Algo más sobre el amigo vecino de mi papa.

Como creció la relación con el amigo de mi padre y algunos detalles morbosos

Hola, siguiendo con el tema de Miguel, el vecino amigo de mi padre, realmente con el conocí el sexo y solo eso, por supuesto no era amor y mucho de miedo, en los 70 no se ponía en duda lo que pedía un mayor y menos si era amigo de tu padre o vecino.  Mis encuentros con él, y eran muchos, no eran del todo satisfactorios, tenían mucho de sumisión y comenzaban a tener algo especial cuanto el me tocaba, cuando realmente me calentaba, ahí si yo era otra y participaba.

Por si no leyeron el anterior relato, Miguel era como de 40 rondaba la edad de mi padre, bien parecido y después de mi cumple de 15, fiesta paupérrima y aburrida logro hacerme conocer el sexo.

A los pocos meses me puse de novia con el que ahora es mi marido, la situación era muy rara, también vecino, participábamos de reuniones religiosas, no se olviden que yo concurría a un colegio de monjas.  Nunca pude congeniar a mi maduro vecino con mi novio, todo el amor era con Ale, no así el sexo, llegamos al casamiento sin sexo, eso lo tenía copado Miguel.  Un poco el miedo, la vergüenza no sabía cómo manejar eso, recuerdo que Aje se quedaba en casa hasta tarde, mucho beso, lengua mucho manoseo pero se cortaba justo un segundo antes, reconozco hay a muchos años lo caliente que se iba, y como quedaba yo, Miguel que vivía del otro lado del pasillo no se perdía capitulo y en cuanto Ale se retiraba por el ascensor, salía de su casa y me tocaba la puerta con mucho sigilo, ya sabía que era él, que poco le costaba re-encenderme, segundos, yo ni conciencia tenia de lo que pasaba, un par de horas frotándome con mi novio, totalmente caliente y Miguel que llegaba a apagar tanto fuego.  Me volvía a meter con él en la cocina, mis padres durmiendo a brazo tendido, nunca pero nunca interrumpieron, ni con Ale ni con Miguel, no quiero pensar si lo sabían o no.  Ya los dos en la cocina apagábamos nuevamente la luz me subía el buzo, me desabrochaba la camisa o me subía la remera y jugaba con mis pechos, que no eran importantes, era una pendejita yo de 45 kilos menudita buen culo, pero nada impresionante, al cabo de unos minutos me llevaba la mano a su entrepierna y ya era de manual desabrocharle el cinturón y los botones de la bragueta y buscar su pija que ya estaba al palo.  Ahora después te tantos años y con experiencia tengo que reconocer que no era muy largo su miembro pero si gordito me costaba a los 15 metérmelo todo en la boca, pero lo lograba.  Normalmente me subía después de chupársela por unos largos minutos, a la mesada de mármol, me tiraba un poquito con las piernitas abiertas para adelante y así si, lentamente de la frotaba hasta que muy sutilmente lograba que fuera yo la que apuraba la situación para que me la metiera, aprendí a aguantarme los gemidos, al principio me tapaba la boca después ya prefería que fuera con un beso profundo.  No siempre era igual, variaba bastante, si estaba en pollera del colegio me quitaba la bombacha y me sentaba sobre su pija de frente a él, me gustaba esa posición, lo podía abrazar con las piernas, de parado pocas veces, la diferencia de altura molestaba o no habíamos encontrado la manera cómoda.

A distancia en tiempo me doy cuenta de la inconsciencia de él en cogerme tanto sin forro, muchas veces, en casa creo que nunca lo uso, acababa en los repasadores de la cocina o en el piso.  Aprendí a hacerle pajas, le gustaba mucho y sobre todo los días que yo estaba indispuesta, esos mocos iban al piso o a los azulejos.  Otro tema era en cuando me llevaba a un hotel, eso me excitaba desde que me enteraba, realmente excitante todo.  Normalmente con muy pocas excepciones me pasaba a buscar por el colegio, tenía autorización como comente en el otro relato para hacerlo, casi siempre viernes cuando terminaba la primer hora, mi padre estaba en trámite de divorcio con mi madre y la excusa era reunirme con la asistente social y secretaria de la jueza, solo paso una vez realmente y luego lo uso como excusa, las monjas huían de esos temas.  Recuerden tenía yo 15 años, salíamos en su auto,  ya en la esquina ponía su mano en mi rodilla y comenzaba a subir muy despacito con caricias hasta que llegaba a mi vagina y comenzaba un concierto de piano, eso si me excitaba, ahí yo me despedía de la conciencia, íbamos a un hotel de un amigo suyo, de esos con cochera, dejaba yo cartera y normalmente el me traía ropa interior acorde a la situación, yo usaba como todas en esa apoco bombacitos blancas tipo culote y podía ser algún color diferente pero nada más, el no, el me traía unas de encaje o transparentes modernas para la época.

Me dejaba desvestirme sola mientras él en la cama me excitaba masturbándose, me hacia sentarme sobre él, montándolo y casi al final, ya muy caliente se ponía un forro y me cogía bien tradicional, yo de espaldas en la cama, piernitas abiertas y dale hasta el fondo, no he tenido que fingir nunca con él, lo hice muchas con mi marido, tenía una capacidad para calentarme increíble o era la edad y la excitación.  No era el de meterme los dedos ni consoladores, con su pija lograba todo.  Lo que me excitaba muchísimo, no así al principio, era la vuelta al colegio, después de un tiempo, no digo el mismo año pero ya con 16 se empezaron a dar cuenta mis compañeras que yo volvía con el pelito mojado, ya muchas cogían y no escapaba a su realidad, hasta una monja lo descubrió, tuvimos una charla y guardo el secreto, la realidad es que ella dejo el colegio un año después y termino casada con el padre de una compañera de 5 año.  La otra cosa que me éxito mucho fue, que Miguel un par de veces me paso a buscar por el colegio con un amigo suyo, un señor de unos 65 en ese momento, profesor de él en la facultad cuando estudiaba Arquitectura, yo creo que era para vanagloriarse de lo que se comía, hasta que un día me pidieron en el auto si conocía alguna compañera que le gustara lo mismo.  Lo pensé mucho, pero un día Mónica mi mejor amiga, que estaba de novia con un amigo de Ale, empezó a preguntarme sobre el tema del pelito mojado, mis salidas del colegio, y me comento de muchas cosas que le parecían extrañas, junte las ganas de comentarle, con la necesidad de preguntarle, sabía yo que también era virgen porque su novio era terrible chupa sirio muy religioso, lo confirme y realmente use el comentario de mi experiencia para evitarla, a tal punto que acepto una salida.  Cuando se lo comente a Miguel me dijo que estuviera segura, que no iba de excursión que si sacaba a Moni del colegio era para que se la cogieran, no quería jugarse a un pálenlo con su profesor.

Las charlas duraron como tres semanas, al final Moni acepto.  Fue un viernes por supuesto y apareció en el colegio como el abogado de mi madre y que necesitaba una reunión importante para confirmar la relación mía con mi familia y querían una testigo que afirmara como era esa relación, había hablado yo con los padres y les había pedido que dejaran que ella me ayudad.  Salimos, pero no fuimos a un hotel, llegamos a un departamento impresionante de este tipo en el centro, Moni estaba nerviosa y este hombre también, tenía como 65 pero era muy buen mozo y muy bien trajeado, tomamos algo, éramos pendejas con poco nos pusimos alegres, casa una en una habitación, y no se imaginan como gemía esta chica, ahí realmente le creí que era virgen, cosa que yo dudaba, como a la hora nos juntamos todos en una cama, y fue este mi segundo hombre, no lo repetimos, cada una siguió por su lado, volvimos a salir los cuatro, cuando entramos las dos a la facultad, hasta nos fuimos un fin de semana los cuatro cuando nuestros novios decidieron hacer un viaje juntos.

Algún día contare un encuentro con detalles, de cómo se la chupaba, como le la metía despacito y como me hacia acabar, pero eso necesita de otro relato.