Algo nuevo

Todas las mañanas salía bien temprano de casa a trotar para hacer algo de gimnasia y mantener mi físico en buen estado por un gran parque que se encuentra cerca de casa.

Algo Nuevo

Todas las mañanas salía bien temprano de casa a trotar para hacer algo de gimnasia y mantener mi físico en buen estado por un gran parque que se encuentra cerca de casa.

Un día de esos en los cuales comenzó a llover me encontré con un muchacho mas o menos de mi edad yo tenia 24 años en ese entonces y se puso a correr cerca de mí interrogándome si no me molestaba que lo hiciéramos juntos.

Después me invito a su casa a tomar un jugo a lo cual accedí porque no era muy lejos de casa y me cayo simpático su nombre era Romirio y trabajaba en la marina mercante asi que viajaba constantemente por diversos lugares del mundo.

Luego de tomar un jugo de naranjas y de charlar de cosas triviales nos despedimos hasta el día siguiente, se fueron sucediendo los encuentros en el parque y luego a su casa en donde la conversación se fue derivando hacia el sexo, si bien tuve algunas experiencias con hombres me consideraba muy reservado y con algo de timidez para encarar algo pese a que Romirio me gustaba mucho por lo menos físicamente.

Fue él quien en uno de esos encuentros me pregunto si era gay a lo que no pude mentirle y me tranquilizo diciendo que no tendría problema con él porque tuvo algunas experiencias pero solo haciendo de activo y que le gustaba que la otra persona se produjera con lencería femenina y que él tenía en su casa ropa para prestarme si me interesaba la propuesta.

Esto me dejo sorprendido porque no había experimentado antes esta situación de vestirme de mujer, pero tampoco me produjo asco y me hizo volar mis ratones. Quedamos en encontrarnos a la noche ese viernes. Pensé en sorprenderlo y me fui a un negocio de lencería y compre como si fuese para un regalo a mi novia todo un conjunto de lencería en color negro con medias y portaligas incluido.

A la hora indicada llegue a su domicilio y él me esperaba con un vino frío y algo para comer, después de esta frugal cena le pedí permiso para pasar al baño para vestirme con mi conjunto que me quedaba perfecto adherido a mi piel al tener muy poco vello en las piernas y nada en mis nalgas.

Me sentí confiada y segura ahora con este vestuario y salí al encuentro de mi amigo, tratando pese a no tener nada de experiencia en cuanto a caminar en forma sensual como una mujer pero trate de hacerlo lo más natural posible.

Romirio se quedo extasiado con la ropa y mi cuerpo me hizo girar y palmeo mis nalgas apenas cubiertas por el hilo dental de la tanga, me dijo que me quedaba muy bien y que tenia un cuerpo espectacular para lucirlo.

Nos sentamos en el sillón del living y mientras sorbíamos el vino nos comenzamos a besar como dos novios a la vez que nuestras manos buscaban las caricias más provocativas y lascivas para llevarnos a un punto de calentura tal que desabroche su pantalón y extraje su pija allí me di cuenta de lo enorme de su tamaño en cuanto a grosor y longitud, calcule que tenia como 24 centímetros por casi seis de diámetro. Si bien merecía respeto la quería probar como sea y la empecé a acariciar y a sobar mientras él me besaba y acariciaba por todo el cuerpo.

Fui descendiendo hasta quedar entre sus piernas y poder tener frente a mi rostro esa hermosura, la lamí de arriba abajo, prosiguiendo por sus huevos llenos de leche, le pase la lengua por el frenillo y lo vi estremecerse, trague su cabeza morada y húmeda del liquido transparente que expulsaba por su ojito.

Mis labios comenzaron a subir y bajar por el grueso tronco a la vez que mi lengua lo impregnaba de saliva, se la chupe con ganas, enamorada a primera vista de esa dulzura y de a ratos volvía con la lengua a recorrer sus huevos, lo estaba volviendo loco a Romi, con mi boca golosa y hambrienta que se deglutía semejante bocado.

Él me detuvo anunciando que si seguía de esa manera lo haría terminar me incorpore fui al baño y de mi bolso extraje el pomo de gel me quite la tanga y me embadurne el ojete por fuera y por dentro y volví a su encuentro, ya se encontraba desnudo con su verga apuntando al techo.

Me monte sobre el de rodillas separe mis nalgas y tome su pija para ubicarla en mi agujero y muy lentamente comencé a descender haciendo ingresar la gruesa cabeza lentamente y esperando que mi orificio se ajuste a su tamaño, proseguí con mi tarea de tragarme semejante pija, que abría y distendía toda mi carne interiormente, haciéndome ver estrellas de todos los colores.

Mi afán pudo mas y cuando me había comido la mitad de la verga me senté de golpe enterrándomela toda me saltaron las lagrimas pero ya estaba toda adentro. Romi me acariciaba las piernas y nalgas alentándome a seguir culeandolo. Que verga que tenes mi amor me abrió toda, le decía mientras lo cabalgaba.

Con las manos apoyadas en el respaldo del sillón subía y bajaba de su rica pija haciendo círculos dilatando aun más mi agujero, le quería sacar toda la leche a Romi y él estaba a mil.

Me dijo que quería acabar en mi boca, me desmonte y me baje a la alfombra el se incorporo y se masajeo su verga apuntándola a mi boca abierta donde eyaculo potentes chorros de leche tibia y espesa que fui tragando a medida que la escupía hasta que dejo de salir y limpie su verga con mi lengua hasta la ultima gota.

Después de descansar unos instantes fuimos al baño a darnos una ducha y allí mientras nos jabonamos nos calentamos de nuevo y su pija se volvió a erguir con firmeza y se la tome de la base y se la comencé pajear, él me hizo girar para quedar frente a mi culo apoye mis manos sobre los cerámicos y separe mis piernas arqueando mi espalda y dejarle servido mi culo.

Romirio me apoyo la verga en el ojete y comenzó a entrar esta vez al tener mi hoyo distendido ingreso sin miramientos ni estorbos, con embates firmes y decididos empezó a culearme. Me sentía su hembra totalmente entregada a su macho. Ambos disfrutamos el momento bajo la ducha que nos bañaba con su tibia lluvia. Su regio pedazo moreno iba y venia entre mis blancas nalgas, a veces salía por completo de mi agujero para volver a entrar lo mas campante haciéndome delirar de placer. Agarrado de mi cintura me clavaba su verga una y otra vez, su boca besaba mi nuca orejas en un estado de frenesí absoluto. El final llegó en medio de gemidos y espasmos que fueron creciendo me dio su leche en la boca y deguste con inmensa pasión su néctar espeso y abundante. Luego de secarnos nos vestimos guarde mi lencería y nos despedimos prometiendo llamarme para un nuevo encuentro.