Alice III Comienzo de un paseo
Alice quiere probar algo más arriesgado que masturbarse en la sala por lo que decide salir a pasear con sus prendas nuevas.
Jugue masturbándome y metiéndome dedos en mi rozado ano durante un buen tiempo sobre el sofá, me sentía la chica más sexy del mundo e incluso movía mis piernas del placer que sentía.
— Ah... Fiuu... Necesito un pene por favor! —
Mencionaba mientras sacaba y metía dos dedos de mi ano ya muy dilatado.
— Pero debería ir a mi habitación, no debería arriesgarme a hacerlo tanto tiempo en la sala... Aunque quiero algo más... Ya no puedo resistir... — pensaba mientras sacaba los dedos de mi ano y me sentaba en el sofá con delicadeza.
Lo que más quería era ser penetrada mientras vestía mis nuevas prendas.
— Ya quiero perder mi virginidad con un pene palpitante... —
Empecé a hacer planes en mi cabeza, tan locos como ofrecerme por internet o incluso ir a una esquina de prostitución.
— El perro de papá?... N-No tal vez ni siquiera le interese ya que también tengo pene... El exhibicionismo no estaría mal, pasear con mi microfalda en público... —
Tarde un poco en pensar como lo haría. Sería al día siguiente en la noche, iría a un lugar algo lejano en el subterráneo para asegurarme que nadie conocido me reconociera.
Asi fue, las horas pasaron lentamente y no pude dormir bien por lo emocionada que estaba pero al final llegó la tarde del día siguiente en el que mi hermana se iba de la casa, seguramente con sus amigos o algo por el estilo.
— Empecemos —
Eran las 5:20pm por lo que primero me di una ducha con tranquilidad y lo mejor posible, también intenté jugar con mi ano para dilatarlo lo más que podía por si algo más llegaba a ocurrir.
— Con cuatro dedos serán suficientes —
Luego de la ducha y la dilatación volví a mi habitación, no sin antes pasar por la habitación de mi hermana para agarrar una de sus minifaldas.
Al llegar a mi habitación encendí la luz ya que estaba anocheciendo. Saque mis prendas de mujercita del escondite debajo de mi cama y me empecé a cambiar.
Primero me puse las diminutas bragas, luego las medias largas hasta la mitad de mis muslos y al final la microfalda que cubría apenas 2/3 de mis nalgas.
— Todo de negro hace un lindo contraste con mi pálida piel — Pensé contenta.
Luego me puse la minifalda azul marino sobre la microfalda, para no llamar tanto la atención al salir de casa. Una zapatillas de color negro con base blanca, una playera delgada de color blanco y por último una polera color gris entero con un bolsillo delantero a la altura de mi ombligo.
Ya con todo listo me ví en el espejo y realmente parecía una mujer, de hecho una muy linda.
— Seguro mis antiguos compañeros de clase estarían intentando salir conmigo si tuviera vagina en vez de pene — Sonreí un poco peinando un poco mi castaño cabello dándole un estilo parecido al corte bob.
Me puse un cubrebocas negro, está vez no use los lentes oscuros ya que me sentía algo más segura. Sin nada más que hacer agarre mi celular, algo de dinero y ví toda mi habitación.
— E-Eh... Denuevo deje la cortina abierta mientras me ponía ropa de mujer... Espero que no me hayan visto desde la casa de en frente —
Me apresure a cerrar la cortina. Luego de eso apague la luz, salí de mi cuarto, baje las escaleras pasando por la sala y al final tomando mis llaves para salir finalmente a la calle. Empece a caminar a un paso algo apresurado en dirección a una entrada al subterráneo.
— Debajo de estas dos faldas mis nalgas se ven completamente... Que excitante... — Pensé sonriente debajo del cubrebocas, era verdad ya que las diminutas bragas apenas si cubrían mi pequeño pene, por atrás dejaban todo a la vista.
Luego de caminar un buen rato llegué al subterráneo. Compré un boleto y espere a que esté llegará. No notaba miradas que indicaban extrañeza hacia mi, solo una que otra mirada de jóvenes o señores hacia mis piernas o rostro por lo que estaba convencida de que parecía un chica linda.
— Nunca use el subterráneo de noche... Cómo será? — Pensaba un poco nerviosa al ser la primera vez que lo usaba a esas horas y por hacerlo vestida de mujer. No tardó en llegar, se veía algo más lleno a comparación de las tardes, de hecho realmente lleno.
— B-Bajara gente no? —
No había espacio sin llenar por alguna persona, entre como pude era muy difícil moverse pero al final encontré un espacio donde estar parada tranquilamente y con que sujetarme.
— E-Eso fue muy agotador. —
El sacrificio valía la pena ya que en unos 16 o 18 minutos seguro llegaría a la estación que quería y me quitaría que minifalda de mi hermana para solo quedar con la microfalda negra
— Pero... Si lo pienso bien ahora soy una linda chica con un trasero muy apetecible en un lugar donde hay personas por todos mis lados —
Empezaba a pensar sobre lo que siempre había escuchado, los tocamientos indebidos a mujeres jóvenes me le transporte publico. Estaba en contra de ese claro delito pero si me lo hacían a mí no me quejaría, todo lo contrario... Me dejaría totalmente.