Alive
Bienvenido a Alive. Este software, está diseñado con tecnología de Realidad Optima y durante su utilización, usted sentirá que realiza acciones y percibe sentimientos como en la vida real, pero no debe olvidar que nada de lo que usted sienta se corresponde con la realidad.
28 de Marzo de2014
Residencia Orham
El coche se detuvo junto a la entrada del edificio principal y el mayordomo esperó al que el joven Leier abandonara el vehículo para conducirlo hasta el aparcamiento trasero.
Mochila al hombro y con su habitual rostro cansado y apagado, el chico subió la pequeña escalinata de la entrada a la hacienda y tras abrir la puerta recorrió sin detenerse el salón principal hasta las escaleras que le llevaron hasta el piso superior, donde se encontraba su dormitorio.
Otro día en el instituto plagado de soledad y desgana, en donde no había hecho otra cosa que esperar, contando cada uno de los minutos que habían pasado hasta la hora de salida. Su único consuelo era que aquella tarde tenía posibilidades de ser diferente, ya que debía de llegar un paquete a su nombre por Envío Express que al menos lo entretendría durante unas horas. Y efectivamente, sobre la cama que ocupaba el centro de la habitación alguien había depositado una caja de tamaño medio con un sobre de envío.
El chico se descalzó, dejando los zapatos en su correspondiente compartimento en el armario, hizo lo propio con la chaqueta y tras abandonar la mochila en un rincón del dormitorio, se acercó hasta la caja de color anaranjado a los pies de la cama.
Apartó el sobre de envío a un lado y rasgó el envoltorio de seguridad.
A l i v e
La palabra estaba escrita en letras doradas sobre la caja blanca. A parte de un efecto de humo azul y turquesa dibujado tras las letras, la caja blanca se encontraba impolutamente vacía de información al exterior.
Leier quitó la tapa descubrió el interior, ocupado por varios instrumentos plateados encerrados en compartimentos de plástico.
Se trataba de un revolucionario sistema de “realidad óptima” llamado Alive. Su lanzamiento al mercado, a nivel mundial, se produciría dentro de un par de días, pero los influyentes contactos que tenía la familia Orham le habían permitido a Leier hacerse con una copia inédita antes de tiempo.
Leier comenzó a sonreír inconscientemente mientras vaciaba la caja, cuyo contenido lo formaban unas gafas plateadas con cristales negros y una placa con dos huecos con la forma de las dos manos, donde, según había leído, debía poner las suyas durante el juego. Sin duda, Leier había utilizado todos los avances de los últimos años en realidad virtual por lo que conocía bastante sobre la utilización de estos dispositivos.
Se acercó a toda prisa hasta el escritorio y se acomodó en la silla mientras el ordenador se encendía.
Las gafas tenían dos pequeños pinchos al final de las patillas, Leier sentían cómo se le clavaban ligeramente, sin llegar a doler, aún así no se alarmó, ya que se había informado durante mucho tiempo sobre como funcionaba y sabía que era completamente inofensivo. Así que se ajustó las gafas quedando completamente a oscuras. Después, palpó sobre la mesa hasta colocar sus manos en el hueco de la placa e inmediatamente, la palabra “Bienvenido” apareció en letras blancas sobre el fondo negro que lo ocupaba todo.
En realidad, parecía estar flotando frente a él, a solo unos pasos. Esta sensación hizo que se le erizasen los pelos.
- Bienvenido a Alive – dijo una voz femenina en la cabeza de Leier. Al oírla, el chico se sobresaltó y a punto estuvo de deshacerse de las gafas. Pero se contuvo y continuó con las manos puestas sobre la placa. Aunque en realidad no sentía como que las tuviese sobre la mesa. Era una sensación extraña.- Este software, está diseñado con tecnología de Realidad Optima y durante su utilización, usted sentirá que realiza acciones y percibe sentimientos como en la vida real, pero no debe olvidar que nada de lo que usted sienta se corresponde con la realidad.
Cuando la voz terminó de hablar, el silencio invadió aquel espacio y la palabra Bienvenido se difuminó hasta desaparecer.
De pronto, una espejo de unos dos metros apareció frente a Leier, y sobre él estaban impresas la palabra “Génesis”.
- Cargando Génesis – anunció la voz femenina de antes. El chico se giro para buscar el origen de aquellas palabras, pero todo era negro, excepto el espejo.- Con el cristal que tienes frente a tí, podrás seleccionar el aspecto de tu álter ego en el juego – explicó mientras la palabra “Generar” sustituía a la anterior en el espejo.- Para que aparezca el reflejo de tu personaje sitúate frente al espejo y pulsa sobre el botón Generar, en ese momento, dispones de veinte segundos para imaginar el aspecto que deseas que muestre el personaje. No te preocupes, si el resultado no te satisface, podrás repetir esta acción de nuevo.
Leier tardo unos segundos en reaccionar. ¿De verdad funcionaría un sistema como aquel? Si resultaba ser que sí, sin duda la tecnología estaba a punto de dar un paso de gigante. Cada segundo que pasaba se sentía más nervioso y expectante.
Bien, tan sólo tenía que pensar en el aspecto de su personaje. Intentó alargar una mano hacia delante para tocar el espejo, aunque parecía ser invisible porque no vio nada, simplemente, la palabra “General” se coloreó de verde y comenzó a parpadear lentamente, entonces, Leier cerró los ojos.
Tenía veinte segundos para pensar con claridad cómo deseaba que fuera su personaje. Él tenía dieciocho años, seguramente sería algo joven para un juego como aquel, así que decidió que tendría unos veinte años, y sería fuerte, no un forzudo, pero con los músculos ligeramente marcados, con el cabello corto y negro, ¿o rubio? Seguro que como debía imaginarlo podría incluso tenerlo azul. Azul oscuro estaría bien, ¿cómo sería con el pelo azul? No lograba definir bien aquel pensamiento. Su rostro sería atractivo, como los de los indeseables que en el instituto acaparaban las miradas de todo el mundo. Con los ojos verdes, porque los suyos eran también de ese color y estaba orgulloso de que así fuera. No conseguía unir aquellos pensamientos en una figura humana, justo cuando se percataba de que los segundos debían estar acabando un pitido agudo le sobresaltó, haciéndole abrir los ojos.
Al principio se asustó, al verse reflejado sobre el cristal. ¿Quién era ese y de dónde había salido? ¿Y por qué se había plantado, completamente desnudo frente a él, con esa cara de susto? Entonces, mientras se alejaba unos pasos hacia atrás y el reflejo hacía lo propio, se percató de que el pelo oscuro no era negro, sino azulado, al igual que las cejas. Tardó un instante en reconocerse en los ojos verdes, ya que los había imaginado tal cual eran los suyos. ¿Cómo era posible? Era tan real que asustaba. ¡Era él! Respondía a cada más mínimo movimiento. Se llevó las manos al rostro y se dio cuenta de que no sólo estaba en el espejo, ¡él era el del espejo en carne y hueso! Aunque todo el espacio era negro se veía el cuerpo, las manos y abajo los pies con total claridad. Se palpó el rostro, los brazos, se miró por delante y por detrás con nerviosismo, decidiendo hacer uso del espejo para inspeccionar su aspecto mejor.
¡Valla! Ni en un millón de años hubiera imaginado que algo así fuera posible. Se sentía algo mareado, pero no podía controlar la sonrisa que le invadía desde dentro, incluso se veía los dientes en medio de los labios al sonreír, abrió la boca y los tocó mientras se acercaba al espejo. Su dentadura era tan blanca como la de un bebé, movió la lengua arriba y abajo dentro de la boca lo que le arrancó una carcajada. Su voz era algo más grave de los normal, aunque no lo notó mucho, ya que pocas veces se reía, por no decir nunca. Con respecto a su cuerpo, estaba más que satisfecho, sus brazos tenían un aspecto fuerte u musculados como al él le habría costado mas de un año alcanzar. Su torso, con los pectorales marcados (no mucho, pero para él, que no hacía ejercicio en ningún momento ya le parecía suficiente) tenía vellos azulados que parecían prácticamente negros, como los de las piernas y la entrepierna, por cierto, el pene parecía algo más grande que el suyo. Algo avergonzado al principio, miró a los lados y al confirmar que no podía ser observado por nadie, llevó una de sus manos hasta los huevos y la poya, tocándolos e inspeccionándolos. Parecía que se los hiciese a otra persona, pero lo sentía él. ¿Cómo podía hacer aquel sofisticado programa que el sintiese el tacto en cada parte de su cuerpo? Se imaginó sentado frente al ordenador, tocándose la entrepierna y decidió dejar aquel escrutinio, aún habiendo leído que durante el juego, el cuerpo no se mueve en ningún momento.
Se alejó un paso hacia atrás viéndose de cuerpo entero y no pudo contener otra sonrisa. No recordaba haber sido tan alegre en mucho tiempo. Desde la muerte de su madre, Leier había vivido de forma triste y solitaria sin relacionarse con el resto de personas, lo que no le había permitido tener momentos de alegría. Y en cambio ahora, dentro de aquel juego, sin llevar media hora jugando no había dejado de sorprenderse e incluso había sonreído ¡Cuánto hacía que no tenía que forzar una sonrisa! Ni se acordaba, pero todos esos pensamientos daban igual.
- Si el resultado te satisface, coloca tu mano sobre el cristal – dijo la voz mientras el chico lo hacía.- Tras el espejo, encontrarás tus primeros ropajes. Mientras te vistes, el programa Alive se iniciará. Buena suerte, y bienvenido.
- Gracias – dijo Leier sin dejar de sonreír, ¡era inevitable!
Rodeó el espejo y tras él encontró un pequeño arcón, sobre el que descansaban unos pantalones marrones de aspecto medieval y una camisa blanca del mismo tipo.
Se abotonó la camisa y cuando se dispuso a ponerse los pantalones descubrió una tela blanca bajo él. ¿Qué sería aquel paño? En el suelo estaban las botas de cuero marrones así que.. ¡Claro! ¿A caso pensaba ponerse los pantalón es con la entrepierna al aire? Jajaja... Aunque bien pensado, el juego tenía aspecto medieval, no quería meter la pata y ser el único que iba por ahí con un pañuelo de tela (por ejemplo) anudado entre las piernas. Indeciso, Leier optó por guardarse aquel paño en interior de un pequeño bolsillo que llevaba el pantalón en uno de sus costados.
Pocos segundos más tarde, un destello blanco invadió todo aquel espacio en negro, envolviendo también el espejo y el arcón, y un instante después, Leier se encontraba de pie, en medio de una sala circular. Las paredes eran de piedra y en un extremo de la sala una abertura en la pared permitía ver el exterior, de donde se colaban los sonidos de un bosque y la luz del sol.
Leier miró a ambos lados y decidió salir a explorar. Realmente aquello era como vivir el juego. Olía las flores del bosque, sentía el aire en los brazos, los brazos que no se parecían en nada a los suyos...
Enormemente satisfecho, se encaminó hacia la salida, pero justo cuando la luz del sol se posaba sobre él, y sentía como se crispaba la arena del camino bajo sus pies se sintió inmovilizado, no podía moverse, ni girarse. ¿Qué sucedía?
Un mensaje luminoso apareció frente a su rostro.
Has llegado al final del recorrido de demostración.
Fecha de apertura íntegra_ 30 de Marzo
Después de que el mensaje se disolviese en el aire, todo se volvió negro y Leier tardó en reaccionar. ¿Ya se había acabado? No esperaba que las restricciones antes del lanzamiento fueran a dejarle con la miel en los labios de aquella manera. Aún así, había disfrutado, se sentía eufórico.
El chico se quitó las gafas plateadas y las guardó con sumo cuidado junto con la placa dactilar en el interior de la caja blanca.
Dos días, sólo dos días para poder volver a entrar en el juego. Este aspecto le disgustaba enormemente, pero decidió que a su difunta madre no le habría gustado verle afectado por algo tan nimio como un videojuego.
Varios minutos más tarde, Leier se encontraba bajo el agua de la ducha rememorando, como un enamorado a su amada, cada momento que había sentido ser otra persona. Desgraciadamente Leier no gustaba de relacionarse con los demás, pero sabía perfectamente que de haberlo intentado, nadie habría querido ser su amigo. Seguramente por ser un “niñato rico” (como había podido escuchar en más de una ocasión) o simplemente por no participar a menudo en las actividades de los demás. El caso es que el no tener amistades, le había echo ser un chico más retraído, pero a menudo anhelaba poder ser como los demás. En cambio, dentro del juego nadie sabría quién era, y al ser un juego online podría conocer a infinidad de personas sin temer que fueran prejuiciosos con él.
Aquellos pensamientos esperanzadores le hacían sentirse contento desde hacía mucho tiempo. Sentía una euforia tan candente que mientras recordaba lo increiblemente real que había sido la experiencia, con los ojos cerrados, mientras el agua le chorreaba desde la cabeza, Leier llevó unas de sus manos hasta su pene y comenzó a masturbarse apoyado en la mampara de cristal. Aunque tenía dieciocho años, Leier apenas se había masturbado un par de veces y ninguna de ellas había sentido verdadero placer al hacerlo, pero esta, esta vez si que estaba disfrutando. Con los ojos cerrados pensó en la libertad y el poder que se sentía al ser otra persona, y adoptar otra personalidad al margen de lo solitaria que pudiera ser la vida. Jadeó, cosa que no le dio ninguna vergüenza hacer, no solo por que sabía que a esa hora no había nadie en la casa, sino por que sus pensamientos lo tenían embelesado y jadear le hacía sentirse más y más excitado. El chico empezó a sobar sus huevos mientras con la otra mano se machacaba, más y más rápido, incluso se atrevió a estirar un dedo y acariciar el corto espacio que separaba sus huevos del culo.
- Aaahh.. Aaah.. - Jadeaba Leier. Al sentir el orgasmo no pudo aguantar más y tuvo que apoyarse con una mano en la pared de la ducha al sentir la sacudida de su cuerpo.
El chorro de semen blanco se arrastró por la pared hasta caer al agua lentamente. El chico se sentía exausto.