Algo rápido

Agosto, calor, poco trabajo y ganas de sexo

Le estoy cogiendo afición a los chats de ligoteo entre hombres. Me da mucho morbo eso de chatear con otro como yo, contarnos guarradas y, si hay suerte, quedar para tener sexo real.

Este verano estoy especialmente activo, no se me ha dado mal.

A principios de Agosto, encontraba huecos durante el día para chatear. Un día encontré un tío que estaba solo en su oficina y que le molaría que fuese alguien a chupársela. Enseguida se me encendió el interruptor del morbo.

  • yo: hola tio, ¿buscas para mamada ahora?

  • tío-oficina: si, estoy solo, están todos de vacaciones, así que esto está tranquilo.

  • yo: y ¿qué te mola?, ¿sólo que te la chupen?

  • tío-oficina: si, bueno, también me mola tocar y pajear, pero no la chupo.

  • yo: ya

  • tío-oficina: tengo un buen rabo, si te mola chupar te va a encantar.

  • yo: no sé tío, eso de una oficina, ¿y si viene alguien?

  • tío-oficina: no, llevo 2 días sólo y no pasa nadie por aquí. Ayer me hice una paja viendo porno con calma y no me interrumpió nadie.

  • yo: joder, no sé tío.

  • tío-oficina: venga vente, tú me la chupas y yo te hago una paja. Y si quieres follamos también, ¿te gusta que te follen?

  • yo: si, pero en una oficina paso tío.

  • tío-oficina: ok, solo mamada. ¿cómo te gustaría corrernos?, tengo un baño justo aquí al lado para que te limpies. ¿te lo tragas?

  • yo: me gusta que se corran en mi cuerpo, pero no en mi boca.

  • tío-oficina: ok, no hay problema. Me la puedes mamar hasta que me corra y luego te hago yo a ti una paja.

Yo ya había decidido que quería ir hacía un rato, estaba aburrido sin casi trabajo, no tenía problemas para salir, y tenía unas ganas enormes de comerme su polla. Aunque no me hiciese la paja que me decía, me la hacía yo mientras!

  • yo: me da morbo tío, pero también me preocupa que nos pillen.

  • tío-oficina: espera un momento.

Dicho esto, me mandó una foto por el skype de su polla… joder. El tío tenía un rabo tremendo, gordo, largo. Su capullo era rojo y grande.

  • tío-oficina: ¿qué te parece?, ¿quieres comértela?

  • yo: tienes una buena polla.

  • tío-oficina: jeje, lo sé. Seguro que te va a encantar tenerla en tu boca. ¿por qué no vienes y me la chupas hasta que me corra?. Te puedo echar mi leche donde tú quieras.

  • yo: ok, voy para allá. Tardaré unos 15 minutos en llegar, te doy un toque en cuanto esté en la zona y me dices como entro en tu oficina.

  • tío-oficina: bien!, claro, te espero aquí con la polla dura, que ya estoy caliente.

Comenté a un par de compañeras que había en mi oficina que salía un momento y que volvería en un rato. Me dio mucho morbo esto también, mientras se lo comentaba me imaginaba la polla que me iba a comer y me pregunté si ellas disfrutarían tanto como yo comiéndoles la polla a sus maridos, bueno, y si se la chupaban o no. Esperaba que sí por el bien de ellos. Jeje.

Cogí el coche y me fui a una zona de oficinas cercana a donde estaba yo, no más de 5 ó 6 minutos. Al ser Agosto había poco tráfico. Al llegar a la zona se veía muy poco movimiento, estaba casi todo vacío con lo que pude aparcar en la puerta del edificio que me comentó.

Le mandé un mensaje por skype y me contestó al momento dándome una indicación.

  • tío-oficina: “4ª planta, pasillo a la izqda., puerta del fondo, cartel XXXXXX. Llama a la puerta con la mano. Di que vienes a una reunión con el Sr. González”.

Entré, y me encontré a un guardia de seguridad. Hasta ese momento no me había dado cuenta que, siendo un edificio de oficinas, podría haber un control. Me puse un poco nervioso.

Me acerqué al mostrador y di las indicaciones que me había chateado mi ligue sexual de ese día y me dejó pasar sin más.

Llegué al ascensor, llamé e inmediatamente se abrió la puerta, entré y marqué la 4ª planta.

El momento del guardia de seguridad me había puesto más nervioso que todo lo demás, yo creo que no se me notó, pero ahora el corazón me latía a mil por hora.

Estaba excitado, notaba como la polla se me estremecía de vez en cuando pero sin llegar a ponerse dura.

Estaba algo nervioso por estar en un edificio de oficinas, ¿y si había cámaras dentro?, joder!, tenía que mirar con cuidado! A ver si iban a grabarme!

En esto llegué a la planta 4ª, y mientras me acercaba a la puerta de la oficina indicada, no paré de buscar cámaras por todas partes. En el pasillo había un par de ellas visibles, lo normal supongo.

Llegué a la puerta y, antes de que llamase, esta se abrió.

Me abrió la puerta un hombre vestido de traje y corbata. Alto, de unos 45 años, con el pelo muy corto y con gafas.

  • tío-oficina: Hola, ¿Víctor?, pasa pasa.

Entré en la oficina y oí cómo cerraba la puerta con llave detrás de mi.

  • tío-oficina: ¿qué tal tío?

  • yo: bien.

  • tío-oficina: pasa por aquí vamos a mi despacho.

  • yo: ok, te sigo.

Le seguí por una típica oficina, con mesas vacías y despachos con paredes de cristal también vacíos. Me fui fijando en todos los techos y no vi ninguna cámara, esperaba que así fuese.

Dimos un par de giros y llegamos a un despacho no muy grande, con paredes de cristal. En una esquina había una mesa con un ordenador, una silla detrás y dos delante. Entramos.

  • tío-oficina: bueno Víctor, como ves está todo vacío, no hay nadie, solo yo.

  • yo: sí, eso veo. ¿cómo es que no hay nadie?

  • tío-oficina: la empresa cierra prácticamente en Agosto, solo estoy yo y una persona en Barcelona haciendo guardia por si hay algún problema o urgencia para poder tratarlo.

  • yo: vaya, curioso.

Mientras hablábamos él no paraba de tocarse la polla por encima del pantalón. ¿me parecía a mi o la tenía muy suelta?... como si no llevase calzoncillos. Se le notaba un buen bulto a lo largo del pantalón, se lo frotaba distraídamente, como quién tiene esa costumbre y casi ni se da cuenta.

Yo, ya empezaba a notar de nuevo cierta tirantez ahí abajo.

  • tío-oficina: ah, por cierto, como ves el baño está justo aquí al lado, como te dije. Y me señaló una puerta marcada con el distintivo típico del baño a unos metros del despacho.

Se le veía nervioso, o excitado, supongo que como a mí. Siempre parece difícil meterse en faena en esta situaciones ¿no?.

  • yo: bien, está cerca. Entonces, ¿hacemos cómo hemos dicho?, le pregunté.

  • tío-oficina: si. Tú me haces una mamada hasta que me corra y yo te hago una paja a ti después para que te corras tú. ¿ok?

  • yo: sí, es lo pactado.

  • tío-oficina: yo no chupo, pero si quieres que follemos yo te lo hago encantado.

  • yo: hoy he venido a comer polla nada más.

  • tío-oficina: vale, empecemos entonces, ¿te parece?

Dicho esto yo me acerqué a él y le metí mano al paquete. Se le notaba un buen bulto… y, efectivamente, iba sin calzoncillo.

  • yo: tío, ¿no llevas calzoncillo?

  • tío-oficina: jeje, me lo quité esta mañana para darme morbo. Como no hay nadie… ayer me estuve paseando desnudo por la oficina.

  • yo: joder que morbo tío.

Se le puso dura enseguida, y me bajé. Me puse de rodillas delante de él, acariciando el buen bulto que tenía, con calma, apretándolo un poco, sintiendo su polla en mis dedos.

Le busqué el cinturón y se lo desabroché despacio, sin prisas. Le solté el botón y le bajé la cremallera.

Yo debía estar relamiéndome o mordiéndome el labio de excitación, no lo sé, pero debía estar con cara de morbo o vicio porque así me lo dijo:

  • tío-oficina: como te vas a poner de polla, tío, ya veo que te relames.

  • yo: sí, parece que tienes un buen rabo aquí.

Según le bajé los pantalones y liberé su polla, está salió disparada hacia adelante, grande, gorda, descapullada… qué pedazo de rabo!! Debía de medir unos 20 cm por lo menos. Era más grande que la mía, y era… preciosa. Joder!!!

La cogí con la mano derecha y moví un poco, adelante y atrás, despacito, sin quitarle ojo de encima y, ahora sí que me di cuenta, me relamí de excitación, saboreando mentalmente lo que iba a hacer.

Me acerqué a ella y, sacando mi lengua, lamí su capullo despacito, sin prisas. De la excitación tenía el capullo mojado y recogí su líquido preseminal con mi lengua, lo saboreé despacio, y seguí lamiendo, hasta que me metí la polla en la boca.

Primero, el capullo, despacio, fui metiendo su tronco lentamente en mi boca, sin parar, hasta que me entró entera. Lo hice sin respirar, hasta que sentí su vello púbico contra mi nariz y pude oler su colonia mezclada con el olor a macho en celo que tanto me gusta.

Aguanté un segundo así, y me retiré un poco. Y empecé a mamar lentamente. Me metía la polla casi hasta el fondo, notándola casi en el final de mi boca, y la volvía a sacar casi hasta el capullo, lentamente, degustándola.

Mi mano derecha sujetaba la base del rabo, haciendo un movimiento lento, coordinado con mi mamada, pajeando… todo un placer para mí.

  • tío-oficina: ahah, cómo la chupas, qué bueno. No pares.

Parecía que le gustaba mi trabajo.

Yo estaba muy excitado. Nunca había chupado un rabo semejante, como soltase leche de manera proporcional a su tamaño, esto quería verlo!

Mi polla estaba muy dura y me estaba molestando el calzoncillo y el pantalón. Tenía que quitármelo.

Paré de chupar y me levanté.

  • yo: no me cabe la polla, necesito desnudarme.

  • tío-oficina: vale tío. Y vamos a mi mesa, estaremos más cómodos.

Nos movimos hacia su mesa, él se quitó los pantalones y calzoncillo que yo había dejado a medias. También se quitó la corbata y abrió la camisa para estar más cómodo.

Yo me bajé mis pantalones y calzoncillos, dejando mi polla al aire. Me los quité completamente, no quería ensuciarme nada. Apoyé la ropa en una silla. Me quité la camisa y me quedé totalmente desnudo, salvo por los zapatos.

Me entró una sensación de excitación tremenda, estaba en una oficina vacía, totalmente desnudo y empalmado, teniendo sexo con otro hombre. No me lo habría imaginado nunca!

  • tío-oficina: ya veo que tú también tienes una buena polla.

Se acercó a mí y me la agarró, pajeándome un poco.

  • yo: qué morbo tío, junta mi polla con la tuya!

Nos acercamos más uno al otro y juntamos las pollas. Él las cogió y empezó a rozarlas mientras las pajeaba. Qué gusto!

Yo aproveché y le cogí los huevos suavemente. Hasta ahora estaba tan extasiado con su polla que me había olvidado totalmente de ellos, con lo que a mí me gusta jugar con los huevos, con la mano y la boca!

Le empujé despacio hacia atrás hasta que quedó apoyado en el borde de la mesa y me volví a arrodillar para seguir con mi mamada.

Me metí su polla en la boca de nuevo y me puse a chupar con calma, más rápido. Me notaba muy excitado, mucho, la situación, el aire acondicionado que me acariciaba el culo, la moqueta me rascaba las rodillas, mi polla estaba super dura…

Estuve mamando un buen rato, no sé cuando minutos, pero sí notaba cómo resoplaba y se excitaba, y su polla, qué pedazo de polla!

Chupé, pajeé, le comí los huevos mientras su polla me rozaba la cara. Y me toqué la mía, no mucho porque estaba que me corría cada vez que le daba más de tres sacudidas! Me apreté los huevos con la mano libre y me rocé el culo con los dedos, lo estaba disfrutando!

Tras un buen rato noté cómo cambiaba su respiración y cómo su polla se endurecía más en mi boca, se iba a correr.

Me la saqué de la boca y seguí pajeando con la mano.

  • tío-oficina: ah, ah, tío me voy a correr!

  • yo: dame tu semen!

Se incorporó un poco, me sacó la mano y se cogió la polla él. Yo me quedé de rodillas, levanté un poco la cabeza y cerré los ojos y boca a la espera de que me soltase su lefa en la cara.

Tardó unos segundos hasta que noté cómo su semen me golpeaba la cara. Donde primero noté su leche fue en una de mis mejillas, caliente y espeso. A partir de ahí noté cómo me llegaban chorros de semen en la nariz, labios, noté algo en el pelo… se corrió a gusto el tío mientras gemía de placer, y a mí me encantó sentir su leche caliente por mi cara. Qué placer.

Cuando terminó abrí un ojo despacio, no notaba que me lo hubiese pringado así que lo hice fácilmente.

  • tío-oficina: toma un pañuelo

Y me acercó un kleenex con el que me limpié los labios para poder hablar y un poco de lo que noté por la mejilla.

  • yo: gracias, menuda corrida te has echado!

  • tío-oficina: qué pedazo de mamada me has hecho!, qué bien la chupas!

Yo sonreí mientras me levantaba. Tenía mi polla super dura, y quería correrme como fuese.

  • tío-oficina: ahora te toca correrte a ti. No se quede eso ahí dentro y te haga daño!

Me dijo guiñándome un ojo.

  • tío-oficina: vamos al baño, así te corres allí y te limpias.

  • yo: ok, vamos.

Fue delante de mí y yo le seguí. Íbamos los dos desnudos (él de cintura para abajo) andando por la oficina… qué morbo.

Fuimos al baño, me señaló el lavabo y me dijo.

  • tío-oficina: lávate si quieres mientras yo te hago la paja.

  • yo: no creo que dure mucho, no me va a dar tiempo a lavarme.

  • tío-oficina: ok, como quieras. Acércate al lavabo así tengo que limpiar menos luego.

Le entendí, me acerqué y él, cogiendo mi polla, la puso encima del lavabo para que, cuando me corriese, mi lefa cayese dentro.

Se puso detrás de mí y empezó a pajearme mientras pegaba su polla, todavía morcillona, a mi culo. La puso entre mis dos nalgas, rozándola despacito.

  • tío-oficina: otro día vienes y te follo si quieres.

  • yo: joder, sí.

Y seguía con la paja. Estuvo así, pegado a mí con su polla y dándome caña menos de 1 minuto y yo exploté.

Me agarré al lavabo con las dos manos y empecé a soltar leche. Un montón, qué placer!

La mayoría de los chorros cayeron en el lavabo, si bien algunos fueron a dar en la pared. Estuvo pajeándome hasta que le paré, ya no podía más.

Me separé y él se acercó al lavabo a lavarse. Yo esperé a que terminase y me lavé yo.

No fue difícil lavarme, aunque descubrí leche en mi pelo, cerca de una oreja.

Me vestí, nos despedimos y quedamos en que me pasase otro día.

Bajé a por mi coche y me despedí del guardia al pasar.

Volví a mi oficina, había pasado algo menos de 1 hora desde que me había ido.