Alicia a través del espejo. (4)

Capítulo 4. Grandes Planes.

Alicia a través del espejo.

Capítulo 4. Grandes Planes.

Ahí estaba yo, en posición fetal en mi cama, cómodamente arropada por mi nórdica fucsia con corazones negros, mantenía un brazo por debajo de la almohada mientras lo abrazaba un poco, en mi otra mano sujetaba mi móvil mirando el cartelito una y otra vez de las llamadas perdidas de Sonny, dando vueltas en mi cabeza ¿Qué se supone que iba a pasar ahora?,  ¿Cómo miraría mañana por la mañana a Hans?, ¿Lo notarían papá y mamá? ¿Por qué lo hice?, ¿Cómo idearía un plan para librarme de la que se me venía encima? De repente recordé lo que Hans me dijo: “ Desde que me presentaste a Nina me dejo flipado ”. ¡Claro! Ahí estaba la solución tendría que trazar un plan para que Nina quisiera jugar con mi hermano y otro para que él tuviera clemencia y me librara de esa “película” ¡Dios! Estaba histérica dándole vueltas al coco, me senté en la cama sacudiendo la cabeza y con el móvil aun en la mano, escribí un mensaje de texto a Sonny: “¿podríamos hablar mañana? Te echo de menos”

Enviado… cuando el icono desapareció de la pantalla lo deje sobre la mesilla de noche cerré mis ojos dispuesta a dormir ya.

Por la mañana al despertarme creo que ya estaba asumiendo lo que había pasado la noche anterior entre Hans y yo, visité mi baño donde creía que tenía mi privacidad y mientras me cepillaba los dientes Hans llamó a la puerta.

-Ali, ¿puedo hablar contigo 1 minuto?

-Un momento -Terminé de enjuagarme la boca.

-Está bien Hans, pasa.

Cuando entró, me salió del alma hablar yo primero, no sé por qué pero se lo solté de carrerilla mientras apoyaba mi cabeza en su hombro y el cogía su cepillo de dientes de nuestro vasito común.

-Mira Hans, he estado pensando, en todo lo que pasó ayer. –Él me miraba en el reflejo del espejo sonriendo mientras el cepillo de dientes hacia su trabajo por sus blancos y perfectos dientes, ladeé un poco mi cuerpo y le acaricié el brazo como si le estuviera haciendo un masaje, mi tono de voz se tornó más meloso. – Yo, em verás, he pensado que voy a prepararte a Nina, para que la disfrutes como te mereces – me puse de puntillas, levante un poco la manga de su camiseta y besé su bíceps, ahora si parecía que me escuchaba de verdad, se apartó un poco de mi inclinándose sobre la encimera del baño, escupiendo los restos de dentífrico y saliva, dejó correr el agua mojándose ambas manos y luego se las paso por su pelo tan corto, dedico una sonrisa de anuncio al espejo mientras no me quitaba ojo.

-Mhmm, muy bien hermanita, creo que necesitabas una motivación extra para tener esa idea tan ingeniosa.

Se giró un poco quedando enfrente de mí mirándome como un depredador mira a su presa, me estremecí tan solo con su mirada, dio un paso muy corto hasta quedar a pocos centímetros de mí, rodeó mi cintura con sus manos y seguidamente empezó a subirlas por debajo de mi camiseta con las palmas de las manos abiertas, acariciando por completo mi abdomen, sentía sus pulgares alrededor de mi ombligo haciéndome cosquillitas y despacio seguía subiendo apretando un poco más mi carne en mis costillas, entre abrí la boca y deje caer lentamente mi cabeza en su pecho rozando mi frente justo en medio de sus pectorales, descanse mi nariz ahí y pegué mi boca a su camiseta besándole, seguro el sentía mi respiración ardiendo en su piel a través de la camiseta, sus manos seguían hacia arriba, sentía que se acercaba a mis tetas tamaño manzana y ahí se detuvo justo cuando las tocó, movió despacio sus pulgares buscando la punta de mis pezones, los masajeaba dando círculos, me puse de puntillas y ladee mi cabeza buscando su cuello, besando su cuello cerca de su nuez, saque mi lengua para recorrerla y sus manos se movieron acaparando por completo mis tetas, las manipulaba bruscamente, como si nunca hubiera tocado unas, las movía y mi boca se precipitó hacia la suya, dejándole un beso mojado en sus labios, esta vez yo pegué más mi cuerpo al suyo, quería sentir su calor tan cerca, durante todo este tiempo tenía mis brazos pegados a mi cuerpo, relajados, dejándome hacer, una de sus manos empezó a bajar del mismo modo que había subido, recorriendo con la palma de su mano cada centímetro de mi estómago hasta que llego a mi diminuto tanga, separe un poquito mis piernas y me dispuse a mirar lo que iba a hacer conmigo agachando un poco la cabeza, coló su dedo índice por el lateral del tanga agarrándolo dejando que la fina tela se metiera por mi rajita, mostrándole los labios de mi coñito, tiró de la tela hacia arriba, como la noche anterior me había visto hacerlo a mí, sabía que eso me gustaba mucho, abrí mi boca para lanzar un quejido mudo, y él seguía moviendo la tela arriba y abajo, era como una pequeña tortura para mí, quería sentir el contacto de sus dedos con mi parte ahora más húmeda del cuerpo.

-oh mi querido Hans, tócame, frótame ya no puedo más, tengo el coñito ardiendo… - dije yo con un hilo de voz entre mi respiración agitada, estaba como una perra en celo, solo deseaba que me frotara el coño tan fuerte que hiciera correrme.

Soltó la tensión en la tela y recorrió con su dedo todo el borde del tanga hasta llegar a la fina gomita en mis caderas, la agarró con el resto de sus dedos y tiro de ella, el tanga se soltó de inmediato cayendo al suelo, le miré a los ojos coincidiendo con su mirada y me beso metiendo su lengua violentamente dentro de mi boca, sentía su saliva casi llenarme la boca, se estaba descontrolando y eso me excitaba más, se separó un poco de mí, aun con su otra mano en mi pecho.

-Abre más las piernas, quiero ver tu chochito- su tono de voz fue más grave de lo normal casi como un gruñido, le hice caso y mis piernas se abrieron más, el escupió en la palma de la mano que tenía libre, empastó  su saliva en mi raja y frotó en círculos para expandirla bien aun que no hubiera hecho falta porque cuando descubrió lo mojada que ya estaba , quito la mano de mi pecho y se sacó su polla palpitante del bóxer, la contemplé, con el glande mojado goteando y mirándome, no pude resistir a pasar el dedito por encima recogiendo ese líquido transparente que emanaba de su enorme y abultado capullo, cuando ya vi que había recogido bastante lo acerque a mis labios mojándomelos y después pase mi lengua por los labios sin dejar de mirarle a los ojos, él se mordía el labio y su pene se erguía moviéndose como si tuviera espasmos, rodee ese pedazo de pene con mis dedos repasando el capullo que no dejaba de verter más y más liquido con mi dedo pulgar esparciéndole todo el líquido por su pene cuando noté que estaba bien mojado empecé a mover mi mano arriba y abajo, sintiendo toda su dureza en la palma de mi mano, sintiendo como las hinchadas venas de su polla bombeaban la sangre, masturbándole mis ojos se clavaron de nuevo en su rostro, su cara de placer era indescriptible de vez en cuando cerrando los ojos o poniéndolos en blanco.

-Menuda paja me estás haciendo, hermanita ¿Así se las haces a Sonny?

  • Ya sabes que sí, tú me has visto ¿te ponías muy cachondo mirándome verdad?-Él asentía y se relamía los labios.

Su mano reanudó su trabajo en mi rajita dándole palmaditas.

-¿Así te gusta verdad? Que castigue bien a tu coño, mira cómo te mojas, como una guarra- No me sorprendió lo más mínimo que me dijera esas cosas ya que Sonny habitualmente solía decírmelas cuando teníamos sexo.

-Oh… Sí, hermanito así, castígame.

-Pues verás por guarra, quita la mano de mi polla.

Quité la mano y se la agarro él y empezó a frotármela por mi rajita mientras con la otra me estimulaba el clítoris o me abría los labios, me quite la camiseta y después se la quite a él, sus dos manos me agarraban las caderas moviéndome hacia delante y hacia atrás llevando él el ritmo, estábamos de pie y el me ayudaba a aguantar el equilibrio y de vez en cuando abría mas piernas para ver como salía su polla completamente empapada de mí y como se volvía a perder entre mis labios hinchados, me corría, de vez en cuando él la agarraba apretándola y su capullo se tornaba de un color granate y me frotaba el clítoris con él o me lo golpeaba, me corría otra vez más, deseaba que de una vez se colara su polla dentro de mí, o que me pidiera que se la comiera, pero el no pudo más y empezó a pajearse muy rápido azotándome con su polla y frotándose en mi chochito.

-No puedo más voy a correrme, déjame correrme en tu coño guarra…

Dicho esto empecé a sentir su pene mucho más duro me apresure a pegar mi boca la suya y darle un buen morreo mientras le decía –Córrete hermanito, así dame toda la leche- Su leche salía a chorro casi a presión, me quemaba, me pringaba y me encantaba.

Separo su boca de la mía aun jadeando como si acabara un largo sprint, le besé de nuevo. Se apartó de mí para lavarse el pene en el lavabo mientras yo esperaba a que saliera del baño para darme una ducha rápida. Me besó y dejó que tomara mi duchara.

Después de la ducha volví a vestirme y baje a la cocina, ni rastro de Hans ni de papá, así que derechita al instituto.

Durante casi toda la mañana no deje de hablarle de Hans a Nina, que si ahora no tiene novia, que si está más guapo, que si se ha fijado en su cuerpo de nadador, hasta que ella soplándose el flequillo y atusándose el pelo con los dedos mirándose al espejo del baño de chicas me contestó: - Bueno, ¿Qué quieres que me lo tire?- las dos nos carcajeamos de risa.

-Tu hermano está muy bien, demasiado bien, pero nunca le he tirado la caña, primero porque es muy chulo con las tías, segundo es un poco crío para mí (sí, me acuerdo de uno, su ex novio del verano anterior en Mallorca, que tendría unos 27 o 30 años) y tercero es tu  hermano y me da un poco de yuyu hacérmelo con él y que luego haya mal rollo entre nosotras-dijo ella mientras se encendía un pitillo.

-Por mí no hay problema y sé que le gustas desde el día que te vio.

-¿Tú crees que él podría saciarme?- Que buena pregunta me hizo yo lo sabía de primera mano lo caliente que es, pero lamentablemente no podía decirle nada-Quiero decir que tú le habrás visto o le habrás oído cuando que se traía novias a casa.

-Tía, ¿Qué dices? Si la única que trajo era aquella que parecía una beata, solo la traía a comer los domingos aunque luego ella le acompañaba a la piscina mientras el entrenaba.

Y nos volvimos a reír, nos dirigíamos a la cafetería y -pip pip-, mensaje de texto recibido: “Ali, esta tarde podríamos ir de compras, tengo la tarde y la noche libre, así te compenso por que el sábado no”, -pip pip-mensaje de texto recibido: “que el sábado no puedo ir contigo ya que tengo turno de guardia de viernes a domingo, un besito mamá, ah, acuérdate de recoger los trajes del tinte de papá”.

La mejor noticia del día, que digo del día de la semana, del mes y del año, mamá de guardia todo el finde y papá todo el finde fuera de Berlín, era habitual que los dos muchos fines de semana no estuvieran en casa, pero este fin de semana iba a ser una juerga de sexo, por fin podría quedar con Sonny en casa y entonces se me encendió otra vez la lucecita.

-Nina, Este finde quédate en mi casa, mis padres no van a estar en todo el fin de semana.- Nina abrió los ojos como platos.

-Será genial para estar con tu hermano.

  • ¿Y si hacemos una fiestecita privada los 4? -Dije yo eufórica, Ya me hacia la película en la cabeza, Sonny y yo en mi habitación, Nina y Hans en la otra habitación, bañarnos juntos los 4 desnudos en la piscina de madrugada.

Tenía que llamar a Sonny, lo dejé para cuando fuera caminando a casa. Nina y yo nos despedimos al salir del instituto ya que yo tenía que ir al tinte a por la ropa de papá. Cuando salí de la tintorería llame a Sonny.

-¿Hola?

-Sonny, mi amor ¿Cómo estás?

-¡hey! Mi niña, pues bien, en el estudio, ¿te vienes esta tarde?

-No puedo, tengo que estudiar para los exámenes, pero, tengo una muy buena noticia.

-¿Qué será niña?

-Este finde estoy sola en casa, bueno en realidad quiero hacer una fiesta privada para ti para Hans y Nina.

-¿Fiesta? ¿Privada? me gusta eso, ¿te voy a tener todo el finde conmigo?

-eso es, ¿qué me dices?

-Mira pásate el viernes por el estudio cuando quieras por la tarde y si hay que comprar bebida y la cena pues vamos juntos.

-Genial mi amor, te echo de menos, nos vemos el viernesbesito

-Nos vemos el viernes entoncesbesito

Llegue a casa, mamá y papá estaban comiendo ya, me uní a ellos, después subí a mi cuarto a cambiarme, mamá y yo nos fuimos de compras al centro.

En toda la tarde no paraba de darle vueltas al fin de semana y se me ocurrió otra diablura.

Cuando llegué a casa saque la ropa de las bolsas y la ordené en el armario, estudié un par de horas y bajé a cenar y estaba Hans con papá viendo un partido de Rugby inglés, notaba la mirada penetrante de Hans en mi culo, mientras hablaba con mamá en la cocina, después de la cena tenía que hablar con Hans sobre Nina. Cenamos, hablamos los 4 y después Hans y yo nos retiramos de la mesa, cuando subíamos por la escalera camino a su habitación le dije que tenía buenas noticias sobre Nina y le dije lo de mi fiestecita, Hans ya se frotaba las manos, entonces le conté lo que se ocurrió esta tarde mientras comparaba con mamá.

-Hermanito, que idea he tenido – empecé a decirle mientras me sentaba en su cama con las piernas cruzadas como una india-¿no crees que sería muy morboso si estuviéramos los cuatro en la misma habitación o mejor aún en la misma cama?

-Joder, que buena eres jajaja

-Esta tarde nos imaginaba a los 4 tocándonos, lamiéndonos por todas partes, besándonos.

-Me encanta esa idea, pero yo no voy a hacer nada con Sonny, que soy muy macho yo-me carcajeé mire el reloj de su ordenador, las 11:47 pm, mientras me levantaba de la cama-

-Ves como tu hermanita puede conseguirte lo que tú desees.-Le di un piquito en la boca y camine hacia la puerta del baño para ir a mi habitación y seguir estudiando un poco más-Buenas noches Hans.

Me tendí en la cama con mis apuntes, leía  y tomaba más apuntes, tal vez una hora estuve estudiando pero no podía estudiar, tenía en la cabeza el dichoso fin de semana. Decidí levantarme y bajar a la cocina a hacerme un té, baje las escaleras alumbrándome con la linterna del móvil, no quería despertar a mis padres, pero la sorpresa me la lleve yo al oír risitas, susurros y voces muy sugerentes que venían del salón.