Algoritmo 8 (traducción)

Esta es una traducción del original Algorithm por Carefully Random. Los amigos de Tiffany descubren las hipnóticas capacidades de un algoritmo sensorial audiovisual. No pasará mucho antes de que quieran probar que tan poderoso puede ser, pero necesitarán sujetos de prueba, voluntarios o no...

Descarga de responsabilidad: Cuento con la autorización del autor original para traducir su obra al español y publicarla en esta página.

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ALGORITMO

Por Carefully Random

Traducido por Hacedor de Historias

Capítulo 8

Continuó mirando a Lucy mientras la pequeña castaña observaba embelesada la pantalla. Por lo que podía ver esta todavía estaba consciente ya que sus fríos ojos grisáceos permanecían atentos y enfocados. Así que Tiffany intentó incrementando la frecuencia visual y reduciendo la de audio para ver si conseguía un mejor efecto. Pero aún nada.

Se sentía desbordada por tantas emociones conflictivas. Entre la ardiente excitación que le causaba el saberse controlada y el tremor provocado por sentirse atrapada en su propia cabeza, asomaba el verdadero terror de lo que su nueva realidad significaría para ella, dada la opinión que Lucy le tenía. A esto se le añadía la ansiedad e impaciencia que tenía por poner en marcha su intento de fuga, el cual no dejaba de repasar una y otra vez en la cabeza. Y ahora un nuevo temor comenzaba a germinar en su mente… ¿Qué tal si Lucy no podía ser hipnotizada? ¿Qué tal si por alguna razón ella era inmune al programa? Su desesperado plan dependía de que Lucy sucumbiera a las relajantes señales de la pantalla y los audífonos. Si ella no podía ser puesta en trance eventualmente se aburriría de estar sentada en la silla y dejaría de lado su deseo de experimentar como era estar bajo la influencia del algoritmo.

Y entonces ella y todos sus amigos estarían perdidos por completo.

Una gota de sudor comenzó a deslizarse desde su ceja. Tenía que poner toda su concentración en no hiperventilarse, en mantener sus respiraciones lentas y profundas mientras su corazón galopaba como loco. Una vez que Lucy estuviera en trance planeaba despertar a Erin. Lo que estaba a punto intentar era increíblemente riesgoso dado que no solo se encontraba desnuda y chorreando como una fuente de la excitación, sino que además no podía hacer nada al respecto ya que detenerse a arreglar su apariencia implicaría dejar de seguir las instrucciones de Lucy. De hecho, tan pronto como esta cayera en trance tendría que dictarle las palabras que le había ordenado y después despertarla. Pero todo eso le tomaría por lo menos un par de minutos y en tanto que Lucy específicamente le había prohibido decirle cualquier cosa extra mientras estuviera en trance nada le impedía hablar con Erin… en teoría…

Esa era la única falla en el plan de Lucy y Tiffany planeaba explotarla al máximo.

Pero primero necesitaba dejar a Lucy vacía y en blanco… Siguió girando los diales con lentitud. Lo suficientemente lento como para comprobar si tenían algún efecto sobre la castaña antes de cambiar de nuevo, pero lo suficientemente rápido como para barrer un rango significativo de las frecuencias disponibles. Lucy seguía mirando a la pantalla, con calma, pero era evidente que todavía estaba consciente. Su rostro comenzaba a expresar signos de impaciencia. Tiffany regresó a ver los diales con ansiedad. Las ondas sonoras habían dejado de descender al alcanzar los 20Hz. Trev había mencionado al respecto que cualquier frecuencia por debajo de este valor estaba fuera del rango del oído humano y probablemente no tendrían ningún efecto, ¡pero ninguna de las frecuencias altas había funcionado tampoco! Tiffany estaba desesperada así que encomendó su suerte a cualquier divinidad que estuviera escuchando y habilitó el dial a las frecuencias infrasónicas.

El efecto fue casi instantáneo. Primero, una mirada de confusión se extendió por las facciones de Lucy, presumiblemente esta se estaba preguntando por qué los audífonos habían dejado de emitir sonido. Pero luego su rostro se despojó de cualquier emoción, su respiración se ralentizó y su cuerpo se hundió levemente en la silla. A Tiffany le faltaron palabras para describir el alivió y la dicha que sintió. Pero estas emociones fueron opacadas al preguntarse con inquietud si lo que le había hecho sentirse así no sería precisamente el haber obedecido las ordenes de Lucy. De cualquier forma, los ojos de la castaña todavía conservaban una chispa de consciencia así procedió a configurar la frecuencia visual para completar el lavado cerebral que la frecuencia de sonido había empezado.

Mientras continuaba ajustando la salida visual se preguntó si no sería ya el momento de despertar a Erin. Lucy aún no estaba completamente bajo los efectos del programa, así que quizá sería demasiado riesgoso. Recordó lo difícil que era pensar cuando la frecuencia correcta comenzaba a taladrar tu cerebro, pero ¿podía asegurar que Lucy experimentaba el trance de la misma forma que ella? Era más seguro esperar… Esperaría hasta que estuviera en un trance verdaderamente profundo. Aunque, por otro lado, en ese momento las ordenes que había recibido tomarían el mando y quizá no tendría el tiempo suficiente para todo lo que necesitaba hacer si estaba demasiado ocupada dictándole a Lucy las palabras que le había dicho…

Sopesó estas ideas mientras continuaba alterando la frecuencia visual pero pronto se vio obligada a tomar una decisión ya que los ojos de Lucy se volvieron vidriosos, sus pupilas se dilataron y su mirada se fijó en la pantalla observándola como si estuviera en otro mundo.

—Mierda —exclamó Tiffany de sobresalto.

¡Tenía que despertar a Erin ahora!

Sin embargo, las palabras que abandonaron su boca fueron:

—Lucy, ¿estás en un trance profundo?

—Sííí… —Fue la respuesta monótona que emitieron los labios rojo rubí de la castaña.

Sintió que el pánico se apoderaba de ella. Tenía que resistir solo por unos pocos segundos, ¡tenía que! Este definitivamente era el momento. Debía despertar a Erin porque solo Erin podría darle hablarle a Lucy mientras estuviera en trance.

—Lucy, ahora vas a olvidar la nota de papel que escribiste hace unos momentos.

Las palabras escaparon de sus labios sin que pudiera interceptarlas, salieron incluso antes de que pensara en ellas.  Se tapó la boca con las manos. ¡Mierda! Este no era el plan. ¿Por qué no podía hablarle a Erin? Tenía el firme propósito de desviarse de las instrucciones de Lucy, pero era realmente difícil conseguir que su mente colaborara. Se sentía irremediablemente obligada a obedecer las órdenes que le habían dado y no existía una buena razón para retrasarlas. Las palabras emergían de su garganta sin ningún esfuerzo consciente, era algo que hacía tan automáticamente como respirar.

Así que Tiffany contuvo el aliento.

Ante esta acción su cuerpo se congeló física y metafóricamente. Razonó que su mente era lo suficientemente flexible como para torcer las instrucciones de Lucy y darle los instantes que necesitaba; pero de la misma forma que una banda elástica al estirarse, mientras más retrasará sus esfuerzos con más fuerza regresaría la sugestión para obligarla a cumplir la orden que le habían dado.

Peleó contra la urgencia en aumento que sentía por obedecer hasta que finalmente se las arregló para exclamar:

—¡Erin! ¡ Maldición removida !

Sintió una ola de alivio inundarla cuando acabó de decir estas palabras.

Desde la perspectiva de Tiffany pareció que a Erin le tomó horas despertar de su alter-ego de gallina y volver en sí. Pero cuando la consciencia regresó a ella por completo lo hizo acompañada de una inmensa ira.

—¡De nuevo! ¿Tiff? ¿¡De nuevo?! Es en seri… ¡Pero qué!

La furia de Erin se extinguió por completo mientras se acercaba a Tiffany y Lucy con curiosidad.

—Tiff, estás desnuda, ¡COMPLETAMENTE DESNUDA! —dijo sonriendo y silbando con descaró.

—¡Y tú eres COMPLETAMENTE observadora! —replicó Tiffany—. ¡Necesito tu ayuda, Lucy me está controlando, me está haciendo dictarle algunas instrucciones que me dio y luego tendré que despertarla y ayudarla a tomar control de ti, de Alice y de los chicos!

—Bueno… —Erin frunció el ceño— …no podemos permitir que haga eso.

Tiffany sentía que sus músculos se desgarraban del esfuerzo que le costaba no proseguir con las ordenes de Lucy. Observó como Erin le echaba un ojo a su cuerpo desnudo comiéndosela con la mirada y después, todavía sonriendo, regresaba a ver a Lucy. Una estaca de terror se clavó sobre su ya frenético corazón. Conocía esa mirada de Erin. No iba a liberarla, iba a tomar control de ella.

—Lucy…—empezó a decir la chica tomboy.

—¡Erin, olvida que estabas a punto de esclavizarme! ¡Olvida que quieres hacerlo! —exclamó Tiffany en pánico—. ¡Ahrg!

El esfuerzo de resistirse a las órdenes de Lucy le hacía sentir palpitaciones sobre su cabeza y ahora un dolor sordo comenzaba a bajar por su columna.

Erin pestañeó un par de veces con rapidez y luego miró alrededor confusa.

—¿Qué era lo que iba a decir…? —murmuró.

—Lucy, cuando toques tu oreja izquierda experimentaras un estado de bienestar dichoso, feliz y eufórico, ¿entiendes? —dijo Tiffany con urgencia, quedándose sin aliento una vez que las palabras abandonaron su boca.

—Entiendo, —murmuró Lucy con una voz robótica.

Eso era todo, pensó Tiffany. Tenía que despertar a Lucy ahora. No tenía elección, pero de todos modos intentó contenerse, el esfuerzo la hizo gemir de dolor.

—Tiff… No entiendo, ¿qué era lo que necesitabas que dijera?

Parecía que Erin ahora trataba de ser amable, pero se veía bastante confundida.

Tiffany caminó a la consola de control. Sabía que debía elegir sus siguientes palabras con precisión, pero su mente le jugaba en contra. El esfuerzo por resistir la distraía demasiado.

—Erin tienes que… Cuando se despierte te hará olvidar… Va a tomar control sobre ti también… Dile que… dile que…

Tiffany intentó lo mejor que pudo, pero no consiguió decir las palabras correctas. En su lugar suspiró y murmuró:

—Lo siento.

Su mano alcanzó el botón de encendido del programa y lo presionó.

La pantalla se apagó de inmediato y los audífonos dejaron de emitir sus silentes señales. Lucy pestañeó un par de veces y comenzó a emerger de su aturdimiento.

El corazón de Tiffany se hundió en un pozo de oscura desesperación como nunca antes había experimentado. Fracasó. Sus memorias iban a ser borradas y su mente iba a ser controlada por Lucy. Su incapacidad para resistir había condenado a sus amigos al mismo destino, tal vez a uno peor. Se esperanzó pensando que quizá Lucy la obligaría a disfrutar de su nuevo rol como esclava secreta… Al menos así le evitaría vivir con la culpa de saber que pudo haberla detenido. Dejó salir un profundo y angustioso suspiro mientras una expresión de aflicción se apoderaba de sus facciones.

Lucy recuperó la consciencia con prontitud y sonrió al ver el dolor que embargaba el rostro de Tiffany. Pero entonces, de improviso, frunció el ceño con incertidumbre mientras observaba algo detrás de Tiffany.

—¿Erin?

—Luces fuera, Lucy —dijo Erin sonriendo con suficiencia mientras presionaba el botón de encendido de nuevo.

El programa se reanudó de inmediato y la pantalla se llenó con el patrón espiralado y pulsante una vez más.

—¡No! Espera…

La cara de Lucy se encendió de pasión y su mano se alzó en dirección a Tiffany y Erin. Pero entonces, con la misma prontitud, su rostro quedó vació de cualquier emoción y signo de consciencia como si estos se hubieran esfumado fuera de su ser. Sus manos intentaron alcanzar los audiófonos que una vez más emitían ondas silentes, pero rápidamente se dejaron caer como si hubieran sido sedadas con anestesia. La malicia en su mirada se disolvió mientras sus ojos abiertos como platos quedaban fijos en la pantalla volviéndose vidriosos, y vacíos una vez más.

Tiffany observaba todo esto anonadada. Su cuerpo se sentía entumecido. Tenía la orden de despertar a Lucy, y lo había hecho; luego se suponía que la ayudaría a poner a Alice y Erin en la silla, pero no podía hacer esto ahora que Lucy estaba de vuelta en trance, ¿verdad? Se preguntó si sentiría la ya familiar urgencia de obedecer e intentarlo de todas maneras, pero esta sensación nunca llegó. Sintió la presión alrededor de su cráneo disminuir y un profundo sentimiento de alivio llenó todo su ser.

—Erin… —dijo regresando a ver a la chica tomboy quien mantenía una expresión satisfecha—. ¡Lo hiciste!

Erin se acercó a Tiffany con cautela y colocó una mano sobre cada uno de sus hombros desnudos. La miró a penetrantemente a los ojos y luego soltó un largo suspiro.

—¿¡Qué hice?! —preguntó exasperada sacudiendo a Tiffany de adelante atrás—. ¡¿Ahora por favor puedes decirme que carajos está pasando?!

—¡De acuerdo! ¡Enseguida! ¡Dios! —respondió Tiffany quitándose de encima las manos de Erin—. Primero un par de cosas importantes… Necesito que le digas a Lucy que me diga que puedo hablarle libremente mientras está en trance.

—Eh, no —se negó Erin siendo directa—. Como dije, ¿te importaría explicarme todo esto primero? Empezando por decirme ¿por qué carajos me convertiste en gallina de nuevo?

Tiffany rodo los ojos.

—Bien.

Pero se quedó mirando la boca de Erin. Esos labios… esa lengua. Tan sugerente. Sentía que había estado montada sobre una ola de placer por varios minutos, horas incluso, y necesitaba desesperadamente su desfogue. Recordó lo sencillo que sería convertir a Erin en gallina de nuevo. La había hecho olvidar que el trigger había sido removido. ¿Podría hacerla recordar cosas que en realidad nunca ocurrieron? La elección de palabras que habían usado cuando Erin perdió el juego de la botella le hacía pensar que quizá sería posible. Joder, de cualquier forma, valía la pena intentarlo.

—Erin, recuerda que te implanté un trigger que te hace regresar al trance como si estuvieras en la silla cuando digo duerme Erin, duerme , ¿de acuerdo? —dijo Tiffany remordiéndose los labios mientras observaba expectante a la chica tomboy.

El rostro de Erin se contorneó mientras la “memoria” le llegaba de golpe. Cerró los ojos con fuerza y dejo salir un corto suspiro.

—Joder… —dijo con los ojos abiertos como platos—. Sí, lo hiciste… —fijó la mirada en Tiffany con sospecha—. ¿De qué vas Tiff? Tenemos una tregua, ¿recuerdas?

Tiffany sonrió ampliamente

Duerme, Erin, duerme.

Erin apenas alcanzó a abrir la boca en son de protesta cuando sus pupilas se dilataron y cualquier signo de consciencia se esfumó de su rostro. Su postura se descompuso debido a que cada músculo de su cuerpo se relajó y por unos instantes Tiffany temió que cayera al piso, pero permaneció parada, aunque balanceándose suavemente. Su cara estaba desprovista de cualquier emoción, un lienzo en blanco.

Tiffany inspiró, sintiendo como el estar el control la empoderaba segundo a segundo.

—Erin, ¿estás en un profundo trance para mí?

—Sí, —murmuró Erin hablando apenas por encima de un susurro. Se encontraba tan indefensa, tan maleable.

Tiffany tuvo que luchar para resistir la urgencia de recorrer con sus manos el cabello de la chica tomboy . Quería desvestir a Erin para revelar una vez más el ajustado traje de látex rojo escondido bajo sus holgadas ropas, pero se recordó a sí misma que no podía distraerse demasiado… todavía.

—Bien. Para empezar, dile a Lucy que me diga que puedo hablarle con libertad mientras está en trance, —ordenó de forma concisa.

—Lucy, dile a Tiff que ahora puede hablarte con libertad mientras estás en trance, —repitió Erin en perfecta monotonía.

Escucharla hablar de esta forma hizo que Tiffany sintiera escalofríos de placer recorrer su espalda.

—Tiff, puedes hablarme con libertad mientras estoy en trance, —murmuró Lucy, su voz también era plana y sin emociones.

Las nuevas instrucciones de Lucy se asentaron sobre su cabeza y sintió como si le sacaran un peso de encima. Supo con certeza que ahora podría decirle cualquier cosa a Lucy, y tenía varias en mente. Sin embargo, la incipiente necesidad que había estado creciendo en su sexo no podía ser ignorada más tiempo. Necesitaba su desfogue.

Sonrió con una felicidad casi de ensueño cuando se dio cuenta de que ahora tenía tres candidatas en la habitación que estarían más que dispuestas a hacer todo lo que ella les ordenara. No obstante, ya que necesitaba sentir el glorioso roce sobre su sexo lo más pronto posible enfoco su atención en la que se encontraba más cerca suyo.

—Erin, de rodillas.

Erin obedeció sin cuestionar, incluso sin cambiar su expresión. Tiffany gimió suavemente de lo excitante que encontró su robótico comportamiento. Estaba lista para hacer uso de Erin de la forma que esta merecía ser usada. Al menos de la forma que en su opinión merecía ser usada. Pero a pesar de la casi irresistible excitación que sentía una pequeña voz molesta en el fondo de su cabeza la regañó. La tregua. ¿Qué había de la tregua?

Miró a Erin de forma inquisitiva, la chica tomboy , ahora de rodillas, se veía vacía y distante, a pesar de tener el coño desnudo de Tiffany a centímetros de su rostro.

—Erin… —dijo lentamente, tomándola de la barbilla para guiar su cara hacía arriba.

Los ojos vacíos de la chica en trance la miraban a través de un abismo de obediencia incondicional, el mismo vacío que ella misma había experimentado hace poco.

—…dime, ¿planeabas respetar la tregua entre nosotras?

—No, —respondió Erin con voz plana y vacía.

—No lo entiendo. —Tiffany frunció el ceño—. ¿Por qué ofreciste la tregua entonces?

—Para que te sintieras segura junto a mí. Para hacer que bajaras la guardia, —fue su sorda respuesta.

—Ok, entonces dime… —El tono de Tiffany comenzaba a estar salpicado de fastidio—. Tú tuviste la idea del juego de girar la botella, ¿no es así? ¿Fue para poner a Lucy en la silla o a mí?

—Fue mi idea —contestó Erin mirando a la nada—…. Era para atraparte a ti principalmente, conseguir a Lucy hubiera sido un bonus.

Varias emociones batallaron por tomar el control dentro de Tiffany. La furia era una fuerte contendiente, pero de igual forma lo era la irónica felicidad que sentía por la forma como habían resultado para ella las cosas al final. La culpa también estaba presente, por alguna razón… y también estaba un sentimiento de nostalgia. ¿Cómo se hubiera sentido ser la esclava de Erin?

Sacudió la cabeza, despejándose de tan torpes pensamientos. No. El sentimiento dominante que ahora la llenaba era un profundo sentido de satisfacción. Su coño temblaba de anticipación. De haber pretendido Erin realmente honrar la tregua que había propuesto Tiffany nunca hubiera considerado lo que ahora estaba planeando.

—Voy a convertirte en mi esclava, Erin, —mencionó como quien dice un simple dato, una realidad evidente.

Su corazón latía emocionado y su mente se perdía entre fantasías.

—Voy a retorcer tu intrigante mente hasta hacerte completa e indiscutiblemente leal a mí, ¿entiendes?

—Sí.

Sintió una oleada de placer recorrerla cuando Erin reconoció de forma inconsciente y despreocupada su ineludible bondage mental. Exhaló un largo suspiro en anticipación a lo que se venía mientras tomaba la cabeza de la chica tomboy y la guiaba hacia su cálido coño expectante.

—Buena chica. Pero primero, lame, compláceme como si fuera tu amante, —ordenó.

Desde el primer roce de la complaciente legua de Erin Tiffany sintió oleadas de placer escalar a por cada uno de sus nervios. Ahogó un gemido, luego otro, luego otro más y pronto tuvo que morder la nota de papel doblado que aun sostenía en su mano para sofocar su placer. Las sensaciones que recorrían su cuerpo le hacían estremecerse. Agarró a Erin del cabello, en parte para conservar el balance y en parte para guiarla más profundo hacia su coño.

—¡Joder! ¡joder! ¡joder! ¡oh dios! jodeeeer! —rugió mientras el papel caía de su boca y los ojos se le ponían en blanco.

Esto era real, esto estaba sucediendo de verdad. Cada movimiento de la habilidosa y anhelante lengua de Erin enviaba tsunamis de placer y éxtasis que golpeaban todo el cuerpo de Tiffany. Pensó que quizá sus piernas dejarían de sostenerla de lo fuertes que eran sus espasmos. Después pensó que quizá estaba sofocando a su esclava de lo fuerte que sostenía su cara contra su goteante sexo. Y luego no pensó en nada dejando que la dicha más pura ocupe por completo cada rincón de su mente.

—¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! ¡Sigue haciendo eso! ¡Sí, joder sí! ¡Oh! ¡Oh dios! ¡Oh!

Tiffany alcanzó a amortiguar con su mano el gemido que abandonaba su boca justo cuando su mente explotaba en un increíble orgasmo. Sus gritos eran de tal intensidad que apenas pudieron ser sofocados mientras su cuerpo se sacudía violentamente al ser atacado por un terremoto de placer.

—Para… ¡para! —jadeó sin aliento.

Erin detuvo sus labores inmediatamente y se quedó mirando la nada mientras esperaba su siguiente instrucción. Tiffany lentamente se arrodilló medio hiperventilándose medio riendo de dicha hasta alcanzar el nivel de la inexpresiva chica tomboy . La abrazó con firmeza y le susurró coquetamente al oído:

—Has sido tan buena chica. Vas a adorar ser mi esclava, vas a adorar ser una buena chica para mí. Cada vez que diga: duerme, Erin duerme , regresaras a este estado de trance para mí, vacía y sin pensamientos, ¿no es así?

—Sí.

—Uhm, buena chica, —susurró Tiffany contenta—. Y cada vez que te diga que eres una buena chica sentirás placer y felicidad, ¿entendido?

—Sí.

—Maravilloso… y cuando te despierte no recordaras este trance ni nada de lo que ocurrió mientras estuviste en él, ¿está claro?

—Sí.

—Joder… —suspiró Tiffany sin aliento.

Realmente había atrapado a Erin, ¿cierto? Miró alrededor. Alice estaba despierta y miraba embobada en su dirección, casi de forma suplicante. Sintió una punzada de culpa y remordimiento atravesarla. Solo había pretendido que Alice permaneciera atada así por unos pocos minutos, diez a lo mucho. ¿Cuánto había pasado? ¿veinte minutos? ¿treinta? No podía imaginar lo que era estar restringida de esa manera por tanto tiempo a la vez que ebria y drogada, pero supuso que no era divertido. Definitivamente era el momento de liberar a Alice.

Y también estaba Lucy, quien permanecía sentada en la silla. La pequeña castaña observaba con la mirada en blanco la pantalla cuyo patrón incesante estaba vaciando su mente. Su cabeza mientras tanto era golpeada por las silenciosas señales de audio que interrumpían cualquier pensamiento antes siquiera de que llegara a formarse. Aún no había terminado con Lucy, para nada.

Mientras los últimos espasmos de su orgasmo se diluían en una sensación generalizada de satisfacción las otras necesidades carnales de Tiffany, que habían aguardado pacientemente a que obtuviera su ración de placer, la golpearon todas al mismo tiempo. ¡Dios, en verdad necesitaba orinar! ¡Y se moría de hambre! Y tenía sed… Y adicionalmente a ello estaba mucho más cansada que al empezar tarde. Y para coronarlo todo dolorosas punzadas de dolor en sus hombros le hicieron saber que sus músculos demandaban algo de reposo y atención.

—Ok, basta de perder el tiempo… —suspiró Tiffany.

Tomó sus panties que había dejado tiradas sin cuidado al obedecer la orden de Lucy.  ¡Oh! Eso era muy importante, y casi se le había olvidado.

—Lucy, dime que ya no debo continuar obedeciendo tus órdenes.

—Tiffany, no debes continuar obedeciendo mis ordenes —replicó Lucy con

voz sosa.

Sintió algo desbloquearse en lo profundo de su mente. Era un sentimiento extraño, como una presión siendo liberada, pero solo era consciente de ella ahora que recordaba cómo se sentía no tenerla ahí todo el tiempo. Extraño.

—Ya que estamos en esto, cuando te diga duerme, Lucy, duerme regresaras por completo a este profundo estado de trance en el que te encuentras ahora, ¿entendido?

—Sí.

Bien, pensó Tiffany. Le pareció que el daño que había causado Lucy estaba parcialmente reparado ahora que podía ponerla en trance cuando quisiera. Tenía tiempo para arreglar todo lo demás, ya regresaría con ella más tarde para hacerla pagar por completo y con intereses.

Se puso sus panties y jeans de nuevo cuando notó la hoja de papel doblado que reposaba junto a su camiseta. ¡Cierto! La nota que Lucy había escrito para sí misma. Tiffany tenía demasiada curiosidad para esperar, así que todavía desnuda de la cintura para arriba, desdobló el papel.

Su cara palideció mientras releía la nota una y otra vez.

—¡Erin, despierta!

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Vaya, vaya, las cosas resultaron muy bien para Tiffany, ¿no? Pero, ¿qué era lo que decía la nota de Lucy? ¿Y acaso Tiff no se está olvidando de algo importante? En los siguientes capítulos pequeños detalles de las anteriores entregas cobraran importancia así que estén atentos porque esta historía va a tener todavía más giros argumentales. Recuerden que sus comentarios son bienvenidos y que siempre transmito sus mensajes de apoyo al autor original. Adicionalmente recuerden que pueden encontrar la obra original aquí: https://mcstories.com/Authors/Carefully-Random.html y pueden visitar el servidor del autor donde otros aficionados al control mental erótico comparten contenido aquí:

-Hacedor de Historias