lety no sabes lo bien que la podríamos pasar juntas.

-          No me interesa nada de ti.

-          Ok, por ahora tu ganas, bueno veamos lo que tenemos para hoy, tienes mucho trabajo después de lo de ayer.

-          Eso ya lo sé y lo tengo muy claro.

-          Ok, avancemos entonces.

Ambas chicas se quedaron unos minutos en la sala, Leticia trataba de no acercarse mucho a ella, pero Camila no perdía oportunidad en estar lo más cerca posible, al rato Leticia salió con su bolso raudamente.

El sol le golpeo la cara, eso la ayudo para distraerse del mal rato, camino por las calles en dirección a la plazoleta, su costilla aun le dolía, como deseaba haberse quedado en la cama, pero eso era imposible, tenía que recuperar el tiempo perdido y ese lujo no se lo podía dar, esperaba que la suerte la ayudara, en realidad la necesitaba mucho, doblo la esquina y llego al lugar, tomo su cámara y comenzó a sacar algunas fotos y el milagro se produjo, en una esquina de la avenida se encontraba la pareja del otro día, sin pensarlo dos veces camino hacia ellos, luego de una corta platica y varias risas entre medio le entrego una tarjeta con la dirección, la pareja se alejo lentamente.

-          ¡¡¡Carolina!!!...¡¡¡Carolina!!! – grito una chica en plena plazoleta y a la vez corriendo hacia ella – ¡¡Oye!! ¡¡Espera!!....¡¡¡Carolina espera!!!

La chica la alcanzo tocándole el hombro y deteniéndola.

-          ¡¡¡Ufff!!! Que me has hecho correr, ¿que no me escuchabas?

-          ¿Cómo? – se volteo al sentir que le tocaban el hombro.

-          Soy yo Valeria, la chica del hospital ¿no te acuerdas de mí?

-          ¡Oh! Si… disculpa… no… no... te reconocí.

-          Así parece… llevo gritándote por todo la plazoleta.

-          Lo lamento... tengo cosas que hacer y estoy un tanto retrasada. – una sensación extraña recorrió el cuerpo de Leticia, y nuevamente ese calorcito la cubrió.

-          Vamos… como no puedes tomarte aun que sea un helado conmigo… te fuiste sin despedirte del hospital, créeme estaba preocupada por ti.

-          ¿Así? ¿Por qué?

-          Por qué… por qué… por qué…por qué si… o sea tu accidente… fue un golpe muy fuerte… y te fuiste así como así… ¿por qué desapareciste?

-          No me gustan los hospitales.

-          A mí tampoco, pero debías quedarte a que te chequearan al menos… ¿estás segura que estas bien?

-          Pues sí.

-          Y ¿me darás unos minutos para un helado? – Valeria termino la frase con una hermosa sonrisa, al menos eso le pareció a “Carolina” la cual se perdió en ella y no pudo negarse.

-          Ok

-          ¡Genial!.. acá cerca hay una heladería muy buena vamos yo invito.

Tomo del brazo a “Carolina” y esa acción la sorprendió mucho, pero a la vez le gusto y se dejo llevar, llegaron a la heladería y se sentaron afuera, pidieron la carta y los helados llegaron los cuales se veían muy sabrosos.

-          ¿Y dime qué haces?

-          ¿Cómo?

-          ¿¿Que qué haces?? Eres fotógrafa o que.

-          ¿Fotógrafa?

-          Si mujer, ¿en que estas pensando?, tienes una cámara profesional por lo que se ve.

-          A si… la cámara… si

-          Mmmm… recuerdo que la otra quedo hecha pedazos.

-          Si

-          ¿Y?

-          ¿Y?

-          ¡Dios!... ok me parece que no quieres hablar… discúlpame solo quería saber cómo estabas en realidad no quería molestarte ni incomodarte – Valeria hizo ademán de retirarse, pero “Carolina” le tomo la mano.

-          No, espera no te vayas – unas imágenes pasaron por su cabeza, vio como Valeria la cubría entres sus brazos al momento de caer al suelo, su hombro chocar con el pavimento, y sus ojos que no se apartaban de su rostro, su mano acariciándolo, y afligida preguntando como estaba.

-          Ok… en serio que no quiero molestarte.

-          Gracias… Gracias por salvar mi vida… discúlpame por no agradecerte antes.

-          No tienes nada que agradecer, es mi trabajo.

-          ¿Tu trabajo?

-          OH… es que…- Valeria se puso nerviosa y su celular sonó miró quien era pero no contesto.

-          ¿No vas a contestar?

-          No… trabajo… ahora estoy disfrutando de un agradable descanso... en muy buena compañía… no contestaré.

-          ¿Lo dices por mí?

-          Jajajajaja…y ¿¿por quien más?? Que yo sepa solo estamos tú y yo… tomando un rico helado.

-          Eso es verdad y está muy rico gracias.

-          Y me tomaras una foto.

-          ¿Cómo?

-          Una foto con tu cámara.

-          Oh… ok… quieres una foto – ahora “Carolina” se puso nerviosa.

-          ¡Vamos!

-          Ok… claro…- la chica enfoco la cámara pero no le gusto el fondo, por lo que le pidió que cambiara de lugar, enfoco bien y apretó el botón… ¡clic!

-          Y ¿cómo salí?

-          Pues mira – “Carolina” mostró la imagen digital.

-          Wou! Realmente eres buena…

-          Te vez hermosa.

-          ¡¡Gracias!!... muy linda… gracias – Valeria sintió como el rubor se le subió a las mejillas, los ojos de “Carolina” cambiaron al expresarle lo bella que se veía y al mantener su mirada clavada en la suya – tienes uno bellos ojos – dijo casi en un susurro.

-          ¿Cómo?

-          ¡¡Nada!!... nada… me la puedes dar… la foto… me la das..- dijo más ruborizada y nerviosa aun.

-          ¡Claro!... solo deja conectar el bluetooth y listo.

-          Sí que es moderna tu cámara.

-          Así es, la mejor… listo… acepta y ya.

-          Ok – Valeria tomo su celular, configuro la red y dispositivo y acepto, en pocos segundos llego la imagen.

-          Bueno, me gustaría quedarme pero tengo que trabajar.

-          Está bien, ¿crees que podremos repetir otro helado?

-          ¡¡Pues me encantaría!!

-          ¡¡¿Enserio?!!

-          Si… adiós Vale – “Carolina” se levanto y se retiro sin más, Valeria se quedo aun sentada mirando cómo se alejaba.

Leticia camino a paso raudo por las calles, el sol brillaba en lo alto, era un cálido y agradable día. Su celular sonó y contesto, volvió a sacar su block de notas y escribió, al colgar tomo su cámara y revisó las últimas fotos sacadas, allí apareció el rostro de Valeria, una sonrisa se dibujo en su rostro, no sabía que sentía en realidad, pero era una sensación muy agradable.

Como a las 15:00 hrs llego al estudio, revisó las luces y las otras cámaras, hace mucho no se sentía así, esa alegría se le notaba, sus ojos reían solos y un nuevo brillo se instaló en ellos.

-          Llegas temprano hoy.

-          Si.

-          Supongo que encontraste lo que pedían, ya llegaron.

-          Si.

-          Mmmmm que tienes Lety…estas diferente.

-          ¿Yo? No nada….

-          Ok… veamos que sacaste hoy – Camila tomo la cámara y se dispuso a ver las fotos, como un rayo Leticia corrió y se la arrebato de las manos.

-          ¡¡¡No te metas en mis cosas!!! – dijo escondiendo la cámara tras su espalda.

-          ¡¡¡Qué diablos te pasa!!!...¡¡¡estúpida!!!

-          No te metas en mis cosas.

-          Y desde cuando acá tienes tanto cuidado, dame esa cámara sabes muy bien que tengo que ver lo que tomas.

-          ¡No!

-          Como que no, dame esa maldita cámara – Camila se acerco  con una cara de furia, era más alta que ella y también mayor, quizás  unos cinco o seis años más, Leticia retrocedió sin soltar la cámara.

-          ¡¡Camila!!, teléfono, ¡¡¡el jefe te llama!!!. – se escucho una voz de hombre que gritaba desde la otra habitación.

-          Te salvaste pendeja… pero esto lo sabrá Carlos, estas muy rara, no sé cómo ha tenido tanta paciencia contigo, cuando vuelva quiero esa cámara ¡¡escuchaste!!

Leticia no respondió, su rostro estaba serio, le miro alejarse, se dio vueltas y revisó las fotos rápidamente, hasta que llego a una, la miro por última vez y apretó el botón de borrar, luego deposito la cámara en la meza y siguió con su trabajo, sus ojos habían vuelto  a ser opacos.

Media hora después llego una pareja de jóvenes, él alto y relativamente robusto, pelo castaño oscuro y tez morena, ella un poco más baja con su pelo rubio y largo, de contextura delgada, Leticia los vio entrar y se acerco a saludarles, eran los chicos de la plazoleta.

-          Qué bueno que han llegado, estamos casi listos para la toma.

-          Bueno estamos un tanto nerviosos, jamás habíamos hecho algo así – dijo el chico.

-          Tranquilos no hay nada de qué preocuparse, tomen asiento para explicarles un poco – los tres se sentaron en unas cómodas sillas, Leticia prosiguió – miren esto es muy fácil, publicitaremos ropa de vestir, se supone que ustedes son hermanos y posan para la marca, en los probadores están los trajes, se los ponen y yo me encargo de las fotos, no se preocupen todo saldrá bien, solo deben recordar en todo momento que son hermanos, y ya.

-          ¿Eso es todo?

-          Así es… un trabajo fácil y pagado.

-          Jajajaja

-          Hola chicos, un refresco antes de comenzar -  se escucho y Camila entró con una bandeja llena de ellos.

-          ¡¡¡Qué bien!!!... hace un calor horrible – dijo la chica que en seguida tomo el suyo, y el chico hizo lo propio con el refresco que le servían.

-          Vamos Lety, no tomas el tuyo – Dijo Camila con la mirada fija en ella.

-          No gracias no tengo sed – respondió ésta sin apartar la vista.

-          Tú te lo pierdes están deliciosos.

-          ¡¡Oh!! sí que lo ¡¡están!... exclamo la chica que ya no tenía nada.

-          Muy bueno – acentuó el chico que acababa con el suyo.

-          Bueno deben cambiarse para las tomas en los probadores están los trajes, suerte.

-          ¡¡Gracias!! – respondieron mientras se alejaban a los probadores.

-          ¿Vendrás a verlos?

-          ¡NO!.

-          Esto se pondrá muy bueno… estamos probando una droga experimental… el tiempo de espera es mucho menor y los resultados son aun mejores.

-          No me interesa.

-          Solo espero que hayas escogido bien, me llevo la cámara, ahora sí.

-          ¡Haz lo que quieras y déjame en paz!..

Camila se alejo con la cámara y Leticia se quedo a solas.

Los chicos llegaron a los probadores o mejor dicho al probador, era solo uno, pero amplio, y con tres enormes espejos que hacían de paredes.

-          ¿Uno solo? – pregunto la chica

-          Así parece – respondió el chico – pero que va… somos hermanos ¡¡¡jajajajaja!!!

-          ¡¡¡Jajajajaja!!!

Rió la chica y entro cerrando la puerta tras ella, en un rincón estaban colgados los trajes, la chica le dio la espalda al chico y comenzó a desvestirse, el chico la miro, no sacaba nada con darle la espalda pues su figura quedaba reflejada en el espejo, la chica lo miro a través de él y le sonrió maliciosamente.

-          ¿Te gusta lo que ves? – dijo desabotonándose lentamente la blusa.

-          Si mucho – respondió el muchacho que no le quitaba los ojos de encima.

-          Me siento rara, ¿es mi imaginación o hace calor aquí?

-          No lo sé… pero yo estoy ardiendo.

Respondió el chico que sin más se abalanzo contra la chica, colocando ambas manos en sus senos aun cubiertos por la blusa y besando apasionadamente su cuello.

-          Michel ¿qué te pasa? – pregunto la chica.

-          No lo sé Dani, pero tu cuerpo me está excitando mucho.

-          No me digas eso… me calientas.

-          ¿Te calienta?... ¿te calienta que te hagas esto?

Y sin más el chico llamado Michel deslizo su mano por la intimidad de Daniela, apretando su palma contra su entrepierna.

-          Ooooh… siiii… ¡¡me encanta!!

Michel seguía besando a la chica, su mano ya se había deslizado debajo de la blusa y debajo del sostén y acariciaba sus senos, y sus pezones ya estaban erectos por las caricias que recibía, Daniela apretaba mas y mas sus nalgas contra el sexo de Michel, el cual ya presentaba un adelantado estado de erección y eso la excitaba aun mas.

-          Michel no… no está bien… no…

-          ¿¿¿Quieres que pare??? ¿¿¿Acaso no te gusta esto???

-          No… siiii… ¡¡me encanta!!... pero no… sabes que no….

Michel despojo de toda la ropa de la parte superior del cuerpo de Daniela y aprisionó sus senos contra el espejo, comenzó a frotar su miembro contra el trasero de la chica, asiendo presión, para que viera lo duro que lo tenía, para que sintiera su calentura y excitación.

-          Me tienes a mil Dani… ¡¡¡oooh!!!... como deseo penetrarte… dime que no la quieres dentro… ¿te gustaría que te la metiera?

-          No Michel… ¡¡No!!... sabes que no… no puedo.

La chica apenas podía hablar… su excitación era tal que respiraba con dificultada… Michel la dio vueltas y comenzó a devorar sus senos, a succionar sus pezones que estaban muy erectos y duros, con sus manos recorrería el cuerpo de la chica, deslizándola por su espalda, acariciando su vientre, apretando sus nalgas, llevo la mano de Daniela a su sexo, ésta desabrocho su pantalón, bajó el cierre y extrajo aquel pedazo de carne que palpitaba en su mano, Michel al sentir la mano de Daniela en su sexo, soltó un gemido y comenzó a frotarse lentamente.

-          ¿¿Porqué no me la chupas??…vamos Dani…- Dijo Michel excitado.

-          ¡¡¡Que!!!... sabes que nunca he hecho esto.

-          Vamos… hermanita.

-          Michel no me digas así.

-          Que… acaso no te excita… vamos… solo un poco… vamos.

Michel tomo a Daniela por los hombros y la obligo a bajar, la chica miro aquel miembro y tímidamente comenzó a lamerlo, primero como si fuera un helado, luego introduciéndoselo en la boca y apretándolo con los labios, con un vaivén continuo.

-          Aaaaah… Dani ¡¡que rico se siente!!... a si… sigue así… pequeña… aaah

El chico cerraba los ojos y mantenía su mano en  la cabeza de la chica, asiendo presión de vez en cuando  manteniendo el mete y saca de la boca de su “hermanita”.

Sintió que estaba a punto de correrse, pero quería mas, levanto a Daniela besándola apasionadamente, desabrocho sus pantalones y la despojo de toda prenda, quedando ambos completamente desnudos, la volvió a girar y a presionar contra el espejo, esta vez todo su cuerpo desnudo quedo apretado, el chico comenzó a besar su cuello y acariciar sus glúteos, su miembro rosaba sus nalgas y él lo acomodaba entre medio de ambas, frotándose, luego en su vagina, rosando sus labios que estaban muy mojados, el liquido se deslizaba por las piernas de la chica, que jadeaba con cada caricia que le daba y con el rose de ese pedazo de carne que la hacía gemir.

-          Te gusta así… te gusta sentirlo en tu intimidad.

-          Si… se siente rico… me gusta… mucho – respondía entre jadeos.

-          ¿¿Quieres que te chupe??… ¿¿quieres que pase mi lengua por tu sexo???... aaah… quieres que lo haga Dani.

-          Si… hazlo… hazlo… quiero sentir tu lengua… ya no aguanto más…

Michel tomo a Daniela y la deposito en el suelo, hundiendo su cabeza en su intimidad, aspirando su olor a sexo y bebiendo de sus fluidos que a esa altura no paraban de salir

-          Aaaaah… siiiiii… oooooh… aaaaah

Lograba gesticular Daniela, moviendo sus caderas al ritmo de esa lengua que la estaba volviendo loca.

-          No pares Michel… aaaah siiii… Dios!!... aaaah… sigue… aaaaaah

Michel aumento la velocidad de las lamidas y en un segundo la chica dio un grito, levantando las caderas, el chico sintió como más fluido salía de esa cueva caliente. La chica quedo tendida tratando de recobrar la respiración, sus senos que eran bastante grandes bamboleaban al ritmo de su pecho, Michel subió a ellos para volverlos a besar y chupar, la chica se dio cuenta de tal acción y trato de impedírselo.

-          No para Michel, para…

-          ¿¿Parar??… como dices eso… me tienes a mil… que no vez que mi amigo quiere más.

Dicho esto la beso nuevamente en la boca.

-          Ponte en cuatro – le ordeno

-          ¡¡¡Que!!!... no

-          Vamos hazlo… quiero penetrarte ahora… quiero sentirte ¡¡¡vamos!!!

-          Michel no… ¡¡sabes que no puedo!! – Dijo Daniela asustada.

Pero Michel no escucho mas, su excitación era demasiada, su pene ya no aguantaba más, la dio vueltas y le levanto el trasero, la cabeza de Daniela quedo aun en el suelo pues la acción la pillo de sorpresa, y sin más preámbulo la penetro sin compasión, Daniela dio un grito de dolor, Michel estaba como loco, de rodillas bombeando sin cesar el sexo de la chica.

-          ¡¡¡¡Dios que rica estas!!!!... aaaah… que bien se siente… aaaah ….¡¡¡¡siiiiii!!!!

Daniela levanto sus brazos para quedar en cuatro definitivamente, pensando que así el dolor sería menos intenso, el chico la tomo de la cintura para que las embestidas fueran más profundas.

-          ¡¡¡Te gusta cierto…!!! Te gusta cómo te penetro ¡¡¡cierto!!!

Le gritaba el chico, Daniela sintió como el dolor se alejaba y el placer entraba en su cuerpo, sintió su sexo ardiendo y sus caderas moviéndose al compas del chico, sus senos bailaban en diferentes direcciones, la mano de Michel tomo uno y lo estrujo, haciendo que la chica gritara, pero esto solo hacía que se excitara más y más.

-          Dani no aguanto más… ¡¡¡me correré!!!!

-          ¡¡No!!... ¡¡¡no lo hagas!!! Adentro ¡¡¡no!!! Por favor ¡¡no!!

-          ¡¡¡No aguanto más!!!... ¡¡¡¡aaaaah!!!!

-          ¡¡¡Aaaaaaah!!!... ¡¡¡¡aaaah!!!!

Ambos llegaron al orgasmo al mismo tiempo, Michel después de unos segundos, saco su pene del sexo de Daniela, este aun chorreaba semen y sangre.

Daniela calló agotada, su cuerpo le dolía pero más le dolía su corazón, no era la forma que hubiese deseado perder la virginidad, miro a Michel, sus ojos se encontraron y ella cubrió su rostro para llorar, él intento acercarse, recién ahora se daba cuenta de lo que había cometido, ella lo rechazo, tomo sus ropas entre sollozos y se vistió como pudo, él la miraba

-          Dani, perdóname… no sé que me paso.

Ella no emitió respuesta alguna, solo quería salir de ese lugar, volver a su casa y tratar de olvidar esa terrible pesadilla. Michel se le acercó nuevamente y la abrazó, Daniela lloraba, el comenzó a acariciarle el pelo lentamente tomo su rostro y la besó, luego introdujo su lengua y sus manos bajaron a sus nalgas, Daniela sintió como el miembro del chico estaba duro rosando su vientre desnudo, Michel volvía al ataque, ella se aparto bruscamente y una certera cachetada sonó en el probador.

Los chicos abandonaron el lugar sin decir palabra alguna, jamás sospecharon lo que aquel estudio fotográfico escondía, detrás de los espejos del probador se encontraba una amplia sala provista de tres cómodos sillones cada uno con una mesita, dichos sillones estaban frente a los espejos, en donde se podía observar todo lo que pasaba dentro del supuesto probador, pero desde el probador no se podía ver lo que había afuera, tres hombres ocupaban esos puestos, en donde disfrutaban de las cesiones  de sexo que les ofrecían, tenían una vista privilegiada, disfrutando de cada orgasmo y masturbándose a placer por la excitación que aquellas escenas en vivo  les producían, sumado al morbo de saber que aquellos chicos eran hermanos, aumentaba su perversión. Terminada la sesión sexual, y saciados sus más bajos instintos, se dirigían a otra habitación en donde se les entregaba una copia de lo sucedido en el probador, como “recuerdo”. Los clientes pagaban una buena cantidad de dinero por complacer a sus deseos, encontrar a chicos y chicas que cumplieran sus expectativas físicas sin importar su parentesco, ya que eso hacía más apetitoso el placer.

-          ¡¡¡Wou Leticia te luciste el día de hoy!!! – Dijo Camila entrando a la sala donde estaba sentada la chica.

-          Mmmmm

-          Que, no me digas que no estás contenta, han pagado mucho dinero, Carlos está muy contento, y quiere hablar contigo, necesita la dirección de la chica.

-          ¡¡Que!!

-          Que necesita la dirección de la chica, el cliente la solicito.

-          ¡NO!... yo no hare eso.

-          Vamos no seas tontita, mira que el cliente quedo ¡¡fascinado!!, ofreció el doble por la chica, quizás, le gusto que fuera virgen.

-          ¡¡¡QUE!!!

-          Ay vez… eso te pasa por que no quieres mirar, el espectáculo que dieron ¡¡fue genial!!... la chica era virgen… y el chic…

-          ¡¡¡¡Ya basta!!!!

-          ¡¡¡Que estas delicada!!!

-          Como… como… puedes vivir con todo esto… que acaso ¿¿¿no te causa repulsión???

-          Pues fíjate que no… bueno la dirección cuando la conseguirás.

-          Yo no conseguiré nada…

-          Mira pendeja… no me gusta que Carlos esté molesto si él quiere la dirección tu vas y se la traes, ¡¡¡entendiste!!! -  Acto seguido Camila tomo por el cuello a Leticia y la aprisionó contra la pared, golpeándole la cabeza, Leticia trato de zafarse pero la chica tenía mucha fuerza.

-          NO… y… m… il… ve… ces… ¡¡n...oo!! –

Leticia bajo sus manos y dio un fuerte golpe en las costillas de la chica, la cual la soltó de inmediato, agachándose por el dolor, la miro enfurecida pero Leticia estaba firme mirándola también, Camila se incorporó y fue a golpearla con un derechazo a su rostro, esta vez Leticia estaba atenta, esquivo el golpe y aprisionó el brazo de la chica, dándola vueltas y doblándoselo por la espalda.

-          Me tienes harta, no te metas más conmigo, escuchaste.

Le susurró al oído, acto seguido estiro su brazo y dio una fuerte patada hacia arriba, justo en la axila, el hueso del hombro sonó, la chica dio un gran alarido, y quedo tendida en el suelo gritando, Leticia le había dislocado el hombro.

Los aullidos de Camila resonaron por toda la sala, y todos corrieron para ver qué pasaba, Leticia camino por entre ellos calmadamente y salió del lugar, la miraban pero nadie le dijo nada.

Entro a su cuarto, una pequeña habitación, que contenía una cama muy escuálida y una mesita de noche con una lámpara, se tendió en ella, sabía lo que venía solo tenía que esperar, del estudio a la casona eran como quince minutos, los pasos se sintieron en el corredor cada vez más fuertes, cada vez más cerca, cerró los ojos, como queriendo escapar, como si pudiera transportarse a un lugar muy lejano, lejos de esa pocilga, de esa gente, de ese mundo, la puerta se abrió azotándose contra la pared, la voz o mejor dicho, el grito de Carlos resonó en toda la casona.

-          ¡¡¡¡QUE MIERDA TE PASA LETICIA!!!!

-          ……

-          ¡¡¡COMO PUDISTE HACERLE ESO A CAMILA!!!... MALDICIÓN… ¡¡¡ERES UNA ESTUPIDA!!!!...

Acto seguido jalo a Leticia del cabello, levantándola de la cama y azotándola contra la pared.

-          ¡¡¡No me dirás nada!!!... ¡¡¡respóndeme!!!.. ¡¡¡por que lo hiciste.!!!

-          Ya me tenia harta… ella se lo busco – dijo muy calmadamente.

-          No abuces Leticia, ¡¡¡mi paciencia tiene un límite!!!, lo que has hecho me costara mucho dinero, ahora que le digo al cliente ¡¡¡ha!!!... a ¿¿¿caso tu ocuparas su lugar???

La piel se le erizo y un nudo en la garganta se le hizo. La presión que ejercía en ella comenzó a ceder, Carlos dejo de aprisionarla contra la pared.

-          Está bien, veré como arreglo este entuerto, consígueme la dirección de la chica, y con eso quizás te perdone lo sucedió.

-          Yo… yo no… yo no hare eso.

-          ¡¡QUE!!

-          Que… yo no hare eso… no conseguiré esa dirección.

-          De qué demonios me estás hablando, tú me consigues ese dato y ya, no estás en posición de desobedecerme.

-          Lo siento… no lo hare.

Carlos se enfureció, tomo a Leticia y la arrojo contra la meza, golpeándose la frente con ella, no alcanzo a reaccionar cuando Carlos la cogía por los cabellos otra vez, lanzándola en la dirección opuesta.

-          Basta de desobedecerme… sabes que te he dado todo… ¡¡¡no serías nadie si no fuera por mi!!!... ¡¡¡Mal agradecida!!!... ¡¡¡que sería de ti, si mi!!!

-          Cualquier parte es mejor que estar aquí.

-          ¡¡¡Así que eso piensas!!!

Carlos se acerco a Leticia y le dio un fuerte puntapié en su estomago, la chica quedó sin aire.

-          La dirección Leticia

-          No

-          ¡¡¡Maldita seas!!! -  Acto seguido saco su correa y golpeo la espalda de la chica, fueron cuatro latigazos en pleno dorso. Leticia movió su cabeza negativamente y esta vez cinco latigazos la golpearon, Carlos sudaba, Leticia sangraba, la hebilla de la correa logro traspasar la delgada camiseta y dañar la piel. Cinco latigazos más y el hombre respiro hondo, la miro, ella no emitía ningún quejido.

-          ¡¡¡ZORRO!!!!

-          Diga jefe – respondió un hombre que entro corriendo a la habitación.

-          Mañana me consigues esa dirección aun que sea lo último que hagas.

-          Si jefe.

-          Me debes la vida… ¡¡¡no lo olvides nunca!!!

Carlos dio un último vistazo a Leticia, que aun permanecía en el suelo con los ojos cerrado, y ambos abandonaron la habitación.

-          Leticia… ¿como estas? – Pregunto otro chico que miraba desde la puerta

-          Bien… pensé que sería peor.

Respondió incorporándose apenas, y quedando sentada en el suelo, el chico se retiro, el dolor de la espalda era terrible, tomo aire y como pudo se dirigió a la cama y se tendió boca abajo, la camiseta estaba manchada de sangre, pero Leticia solo quería dormir, nuevamente pudo sobrevivir un día más.

Pasaron dos días y Leticia no salió de su habitación, sabía que no podría permanecer  mucho más, Carlos jamás la dejaba estar allí por más de ese tiempo, tenía que “trabajar”, además si no salía  no comía, y ya sus tripas estaban reclamando algún bocado, y nadie se atrevía a desafiar al jefe y llevarle algo a escondidas. La espalda no le dolía mucho, pero a veces el roce con la ropa le ardía, al tercer día tuvo que levantarse, tomar sus cosas y salir a “trabajar”, entre ellas le dejaron dinero, y lo primero que hizo fue servirse un buen desayuno, así ya estaba más repuesta y se sentía mucho mejor, camino por las calles y se dirigió a un centro comercial, miro por aquí y por allá sin ver nada que le interesara, tomo algunas fotos por si acaso, y siguió su camino, de pronto sentada en unos de los banquillos del mall encontró a la chica que la salvo del camión, sin más su corazón comenzó a latir apresuradamente, Leticia se dio cuenta y se llevo la mano al pecho para evitar que se le escapara, el rubor inundo sus mejillas, sus ojos se volvieron brillantes y una sonrisa se le dibujo en el rostro, ¿por qué se sentía de esa manera?..¿Como esa chica la ponía así?...¿por que con tal solo mirarla era como si ya la conociera desde siempre?....¿que era esa sensación?... ¿ese cosquilleo?... ¿por qué se sentía tan bien a su lado?.... sin más se aproximo.

-          Hola, ¿te acuerdas de mí? – dijo colocándose de frente a ella.

-          ¡¡¡Hola Carolina!!!... claro que si… como no acordarme de ti.

-          ¡¡¡A qué bueno!!!... ¿qué haces por acá? – pregunto mientras se sentaba a su lado.

-          Bueno… nada en particular… ¿y tú?

-          Trabajando. – respondió mostrando la cámara.

-          A ya veo.

-          Mmm te invito un helado.

-          Este…

Valeria se noto un poco incomoda, la aparición de esa chica la tomo por sorpresa, jamás pensó en topársela menos ese día, tenía muchas cosas que hacer,  una muy importante, y bueno,  Carolina no estaba en sus planes, pero…..¿por qué no podía decirle que no?….¿por que cuando la miraba se sentía tan extraña?...¿por qué su corazón saltaba de alegría cada vez que sus ojos se topaban?... esa sonrisa… ese pelo… ese rostro… esas manos…todo en ella le era tan familiar… cuando la vio por primera vez en el parque, cuando vio ese camión que se le venía encima, no lo pensó ni por un minuto en arrojarse para protegerla y sabia que lo haría una y otra vez si fuera necesario, eso la descolocaba, ella siempre fue muy segura de sí misma, todo planificado y en perfecto orden, todo tenía un porqué y un fin, nada al azar, todo calculado, pero con Carolina era todo un desorden, un no comprender nada, una locura, y eso… eso… le fascinaba.

-          Me encantaría – fue lo que dijo.

-          ¡¡¡¡Qué bien!!!! - En ese instante el celular de Carolina sonó pero no le hizo caso.

-          ¿No contestaras?

-          Este… no… es trabajo.

-          Jajajajaja… ok

-          Y ¿qué haces por la vida? – pero el celular volvió a sonar.

-          Mejor contesta, yo no tengo problemas, no quiero que te corran por mi causa.

-          Está bien… solo para que me dejen tranquila.

Carolina contesto, miro a Valeria y le sonrió, pidió un momento y saco su block de notas y comenzó a anotar, alta, contextura normal, pelo largo, café, ojos verdes, piel blanca y colgó.

-          Y ¿qué es eso?

-          ¿Esto?

-          Si eso, que es, parece una lista.

-          ¿Lista?… bueno algo así.

-          ¿Cómo así?

-          Este… bueno… es como una lista… si… pero… pero… es…. es... una tarea.

-          ¿Una tarea?

-          Si

-          ¿Como una tarea?

-          Bueno… me llaman… y me dan algunos datos… y yo… bueno… yo… tomo la foto de la persona que tenga esas características.

-          ¿A sí?... haber – y sin más arrebato la libreta, mirándola le dijo – pues ya terminaste la tarea.

-          ¿Cómo?

-          Que tu tarea está concluida.

-          ¿Por qué dices eso?

-          Porque si me dices que buscas a una persona con estas características para fotografiarla, pues yo tengo todo lo que dice aquí.

-          ¿A ver? – esta vez Carolina arrebato el block y leyó, luego miro a Valeria y si…era verdad.

-          Y bueno… ¿me fotografiaras?

-          ¡¡¡NO!!!

-          ¡Wou!.. ok… no te enojes, solo quería ayudar.

-          Lo siento… disculpa…

-          ¿Estás bien?

-          Si..

-          Oye tranquila, te pusiste pálida.

-          ¿Eh?... debe… ser… la presión.

-          ¿Sufres de eso?

-          No

-          ¿Entonces?

-          No se… yo digo no más.

-          Y que harás entonces.

-          Bueno iremos a servirnos un rico ¡helado!

-          Jajajajaja… ok… pero en serio que yo no tengo problemas en que me fotografíes, además eres una excelente fotógrafa.

-          Muchas gracias, pero no te preocupes, ¿vamos por el helado?

-          Vamos.

Caminaron en dirección del local, solicitaron los helados y se sentaron a seguir conversando.

-          Y bueno ¿qué haces tú?

-          ¿Yo?.

-          Si… las veces que te he topado no se en que andas, estudias… trabajas…

-          Ah… bueno… yo…- el celular de Valeria sonó y contesto, Carolina esperaba mientras ella terminaba de hablar, le miraba y la encontraba tan bella, sus ojos reían solos, su pelo caía con gracia, dándole a su rostro una luz sin igual, sus labios delicados y  suaves, sus manos, delgadas, frágiles, de dedos largos, no se cansaba de mirarla. Por fin Valeria colgó y sus ojos se toparon, mantuvo la mirada, tratando de descubrir que era lo que esa chica provocaba, que eran esas sensaciones en su corazón, porque se sentía tan bien a su lado.

-          ¿Algún problema?

-          No ninguno, todo bien.

-          Y ¿quién es José?

-          Un amigo.

-          ¿Solo amigo?... ¿no tienes pareja?

-          No y ¿¿tú??

-          Tampoco, y ¿por qué no tienes?.... ¡¡¡eres una chica muy linda, guapísima!!!

-          Jajajaja… harás que me sonroje.

-          Más linda te pondrás.

-          Jajajaja ya córtala.

-          Jajajaja y dime entonces por qué no tienes pareja.

-          Porque mi trabajo es un tanto complicado y prefiero no relacionarme sentimentalmente con nadie.

-          Así que trabajas ¿y en qué? – Valeria se sorprendió con la pregunta, miro a Carolina que le sonreía con sus ojos bellos.

-          Bueno… yo… yo… - el celular volvió a sonar, esta vez, Carolina no pudo evitar escuchar la conversación.

“Estoy bien José… si ya sé debía estar en ese punto y no lo estoy… si… si… si… no ahora no puedo… estoy en otra cosa más importante… (acto seguido miro a Carolina)… lo sé… eso también es importante… no… En un rato más… lo sé… no… no cancelemos… estamos muy cerca… ya está bien… dame un minuto… te aviso… vale…”

-          Sorry.

-          No hay problema, ¿todo bien?

-          Si… sabes este fin de semana unos amigos irán a mi casa en la playa… me gustaría que me acompañaras.

-          ¿Tienes una casa en la playa?

-          Si… bueno era de mis padres, ellos ya no están conmigo…

-          Oh… lo siento no sabía.

-          No te preocupes… fue hace mucho tiempo ya… todo superado… ¿y vendrás?.

-          Mmm… no lo creo.

-          ¿Por qué?

-          No me hayo mucho en lo social…

-          ¿Preferirías estar a solas conmigo? – Dijo Valeria sin titubear, Carolina la miro… su sonrisa fue más amplia producto del nerviosismo, sintió sus mejillas calentarse y supuso que se había sonrojado, bajo la mirada y asintió con la cabeza. Valeria prosiguió.- Es raro lo que me pasa contigo… a veces pienso que te conozco desde hace mucho… es rico encontrarte.

-          A mí me pasa lo mismo… es muy extraño, mas si te he topado en varios lugares ya.

-          Dime algo… ¿has vivido siempre acá?

-          No, hace poco nos mudamos… vengo de…

-          Déjame adivinar… mmm… ¿Voltimor?

-          ¡¡¡SI!!!... como lo supiste.

-          Jajajajaja… viste que te conozco mucho más de lo que piensas – Acto seguido posó  su mano sobre la de Carolina, esta como un rayo vio la imagen de la casa en la playa… más bien una cabaña, una cama y ella con Valeria, desnudas, rápidamente soltó su mano y se levantó.

-          ¡¡¡Wou!!!... eso fue… fue…

-          ¿Qué paso?...discúlpame no quise incomodarte. – Dijo Valeria muy arrepentida por su actuar.

-          No… está bien… solo… lo siento... no quise asustarte… hay veces que veo cosas que me producen mucha confusión.- dijo sentándose nuevamente.

-          ¿Cómo?…¿cosas?...¿qué ves?..

-          Mira…digamos que a veces al tocar a la gente puedo ver ciertas cosas… imágenes… fotos… no sé cómo explicarlo, va conmigo… y bueno siempre ha sido pasado… nunca futuro.

-          A ver… déjame entender… ¿me estás diciendo que con solo tocar a la gente puedes ver su vida pasada?

-          Bueno tanto como su vida no… pero si algún episodio importante.

-          ¡¡¡Wou!!!... ¡¡¡eso es genial!!!... ¡¡¡¡eres sorprendente!!!!.

-          No es para tanto.

-          Como que no… eso te hace una persona muy especial.

-          Gracias.

-          ¿Y bueno que viste?

-          ¡¡A no!!... eso sí que no te lo diré.

-          ¿Por qué?

-          ¡¡¡Porque no!!!— contesto Carolina muy ruborizada

-          Mmm… ok… pero ¿fue bueno o malo?

-          Muy bueno jajajajaja

-          Vaya forma de decirlo… te creo jajajajaja… ¿Y siempre te pasa?

-          No… no lo controlo… solo sucede y ya… ahora que recuerdo… tu padre… no fue muy bueno que digamos. – El rostro de Valeria cambio de súbito, se endureció y la sonrisa desapareció.

-          Ya me tengo que ir.

-          ¡Que!... disculpa… lo siento… no quise…

-          Hay cosas que prefiero no recordar ok.

-          Está bien… pucha… no quise… en serio…

-          Está bien… ya es tarde… la pase muy bien espero verte pronto.

-          Yo también… y si algo te sirve… mi padre… mi padre es mucho peor… al menos el tuyo ya no está en este mundo.

Valeria le miro sin decir palabra, se acerco y beso su mejilla, tomo sus cosas y se alejo del lugar, Carolina quedo sola terminando su helado.

Ya sola en su cama, Leticia recordaba la visión que había tenido, jamás imagino que esa chica podía estar de esa forma con ella, lo recordaba y se reía sola, además una visión así y más del futuro, se notaba que esa chica la influía de sobremanera, lamentaba no poder ser más precisa con sus visiones, saber el día y la hora exacta, claro que quería estar con ella, lo deseaba, y no aguantaba la hora que ese día llegara, pero, quizás no sería pronto, quizás podrían pasar hasta meses antes de que eso ocurriera, y también quizás nunca pasara, podría ser que simplemente su inconsciente le estuviera jugando una mala pasada, y que tan solo su deseo por esa chica haya provocado esa visión, eso ultimo la desanimó completamente  se dio cuenta que solo estaba viviendo un sueño un lindo sueño y nada más.

Pasaron dos semanas en los cuales Leticia recorrió la ciudad tratando de toparse con Valeria, pero no tuvo resultados, había sido una tonta en no pedirle su número celular, solo quería escucharle, oír su voz, estar con ella unos minutos, con solo eso se conformaba.

Salió nuevamente, Carlos tenía que viajar por negocios asique Leticia se sentía libre por una semana, se traslado a la plazoleta, el día estaba increíble un sol esplendoroso el calor  dejaba salir a hermosas chicas con trajes diminutos para capear de alguna forma el sofocante sol, Leticia con sus lentes de sol transitaba calmadamente, tenía que trabajar pero no lo haría, sería su día para descansar y disfrutarlo solo ella, no pensaría en clientes, ni en chicas, ni en buscar parejas, tampoco respondería su celular, ni anotaría en su block, nada de eso pasaría hoy, solo estaría el hermoso día y ella.

Estaba sentada, planificando por donde empezaría, por el calor vestía unos short de jeans, una camiseta, y zapatillas, su bolso permanecía cruzado, pero no estaba la cámara, y revisaba en su celular algunas anotaciones, en eso estaba disfrutando del sol que le llegaba a sus piernas cuando una sombra se interpuso entre ella y el astro rey, miro para ver quien osaba quitarle tan preciado calor y su sonrisa apareció en su rostro como un rayo.

-          ¡¡¡¡Valeria!!!!

-          Hola Señorita, ¿como esta?... tanto tiempo que no la veía.

-          Si… bastante… ¿dónde te habías metido?

-          Mmm… por aquí por allá… tenía algunas cosas que hacer.

-          Ya veo… y ¿hoy tienes algo que hacer?… te invito al cine.

Dijo Leticia sacándose los lentes para poder contemplar a la chica que tenía en frente, Valeria, la miro…como decirle que no, como decirle que tenía cosas que hacer, que su jefe estaba molesto por no cumplir con lo que se había propuesto y que la presión era muy grande.

-          ¿Hoy? – respondió Valeria

-          Si… cine… almuerzo… paseo… ¿que más te gustaría hacer?

-          ¡¡¡Todo el día!!!

-          ¡¡¡Claro!!!!... solo tú y yo… un día de relajo. ¿Te parece?

Valeria se puso nerviosa, todo un día con esa chica, si que sonaba atractiva la idea, estar con ella sería genial, pero ¿cómo lo hacía con su trabajo?.., los chicos de seguro que se molestarían, y ni hablar de su jefe, que esperaba que esta semana hubiera alguna novedad, pero…pero…un día completo…a solas con Carolina…era demasiado tentador.

-          Me das un minuto – exclamo Valeria.

-          ¡¡¡Claro!!!

Valeria se alejo, e hizo algunas llamadas,  su rostro notaba preocupación, luego suplica, al final alegría, colgó y volvió donde Carolina.

-          ¡¡¡Ok!!! Nos vamos

-          ¡¡¡Siiiiiii!!!!!

Fue un día maravilloso, pasearon, fueron al cine, almorzaron, se sirvieron helado, visitaron las tiendas, incluso compraron algunas cosas, Carolina disfruto cada segundo en compañía de Valeria, ésta iba vestida de jeans y una blusa a cuadro, bastante sencilla, pero a la vez elegante, la miraba caminar y su andar era pausado casi musical, moviendo sus caderas en sintonía, ¿cómo podía darse cuenta de eso?... tan solo ella lo sabía, en las tiendas se probo algunas vestimentas y se deleito con su figura, camisetas que marcaban sus senos, normales, redondos, quizás suaves, quizás de pezones rosados, erectos, duros, quizás de un vientre plano, también suave y delicado, pantalones que resaltaban su trasero, Carolina miraba cada prenda que se probaba, tratando de disimular como la observaba cuando salía del probador, tratando de que su imaginación no le jugara una mala pasada, pues sus ojos se deleitaban con  su trasero,  y quería tener los poderes de superman y ver a través de la tela aquellas nalgas, que quizás eran blancas, quizás suaves, quizás firmes, acariciarlas lentamente, palparlas y apretarlas, era una sensación que recorría su mente una y otras vez, tanto así que no se dio cuenta cuando Valeria le hablaba, preguntándole como le quedaban, cuando volvió a la realidad, ya era muy tarde, la chica se le acerco y le dijo:

-          Si quieres mirarme… al menos disimula un poco.

El color inundo el rostro de Carolina, la chica se alejo al probador riendo divertida.

El día llegaba a su fin, y ya era la hora de separarse, caminado en dirección al paradero donde Valeria tomaría el autobús que la llevaría a su casa, Carolina tenía un enorme deseo de irla a dejar, pero sabía que había sido mucho por hoy y no la quería agobiar con su presencia, por ella estar las 24 horas del día y aun así no era suficiente, caminaban en silencio como sabiendo que se tendrían que separar, ninguna quería llegar al paradero pero la física no se podía romper, al llegar Carolina la quedó mirando, por su mente paso el deseo de besarla, pero se contuvo, no sabía cómo llegaría a reaccionar, y quizás para Valeria todo esto era solo una gran amistad, y no quería por una estupidez perderla, no, aun que lo sintiera en lo más profundo de su corazón no la besaría.

-          Bueno gracias por este día, me divertí mucho – dijo Valeria al llegar al paradero.

-          No hay nada que agradecer, yo también la pasé muy bien.

-          Qué bueno… sabes… ¿querrías acompañarme este fin de semana a la playa?

-          Otra vez iras con tus amigos.

-          No… esta vez no.

-          Como… ¿solo me invitas a mi?

-          Así es… quiere acompañarme.

-          Cla… ro… claro que si – respondió Carolina con los ojos brillantes.

-          ¡¡¡¡Qué bien!!!!... dame tu dirección para pasar por ti.

-          Este… no… mejor nos juntamos aquí.

-          ¿¿¿¿Aquí????... en serio que no me cuesta nada pasar por ti.

-          No, no te preocupes… mejor aquí o donde te quede más cerca.

-          Mmm… está bien como gustes, ¿el viernes a las 09:00 hrs?

-          Perfecto.

-          ¡¡¡Genial!!!... entonces aquí nos vemos, ¡no me dejes plantada!

-          ¡¡¡Nooo!!! Nunca.

El autobús de Valeria se aproximaba, ésta se acerco y la abrazó, sintió su cuerpo muy cerca, demasiado, su calorcito, y esa sensación de paz que tanto le gustaba, que la hacía sentir tan pero tan bien, se alejo unos centímetro y besó su mejilla, un beso dulce, tierno, suave, le miro a los ojos, con esos ojos verdes tan hermosos y subió, su mirada se perdió en la de ella mientras se alejaba por las cálidas calles de la ciudad.

A la hora y lugar indicado llego Valeria, conducía su auto un Jeep 4x4, tracción en las cuatro ruedas, color gris, al doblar la pudo ver, allí estaba la chica a la que tenía que recoger  y que por alguna extraña razón sabía que estaría esperándola y eso la desconcertaba un poco, quería estar con ella, quería saber de ella, quería conocerla y mucho, saber quién era, que cosas le gustaban y que cosas no, sentía una atracción extraña, tenía la necesidad de pertenecer a su mundo, pero parecía que ya hubiera estado con ella, quizás en otra vida, una tontería, pero estar cerca de ella era... era… demasiado maravilloso. Estaciono el auto, levanto los seguros automáticos, la chica  abrió la puerta trasera para echar su bolso y luego se sentó a su lado, le sonrió, que linda sonrisa tiene, pensó.

-          Hola.

-          Hola.

-          ¿Todo bien?

-          Si.

-          Nos vamos.

-          Adelante.

Cerca de dos horas se demoraron en llegar a la cabaña que daba a los pies de la playa, era un sector muy bello y tranquilo, al fondo tras el refugio había un gran bosque, el olor a pino y eucaliptus impregnaba el lugar, la briza hacía que sus copas ondularan en un compas sin igual y los diferentes verdes de sus hojas daban un espectacular cuadro de naturaleza viva. La cabaña era muy acogedora, tenía un pequeño antejardín con una mesita redonda y un par de sillas, posicionadas de tal forma que estando allí se disfrutaba de un lindo paisaje, por dentro un living comedor con un gran sillón, alfombra en el piso a un costado la mesa cerca de una pequeña chimenea, con un gran ventanal que daba al bosque, al fondo dos habitaciones, una con dos camarotes y la otra con cama matrimonial, ambas con televisor y completamente equipadas.

Valeria estaciono el auto y ambas bajaron, entraron a la cabaña y se acomodaron dentro.

-          Tengo que ir a comprar algunas cosas para la cena, no dejo muchas cosas acá no paso mucho, ¿te quedas o me acompañas?

-          Te acompaño.

-          ¡¡¡Genial!!!

Salieron y fueron al mercado a comprar lo necesario, pasaron la tarde riendo y conversando  muy animadamente, recorrieron la playa, la arena estaba exquisita, el agua mojaba sus pies, la briza revolvía sus cabellos, ya llegaba el atardecer y la puesta de sol la verían juntas…¡¡¡ eso sería genial!!!. Volvieron a la cabaña y sacaron algunas cervezas, se sentaron en la terraza, la puesta de sol se veía esplendida, Carolina saco su cámara, no podía perderse esta oportunidad una playa tranquila, una tarde hermosa y una maravillosa compañía, saco algunas fotos, luego le pidió a Valeria que posara para ella, la chica no dudo en hacerlo y el flash apareció en varias oportunidades, el sol se escondió completamente, y la oscuridad comenzó a cubrirlo todo, también la temperatura comenzó a bajar y estar afuera con ropa ligera no era buena idea, por lo que entraron.

Por la mente de Carolina comenzaron a pasar muchas preguntas… que sucedería ahora? sola en esa cabaña con esa chica que la ponía muy nerviosa, habían dos habitaciones, ella dormiría en una y ¿Valeria en la otra?, como haría para estar a su lado, no quería dormir sola, la noche era larga y no tenía ni una pisca de sueño, podía estar conversando con ella horas,  ni siquiera necesitaba charlar, tan solo con mirarla, admirarla era suficiente, aspirar su aroma, ese perfume tan peculiar que emanaba su cuerpo tan conocido para ella sin saber el porqué.

-          Antes de venir arrende algunas películas y bueno tengo palomitas de maíz ¿te tinca si las vemos?

-          Claro, ¡¡¡qué buena idea!!!.

-          Ok, entonces te dejo, voy a tomar una ducha.

-          Ok.

La alegría no cabía en el pecho de Carolina, películas y palomitas de maíz pero que buena idea, había televisión en las dos habitaciones pero el DVD solo estaba en la matrimonial, que quería decir eso… las dos juntas… en una cama…

Ambas tomaron una ducha, por separado, Carolina se puso su pijamas al igual que Valeria, la primera preparo las palomitas mientras que la segunda arreglaba la película y alistaba la habitación, al los minuto llego Carolina con un bolle lleno de palomitas se acomodo a un costado mientras Valeria lo hacía en el otro, la tv en el medio y la película comenzó. Pasaron las horas y la cinta llego a su fin.

-          Muy buena la peli.- dijo Carolina.

-          Sí, me encanto la parte cuando cae la chica semidesnuda, pensé que moría allí mismo.

-          No, no tendría gracia, aun quedaba mucha película no se podía morir tan pronto.

-          Tienes razón.

-          Ok… estoy un tanto cansada, te molesta si me quedo acá… la otra cama debe estar fría.

-          No para nada… es mas… te iba a pedir que te quedaras.

-          ¿Así?... ¿Por qué?.

-          ¿Por qué?... porque… porque… porque si.

-          ¿Por qué si? Jajajajaja, que clase de respuesta es esa.

-          Bueno… lo siento… es extraño… me pones un tanto nerviosa.

-          ¿Así? Y ¿por qué?

-          Porque… porque… deja de preguntar tanto!!!

-          Jajajajaja ok… descansa buenas noches.

Carolina, le dio la espalda y se dispuso a dormir… ¿dormir?, con ella a su lado… ¡¡¡¡imposible!!!!. Valeria la miro unos minutos, tendida allí a solo unos centímetros,  trato de cerrar los ojos y dormitar, pero no, no podía, tenía…tenía que acercarse un poco más y así lo  hizo, la distancia ahora era mucho menor pero su ser anhelaba mas y ahora que… aun sentía que estaba lejos, su cuerpo tenía frio y necesitaba el calor de Carolina, ¿qué haría?... ¿¿se atrevería a acercarse otro poco??... de pronto sintió como Carolina se acomodaba y… se acercaba mas a ella, ya no había espacio entre ambas, el rostro de Valeria rosaba el pelo de Carolina, el pecho de Valeria rosaba la espalda de Carolina, el vientre de Valeria rosaba con las nalgas de Carolina, y la mano de Valeria comenzó a recorrer el cuerpo de Carolina,  empezaron a tocar y acariciar sus brazos desnudos, ella dormía con un pijama de camiseta y short, pasaba sus dedos muy suavemente por ellos de arriba abajo y viceversa, sentía como la respiración de la chica era tranquila y no veía ninguna oposición a lo que estaba haciendo, por lo que decidió avanzar un poco más, aspiro el aroma que brotaba del cabello recién lavado de la chica y hundió su rostro en él, mientras su mano se deslizaba lentamente por su vientre, acariciándolo suavemente por encima del pijama, a Carolina se le escapo un suspiro pero mantenía sus ojos cerrados, Valeria continuó con sus caricias, su mano curiosa quería más, deseaba seguir recorriendo ese cuerpo que a cada minuto aumentaba su temperatura, esta vez fue más osada y rozó el vientre pero ahora por debajo del pijama, pudo sentir la piel suave y aquel calorcito que salía, con su mano abierta apretó la anatomía de la chica contra ella, un nuevo suspiro se escapo de los labios de Carolina, Valeria arqueo su pelvis para apretarla contra las nalgas de la chica, realmente le fascinaba lo que estaba sucediendo, al ver que no había resistencia alguna, siguió con su exploración, palpo un poco mas aquel suave vientre y subió lenta pero decididamente hacia sus senos y deposito su mano entre ellos, los ojos de Carolina se serraron aun mas, pero se dejo hacer, Valeria dudó unos segundos pero ya no había vuelta atrás, dócilmente deposito su palma en uno de sus senos y lo acaricio lentamente, apenas hubo ese contacto directo sintió como el pezón comenzaba a erectarse y a endurecerse  y eso le encantó, dejo el seno y fue en busca del otro, masajeándolo de la misma forma que el primero, lentamente, suavemente, con su palma abierta, tratando de hacer la forma del seno con su mano, subiéndolo y bajándolo, tomando entre sus dedos el pezón, estirándolo un poco y luego aplastándolo con su palma para volverlo a masajear, a estas alturas el cuerpo de Valeria estaba muy pegado al de Carolina y aquellas caricias hacían que se apretaran más y más, las caderas de Valeria comenzaban a moverse muy lentamente y las de Carolina empezaron a seguir su vaivén, la mano de Valeria dejo en paz los senos de la chica y volvió a bajar al vientre, nuevamente lo acaricio y apretó, eso le gustaba mucho, luego, comenzó a acariciar los muslos desnudos lentamente con su palma abierta, bajando y subiendo sobre la piel suave y tersa,  luego sus caricias se dirigieron a las nalgas y sobre el short las acaricio, esta vez Carolina abrió su boca y un pequeño gemido se escapo, Valeria noto que le gustaba y continuó con la tarea, poso su mano en un glúteo y lo apretó, tomándolo e izándolo una y otra vez, apretándolo pasando su dedo índice por entre sus nalgas apretando su orificio anal sobre el short produciendo un nuevo gemido en la chica, ahora deseaba sentir su piel, deseaba sentir el contacto con ese cuerpo que la electrizaba, deslizo su mano por debajo del short acariciando su nalga ahora sin prenda alguna de por medio, sintió la piel exquisita y apretó soltó y volvió apretar, volvió a recorrer con sus dedos entre sus nalgas y sintió un calor sin igual y una humedad tentadora, deslizo el short por completo fuera del cuerpo de Carolina y volvió a subir por su vientre a sus senos, la respiración de ésta ya no era calma, si no más agitada, acaricio nuevamente sus senos y sus pezones estaban  muy duros, bajo nuevamente, quería saber cómo se encontraba su intimida, su mano se deslizo lentamente, deseaba disfrutar de ese momento, la piel estaba suave, recién depilada, eso le encantó, las piernas de Carolina se abrieron lentamente, sabía a dónde se dirigía  y no le impediría el paso, Valeria se deslizó sin problemas y sus dedos comprobaron lo húmeda que estaba, la recorrió fácilmente por que sus fluidos estaban por todas partes, un nuevo gemido se escapo de los labios de Carolina, sentir esos dedos en su intimidad, sentir esas caricias en su cuerpo, esa chica sabia como tocarla, sabia donde depositar cada roce, sabia cuando tiempo tenía que tardar y como deslizar y acariciar, sus toques delicados, suaves la tenían muy excitada, Carolina comenzó a menear  sus caderas en busca de aquellos dedos maravillosos que la estaban llevando al cielo, Valeria notó esos movimientos y los jadeos, su respiración era cada vez más agitada, deslizo su mano nuevamente a sus nalgas y las volvió a acariciar acto seguido la introdujo entre sus piernas por atrás, Carolina volvió a facilitarle la tarea abriéndolas, sentía como su brazo rosaba sus nalgas y sentía como sus dedos rozaban su intimidad, de pronto Valeria introdujo un dedo en la vagina de Carolina, el cual se deslizo sin problemas, esta acción hizo que un nuevo gemido saliera de los labios de la chica y sus caderas se encorvaron, Valeria sentía como su dedo era succionado por aquella cueva húmeda y ardiente, como las paredes de ese sexo caliente se contraían cada vez que la penetraba, metiendo y sacando su dedo de esa cavidad palpitante, Carolina gemía y su pecho se agitaba, Valeria continuaba con el mete y saca, sintiendo como su mano se llenaba de los fluidos de la chica, sentía como las caderas se movían al ritmo de sus dedos, sentía como su respiración era acelerada, sentía sus ¡ah!.. ¡ah!... ¡ah!... ¡¡ah!! de placer, de pronto Carolina tomo aire y lo contuvo, cerro sus piernas aprisionando la mano de Valeria en su sexo y arqueó las caderas, segundos después soltó el aire retenido y se relajo, pequeños temblores y espasmos recorrieron su cuerpo una y otra vez, y su respiración poco a poco se comenzó a estabilizar, Valeria saco su dedo de la intimidad de la chica provocando un nuevo espasmo, deslizo su mano a su vientre y la apretó contra ella, susurrándole al oído –¿ “estas bien”? – Carolina respondió – “nunca había estado mejor”- acto seguido tomo la mano de la chica y ambas se durmieron abrazadas.

En la madruga aun estando oscuro Valeria despertó, sintió frio y noto que a su lado no estaba Carolina, se incorporó y levanto para buscar a la chica, recorrió la cabaña y no la encontró, se asomo por la puerta que estaba entreabierta y la diviso caminando en la playa, salió de la cabaña y fue a su encuentro a unos metros de distancia noto que estaba hablando por celular… ¿y a esta hora? pensó, se detuvo, no quería interrumpir y espero a una distancia prudente.

-          ¡¡¡Nooooo!!!... ¡¡¡no voy a escapar!!!… ¡¡¡NO!!!... maldición Carlos es solo un fin de semana nada más… ¡¡¡NO!!!..no estoy con nadie… ¡¡¡ESO ES MENTIRA!!!... ¿¿¿quieres que vuelva???... lo hare… mañana… en la tard… ¡¡¡QUE!!!!... ¡¡¡ahora!!!... ¡¡¡¿¿¿quieres que vuelva ahora???!!!... pero Carlos… ahora no… ¡¡¡MALDITA SEA POR QUE!!!... ¡¡¡no quiero!!!... No... No… ¡¡¡¡NOOOOO!!!!.... ¡¡ELLA!!... no… no… es… nadie… nada…. importante… ¡¡¡pero Carlos!!!... POR LA… ¡¡¡¡TE ODIOOOOOOO!!!!....

Carolina arrojo lejos su celular y cayó de rodillas a la arena, golpeándola con sus manos y llorando con mucha rabia, Valeria corrió al ver lo que le pasaba.

-          ¡Carolina que pasa!... tranquila.

-          ¡¡¡Déjame!!!... me tengo que ir.

-          ¡¡¡Que!!!... ¡¡¡¿¿te vas??!!!... ¿¿¿¿pero por qué????.

-          Ya te dije me tengo que ir.

-          ¿Fue esa llamada?..¿quien te llamó?

-          Nadie que te importe.

-          Me importa si te afecta a ti… dime quien te dijo que te fueras.

-          ¡¡¡Nadie!!!...

-          Pero espera no te vayas… vamos a la cabaña hablemos estas muy agitada.

-          ¡¡¡NO!!!! ¡¡¡Me voy!!!!…

-          Espera – Valeria la tomo de la mano, pero Carolina se la soltó bruscamente, tenía mucha rabia y la chica lo noto. – no te vayas.

-          Conmigo no estás segura… es mejor que me vaya.

-          ¿¿¿Segura???... ¿¿¿de que hablas???

-          Nada me voy – Valeria intento detenerla nuevamente pero Carolina estaba muy furiosa y la golpeo en el brazo, la chica notó su enojo e intento retenerla sabia que de alguna forma tenía que hacer que su rabia saliera para calmarla, la abrazo por la espalda, Carolina se intento zafar, pero Valeria la tomo con fuerza, Carolina golpeo sus costillas con su codo, la chica aguanto el dolor sin soltarla.

-          ¡¡¡¡Ya déjame!!!!

-          No.

Carolina tomo un brazo de Valeria y logro sacársela de encima y volvió hacer ademan de alejarse, pero Valeria volvió a la carga.

-          ¡¡¡Ya basta!!!

-          ¡¡¡No.!!!!

Acto seguido se dio la vuelta y le propinó una cachetada que la pilló mal parada y cayó en la arena, Carolina al darse cuenta de lo que había hecho se arrodillo junto a la chica.

-          Perdóname… fui una tonta – dijo tocándole el rostro donde le había golpeado.

-          Carolina… yo puedo protegerte…no te voy a dejar sola… solo dime qué pasa.

-          No… no puedo… es mejor así.

-          Pero ¿por qué?… ¿por qué no podemos estar juntas?.

-          Es lo mejor.

-          ¿¿¿Lo mejor???... como puedes decir eso… acaso... ¿acaso lo de anoche no significo nada para ti?

-          Claro que si… ¡¡¡fue maravilloso!!!

-          Entonces.

-          Por lo mismo… no quiero… no quiero que esto acabe mal… prefiero que me recuerdes así... que tengas presente lo lindo de todo esto.

-          ¿Recordarte así? De que hablas.

-          Es mejor que ya no nos veamos más.

-          ¿¿¿Qué???... ¿¿pero por qué??

-          Ya te dije... es… es lo mejor.

-          No entiendo nada… ¿me estas cortando?

-          ¿Cortando?… nunca hemos empezado nada...

-          Pero Carolina ¡¡¡qué onda!!! Qué te pasa… ¡¡¡explícame!!!

-          No puedo explicarte nada ahora… solo me tengo que ir… y ya.

-          Solo eso.

-          Si.

-          Ok… Voy a dejarte entonces.

-          No… no es necesario

-          Son las 05:00 de la mañana no dejare que te vayas sola… te dejo… y ya no me veras nunca más…

-          Valeria… no… lo siento.

Valeria se puso de pie y camino hacia la cabaña, Carolina sentía como se le despedazaba el corazón, se le caía a pedazos y sangraba por dentro, miro como la chica se alejaba recogió su celular, el cual comenzó a sonar nuevamente, Valeria se dio vueltas la miro y siguió su camino, Carolina contesto y luego cortó.

-          En serio que no tienes que irme a dejar – dijo Carolina ya entrando a la cabaña.

-          Guarda tus cosas por favor.

-          Pero Vale.

-          Pero nada…

-          Lo siento mucho.

-          Créeme que yo lo siento más.

Carolina la miró, estaba de espaldas guardando la ropa en el bolso, se le acerco por detrás y la abrazó por la cintura, Valeria se sorprendió por tal reacción y se quedo quieta.

-          Yo… yo… lo que he vivido en estos días...y lo que he pasado en estas horas  a tu lado ha sido lo más bello del mundo, nunca me había sentido así…a veces pienso que… que… ya te conociera… eres muy especial… me siento muy bien a tu lado… demasiado bien.

-          Entonces no te vayas – respondió Valeria dándose vueltas y quedando frente a frente.

-          Créeme que lo deseo… pero no puedo.

-          Pero ¿por qué no…?

-          No es seguro.

-          Yo te puedo proteger… hay cosas que no conoces de mi y… y… yo – Carolina tapo la boca de la chica con sus dedos impidiendo que siguiera hablando, le acaricio el rostro suavemente y la atrajo hacia ella, besando sus labios, fue un beso lleno de amor, lleno de ternura, y lleno de tristeza y además su primer beso. Valeria la abrazo fuertemente,  Carolina la siguió besando mientras sus lagrimas corrían por sus mejillas… no quería dejar a esa chica.

En el auto se fueron en silencio todo el camino, Valeria dejo a Carolina en la misma parte donde la había recogido, la miro por última vez y se fue, la chica vio como el vehículo se alejaba y lloro amargamente.

Leticia miro como se marchaba en su auto, la tristeza le oprimió el corazón y camino lentamente por las calles desiertas.

Pasó un mes en que no supo nada de ella, miraba su celular y quería hablarle, un par de veces le llamo desde un teléfono público, le marcaba pero no decía nada, solo escuchaba su respiración cada vez que decía  ¡Alo!... ¡Alo!... luego cortaba. En las noches en su habitación miraba la foto que le había sacado y que guardaba con recelo, sentada frente al mar, se veía maravillosamente bella, se sentía tan vacía en tan poco tiempo esa chica había puesto su mundo miserable de cabezas, le había dado un vuelco total y hasta llego a creer que los milagros existían y que la felicidad también ella tenía la dicha de gozarla, por unos instantes se sintió plena y olvido su triste realidad, ahora más terrible debido a la llegada de una nueva chica que habían reclutado. Su nombre era Martina.

-          Bueno Leticia querías vacaciones pues las podrás tener – Leticia le miro con mucho odio – Que…. ¿por qué me pones esa cara?.

-          ¿¿¿Vacaciones??? no me hagas reír Carlos.

-          Es enserio… hemos incorporado una nueva muchacha… muy guapa te he de contar y bueno… hará tu trabajo por lo que tendrás más tiempo para descansar.

-          ¿¿¿Me estás hablando enserio???- Pregunto Leticia un tanto sorprendida y a la vez dichosa de no tener que hacer ese trabajo que tanto le desagradaba.

-          ¡¡¡Claro!!!... solo te advierto una cosa… si Martina llega a ser mejor que tú… tendré que ponerte en otra área… a sí que es mejor que cuides tu trabajo. – termino diciendo Carlos en un tono muy desagradable,  en ese instante Leticia comprendió que no había mucho donde elegir, si no podía entregarles las chicas que los clientes pedían, ella  tendría que prestarse  para realizar el trabajo, y pasaría a ser una dama de compañía mas como Camila, un escalofrío recorrió su cuerpo al imaginar lo que le esperaba si no cumplía con las expectativas, tener que acostarse con esos hombres la descomponía, pero como decía Carlos, nadie estaba allí gratis y el que no trabaja no come y huir era claro que no era la solución.

El deseo de salir de vacaciones y descansar se esfumo y estuvo más atenta al trabajo que realizaba la nueva chica, lo peor de todo era que a ella si le gustaba, ¿cómo podía no sentir repulsión al hacer eso?...¿cómo era posible que no tuviera ningún ápice de remordimiento al tomar cada foto y anotar la lista en su libreta?... ¿acaso no sabía lo que pasaba realmente allí?... no eso era imposible… si estas metida aquí sabes muy bien lo que pasa, sabes con quien te metes y lo que te puede pasar si no obedeces… quizás el dinero era más fuerte que su propia conciencia, a veces le gustaría no poder sentir, haría que su vida fuera más llevadera pero eso ya era mucho pedir.

Un día cualquiera, recorriendo los lugares de siempre, con su libreta en su bolso miraba  las calles recordando a Valeria, pues ni siquiera se la había topado y antes era como tan solo pensar en  ella para que apareciera, realmente se había esfumado, las calles estaban poco concurridas producto del festival, mala fecha para trabajar de día, era mejor de noche pero ese no era su labor, decidió volver a casa estaba cansada mentalmente,  a veces deseaba desaparecer de la faz de la tierra pues allí no había nada bueno para ella, bajó las escaleras y sintió algunas murmuraciones, a medida que se acercaba el dialogo era más claro.

-          ¿Así que es policía?

-          Si… el jefe estaba ¡¡¡furioso!!!

-          ¿Y qué hará?

-          Yo que sé… pero de seguro que viva no la deja… al parecer sabe demasiado.

-          ¿Y es cierto que es rica?

-          ¿Rica?... ¡¡¡¡es riquísima!!!!... ¡¡¡¡tiene un cuerpazo exquisito!!!... yo vi las fotos que le tomo la nueva… uuuuu ¡¡¡¡que mujer!!!!

-          ¿Ella la trajo?

-          Si.

-          Hay quiero verla.

-          ¡¡¡No seas estúpido!!!... esta con el jefe ahora, aun que yo creo que antes de despacharla pal otro mundo el jefe se la servirá en bandeja.

-          ¿Crees que nos la deje después?

-          Yo creo que si… solo pensar en ella… uuuu se me para solita.

-          ¡¡¡¡Jajajajaja!!!!!

-          ¡¡¡¡Jajajajaja!!!!!

Leticia escucho todo y bajó la cabeza… ¿cuántas veces no había escuchado eso?... que tenían a una chica, y que harían con ella innumerables vejaciones, solo para satisfacer sus apetitos sexuales… escuchar los gritos… los golpes… los insultos… A pesar de que era casi pan de cada día, jamás se podría acostumbrar a ello, camino a su cuarto, lamentablemente éste quedaba en la misma dirección de donde se encontraba la supuesta policía, no quería mirar, después sus pesadillas eran peores, pero algo… algo le decía que tenía que ver quién era. La puerta estaba abierta… total de allí era imposible escapar, paso sin mirar... pero no pudo... ladeó su cabeza y observo… en una silla… amarrada de pies y manos con una venda en sus ojos y un severo golpe en los labios estaba la chica, la sangre corría por su boca e intentaba soltarse de las amarras, Leticia al verla casi se desmaya de la impresión, su corazón  estuvo a punto de detenerse por la visión antes sus ojos y solo atino a entrar corriendo, cerrar la puerta tras ella, y abalanzarse sobre la chica.

-          ¡¡¡¡Déjame maldito hijo de puta!!!!... ¡¡¡¡suéltame desgraciado!!!! Y veras de que soy capaz.

-          Tranquila Valeria.

-          ¿¿¿Qué???... esa voz… Caro… ¿¿¿Carolina???

-          Si… quédate quieta para desatarte – Le dijo mientras quitaba la venda de sus ojos.

-          ¡¡¡Pero como!!!... ¡¡¡¡que haces aquí!!!!... ¡¡¡Dios!!! no me digas que también te secuestraron... ¿¿¿estas bien??? ¿¿¿Te hicieron daño???... dime… ¡¡¡dime!!!

-          ¿¿¿Qué???... no… ya… casi… estas libre…

-          Pero Carolina, ¿¿¿que te han hecho???...si te tocaron…si te tocaron solo un pelo….yo…¡¡¡¡yo los mato!!!!

-          ¡¡¡Shhhh!!!... escúchame… escúchame muy bien… corre por el pasillo a mano izquierda hasta el final… doblas  a la derecha hasta la tercera puerta y te metes por la cuarta… elige la escalera de la izquierda y subes… encontraras otra puerta sales por ella… llegaras al callejón.

-          ¿¿¿QUE MIERDA PASA AQUI LETICIA??? – grito Carlos al entrar por la puerta, Leticia alcanzó a cortar la ultima amarra que tenia prisionera a Valeria y esta se levanto velozmente poniéndose entre Leticia y Carlos – TE HICE UNA PREGUNTA  LETICIA…¡¡¡¡ CONTESTA MIERDA!!!!

-          ¿¿¿Leticia???... - miro Valeria a la chica que decía llamarse “CAROLINA”..- ¿¿¿Leticia??? – volvió a repetir confundida, pero ya Carlos estaba encima de Valeria para reducirla, pero esta vez la chica fue más rápida y esquivo al hombre, dándole un golpe en pleno rostro, Carlos quedó un tanto noqueado pero no lo suficiente y volvió al ataque, pero Valeria lo atacó nuevamente con una patada en pleno estomago, dejándolo sin aire, Carlos cayó al suelo protegiendo su estómago, Valeria sudaba y Leticia la miraba extasiada al ver como se defendía, como se movía y la clase de golpes que daba

-          ¿¿¿Leticia??? – volvió a pronunciar esta vez mirándola a los ojos, la chica asintió con la cabeza sin pronunciar palabra alguna – ¡¡Vámonos ahora!!

-          No… no… puedo… – dijo casi en un susurro bajando la cabeza… no podía mirarla a los ojos.

-          ¿¿¿Qué???... ¿¿qué te pasa??… ¡¡¡vamos ya!!!

-          ¡¡¡¡TE MATARE MALDITA PERRA!!!! – grito Carlos incorporándose con un cuchillo que tenia escondido.

-          ¡¡¡¡NOOO!!!!... - grito Leticia y se abalanzó contra el hombre, dándole un fuerte golpe en la nuca, el pesado cuerpo cayó nuevamente al suelo y quedó tirado quejándose.

-          ¡¡¡VETE!!! ¡¡¡VETE YA!!!

-          ¡¡¡¡No me iré sin ti!!!!... ¡¡¡¡TE MATARA!!!!

-          ¡¡¡¡QUE TE VALLAS TE DIGO!!!! –grito Leticia y la empujo del cuarto al pasillo… no te preocupes… estaré bien – dijo esforzándose en sonreír.

-          ¡¡¡Estás loca!!!... ¡¡¡no conoces a este hombre!!!... es un delincuente muy peligros… ¡¡¡¡vámonos ya!!!! – Valeria no entendía nada.

-          Tranquila… él no me hará daño… él… es… es… mi padre – fue lo último que escucho antes que la chica cerrara la puerta delante de ella, Valeria la miro por la pequeña ventana que tenía, sus ojos no mentían, todo quedó en silencio, lo único que escuchaba era la voz repitiendo una y otra vez que era su padre…su padre… su padre… vio como nuevamente aquel hombre miserable se levantaba y tomaba de los cabellos a Leticia perdiéndola de vista, luego en una fracción de segundos volvió a la realidad sintió los gritos y pasos de los hombres que corrían en auxilio del “jefe”; mirando por última vez la puerta cerrada desapareció por el pasillo velozmente.......