Alicia en el país de Joss (3)
Capítulo 3
Capítulo 3:
Narrado por Joss
Realmente Alicia era una chica muy tierna, ocurrente y graciosa, no sabía por qué trataba de ocultarlo, tenía un encanto natural que a cualquier persona le hubiese gustado conocer.
De su viva voz, pude enterarme de varios datos, el primero, su nombre, Alicia Issabel Huerta, a sus veinte años era más madura que el resto de sus compañeros, de eso pude darme cuenta desde la práctica en el hospital.
Me contó que entró a la universidad a los diecisiete, siendo de las más pequeñas de su generación, aunque realmente me parecía más comprometida que el resto.
Alicia era hija única, muy unida a su familia, a quienes sin duda, anteponía a todo. Le encantaba leer fantasía y ficción, un poco de novela romántica y literatura inglesa.
Su color favorito, el azul, su comida favorita era sin duda la pizza, aunque también disfrutaba de los tacos, una deshonra para cualquier mexicano, anteponer la pizza a los tacos.
Entre tantas cosas, recuerdo firmemente que me confesó su miedo al agua, al mar, incluso a las albercas. En ese punto de la conversación, le aclaré que a mi me daba mucha paz estar cerca del mar, escuchar el oleaje, y sobre todo el clima, me mantenía de buenas.
Alicia compartía conmigo ese gusto extraño por el calor, no pude más que sonreír por con complicidad, ciertamente no era bienvenido mi comentario cuando del clima se trataba, pues todas las personas que conocía odiaban el calor.
Alicia no fumaba ni bebía, era como el modelo de hija perfecta, aunque le dije que eso debía cambiar y tendríamos que escaparnos por unos tragos, sólo se limitó a sonreír.
Su música favorita, el pop en español e inglés, por mi parte, era un poco más bohemia, le comenté que tendríamos que ir a algún concierto local de trova, emocionada me decía que si.
Sin más, pasó el tiempo, compartiendo datos, más de ella que míos, con promesas de hacer una y mil cosas a futuro.
Salimos del café, ésta vez no me tomó del brazo, caminamos a mi coche en silencio, un silencio agradable.
—Nunca había ido a ese café— Pronunció un poco apenada.
—¿en serio?— me sorprendió bastante porque ella fue quien lo propuso.
—Sí, siempre lo veía en línea, pero no había encontrado con quien ir— mi corazón sintió un piquete como de tristeza —sé que pude ir con mis papás, pero no sé, siento qué hay lugares que son especiales, es como los regalos, hay cosas que puedes comprar tu misma, y hay otras que deseas pero que alguien te las regale, no sé si me explico— me miró confundida.
—Claro, lo entiendo bien. Es como un ramo de rosas, tu misma lo puedes comprar, pero es especial si alguien te lo da— nuestra platica se había tornado un tanto extraña.
—Exacto— abrí el coche con el control, estábamos a unos metros.
Ambas subimos casi al mismo tiempo, ella puso música y nos dejamos llevar, dimos algunas vueltas sin rumbo fijo, disfrutando de la música, cantábamos a gritos.
A eso de las diez de la noche la llevé a su casa, nos despedimos con un beso en la mejilla, ella entró en su casa y yo me fui.
Antes de estacionarme, recibí un mensaje de texto.
"Me lo he pasado muy bien. Gracias Joss"
No había nada más, y en mí se formó una amplia sonrisa, un estado de felicidad permanente se instaló en mi.
Solo respondí lo siguiente:
"yo también A, ten bonita noche"
Abrevié su nombre con una A, aún no sabe bien por qué, pero me gustó, esperaba que no se molestara.
La siguiente semana nos enviamos mensajes de texto ocasionales, había mucha complicidad entre nosotras, o al menos eso sentía yo, era como entrar a otro mundo cuando hablaba con ella.
Y sí, quizá me estaba atrayendo Alicia.
¿Y qué?
Éramos dos mujeres, ninguna con compromiso, ambas un tanto locas.
En momentos pensaba que estaba mal, apenas llevábamos unas semanas conociéndonos y simplemente ya me ponía nerviosa con sus mensajes.
Además, existía otro problema, era alumna de mi hermano, y él no sabía que yo la seguía viendo, aún no tenía claro cómo iba a justificarlo con él. La ciudad era muy pequeña, sería cuestión de días para encontrarnos a alguien conocido si continuábamos saliendo.
Transcurrió una semana con mucho trabajo, había mucha documentación por hacer y entregar, Alicia me enviaba textos todo el día, a veces memes o chistes.
El jueves pasó a mi oficina, me sorprendió bastante verla, no era lo mismo que por mensaje, su presencia me ponía un tanto nerviosa.
—Hola, espero tengas hambre— levante la vista y pude observar sus enormes ojos dilatados, su cabello ondulado y rubio caía hasta su pecho.
Vestía una falda corta, en rosa tenue, una blusa blanca y un suéter gris. Se veía hermosa.
—Sí, un-un poco— no sabía de qué iba su comentario.
—Toma, espero que te guste— extendió su mano y me dio una bolsa de papel cerrada.
La coloqué en mi escritorio. No sabía bien qué hacer.
—Gracias Alicia— estaba desorientada. La tímida niña iba por delante, mi cerebro no podía procesar.
—Tengo clases, me voy— antes de que pudiera retirarse reaccioné.
—En verdad muchas gracias— me acerqué a ella y dejé un suave beso en su mejilla —Ten bonito día— me sonrió y se fue.
Abrí la bolsa, dentro había un cuernito de jamón, un mini muffin y un vaso con té, rooibos y frutos rojos, justo como le conté que lo preparaba.
Ahora entendía su dilatación, Alicia habría estado bebiendo café, en nuestra última salida me di cuenta que puede tomar tres litros y seguir deseándolo, pero parece niña hiperactiva después de un rato, ello la habría animado a venir, eran mis teorías.
Un rato antes de salir de trabajar, decidí escribirle.
"muchas gracias por vuestras atenciones, moría de hambre y tenía bastante trabajo, me has salvado, estoy agradecida 🙊"
Se lo envié y me contestó casi enseguida:
"No es nada, tenía ganas de verte"
Me sentí muy nerviosa, leí el mensaje varías veces, guardé mi teléfono unos minutos, no sabía que responder.
Me llego un nuevo mensaje:
"Disculpa si te incomodo, puedes decírmelo, a veces no mido bien lo que digo o hago, espero termines pronto tu trabajo"
Su mensaje fue mucho más cortante, sentí mi corazón estrujarse. Terminé mis labores y me dirigí a mi auto, cuando lo encendí y puse música, recordé que no le había respondido a Alicia.
"¿quieres ir al cine o a comer conmigo?, estuve muy ocupada hoy, en serio no pide responder antes"
Envié el mensaje y tardó mucho en responder.
"Tengo mucha tarea, mañana tengo mi primera clase de fútbol y no quiero faltar. Soy terrible con los deportes. ¿El sábado te parece bien?"
Me emocionó mucho su respuesta, por un momento creí que se negaría. Aún no sabía bien qué rayos estaba haciendo, pero su compañía me agradaba y a ella no parecía incomodarle.
"¿Puedo ir a verte jugar?"
Fue lo primero que me salió e instintivamente apreté el botón para enviar. Aunque me arrepentí, no escribí más.
"Si, por si me caigo me ayudes a levantarme. Estadio universitario 6:00 pm"
Leí su mensaje y me limité a sonreír, quise dejar pasar un rato para responderle, llegando a casa, mi hermano estaba ahí por lo qué el tiempo pasó volando.
Antes de acostarme le envié un último mensaje:
"Nos vemos mañana, llevaré vendas y tela adhesiva, solo por si las dudas"
No esperé su respuesta, solo me dejé llevar para dormirme.