Aliviando el luto de la suegra iii
Tras lo ocurrido con su suegra, Cristo permaneció durante un tiempo sin contacto físico con la misma. Sin embargo, ambos añoraban volver a tener un nuevo acercamiento, el cual se dio en el cumpleaños de su hijo, y además, en pleno momento fértil de la suegra.
Tras lo ocurrido intentábamos evitar cualquier tipo de acercamiento que pudiera poner a mi esposa sobre sospecha. Pero esa misma noche, al regresar, me la volvía a follar nada más llegar a su vivienda, tras lo cual, regresé nuevamente a casa. Al día siguiente, le dieron el alta a mi esposa en el hospital. Por suerte, mi suegra me informó que le había vuelto a bajar la regla, relajándose, diciéndome que había pasado unos días temerosa, dudando, y pensando que podía haber quedado embarazada.
Fueron pasando los días, pero aunque en algunas ocasiones, llegue a tocar el trasero a la suegra, en mi casa la realidad es que no volvió a ocurrir nada. Mi esposa pronto dio a luz, naciendo mi primer hijo. Todo cambio, y todo el cariño se concentro en aquel retoño. Pese a mis ansias, me contuve, y retuve mi deseos para con mi suegra, la cual no dejó de mantenerse cerca de su hija en todo momento. Fueron pasando los meses, y retomé mis relaciones con mi esposa.
No obstante, comencé a percibir las miradas que me echaba mi suegra de vez en cuando. Yo, pese a tener de nuevo a mi esposa, seguía añorando poseer de nuevo el cuerpo de mi suegra. Así pasó casi un año, hasta que llegó el cumpleaños de mi hijo. Lo celebramos en un restaurante al que solíamos acudir para este tipo de celebraciones. Durante esa ceremonia, note las miradas que de vez en cuando me dirigía mi suegra, quien por otro lado, ese día apareció totalmente cambiada, luciendo una vestimenta nada tradicional, abandonando el color negro. Nos sorprendió a todos, constatando que portaba un traje de una sola costura que se pegaba como un guante a su cuerpo, el cual resaltaba sus curvas y la esbeltez de su cuerpo. Todos los presentes aplaudieron el cambio de la misma, y le expresaron lo bien que le quedaba, prodigándose los elogios hacia la misma. Yo le señale que ya era hora de verla con otra alegría.
Ver a mi suegra con aquella indumentaria, como deducirán, me propinó unos calambrazos en mi pene que a duras pena logre pararlo, temiendo que mi empalmadura pudiera ser detectada por los presentes y me hiciera pasar una mala faena esa día. Pero mi excitación era tal que mis esfuerzos por evitar que se notara mi erección no fueron ajenos a las miradas de mi suegra. Cuando me acercaba a ella, me daba cuenta que se acalorada y veía que se ponía bastante nerviosa y agitada. Mi esposa además, estaba con la regla, por lo que llevaba días sin hacer el amor, y, esa situación, motivaba que mis genitales estuvieran en completa ebullición.
La oportunidad se dio al tener que acudir juntos a buscar unos paquetes al vehículo que tenía estacionado en el parking del restaurante. Durante el trayecto le dije:- Sara. ¡Qué preciosa estas hoy. Ese traje realza tu belleza!.¡estas para comerte enterita!
-¿ te gusta? .. ¿Lo dices en serio?. Pensé que ya no te gustaba .- me dice como regañándome.
- Claro que me gusta. ¿Cómo puede pensar lo contrario? . Lo que sucede es que no se ha dado la ocasión. ¿si supiera las veces que me he contenido en casa?. Le comente.
Ella me mira, dirige su mirada hacia el bulto de mi pantalón, y se sonríe, diciendo:-¿ Me sigues deseando, o lo dices solo por cumplir?
- ¿quiere comprobarlo? Busquemos una escusa. Me gustaría hacerla mía aquí mismo. Le dije casi con desesperación.
Me sonríe, sonrojándose, y notando la agitación de su cuerpo, diciéndome:- ¡ para …para…que te conozco! ¡Estás loco!.... ¡además, sabes que no debemos volver hacerlo!. Ya tienes a mi hija.
- No se ofenda Sara. Pero, no dejo de pensar también en vd. ¡necesito tenerla cuanto antes! O, ¡creo que cometeré una locura! .
Ella se acaloró, y me contesto: - Joder nene. Sabes que no puede ser. Además, este no es el momento para hablar de ello. ¡Podían darse cuenta!.
Entonces, tremendamente salido le dije: -¡ de esta noche no pasa!. Acudiré a su casa esta noche, “sea como sea” . Al tiempo que llegábamos a la entrada del restaurante de nuevo. Ella me iba a decir algo, pero se tuvo que callar ante la presencia de los invitados.
Logre que termináramos temprano en el restaurante, y tras llevar a casa a mi esposa e hijo, los cuales iban bastante cansados, le comenté a mi esposa que tenía que acudir un momento a la empresa, ya que según parece había surgido un problema con la alarma y que probablemente me tendría que entretener un poco. Ella estaba tan cansada, que se metió en la cama tras duchar a mi hijo.
Entonces, sin perder más tiempo, dirigí mi vehículo a casa de mi suegra. Llevaba más un año y tres meses sin tocar a Sara, y mi excitación era como si fuera la primera vez. Al verme llegar, ella se sonroja y me dice:- pero Cristo… ¡al final ha venido! ¿Cómo se te ocurre?. ¡No creí que te atrevieras! ¿Y mi hija? ¿Qué le ha dicho?
-No se preocupe. Un problema de la empresa.
Todos los hombres sois iguales, me sonríe. Luego me hace pasar dentro de la casa diciéndome:- Cristo. Sabes que no deberíamos volver a estar juntos. ¡Esto tiene que acabar!.
No le conteste, sino que me coloque tras ella, al tiempo que acerque mi paquete a su trasero. Ella se estremeció al sentirme. Pronto tome sus pechos en mis manos, y entonces se gira y sin decirme nada, me besa en la boca. La note no solo deseosa, sino sumamente caliente: ¡ aquella hembra quería guerra !.
- oh Cristo. ¿Como se te ocurre venir hoy…? ¡oh..Dios mío como estas !, exclamó, al echar su mano hacia atrás y atrapar mi verga aún dentro del pantalón. Evidentemente comprobó mi grado de excitación. Ella también llevaba tiempo sin tocar mi mandarria, por lo que volver a palparla y contemplar mi grado de erección la excito Note el estremecimiento de su cuerpo y su excitación.
-¿Y que quiere que haga suegra?. ¿Ha visto como me tiene de nuevo?. “Necesito clavarla nuevamente”. Llevo mucho tiempo de abstinencia. Mis testículos necesitan ser vaciados con urgencia otra vez .- le dije sin parar de manosearla y besarla.
Ella entonces, se gira y se coloca frente a mí, y, sin decirle nada, que desabrocha el cinturón del pantalón y pronto me los deja caer hasta el piso. No contento con ello, al instante hace lo mismos con mi slip. Al instante observa mi nabo totalmente inhiesto y enfilado hacia ella, lo que la llevó a exclamar: ¡ oh joder como la tienes! .
Sin pérdida de tiempo, Sara la toma ni pene en su mano, y la manosea un poco, repasando las dimensiones y grosor de la misma, diciendo :- pero chico, ¿te ha crecido más?Joder mira esas venas… ¡parece que se te fueran a reventar!..
Pero, no sé quedó en ello, sino que ante mi sorpresa, alarga su otra mano y palpa mis testículos. Era manifiesto que comprobar el estado de mis bolas, era algo que la excitaba. Me mira sonriendo, para decirme: - Joder nene. “Los vuelves a tener bien cargados” .
- es mucho tiempo suegra. Tengo una buena carga de leche para su conejito de nuevo - le añadí con total descaro.
Ella se agita ante aquellas palabras, me mira, y responde: -¿no pretenderás volver a correrte dentro?... Hemos tenido suerte con las veces anteriores. No puedes volver hacerlo dentro. ¡Sabes que podrías embarazarme!.
En ese momento mi mano, que tampoco se había quedado quieta, palpa su preciso trasero, al tiempo que mis dedos se introducen en su raja, y le digo al oído:- Oh suegra. “Sabe que no me importaría embarazarla”. Preñada tiene que estar de maravilla. Follarse a una mujer embarazada como Vd., “sería el mayor de los placeres”.
-¡ eres un autentico cabronazo!. ¿No lo dirás en serio?- exclama agitada y sin parar de maniobrar mi manivela una y otra vez. Nerviosa me mira y, se da cuenta de que no estaba bromeando. Entonces, añade: - ¿Cristo estas bien de la cabeza?..¿Cómo puedes pretender embarazar a la madre de tu mujer?. Se detiene, toma un respiro, y me vuelve a indicar: ¿ Te has parado a pensar en lo que ocurriría?. ¿Qué diría la gente? Y, ¿mi hija?.. ¿Cómo crees que se lo iba a tomar?.
-Por supuesto me haría cargo de todo. Aunque sea una locura, “sueño con embarazarla”- le dije totalmente excitado y decidido.
La realidad es que, aunque fuera una locura, ansiaba dejar preñada aquella preciosa mujer . ¡Aunque fuera la madre de mi esposa!. Llevaba tiempo pensando, y cada vez que pasaba esa idea por mi mente, ni nabo crecía de una forma increíble. Ya buscaría como solucionarlo, pero no era ninguna broma lo que le estaba diciendo a la suegra. ¡ Realmente quería embarazarla !. ¡Aunque fuera una autentica locura!.
Entonces comencé a besarla, al tiempo que poco a poco le fui comenzando a quitarle la ropa que cubría su cuerpo, hasta terminar dejándola completamente desnuda. No paraba de besar sus pechos, pasando por sus pezones, y recreándome en todo el hermoso cuerpo de aquella hermosa mujer. Me volví a estremecer al contemplar la piel tan blanca de aquella preciosa hembra. Era casi de color leche, y aquella visión me excitó sobremanera. Ver completamente desnuda a mi suegra, con aquella hermosa pelambrera totalmente negra que destacaba en su entrepierna, en comparación con resto de su cuerpo blanquecino, era algo que me enloquecía de placer . ¡seguro que ningún hombre se hubiera resistido ante aquel cuerpo de mujer!
Por su parte, ella tampoco se había detenido, sino que me ayudo igualmente a terminar a de desprenderme de toda mi ropa, hasta quedar ambos en pelotas. Observé en su rostro, contemplando como se le iluminaron los ojos ante la visión de mi cuerpo desnudo. Sin poder contenerse, echa mano de nuevo a mi nabo, atrapándolo entre sus manos, exclamando: Oh.. Cristo, ¡qué bueno estás cabronazo!. Estoy empezando a envidiar a mi hija.
-Suegra. Pues vd. no se queda atrás. Es el mejor cuerpo de mujer que he visto en mi vida. Ni siquiera su hija puede comparársele. Ya ha visto como me pone el nabo al contemplarla. Le manifieste, mientras no dejaba de manosear mi pene al tiempo que me tomaba de la mano para conducirme hasta su dormitorio. ¡ Mi suegra estaba decidida a que me la cogiera de nuevo esa noche!.
En cuanto la tumbe sobre la cama, ella me detuvo diciendo:- Espero Cristo. Espera…un momento. ¡Déjame que coja unas cosas de la gaveta!.
Ella se acercó hasta la mesa de noche y observé que tomo una caja, verificando al momento, con sorpresa, que se trataba de una caja de condones. Me mira y me dice:- ¡ sabía que volverías a intentarlo!. Al volver del restaurante, pase por una farmacia y me atreví a adquirirlos. “Casi me muero de vergüenza”, pero sabía que no debía correr más riegos contigo.
¡ Me quede sorprendido!. ¡Vaya con la suegrita!. Con toda su aparente rectitud y manifiesto conservadurismo, se había atrevido a adquirir una caja de preservativos, para pode seguir follando con su yerno. ¡algo que jamás pensé pudiera ocurrir!
No obstante, me quede algo preocupado cuando extrajo uno de los mismos. Al instante me di cuenta que aquellos preservativos eran tamaño normal, y, cuantos me había probado hasta el momento, ninguno me había podido entrar. Yo precisaba cuando menos un XXL. Se ve que la suegra era poco conocedora en la materia, y con los nervios, posiblemente tomo los primeros que vio, sin preguntar la talla.
Pero no le dije nada. Deje que tomara uno en la mano, al tiempo que me decía:- sé que a muchos hombres no les gusta hacerlo con condón. Pero Cristo ¡no puedo volver a correr más riesgos!. “Y más en estos días”…. Esto último lo dijo como suspirando.
Me di cuenta, por las palabras de mi suegra, que podría estar en sus días fértiles. Aquello, lejos de retraerme, me produjo una mayor excitación. Tomar aquella mujer en sus momentos fértiles, y saber que podía embarazarla, era algo que me enloquecía . Me había convertido un autentico pervertido, pero poseer a la madre de mi esposa y encime dejarla encinta, era algo que, siendo incestuoso, me enloquecía.
Totalmente excitado, le pregunte: -¿de verdad esta…..?
-¡Hay Cristo!. ¡Me siento bastante acalorada!. Me he tomado la temperatura cundo llegue, y “creo que estoy en mis días fértiles”. Por ello, ¡no podemos hacerlo sin protección! .- me contesta acalorada.
Mi tranca se endureció aún más ante sus palabras, extremo que no paso desapercibido para ella, la cual enrojeció al ver como mi tranca se descapullaba ante la empalmadura que había adquirido al escuchar sus palabras. Miro hacia el preservativo que tenía en sus manos y volvió a dirigir la mirada a mi nabo. Mi pene estaba con una empalmadura, digna de un premio. Las venas que rodeaban mi pene estaban tan hinchadas que parecía que iban a estallar, dándole una visión a mi polla de un verdadero “monstruo”.
En ese momento, en su interior, me percaté que ella se dio cuenta de que aquel preservativo no me iba a entrar. Sin embargo no dijo nada, se sentó en la cama, y tomando el condón se dispuso a colocármelo. Era manifiesto que tampoco tenía experiencia en ello, pero no obstante, pronto ambos nos percatamos que apenas entró un poco hasta cubrir mi glande, pero nada más. El resto no entraba. Me mira a la cara, la observé casi descompuesta, y exclama: - Oh Cristo. ¡No te sirve!. ¡La tienes tan grande que no te entra!. ¡Oh Dios ¿qué vamos hacer? . ¡ En mi estado no podemos hacerlo!.
Era manifiesto que aquello había descompuesto a mi suegra. Se veía que tenía unas ganas locas de ser follada nuevamente, pero al comprobar que tenía que hacerlo sin protección, quedó verdaderamente desquiciada.
- Sara. Esos condones son de una marca normal. Necesitó una marca mayor. Ya ha visto que no me sirven.
Ella enrojeció tremendamente, diciéndome:- “ Pues apelo no podemos”. ¡Hoy no!. Ya te dije que estoy en mis días fértiles. Podrías embarazarme .
Observar la cara de aquella mujer decir aquellas palabras, era toda un poema. Mi suegra debía tener una calentura de mil demonios . Resultaba manifiesto que no podía contenerse y necesitaba que le echaran un buen polvo, ahora y cuanto antes. La simple idea de quedarse sin él, después de haberlo deseado tanto, la tenía sumamente alterada.
- Vamos suegra. ¡No va a dejarme así!. ¿Ha visto la empalmadura que tengo?. Además, se que su coñito está deseando que entre en el cuanto antes. Le dije para excitarla aún más, al tiempo que tocaba con mis dedos los labios de su coñito, abriendo los mismos y pasando mi dedo por toda la ranura de su entrada. Al momento sus juegos manaron, viendo como chorreaba descendiendo por sus muslos.
- No Cristo. No podemos así . Me dijo ella recogiendo sus piernas, y echándose sobre la cama, hasta quedar formando una especia de ovillo sobre ella.
Tras pensarlo unos momentos, le dije: -Pero ¿tiene otro agujero al que nunca he entrado?
Ella, se gira y me mira sorprendida. Había comprendido que me refería a su ano. Agitada me contesta: - ¡¡ tú estás loco!!.... Soy virgen por ahí. Nunca lo he hecho, ni tampoco me dejaré que me la metan por ahí….. ¿Quién te crees que soy?...ni hablar… además, con ese nabo que calzas me reventarías…. ¡Ni lo sueñes!
Sin embargo, yo había alcanzado sus nalgas, y casi sin su consentimiento, uno de mis dedos alcanzo su ano. Ella dio un verdadero respingo.
- Uh suegra. ¡Tiene un culito de maravilla también!. Estoy deseando invadir ese culo con mi polla a punto de estallar y, no parar de encularla hasta llenárselo con mi leche . Le dije.
-pero que dices… por ahí ni hablar. Volvió a repetir, con cara de cierto enfado.
- Sara ¡me la voy a follar como sea!. ¿O por el coño por el culo?. Le dije con total decisión mirándola de forma retadora. Me tiene tan arrecho que si no puedo clavar su coño, la encularé como una verdadera perra. La voy a hacer que aullar de placer.
Se que ella intuyó que era capaz de ello. Conocía mi fuerza y mi decisión. Nerviosa, agitada, me mira y me contesta: - Pero ¿qué pretendes? ¿romperme?
Suegra, le repito: ¡si no puedo por delante, le juro que le voy a partir ese precioso culo!.
Eso la terminó de acalorar. Me mira, y nerviosa, y con cara casi descompuesta, me contesta:- ¡ Por el ano ni hablar! . No obstante, observa mi nabo de nuevo, y … tras unos momentos añade: ¿te correrás fuera?
Aquella frase iluminó mi rostro. Mi suegra estaba dispuesta a ceder. Me di cuenta de que me iba a permitir follarle su coñito a pesar de su estado. No obstante, con un verdadero pervertido le conteste: -no le prometo nada. Me tiene bastante arrecho, y tengo las pelotas bien cargadas. Ello la volvía a colocar en un dilema. Pero tampoco quería mentirle. Es más no tenía intención alguna de hacerlo fuera. ¡ Quería correrme dentro de su coño!
- Pero Cristo. ¿Estás loco?... ¿es que pretendes correrte dentro?. ¡Sabes que me preñarías!** exclamo.
Sin decirle más nada, tome sus piernas, las abrí en forma de V, y me coloque entre ellas, acercando mi cipote a su panocha. Sara se agitó aún más al sentir mi tranca en vagina. Pero, creo que en el fondo, necesitaba con urgencia ser penetrada.. oh no … pero … estas… sin dejarla terminar la frase, mi daga comenzó a perforar aquel hambriento y caliente coño. Hacía más de un año que nadie horadaba aquella cuquita, pero estaba tan excitada y lubricada, que mi daga no tuvo mucho problema para introducirse rápidamente en aquella caverna.
- oh Cristo… estás loco……ohm cabron siii oooo como estás … oh joder me abres … ooo sii nene … ¡como la tienes hoy…!. Comenzó a exclamar a medida que mi daga perforaba sin piedad su añorada cueva.
-¿le gusta suegrita?. ¡Qué ganas tenía de meterle mi polla de nuevo!. ..uhm…. lo tiene bien jugoso. --¡ufff y que calentito…! le contestaba yo, sin parar de darle caña, metiendo mi fierro hasta la misma base de sus entrañas. Esa noche estaba como un “ verdadero toro ”. Durante la fiesta mi suegra me había calentado lo suficiente, y ahora la tenía a mi plena disposición.
- oh sii Cristo… “métemela bien adentro”. ¡Oh cabrón me revientas…! o siii
-¿tenía ganas, verdad suegra ? Le decía sin parar de perforarla.
- oh cabronazo. Ya sabes que si… ohm…¡vamos calla y sigue perforándome…! oh Dios creo que ya me viene oooo siiiii….. - escuche que decía, al tiempo que entraba en su primer orgasmo de la noche. Era manifiesto que mi suegra estaba bien necesitaba. No en vano, nadie había entrado en su coño desde hacía más de un año. Al instante noté las contracciones de su vagina sobre mi tranca, hasta venirse en un sonoro orgasmo que duró bastante tiempo.
Deje que se recuperara un poco. Luego me acerque colocando mi cuerpo sobre el de ella, con lo que mi polla quedó ahora bien ensartada en su panocha. Acerque mi boca a la suya, y ella la acepto entreabrió la suya y recibiéndome. Al momento aquella mujer volvió a recuperarse, y comenzó a abrazar mi cuerpo deseando que mi daga le entrara cuanto más a dentro mejor. Notaba el intenso calor que desprendía su cuerpo, y especialmente sus labios, su boca, hasta sus pechos ardían. ¡ El intenso calor que aquella hembra desprendía, me enardecía!, Notaba como mi tranca pese al tiempo que llevaba follándola, lejos de debilitarse, parecía que adquiría mayor grosor y dureza. Circunstancia que tampoco fue desapercibido por ella, la cual exclamo:
- oh Cristo… ¡te está creciendo más…!. ¡como estas esta noche! Pareces un toro embravecido…oohoo ohm siii…. oh cabronazo vas hacerme venir otra vez - y, tras unos minutos perforándola, nuevamente comprobé como la madre de mi esposa volvió alcanzar el segundo orgasmo de la noche. Esta vez sus convulsiones fueron mucho más intensas que la del primer orgasmo, sintiendo como se abrazaba completamente a mi cuerpo buscando que su venida fuera más duradera e intensa. Cuando terminó, observe su cara, totalmente sudorosa, y con aquella mirada de autentica felicidad, pero también de autentica lujuria. Termino por decirme: - Cabronazo… ¡me he corrido como nunca!. ¡Qué polvo me has echado nene !.. Joder… es una locura, “pero lo necesitaba”.
Viendo que mi nabo seguía a pleno rendimiento, sin haberse bajado un ápice, me mira, me sonrió y exclama: - Jo… nene “sigues en plena forma”. Oh Dios como la tienes. ¡¡Me la tienes bien ensartada!! . Luego, con cara de autentica mujer salida, echa una de sus manos hacia atrás y vuelve atrapar mis testículos con una de sus manos. Siento como los sopesa, y observo el intenso calor que aflora hacia su cara. Me mira con “ cara de autentica loba en celo ”. Ante aquella mirada no pude por más que comentarle: - ¿ ha visto como los tengo suegra? “Están más repletos que nunca” .
- Ya lo veo. Joder, ¡se ve que llevas tiempo sin correrte! .- me contesta lascivamente.
- Me he guardado para Vd. volví a decirle.
-Oh Cristo… pero… ¿no pretenderás…?... ohm… Dios mío, “como me abres”… ooooo siii - escuché que volvió a decirme, al tiempo que la perforaba con todas mis ganas, llevando mi lanza hasta lo más profundo de su frondosa cueva.
Sin dejar de penetrarla, y “decidido a terminar dentro de ella”, le dije:-S uegraun polvo como este, “necesita que se termine con una buena corrida dentro” ¿verdad suegrita? Note el calor que afloró a su cara, que aumento al añadirle: Uff Sara… “la voy a llenar como nunca”. Joder ya me viene… oo siii …
Ella se dio cuenta como la instante se infló mi daga dentro de su vagina, por lo que intuyó que ya me venía. Casi en un último esfuerzo, intento quitarme de encima, pero todo fue inútil: ¡yo la tenía bien sujeta!. De hecho, había sido cauto y había colocado mis manos sobre las de ella en la cama, tomando la precaución de que igualmente abriera bien sus piernas, metiendo las mías entre ellas, de tal forma, que su cuerpo quedaba casi inmóvil, quedando su panocha totalmente expuestas y abierta a mi plena disposición.
En aquella posición, mi nabo comenzó a invadir una y otra vez la caverna de la madre de mi esposa, sin tregua . Mis bombeos parecían una autentica perforadora. Entraba y salía de la caverna de Sara con una dureza considerable; hasta el punto que, percibía como la punta de mi sable llegaba a introducirse tan profundamente, que intuía que estaba alcanzando el desprotegido útero de aquella hembr a. Me di cuenta que, en la forma que tenía atravesada a mi suegra, mis lechadas iban a tener la oportunidad de bañar directamente los ovarios de la misma.
La realidad es que, jamás había percibido que mi polla llegara tan adentro de una mujer. ¡Lo que estaba sucediendo esa noche con mi suegra era inaudito!. Evidentemente yo estaba enloquecido y tremendamente decidido a eyacular dentro de aquella sabrosa vagina . Nada, ni nadie me iba hacer cambiar de idea. ¡ Mi decisión de regar el coño de mi suegra era firme, y si ello suponía embarazarla, también!
- oh Cristo no lo hagas exclamaba ella una y otra vez … ooo sii ….”te vienes ooooo cabronazo… lo estás haciendo…”… Ohm… como te siento … o siii
Era manifiesto que tenía que sentir mi leche. Mi semen comenzó a bramar de mi tranca, como si de una autentica erupción se tratara, con tal fuerza y con tal potencia, que ante la profundidad de mi daga en aquel coñito, mi suegra tenía que percibirlo.
Tras las primeras lechadas, observe como Sara quedó como aterrorizada. No obstante, posteriormente, viendo que ya no podía evitarlo, me di cuenta que su cuerpo comenzó a disfrutar, y entonces, empecé a notar cómo se abría más, para que mi eyaculación fuera cada vez más profunda. – oh Cristo… oo sigue así…. oh.. Chico “lléname completamente”… riégame toda….. Oh como te siento… ooo
Estuve durante un buen tiempo lanzando mis lechadas dentro de aquel esponjoso y caliente coño, hasta que me di cuenta que ya no me restaba más. Aquella hembra había vaciado mis depósitos de esperma. Había sido una corrida increíble: ¡ pensé que jamás superaría el tremendo polvo que acababa de echar a mi suegra !.
¡Quede completamente agotado encima de la madre de mi mujer!
Permanecí un rato con todo mi sable dentro de ella. Y así nos quedamos durante un tiempo más, hasta que por fin salí de ella. Entonces ella, se incorporó, observó mi tranca que aún manaba restos de semen, y observó su vagina, más abierta e inflamada que nunca. Luego me dijo:
¡Al fin lo has conseguido!. “Te has follado a tu suegra en el mejor momento”. Oh Cristo, se con seguridad que me has dejado la semilla dentro. ¡Lo presiento!.
-¿ acaso no ha disfrutado suegra ?- le conteste.
Me observa, y me dice:- ¡ Claro que lo he disfrutado!. Nunca me habían llenado de esta manera. Pero, ¿sabes las consecuencias? …. ¿Qué haremos ahora ?
- Bueno suegra. Si queda embarazada, ya buscaremos una solución. ¡Aunque añoro verla embarazada!. “Será un verdadero placer verla con una pancita y ese tremendo cuerpo que tiene”. ¿No crea que voy a dejar de follarla por eso?.
-¡eres un verdadero pervertido!- me contesta. Aunque creo que en el fondo le gustaba como hablaba y como actuaba, echándose en la cama a mi lado.
Sin embargo, le contesto, colocándome al lado de ella y abrazándola desde atrás: - Ya. “Pero sé que le gusta que sea así”. Vamos suegrita Reconózcalo: “En el fondo necesita que me la siga follando”. ¿Acaso va negarlo ?
Ella no me contesta. Sabía que había acertado.
Descansé un rato y para no levantar sospechas, me levante, me vestí y regrese a mi casa. Esa noche dormí a piernas suelta. En los días siguientes ya pensaría que iba a ocurrir, si de verdad mi suegra resultaba preñada.
¿Las consecuencias? …Quizás las conozcamos en próximos relatos.