Alicia y Lina 4 (Sueños o pesadillas?)
Adiós amor, tal vez en la próxima salga mejor.
- Sueños o pesadillas?
Han pasado ya varias semanas y nunca más he sabido de ella. Es real, me abandonó... me abandonó con todo este amor adentro y se ha quedado con mi corazón...
En su abandono, mis sueños ya no son de amor ni de dulces caricias… cada vez que despierto el cuerpo duele en fiel reflejo de mi corazón, de mi alma. Cada noche me esperas vestida en negro cuero, tus cuidados cabellos caen sobre aquella mascara que encubre tus expresiones, ocultan tus sentimientos. Solo tus aojos se ven y delatan la pasión y el gozo que todo esto te genera. Tu mano noche a noche, manipula magistralmente un arma diferente, arma de castigo que flagela mi ya marcado cuerpo. En el centro de una oscura habitación permanece mi cuerpo, que palpita con tu presencia. Sucumbe ante tus encantos, me seduce, me dejas embelesada, subyugada y mis escudos se desvanecen.
Es que ante tus caricias, tus besos apasionados, profundos en mi deseosa boca, tus pequeños y suspirados besos en mi cuello, aquellos mordisqueos en mi oreja, yo pierdo toda voluntad de mantenerme firme. Una vez que percibes que estoy perdida en el gozo, es que tú esgrimes tu gran caudal sodomita. En esta ocasión me golpeas con una fusta una y otra vez en la boca, la misma boca que tan apasionadamente besabas, esta boca que desbordaba deseo ahora es sangre lo que derrama. Casi al unísono con tus afiladas uñas arañas mi cuello creando tres ríos carmesí, en aquel que fue el valle de tus besos. Mis lágrimas salen desesperadas y tú las besas conmovida, luego las besas excitada y continuas besando mi pecho. Violentamente desgarras mi camisa y el brillo de tus ojos destella como un flash de éxtasis. Mis pechos se sacuden libres con aquel acto y tú te dedicas a besarlos, lamerlos, chuparlos, mordisquearlos, tan deliciosamente que haces que olvide mis heridas. Una vez más me transporto por el camino del placer, tu trabajo en mis pechos es dedicado y yo ya al borde del orgasmo me encuentro suspirando, cuando de repente, tus manos abandonan la gentileza y se apasionan apretando mi pecho, tu boca en el mismo tenor, parece querer engullir mi otro pecho, pero el terror inicia cuando tu fuerza aumenta y tus dientes logran penetrar mi carne. Mis gritos lejos de ser de placer, retumban en aquellas cuatro paredes, mientras tu mano aprieta tan fuerte mi seno que son tus uñas las que entran en mi ésta vez. Siento que voy a desmayarme, en ese instante dejas esa cruel tortura, yo siento correr aquel caliente y espeso líquido y voy perdiendo lucidez, sólo escucho tus tacos alejarse, luego, aquel toc toc se acerca.
Siento tu mano tomar dulcemente mi mentón y elevar mi rostro. Hablas dulcemente, palabras de amor, cuando de repente, derramas en mi rostro, lo que logro percibir, es vodka, mis heridas en contacto con el líquido parecen prenderse fuego, de esa forma quedo totalmente consiente y gritando de dolor.Comienzas a beber aquel vodka de mi piel, lamiendo, chupando, recostándome y acariciándome. No se cómo lo haces pero con tus caricias y tu boca logras que yo olvide el dolor. Continúas besando mi cuerpo, bajas alcanzando el inicio de mis piernas, sin rodeos te apoderas de mi intimidad. Saciando tu sed y tu curiosidad. Mientras lo haces no puedo evitar estallar en el primero de mis múltiples orgasmos, luego de beber los líquidos producidos por éstos, te separas y golpeas justo en mi aún palpitante clítoris con tu fusta, una y otra vez, cada orgasmo un golpe castigador. Con cada golpe te estremeces y disfrutas tus espasmos con profundos gemidos. Continúas con tus golpes hasta que por fin un convulsivo orgasmo te hace gritar extasiada…
Con ese grito final es que despierto cada mañana, dolorida y magullada en mi solitaria cama… cama en la que no podré amarte... la que no conocerá tu néctar... la misma que ha sido mojada noche a noche con lagrimas que fueron por mi y ahora son por ver como mueres cerrando la puerta de tu tan preciado armario...
Adiós amor, tal vez en la próxima salga mejor.
Interlina
Valeria