Algoritmo (traducción)

Esta es una traducción del original Algorithm por Carefully Random. Los amigos de Tiffany descubren las hipnóticas capacidades de un algoritmo de sensorial audiovisual. No pasará mucho antes de que quieran probar que tan poderoso puede ser, pero necesitarán sujetos de prueba, voluntarios o no...

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ALGORITMO

Por Carefully Random

Traducido por Hacedor de Historias

Capítulo 1

Tiffany empezó su día realmente bien. Las clases fueron de hecho interesantes, ella estaba teniendo uno de esos días inusuales en los que se sentía deseada con su figura y el clima afuera era lo suficientemente placentero para usar una falda y una blusa.

Ella no tenía idea que hoy sería el inicio de algo que cambiaría su vida.

Tiffany entró en el piso de Josh, un paraíso en términos de espacios y estilo que excedía por mucho lo que se esperaría de un estudiante junior de computación.

­—¿Hay alguien? —preguntó mientras entraba en la cocina-comedor de diseño abierto. La habitación incluso olía bien. Realmente ninguno de ellos pasaba tiempo en sus dormitorios del ala estudiantil teniendo acceso a esto.

Nadie le respondió a Tiffany inmediatamente pero poco después Alice asomó la cabeza con emoción por la puerta que dirigía al dormitorio/estudio de Josh y la jaló adentro. Este no era un lugar particularmente inusual para encontrar a cualquiera dado que Josh tenía un par de sofás y una enorme instalación para gaming y filmación en su dormitorio, además estaba su masivo escritorio con la más cara y ostentosa computadora frente a la cual Tiffany alguna vez le había vito sentarse. Aun así el porqué Alice no había dicho nada era ligeramente confuso. Tiffany tiró su mochila al piso y paseó por la habitación.

El cuarto estaba oscuro con las cortinas puestas y la iluminación regulable puesta en bajo. De espaldas a la puerta, encarando la computadora sobre el escritorio, estaba Alice junto a Trev. Ellos estaban en pie observando por encima de Erin quien miraba hacia a la pantalla del ordenador. La pantalla estaba ocupada por un extraño patrón de formas coloridas y móviles fundiéndose entre sí, como la clase de cosas que verías en las películas cursis para representar un viaje psicodélico o algo parecido. Tiffany levantó las cejas mientras se acercaba, notando que Erin además estaba usando audífonos.

Ella se adelantó de forma que pudiera verlos a todos desde el frente. Alice y Trev mostraban amplias sonrisas de emoción, intercambiando su atenta mirada entre la pantalla y Erin.

Los ojos de Erin estaban completamente en blanco. Ella miraba a la pantalla sin una pizca de emoción en su cara, boquiabierta y con una gota de saliva acumulándose en un lado. Sus hombros estaban caídos y su respiración era profunda y regular.

Ella estaba completamente en trance. Totalmente hipnotizada.

—¡Tiff! ¡Ella ha estado así por los últimos 10 minutos! —gritó susurrando Alice en absoluto júbilo.

—¿Por qué están susurrando?  —musitó Tiffany en respuesta—. Ella está usando audífonos…

—Oh, ella todavía puede escucharnos —dijo Trev sin susurrar—. ¿No es así Erin?

—MmmSí —respondieron tenuemente sus labios.

—Y justo ahora tu mente está completamente vacía y en blanco, ¿no es así?

—Sí. —Esta vez la respuesta fue ligeramente más clara.

Tiffany abrió su boca repetidas veces para hablar y la cerró de nuevo, la mirada de desconcierto en su cara creciendo cada vez con mayor complejidad.

—Te explicaremos todo una vez que Josh regrese —sugirió Alice—. El salió a su práctica de básquetbol hace unas horas y hemos estado jugueteando con esto desde entonces.

—¿Cuánto tiempo la han tenido así…?

—Cerca de 10 minutos —dijo Trev—. ¿No es así Erin? Has estado en blanco por 10 minutos, ¿no es cierto?

—En blanco… diez…. sí… —Las palabras somnolientas emergieron lentamente de los labios de Erin, como si tuvieran que abrirse paso por entre una piscina de melaza para salir. Su cabello marrón corto se veía como si Alice o Trev la hubieran despeinado en algún punto. Tiffany nunca antes había visto la cara de la chica tomboy tan inxpresiva. Ella observó asombrada.

—Ahora mismo estábamos intentando averiguar, tú sabes, qué deberíamos hacer con ella… —dijo Alice

—¿Qué quieres decir? —preguntó Tiffany con incertidumbre, cambiando su expresión a una de preocupación obvia.

—Bueno, ella está en un trance profundo y parece tan complaciente. Tan solo estábamos pensando en probar como esto puede afectarla cuando está fuera del trance —explicó Trev—. Nada siniestro, ¿verdad Alice?

—Cierto —afirmó ella—. Sus ojos todavía destellando traviesamente—. Nada siniestro en absoluto. —Alice se inclinó junto al oído de Erin sin previo aviso y dijo—: Erin, mientras estés completamente despierta y fuera de este trance, cuando cualquiera de nosotros diga la frase: “pollo de corral”, tú vas a creer que eres una gallina y actuarás de forma acorde. ¿Comprendes?

—Sí —respondió Erin monótonamente.

—¡Alice! —siseó Tiffany—. ¡No puedes solo hacerle eso a Erin sin que ella siquiera lo sepa!

—Oh vamos Tiff, es solo un poco de diversión, no es como si estuviera haciendo nada malo…. —Alice le sonrió a su amiga guiñando un ojo mientras acaba la oración con un tono seductor de broma

—Sí, al menos tenemos que ver si esto funciona —convino Trev, rápidamente añadiendo—: Por la ciencia y así.

—¿La despertamos y le permitimos revolver sus plumas entonces? —preguntó Alice impaciente—. Porque deberíamos.

—No —dijo Tiffany firmemente—. Esperen.

—¡Oh vamos Tiff, deja de ser tan tú! —prácticamente gimoteó Alice—. Juro que si tu estuvieras en trance no te convertiría en ningún animal de granja o lo que sea, pero esto es simplemente demasiado asombroso para no intentarlo.

—¡Alice! —clamó Tiffany—. Estás permitiendo que tu emoción te supera. Si esto realmente funciona y es tan poderoso como ustedes afirman que es, ¿cómo van a traerla de vuelta? Si Erin realmente cree que ella es una gallina probablemente no tenga la capacidad de atención o el deseo de mirar en la pantalla de nuevo y ustedes la habrán dejado sin ninguna manera de regresar a la normalidad.

Alice y Trev se miraron entre sí, luego a Erin, luego a la pantalla y finalmente regresaron a ver a una claramente irritada Tiffany.

—Eso… eso realmente no había pasado por mi mente —admitió Trev.

—Pero, pero ella probablemente solo regresará al trance de todas formas, ¿por qué no lo haría? Quiero decir, el sonido y si mantenemos su cabeza quieta, quizá… —argumentó Alice sin una pizca de convicción en su voz.

—Bueno, ¿por qué entonces no lo probamos en ti, Alice? —replicó Tiffany enojada—. ¡Entonces veremos cuánto te gusta tener tu mente jodida! —Tiffany se volteó y abandonó furiosa el cuarto.

—¡Tiff, espera! ¡Lo siento! —Alice corrió tras ella—. No te vas a ir, ¿no lo harás, cierto? —preguntó horrorizada.

—No —suspiró Tiffany—.  Solamente estoy haciendo una salida dramática. En realidad, voy al baño. Mira, yo sobrerreaccioné. Solo dale a Erin un comando reverso y ten tú diversión, estaré de regreso enseguida.

—Oh, ok. —Alice la miró con una mezcla de confusión y frustración, pero rápidamente regresó a programar su gallina.

Tiffany entró al baño apresuradamente y se aseguró de que la puerta estaba firmemente cerrada tras ella antes de deslizar su mano bajo sus pantys para sentir su propia humedad. Su coño había empezado a retorcerse en excitación desde el momento que vio a Erin tan vacía e indefensa. Su mente instantáneamente elaboró más de una docena de formas para ver qué tan profundamente en trance estaba ella. El pensamiento predominante que desbordaba la imaginación de Tiffany en ese momento era tener a Erin desnuda y arrodillada mientras ella le comía ahí abajo.

Oh dios, —jadeó, respirando forzosamente y sorbiendo mientras permitía a su imaginación representar la escena. Cerrando sus ojos ella comenzó a dedearse, jadeando aquí y allá, la espalda presionada contra la puerta y apretando los ojos en concentración. Erin estaba siendo tan buena como juguete sexual, tan vacía y descerebrada. Tanto que Tiffany lentamente se dejó caer contra la puerta abriéndose de piernas antes de rodar contra su espalda y continuar asaltando su coño, perdida en placer. Sus dedos se movían como poseídos y pronto se encontró deshaciéndose desesperadamente de su ropa, exponiendo su bronceada piel al resplandor del baño de Josh.

Ella tuvo que sofocar un grito al correrse, para entonces ya semidesnuda y desparramada sobre el piso del baño. Permaneció allí por unos momentos, respirando lentamente, volviendo a la normalidad mientras unas gotas de sudor se deslizaban por su frente.

—Bueno eso fue inesperado —murmuró Tiffany para sí—. ¿Realmente esto acaba de pasar?

Tras arreglar sus ropas y cabello y lavarse la cara ella regresó al dormitorio para ver a Trev y Alice sonriendo como niños que ven el camión de helados acercarse. Erin estaba paseando lentamente por el centro de la habitación, sacudiendo su cabeza con cada paso, aleteando sus codos y repitiendo un realmente convincente sonido de cacareo. Tiffany comenzó a ruborizarse mientras la observaba, pero con determinación se volteó hacia sus otros amigos.

—Lo siento —les dijo a Alice y Trev—. Me ofusqué demasiado antes.

No, está bien —dijo Alice acercándose a Tiffany y envolviendo sus brazos alrededor de ella—. Tenías razón, estábamos tan ansiosos que no pensábamos en las consecuencias. Yo soy quien debería disculparse.

—¿Estamos a mano entonces? —Tiffany sonrió devolviendo el abrazo de vuelta.

—Definitivamente.

—Hey, ¿dónde está mi abrazo? —Trev pretendió hacer un puchero.

—Ven aquí entonces —replicó Tiffany, rodando los ojos, pero aproximándose a él sin demora. Ni Alice ni Trev vieron a Alice sonrojarse, sonriendo alegre mientras formaba la mitad de su sándwich de abrazos.

—Así que, ¿cómo está nuestra gallina? —inquirió mientras disolvía el abrazo—. Tengo que admitir que hace una buena personificación.

—¿No deberías decir gallinificación? —sugirió Trev—. Ella no está imitando a una persona después de todo.

—Cállate Trev —dijo Alice con suficiencia rodando sus ojos antes de agarrar la manga de Alice con emoción—. Ella ha estado desempeñando su papel sin problemas todo el tiempo que estuviste en el baño.

—Genial. Entonces, ¿cuánto tiempo para que ustedes, eh, la restauren?

—En realidad planeábamos esperar hasta que regresaras para eso —dijo Trev.

—Lo hemos diseñado para que ella regrese a la normalidad cuando escuche las palabras: “remover maldición”, pero solo si las escucha venir de ti —explicó Alice.

En efecto, Erin continuaba cacareando alrededor del lugar, y había comenzado a picotear una de las almohadas de Josh. Tiffany tenía la mirada pegada a ella, siguiéndola de cerca.

—Uh, yo tengo el poder entonces, ¿eh? —Tiffany forzó una sonrisa

—Bueno, sí. Resolvimos ponerte en la posición de autoridad, de modo que pudieras decidir cuándo terminar nuestro pequeño experimento.

—Supongo que es justo —replicó Tiffany dolida—. Gracias por ponerme a cargo —agregó. Esta vez con una poco más de entusiasmo mientras sus ojos le daban un vistazo al suelo y sus mejillas se enrojecían.

—Pero esperábamos que pudiésemos aguantar un poco a ver si Josh regresa pronto. Él amará esto —remarcó Trev.

—Sí, quién sabe que estaría pensando hacer él con esto… —Alice sonrió traviesamente.

—De acuerdo —concedió Tiffany con una sonrisa aliviada—. Esperemos por Josh.

Los tres se sentaron y vieron televisión en la sala, tomaron algunos snacks y bebidas para la próxima media hora. Mientras tanto Erin continuaba comportándose como una gallina en todo el tiempo, exploró el apartamento entero antes de anidar en una esquina, ocasionalmente acicalando sus codos.

Cuando Josh volvió no tardaron en ponerlo al día y dejarle ver el comportamiento de Erin.

—Esto es tan extraño —remarcó. El sudor se deslizaba por su oscura piel mientras observaba a Erin fascinado. Todavía estaba usando su uniforme de básquetbol dado que prefería trotar a casa después de la práctica para ducharse en su excesivamente lujoso baño en lugar de hacerlo entre los azulejos rotos del gimnasio universitario.

Josh emitió un largo silbido impresionado. —Me encanta, pero esto es raro. Y ella ha estado así por, ¿cuánto tiempo?

—Lleva más de media hora ahora mismo —replicó Tiffany—. Pensaba que ella se habría aburrido de esto o se hubiera desanimado o algo, pero o bien ella está realmente dedicada a su papel o la cosa computacional que Alice y Trev hicieron realmente trasteó con su mente.

—Bien, entonces, —Josh junto sus palmas entusiasmado— necesito ducharme, pero en cuanto esté listo pongamos a Erin de vuelta a la normalidad y luego muéstrenme cómo funciona.

Los tres volvieron a pasar el rato con los snacks y la televisión y después de bastante rato Josh salió de la ducha algo más fresco. Todos se dirigieron al cuarto de Josh guiando a Erin junto con ellos. Josh se vistió rápidamente mientras Erin era dirigida frente a la computadora.

—Sentémosla de nuevo en la silla, veamos si se da cuenta de lo que sucedió o si siquiera lo recuerda —sugirió Alice—. Y también apaguemos la pantalla y quitémosle los audífonos para evitar que vuelva en trance de nuevo.

Una vez que estuvo todo hecho le pidieron a Tiffany que la liberara.

—Uh, ok. Remover maldición —dijo Tiffany.

Los cuatro observaron como la conciencia y atención instantáneamente regresaban a los ojos de Erin. Ella miró alrededor rápidamente, sus expresiones demostraban un amplio rango de emociones, desde asombro hasta furia, pasando por asaltos de perplejidad, confusión, desorientación y exaltación, por nombrar algunos.

—Guau. Simplemente Guau. Ni siquiera puedo describir cómo se sintió eso. —Fue la primera cosa que soltó, su cara mostrando una imagen de deleite—. Ni siquiera te recuerdo llegando a casa Josh, pero recuerdo saber que yo era una gallina, como si todo tuviera sentido y la vida fuese así de simple. Hubiera permanecido así para siempre, estoy segura de eso. Es como si mi mente humana simplemente se hubiera apartado a un lado y se hubiera apagado por sí misma. —Ella saltó de la silla y tomó a Tiffany por los hombros—. ¡Tienes que probarlo!

—¡¿Qué?! —Tiffany se veía desconcertada—. ¿Por qué yo?

—No. Quiero decir, ¡todos ustedes! —Erin observó frenéticamente a cada

uno de sus amigos—. No puedo poner en palabras lo bien que eso se sintió

—Ok, ahora totalmente quiero ver cómo se siente —admitió Josh—. ¿Qué hago?

—Ok, ok, ok, tú siéntate ahí y mira a la pantalla —dijo Erin acomodando a Josh en el asiento y entregándole los audífonos—. Además, usa estos. La imagen era algo psicodélica y el ruido era simplemente relajante, creo que fue la combinación de los dos lo que realmente me puso en onda.

Todos observaron expectantes mientras Josh se volvía a la pantalla y se ponía los audífonos. De nuevo, Tiffany observó la maravillosa fusión de colores brillantes en la pantalla y, en tanto que era fascinante observarlos, no sentía como si estuviera siendo sumergida en ello de la forma que Erin claramente lo había hecho. Se volteó hacia ella y para su sorpresa la chica tomboy se observaba bastante aturdida y sometida, contrastando crudamente con su burbujeante entusiasmo anterior.

—¿Estás… sin… sintiendo algo? —arrastró Erin.

—No realmente —replicó Josh en un tono decepcionado—. Es decir, son una imagen y un sonido cool, pero no me siento diferente en realidad.

—Quizá es una frecuencia diferente entonces —sugirió Alice—. Estábamos intentando diferentes combinaciones hasta que encontramos la que afecta a Erin.

—Sí, espera un momento, quédate ahí y lo ajustaré un poco —añadió Trev.

Tiffany observó como Trev y Alice se turnaban en introducir diferentes cifras en la computadora antes de que el patrón cambiante regresará a la pantalla completa.

—Hey, Erin está regresando con nosotros —dijo Tiffany después de que cambiaran los valores la primera vez. Efectivamente sus ojos se veían más alerta su respiración dejó de ser tan lenta y fue capaz de quitar la mirada de la pantalla.

—¡Que me jodan! ¡Incluso el patrón visual por sí solo me dejó colocada! —exclamó Erin, presionando su palma contra la frente—. Si Josh no estuviera usando los audifonos me hubiera perdido completamente de nuevo. Creo que he sido gallina lo suficiente para un solo día…

Después de ingresar un par de valores más Josh todavía no había mutado su expresión. , Sin embargo, Tiffany no podía dejar de notar que Alice tenía la vista fija en la pantalla ahora.

—Josh, dale los audífonos a Alice por un momento y déjala sentarse —dijo.

—Alice, ¿todavía estás con nosotros? —preguntó Erin después de que esta usará los audífonos por un rato.

—De cierta forma… sí… supongo…  —replicó lentamente—. La pantalla es tan… no sé….

—Trev, ¿podrías continuar probando diferentes frecuencias de sonido? —preguntó Tiffany, añadiendo—: y quizá también las que ya probaste con Erin y Josh, porque podría ser alguna de esas.

—Claro, claro —convino Trev, tipeando furiosamente el teclado—. Hazme saber si ella cambia.

—Sí… háganme saber también… a mí… —repitió Alice desde la silla giratoria.

—A propósito, ¿cómo te das cuenta? —preguntó Josh parándose junto a Tiffany intentado escrudiñar lo mejor posible la expresión en el rostro de Alice.

—Bueno, fue cuando Erin se veía como si estuviera a punto de caer dormida que nos dimos cuenta que su mente estaba bastante ida. Creo que lo reconoceré. Ella no está en ese punto preciso todavía.

Tomó algunos minutos de intentar diferentes frecuencias de sonido, pero entonces todos lo vieron suceder simultáneamente. Los ojos de Alice visiblemente dilatados, sus hombros caídos, su cuerpo completo se veía listo para caer en coma. Su largo cabello rubio caía limpiamente a cada lado de su perfecta cara pálida mientras sus pálidos ojos avellana miraban sin vida y sin pestañear a la pantalla.

—Tu mente se siente agradable y vacía ahora, ¿no es así, Alice? —dijo Trev suavemente junto a su oreja.

—Siii… —Fue la débil y enmudecida respuesta que emitieron los labios de Alice.

Tiffany observó los exquisitos labios rojos que habían formado esas palabras y, conforme una gota de saliva comenzó a deslizarse por la barbilla de Alice, sintió como una excitación familiar crecía dentro de sí y su imaginación una vez más comenzó a desatarse sin control.

—Me pregunto por qué fueron un patrón visual y frecuencia de sonido distintas las que hicieron efecto en Erin…. —meditó Tiffany. La línea de pensamiento lógica era que, presumiblemente, cada persona podría ser puesta en trance si la combinación correcta de sonido e imagen era encontrada. Tiffany apenas podía contener su excitación ante esta idea. ¿Podría poner en trance y jugar con la mente de todos sus amigos?

No obstante, con Alice sentada frente a ellos en un charco creciente de su propia saliva una pregunta más urgente luchaba por escapar de los labios de Tiffany, pero ella realmente no quería demostrar que tanto necesitaba decirla. Afortunadamente para ella, Josh pareció tener una idea similar.

—La verdadera pregunta es, —apuntó Josh—. ¿Qué vamos a hacer con esta sexy gatita ahora que está así? Creo que es momento de subir la apuesta de gallina a estrella porno…

Tiffany observó en dirección a Erin y Trev y para su asombro, ninguno de los dos vocalizó ninguna protesta o demostró indignación. Trev miraba intrigado y Erin estaba sonriendo con satisfacción. Tiffany sabía que ella debería estar golpeando a Josh en el brazo en ese momento reclamándole por ser tan pervertido.

Pero cuando los ojos de Tiffany se encontraron con los de Josh y ella vió el brillo de malicia en los de él una sonrisa involuntaria se extendió lentamente por su rostro.

Continuará

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