Alma

Una de las cosas más difíciles de esta vida, ser natural y lo puedo ser contigo, ser yo misma.

"Te veo y aprecio la ternura en ti. Eres lo que deseo para siempre. Me encantaría, desayunar contigo, pero ¡qué digo!, cenar, comer, salir, estar siempre contigo...” se escucha en la caja tonta, que piensa saberlo todo, pero eso todo es relativo, en una parte te enseñan la realidad de una forma, cambias y ya tienes otra diferente. En ella encuentras grandes contrastes desde estar viendo un documental, esos de la 2, que poca gente ve, por lo menos de mí alrededor pero que a mí me parecen interesantes y lo que merece la pena ver. También hay un poco de drama, comedia con las distintas series, hay que ver, en un canal en el que todo lo demás es basura, es como lo aprecio yo, programas de entretenimiento, si como lo queráis llamar pero que a mí y a mucha gente le parece con todo respeto una autentica tontería verlo. En fin, he acabado desviando totalmente del tema, y para que habré dicho todo esto, si total para mi carecen de importancia, ya que tienen solución, ¿sabéis cual es, no?, exacto cambiar de canal y todo arreglado, es la más obvia y a la vez incluso puede parecer absurda, pero en la vida también hay cosas de este estilo, lo que tenemos delante nos puede parecer tan insignificante que no nos damos cuenta de que es lo que realmente cuenta, lo que de verdad importa. Sin embargo, siempre podemos enmendar los errores.

A lo largo de mi vida, de momento corta, tengo solo 24 años así que lo que se dice experiencia experiencia no tengo, he tenido un par de relaciones largas de las cuales guardo un gran recuerdo. La primera de ellas, con apenas 17 años, duró poco más de tres años, y la otra realmente no era muy seria, pero al final todo terminó bien. Sobre todo de la primera guardo un magnifico recuerdo pero que a veces duele, ya que realmente había amor, no me lo podía creer todo parecía perfecto, tanto que me daba miedo perderlo y este se hizo realidad.

Probablemente, estaréis preguntándoos ¿Cómo eran, era una mujer o un hombre con quien estabas?, el instinto humano es bastante curioso, a veces lo perdemos pero vuelve. De momento, la respuesta no es relevante, así que cada uno que haga sus propias suposiciones.

Ahora toca hablar de mí, soy alta, cabello largo y castaño oscuro, ojos marrones, no es por nada pero me cuido y eso se nota, así que digamos que de cuerpo estoy bien. Suelo salir a correr, por las mañanas, al parque que hay cerca por mi casa.  Como ya he terminado mi carrera, por un lado me siento bien pero por otro no se qué hacer, me gustaría tomarme un año sabático, viajar por el mundo y conocer gente, divertirme, ir a la playa, dar largos paseos, ir al teatro, concierto y más. Afortunadamente, me lo puedo permitir. Mis padres me dejaron una herencia bastante considerable, una casa estable, y un negocio que se lleva solo.

Mientras escribo esta parte de mi vida, estoy esperando a la que actualmente es mi pareja. Tengo el móvil en la mano, escribiendo todo lo que recuerdo y lo que se me pasa por la cabeza.  Tengo unas ganas de verla de nuevo, ahí está saliendo del aeropuerto, lleva una pequeña maleta azul, su abrigo en la mano, y viene hacia mí  con una sonrisa en la cara.

-Hola preciosa, ¿qué tal?- le digo.

-Hola cariño, cuánto tiempo sin verte-. Me  besa

-Si solo han sido dos semanas, ¿tanto me echabas de menos?- me encanta molestarla

-La verdad, no. Conocí a  alguien durante mis vacaciones, y ya sabes una cosa llevo a la otra y…

-¿Cómo?, ¿Qué es eso de que una cosa llevo a la otra?-en cuanto lo digo, se da la vuelta y pide un taxi. Nos montamos, coloca su mano en mi pierna, y comienza a subir lentamente, acariciando cuidadosamente mi muslo.

-No has contestado a mi pregunta- le digo al oído, mientras quita suavemente su mano.

-¿Sabes qué? Creo que te iba a gustar lo que iba  a hacer- me susurra, esto hace que me estremezca.

-Y, ¿Qué es eso que me iba a gustar?- le digo mientras beso su cuello, respira profundamente y levanta mi rostro con sus manos, nos quedamos a escasos centímetros la una de la otra, -¡pi! ¡Pii!- nos sobresaltamos, al parecer nuestro taxista se había quedado embobado con nuestra situación, y no se había percatado de que el semáforo estaba en verde.

-Me parece que ahora no te lo voy a decir… pero…

-Pero…tengo una idea-