Alicia Lina 2 (Predadora de ti)
Lina sentía que una franja de calor bajaba hasta donde Alicia dirigía sus ojos.
Transcurrían las vacaciones de verano, el bullicio de las clases había quedado atrás, pero por el interior de Lina lo menos que existía era paz.
Todavía estaba fresco el recuerdo del último día de clases, tras la despedida que organiza el centro de estudios cada año.
Alicia lucía hermosa, su pelo delicadamente arreglado, su maquillaje destacando su infinita belleza, aquel vestido que marcaba sus curvas de la mejor de las maneras y un escote que contenía como un marco, la obra maestra de sus pechos. No tuvieron contacto directo en toda la fiesta, Lina, en el grupo de docentes, se veía atrapada entre chistes y charlas, mientras que Alicia brillaba entre sus compañeros de Curso.
Durante toda la despedida Lina permaneció inquieta, asediada por la presencia de Alicia, ella podía sentir cuando ésta se dirigía hacia el baño y pasaba a un metro por detrás dejándola totalmente erizada, conteniendo el aire y reteniendo con sus pocas fuerzas un suspiro. Por momentos sentía que Alicia la observaba, se sentía acalorada, excitada, la buscaba y siempre, cada vez, Alicia la observaba con un brillo en sus ojos, la miraba con intensidad, podía adivinar que la deseaba, que sus ojos no solo la contemplaban sino que también la acariciaban. Lina temblaba, sentía como su entrepierna se mojaba, sintió su sexo palpitar, al tiempo que Alicia, luego de beber un trago, pasaba su lengua lentamente por el labio superior, mientras su mirada acariciaba el escote de su camisa. Lina no lo podía creer, Alicia la provocaba con la habilidad de un francotirador, escondida entre la masa de alumnos, su energía llegaba a tocarla desde la distancia, sentía como sus pezones se erectaban cuando ella los miraba con ese deseo, cuando su mirada bajaba lentamente, Lina sentía que una franja de calor bajaba hasta donde Alicia dirigía sus ojos.
Las piernas de Lina hacían un esfuerzo para mantenerla en pie en el momento en que Alicia le lanzó una vez mas esa mirada con su lengua levemente asomada entre los labios, al tiempo que los pechos de Lina estaban a punto de estallar, Alicia acariciaba con esmerado disimulo, la piel debajo del dije que destacaba sobre aquel escote, Lina ya respiraba entrecortado, su sexo estaba totalmente dilatado y cuando Alicia llevó uno de sus dedos a la boca para “saborear crema del pastel que llevaba en la otra mano”, estalló en un orgasmo que la obligó a sentarse en una silla cercana, sudando, con el corazón saliendo de su pecho y su intimidad contrayendose explosivamente. Alicia sonreía descaradamente mientras se daba media vuelta para meterse entre un grupo de egresados que se iba retirando del lugar.
Semanas después y tratando de despejar su mente, Lina se dispone a salir y encontrarse con algunas amigas en el boliche de siempre. Mientras se encuentra tomando un trago en la barra, entre risas y bailoteos, puede observar entre la multitud a quien cree que es Alicia.
Tiene que ser ella, piensa. No, no puede ser ella, ella es una mujer de familia, nunca sale y menos a este boliche... Pero si... es ella y no me ha visto.
Acaso podrás sentir como te observo desde lejos? No estas sola, desde aquí admiro tu belleza. Me siento predadora, oculta en la muchedumbre, esperando el momento justo en que tus amigos te dejen sola en esa pista de baile... por fin dos de ellos se dirigen hacia el baño, mientras la otra, charla muy entretenida con un caballero que intenta seducirla. Tu te diriges a la barra y mientras esperas el trago que solicitaste yo me acerco sigilosamente por detrás, te envuelvo en mis brazos besándote delicadamente en la mejilla, en ese instante te capturo y te llevo conmigo lejos del bullicio. Con nuestras manos unidas te guío hacia aquel tranquilo escondite, nadie nos ve entrar, una vez seguras dejo tu mano en mi cintura y tomo tu rostro para poder besarte delicadamente sobre los suaves labios. Al tiempo que te sigo besando, te acaricio las mejillas, el cuello, mis besos ahora colman tu rostro, que se deja cautivo y con ojos cerrados. Tus manos en movimiento acarician mi espalda, mientras yo sigo con pequeños y amorosos besos que recorren tu rostro, tu cuello, tus hombros. Mis manos te acarician constantemente, también expresan amor en cada roce. Tus manos inquietas llegan aún mas lejos que las mías en las caricias y tu pasión se desborda. Me sujetas por la nuca y me besas llena de pasión, el beso mas intenso y profundo que jamás me dieron. El tiempo insistía en pasar y yo en intentar tocar tus pechos... Tan hábilmente como eludías mis manos, las tuyas se escurrían debajo de mi blusa apoderándose de los míos, acariciando felizmente mis erectos pezones, arrancado profundos suspiros y gemidos. Tus defensas bajan y por fin puedo acceder a la suavidad extrema de tus pechos, tus suspiros son cada vez mas profundos y tus pezones cada vez mas erectos, acarician mis manos de forma sublime. El tiempo se agota, tienes que regresar con tus amigos para no levantar sospechas y con tus gemidos en mi mente salgo sigilosamente calle abajo planificando la próxima captura...
Interlina
Valeria.