Algoritmo 9 (traducción)

Esta es una traducción del original Algorithm por Carefully Random. Los amigos de Tiffany descubren las hipnóticas capacidades de un algoritmo sensorial audiovisual. No pasará mucho antes de que quieran probar que tan poderoso puede ser, pero necesitarán sujetos de prueba, voluntarios o no...

Disclaimer: Cuento con la autorización del autor original para traducir su obra al español y publicarla en esta página.

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ALGORITMO

Por Carefully Random

Traducido por Hacedor de Historias

Capítulo 9

Su cabeza se balanceaba suavemente mientras recobraba el conocimiento. Era como si alguien hubiese accionado un interruptor que transformaba a la robótica e inanimada Erin en la Erin humana y llena de emociones… Una nueva Erin que de inmediato miró a Tiffany con mala cara.

—¡Tiff! —chilló arrastrando las silabas para enfatizar su enfado—. ¡Todavía no me has explicado lo que está pasando! ¿O lo que acaba de pasar? ¡Estoy en serio confundida! ¡Y cómo es que ahora estás medio vestida si hace solo un segundo estabas completamente desnuda! Creo que me duele la cabeza…

—Lee esto —ordenó Tiffany colocándole la nota en las manos.

—¡Ahrg! Bien… —gruñó Erin.

Su rostro pronto pasó del enfado a la sorpresa y luego retomó una expresión completamente furiosa. Regresó a ver con fiereza a Lucy quien permanecía sentada en la silla.

—¡Tú! ¡Perra! —le siseó—. Oh ahora en serio vamos a joderte, tú…

Se acercó a la castaña de un salto. Parecía estar a punto de abofetearla.

—¡Erin espera! —la detuvo Tiffany.

A pesar de lo furiosa que se sentía, parecía incorrecto herir físicamente a la muchacha mientras esta permanecía inerte sobre la silla. Simplemente estaba sentada ahí, indefensa, completamente hipnotizada por las luces de la pantalla y las repetitivas señales que emitían los audífonos. Sí, tenía muchas ganas de herir a Lucy, pero se esforzaba por hacer el sentimiento a un lado.

—¿Qué? ¿En serio, Tiff? —Erin regresó a verla con incredulidad—. ¿Luego de lo que me mostraste de verdad esperas que me contenga? ¡Trev es nuestro amigo!

—Sí lo es… — Tiffany suspiró mientras terminaba de abrochar su brasier. Tomó su camiseta del suelo y añadió—: …por eso vamos a mostrarle la nota y dejaremos que él decida qué hacer.

—¡Oh vamos Tiff! —protestó la chica tomboy apretando los puños con amargura—.  ¡Trev es un puto oso de peluche relleno de comprensión y ternura cuando se trata de ella! ¡No va a hacerle nada! Nosotras podemos hacerla pagar… ¡Realmente podemos!

—Basta —Tiffany levantó la mano y un brillo de determinación centelló en sus ojos—. Tú me obedeces en todo, ¿ recuerdas ?

Erin arrugó los ojos mientras su mente era azotaba por un profundo sentimiento de obediencia. Se estremeció, carraspeó y después se enderezó con nerviosismo.

—Lo hiciste, Tiff, realmente lo hiciste… Tú tomaste el control —dijo mirándola con los ojos abiertos como platos

—Lo hice —confirmó Tiffany apretando los labios y sosteniendo la mirada—. Justo como lo hubieras hecho tú de haber tenido la oportunidad. Diablos, de hecho casi lo consigues, pero te hice olvidar que querías hacerlo.

—¿Qué? ¡No! —Erin la miró horrorizada— Tiff, tenemos una tregua yo nunca …

—Recuerda todo lo que te hice olvidar respecto a querer esclavizarme —ordenó con firmeza.

Erin pestañeó varias veces, se sonrojó y se mordió la lengua. Tiffany terminó de ponerse su top, se aproximó, la tomó de la barbilla y levantó su rostro de modo que sus miradas se alinearan perfectamente. La cara de la chica tomboy estaba completamente encendida para este punto y reaccionó al roce soltando un suave gemido.

—Siempre eres honesta conmigo, ¿recuerdas? —Tiffany le habló con un gentil tono de condescendencia en su voz—. Ahora dime, ¿ibas a romper nuestra tregua si tenías la oportunidad de tomar control sobre mí?

Esta vez la Erin no pestañeó ni se sonrojó o reaccionó de forma alguna, excepto por sus ojos que se volvieron ligeramente vidriosos. Intentó asentir con la cabeza, pero la mano que sostenía su barbilla se lo impedía. En su lugar, con la cara completamente escarlata, tragó saliva y exclamó:

—Sí.

Tiffany se quedó mirando sus oscuros ojos marrones por unos momentos. Eran unos ojos, llenos de desesperación que le dirigían una mirada suplicante. Pero ¿suplicaban por libertad o por sumisión? No estaba segura y no podía ponerse a indagar sobre el asunto ahora mismo. Le quitó a Erin la nota de las manos y caminó en dirección a la silla donde Lucy permanecía sentada.

—Por favor desata a Alice, Erin —ordenó de forma educada—. Tengo un par de cosas que hablar con Lucy antes de que llegue Trev.

—Sí, bien.

La chica tomboy asintió y obedientemente se acercó a Alice, aunque miraba a Tiff con curiosidad mientras esta se inclinaba sobre el oído de Lucy.

Al estar tan cerca Tiffany pudo oler el dulce perfume de la castaña. Se había acercado a susurrarle de modo que ni Erin ni Alice pudieran escucharla.

—Lucy, cuando te diga: “ duerme, Lucy, duerme ” regresarás al instante a este profundo estado de trance en el que te encuentras, ¿entendido?

—Sí… —fue la respuesta arrastrada y monótona que le devolvieron los labios rojo rubí de la castaña.

Esos labios le resultaban tan atrayentes ahora mismo, eran tan prefectos, tan brillantes que le robaban toda la atención. Lucy se veía increíblemente ardiente sentada ahí como un autómata, completamente vacía y exenta de pensamientos.  En ese estado podría recorrerle todo el cuerpo con las manos, plantarle un suave beso sobre sus delicados labios, tomarla del broncíneo cabello y tirar hasta hacerla gritar… Podría hacerle cualquier cosa.

—Lucy, voy a mostrarle a tu novio la nota que escribiste antes de caer en trance. Si estuvieras despierta ahora mismo, ¿cómo te haría sentir eso?

—Estaría aterrada —declaró la castaña, aunque su voz seguía calmada—. Y también furiosa.

—Bien.

La furia de Tiffany comenzaba a bullir, pero sabía que debía controlar su temperamento o terminaría haciéndole algo verdaderamente aterrador a la indefensa chica hipnotizada.

—Siendo así, no recordaras nada de esta tarde desde el momento en que giraste la botella en la última ronda del juego. Pensarás que se detuvo apuntándote a ti, pero luego de eso tus memorias estarán borrosas. Una vez que te despiertes de este trance sentirás que la pasaste realmente bien y descubrirás que ahora todos te agradamos —Tiffany arrugó el ceño un momento antes de añadir—: Con todos me refiero a mí, Erin, Alice y Josh. No voy a alterar tus sentimientos hacía Trev, dejaré que él decida eso una vez que lea la nota. ¿Entendiste?

—Sí.

—Bien

Tiffany se levantó justo a tiempo para ver a Alice salir de la cama ayudada por Erin. Tenía ambos dedos índices apretados sobre la nariz y la miraba con nerviosismo.

—¡Alice! ¡De verdad lamento dejarte atada tanto tiempo! —exclamó envolviéndola con los brazos de forma dramática.

Alice no solo no solo no respondió el abrazo, sino que mantuvo una postura rígida y se alejó de Tiffany tan rápido que esta tuvo que echarse para atrás.

—Lo siento, Tiff. No puedo abrazarte si tengo que mantener ambos dedos sobre mi nariz —remarcó la rubia con frialdad.

—¡Alice! Yo… —trastabilló Tiffany—. Yo no pretendía… Yo no quería… Yo…

—Olvídalo, sé que no querías hacerlo, es solo que… dejó de ser divertido después de un rato… mi cabeza daba vueltas y no podía hacer que parara.

Antes de que Tiffany pudiera mascullar otra disculpa Erin las interrumpió con impaciencia:

—¡Tiff! ¡Concéntrate! La nota, ¿recuerdas?

—Oh, cierto —recordó Tiffany afligida. Le tendió la nota a Alice para que la leyera y añadió—: Lucy escribió esto, pero no esperaba que nosotras la leyéramos.

—Lo sé. —replicó Alice cortante—. Yo la vi, puede que tenga una resaca de mierda, pero aun así me acuerdo de bastantes cosas.

—¡¿Lo recuerdas?!

El corazón de Tiffany, que ya estaba acelerado, se puso a trabajar en sobremarcha al escuchar estas palabras. No había pensado que la rubia estaría consciente mientras permanecía artificialmente ebria y drogada sobre la cama. ¿Cuánto alcanzó a ver? Necesitaba hacerle un interrogatorio completo, pero Alice ya había terminado de leer la nota y tenía los ojos abiertos en shock.

—¡No lo creo! —chilló—. ¡Ella no lo haría!  ¡Ella no pudo haberlo hecho!

—¡Lo hizo! —aseveró Erin—. Y fue lo suficientemente arrogante como para escribirlo enfrente de nosotras…

—¿Pero por qué? —preguntó Alice intrigada—. La vi escribir la nota, pero no alcancé a escuchar todo lo que dijo, especialmente con Erin cacareando en mi oído… ¿Por qué escribió esto?

—Me estaba controlando con el algoritmo —explicó Tiffany sonrojándose y desviando la mirada—, ella quería experimentar lo que se siente estar en trance; así que escribió la nota y me ordenó que la hiciera olvidarse de que lo puso.  Supongo que era su forma de probar los límites del programa.

—¡Dios! Tengo tantas preguntas… —murmuró Alice—. Honestamente chicas empiezo a creer que toda esta mierda del programa es una mala idea. Deberíamos borrarlo y olvidarnos de él.

Esta oración hizo saltar una alarma dentro de Tiffany. Se estaba olvidando de algo, pero no podía recordar el qué. Tenía demasiadas cosas en la cabeza y empezaban a ser demasiado para procesar. Lucy estaba en trance en la silla y Erin ya estaba bajo su control; tenía un gatillo para poner a dormir a Alice y lo mismo para Trev. Tenía tanto control que le abrumaba, pero a la vez la imagen Erin y Alice de rodillas le atraía como el canto de una sirena al que era difícil resistirse. Por fortuna, al menos de momento la nota de Lucy acaparaba toda su atención y evitaba que su imaginación divagara.

A pesar de tenerlo bajo el hechizo del programa, Trev todavía era su amigo. Sí, le agradaba la idea de ponerlo en trance donde sería maleable y complaciente y podría solucionar lo de la nota enseguida, pero honestamente le preocupaba dejarse llevar por tanto poder. Trev necesitaba que sus amigos estuvieran allí para él. Y lo necesitaba ahora mismo. Lo que sea que se le estuviera olvidando, si es que se le olvidaba algo, no podía ser tan importante.

—Creo que tienes razón el programa empieza a ser un problema—mintió Tiffany emergiendo de sus pensamientos—, pero podemos encargarnos de eso más tarde. Ahora tenemos que arreglar esto. Creo que deberíamos mostrarle la nota a Trev.

—¿Qué? ¡No! —protestó Erin—. Tenemos a Lucy en la silla, profundamente en trance. Arreglémosla para que nunca más lo vuelva a hacer… Mejor aún, convirtámosla en la novia perfecta para Trev, dejemos que tenga la pareja que merece… Mostrarle esto no sería bueno, rompería su corazon.

—Honestamente, —Alice suspiró con fuerza—, creo que debemos mostrarle…  Quiero decir, es nuestro amigo, ¿cómo podríamos ocultarle algo así?

—Eso es lo que estaba pensando… —Tiffany asintió sombríamente—. Y, Erin, respecto a cambiar a Lucy, creo que deberíamos dejar que Trev lo decida. ¿Qué tal si solo quiere romper con ella?

—Eso haría yo. —Alice regresó a ver a Lucy clavándole dagas con los ojos. Aunque la severidad de su mirada era ligeramente opacada por el hecho de que todavía tenía sus dedos presionados contra la nariz. Tiffany hubiera estallado en risas si no fuera por lo conmocionado que su corazón se sentía en ese momento.

—Dos contra una, Erin —recalcó. —Vayamos por Trev.

—¡Argh! ¡Bien! —Erin puso mala cara —. Pero, Tiff, te juro…

—Shhh… —Tiffany poso un dedo sobre los labios de la chica tomboy y sonrió de satisfacción cuando esta se calló obedientemente. La mirada de Erin se intensificó, pero Tiffany ya había dado media vuelta para regresar al salón.

—¿Solo van a dejar a Lucy ahí sentada sin más? —preguntó Alice frunciendo el ceño mientras las seguía fuera de la habitación.

—¿Por qué no? Así podemos estar seguras de que no intentará escapar, —replicó Tiffany con ironía— Y además, prefiero que ya esté en trance cuando… ¡Wow!

Tiffany se detuvo en seco en el pasillo con los ojos bien abiertos de la sorpresa. Alice chocó contra ella y se quedó sin aliento cuando vio que había detenido a su amiga. Erin las rodeó para observar mejor y cuando lo hizo su rostro se ensanchó en una sonrisa burlona.

Josh estaba de pie en la cocina, con los pantalones abajo. Su pene asomaba por encima del bóxer y colgaba sobre un vaso lleno de leche que sostenía con la mano. Se quedó mirando a las tres chicas en el corredor completamente congelado como un ladrón que acaba de ser atrapado en la escena del crimen.

—Ehhhhh… —Tiffany alargó la voz más de lo necesario, estaba demasiado distraída para pensar en algo que decir.

Por más que lo intentaba no podía dejar de ver la generosa dotación de Josh escurriendo leche sobre el vaso lleno de líquido blanco. Era una vista casi tan hipnótica como el patrón de la pantalla que yacía en el dormitorio.

Alice reacomodó sus manos de modo que además de tocar su nariz también cubrieran sus ojos. Erin ensanchó aún más su sonrisa, mostrando los dientes en un gesto tan exagerado que recordaba al gato sonriente de Alicia en el país de las maravillas .

Pasaron varios segundos de incómodo silencio.

—Así qué… Josh, has, eh… ¿has visto a Trev por aquí?

—Creo que está en el cuarto de invitados —dijo Josh de poniéndose rígido—. Esto… esto no es lo que parece…

—Okey… —Tiffany asintió presionando los labios—. Gracias.

Le tomó cierto esfuerzo, pero finalmente consiguió despegar los ojos de semejante escena y caminó a la esquina de la sala, en dirección al cuarto de invitados.  La puerta estaba entreabierta y pudo ver dentro a Trev limpiando meticulosamente el polvo que se acumulaba encima de un armario.

—Josh… —dijo Alice con los ojos fuertemente cerrados detrás de sus manos—. Voy a abrir mis ojos en un rato. Para entonces, ¿podrías asegurarte de que lo que acabo de ver no vuelva a verlo jamás mientras esté en este apartamento?

—¡Cierto! ¡Sí! ¡Joder!

Josh recobró la compostura de inmediato y alejó el vaso de su miembro, derramando leche en el piso en el proceso. Erin estalló en risas, hizo a un lado a Alice que le bloqueaba el paso y se dirigió al cuarto de invitados.

—Ey, Trev… —dijo Tiffany con ansiedad mientras empujaba la puerta de la habitación.

—Tiff… —Trev apenas regresó a verla y volvió a su limpieza—. Lo siento, estoy algo ocupado por aquí —murmuró desempolvando la superficie.

—Necesito mostrarte… —empezó a decir Tiffany, pero a mitad de la oración giró la cabeza hacia un lado y exclamó—: ¡¿Qué quieres Erin?!

La chica tomboy llevaba ya un buen rato dándole pequeños toques en el hombro y señalando frenéticamente su boca. Cuando finalmente le hizo caso la miró con una mezcla de desesperación e impaciencia en su mirada.

—¡Bien! Puedes hablar, solo ¡deja tocarme! —Tiffany la empujó a un lado.

—¡Trev! ¡Ven rápido! —exclamó extática —¡Josh acaba derramó leche en la cocina!

—¡NO! —gritaron a Tiffany, Alice y Josh simultáneamente.

Pero Trev ya estaba corriendo a la cocina con fastidio.

Un caos generalizado se extendió por los siguientes dos minutos. Alice y Tiffany trataron de empujar a Trev de regreso al dormitorio, pero incluso entre las dos apenas consiguieron ralentizar su marcha un poco, sobre todo porque Alice al intentar usar sus manos regresó al estado de ebriedad. Josh limpiaba frenéticamente el charco de leche derramada intento terminar antes de que Trev llegara. Erin daba vueltas y saltos alrededor carcajeándose y haciendo toda clase de chistes que involucraban las palabras “pene” y “leche” hasta que Tiffany le ordenó que se callase.

Luego, en un intento desesperado, Tiffany y Alice taclearon a Trev y terminaron encima de este sobre el piso de la cocina. Erin casi se descosía de tanto que reía y el trio sobre el piso no pudo evitar unírsele. Josh declaró varias veces que ya todo estaba limpio antes de sucumbir a la risa y echarse también al suelo entre carcajadas.  Eventualmente todos terminaron sin aliento sentados en circulo sobre las ahora inmaculadas baldosas de la cocina.

—Así que, ¿qué demonios fue eso? —preguntó Trev mirando a los demás con curiosidad.

—Créeme, podríamos esperar veinte años para contarte y aun así nos dirías que debimos haber esperado hasta tu muerte para hacerlo —replicó Alice con tono serio reiniciando las risas.

—De acuerdo, bien —Trev se carcajeó un poco, pero todavía se notaba confuso—. Ey, ¿dónde está Lucy?

Tiffany cruzó miradas con Erin y luego con Alice. No podían evadirlo más tiempo.

—Creo que está en mi cuarto —respondió Josh—. Hace rato me dijo que estaban teniendo una bonita charla de chicas ahí dentro y que las dejara solas un rato. ¡Oh! Por cierto, pedimos algo de comida —añadió apuntando las bolsas que descansaban sobre el mesón de la cocina—. Aunque probablemente deban calentarla, lleva allí un rato...

—Empezamos a ver Mama Mia, pero la pausamos —explicó Trev—. Se suponía que Lucy iría por ustedes, que raro que se haya quedado sola, iré a verla

Trev comenzó a levantarse, pero Tiffany puso una mano sobre su hombro.

—Trev, espera —dijo Alice, con una expresión gravedad.

—¿Qué sucede? —Trev miró a Tiffany, luego a Alice, luego a Erin, las tres se veían nerviosas e incomodas—. ¿Chicas? Están comenzando a asustarme.

—Lee esto —dijo Tiffany acercándole a Trev la nota que había guardado en el bolsillo de su jean hace unos minutos—. Lo siento —añadió.

Trev tomó el papel con una expresión de perplejidad en su rostro que pronto se transformó en una de confusión y luego en una de angustia mientras releía una y otra vez la nota.

—¿Lucy escribió esto? —preguntó con la voz temblorosa.

—Sí, —respondió Tiffany. La mirada comenzaba a nublársele con lágrimas y tenía un nudo en la garganta. Podía notar en la expresión de Trev que su corazón estaba roto y el suyo compartía su dolor.

—Ella… ¿ella está engañándome? ¿Con James? Yo… yo… —se llevó las manos a la cabeza y sorbió por la nariz con fuerza.

—¿No puedes creerlo? —terminó de decir Alice—. Sí, nosotras tampoco.

Tiffany suspiró, su dolor era evidente. Quería a Trev como a un hermano y verlo tan lastimado era insoportable. James era su compañero de piso y un amigo relativamente cercano. De vez en cuando venía al apartamento de Josh acompañando a Trev para pasar el rato, pero a menudo estaba ocupado con su propio círculo de amigos, sin mencionar su propia novia, Libby.

Josh tomó la nota de las manos de Trev y le echó un vistazo.

—Lo siento viejo —dijo de forma sombría. Luego arrugó el ceño y tiró la hoja de papel en medio del circulo—. ¡Argh! Tocarla me supo como… como traición.

—Escucha, Trev —dijo Tiffany de forma cautelosa—. Lucy está en la silla en trance…

Trev levantó la vista, mirándola con como si no pudiera creer lo que había dicho.

—Por eso escribió esto? —preguntó molesto—. ¿Tú hiciste que lo escriba, Tiff?

—¿Qué? —Tiffany quedó conmocionada—. ¡No!

—Ella nunca te agradó —acusó Trev, luego giró para ver a los demás y

añadió—: A ninguno de ustedes les agrada.

—Trev —dijo Alice de forma calmada—. Tiffany no hizo nada. Sabes que ella jamás… jamás haría eso.

Nadie más pareció notar que Alice vaciló en su afirmación, pero para Tiffany fue como una bofetada en la cara. ¿Cuánto recordaba realmente su amiga del tiempo que estuvo atada en la cama?

—Mira, explicaré lo que pasó… —dijo aturdida.

Recapituló los últimos eventos de la tarde lo mejor que pudo. Al finalizar su explicación Trev parecía todavía más devastado.

—¿Ella realmente dijo eso? ¿Planeaba controlarlos usando el programa? —El tono en que lo dijo puso en duda la incredulidad de sus palabras.

—Y también a ti —añadió Tiffany—. Habló varias veces de “arreglarte”. Sabes que no le gusta que salgas con nosotros, ¿cierto?

—Bueno, sí, pero ¿qué carajos hago ahora? —Trev se llevó las manos a la cabeza con pesadumbre y las arrastró por su cabello hasta cubrirse la cara—. Hasta hace unos instantes creía tener a la novia perfecta… ¡carajo!

—Lo que no entiendo es ¿por qué ella haría tal cosa? Quiero decir, ¿Lucy? ¿Engañándote? —Josh se rascó la cabeza—. Hablamos de la misma chica que no pierde oportunidad para hablar sobre como los dos estaban destinados a terminar juntos, que iban a tener su final de “felices por siempre” y vivir la vida perfecta uno junto al otro… Simplemente no tiene sentido, viejo.

—No sé porque carajos lo hizo… —Trev negó con la cabeza antes de volver a enterrarla entre sus manos.

Tiffany miró a sus amigos. Josh parecía no tener idea de que decir o hacer. Alice estaba extrañamente callada mirándose los pies con desánimo. Erin también estaba callada, algo raro en ella, pero se señalaba los labios y le dirigía una mirada de fastidio. ¡Cierto! Le había gritado que se callara cuando estaba bromeando sobre el asunto de la leche. Tuvo que reconocer que tenerla bajo su completo control tenía sus ventajas.

—Puedes hablar, Erin —dijo de la forma más casual que pudo—. Parece que tienes algo que decir.

Erin le dirigió una mirada significativa que le hizo preguntarse había escondido su orden lo suficientemente bien como para que nadie más la notara, pero todos parecían demasiado preocupados por Trev para hacerlo.

—Trev, —Erin le puso una mano sobre la rodilla. Cuando él regreso a verla continuó—. Lucy está en un profundo trance ahora mismo. Puedes ir y hacerla escupir sus mentiras, te hablara con completa honestidad mientras esté sentada en la silla.

Tiffany asintió mostrándose de acuerdo. Eso es lo que ella haría si se encontrase en la situación de su amigo. Aunque le preocupó lo rápido que estuvo de acuerdo con una idea sugerida por Erin…

Trev todavía lo estaba considerando. Eventualmente dijo:

—No lo sé… Parece incorrecto interrogarla mientras es incapaz de… Quiero decir simplemente no está bien. Nada respecto al programa que construimos está bien.

—Concuerdo —Alice asintió al instante—. Creo que es tiempo de que lo desconectemos, muchachos.

—¡Esperen un momento! —replicó Erin de forma aguda, parecía desconcertada.

—Ehm, no quería decirlo porque todos parecían estar disfrutándolo mucho…  —Josh hizo una ligera mueca—, pero también pienso lo mismo. Me da mala espina tener una cosa así, no se supone que juguemos con la mente de las personas.

Tiffany sintió como su cuerpo se tensaba con recelo. ¿Hablaban en serio? ¿Realmente destruirían el programa?

—¡No podemos solo…! —intentó apelar Erin, pero Trev la interrumpió.

—Sí, esa cosa realmente solo nos ha traído problemas. Desearía que nunca lo hubiéramos descubierto, desearía que nada de esto hubiera pasado y desearía poder enojarme sin tener el impulso de ir a limpiar el puto cuarto de invitados —Lo último lo dijo sumamente fastidiado—.  Ya no estoy disfrutando esto.

—Sí, pero podemos arreglar esas cosas… —dijo Erin, su tono comenzaba a sonar desesperado—. Trev, podemos arreglarlo todo. Vamos, ¿no creen que es precipitado simplemente borrar el programa?

—No, Erin, no es precipitado —Alice regresó a ver a la chica tomboy y a Tiffany de forma nerviosa—. Piénsalo, en los últimos dos días has pasado más tiempo actuando como gallina que como persona. ¿Eso no te molesta?

—¡No! —replicó Erin de forma estridente—. ¡No me molesta! Miren apenas estamos rascando la superficie de todas las cosas para las que podríamos usar el programa… ¡Ni siquiera hemos terminado de codificar el algoritmo! ¡No podemos abandonar todo ahora!

—Sí, sí podemos —dijo Josh poniéndose firme.

Trev soltó un gruñido con el que se mostró de acuerdo y Alice asintió sombríamente. Los tres comenzaron a pararse, Tiffany los siguió por inercia y Erin fue la última en ponerse en pie, lo cual hizo de un solo salto. Estaba presa del pánico.

—¡Tiff! —Erin la agarró del brazo—. ¡Diles que no pueden hacerlo! ¡Diles que no deben hacerlo!

—Erin, yo —comenzó a decir Tiffany llena de incertidumbre.

Quizá esto era lo mejor… quizá deberían dejar de jugar con el programa antes de que algo realmente grave sucediera. Pensó en lo cerca que estuvo de caer bajo el control absoluto de Lucy. El poder que el programa ejercía sobre las personas… no era algo natural… no se sentía bien… pero…

Tiffany se mordió el labio, en parte por la ansiedad y en parte porque una vez más se imaginaba a todos sus amigos bajo su poder, sus ojos vacíos y observando la nada, sus mentes en blanco a la espera de ser llenada por sus palabras, sus ideas, sus órdenes…

No podía hacerlo… No debía hacerlo… Si algo salía mal podría perderlos a todos. No valía la pena el riesgo…

—Lo siento —terminó diciendo. Sintió dagas de culpa al ver las esperanzas de Erin hundirse—. De todas formas, ya está decidido, ¿no? Tienen tres votos contra el tuyo, no importa lo que decida, no puedo forzar la…

—¡ Josh tiene pasta ! ¡ Alice a través del espejo ! —gritó Erin.

Tiffany y Trev observaron asombrados como Josh y Alice se congelaban, después su postura se relajó, sus caras se vaciaron de cualquier emoción y sus ojos se volvieron vidriosos mientras sus mentes caían en un profundo trance.

—¡Erin! —exclamó Tiffany en shock.

—¡Tía! ¡¿Qué acabas de hacer?! —Trev parecía estar a la vez furioso y aterrado. Movió su mano frente de la cara inexpresiva de Alice, luego tocó levemente a Josh en la frente—. Están completamente en trance, Erin, ¿qué les…? ¿cómo tú…? ¿Cuándo los…? —Trev regresó a ver a la desesperada chica tomboy y se acercó a ella mientras Tiffany seguía observaba con los ojos bien abiertos.

—¡Tiff! ¡Ponlo en trance! —suplicó Erin, con la voz temblorosa—. ¡Por favor!

Trev miro a Tiffany con ojos llenos de desconfianza y preocupación.

—Tiff, vas a decirme lo que está pasando, ¡ahora! —demandó.

La mirada de Tiffany iba y venía entre el rostro aterrado de Erin y la cara furiosa de Trev. Cuando este dio un paso más acercándose a ella suspiró y le dijo:

—Lo siento

La expresión de Trev se llenó de angustia y confusión. Abrió la boca para decir algo, pero Tiffany habló primero.

Duerme Trev, duerme

La cara de Trev adquirió una expresión neutral, libre de cualquier pensamiento o emoción. Sus pupilas se dilataron y su respiración se hizo más lenta. Y él permaneció allí inmóvil y en trance, justo como Alice y Josh

Tiffany regresó a ver a Erin

—¡¿Qué demonios fue eso?! —profirió acercándose a ella.

Era un poco más alta que la chica tomboy por lo que terminó mirándola desde arriba.

—¡Tenía que hacerlo! ¡Iban a borrar el programa, Tiff!

—¡Sí! ¡IBAN a hacerlo! —Se pasó las manos por cabello. Todo esto la estaba sobrepasando—. ¿Y sabes por qué querían hacerlo, Erin? —señaló de forma dramática al resto de sus amigos—. ¡Para que no llegáramos a esto! ¡Para que no abusáramos del poder! ¡Estamos fuera de control! ¿Acaso no lo ves?

—No, Tiff, no lo veo —Erin se irguió de puntillas de modo que su estatura le permitiese igualar la furiosa mirada de Tiffany—. ¿Quieres saber lo yo que veo?

—¿Qué? —preguntó irritada—. ¿Qué es lo que ves?

—Te veo a ti en control, Tiff —respondió Erin disminuyendo el ritmo de sus palabras de forma deliberada.

Tiffany retrocedió ante estas palabras, como si le aterraran. Sus ojos azul eléctrico se clavaron sobre las pupilas marrón oscuro de Erin. Pero más de una vez su mirada se desvió hacia sus suaves labios rosados.

—¿No era esto lo que querías? —continuó la chica tomboy mientras una pequeña sonrisa de confianza ganaba fuerza sobre sus labios—. ¿No querías tenernos a todos dispuestos a cumplir cualquiera de tus deseos? Todo lo que tienes que hacer es decir mi trigger y nos tendrás a los cuatro en trance, vacíos y listos para que tomes control sobre nosotros. ¡No me digas que no quieres eso! ¡No me digas que no adoraste poder ordenarme cualquier cosa, incluso aunque me permitiste conservar parte de mi autonomía!

—Lo… lo hice para evitar que tú… que tú… —Tiffany trató de justificarse, pero hasta ella fue consciente de su falta de convicción.

—¡Oh por favor, Tiff! —soltó Erin—. ¡Pudiste haber corregido mi comportamiento sin convertirme en tu marioneta obediente! ¡Admítelo! —La tomo por los brazos—. ¡Te gusta tener el control! ¡Lo adoras! —Erin la agarraba con más fuerza con cada exclamación—. No te estoy juzgando, ambas sabemos que de haber tenido la oportunidad yo estaría ahora en tu lugar, aunque no tendría tantas consideraciones…

Tiffany sopesó esto. Por supuesto que estaba de acuerdo con que Erin se había lanzado a por el control en cuanto comprendió las verdaderas posibilidades del programa. Era por esto por lo que temió terminar como su esclava y por lo que se vio obligada a apoderarse de los demás en su lugar…

—¿Pero por qué? —preguntó pensando en voz alta—. ¿Por qué querías tanto tomar control de nosotros?

Erin suspiró, su sonrisa se desvaneció y su ceño se frunció a la vez que soltaba a Tiffany y sus brazos regresaban a sus costados.

—Porque al hacerlo me aseguraba de que de ustedes jamás me traicionarían. Me aseguraba de que no me abandonarían en un club luego de una mala reacción a las drogas. Me aseguraba de que no me usarían como chivo expiatorio para escapar de la policía. Me aseguraba de que no dejarían de hablarme por alguna broma estúpida que hiciera sin darme cuenta de que hería los sentimientos otra persona… Básicamente, me aseguraba de que no distanciarían de mí cuando descubrieran todas las mierdas en las que he estado metida en el pasado… —En este punto sus ojos se llenaron de lágrimas y sus brazos se cruzaron sobre su pecho a modo de barrera.

Erin frunció el ceño y se limpió las lágrimas en un gesto furioso mientras sus mejillas se encendían de rojo por la vergüenza. Tiffany sintió un nudo en el estómago. Erin era la miembro más reciente de su grupo de amigos, hace un año que la conocía y nunca habían salido juntas solo ellas dos. Una oleada de culpa la embargó cuando recordó el uso que le había dado a su habilidosa lengua hace solo unos minutos. Le había hecho olvidar aquello. ¿Cómo reccionaría si se enterara?

—Detesto no poder mentirte, Tiff —dijo la chica tomboy de manera directa—. Es como si me hubieras quitado la armadura que me protegía y ahora me siento desnuda y patética enfrente tuyo.

—No eres patética, Erin. —Tiffany la abrazó—. Lo siento.

—Está bien… —murmuró. Sus palabras estaban algo sofocadas al tener la cara apoyada contra el hombro de Tiffany—. Hiciste lo que tenías que hacer. Mereces ser la está en control, tú no abusarás del poder como yo lo hubiera hecho… Sé que solo quieres hacer que Alice se enamore de ti y hacerlo de tal forma que el resto de nosotros no note el cambió… Eso es mucho mejor de lo que yo estaría haciendo.

—No lo sé… —replicó Tiffany finalizando el abrazo, pero manteniendo sus brazos sobre los hombros de Erin—. Creo que cambiar a cualquier persona de cualquier manera ya es cruzar una línea. No sé qué tanta diferencia hace el cómo lo hagas.

—Pero vas a hacerlo, ¿verdad? ¿Vas a tomar el control? ¿Les harás cambiar de opinión para que no borren el programa? —preguntó la chica tomboy esperanzada

A Tiffany Erin se le hacía tan pequeña y vulnerable. Se preguntó cómo pudo haberle temido tanto.

—Sí… —respondió suspirando y mirando a otro lado con expresión conflictuada—. Haré que no borren el programa. Haré que quieran usarlo y desarrollar el algoritmo y en última instancia beneficiarse de él. Pero eso es todo. —declaró regresando a ver a Erin—. Creo que ya no voy a hacer lo que tenía planeado para Alice. Estaría mal, ella no lo sabría, pero yo sí…

Erin miró hacia arriba, hacia Tiffany, por unos instantes. Su cara se sonrojó y desvió la mirada. Cuando regresó a verla solo dijo:

—No olvides poner un trigger en Josh cuando esté en trance. Una vez que hagas eso podrás hacerlo todo…

—No lo olvidaré —Tiffany sonrió suavemente y susurró—: Duerme, Erin, duerme.

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Vaya, esta entrega estuvo llena de trasfondo ¿no? Y qué irónico que cuando Tiffany finalmente tomó control de todos sus sus amigos también desarrolló el firme proposito de no cambiar a las personas. ¿Será qué cumple con su palabra? ¡Oh! y ¿cuál era esa cosa que se le está olvidando? Creo que yo ya la olvidé... ;) pero convendría que revisen las anteriores entregas con detenimiento si no quieren que eso los sorprenda como probablemente sucederá con Tiff. Por cierto ¿podemos tomarnos un momento para apreciar la creatividad de Erin al inventar triggers? Los suyos son mucho mejores que los sosos duerme , duerme de Tiffany. El trigger que Erin creó para Josh incluso rima en en el idioma original, lamentablemente no me fue posible conservar esta característica al traducirlo al español :( Y digánme ¿sienten más empatía por Erin ahora que conocen un poquito de su pasado? No se preocupen porque ella tendrá todavía más desarrollo, eventualemente. Recuerden que sus comentarios son bienvenidos y que siempre transmito sus mensajes de apoyo a Carefully Random, el autor original.  Y también quisiera extender un agradecimiento a todos lo que dejan sus valoraciones y comentarios con críticas constructivas, me ayudan mucho a mejorar la traducciones. Un abrazo a todos.

-Hacedor de Historias