Alicja (2)

El tiempo pasa, el dominador se aburre de la monotonia y eso eso nunca es bueno para el dominado.

Preámbulo

Si no has leído "Alicja" es posible que te cueste seguir la acción, así que te recomiendo que leas ese primer relato antes de leer este. Puedes pulsar el nombre del autor para que te mande a su ficha y en ella encontraras el primer "Alicja". Gracias

En cualquier caso aquí vas a encontrar un tipo de dominación que podrás ver si miras a tu alrededor en muchas ocasiones, un tipo que es muy común. Aquella que proviene del miedo a perder lo que se tiene.

Alicja (2)

Habían pasado algo más de un año desde el día que Vicente la comunico la situación a Alicja.

En sus diversos viajes a Madrid, siempre obedeciendo las ordenes de Vicente, había contactado, a pesar de la prohibición especifica de Vicente, con un abogado que tras un montón de discretas investigaciones le había confirmado la versión de Vicente sobre el patrimonio de ella y de sus hijos.

Se encontraba con el abogado normalmente en la habitación del hotel donde se alojaba en todos sus viajes a Madrid, en esta ocasión para hacer unas compras encargadas por Vicente, desnuda sobre la cama abría sus piernas en pago por el trabajo efectuado por el abogado, ¿qué otra forma tendría de pagarle? Como él bien sabia y le había confirmado hacia un momento no tenia nada, absolutamente nada, todo había pasado a ser propiedad, de forma directa o indirecta, de Vicente.

Ven a vivir a Madrid.

No puedo y tu lo sabes perfectamente, estas casado y yo tengo dos hijos.

Ahora que te he confirmado la situación ¿me volverás a ver?

El abogado estaba realmente encaprichado de Alicja, se puso en pie y se acerco al minibar para tomar una de la botellas de Cognac, desde su posición podía ver a Alicja tumbada sobre la cama. Sus pezones taladrados con anillas de oro, su pubis totalmente depilado y sobre él el tatuaje que se había hecho, a petición de Vicente, hacia unas pocas semanas. El tatuaje resaltaba sobre la piel blanca de Alicja, sus ojos azules le miraban y su pelo rubio resplandecía sobre la colcha oscura que cubría la cama y que aparecía totalmente revuelta después de la sesión de sexo.

¿Querrás verme?, incluso sabiendo cuales son las condiciones.

Las conozco...

Nunca podremos compartir otra cosa que unas horas en una habitación de hotel y siempre con miedo de que Vicente toque a la puerta.

Sabes... pienso que quizás exista alguna posibilidad de volver atrás todo lo que ha organizado ese... cabrón

Tarde o temprano se daría cuenta y seria peor, aun recuerdo a mi hija llorando cuando la dije que tendría que dejar de dar clases de hípica.

Seria muy discreto, iríamos paso a paso, sin dar otro paso antes de consolidar el anterior...

El ruido del timbre del móvil retumbo en la habitación, Vicente la había entregado un teléfono móvil con la orden de nunca efectuar llamadas desde él, tenerlo siempre encendido y a mano, era su correa a distancia.

¿Si?

¿Qué haces?

Estoy en el hotel, descansando.

¿Has hecho ya las compras?

Si.

¿Todas?

Si, tal y como me pediste.

Bien, guarda todo en la maleta, ponte el abrigo, solo el abrigo y ven a la fabrica. Son las... siete y dos minutos a las once y media puedes estar aquí.

Si Vicente.

Por cierto, metete uno de los juguetes por el culo. Te quiero cachonda cuando llegues.

Si Vicente.

¡Vamos a que esperas!

El ruido de la comunicación cortada la hizo entender que tenia que ponerse en marcha si quería llegar a la hora que le había indicado Vicente, sin perder tiempo se puso de pies y corrió a la ducha para borrar el olor a sexo de su cuerpo. Desde la ducha le contó a Jaime, a si se llama el abogado madrileño, que tenia que irse que por favor el también se marchara.

Es alucinante Alicja, mátalo, no dejes que te trate así, no lo mereces.

No te preocupes Jaime, cada cosa a su tiempo. Ahora déjame tengo que llegar antes de las once y media.

En la recepción efectuó un abultado pago mediante la tarjeta de crédito que Vicente le había dado meses atrás, en realidad la cuenta era menos importante pero había llegado a un acuerdo con el recepcionista por el cual este incrementaba el cargo en la tarjeta dándole la diferencia en efectivo, diferencia de la cual recibía una bonita propina. Por este método Alicja había logrado ahorrar una bonita suma en efectivo que guardaba celosamente escondido en la casa para cualquier tipo de emergencia.

Bajo al garaje donde estaba su coche y antes de salir camino del pueblo introdujo en su ano el consolador bien cubierto de vaselina. Aun recordaba la ocasión en que no lo había hecho y Vicente la había interceptado kilómetros antes de llegar a la fabrica. Aquello la costo un par de bofetadas y su hijo se quedo sin ir a una excursión del colegio.

Arranco el coche y se maldijo otra vez por no ser capaz de solucionar esta situación, matarlo, matarlo no serviría de nada todos los vienes pasarían a la esposa de Vicente y esta que tenia sospechas de que su marido mantenía una aventura con ella, sin lugar a dudas la echaría directamente de la casa.

¡Cachonda!, dolorida es lo que llegaría a la fabrica tras casi tres horas conduciendo con el culo dilatado por la mierda del consolador, cualquiera que la viera conduciendo con el abrigo puesto y abrochado hasta el cuello pensaría que es una loca.

Miraba el reloj de la consola del Mercedes de forma nerviosa, el trafico de Madrid, a esas horas, era de locos todo el mundo se empeñaba en regresar a su casa y la salida de la carretera de Barcelona caminaba a paso de tortuga, Vicente lo sabia, seguro que lo sabia, lo estaba haciendo para ponerla nerviosa ante la expectativa de llegar tarde.

Al despejarse la circulación, una vez pasado Guadalajara, se detuvo en una gasolinera tenia que repostar y tomarse un café o cualquier cosa caliente que la reconfortara, la tensión que había pasado viendo que no podía avanzar había sido terrible, sabia que podía llegar a la hora y si le pisaba un poco más al Mercedes podría hacerlo incluso parando diez minutos, le pido al empleado que le llenara el deposito mientras ella se metía a tomar un café. Sintió como el consolador comenzaba a deslizarse fuera de su cuerpo y corrió al cuarto de baño a instalarlo nuevamente en su sitio.

El reloj de la consola marcaba las once y veinte cuando entraba por la cancela de la fabrica, la luz del despacho de Vicente estaba encendida.

El vigilante de la entrada de la fabrica la reconoció o reconoció el coche, en cualquiera de los casos abrió la cancela de hierro para permitirla el paso.

Aparco el coche en la plaza marcada con su nombre, saco la bolsa de las compras del maletero y acelero el paso. Las once y veintiocho.

Ya frente a la entrada del edificio de oficinas pulso el timbre que sonaría en el despacho de Vicente para que la abriera la puerta de acceso a las oficinas, nunca le había ofrecido una llave.

Hola Alicia, llegas puntual, así me gusta, pasa.

El ruido del portero automático le indico que podía abrir la puerta de entrada.

Se quito el abrigo y lo dejo sobre el sofá, su cuerpo desnudo brillaba por le sudor de la carrera que había tenido que dar para llegar a tiempo, el ascensor no funcionaba, la corriente se cortaba a la hora de salida de los empleados, así que se vio obligada a subir los dos piso a pie y correr hasta el despacho de Vicente.

Como siempre la esperaba sentado en el gran sillón de cuero que otro tiempo había sido de su marido.

A ver, enséñame como te queda el juguete.

Sin esperar otra orden se dio la vuelta y se inclino para que Vicente pudiera ver el consolador bien metido en su ano.

Bien, ya te lo puedes quitar.

Tomándolo con su mano derecha lo saco, sintiendo como su esfínter se esforzaba por recuperar su posición normal.

Ahora te atiendo, esta maldita fabrica me da cada día mas trabajo.

Desnuda frente a la mesa permaneció en silencio. El tiempo pasaba lentamente mientras Vicente observaba la pantalla del ordenador y a ella le comenzaban a doler las piernas, después de casi tres horas de viaje y subir corriendo dos pisos lo único que la apetecía era un baño y descansar en la cama.

Bien Alicia, te preguntaras para que te he llamado.

Era una pregunta retórica no necesitaba respuesta, él se la daría cuando quisiera.

¿Sabes?, hace un rato pensaba en follarte como a una perra, como a ti te gusta, ¿verdad?. Ya sabes doblada sobre ti misma, con las manos apoyadas en tus pies, tus piernas bien separaditas y tu culo abierto. Pero se me han pasado las ganas, que le vamos hacer. Por el contrario me apetece que me la mames. ¿te parece bien?

Si Vicente.

Comenzó a andar para dar la vuelta alrededor de la mesa.

No he dicho que quiera que me la mames, solo que me apetece.

Eso la hizo pararse en seco.

Ja ja ja ja, las putas eslavas nunca aprenderéis a entender a los hombre.

Alicja no sabia que hacer, ese tipo de juegos, que a Vicente le encantaban, siempre la descolocaba.

De momento acaríciate un rato, quiero ver tu cara al llegar. Así, de pies, sin moverte de donde estas.

No era nada nuevo, ya se lo había pedido varias veces, así que comenzó a acariciarse su clítoris con una mano mientras con la otra lo hacia en su pecho, poco a poco logro que sus pezones se pusieran duros y las anillas quedaran colgando de ellos. La tensión del viaje comenzó a desaparecer mientras oleadas de placer le llegaban al cerebro, sentía como la humedad inundaba su sexo y cada vez era más fácil que sus dedos resbalaran sobre él.

Cerro lo ojos para sentir mejor e intentar distanciarse del despacho, soñó como la tocaba Manuel, la delicadeza que había en sus gestos, el amor en sus besos, el placer que la daba...

¡Ya vale!, para, ven a mamarmela.

En silencio Alicja dejo de acariciarse sintiendo como su cuerpo se rebelaba y se acerco a Vicente, este giro su silla hasta que quedo frente a la mesa, le estaba diciendo sin palabras que se la habría de chupar arrodillada bajo la mesa, con un gran esfuerzo, Alicja acomodo su cuerpo bajo la mesa y tras sacarle la polla comenzó a chuparla, desde debajo de la mesa no podía ver nada, todo su horizonte se limitaba a la entrepierna de Vicente, pero él tampoco podía verla con lo que acerco su mano a su sexo y continuo acariciándose, pensando en otros tiempo mejores, mientras su cabeza subía y bajaba acariciando, chupando, lamiendo el sexo de Vicente. Con un golpe de cadera que hizo que casi se atragantara y que se golpeara la cabeza contra la mesa, Vicente se corrió. Alicja detuvo su movimiento y se dedico a tragar todo lo que llegaba a su garganta, a su boca. Una vez comprobó que había terminado se quedo muy quieta, sabia, en los meses pasados lo había aprendido que le gustaba quedarse dentro de su boca hasta que su polla quedaba por fin flácida. Con objeto de no excitarle y hacer el tiempo mas corto ella se quedaba muy quieta, sin moverse tanto que normalmente terminaba con un gran dolor en las mandíbulas de tener la boca medio abierta y la lengua muy, muy quieta.

El sexo de Vicente fue perdiendo su dureza hasta quedar completamente flácido, momento en el que echando para atrás su sillón se separo de ella. Se puso en pie mientras guardaba su polla en su pantalón y cerraba la cremallera.

Ya puedes salir.

Alicja se incorporo saliendo a gatas de debajo de la mesa.

¿Y ahora que hacemos?, ¿sabes? Esta maldita fabrica me esta dando cada día más y más trabajo, el medico me ha recomendado que rebaje la tensión que me dedique a alguna afición que me permita evadirme. ¿Qué se te ocurre que podría hacer?

Alicja se mantuvo en silencio, sin saber que decir o si en realidad Vicente quería una respuesta.

Sabes he decidido hacer caso al medico así que requeriré de tu cooperación, como siempre tan desinteresada. Jajajaja.

La risa de Vicente resonó en el despacho mientras Alicja intentaba leer entre líneas cual seria el tipo de cooperación que se esperaba de ella.

El ruido del teléfono interrumpió sus pensamientos. Mientras Vicente tomaba el auricular.

¿Si? ....... Si, les estoy esperando déjeles pasar y acompáñeles hasta mi despacho por favor ....... efectivamente tres personas.

Colgó el teléfono

Ponte detrás de la puerta de cara a la pared.

Alicja se puso donde le había indicado mientras unos toques en la puerta anunciaba la llegada de los visitantes.

La puerta se abrió y el vigilante de seguridad dio paso a los visitantes, afortunadamente para Alicja la puerta al abrirse la tapaba completamente del campo de visión de los que entraban, si la hubiera visto el vigilante desnuda y de cara a la pared se habría muerto de vergüenza y toda la ciudad lo sabría al día siguiente.

Pasen por favor, muchas gracias Alejandro le llamare a la cabina de entrada si necesitamos algo.

Si D. Vicente .

Desde su posición Alicja, de cara a la pared no podía ver quien entraba, pero escucho los pasos de los visitantes y el ruido de la puerta al cerrase.

Buenas noches – dijo Vicente –

Dos voces masculinas respondieron casi al unísono con un buenas noches. Alicja seguía sin atreverse a volver la cabeza para ver a los visitante, el miedo atenazaba su cuerpo, el estar desnuda y ser exhibida frente a desconocidos o peor aun frente a conocidos la hacia sentirse mal, unas ganas de vomitar terribles acudían a su estomago, instintivamente sus manos se habían cruzado sobre su pubis en un intento de cubrir su desnudez.

Ven aquí Alicia – la voz de Vicente resonó en la habitación -

Alicja se giro lentamente para encontrase a los tres visitantes mirándola con cara de curiosidad, los hombres jóvenes de no mas de 30 años y la muchacha con cara de haber llegado a los 18 muy recientemente y con una largo abrigo de paño que la llegaba casi hasta los tobillos.

¿Es esta? – dijo uno de los hombres con una voz ronca.

Si..., ¡las manos en los costados! – Vicente no grito, ni siquiera levanto la voz pero a los oídos de Alicja la orden sonó como una bofetada –

La reacción rápida de Alicja descubriendo su pubis totalmente depilado hizo que el visitante hiciera un gesto de admiración.

Parece bien entrenada, le felicito D. Vicente. Quítate el abrigo.

La muchacha que acompañaba al grupo dejo caer el largo abrigo dejando su cuerpo desnudo al descubierto. Alicja había llegado hasta Vicente y desde su posición podía ver a los tres miembros del grupo perfectamente.

La muchacha tenia la piel de un color canela como solo tienen las gentes de algunos países sudamericanos, sus senos grandes para su tamaño presentaban, como en el caso de Alicja, unas anillas en los pezones, pero en su caso estas anillas estaban unidas por una fina cadena de eslabones metálicos que a su ves se unían a la anilla que aparecía en su pubis, posiblemente enganchada al clítoris o a los labios de la vagina, desde su posición no podía determinarlo.

Alicja sentía como su cara estaba totalmente roja o al menos eso parecía por el calor que sentía en sus mejillas.

Inclínate

Ante esta orden la muchacha doblo su cuerpo por la cintura, apoyando los dedos las manos en el suelo, sus senos colgaban de una manera obscena y las cadenillas hacían un arco que brillaba con la luz del despacho, sus piernas separadas y sus altos tacones dejaban ver desde atrás todo se sexo depilado. La larga melena de color negro azabache caía tapándola casi por completo el rostro.

Alicia, ponte junto a ella en la misma posición.

Era denigrante, durante meses se había ido resignando a ser la puta de Vicente, a obedecer sus ordenes y caprichos, pero esta situación sobrepasaba los limites establecidos, pretendía que se exhibiera como una mercancía, como un objeto de uso frente a desconocidos, frente a unos extraños.

Alicja comenzó a caminar hacia la puerta de salida del despacho en todo el esplendor de su desnudez, al sobrepasar a la muchacha y seguir caminando hacia la puerta su decisión se puso claramente de manifiesto.

Alicia, piensa bien lo que vas a hacer, si abres esa puerta se aplicaran todas las condiciones de nuestro ... contrato ... de forma inmediata. – la voz de Vicente sonaba fría, sin demostrar furia o enfado, simplemente anunciaba un hecho sin pasiones o sentimientos –

Nuevamente el cerebro, la mente fría libre de pasiones o sentimientos se impuso en Alicja, sus hijos, su casa, su vida dependía de su sumisión de su aceptación a todos y cada uno de los caprichos de Vicente.

Lentamente, como ultimo gesto de rebeldía, de mantenimiento vivo del ego, Alicja doblo su cuerpo separando los pies hasta tocar con la yema de los dedos el suelo frente a ella, mientras luchaba por reprimir las lagrimas que acudían a sus ojos, lagrimas de odio, de dolor, de impotencia.

¿Les puedo ofrecer algo de beber? – pregunto Vicente mientras se levantaba del sillón y se dirigía al mueble bar, una de las modificaciones que había introducido en el despacho de su marido recientemente, en ese despacho nunca había habido alcohol -

En unos minutos los tres hombres estaban sentados en el sofá que se encontraba a su espalda observando a las dos mujeres mientras tomaban una copa.

Los comentarios procaces de los tres hombres, llegaban a los oídos de Alicja de una forma lejana, como hablaban de ella y de la muchacha, como se referían a cada parte de sus cuerpos, como se mencionaban sus embarazos para hacer ver lo bien cuidada que estaba la hacían avergonzarse, además la posición, a parte de incomoda, la estaba mareando.

... no tiene marcas, ¿la has azotado alguna vez? ...

... hasta ahora no, pero se lo habría merecido en mas de una ocasión – risas –

El tiempo pasaba y Alicja empezaba a sentir como si la situación le estuviera ocurriendo a otra persona.

De repente sintió como una mano tomaba uno de sus senos como si lo estuviera sopesando, mientras otra mano se metía entre sus piernas, un dedo violaba su vagina y una voz cercana a ella decía

Entonces quieres que la enseñemos durante una o dos semanas, ¿nadie la echara de menos?

A sus hijos les podemos decir que esta de viaje en Polonia y el servicio se haría cargo de ellos.

Una palabra audio a los labios de Alicja, una palabra que hacia mucho tiempo que no decía en presencia de Vicente.

¡¡NO!! – Grito Alicja –

Inmediatamente, como si se hubiera estado esperando esta palabra, la mano que estaba en su pecho tomo la anilla tirando brutalmente de ella mientras la otra mano se descargaba sobre sus nalgas

¡Silencio!, nadie te ha preguntado

La acción fue tan repentina, tan brutal que la desequilibro y callo al suelo mientras su manos intentaban proteger el seno dolorido.

Efectivamente necesita adiestramiento, cuando podremos venir a recogerla.

Hoy es jueves, pienso que podré arreglar todo para el lunes, en principio tendréis toda la semana, diremos que estará fuera hasta el lunes siguiente, esta claro que me dejáis a Alejandra hasta ese día, como sustitución.

Por supuesto, pero ya sabes las condiciones, has de tratarla conforme a las hojas de instrucciones que te hemos dado. Es muy importante no perder el ritmo, de ello depende un buen adiestramiento.

La muchacha, ahora sabia que se llamaba Alejandra, no se había movido en todo este tiempo, ahora desde el suelo podía ver sus facciones enmarcadas por la negra cabellera, unas facciones que no dejaban ver ningún sentimiento. Los ojos fijos en algún lugar del suelo frente a ella y los labios entre abiertos le daban al rostro, casi de niña, de Alejandra un aspecto de estar en otro sitio.

Alejandra, ven a chupársela a tu nuevo amo.

La reacción fue inmediata, se incorporo y camino los pocos metros que la separaban de Vicente, tras arrodillarse frente a él manipulo la cremallera de la bragueta hasta sacar el pené de Vicente e introducirlo en la boca, tras lo cual y poniendo las manos a su espalda comenzó un sube y baja rítmico y acompasado de la cabeza.

Pasaron unos minutos durante los cuales Alicja sintió como la mente se quedaba en blanco, como los sentimientos de vergüenza, miedo, odio, rebeldía la abandonaban.

Ponte el abrigo, nos vamos. No es necesario que nos acompañes nos hemos fijado en el camino de salida. Hasta el lunes, a las 12 del medio día.

Hasta el lunes, pues.

El ruido de la puerta al cerrarse casi fue simultaneo a la voz de Vicente anunciando al puesto de seguridad de que la visita se marchaba.

Levántate y ven aquí.

Vicente estaba de pies frente a la gran mesa de despacho, en sus ojos había una mirada que Alicja nunca antes había visto.

Lentamente se puso en pie y se dirigió hacia donde estaba Vicente.

La mano de Vicente se movió rápida cruzando cara de Alicja en ambos sentidos, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, tan rápido que ni siquiera desequilibro a Alicja.

Nunca, nunca vuelvas a desobedecer una orden y menos cuando haya gente presente. ¿esta claro?, ¡repítelo!

Nunca desobedeceré una orden y menos con gente presente – repitió Alicja, con voz queda –

Eres una vulgar puta, una puta eslava. ¿por cierto sabes lo que significa eslava?, ¡responde!.

Es el grupo étnico al que pertenecemos los polacos.

Y algo más, el nombre os lo pusieron los romanos, que de eso sabían mucho, eslavo es esclavo, de esa zona provenían los mejores esclavos del Imperio Romano, fuertes y sumisos, sumisos como tu vas a ser. Vamos

Vicente tomo su abrigo y salió del despacho seguido de Alicja, bajaron las escaleras hasta la entrada donde ella tomo el abrigo que había dejado al llegar.

La resto de la semana fue de preparativos, siguiendo las ordenes de Vicente, envío a los niños, al cuidado de una de los empleadas de la casa durante diez días a esquiar a Sierra Nevada y dio vacaciones al resto del personal durante el mismo periodo de tiempo, mientras comunicaba a los amigos y conocidos que se iba a Polonia para arreglar algunos asuntos legales durante una semana, preparo así mismo una maleta con la lista de prendas y objetos que Vicente le dijo y el lunes a las 10 de la mañana estaba en el salón de la casa desnuda como le había ordenado Vicente.

El ruido de un coche parando frente a la puerta le anuncio que había llegado Vicente, simplemente espero a que entrara, hacia meses que tenia todas las llaves de la casa.

Escucho como se abría la puerta y unos segundos mas tarde la figura de Vicente se recorto en la puerta de entrada al salón.

Veo que has cumplido lo que te pedí, bien. Quiero hacerte una recomendación, haz todo lo que te pidan que hagas a la primera y sin preguntar o responder. Recuérdalo.

Entro en la habitación y se sentó en una de las butacas de cuero.

Tráeme una copa, ya sabes lo que quiero.

Últimamente bebe demasiado, pensó Alicja, pero en el fondo no le importaba, eran apenas las diez de la mañana y ya estaba tomando una copa, quizás se le joda el hígado. Fue a por hielo a la cocina mientras Vicente encendía un cigarrillo.

Con la copa en la mano se acerco a Vicente entregándosela.

Bien...

Alicja se arrodillo en el suelo, sentándose sobre los talones y separando ostensiblemente las rodillas mientras ponía las palmas de las manos en los muslos, como le había dicho Vicente que la quería cuando no la había ordenado que hiciera nada, la barbilla tocando el pecho y lo ojos fijos en el suelo, esta era una de sus ultimas manías, cada día se estaba volviendo mas maniático.

Pasaba el tiempo mientras Vicente saboreaba la copa y fumaba cigarrillo tras cigarrillo, en su salón, en su casa, dejando caer la ceniza sobre el entarimado de madera.

Pon la radio, quiero escuchar las noticias.

Alicja se incorporo y abriendo el mueble de la pared dejo a la vista el magnifico equipo de música que había sido uno de los pocos caprichos de su marido, busco con el dial la emisora favorita de Vicente y la sintonizo, los altavoces ocultos por la habitación comenzaron a sonar con la vos monótona del locutores que desgranaba las ultimas noticias del día. Lo mas rápido que pudo regreso a su sitio adoptando la misma posición.

El carillón del reloj del salón comenzó a desgranar las doce campanadas del medio día cuando el timbre de la cancela de entrada sonó.

Ve a abrir a nuestros amigos

Por el video portero vio la cara de uno de los hombres enmarcada en la ventanilla de lo que parecía un monovolumen, pulso el botón de apertura y se dispuso a salir a abrir la puerta del coche tal y como le gustaba a Vicente que hiciera cuando él no usaba las llaves de la casa. El frío del exterior hizo que su piel se contrajera y sus pezones se pusieran duros, dejando colgar las anillas. Abrió las puerta del vehículo y su ocupante bajo únicamente venia uno de los hombres, de la puerta trasera, oculta tras los cristales tintados, salió la muchacha del día anterior, en esta ocasión totalmente desnuda si no tomamos en cuenta las cadenas que colgaban de sus pezones y sexo.

Alicja acompaño al visitante y a la muchacha hasta el salón y rápidamente ocupo su sitio y postura en el suelo.

Buenos días, eres puntual siempre me ha gustado la gente que es puntual, ¿una copa?

No, gracias es demasiado temprano para mi, quizás un café si es posible.

Alicia

No hizo falta que dijera nada más, lo mas rápidamente que pudo se fue a la cocina para preparar el café que le había sido pedido. Ella que era atendida normalmente en todos sus deseos por el servicio de la casa haciendo el café para un desconocido.

Busco la bandeja apropiada y tras poner el café, la leche, el azúcar y la sacarina por si el visitante la deseaba, regreso al salón.

Al entrar en el salón la escena casi le hizo dejar caer la bandeja, la muchacha, Alejandra se encontraba con el sexo de Vicente en la boca, las manos puestas en cada uno de los reposabrazos de la butaca mientras en visitante la penetraba brutalmente desde atrás, tras un momento sin saber que hacer se dirigió a su sitio y tras arrodillarse con la bandeja entre las manos se limito a esperar que la dijeran que hacer, un torbellino de ideas se agolpaban en su cabeza.

Crees que podrás cumplir las indicaciones que te poníamos en la nota.

Si por supuesto, sin ningún problema, pasara la semana en esta casa y yo la vendré a visitar cuando ... me apetezca.

Por ejemplo el punto nueve, ¿lo has hecho alguna vez?

Vicente rebusco en el bolsillo de la americana hasta sacar unos papeles doblados que abrió y observo atentamente a la búsqueda del punto nueve.

Si, claro, por supuesto que lo sabré hacer.

No se trata de que lo disfrute, se trata de que lo sienta, lo sienta hasta que se le salten las lagrimas. Alejandra lleva esa maleta –señalando mi maleta - y trae la tuya del coche.

La muchacha no se hizo repetir la orden, de la comisura de los labios aun resbalaba saliva y quizás el semen de Vicente pero ella parecía no darse cuenta.

En un momento estaba de regreso con una maleta de marca, maleta que dejo a los pies del visitante quien la abrió, en su interior y casi de reojo Alicja pudo ver diversos objetos metálicos y de cuero, así como lo que parecían tubos y botes de cremas.

El Visitante tomo una fusta de las de montar a caballo y se la entrego a Vicente.

Demuéstrame

Vicente se puso en pies, mientras por la bragueta aun abierta colgaba flácido su pené. Comenzó a andar dando la vuelta alrededor de Alejandra, en ese momento fue cuando Alicja pudo ver por primera vez un destello de sentimiento en los ojos de esta, un destello de miedo.

¡No!, así no. Creo que te tendremos que darte también a ti un curso de cómo hacer las cosas.

El visitante arrebato la fusta de la mano de Vicente mientras pronunciaba unas palabras

En posición de castigo.

Alejandra busco automáticamente una silla y tras doblar su espalda hasta poner las manos en el asiento separo los pies todo lo que pudo.

Sin dudas ni titubeos el Visitante comenzó a descargar la fusta sobre las nalgas de Alejandra mientras esta desgranaba un número tras recibir el golpe, uno, dos, tres , cuatro, ...

Ven, ahora tu, sin miedo, de forma firme

Ahora era Vicente el que con la fusta en la mano golpeaba las nalgas de Alejandra, no tenia tanto tino como el Visitante por lo que algunos de los golpes alcanzaron los muslos de la chica, la chica había pronunciado el numero veinticinco cuando sus piernas se doblaron y quedo sollozando quedamente de rodillas frente la silla.

Muy bien, ahora ponla un poco de la crema del bote verde que hay en la maleta y déjala descansar como dicen las instrucciones.

Alicja estaba horrorizada, prácticamente le temblaba todas las partes de su cuerpo y sentía la boca seca habría corrió a abrazar a la muchacha pero el miedo y el horror la tenia atenazada. El Visitante se acerco a ella y tomando la taza de café se la tomo de un único trago.

Ponte en pie, deja la bandeja en la mesa y date la vuelta.

Alicja simplemente hizo lo que se le ordenaba.

Las manos en la espalda.

Nada mas poner las manos en la espalda sintió como le eran puestas en las muñecas unas esposas metálicas y tras esta una capucha de tela negra tapo su visión y la oscuridad se hizo total.

Bien me voy, te mantendré informado de cómo evoluciona la formación.

Perfecto y no te preocupes seguiré las instrucciones que me habéis mandado.

El Visitante tomo a Alicja por unos de los brazos y tiro de ella indicándola con ese gesto que tenia que acompañarla, camino por la casa en lo que sabia era la dirección de la puerta de la calle, bajo los dos escalones y camino los pocos pasos que la separaban de vehículo del Visitante.

sintió como se abría la puerta lateral del coche y el ruido que hacen los asientos al ser desplazados o recogidos, con mano fuerte y gesto decidido el Visitante la introdujo en el coche haciendo que se tumbara boca abajo en el suelo del vehículo, la obligo a doblar las rodillas y ato sus tobillos a las manos ya esposadas.

Espero que estés callada, salvo si te pregunto algo, en caso contrario me veré obligado a amordazarte y te será mucho mas difícil respirar dentro del saco que cubre tu cabeza. ¿estarás callada?, responde.

Si.

Bien entonces mejor para ti.

Tras escuchar como se cerraba la puerta lateral del vehículo sintió como el Visitante tomaba asiento en el puesto del conductor y arrancar el motor del vehículo.

El primer giro brusco que dio el vehículo la hizo desequilibrarse de su precaria posición y sintió como la moqueta del suelo del vehículo rascaba su piel desnuda.

Escúchame atentamente Alicia, ya que no me gusta repetirlas cosas. A partir de ahora me llamaras Vicente, si no te extrañes, y obedecerás todas las ordenes que te de, si lo haces bien la semana pasara muy rápido y podrás estar de regreso con tus hijos en siete días, en caso contrario ... bueno ya te enteraras de lo que puede pasar. ¿lo has entendido?

Si – respondió Alicja –

¿solo si?

Si, señor

Un frenazo brusco hizo que se desplazara de su posición golpeándose contra algo duro con la cadera.

¿cómo he dicho que me has de llamar?, presta atención ¡joder!

Si, Vicente.

Eso esta mejor.

El vehículo volvió a tomar velocidad. Por la cabeza de Alicja paso la imagen del rostro de sus hijos.