Algo prohibido (hermanos) #1

Sara se despierta con los dedos de su hermano dentro de su coño tras tener un sueño húmedo, que al parecer había sido real.

Algo prohibido

Estaba boca abajo en mi cama en lo que parecía ser un sueño.

Sentía como acariciaban mis piernas por encima de las sábanas. Iban desde mis tobillos hasta un poco más abajo de mis glúteos, cada vez más cerca de mis ingles hasta pasar un dedo por encima de mis bragas haciéndome soltar un suspiro.

Comenzaba a excitarme y mi cuerpo me pedía más, así que abrí un poco más mis piernas buscando más de esas caricias.

Noté que me bajaban las sábanas por debajo de los glúteos, dejando mi culo al aire libre cubierto solo por un tanga blanco tan pequeño que dejaba ver parte de mis labios.

Me acariciaban la parte baja de mi espalda e iban bajando hasta llegar a mis glúteos. Unas manos grandes lo masajearon sin ningún tipo de pudor. Apretaba, pellizcaba, y arañaba.

—Mmm…— No podía aguantar mis gemidos, esas manos me estaban volviendo loca. Notaba mis bragas mojadas y como mi clítoris iba creciendo hasta tal punto que dolía el estarse quieta.

Puse mi culo un poco en pompa buscando la atención que necesitaba y noté como esos dedos se metían debajo de mi tanga y lo estiraban hacia arriba apretándolo contra mi clítoris.

—Ahhh, mmm, meterme los dedos...—le supliqué a la persona que estaba haciendo que estuviese tan mojada.

—Shh— Me dio un apretón fuerte en el culo y una cachetada que me hizo soltar un grito.

Esas mismas manos me cogieron de la cintura y me pusieron a cuatro, me quitaron las sábanas de encima y me apartaron el tanga hacia un lado rozando mi clítoris con este, haciendo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

Noté el aire frío que entraba por la ventana pasar por mis ingles y después un aliento caliente cerca de mi vagina. Me temblaban las piernas, necesitaba tanto que me tocase. Está jugando conmigo.

Notaba su lengua primero en mi culo, luego en mi muslo, en mi labio derecho, después en el izquierdo y cuando pensé que iba a seguir por mi clítoris se apartó y en cambio lo rozó con su dedo. Fue de arriba a abajo pasándolo por toda mi vagina mojada, haciendo la intención de meterlo pero bordeandolo para ver como me retorcía de placer.

—Por favor, mételos ya... —Antes de terminar de hablar me metió tres dedos de golpe y comenzó a moverlos—. Mmmm, si, como me gusta.

Mientras movía sus dedos dentro de mí con su otra mano hacía círculos en mi clítoris.

Metía y sacaba sus dedos mientras besaba mi culo subiendo hasta mi hombro y parando en mi cuello.

Se puso sobre mí, noté su aliento en mi nuca y mis pelos se erizaron, apretó sus caderas contra mi culo, lo que me dejó notar lo dura que tenía la polla y me cogió del cuello con una de sus manos y apretó mientras lo besaba.

—¿Quieres que te folle tu coñito? —me susurró y reconocer su voz me hizo volver a la realidad. No estaba soñando, y mi hermano estaba encima de mí con tres dedos dentro de mi coño.

—¡¿Qué haces!?— le espeté alterada mientras lo apartaba de encima de mí e intentaba taparme con las sábanas.

—No te hagas la sorprendida. No se te veía muy molesta cuando te retorcias como una puta con mis dedos dentro— me dijo con una sonrisa socarrona.

—¡¿Qué te pasa en la cabeza?! Ni siquiera sabía que estaba despierta y mucho menos que eras tú el que estaba aquí.

El se acercó a mí y puso su mano en mi muslo y subió hasta rozar mis bragas.

Un suspiro escapó de mis labios. —¿Y no quieres que siga? —susurró con una voz suave en mi oído haciendo que se me erizara la piel.

—¡Fuera! —chillé mientras lo empujaba fuera de mi cama y veía como salía de la habitación con una erección entre sus piernas.

Esto no está bien.—

Me quedé un rato pensando en todo lo que había pasado. No sabía qué hora era pero necesitaba salir a tomar el aire.

Salí de mi habitación, crucé el pasillo rápido y bajé las escaleras hasta llegar a la puerta trasera. Al salir una brisa fría hizo que mis pezones se pusieran duros y se notaran a través de la camiseta.

Me senté en el columpio de nuestro jardín y empecé a mecerme de un lado al otro y a pensar sobre lo que había pasado.

«

¿Por qué se siente tan bien si está tan mal?

»

Me vienen a la mente sus manos acariciando mi cuerpo, lo que hace que tenga calor y empiece a notar mis bragas un poco húmedas.

Dejándome llevar me paso los dedos por el cuello y bajo por mi escote hasta parar en mi pezón y acariciarlo.

Una mano desde atrás me sorprende dándome un pellizco en mi otro pezón lo que me hace soltar un grito ahogado. Me ponen otra mano en la boca y me hablan al oído.

—Quieres esto tanto como yo, nadie se tiene que enterar si no queremos —susurró mi hermano para después apartar el pelo de mi cuello y darme besos húmedos. —¿Estabas pensando en mí?—dijo rozando sus labios en mi oreja.

Eché la cabeza hacia un lado para dejar más acceso a mi cuello.

Succionó mi óvulo mientras que con sus manos jugaba con el borde de mis bragas.

—No… —murmuré.

Metió su mano dentro de mis bargas y después de frotar la sacó para mostrarme lo mojados que estaban. —¿Ves? Quieres ser una buena chica para tu hermano.

A mi pesar me levanté del columpio y me giré para mirarle a los ojos.

—Entre tu y yo no puede pasar nada, somos hermanos. Imagínate que alguien se entera. Nos arruinaría la vida. Olvídate de lo que ha pasado que es lo que voy a hacer yo.— Antes de que pudiera responder corrí dentro de casa y subí rápido a mi habitación para meterme en la cama y olvidar todo lo que había pasado..