Alive7

Bienvenido a Alive. Este software, está diseñado con tecnología de Realidad Optima y durante su utilización, usted sentirá que realiza acciones y percibe sentimientos como en la vida real, pero no debe olvidar que nada de lo que usted sienta se corresponde con la realidad.

Disculpar mi desastrosa falta de corrección, ya que hasta ahora parece que he estado haciendo que el mes de Marzo tenga más días de los que le corresponden. Buscando el mal menor, he decidido poner directamente la fecha que debería (por lógica) empezar este nuevo capítulo.

Por favor, ignorad no haber visto el capítulo 1 de Abril... La historia continúa el mismo día que el capítulo anterior.

Perdonar también el cambio de estilo de letra en mitad del relato, no significa nada, es un pequeño fallo por escribir la mitad de la historia con el móvil cuando estoy fuera de casa.

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2 de Abril de 2014

Sentados a la mesa, los cinco daban buena cuenta del modesto almuerzo que la posadera había dispuesto para ellos. Fuera, el gentío de aquella ciudad continuaba de aquí para allá.

  • Este calor no me deja comer - protestó Zak dejando la cuchara sobre el plato de barro.

  • Puede que tardemos en volver a ver una comida así - apuntó Leon. El chico de pelo azulado no había levantado la vista del plato durante todo el almuerzo.

  • Llevamos muchas horas jugando, voy a tener que desconectarme unos minutos - anunció el moreno.- Temo haberme meado encima mientras me mojaba el cuerpo para quitarme el sudor.

  • Yo voy a hacer lo mismo, pero no vayáis a salir sin nosotros - dijo la chica de cabello rosado.

Tras esto, el pequeño grupo se fue disolviendo. De uno en uno, los amigos fueron desconectándose, dejando la mesa abandonada.

Cuando sólo quedaron Zak y Leon por hacerlo, el rubio se puso en pie, y situándose tras la silla de su amigo le puso las manos sobre los hombros.

  • ¿Te vas a desconectar?

  • Si, pero ahora vuelvo - dijo Leon con tono distraído.

  • Bueno, hasta ahora - se despidió el rubio alborotándole el pelo con una mano.

Un instante antes de desaparecer, Leon agarró la mano que aún se apoyaba sobre uno de sus hombros.

  • Zak.

  • Dime, ¿pasa algo?

  • Ahora que nos han visto...

  • No te preocupes por eso, tío, se lo han tomado bien ¿no? - Marcus dio la vuelta a la espalda de su amigo y le miró a los ojos.- ¿En qué piensas?

  • No sé... Es... Esta sensación de estar haciendo algo que nadie acepta - intentó explicar.

  • Fuera de aquí es posible, pero ya has visto su reacción - dijo empujando suavemente en rostro del chico con el puño en un gesto de amistad.

Después de que Marcus desapareciera, Leon se demoró un instante más, sopesando lo que su amigo le acababa de decir.

Cuando su vista se nubló de un negro vacío y los sonidos del mundo se desvanecieron, esa sensación de extraño vértigo fue sustituida por unas ganas terribles de orinar. El estómago le rugía y a pesar de que hacía pocos minutos que había almorzado en Alive, sus necesidades principales no le habían abandonado en el mundo real.

Mientras meaba, Leier se apoyó con las manos en la pared de mármol, disfrutando de aquel extraño placer que sentía cuando después de una larga espera al final podías relajar la vejiga, tanto era así que tuvo que agarrar su pene con la mano para no mojar el suelo, ya que el gusto que le daba en aquel momento le había provocado una pequeña erección.

En la cocina de la planta baja, el mayordomo empezaba a recoger la mesa del comedor, donde los platos de Leier aún continuaban intactos.

  • Oh.. Pensé que no bajaríais. Ahora mismo traigo la comida - dijo caminando hacia la cocina.

  • Gracias.

Leier tomó asiento y colocó sus libros de estudio junto a sus cubiertos en la mesa dispuesto a revisar las tareas que había dejado sin hacer al llegar del instituto.

Mientras llenaba su estómago, el chico aprovechó para adelantar las tareas pendientes. Estaba tentado a terminar rápidamente para poder volver a jugar, pero sabía que debía cumplir con sus obligaciones, aquel era el sentimiento que más había inculcado la madre de Leier en el chico antes de fallecer. Igualmente, no le llevó más de media hora terminar con todo y poder regresar a su cuarto.

Iniciando Alive

Espere por favor...

Lo primero que vio fue la silueta de Marcus recortada por el sol. El chico se encontraba apoyado con un hombro en la puerta de la posada, mirando hacia el exterior con los brazos cruzados. Parecía pensativo. No parecía haber nadie más allí.

-¿Dónde están los demás? - Preguntó al acercarse al rubio. Este se giró al oírle.

  • Están allí - señaló hacia la plaza. Los tres amigos se entretenían inspeccionando la mercancía de los puestos.

Marcus pasó un brazo sobre los hombros de Leon mientras caminaban hacia los demás.

  • Hola Leon - saludó Lana. La chica llevaba en brazos a la pequeña Shiva que inspeccionaba su alrededor con ojos curiosos.

  • Bueno - dijo Zak dando una palmada,- ya estamos todos. ¿Qué os parece si vamos a la academia?- Dijo sonriente. El moreno cruzó sus musculosos brazos sobre se pecho.

Atravesaron la gran plaza de piedra hasta encontrarse frente a un edificio de unos cinco pisos sobre cuya puerta se hallaba inscrita la palabra 'Academia'. Había decenas de personas entrando y saliendo de allí. Al entrar, una joven vestida con telas de color rosado les dio la bienvenida.

  • La academia es el lugar en el que todo aventurero comienza a aprender. Cuenta con una biblioteca ilustrativa con datos e información de gran utilidad para la batalla y ayuda para los distintos tipos de aventureros que existen - la chica les hizo un gesto indicándoles que le siguieran mientras continuó hablando.- El comandante Yinak se encargará de explicaros las diferentes clases de aventureros que existen - dijo mientras se acercaba a un hombre joven, con aspecto asiático, que permanecía de brazos cruzados junto a una larga bandera en la pared.

El comandante sonrió brevemente y dio un paso hacia ellos. Tenía la piel morena, los ojos rasgados y el cabello negro y corto. Vestía una armadura ocre y gris que envolvía su cuerpo curtido de ejercicio.

  • Bienvenidos - dijo el hombre.- Os explicaré las diferencias que existen en las especializaciones de clases y que definen a cada aventurero - explicó mientras los cinco formaban un estrecho círculo alrededor suyo.- Atendiendo a los registros básicos, encontramos las clases Guerrero y Arcanista - dijo gesticulando con las manos.- Aunque estas clases se pueden cruzar, conviene distinguir una mayor fuerza en el combate Guerrero, y el Sentido en el combate Arcanista.

  • Quiere decir que tenemos que elegir entre las dos clases - apuntó Marcus.

  • No, no es necesario elegir una u otro, simplemente quiero que sepáis cuales son las bases. Aunque cada clase se puede transformar de muchas maneras, Los Guerreros portan espadas, arcos, escudos y hachas en su gran mayoría, así como los arcanistas se sirven de báculos, runas y el don de las palabras sacras, que consiste en materializar la energía a través de la voz - concluyó el comandante.

  • Ajá... - Asintió Erisa.

  • Antes de emprender una aventura, es necesario que os preparéis. En el piso de arriba disponéis de una biblioteca en la que encontraréis información útil. No dudéis en solicitar la ayuda de otros aventureros y recordar llevar siempre con vosotros elementos curativos, ya que en cualquier lugar podría salvaros la vida - terminó el hombre.

Leon observó la extraña forma de expresarse de aquel hombre. A diferencia del resto de la gente que habían visto, Yinak parecía un autómata interpretando un guión.

  • Bien, chicos - dijo Zak con chulería,- está claro que voy a ser un guerrero - dijo haciendo movimientos con la espada entre él y los demás.

  • Quiero subir a ver la biblioteca - dijo Lana buscando las escaleras con la mirada. Al localizar los escalones que ascendían en espiral en un extremo de la inmensa sala se volvió hacia los demás, preguntando con la mirada.

Los últimos escalones se abrieron hacia los lados acabando en una gigantesca sala llena de estanterías hasta el alto techo, invadidas de libros y pergaminos sobresaliendo entre ellos.

  • ¡Valla! - exclamó Erisa. En aquel momento, un anciano sentado junto a la puerta, tras una mesa, chistó enérgicamente ordenando silencio.

Con una mirada, Erisa pidió al resto del grupo que le siguieran. Se adentraron en el pequeño laberinto de estanterías sin apartar la vista de los lomos de los libros. "Las cuevas blancas", "El sistema de propiedades" o "Detener una invasión oscura" eran solo algunos de los muchos títulos que pasaron por delante de los ojos de Leon. Eligió uno al azar y ojeó algunas páginas sin comprender bien lo que estaba leyendo.

Al colocar el tomo en su sitio, Leon descubrió que sus amigos ya no estaban ahí con él. Seguramente hubiesen torcido a la derecha o izquierda en aquel laberinto de estanterías. Caminó hasta el final de la librería y miró hacia ambos lados. Vio la espalda de Lana esconderse varios pasillos por delante de él, pero mientras caminaba hacia allá, una mano se aferró a su muñeca, tirando de él hacia la derecha.

Leon intentó zafarse, sorprendido, pero descubrió que solo era Marcus, que trataba de llevarlo hacia donde él estaba.

- Joder, qué susto me has dado - protestó con un susurro. El rubio sonrió y le atrajo hacia él, besándolo en los labios .

- Lo siento, es que antes me he quedado con ganas de más - dijo pegando sus labios al oído de su amigo.

Un escalofrío erizó los azulados vellos del brazo de Leon, que se retorció entre los fuertes brazos del rubio. Marcus miró a los ojos a Leon mientras acariciaba su paquete con una de sus fuertes manos. Sonrió maliciosamente cuando la poya de su amigo comenzó a abultar bajo el pantalón.

Tras esto, Marcus se alejó, sonriendo, y Leon le perdió de vista cuando giró en la esquina de la librería.

Mirando hacia abajo, el chico de cabello azul se mordió el labio deseando que aquel empalme desapareciera.

- Leon – le llamaron en voz baja. Al girarse vio el rostro de Zak al principio de la estantería.- Erisa se va a desconectar. Lana va a acompañarla a la habitación de la posada para que lo haga desde allí, ¿quieres volver?

- Eh.. Si, si.. vamos – dijo dándole la espalda sutilmente a su amigo. Su entrepierna aún se veía abultada.

Cuando se relajó, Leon regresó junto a los otros a la posada. La dueña se encontraba en la puerta, mirando hacia la plaza con el rostro serio.

  • Si vais a querer desayunar, más vale que bajéis al canto del gallo, después no sirvo nada – gruñó cuando pasaron por su lado. Después añadió, en voz más tranquila, como si hablara para sí misma, – aunque nadie suele aparecer tan temprano. Nunca lo hacen.

Cuando subieron al cuarto, Erisa se despidió de los demás, quedando en conectarse al día siguiente todos allí mismo.

  • Voy a practicar con la espada – dijo Zak cogiendo su arma de dentro del armario. Se situó en el centro del cuarto. Mientras el resto observaban, el moreno realizaba movimientos rápidos y agresivos, como si estuviera combatiendo de verdad.

Marcus se tumbó sobre su cama y Leon fue a sentarse al lado. El chico de pelo azulado pasó su mano por la espalda de su amigo mientras este permanecía tumbado boca abajo, mirando los movimientos de Zak.

  • ¿Qué hora será?- Preguntó Marcus.

  • No llevamos muchas horas jugando - respondió Lana mirando a través de la ventana. La chica estaba sentada sobre su cama con la espalda pegada a la pared.

  • Me gustaría saber más sobre las clases de jugador - comentó Leon recordando la pelea con la arpía.

  • Está claro, magos y guerreros - contestó el moreno dando una nueva estocada al aire.- Al menos al principio.

  • Aún no tengo claro lo que prefiero.

  • Tienes carácter de Arcanista - dijo Marcus mirando al chico de pelo azulado a los ojos. Los dos se miraron fijamente unos segundos, el rubio con rostro serio y su amigo con mirada confusa, pero Marcus no pudo contenerse y una sonrisa surgió en su cara, provocando la risa de los dos.

  • ¿Carácter de Arcanista? - Preguntó Leon entre carcajadas.

El chico empujó a Marcus por los hombros mientras los cuatro reían. Zak había dejado su espada y se apoyaba sobre las rodillas, Lana les observaba desde el otro lado de la habitación. Al ver el rosto del rubio reírse contra la cama, Leon le vio tan atractivo que no pudo evitar besarle.

  • Oh.. Te va a hechizar con un beso arcano - Zak se sentó sobre su cama mientras aún reía.

Al ver que Marcus aumentaba sus carcajadas, Leon le hizo cosquillas en la cintura haciéndole retorcerse hasta quedar boca arriba y agarrar a su compañero por las muñecas.

  • ¡Para! ¡Para, por dios! - Se le saltaban las lágrimas. Agarró con más fuerza a Leon, haciéndole parar.- ¡Pasarme una espada! - Exclamó tendiendo una mano hacia en centro del cuarto.

El rubio fingió golpear con en puño vacío el costado de Leon, haciéndole tumbar a su lado. Se besaron con ganas. Marcus puso sus manos en la cintura de su amigo, sintiendo el calor que desprendía. Se besaron y abrazaron sobre la cama olvidando la presencia de sus amigos.

  • ¿Qué clase de aventurera vas a ser? - Preguntó Zak a la chica de pelo rubio.

  • Siempre juego como arquero, pero no creo que aquí vaya a ser tan fácil – respondió ella con una tímida sonrisa.

  • Te pega más ser arcanista.

  • ¿Por ser una chica? - Preguntó irritada.

  • No por eso – se apresuró a decir el moreno. Se levantó y se acercó a Lana.- Tu actitud tan.. amable y... serena... Te pega más ser la curandera del equipo. No creo que ninguno de nosotros fuera capaz de pasarse un segundo a curar las heridas de nadie – explicó arrancando una sonrisa al rostro de la chica.

  • Gracias, Zak.

  • Igualmente si quieres que siga ayudándote a manejar la espada...

Es ese instante la chica se levantó y cerrando los ojos, besó los labios del moreno y él, confundido, tardó algunos segundos en reaccionar. Lana le había besado, y no es que aquello no le gustara, que ya había fantaseado con eso alguna vez, pero no había imaginado que fuera a ser ella quien se lanzaría primero. Igualmente, aquello le gustó. El chico cerró los ojos y puso sus manos en la delgada cintura de la chica.

Mientras esto ocurría, Marcus y Leon aún se besaban. El chico de cabello azul besó la piel caliente de su amigo, recorriendo su cuello y haciendo que se le erizara.

  • Para..-Pidió Marcus al oído de su amigo. Aunque le gustaba aquello y moría de ganas de disfrutar con Leon, el pensamiento de que sus otros amigos estuvieran mirando le hacía contenerse.

  • Me gustas – dijo Leon entre besos.

El chico de pelo azulado levantó la vista y descubrió los cuerpos de Lana y Zak, abrazados, de pie, al fondo de la habitación. Se besaban lentamente. Las manos de la chica subieron por la espalda del moreno sintiendo cada músculo que la formaban.

  • No te preocupes por Lana y Zak, ahora no nos ven – dijo Leon un segundo antes de que Marcus descubriera también la escena. Entonces el chico de pelo azul volvió a besar a su compañero, con más fogosidad ahora.

Sintiéndose más liberado, Marcus se dejó hacer, y también se desinhibió abrazando a su amigo y acariciando su cuerpo.

El rubio levantó la camisa de Leon para poder acariciar se pecho cubierto de vellos azulados. Notaban claramente como sus paquetes se hinchaban bajo el pantalón. Cada frote de sus cinturas hacía que pequeños calambres les recorrieran desde las espalda a los pies. Mientras Leon movía su cintura y disfrutaba con cada roce, abrió la camisa de Marcus y se agachó para poder besarle los pesos, notando la agitación de su amigo.

Sin necesidad de darse la vuelta, Zak ya sabía lo que estaba ocurriendo en el fondo del cuarto. Oía la respiración acelerada de sus amigos, haciéndole sentir más excitado pensando en tener a su amiga sobre la cama. Entonces, el moreno levantó a Lana con una abrazo y se acercó a tumbarse sobre la cama de ella, quedando su cuerpo sobre el de la chica. Sintió como los pechos de ella se aplastaban con el peso de sus pectorales y aquello le hizo excitarse aún más. Recorrió el cuerpo de la chica intentando contenerse, pero no pudo evitar acariciar su piel por debajo del vestido, sintiéndola increíblemente suave. Los pequeños frascos de cristal del cinturón de la chica tintineaban con cada movimiento.

En el otro lado, Leon había empezado a lamer y empapar de saliva los pezones de Marcus, excitándole de tal manera que el rubio no pudo contenerse y agarró el paquete de su compañero por encima del pantalón y apretándolo bajo su puño, notando como crecía más y más luchando por salir.

  • Aaah...- Protestó el chico de pelo azul al sentir la presión de sus huevos.

Marcus abrió el pantalón y desnudó la inútil tela protectora, que se encontraba arrugada a un lado dejando salir la polla erecta de Leon. El rubio la sintió increíblemente caliente, igual que los huevos.

Leon notó como liberaban su polla y sintió como su amigo acariciaba sus huevos. Notaba como las manos fuertes del rubio le recorrían la cintura, entonces, excitado y más deseoso a cada momento, Leon se esforzó por liberar también la poya de su amigo.

Cuando los dos penes estuvieron fuera, erectos y palpitantes, Marcus los juntó, abrazándolos con sus dos fuertes manos mientras Leon se dejaba hacer, apoyándose con sus manos sobre los pectorales del rubio.

La temperatura del dormitorio había ascendido considerablemente, haciendo que Zak se quitara finalmente la camisa y levantara el vestido de Lana mostrando la tela protectora que cubría la cintura de la chica. El moreno se agachó para besar el ombligo de su compañera, sintiendo ella los pequeños pelo del rostro de Zak rozando contra su piel. La chica cerró los ojos, nerviosa y deseosa a la vez, ya que se había dado cuanta de lo mucho que le gustaba Zak, tan rudo y a la vez tan sensible.

De pronto, la chica abrió los ojos, algo asustada, cuando notó como la mano del moreno le acariciaba por encima de la tela protectora.

Mientras le acariciaba, Zak subió por el cuerpo de la chica hasta encontrarse con el vestido arrugado sobre la abultada zona de los pechos. Entonces, se detuvo un instante viendo como las manos de Lana se cruzaban sobre el vestido y lo levantaban hasta poder quitárselo, descubriendo otra tela protectora sobre sus tetas, que se había movido ligeramente dejando al descubierto la piel clara de una de sus tetas.

Marcus soltó las dos pollas y apartó a Leon a un lado para poder quitarse los pantalones por completo, mostrando por completo su musculoso cuerpo desnudo sobre la cama. Su piel, cubierta de pequeño vellos rubios, brillaba a causa del sudor. Era tan masculino y atractivo que cualquier mujer se habría rendido ante él. Leon le observó durando unos segundo, intentando recuperar el aliento, cuando la mano de Marcus le volvió a acariciar los huevos.

  • Quítate el pantalón – le instó el rubio con una sonrisa.

Sin dudarlo, Leon se levantó de la cama y se desnudó, viendo cómo sobre la cama de Lana, Zak agarraba y lamía las tetas de la chica mientras acariciaba con una mano la tela de la entrepierna de ella.

Justo cuando el chico de pelo azulado consiguió deshacerse del pantalón, vio cómo la mano de Zak se colaba bajo la blanca tela, sorprendiendo a la chica, que arqueó su espalda hacia arriba con un jadeo.

Entonces, Marcus alargó una mano y acarició el culo de Leon, notando lo suave que era a pesar de estar cubierto de vello azulado. Acarició las nalgas del chico, recorriendo la curva que formaban, cuando este, sin mover la cintura, giró el rostro y le miró cómo lo hacía.

  • Me encanta tu culo – dijo el rubio sin apartar la vista de su mano, que aún recorría el culo de Leo.- Ven.

El rubio se incorporó y acercó la cintura de Leon de espaldas a él. Marcus empezó a besar las nalgas de su amigo agarrándolo por las caderas. Su manos recorriendo su cintura hacia delante hasta que pudo agarrar la poya y los huevos de Leon. Entonces, excitado, el chico de pelo azulado separó con sus manos sus dos nalgas, sintiendo como la lengua húmeda de Marcus le empapaba de saliva el agujero.

  • Aaahh...

En ese momento, Lana giró el rostro y vio el cuerpo desnudo de Leon, de pie junto a la cama del fondo. Veía el cuerpo de chico, bastante musculado y con un atractivo tono azulado a causa de los vellos que envolvían su entrepierna. Vio las piernas fuertes separadas, y entre sus muslos un brazo igualmente fuerte le acariciaba y sobaba el espacio entre el culo y los huevos. La chica vio el cuerpo sentado de Marcus tras Leon y comprendió que el rubio estaba besando el culo del otro chico. Lana miró la escena mientras disfrutaba de los dedos de Zak, que le hacían gemir de placer, cuando de pronto, sintió cómo algo grueso y caliente se hundía dentro de ella, ayudado por la humedad que cubría su entrepierna.

  • ¡Aaahh! - Al sentirlo, la chica se aferró al cuello del moreno, que se detuvo, con la polla hundida hasta el fundo, y esperó a que Lana se tranquilizara mientras le besaba suavemente el cuello.

Al ver aquello, Leon separó con más fuerza sus nalgas, notando como Marcus se levantaba de la cama.

El rubio dio la vuelta al cuerpo de Leon y le obligó a arrodillarse sobre la cama agachándole la cabeza y poniéndose de pie tras él.

  • Vamos – logró decir Leon mientras respiraba con dificultad a causa de la excitación.

Al ver que las manos del chico de cabello azul volvían a abrir su culo para él, Marcus no lo dudó un instante y empapó la punta de su polla con la saliva que aún quedaba en el agujero de Leon. Entonces empezó a empujar.

  • Aaah.. - Jadeaban Lana y Zak en el otro extremo del cuarto.

Marcus vio como Leon apretaba los dientes mientras él luchaba por no hacerle daño. El chico se agarraba con fuerza a la tela que hacía de funda del colchón.

Invadido de excitación, Marcus recorrió el último trecho con un empujón, cuando un grito de Leon rasgó la habitación.

Zak y Lana se detuvieron, asustados, mirando hacia los dos chicos.

  • Los siento...- Dijo Marcus, arrepentido.- ¿Te he hecho mucho daño?

  • Aaahh.. Ah... - Leon trataba de recobrar el aliento. A los pocos segundo, más relajado, abrió los ojos de nuevo.- Sigue.

Entonces Marcus comenzó a salir y entrar del culo de Leon, haciendo gemir a su amigo de placer. Al ver que no ocurría nada malo, Zak volvió a besar a Lana y retomó sus meneos de cintura, sintiendo el húmedo coño de la chica acariciarle la polla. La chica cerró los ojos y se mordió el labio.

Leon sentía la gruesa polla de su amigo atravesándole con suavidad. Se relajó y disfrutó mientras los huevos del rubio le golpeaban.

Largas dotas de sudor hacían que el cabello de los dos amigos brillase con el rojizo brillo que entraba por la ventana al atardecer.

Conforme pasaban los minutos, Marcus fue acelerando los movimientos de cintura, cerrando los ojos de placer y oyen los gemidos y jadeos de los cuatro que llenaban la habitación.

De pronto, el rubio sintió que se excitación se acercaba al éxtasis, resbalando las palmas de sus manos sobre la sudorosa espalda de Leon.

  • Aah.. Ah.. Ah.. Ah.. - Jadeaba con más rapidez.

  • ¡Aaah!! ¡Aah! ¡Ah! - Gemía casi con un grito la voz de Lana.

Marcus aceleró sus embestidas. Leon sintió cómo sus huevos se balanceaban de adelante a atrás con fuerza, chocándose con los del rubio. Entonces, justo cuando Marcus empezaba a acelerar una última vez, Leon no puedo aguantar más y se corrió sobre la cama. Los chorros de semen salieron disparados hacia todos lado mientras el rubio continuaba sacudiéndole con la cintura.

  • ¡Aaahh! - Gimió Marcus mientras sentía cómo el semen corría ascendiendo por su polla.

En ese momento, un agudo grito anunció el orgasmo de Lana, cuyo cuerpo se sacudía empujado por la musculosa cintura del chico de pelo negro.

Marcus sintió un pequeño mareo mientras su polla inundaba el interior de Leon. La chorros salían en mayor cantidad que nunca.

El chico de pelo azulado notó el caliente jugo de Marcus impactar contra las paredes de su interior.