Alicia (1)
La novel Alicia descubre que en ella existe toda un mujer.
Alicia (1)
Vivió su niñez en un pequeño pueblo de la costa, el cual recordaba con mucha alegría. Años después se fue a la capital, a donde sus padres consiguieron empleo. Alicia entonces se convirtió en una muchacha sagaz y activa, cuya vitalidad sorprendía a todos.
A los 15 años, Alicia ya mostraba los primeros síntomas de estar convirtiéndose en toda una mujer. Sus caderas se mostraban anchas y pobladas, su cintura mantenía su pequeño diámetro y sus senos crecieron para volverse dos copas que atraían hasta los más incautos. Dentro de su mente, estos cambios no pasaron desapercibidos, ella sabía lo deseable que se convertía en frente a los hombres, que con sus miradas lascivas y sus piropos subidos de tono hacían que nazca un calor dentro de ella.
Sus padres habían hecho empresa, y ahora poseían una buena cantidad de ingresos que les permitía a ella y sus hermanos estudiar en buenos colegios, ir a buenas universidades y disfrutar de los placeres materiales que ofrecían la vida.
Alicia compraba ropa provocativa, siempre con los jeans a la cadera, los tops mostraban su estómago lizo y sus cabellos castaños que poseía estaban pintados de color rojo, los cuales se combinaban con sus ojos almendrados de color café.
A sus 15 años ella era consiente de la provocación que era para los hombres. Pero aún así, ella recién despertaba a su sexualidad, que a pesar que en su casa no existía represión alguna, nunca fue un tema abierto ni constante. Una noche, ya metida en su cama, con sus sabanas de franela y sus frazadas pesadas para combatir el frío invierno, se sintió muy deseada. A pesar de encontrarse a total oscuridad, sola en su cuarto, entre sueños y madrugadas, sintió por primera vez en serio, el cosquilleo que nacía entre sus piernas. Sintió el sudor que caía por su frente, y puso su mano derecha entre sus piernas, para acallar el calor que salía de ahí. Sintió que su ropa interior estaba húmeda, y estiró su calzón para poner los dedos directamente sobre sus labios vaginales. Descubrió que estaban abiertos y desbordantes, y que la humedad había pasado a ser un líquido que brotaba de su vagina. Pasó suavemente la mano entre los labios, sintiendo un placer que la apaciguaba y a su vez la excitaba aún más. Subió un poco más los dedos, y encontró su clítoris, el cual le dio un rayo de placer a su cuerpo. Soltó un pequeño gemido, y comenzó a frotar con más fuerza y dedicación ese punto. Concentrada sólo en los placeres que esto le daba, cerró los ojos y comenzó a ver luces de colores, mientras el placer se acumulaba adentro suyo. Frotó con más fuerza aún, y los espasmos comenzaron a recorrer su cuerpo. Paró un segundo, y se quitó el calzón, lo lanzó al suelo y abrió las piernas, y sintió como estaba de mojada, con los líquidos vaginales saliendo de su canal. Volvió a frotar su clítoris de manera frenética, arriba-abajo y cerrando los ojos sintió un primer gran espasmo recorrer su cuerpo de punta a punta. Siguió frotando y otro espasmo volvió a salir, esta vez haciéndola gemir como un animal, mientras liberaba toda la carga sexual que tenía en su cuerpo. Un gran orgasmo se suscitó y Alicia comenzó a gemir, oh, oh, oh, mientras trataba de meter los mismos dedos de su mano derecha en su vagina. Por primera vez sintió una gran satisfacción y una felicidad que nunca antes había conocido, y lentamente dejó de frotar su punto de placer. Sudaba por todo el cuerpo, y su pijama se encontraba pegado a su piel, Alicia escuchaba su respiración pesada y su cuerpo tembloroso, pero se sintió completamente satisfecha con su primera masturbación, la cual le abrió todo un mundo de placer que ella sospechaba pero que no conocía.
Antes de ponerse a dormir, soltó una sonrisa cómplice consigo misma, ahora que sintió que tenía control del placer que producía su cuerpo. Con el calzón todavía en el piso, dio un gran suspiro y se durmió, pensando en que cosa le va a traer el día siguiente.
Harry Haller