Alice I Nuevas prendas

Alice decide comprar prendas sexys para usar sola en casa.

Alice

Siempre fui un niño algo raro, otros preferían jugar cosas un poco más de fuerza o de golpes, yo prefería jugar con la chicas mayormente.

Mi cuerpo al paso de tiempo fue cambiando pero no para volverse más masculino sino para volverse más femenino. Me sentía raro, los chicos hablaban aveces de cuanto les media su pene y cuando pensaba en cuanto media el mío ma diferencia era abismal. El mío apenas si se notaba diferencia entre erecto y normal.

Normalmente fui explorando mi cuerpo y a los 16 no me disgusto para nada, tenía una mentalidad más de mujer realmente por lo que me gustaba como me veia, caderas anchas, cintura delgada, nalgas de un poco grandes y bien paraditas. Mis pechos eran otra historia era plana totalmente pero lo demás lo compensaba en gran medida.

Si, a esa edad ya me sentía mujer excepto por el diminuto pene que tenía pero... no tenía ropa de mi gusto... Siempre había usado ropas holgadas y prenda sobre prenda para disimular mi cuerpo de mujercita. Mi rostro también lo era pero como llevaba el cabello corto siempre pasaba como andrógeno nada más.

Quería ropa de mujer, pero estaba el problema de que no se lo había dicho a nadie y tampoco tenía el valor. Seguro mis padres se enojarían y disgustaría conmigo, por suerte tenía una hermana mayor y un día tome la decisión de probarme su ropa cuando me quedé sola en casa. Para mí mala suerte pasaron cuatro meses hasta que esto paso.

Aquel día me encontraba nerviosa, temblorosa incluso al ingresar al cuarto de mi hermana. Era excitante pero al mismo había mucho temor de ser descubierta. Al ingresar busque en la ropa sucia unas bragas y en su armario una mini falda y una blusa, nada más... Al salir de el cuarto de mi hermana escuché un ruido proveniente de las escaleras, se me paro el corazón ya que estaba sosteniendo la ropa de mi hermana pero para mí suerte solo era el perro de mi familia, me había olvidado de cerrar la puerta que daba al patio. Suspiré luego del susto.

Al volver a mi cuarto cerré la puerta con seguro yme desnude, el espejo que tenía me dejaba ver mi lindo cuerpo, piel perfecta y tersa, nalgas desarrolladas, redondas y firmes, caderas anchas y cintura de avispa, hombros estrechos. Era el cuerpo de una mujer.

Me puse rápidamente las bragas, no eran sexys ni nada. Solo una bragas normales de coleo blanco entero, luego la minifalda y terminen con la blusa.

Me impresiones del resultado, no sabía que me quedaría tan explendimante. En esos meses me había dejado crecer un poco el cabello, aun ni estaba cerca de mis hombros pero ya cubría un poco mis orejas y arreglando lo un poco si parecía un peinado de mujer.

— Incluso estoy algo sexy —

Dije sonriente y parada frente al espejo mientras me daba media vuelta y levantaba mi falda un momento, solo un simple juego.

Luego de casi una hora en mi cuarto viéndome en todos los ángulos decidí que ya estaba bien, que sería peligrosos quedarme más tiempo con esas ropas o seguro me descubrían, ya que no tardarían mucho en volver. Así acabo ese día.

Pasaron varios meses más, ya tenía 17 y mi hermana unos 20, mis padres salieron de viaje en verano, se lo merecían, siempre estaban pendientes de nosotros y ahora que teníamos más edad estaba muy bien que se relajen solos. Por otro lado mi hermana aprovecho para ir a casa de amigas o de su novio seguro por lo que los dos primeros días no estuvo en casa desde la mañana hasta la noche y tenía pinta de seguir así los demás días... Con esto empecé a pensar que era mi oportunidad. Mis padres iban a viajar por una semana, solo me quedaban cinco días de libertad por lo que no perdería un segundo.

Desde el tercer día, un jueves, empecé a caminar con ropa de mi hermana por la casa, no solo mi cuarto, se sentía muy bien poder caminar por la cocina o por la sala siendo totalmente una mujer pero... Quería ropa propia, no quería usar la de mi hermana.

— De todas maneras es muy difícil. Si compro ropa de mujer dónde la escondería?... Solo hay una opción, comprar prendas pequeñas, a lo mejor bragas sexys o medias largas. — Pensé mientras subía las escaleras dirigiendome a mi habitación.

Me había gustado mucho la idea de comprar algo sexy. Quería unas pequeñas braguitas, unas medias largas y una microfalda, además de sexys eran perfectas para ocultar por su tamaño.

Esa misma tarde del jueves investigue en que lugares podía encontrar esas prendas. Encontré algunas que me parecían seguras ya que estaban en zonas comerciales, algo escondidas pero en zonas comerciales después de todo. No tenía que ir a una zona de mala muerte dónde me podrían robar o algo así. Vi los precios en sus sitios online, era un poco caro, no creía que la ropa de mujer este así, pero tenía que hacerlo

Luego venía lo difícil, salir de casa y comprar. Me puse unos calzoncillos de hace un tiempo que aún tenía guardados, una minifalda de mi hermana, una playera y una polera. Usé un cubrebocas, antes me gustaban y tenía algunos, unos lentes oscuros y me puse la capucha si, era muy precavida. A pesar de vestir de manera tan rara seguía pareciendo mujer, especialmente porque la minifalda azul dejaba ver mis lindas piernas. Por último me puse unas zapatillas blancas.

Salí de casa mirando a todos lados. Era la primera vez que salía vestida de mujer. Realmente era un poco excitante, además me gustaba como los antiguos calzoncillos blancos se terminaron pro meter entre mis nalgas en la parte de atrás, era normal, mi lindo trasero se había desarrollado mucho.

Cerré la puerta detrás mío y empecé a caminar. Ya era de noche y eso me ayudaba a pesar desapercibida.