Alicia Fernández. 14

Mientras Alicia se lo monta con sus hermanos y continúa su relación con Carlos, parece querer alejarse un tiempo de su primo Alex. La hermana de este la "ayudará" en su decisión.

Alicia Fernández. 14

Tormex: Aunque ya he descrito físicamente a todos los personajes importantes de la historia, lógicamente podéis imaginároslos como queráis.

Descripción personajes : https://www.todorelatos.com/relato/137943/

Cuando consideré que estaba lo suficientemente limpia como para un segundo asalto, volví al cuarto de mis hermanos y encontré a Carol comiendo la polla a Iván.

-   Cómo te lo montas ¿eh, cabrón?

-   Ya ves, Carol la come de maravilla – aún estando de espaldas a mí, me pareció ver sonreír a mi hermana ante aquel comentario.

Me puse al lado de mi hermano y dejé que me metiera mano a gusto. Me sobó el busto, la barriga, el coño, las piernas… Mientras me manoseaba, yo suspiraba de placer.

-   Uff, hermanito, qué bien me tocas. Sigue… - le pedía.

-   Tienes un cuerpazo que ya quisieran muchas modelos, Ali.

-   Gracias…

Me puse sobre él y dejé que me comiera los pechos tanto como quisiese.

-   Carlos no sabe la suerte que ha tenido contigo...

-   Sí, pero... Umm... No quiero que le salpiquen el resto de cosas.

-   Eso sería lo ideal, no te digo que no, pero ya sabes cómo va esto.

-   Ya, bueno... Uff... Iván... Quiero atrasarlo tanto como pueda. Sé que tarde o temprano tendré que contarle toda la verdad: quiénes somos, de dónde venimos, quiénes nos persiguen y por qué...

-   Puedes írselo contando poco a poco, no hace falta que se lo digas todo de golpe... Mmm... Vaya una tetazas tienes... Empieza por lo más suave. Oouff... ¡Me corro, Carol!

Iván descargó su leche caliente en la boca de su hermana, quién se tragó toda la corrida. Mi hermano me besó cariñosamente en los labios y me quité de encima suyo.

-   Voy un momentito al baño, que me he medio atragantado con tanto semen.

-   Aquí te esperamos.

-   Ali, hazme un favor y límpiale la herramienta, que quiero que me penetre cuando vuelva.

-   A la orden.

Me puse entre las piernas de Iván y le fui limpiando el nabo, tragándome los restos de su corrida. Se la dejé dura y reluciente de nuevo, y estuve jugueteando con sus testículos con la lengua hasta que nuestra hermana volvió del baño.

-   Muchas gracias, hermanita. Iván: quiero polla.

Tanto mi hermano como yo reímos por la forma en la que lo dijo. Carol se sentó sobre él y se la fue metiendo hasta el fondo.

-   Umm... Qué grande...

-   Por tetas te gana Alicia, pero por chocho no lo yo tengo tan claro – opinó Iván.

-   Todo un cumplido por tu parte, hermanito jijiji.

-   Es la verdad. El de Alicia, al ser más joven y no estar acostumbrada a mi polla, es más estrecho, pero el tuyo diría que tiene el tamaño perfecto.

Mientras hablaba, le puso ambas manos en el culo y se lo comenzó a amasar. Yo me los quedé mirando mientras follaban, pues empezaba a estar algo cansada.

-   ¡Uff... Siii...! ¡Dame polla, cabrón!

-   ¿Quieres más rabo, puta?

-   ¡Sí, quiero más!

-   ¡Pues toma!

Le comenzó a taladrar el coño, y mi hermana, lejos de pedirle que fuera más lento, le iba pidiendo más y más polla, más y más rápido. Su cara enrojeció por la velocidad y la fuerza a la que su querido hermano la estaba follando.

-   ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!

-   ¿Te gusta así, guarra?

-   ¡Sí, así me gusta! ¡Ooohh! Joder, qué bien...

A este ritmo, Iván no tardó mucho en rellenar a su hermana con su semilla. Carol cayó rendida sobre él y luego se tumbó a mi lado.

-   Oh, joder... - poco a poco iba recuperando el aliento – Vaya polvazo...

-   Ya ves, entre las dos me habéis dejado seco...

-   Ali, ¿te importaría limpiarme un poco el chocho? Lo tengo lleno de su semilla.

-   Eso ni se pregunta jiji. Un poco de semen calentito en noviembre nunca viene mal.

Me puse entre las piernas de mi hermana, le separé los labios vaginales y observé como la semilla de Iván iba saliendo a borbotones. Primero le limpié los labios y luego fui adentrándome en su vagina con la lengua. Estaba todo lleno de semen, nuestro hermano se debía de haber quedado a gusto al descargar.

-   Umm... Ali... Sigue... - gemía Carol levemente, aún notablemente cansada.

-   Tienes toda la vagina llena ¿eh? Iván, te debes de haber quedado bien a gusto ¿no?

-   Pues sí, bastante. Aunque es lo normal, con un chochazo como el de mi querida hermana.

Aquella alabanza sin duda gustó a Carol, que besó con lengua a Iván. Comenzaron a besarse y a magrearse mutuamente mientras yo seguía limpiándole el coño.

-   Ahhh... Ooummm... - seguía gimiendo Carol, aún con su boca pegada a la de nuestro hermano.

Cuando por fin terminé de limpiarle el chocho, volví a ir al baño a enjuaguarme la boca. Me gustaba el sabor del semen, pero había sacado tanto que lo había hasta aborrecido.

Regresé a su dormitorio y vi que Iván volvía a tenerla morcillona mientras que Carol no parecía tener muchas ganas de volvérsela a meter.

-   Ali, ¿te apetece echar un último polvo? Carol está cansada...

-   Un polvo no, pero puedes darme por el culo.

-   Hecho.

Me puse a cuatro patas y mi hermano me pasó la lengua por la raja del culo.

-   Qué guarro eres jijiji.

-   Prepárate.

Me agarró bien y me la fue metiendo lentamente. Notaba como su mástil se iba abriendo paso a través de las paredes de mi ano, y me gustaba. Llegó hasta el fondo y empezó a darme duro.

-   ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! - gemí ante sus fuertes embestidas.

-   ¡Joder! ¡Qué bueno! ¡Y vaya manera de gemir jaja!

-   ¡Calla y dame duro, cabrón!

-   ¿Eso quieres? ¿Quieres que te dé duro como a tu hermana?

-   ¡Sí! ¡Dame bien duro! ¡Rómpete el culo a pollazos! ¡Vamos!

Y como había hecho con Carol, me fue dando cada vez más y más. Sin embargo, tanto que hizo daño.

-   ¡Iván, afloja un poco, por favor! Me haces daño...

Al oír eso, la disminución fue instantánea. Tanto que incluso paró un momento.

-   Ali, perdona, ¿estás bien? - se preocupó.

-   Sí, sí, tranquilo. Es solo que me has dado casi tanto como a Carol y yo aún no he llegado a ese nivel.

-   Lo siento, lo haré más suave. Ya sabes que lo último que quiero es hacerte daño, hermanita...

-   Tranquilo, estoy bien. Gracias por preocuparte.

-   Eres mi hermana, Alicia. Me preocupo por ti.

-   De nuevo te lo agradezco. Vuelve a darme, pero un poco más suave.

Ahora sí me lo hizo perfecto. Bajó a mi nivel y seguimos gozando los dos. Tenía el trasero un poco dolorido por lo de antes, pero supuse que antes de irme a la cama ya se me habría pasado.

-   ¡Ali, me corro! ¿Me salgo o lo hago dentro?

-   Córrete dentro, no te preocupes. En el culo no hay riesgo de embarazo jijiji.

Esta vez su descarga fue bastante menor, debido principalmente a que lo habíamos dejado seco hacía ya un rato. Caí rendida, y él, con su polla ya media flácida, se desplomó sobre mí.

-   Me ha encantado, Iván... Gracias – le alabé.

-   No, gracias a ti por dejarme tu culazo.

-   También jiji.

Estaba cansada y tenía que llamar a Julia, así que me fui a la ducha, cenamos y me acostó pronto, a eso de las diez u once. Estuve leyendo un rato, pero el cansancio me venció y no tardé en, de nuevo, caer en los brazos de Morfeo.

Iván

Después de cenar, como siempre, Carol y yo nos metimos en la cama. Era nuestro momento de relajación, después de un día de follar ante las cámaras. Mi hermana estaba viendo una serie en su ordenador portátil, metida en la cama a mi lado, mientras yo jugaba en la PS4 al recién salido "Fallout 4" cuando se lo comenté:

-   Oye, Carol, ¿nunca te has planteado hacer algo más aparte de vídeos porno?

-   ¿A qué te refieres con "algo más"?

-   No sé: estudiar, socializar un poco, ya sabes... Llevamos dos meses en este barrio y yo al menos no conozco a nadie que no sea de la familia.

-   Mm, en eso llevas razón, deberías hacer amigos. Pero claro, qué les decimos, ¿"Hola, somos Carol e Iván y nos dedicamos a grabar vídeos porno y venderlos"?

-   Jajaja no, a ver, tampoco es eso. Piensa que dejamos los estudios en cuanto acabamos la ESO y automáticamente nos metimos en esto. Literalmente no hemos hecho otra cosa.

-   ¿Y qué propones, que nos pongamos a estudiar otra vez y dejar esto?

-   No, no, no digo que dejemos esto. A los dos nos encanta: ¡y coño, nos pagan por follar! Lo que digo es que lo compaginemos con otras cosas. Podríamos estudiar algo y seguir ganando dinero con esto. ¿Qué te parece?

-   Bueno, tampoco es mala idea, la verdad. Podríamos sacarnos el carné de conducir, ir a alguna academia de inglés (porque mi nivel da pena jeje) y después lo que surja.

-   Vale, lo veo. Mañana vamos a la autoescuela más cercana a apuntarnos.

-   Perfecto. Oye... ¿y cómo nos comportamos? ¿Como dos hermanos normales o como una pareja?

-   Mejor como dos hermanos, ¿no? Por aquello de que nuestros apellidos coinciden, más que nada.

-   Pues decidido: mañana vamos.

-   Sí.

Volvimos a lo nuestro durante un rato hasta que Carol me preguntó:

-   Una cosa, es que ahora me has dejado pensando: ¿por qué te ha dado de repente por querer hacer cosas nuevas?

-   No sé, a ver, ya llevaba un tiempo pensándolo, pero es principalmente porque, aunque aún nos quedan muchos años en esto del porno, quiero tener algo para cuando termine... Para intentar llevar una vida normal, al fin y al cabo. ¿Por qué lo preguntas?

-   Curiosidad, supongo...

Alicia

A la mañana siguiente, como si de una revelación de tratara, lo vi claro: en vez de esperar a Navidad para decirles a mis padres que quería dejar el curso, lo haría en ese momento. Aprovechando que ambos estaban en la cocina desayunando, les saqué el tema.

-   Mamá, papá, tengo que comentaros algo.

-   ¿Qué pasa, cielo?

-   A ver: sabéis que empecé este curso para poder seducir a Carlos...

-   Ajá.

-   ... y que lo he conseguido.

-   Sí... Vale, ya veo por dónde vas – mi madre era algo más avispada que mi padre en estas cosas.

-   ¿Adónde quieres llegar, hija?

-   Quiere dejar el curso, cariño.

Papá se quedó unos segundos pensando.

-   ¿Estás segura de eso, Ali?

-   Sí, papá. Completamente. La Informática nunca me ha llamado mucho, y la verdad es que en clase apenas me entero de las cosas. Y ahora que ya estoy con Carlos... no veo motivo alguno para seguir.

-   Bueno, si es lo que quieres... por mí, vale. ¿Y qué harás?

-   He pensado en seguir hasta Navidad. Después de las vacaciones buscaría empleo y en septiembre seguiría trabajando y me pondría a estudiar otra cosa.

Mis padres me dieron el visto bueno, les di las gracias y me fui a clase. Solo quedaba contárselo a Carlos. Decidí esperar a la hora del descanso para decírselo.

-   ¿De verdad quieres dejar el ciclo? - me preguntó mientras almorzábamos en la cafetería.

-   Sí, la Informática no me convence. Quise probar algo nuevo y se me ocurrió esto. Y me equivoqué, y... La verdad, no sé en qué estaba pensando – claro que sabía en qué estaba pensando, pero lógicamente no iba a decirle que todo había sido para estar con él.

-   Bueno, míralo así: de no haberte equivocado, no nos hubiéramos conocido.

Era un cielo. Me hizo sonreír y le besé.

-   Sí, en eso llevas razón.

Al igual que mis progenitores, terminó por aceptar mi decisión con lo que pasamos a hablar de otras cosas. Le pregunté si podíamos vernos esa tarde, pero me dijo que tenía que hacer unos recados.

Al día siguiente por la tarde estaba en mi cuarto leyendo una novela cuando entró Alex.

-   ¡Hola, Alicia! ¿Qué pasa, que no me coges el teléfono?

-   Hola, Alex. No te lo cogía porque he estado con la cabeza en otras partes.

Quiso darme un pico, pero en vez de eso le di dos besos en las mejillas. Se sorprendió un poco por mi frialdad.

-   Oye ¿qué te pasa? Mis labios no muerden ¿eh?

-   Nada, es solo que no estoy de humor.

Quiso abrazarme, pero retrocedí.

-   ¿Qué cojones te pasa, prima? - iba enfadándose poco a poco - ¿A qué viene esta frialdad de repente?

Se me humedecieron los ojos, y una lágrima cayó por mi mejilla.

-   Perdona... - me disculpé, dándome cuenta del error que había cometido al tratarlo así.

-   ¿Qué? - el pobre no entendía nada y yo cada vez me sentía peor.

-   Tengo un problema contigo, Alex... - mientras hablaba estaba aguantando mis enormes ganas de llorar y lanzarme a sus brazos – ¿Recuerdas cuando me enfadé contigo porque creí que te habías enamorado de mí?

-   Sí.

-   Pues ahora la que se ha quedado pillada soy yo – mi primo tenía los ojos abiertos como platos -. Y no puede ser. Lo nuestro no puede ser.

-   Entiendo. - Se quedó un momento en silencio – Entonces... ¿Quieres...? ¿Quieres que nos distanciemos un tiempo?

Asentí.

-   No es culpa tuya, pero es lo mejor para los dos... ¿Lo entiendes?

-   Sí.

Y así, sin decir más, se fue por donde había venido, dando un portazo. Me sentía fatal, solo quería llorar... y eso hice. Lloré un buen rato en silencio hasta que mi teléfono móvil sonó. Alguien me estaba llamando. Era Julia.

-   Alicia, ¿estás bien? ¿Qué te ha pasado con mi hermano?

-   Estoy bien, Julia. Gracias... ¿Qué te ha contado Alex?

-   No, mucho, la verdad. Me ha dicho que estabas muy rara y que quieres distanciarte de él. ¿Ha pasado algo?

-   Julia, si no es mucho pedir, ¿podrías... podrías venir a mi casa? Necesito contártelo en persona.

-   Claro, ahora voy.

-   Gracias...

Mi prima apenas tardó diez minutos en llegar. Entró a mi habitación y me abrazó. Tenía claros signos de haber estado llorando, de modo que esperó a que me tranquilizara y me pidió que le explicase lo ocurrido. Se lo conté todo, pues no quería tener secretos con ella.

-   Has hecho bien, Ali – opinó -. Quizás no de la mejor forma posible, pero has hecho lo correcto. Alex y tú no os podéis enamorar. Ya veía yo que, con tanto sexo, al final podía surgir el amor, pero no quise decir nada.

-   Me siento fatal, Julia, de verdad. Tu hermano no tiene culpa de nada y le he hecho quedar como el malo de la película. Se ha tomado muy mal el que quiera distanciarme de él un tiempo.

-   ¿Quieres que hable con él?

-   No puedo pedirte que te metas en medio, esto es algo entre Alex y yo. Pero necesito que entienda mi decisión y que sepa que las cosas volverán a la normalidad entre nostros.

-   Parece que lo digas como si no os fuérais a volver a ver...

-   Por su reacción, cualquiera diría que ha entendido eso.

-   Ya hablaré yo con él, no te preocupes. Y mira, si lo que necesita es echar un polvo... aquí estoy yo jijiji.

Su comentario me hizo sonreír. La abracé y nos quedamos así un rato. Noté como iba bajando sus manos por mi espalda, hasta llegar a mi culo. Lo acarició brevemente y se puso a masajeármelo.

-   Vaya, parece que tienes ganas de marcha, prima jiji – reí entre dientes.

-   Pues sí. He estado los últimos días liada con los estudios y apenas he tenido tiempo para follar con mi hermano.

-   Y quieres aliviarte conmigo, ¿no?

-   Exacto. ¿Me dejas, primita?

-   Claro, tonta.

Nos besamos con ganas y la ayudé a quitarse la camiseta para, a continuación, bajar por su cuello a través de un camino de besos hasta llegar a su busto, que lamí, chupeteé y besé con gusto. Con tenía los pechos tan grandes como los míos, pero están deliciosos igual.

-   Ahh... Humm... - suspiraba.

Mientras ella disfrutaba de mis cariños y mimos, le bajé los pantalones y las braguitas y metí con dedos en su chochito, para así masturbarla. No tardó en responder.

-   Ooohh... Aaalii... Qué bieeen...

-   ¿Sí? ¿Te gusta como tu querida primita te da placer?

-   Uff... ¡Sii!

Al meter los dedos en su vagina ya había notado lo mojadita que estaba, pero es que conforme pasaba el rato la cosa iba a más. Sus flujos no tardarían en desbordar su coño y salir. Mientras ella gozaba, volví a bajar por su cuerpo a base de besarlo y llegué a su chochito, de donde seguían rezumando fluídos.

-   Um. ¿Vas a comerme mi coñito, primita?

-   Sí. Relájate y disfruta, guapa.

Separé sus labios vaginales y metí la cabeza. Como imaginaba, aquello estaba a punto de desbordarse. No iba a ser capaz de tragarme tal cantidad de líquidos, pero aún así lo intenté. Fui lamiendo su clítoris mientras mi cara se iba embadurnando de jugos vaginales.

-   ¡Ahhh! ¡Hhmm!

Era más que obvio lo caliente que estaba, apenas con solo tocarla un poco ya gemía como si la estuviera penetrando... y entonces tuve la idea. Haría que se corriera con mi comida de chochete y después la follaría con un consolador.

-   ¡Uumm...! ¡Siii! ¡Uff...!

Como suponía, no tardó mucho más en correrse. Tuvo un par de contracciones en la vaginas y finalmente llegó al orgasmo, quedando momentáneamente rendida.

-   ¿Tienes fuerzas para seguir, Julia?

-   Claro, sigo súper cachonda.

-   Espera aquí.

Me levanté de la cama y fui a por mi consolador. Mientras lo cogía me di cuenta, agradecida, de que en rato que llevaba con mi prima apenas había pensado en su hermano.

Me desnudé y até el consolador a la cintura y fui caminando sensualmente hacia Julia, que me miró con deseo y se pasó la lengua por los labios al verme. Yo también la observé detenidamente antes de penetrarla: quizás no tuviera el mejor cuerpo pero, desde luego, era una pelirroja de ojos verdes muy atractiva.

-   Qué guapa eres, primita – la alabé.

-   Gracias.

Se abrió de piernas, me puse sobre ella y la fui penetrando muy lentamente. Me dediqué a sobarle los pechos y a chupar sus pezones mientras ella iba gimiendo de placer.

-   ¡Ahh...! ¡Aooohh! ¡Ummm....!

Su boca buscó la mía y la encontró. Me metió la lengua hasta la campanilla y danzó con la mía por nuestras bocas. Mientras tanto, agarró mis senos y se puso a manosearlos y estrujarlos, provocando mis consiguientes gemidos.

-   Oohhh... Uff... Qué bien... Cómo te estrujas las tetas... ¡Ummm...!

-   Disfruta, putita. Ahora que no está mi hermano, te doy placer yo. ¡Ummfff...!

-   ¡Sigue! No dejes de estrujármelos, por favor... Ufff... Qué bien...

Su boca fue bajando por mi cuello hasta ocupar el puesto de sus manos, que pasaron a manosear mi trasero hasta dejármelo bien rojo. Mordisqueó suavemente mis hinchados y duros pezones y pasó a lamer mi busto de nuevo. Yo seguía follándola, follando un chocho que, a juzgar por la cada vez más rápida velocidad y facilidad con la que entraba y salía el consolador, parecía estar completamente lubricado. Además, sus jugos vaginales no dejaban de salir.

-   ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!

Pasado un rato, mi prima sintió que iba a correrse, así que me pidió que sacara el consolador un momento de su vagina para que me diese por el culo. Y eso hice: se puso boca abajo y se lo clavó por el ojete. El respingo que dio al sentirlo me hizo reír.

-   Jijiji vaya bote has pegado, primita.

-   Es lo que suele pasar cuando te clavan un consolador por el culo con tanta rapidez, Ali.

La agarré por las piernas para ayudarme a follarla y le fui dando duro, a lo metralleta.

-   ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Oooohh!

-   ¿Te gusta, putita? ¿Te gusta como tu primita te da por el culete?

-   ¡Siii! ¡Me gusta mucho! ¡Uuffff....! ¡No pares, por favor!

Su trasero enrojeció enseguida y no tardó en pedirme que bajara un poco el ritmo. Obedecí y al poco rato me pidió que le sacara el consolador, que le dolía el culo. Una vez fuera, me puse a lamer su rajita y chupetear sus nalgas.

-   Estoy a punto de correrme, Ali. Vuelve a follarme el coño hasta que me corra, por favor.

Volvió a colocarse boca arriba y la penetré de nuevo. De su chochito salían líquidos a borbotones, con lo que supuse estaría súper cachonda. Le di duro con el consolador mientras ella gemía y me retorcía por el placer.

-   ¡Aahhhh...! ¡Uuummmm....! ¡Oooouuff...!

A este ritmo, no tardó demasiado en tener las últimas contracciones y, finalmente, correrse. Quedó completamente rendida en la cama y disfrutando del orgasmo, momento en que aproveché para masajear sus tetas y deleitarme una vez más con sus pezones.

-   Joder, Ali... Me has dejado súper bien follada. Gracias....

-   De nada, guapa jiji. Para eso estoy.

Me tumbé a su lado y, mientras hablábamos, le fui besando el cuello con dulzura:

-   Tú me ayudaste cuando estuve mal y cuando tuve problemas. Esta es una de mis muchas formas de agradecértelo.

-   Te quiero, primita.

Y nos fundimos en un largo beso lésbico de amor, jugueteando con nuestras lenguas y dándonos mimos mútuamente, cada una en el cuerpo de la otra.

Si has llegado hasta aquí, te agradecería que dejaras un comentario y/o valorases el relato. Estas cosas que para ti no suponen esfuerzos alguno a mí me motivan y ayudan mucho para seguir escribiendo y mejorando. Gracias :)

RESPONDIENDO COMENTARIOS

Alicia Fernández. 13: https://www.todorelatos.com/relato/137008/

  1. Kaos: Me gusta como vas continuando la historia, me gustaria que los capitulos fueran mas largos (ya se que es dificil) y me "asusta" emn el berenjenal en el que se va a meter Carlos XDD

Tormex: A mí también me gustaría hacer capítulos más largos, Kaos, créeme. Me había propuesto subir uno mensualmente, pero o los hago más cortos y tardo más D: Respecto al berenjenal en el que dices se va a meter Carlos, te doy toda la razón. El pobre chaval no sabe la que se le viene encima (y alucinará mucho cuando sepa toda la verdad jeje). Gracias por el comentario.

  1. Ibero54: Excelente relato, muy morboso y muy ágil su lectura. Sigues haciéndonos pasar unos momentos magníficos

Esperamos pronto la continuación

Enhorabuena y gracias por publicarlo.

Tormex: Muchísimas gracias, Ibero. Es lo que intento, que la lectura sea ágil y que la historia se vaya entiendo lo mejor posible con la información que suelto.