Algo mas serio

Nos conocemos de toda la vida pero jamas pensé que podríamos ser algo mas que amigos.

Mi nombre es Cristina, tengo 20 años, soy morena, estatura media, de piel clara, ojos oscuros, bien, podría decirse que una chica del montón. Soy simpática, cariñosa, divertida, me gusta estar con mis amigos, divertirme con ellos, salir de fiesta, bailar, en fin lo normal.

Él se llama David, es un año menor que yo, moreno, mas alto que yo, ojos oscuros y con un buen físico, tienes unos brazos fuertes y una espalda musculosa y a mi parecer es realmente sexy. Es divertido, gracioso, serio cuando hay que serlo, correcto, inteligente, simpático, protector, cuidadoso, amigo de sus amigos, un chico con quien hablar, en fin un tío de puta madre.

Como digo, nos conocemos de toda la vida, nacimos y crecimos en el barrio y empezamos a salir en el mismo grupo desde pequeños. Al principio pues él y yo nos llevábamos sin mas, conocidos y tal, no podría decir que amigos porque no hablábamos mucho, es mas al principio creo yo que no nos caíamos muy bien. Pero todo eso cambio hará un par de años. Empezamos a hablar, a salir de fiesta todos juntos y la cosa fue a mejor. Ni él ni yo teníamos pareja así que cuando salíamos de fiesta la disfrutábamos a tope no como el resto de nuestros amigos que al tener novios y novias pues como que estaban mas sositos, mas cortados; los que no tenían pareja iban a lo suyo pero iban de pasados así que no molaba. Un día hablando llegamos a la conclusión de que para mí él era el mejor para irse de fiesta y gozar y para él lo era yo, que decía que yo sí que sabía divertirme. Eso, que la cosa mejoró y la verdad es que todo empezaba a ir bien.

Pero como no, ocurrió algo que lo iba a cambiar todo.

Yo lo empece a ver como un amigo especial, no como que me gustaba sino como alguien importante para mi, alguien que estaba empezando a importarme mucho. Lo empece a ver como el chico que es: divertido, amable, protector, gracioso, serio, inteligente, … en fin lo que ya he dicho de él.

Y bueno, un sábado por la noche, bajando de fiesta, él se había pasado un poco empinando el codo así que lo lleve a casa de sus abuelos, que estaba vacía pues estos ya no vivían allí porque se habían mudado a otro piso, pero que conservaban y David solía utilizar cuando bajábamos de fiesta, pues él también se había mudado a un pueblo que quedaba bastante lejos de nuestro barrio y de Logroño. Normalmente se quedaba a dormir en casa de sus abuelos con un amigo de Logroño, si es que este bajaba, pero esa noche no bajó y yo lo acompañé, no quería dejarlo solo en ese estado. En realidad no estaba tan mal, podía andar y eso, solo que no estaba como suele estar él. Normalmente no se emborrachaba hasta esos extremos, el suele resistir mucho, casi siempre lleva el puntito gracioso pero ese día se pasó. Primero haciendo el botellón en el barrio y luego a cubatas en un bar en Logroño. Yo no me dí cuenta de cómo iba hasta el final de la noche y hasta que me contaron que estaba vomitando.  Había estado perdida por ahí, hablando con la gente de Logroño y tal, en fin como hago normalmente y luego me reúno con estos, ya cuando nos vamos a ir, pero ese día vinieron a buscarme contándome el panorama. Inmediatamente fui donde estaban asustadísima, es que me pusieron la situación muy mal y yo conociéndole como le conozco pues también me imagine lo peor porque ya digo que él aguanta mucho, pero no era tan malo como creí. Me tranquilice enseguida. Estaba de pie, con algunos amigos, al parecer había echado hasta la primera papilla y tenia un careto que había pasado de verde a blanco en un minuto pero hablaba y se mantenía erguido. Claro que estaba asustada, como no si el chico mas fuerte que conoces esta en ese estado te preocupas, ya digo que jamas lo había visto así y digo también que ojala no tenga que volver a verlo de esa forma. Preguntaba por mi y yo me acerque a él, hable un poco con él, quería echarle la bronca pero no me serviría de nada así que le dije unas cuantas palabras cariñosas y que ya nos íbamos. El lo agradeció y, cuando estuvimos todos juntos nos marchamos a la parada para coger el bus.

En el bus creí que volvería a vomitar, pues se puso verde de nuevo y no hablaba nada pero aguantó como un campeón. Nos bajamos y nos sentamos todos en unos bancos, hacia fresquito y eso le vendría bien para espabilarse un poco, mientras los demás se comían los kebabs que se habían comprado. Cuando terminaron y todos super reventados nos dispusimos a ir a casa. David se quiso ir solo pero ni loca lo dejaba. Y por supuesto que me quedaría a dormir con él para vigilarlo. Estos dijeron de ayudarme a llevarlo e incluso alguno dijo de quedarse también por si acaso pero dije que no hacia falta. David mientras tanto decía que a él no le hacia falta nadie pero justamente nadie le hacia caso. Nos despedimos todos y cada pollo a su nido. Fuímos para casa de sus abuelos, mientras enviaba un sms a mis padres para que no se preocuparan y él seguía diciéndome que no me necesitaba que podía irme a mi casa, pero no le hice caso. Abrí yo la puerta porque no le entraba la llave, subimos las escaleras y luego entramos. En el piso solo hay una cama y un sofá. Me dijo que usara yo la cama, que el dormiría en el sofá pero le dije que no, que yo me quedaba con el sofá y él con la cama. No nos poníamos de acuerdo, los dos estábamos en el sofá sentados y ninguno daba el brazo a torcer. Le aseguré que no pensaba irme a la cama y el me contesto que como quisiera, pero que él tampoco iba a ir. Me cogió y me apoyó en su pecho acomodándome y me dijo que ya que ninguno dormiría en la cama que por lo menos dormiría cómoda, como no él siempre tan caballeroso. Intente levantarme para no molestarle pero me abrazo para que me quedara ahí. Creí que no me dormiría pero si que lo hice. Por lo menos por un rato.

Cuando abrí los ojos y me erguí note que David también se había quedado dormido. Me estiré un poco pues había estado en una mala postura y tenia los músculos contraídos. Él al notar que yo me movía se movió y terminó apoyándose en mi, de la misma forma que yo lo había estado encima de él. Le dejé por supuesto. Parecía tan frágil y tan bueno durmiendo. Supe que ya no me iba a volver a dormir pero aun así cerré los ojos como descansado. Después de un rato así los volví a abrir y le mire, estaba tan tranquilo y relajado, respirando junto a mi pecho. Levante la mano y le acaricie suavemente el pelo, no quería despertarlo. Estuve mucho rato acariciándole el pelo. Note que se movía y pare, el se revolvió un poco pero no se separo de mi, es mas subió su mano para apoyarla debajo de la cabeza pero al no coger postura termino apoyándomela en el pecho, sí, en mi teta. Agarró mi teta y yo me quede de piedra al notarlo. No sabia que hacer, no sabia si despertarlo o dejarlo, hombre no quería despertarlo después de verlo tan tranquilo pero me deba un poco de apuro notarlo agarrándome la teta. Decidí dejarlo, total, estaba dormido y no se enteraba de nada, ademas cuando se despertara yo me haría la dormida y ahí no había

pasado nada. Pasaron por lo menos 20 minutos y nada él que no quitaba la mano de ahí y yo ni siquiera me movía. De repente, la movió y palpó, sí, apretó. Me quede blanca y cerré los ojos, como si estuviera dormida. Levanto la cabeza, estaba despierto, pero no quitaba la mano de mi teta. Volvió a apretarla suavemente y a acariciarla. No debí sentir nada pero sentí un cosquilleo y se me pusieron los pezones duros. Hacia demasiado tiempo que no estaba con un chico, si debe ser eso para que mi reacción sea esa. Siguió acariciándomela y con la otra mano la otra teta. Yo ya no sabia que decir ni que hacer, aquello no me podía estar pasando. No pude evitarlo y suspire. Noté que levanto la cabeza pero sin dejar de agarrar mis tetas y abrí los ojos y le miré. Nos miramos en silencio durante unos segundos que parecieron eternos.

  • David...
  • Cris, yo...

Nos volvimos a mirar en silencio. El comenzó de nuevo a acariciar mis tetas, mientras nos mirábamos, era hipnótico. Suspire de nuevo, Dios me estaba gustando y no quería que parara aunque sabia que no estaba bien. Cerré los ojos y me estire para delante como si estuviera buscando sus manos, mientras me mordí el labio para acallar cualquier sonido que se me pudiera escapar. Me estaba gustando y él lo sabia. Metió la mano por debajo de mi camiseta, me puse un poco en tensión pero en seguida me relajé, era inevitable quería sentir sus manos en mis tetas, piel contra piel. Movió el sujetador y acarició mis pezones, ya ni siquiera intenté acallar el gemido que salio de mi garganta. Note como levantaba la cabeza y me miraba, yo seguía con mis ojos cerrados, no tenia valor para abrirlos. Bajo la cabeza hacia mis pechos y con una mano levanto la camiseta por abajo, mientras bajaba la cabeza y me besaba uno. Ahogue un grito de sorpresa. Siguió besándome el pecho, lamiéndolo, succionándolo, mordisqueándolo, dejaba uno y cogía el otro. Yo creía que me moría pero de placer. Subí mis manos y le agarre el pelo, como obligándole a quedarse y seguir haciendo lo que estaba haciendo. Entonces paró, levantó la cabeza para mirarme. Yo seguía con los ojos cerrados y los abrí. Vi necesidad y deseo en ellos y estoy segura que él vio lo mismo en los míos. Dejo las manos en mis tetas y fue subiendo lentamente hacia arriba dándome pequeños besitos. Llegó al cuello y me lo lamió concienzudamente luego cambio el camino directo a la boca.

  • No! En la boca no...-dije. Tenia mis razones.

Él al notar que hablaba se separó de mi cuello y me miró. Me debió de ver muy tajante porque no preguntó y siguió besándome en el cuello, en la curva del hombro, subió hasta el lóbulo de la oreja y me lo mordisqueo, todo esto sin dejar de acariciarme con las manos. Al principio deje que me acariciara él pero ahora empecé a participar yo también. Le acaricie el pelo y el cuello, baje mis manos por su cintura y las metí dentro de su camiseta y le acaricie el pecho. Me molestaba su camiseta así que hice mención de quitársela a lo que él se separó de mi cuello y se la quitó. Le mire el torso desnudo, los brazos musculosos y suspire de gozo, era realmente magnífico. Se aparto de mi cuello de nuevo y nos volvimos a mirar y fue como una señal, nadie dijo nada pero los dos lo supimos. Se levanto del sofá y me levanto con él. De pie se pego a mi y yo a él y seguimos acariciándonos. Me agarro el culo y me lo masajeó con ambas manos, yo estaba perdida en sus hombros. Luego lo agarro con fuerza y me restregó por su parte delantera y claramente con su entrepierna, como si necesitara aplacar un fuego. Se le notaba durísimo y excitadísimo, yo me encontraba igual. Se movió y yo me moví con él, sabia claramente hacia donde iba: la cama. Y sabia claramente lo que iba a pasar y, por mi madre que lo deseaba con desesperación.

Me llevó al cuarto de la mano y allí volvimos a mirarnos en silencio. Fue como si me diera tiempo para echarme atrás. No lo haría, no me echaría para atrás. Agarro mi camiseta por la parte de abajo y me la quito. Quede en sujetador delante de él. Se acerco y empezó nuevamente a besarme en el cuello, en el hombro, en la oreja, yo mientras le acariciaba la espalda, los hombros, el culo, regresé nuevamente a la espalda, y finalmente me quede rodeando con mis manos su cuello. Me acerque también y le bese en el cuello, mas bien le mordisqueé con ganas. Él mientras, bajo sus manos a mi espalda, a mi culo y las subió para desabrocharme el sujetador. Cuando noté lo que iba a hacer me puse tensa y me separé a lo que él inmediatamente dejó de hacer lo que estaba haciendo y me miró.

-David...

-No digas nada...sabes que quieres, los dos queremos...

Nos quedamos en silencio y quietos. Él quería que pasara y yo también, pero por alguna extraña razón mi conciencia me avisaba sobre algo y, finalmente decidí no hacerle caso. Al parecer él estaba esperando a que yo diese el primer paso, no quería que me arrepintiese y yo no lo hice esperar.

-Si.

Me sonrió y continuo. Me beso en el cuello a la vez que dirigía sus manos a mi espalda y al broche del sujetador. Lo desabrochó y libero mis pechos. Estos estaban un poco enrojecidos del trabajo anterior. Se inclino y se metió uno en la boca, lo lamió y lo succiono, mordisqueo suavemente el pezón y yo creí que me moría aunque sabia que todavía faltaba lo mejor. Me condujo lentamente a la cama y ahí me tumbo de espaldas con suavidad, luego el se echó encima. Siguió jugando y atormentando mis pezones hasta que ya no pude mas y dirigí mis manos a botón de de su vaquero. Él vio mis intenciones y se lo desabrochó. Luego, inesperadamente se separo de mi, se sentó en la cama, se quito las zapatillas, los calcetines y luego los pantalones. Yo mientras seguía tumbada, viéndolo. Se puso de pie y pude admirar el bulto que se le marcaba en los boxers, sonreí y él al ver donde miraba y que sonreía, sonrió también.

Pensé que se tumbaría encima mio de nuevo y continuaría con la exploración de mis pechos pero no lo hizo, sino que se sentó en la cama y comenzó a descalzarme. Quise protestar, decir algo, joder, nadie nunca me había descalzado, eso era algo como que muy intimo. Me descalzo y luego me desabrochó el pantalón y me lo sacó. Se tomo todo el tiempo del mundo y lo hizo con un cuidado que resultó super dulce, a pesar de la tremenda excitación que teníamos los dos. Se arrodillo a mis pies y comenzó a besarme pausadamente los tobillos, ascendiendo lentamente por la pantorrilla, por los muslos, besando todo, examinando cada centímetro de mis piernas. Vale eso era algo que tampoco me había echo nadie y la sensación era increíble. Me beso la cara interna del muslo rozando con su mejilla mi centro de placer y mi cuerpo respondió con una sacudida. Dios, estaba húmeda seguro. Pensé que se pararía ahí, me quitaría la braguita y me exploraría pero no lo hizo sino que siguió subiendo besando mi ombligo y de nuevo a mis pechos. Se coloco un poco ladeado para no cargarme con todo su peso mientras me rozaba con su miembro en la cintura. Se empezó a restregar lentamente y yo hice lo mismo, ambos teníamos una calentura de flipar y era como si necesitáramos apagara con nuestros cuerpos. Se separo de mi pecho y me miro, nos miramos durante por lo menos medio minuto mientras nos restregábamos. Alcance su culo y se lo empece a acariciar, él a su vez metió la mano entre mis muslos, acariciando su parte interna y de vez en cuando mi entrepierna. Me estaba empezando a calentar muchísimo.

  • Dios, quitamela!- dije con urgencia.

Él, muy obediente, lo hizo. Ya está, estaba completamente desnuda y totalmente entregada. Con la boca me besaba un pecho, con una mano me acariciaba el otro y con la otra mano exploraba mi vagina. La acarició suavemente, abrió los labios y metió un dedo, lo saco empapado de mis jugos y lo paso por mi clítoris, aquel montículo tan sensible. Volvió a bajar la mano y me introdujo nuevamente un dedo en mi caverna interna. Lo metió y lo sacó repetidamente y con tranquilidad, sin prisa, como buscando calentarme mas de lo que ya lo estaba. Yo tampoco me quedé quieta, quería que él disfrutara de la misma forma que estaba disfrutando yo así que, después de sobarle un poco mas el culo trasladé dicha mano a su parte delantera y palpe. Vaya, aquello tenia buena pinta. La acaricie suavemente y lentamente por encima del calzoncillo, quería ser minuciosa y darle el mismo placer que me estaba dando él a mi. Me cansé de la tela e hice mención de retirar el calzoncillo pero fue él quien se lo terminó quitando. Bien, ya estábamos los dos desnudos. Miré para abajo, quería ver lo que tenia entre las piernas y para nada me disgustó, era mejor de lo que me esperaba y mucho mejor de lo que ya había tenido. Estaba semi-erecto y ya mostraba un buen tamaño, ademas de ser grueso, ya se le notaban las venas a su alrededor. Se tumbó nuevamente encima mio y siguió con su tarea de excitarme los pechos y meterme ya dos dedos. Yo pase a acariciarle su miembro, lo cogí y lo sopesé con mi mano, lo acaricié suavemente de la base a la punta en donde me demoré bastante, le corrí la piel para atrás y empecé a agitarlo como pude dada la postura en la que estábamos. Primero lentamente y luego aumentaba el ritmo para reducir otra vez la velocidad. Él cuando notaba que el ritmo aumentaba soltaba pequeños suspiros de placer en respuesta a que le gustaba, mientras, seguía estimulandome. Pasado ya un rato de mutua estimulación estuvimos listos para dar el siguiente paso. Se levanto ya con una erección de campeonato y fue a sus vaqueros, saco el preservativo y se lo puso. Se tumbo encima de mi, comenzó a besarme en la curva del cuello y alternaba con el lóbulo de la oreja, mientras que con las rodillas fue haciéndose hueco entre mis piernas. Se introdujo en mi lentamente y con suavidad. Exhalé un suspiro. Volvió a entrar y salir despacio tres o cuatro veces. Lo rodeé con mis piernas para darle un mejor acceso. Entonces aumentó el ritmo. Empezamos a gemir al unísono, yo mas fuerte que él, posiblemente porque estaba mas estimulada. Comenzó un ritmo frenético que creí que me partiría en dos y empece a convulsionarme, me iba a llegar el orgasmo enseguida. Empece a subir y subir y cuando exploté creí que moría, por algo lo llaman la pequeña muerte. Paró de bombear y me miró mientras me recuperaba, sin salirse de mi. Pasados unos minutos y ya recuperada lo enganché del culo y le dije al oído:

  • No pares, quiero mas.

Él se sonrió y me contestó:

  • Como mandes

Y nuevamente empezó a bombear dentro de mi. Introdujo su mano entre nuestros cuerpos, alcanzo mi clítoris y empezó a masajearlo. Yo no paraba de gemir, aquello era el cielo. Esta vez bombeaba con un ritmo mas suave, buscando prolongar el placer de los dos. A medida que pasaba el tiempo empezó a acelerar, ya veíamos que íbamos a llegar al clímax dentro de nada. Cuando alcanzo un ritmo frenético, mi cuerpo no aguanto mas y explotó entre alaridos de placer que salían de mi garganta, joder, había sido tremendo. Él, al notar que yo ya había llegado y mientras yo seguía convulsionándome aceleró todavía mas si cabe y estalló también entre gritos. Se quito de encima de mi y se puso de cara al techo. Ambos estábamos cansados, sudorosos, respirábamos con urgencia pero plenamente satisfechos. Poco a poco nuestras respiraciones se tranquilizaron y justo en ese momento me dio por pensar en lo que había pasado. Dios, ¿que habíamos hecho?, ¿que iba a pasar ahora?, ¿como nos afectaría eso?. David se levantó, todavía desnudo, cogió la colcha de la cama, que había terminado en el suelo y me la echo por encima, luego él se metió debajo y volvió el silencio. No nos abrazábamos, solo nuestros costados estaban en contacto.

  • Cris...
  • ¿Como te encuentras después de la borrachera?- le corté.
  • Eh...bien, bueno creo que me va a estallar la cabeza pero sobreviviré.
  • Me alegro.

Silencio otra vez. No se porque pero no quería hablar sobre lo que había sucedido, aunque era inevitable que lo hablaríamos. No quería hablar porque eso significaría que había pasado y que como había pasado ya, pues se quedaría ahí y eso era exactamente algo que no quería que pasase, me estaba volviendo loca pero la verdad era que no quería que lo que había pasado se acabase. Si, ciertamente me estaba volviendo loca, joder, me acababa de acostar con mi mejor amigo y quería volver a repetirlo. Dios la experiencia había sido gloriosa, jamas me había sucedido nada igual con otro chico, no es que me hubiesen dejado a medias, sino que David fue tan bueno, tan atento, se preocupo primero de mi placer y luego del suyo, joder me había dado dos orgasmos, no dos orgasmos normales, dos orgasmazos que me habían dejado exhausta. Pero tenia que ser realista, era algo que no volvería a pasar y ya solo pensaba en que mi amistad con David no saliera perjudicada. No quería que nada cambiara, todo era perfecto como estaba y no iba a permitir que un polvo de escándalo lo jodiera.

  • Cris tenemos que hablar.
  • Lo imaginaba.
  • Bien ehhh... esto no es fácil...
  • Para mi tampoco.
  • Ya me imagino. Bueno, en fin, lo que ha pasado ha sido... increíble.
  • Estoy de acuerdo, ¿pero?
  • ¿Pero? ¿Como que pero?
  • Siempre hay un pero.
  • No pensaba añadir ningún pero.
  • ¿Entonces?
  • ¿Que?
  • ¿Que hacemos?, ¿que va a pasar?
  • Bien en fin, esto fue algo que los dos quisimos ¿no?
  • Bueno, si, sucedió y si te soy sincera no me arrepiento y lo disfruté mucho.
  • Me pasa lo mismo.
  • Pero es complicado.
  • Si, lo es, tremendamente complicado. Aunque hay una solución.
  • Te escucho.
  • Antes contestame una pregunta.
  • Tu dirás.
  • ¿Estarías dispuesta a repetirlo?

Me quedé en silencio. Tenia que pensarlo seriamente. Mi cuerpo en cuanto formuló la pregunta respondió enseguida: sí; pero mi sentido común me dijo que me lo pensara detenidamente. Había muchos pros y contras, estuve sopesándolo y al final contesté.

  • Si
  • Vale, yo también.
  • Ahora explicate.
  • Haber, nosotros somos amigos, buenos amigos diría yo y no vamos a dejar que lo que ha pasado destroce las cosas ¿no?
  • Espero que no.
  • A mi me a gustado mucho lo que ha pasado, muchísimo, lo he disfrutado enormemente y creo que tu también.
  • Si.
  • Bien, como ya he dicho, los dos somos amigos, no vamos a dejar que esto cambie las cosas, los dos lo hemos disfrutado y a los dos nos gustaría repetirlo. Ademas, ni tu ni yo tenemos pareja estable y … bueno, el sexo es necesario en una persona así que... ¿porque no …

No lo deje terminar y termine yo por él, ya sabia por donde iba.

  • ¿Porque no mantenemos relaciones sexuales eventualmente? ¿Es eso?
  • Eh... si, mas o menos. Seria como una liberación, yo me acuesto contigo, tu conmigo, disfrutamos los dos y ya está.
  • Y ¿que pasa con estos?
  • Bueno, tanto tu como yo somos bastante celosos de nuestra vida privada así que he pensado que podríamos mantenerlo en secreto.

No contesté, necesitaba pensar. La verdad era que el arreglo estaba bien, no bien, estaba genial y decidí tirar para delante y no pensar en las consecuencias.

  • Estas diciendo que mantengamos una relación clandestina basada únicamente en el sexo, que cuando estemos a solas disfrutemos con nuestros cuerpos y que cuando estemos con los demás sea como si nada, como si siguiésemos siendo los mejores amigos del mundo.
  • Eh..., básicamente sí. Pero no te enfades, no quiero que te molestes conmigo, si no quieres no pasa nada.
  • Esta bien, acepto pero con alguna que otra condición.
  • Cual.
  • Para empezar necesito estar segura de que esto no lo va a saber nadie.
  • Hecho.
  • También quiero que pase lo que pase siempre intentaremos ser amigos, como antes, no quiero perder lo que tenemos.
  • A mi tampoco me hace gracia perder tu amistad, así que estoy contigo.
  • Quiero recalcar que seria solo sexo, si alguno de los dos empieza a conocer a alguien no habría ningún problema, porque es sin ataduras.
  • Bien.
  • No habría besos en la boca durante nuestras experiencias, no... podría...
  • No lo entiendo pero vale, como tu quieras.
  • Ya lo entenderás algún día, pero prometemelo.
  • Prometido.
  • Vale y por ultimo, si alguno decide cortar esta especie de acuerdo, el otro no debe oponerse.
  • Me parece justo, ¿es todo?
  • Si.
  • Bien, pues yo acepto.
  • Yo ya he puesto mis condiciones y las aceptas, ¿tienes alguna condición que poner?
  • Creo que no, solo respeto mutuo y ya está.
  • Siempre nos hemos respetado.
  • Si, contigo es fácil. Entonces aceptas el trato.
  • Espero no equivocarme o arrepentirme, pero si.
  • Yo también espero que no suceda nada de eso.

Me gire y lo miré, él también me miraba.

  • Será mejor que duermas algo, todavía es pronto para levantarse – me dijo.
  • Sí, creo que lo haré. ¿Y tu?
  • Es posible que también me duerma.

Me giré de espaldas a él y él también me dio la espalda. No creí poder dormirme después de lo que había pasado, la verdad es que estaba cansada de la fiesta de por la noche y también de ejercicio extra de después pero no estoy acostumbrada a dormir desnuda y ademas también estaba todavía nerviosa por lo que había pasado y sobre todo por como habíamos quedado. Con estos pensamientos estaba cuando de repente me despertó David.

  • Cris, es hora de levantarse.
  • Mmm, ¿me he dormido?
  • Si, venga vamos.

Me levanté sin recordar mi desnudez y me estiré. David ya se había puesto los pantalones y los zapatos y estaba cogiendo su camiseta cuando se me quedó mirando. Bueno, no me miraba a mi, sino a mis pechos, que con el estiramiento estaban erguidos. Le miré con cara de malas pulgas.

  • Oye!
  • ¿Que?
  • Cortate.
  • Soy un hombre y si hay una mujer desnuda en mi cama no pienso cerrar los ojos.

Vale, tenia razón. Me tape y recogí como pude la ropa y me vestí. Abrimos la ventana para airear la habitación que olía a sexo que tiraba para atrás y la recogimos hasta dejarla como estaba. Luego nos fuimos, yo para mi casa y él con el coche para su pueblo.

Por la tarde y ya después de una buena siesta salí a la calle para encontrarme con estos. David no estaba. No se porque pero creí que los demás me lo notarían, me notarían que me había pasado algo y al final terminarían descubriendo el qué y eso me asustaba terriblemente. Intenté comportarme lo mas normal que pude y parece que pasé desapercibida. Me preguntaron como había terminado David y explique que bien, como lo deje en el sofá y yo que dormí en su cama. Acordamos decir eso porque estos saben como es David y saben que él nunca dejaría que una mujer dormiría en un sofá pudiendo hacerlo en una cama. Al parecer se lo creyeron porque no volvieron a preguntar. David no vino en toda la tarde y no pude evitar preguntarme como estaría, estaba un pelín preocupada. Me fui mas pronto que otros días a casa, alegando que estaba cansadilla y de camino le llamé. Me dijo que estaba bien aunque tenia una resaca del copón y que no había bajado para quedarse poco tiempo pues decía que estaba para el arrastre.

Al día siguiente, ya por la tarde nos reunimos todos los amigos donde siempre. Esta vez que llegué, si que estaba David. Se le veía bien y tranquilo, la nerviosa era yo. Saludé como siempre y me senté. Estaba bastante callada para lo que es habitual en mi, pues creía que si hablaba se me notaria algo. No me había parado a pensarlo hasta ese momento pero ahora me daba cuenta de lo frío que resultó el trato que hicimos. Esa tarde, como digo estuve bastante espesa. Supuse que seria por lo que ocurrió y por estar engañando a estos, no estoy acostumbrada a mentir y eso también me afectaba, pero también supuse que con el paso de los días lo llevaría mejor. David y yo hablamos tranquilamente y como cualquier otro día de temas sin importancia y vanos, como haríamos normalmente, bueno, lo poco que hablamos. En realidad sacaba él el tema. Me di cuenta de que lo hacia para disimular. Joder que poco le costaba a él estar tan normal, con lo difícil que se me estaba haciendo a mi.

Estuvimos casi dos semanas en ese plan. Día a día se me hacia mas fácil actuar normal y fue casi como si no hubiera pasado nada, pero en casa, cuando lo recordaba, sabia que había pasado. Pensé en cuando seria el próximo encuentro. En cuando y donde seria y en como quedaríamos o que excusa daríamos. Debíamos haber hablado de eso después de acostarnos, así ahora no seria tan difícil “quedar”, pero bueno, supuse que cuando él querría quedar pues que me lo diría. Total, los tíos tienen mas ganas de este tipo de necesidad, aunque yo lo estaba deseando. Si, lo deseaba, deseaba volver a acostarme con él, necesitaba desahogarme, descargarme,  pero ni loca lo iba a llamar yo y decírselo, si él lo quería que me lo dijera él, aunque tuviera que esperar bastante.

Un viernes noche, por cambiar de rutina, decidimos ir al circuito, a ver que plan había. Íbamos tres coches, en uno iban dos parejas, en otro iban cuatro chicos inclusive el conductor y otro era el de David. Yo, normalmente me montaba en el que iban las dos parejas, o con David pero con mas gente. Esa noche podíamos haber ido dos coches porque entrabamos pero David dijo que luego tenia que hacer algo por Logroño con el coche, que por eso lo llevaba. Un amigo, que solía ir siempre con David de copiloto se fue a montar delante pero él lo cortó y dijo que el sitio era para mi. Me quedé blanca cuando lo escuché. Empezaron a vacilarle conmigo pero él los cortó y dijo que prefería ir al circuito con una chica guapa al lado que con el otro, que prefería verme a mi a su lado que a él. Yo flipaba. Dije que no me importaba montarme atrás y tal pero como que casi me obligó. Nuestro amigo dijo que se iba con otro para darnos intimidad si es lo que queríamos. Lo dijo en plan de coña pero creí que lo decía porque nos había pillado. Me dio un vuelco el corazón y me obligué a tranquilizarme. Al final fuimos así: David y yo solos en su coche, dos parejas en uno y cuatro chicos en otro. En el circuito vimos a gente, saludamos a los conocidos y charlamos con ellos, estos se echaron su chiflillo y nada, después de una hora mas o menos decidimos irnos. Antes de montar en los coches David dijo que tenia que hacer un recadillo, dijo que me bajara con alguno de los otros o que lo acompañara, que supuestamente no iba a tardar. Estos me animaron a bajarme con ellos pero dije que no me importaba acompañarle, que total para estar sentada en un banco prefería ir con él. Pues bien, estos se bajaron y David y yo nos fuimos a su recado.

-En realidad, debo confesártelo pero no tengo que hacer ningún recado.

Vale, no entiendo.

  • ¿Entonces?
  • Quería, bueno, no sabia como decírtelo sin que se notara pero quería estar a solas contigo.
  • Oh.
  • ¿Te parece mal? ¿No... no quieres? Si eso bajamos ya que no hay ningún problema.
  • Busca un sitio donde podamos hablar tranquilos.
  • Si, bien, eh... ya está, ya se donde.

No pregunté. Me giré y estuve todo el viaje en silencio y mirando por la ventanilla. Necesitaba pensar. Quería estar a solas conmigo. Tal vez quería volver a acostarse conmigo, bien yo ciertamente si que quería con él solo que no me lo había imaginado así, no se, esto era como una chapucilla pero era lo que había, ninguno de los dos era experto en relaciones sexuales clandestinas. Cuando me di cuenta estaba entrando en el barrio. Que coño pero ¿donde iba?. Se dirigió a las huertas, en una bastante apartada metió el coche y aparcó.

  • Es de mi familia así que no hay problema.
  • Bien.
  • Esto... Cris, lo siento si te ha molestado, no era mi intención, si es por lo que piensas... bien no es por eso...
  • Calla!
  • Si, será mejor que me callé, la estoy cagando de mas.

Silencio incomodo.

-¿Para que querías que estuviéramos a solas?

-Yo... no sé, quería estar contigo, nada mas.

-Voy a tomar un poco de aire – abrí la puerta y salí.

Salí y me apoye en el capó del coche. Él salió y se apoyó a mi lado.

  • Lo siento – dijo.
  • No te… preocupes.

Empecé a temblar de frío. Repentinamente, David me agarró de la cintura y me puso delante de él, me abrazó para darme calor. No me lo esperaba pero me gustó ese gesto. No es que él y yo no nos hubiésemos abrazado nunca, es mas, solíamos ser bastante cariñosos entre nosotros, que si besitos, que si abrazos, que si te agarro la mano, ect, pero eso me resultó demasiado íntimo, aunque por nada del mundo quería apartarme. Apoyé mi cabeza ladeada en la curva de su cuello y así me intenté relajarme, aunque estaba un poco nervio silla.

  • Será mejor que nos volvamos al coche, no quiero que te resfríes.
  • Mmm, no.
  • Si, vamos, montemos atrás.

Alarma, quería que estuviésemos en la parte trasera del coche, no se si para seguir abrazándome o para … en fin. Montamos atrás y el siguió abrazándome, tenia frió aunque llevaba una chaqueta no paraba de temblar.

  • ¿Estas bien? ¿No estarás enferma?
  • No, estoy bien, ya... se me pasa.
  • Si es por que piensas que... tranquila que no...

Le tapé la boca con la mano.

  • Shhh, calla. Solo abrazame anda.
  • Como quieras, pero si estas incómoda...
  • No estoy incómoda, contigo no.

Se calló y despistadamente comenzó a acariciarme el pelo. Estaba pensativo. Entonces y no se como fui capaz de hacerlo pregunté.

-¿No quieres... bien, volver a estar... conmigo?

-Sí, claro que si pero...

-Calla.

Volví a taparle la boca con la mano. Luego, cuando aseguré que no iba a hablar, atrevidamente le acaricié el pecho sobre la ropa. Le miré a los ojos mientras le bajaba la cremallera de la chaqueta, le metí la mano bajo la camiseta y le acaricié la piel del pecho. Enredé mis dedos entre sus pelillos y rocé suavemente sus pezones. Suspiró y cerró los ojos. Seguí acariciándole el pecho y cada vez bajaba mas la mano hasta su estomago, ahí jugueteé con su tira vertical de pelos aquella que se pierde bajo sus pantalones. Me agarró la mano y levanté los ojos para mirarle. Me miraba directamente, en sus ojos vi deseo y yo lo deseé a él. Me agarró por la cintura y me levantó para sentarme sobre sus rodillas frente a él, era una postura tremendamente erótica y que no habíamos probado aquella vez. Me acaricio el culo sobre el pantalón y no aguanté mas y me lancé a su cuello. Empecé a darle pequeños besitos, mordisquitos, lametones...

  • No me dejes huella que si no...
  • No te preocupes.

Seguí a lo mío y él a lo suyo, amasando mi culo. Luego metió la mano bajo mis numerosas capas superiores de ropa y me acarició la espalda. Se me puso la piel de gallina. Dirigió las manos a la parte delantera y sobre el sujetador me acarició los pechos. Se me escapó un supergemido en su oreja, la cual ahora estaba mordiendo.

  • Cris... Dios...

Se le notaba super excitado.

  • Tenemos que parar... sino...
  • Mmmm, ¿no tienes protección?
  • Si, siempre llevo pero... no podemos...
  • ¿Porque?
  • No quiero acostarme contigo en el coche.

Me separé de él para mirarle a los ojos.

  • ¿No me deseas?
  • Pues claro que te deseo, sino ¿porque iba a estar así?

Me agarró la mano y la dirigió a su entrepierna. Realmente me deseaba, estaba excitado de verdad.

  • ¿Entonces?
  • Me... me parece humillante para ti.

Me quedé en silencio mirándole. Este chico cada día me sorprendía mas.

  • Eres increíble, ¿lo sabes? - le dije tiernamente.
  • ¿Lo soy?
  • Si. Cada día alucino mas contigo. Pero eso -le señalé el bulto- no se va a bajar así como así, ademas te tiene que doler.
  • Bah, tampoco duele tanto...
  • Ya pero... yo no quiero dejarte así...

Dirigí mis manos a su botón del vaquero pero no lo desabroché, esperaba su aprobación.

  • Si tu quieres...
  • Eh, bueno...

Bien, había aceptado así que lo haría disfrutar un rato.

  • Pero debo decirte que no pienso hacerlo con la boca.
  • No me esperaba lo contrario de ti.
  • No es que no lo haya hecho ni que sea una estrecha ni nada por el estilo, solo que no lo hago así como así.

Me agarró la barbilla con la mano para que alzara la vista y lo mirara a los ojos.

  • Jamas pensaría nada malo de ti, eres estupenda.

No le contesté, simplemente le desabroché el botón y bajé su cremallera. Bajé también como pude su calzoncillo y ahí apareció su miembro, ya abultado. Me concentré en darle placer. Lo cogí y lo acaricié suavemente, estaba un poco seco y no friccionaba bien. Me escupí en la mano y pasé mi saliva por todo el tronco. Corrí la piel de la punta y apareció sonrosadita, vale, necesitaba urgentemente descargarse. Comencé a agitársela, primero despacito y según friccionaba mejor aumenté el ritmo para luego volver a bajarlo. No quería que se corriese demasiado rápido, quería que lo disfrutara un rato. Empezó a suspirar y a gemir suavemente y estos gemidos empezaron a aumentar de volumen gradualmente. Eso me encantó, saber que tenia un poder sobre él hizo que me esmerara mas todavía si cabe la cosa. Él no se quedó quieto y me abrió la chaqueta, luego la camisa que llevaba y finalmente sacó un pecho por encima del sujetador. Comenzó a acariciarlo con la mano, pero se lo terminó metiendo en la boca y lo mordía y chupaba con ganas y fuerza. Luego dirigió su mano a mi pantalón, a la bragueta y la abrió, intentó meter la mano pero era un poco difícil.

  • Dios... Cris... yo también quiero ayudarte...
  • Calla y disfruta.
  • Ya lo hago.
  • Pues ya está, a mi me vale.
  • Pero no es justo, mmm, yo quiero hacerte gozar, me gusta cuando llegas al orgasmo...
  • Otro día, no te preocupes, ahora dejame hacerlo bien.
  • No, si lo estas haciendo genial.

Retiró su mano de mi pantalón después de abrochármelo y se contentó con excitarme los pechos. Cambiaba la boca de un pecho a otro para atormentarlos a los dos exquisitamente, o subía al cuello y a la oreja y me los mordisqueaba. Seguí agitando su miembro, que ya estaba en su máxima expresión y parecía que iba a explotar con una mano. Con la otra rozaba sus testículos. Se separó de mis pechos y se apoyó en el respaldo del asiento, así cerró los ojos, disfrutando.

  • Oh, Dios... como sigas así no voy a aguantar mas...
  • No te aguantes.

Con la mano de los testículos revolví en mi bolso y saqué el paquete de pañuelos, lo abrí y saqué uno, preparándome para su descarga, para que no manchara mucho. Deje en pañuelo en mis rodillas y volví a concentrarme en la tarea. Puso su mano sobre la mía, algo que me resultó terriblemente erótico y eligió él el ritmo a marcar. Parecía que le gustaba fuerte cuando estaba a punto de llegar. Compaginamos bien su mano con mi mano y entonces lo supe, lo note. Agarré el pañuelo con la otra mano mientras se corría sobre su estomago, su mano y mi mano soltando varios chorros potentísimos y unos gemidos que me pusieron cachondísima. Después le limpié. Él seguía con los ojos cerrados dejándose limpiar y descansando. Yo cuando termino tiré el pañuelo por la puerta y me recosté también sobre el asiento dejando al igual que David que nuestras respiraciones se relajaran. Pasado un rato David abrió los ojos y habló.

-Ha sido... genial.

-¿Te ha gustado?

-Joder pues claro, ha sido... bien, celestial podría decir.

-Eso se lo dirás a todas.

-Que va.

-Bien, da igual.

-Cris en serio, te... lo agradezco y te juro que mi intención no era que pasase nada

  • Ya lo sé, yo...quise.
  • Y yo no quiero dejarte... bien, ni siquiera podría decir a medias porque no ha pasado nada.
  • Da igual de verdad, a mi me ha gustado satisfacerte.
  • Ya pero a mi me gusta complacer a las mujeres con las que estoy, nunca una mujer me ha dado placer y luego se ha ido de vacío.
  • No me he ido de vacío, te he dado placer a ti y yo también he quedado satisfecha, o que crees que no me he excitado.
  • Pues... si te has excitado te vas a ir a casa con todo el calentón sin apagar...
  • Hay calla ya o te juro que te golpeo donde mas te duele eh!De verdad, yo estoy bien.

Sonrió. Cogió mi mano y entrelazó sus dedos con los míos. Estas muestras de cariño eran frecuentes entre nosotros pero en ese momento resultaba muy intimas.

  • Quiero compensarte.
  • ¿Como?
  • Acostándonos.
  • Compensarme a mi o a ti.
  • Bien, supongo que a los dos, pero sobretodo a ti, te daré el mayor placer que nunca nadie te ha dado, te llevaré de un orgasmo a otro continuamente y luego te haré el amor hasta que me supliques que pare.
  • No me gusta suplicar.
  • Pero lo harás.
  • Eso lo veremos.
  • ¿Me estas retando?
  • Puede.

Sonreímos los dos.

  • Sabes, por muy bien que me lo esté pasando deberíamos volver o estos llamaran o se pensarán cualquier cosa – dije.
  • Tienes razón.

Nos bajamos de la parte trasera y nos subimos a la delantera. + Espera, ¿estamos bien?¿tu dirías que ha pasado algo? + No, yo diría que esta todo correcto.

Arrancó el coche y nos fuimos de ahí. Por el camino íbamos hablando.

  • ¿Como o cuando quedaremos? Quiero decir... esto a sido un chasco, no sabiendo como encontrarnos a solas, no se, llamándonos o yo que sé- dije
  • Vuelves a tener razón, ha sido un poco desastre. Yo quería estar contigo a solas pero no sabia ni como decírtelo, no quiero que pienses que es solo para acostarnos y ya esta, como si fueras un instrumento o algo así porque no lo eres, así que dejé que pasara el tiempo y... bueno, tampoco fue buena idea. Creo que lo mejor es que seamos sinceros, cuando queramos quedar pues que uno lo diga y si él otro tiene algún problema que también lo diga. Si te digo la verdad, creo que esto solo va a funcionar si somos sinceros el uno con el otro.
  • Estoy de acuerdo.
  • Entonces no te preocupes por cuando quedaremos, yo te aviso y no te preocupes por eso, yo me ocupo de todo.
  • Eres un ángel.
  • No creo que lo sea, solo pienso que es problema del chico preocuparse.
  • Por cierto, ¿que les vas a decir a estos de donde hemos estado? Porque van a preguntar.
  • Les voy a decir que no es asunto suyo, que no les importa. Y tu tienes que decirles que te quedaste todo el rato en el coche, que yo tardé bastante y que no sabes nada.
  • Ok.

Llegamos. Nos preguntaron y dimos nuestras contestaciones y las aceptaron. Estuvimos tan tranquilos como siempre y pasado un rato me fui para casa. David quiso acompañarme pero le dije que no hacia falta.

Así pasamos unos días normales con los amigos. Una tarde, justo cuando iba a salir me sonó el móvil. Era él y quería quedar. Le dije que bien y quedó en pasar a recogerme en media hora. Me desvestí y me duché. Me puse otra ropa, algo mas provocativa y sexy, no se porqué pero quería estar guapa para él, quería impresionarle. En media hora me estaba esperando abajo. Se me pasó por la cabeza que, al salir del barrio nos verían estos y que todo se jodería pero tuvimos suerte y no nos los encontramos. Me llevó a su casa en el pueblo. Entramos y fuimos a su cuarto. Nos sentamos.

  • Mis padres no están y mi hermano trabaja, así que estamos solos.
  • No pensaras que... ¿y si aparecen?
  • No van a venir hasta mas tarde y para esa hora ya nos habremos ido. ¿Es que no quieres...?
  • No, si pero,... si por un casual apareciera alguien...
  • Bueno, ya te digo que no es el caso, pero si aparecieran, podríamos salir por la puerta de atrás. Tu no te preocupes por eso que no va a pasar nada.
  • Pero...
  • Solo dejame resarcirme por lo del otro día -  dijo besándome en el cuello - te lo debo...
  • No me debes nada, lo hice porque quise no para que luego me lo devolvieras.
  • Ah, pero yo tengo toda la intención de devolvértelo, y ademas con intereses. Si es que quieres claro, tu decides.

Necesitaba pensar. Claro que quería acostarme con él. Me gustó la primera vez que lo hicimos, me hizo sentir bien, me hizo disfrutar pero ahora era diferente, ahora podrían pillarnos y si eso ocurría me iba a morir de vergüenza y no podría mirar a su familia a la cara, ademas seguro que se correría la voz y todo el mundo se enteraría, inclusive los amigos y mi familia. Tenia mucho que perder y solo una cosa que ganar,  pero maldita sea, era una cosa demasiado grande.

  • Piensa en la excitación que tiene el correr el riesgo de ser pillados, aunque ya te digo que no es probable.
  • Eh...
  • Venga, no me digas que te has puesto tan guapa para nada.
  • ¿Te... te gusta como voy?
  • Como no me va a gustar! Estas que te rompes. Si se me esta poniendo dura de solo mirarte.

Silencio.

  • Vamos Cris, no me digas que ahora te has vuelto timidilla, eso no te pega, tu siempre has sido muy fogosa.
  • No es que no quiera, solo que... bien, me estoy imaginando la cara de tu madre pillándonos mientras nos lo montamos y te aseguro que la vision no es muy divertida que digamos.
  • Hey, no pienses, solo dejate llevar. Venga.
  • Esta bien, pero hagamoslo rápido, cuanto antes terminemos, antes me sentiré tranquila.
  • Ah no, no pienso correr y hacerlo mal, esto lo vas a disfrutar lentamente.

Quise protestar pero me silenció con la mano.

  • Solo dejate llevar y disfruta.

Me puso de pie y me deje llevar. Me fue desnudando poco a poco. Cuando estuve desnuda se desnudó él y nos tumbamos en la cama. Empezó estimulandome los pechos, los acariciaba, lamia, succionaba y mordisqueaba hasta que tenia los pezones duros y marcados con sus dientes, seguro que me quedarían marcas. Bajó una mano a mi vagina y comenzó a acariciarmela. Yo empecé a arquearme contra él, necesitándolo. Quise acariciar su erección pero no me dejó, dijo que hoy solo existía yo. Introdujo un dedo en mi vagina pero estaba tan mojada que inmediatamente metió otro y empezó un mete saca lento que aumentó de ritmo y que me hizo aullar de placer cuando llegué a mi primer orgasmo. Exhausta y falta de respiracion me dejo descansar, mostrándome su mejor sonrisilla.

  • Cariño, descansa que solo acabamos de empezar.
  • No creo que aguante nada mas, te lo juro.
  • Ah, pero vas a aguantar, te voy a dejar tan satisfecha que no lo vas a olvidar en tu vida.

Y dicho esto empezó otra vez a estimularme los pechos y la entrepierna. Le pedí que me penetrara ya, que lo necesitaba pero dijo que todavía era pronto. Unos minutos después y casi alcanzando mi segundo orgasmo le dije:

  • Joder David, ya, que no aguanto.
  • Te dije que suplicarías.
  • No, dijiste que suplicaría que parases y creo que eso no lo he hecho.
  • Bueno da igual, estas suplicando que no pare, que es infinitamente mejor.
  • No estoy suplicando.

Me acarició mas rápido y fuerte.

  • Vale, te lo suplico – dije cerca del orgasmo- hazlo ya por favor, metémela.

Se sonrió y contestó.

  • Como mandes.

Cogio el preservativo que había dejado en la mesilla y se lo puso.

  • Para que luego digan que no soy bien mandado.

Y me empaló profundamente de una estocada. No necesitó un segundo bombeo pues empecé a convulsionarme, alcanzando mi segundo orgasmo de la noche, y eso que él todavía no había llegado.

Dejó que me recuperara, esta vez me costó mas. Cuando me recuperé y exhaustísima como estaba empezó a bombear lentamente. Al cabo del rato empezó a aumentar el ritmo, él también estaba disfrutando y eso se notaba. Alcanzó un ritmo frenético durante varios minutos y yo a la vez alcanzaba mi tercer y cuarto orgasmo cuando él explotó. Inmediatamente se retiró de encima de mi y caímos los dos rendidos sobre la cama. No nos movíamos de lo agotados que estábamos.

  • Sabes, llevamos dos horas de intenso sexo – dijo.
  • ¿Solo?
  • ¿Te parece poco? Te has quedado con ganas ¿o que?
  • No, no estoy mas que satisfecha, solo que pensé que había pasado mas tiempo.
  • Bueno, soy bastante bueno pero tampoco soy un actor, no aguanto tanto.
  • Creído, ja, bastante bueno dice – dije para picarle.
  • Si no has quedado a gusto tal vez podría...
  • No, estoy servida.
  • Entonces si no te parezco bueno tal vez esto no debería repetirse.
  • Eh que yo no he dicho lo contrario.
  • Pero ha sonado como que si.
  • Oh calla ya, egocéntrico, lo único que quieres es que te diga que ha sido estupendo, pues vale, si, ha sido genial, alucinante, he disfrutado como nunca. Ya esta, ¿contento?
  • Si, bastante.

Me rodeó con su brazo y me acercó a él. Me apoyé en su pecho sudoroso, pero me dio igual.

  • Por cierto, te has pasado con mis pechos, seguro que me salen moratones.
  • Ja no me eches la culpa que a ti te gusta que te lo haga duro o no.
  • Bueno si pero... mira- dije señalándome.

Se irguió para mirarmelos.

  • Ahí va, lo siento Cris, no quería...
  • Bueno, ya no se puede hacer nada así que no te preocupes, ademas, como tu has dicho, me gusta duro.
  • Ya pero, lo siento.
  • Esta bien, perdonado.
  • ¿Porque no te das una ducha?
  • Que lo dices para compensarlo.
  • No, para que te sientas mejor, no sudada y pegajosa.
  • Creo que voy a aceptar.
  • Date prisa que luego voy yo.

Cogí mis cosas y me metí a la ducha, una ducha fresca que me vino genial. Cuando salí entró David y mientras se duchaba miré el móvil, tenia varias perdidas de estos. Al poco rato salió ya vestido. Cogimos el coche y nos marchamos a reunirnos con estos. La mentira que contariamos sería que había subido a Logroño porque había quedado con una amiga, una que afortunadamente no tenia en común con estos y que cuando bajaba andando me paró David ya en la entrada del barrio. Y él había subido a mirarse unas zapatillas que casualmente se quería comprar. Cuando llegamos nos preguntaron y contamos nuestra historia. Me dijeron que me habían llamado y contesté que lo tenia en silencio, no sospecharon nada porque me lo dejaba muchas veces en silencio y no me acordaba luego de cambiarlo.

La siguiente vez que quedamos fue un sábado un par de fines de semana después, viniendo de fiesta. Bajamos antes de lo normal, agregando que me dolía la cabeza. Me bajo David en coche, que lo había subido y no iba a beber. Subimos a la hora de siempre y cuando vi que mejor se lo estaba pasando el resto empecé a fingir y David dijo que él me bajaba, que también se iba. Como habíamos previsto, estos se lo estaban pasando tan bien y era bastante pronto y se quedaron. Fuimos a casa de sus abuelos y nos acostamos ahí de nuevo. Después de un buen rato de buen sexo, nos vestimos e insistió en acompañarme a casa.

Así llegamos a julio. Y decidimos irnos todos juntos de vacaciones. Pillamos una oferta en un hotel y nos fuimos. Íbamos las dos parejas que compartían habitación Diego-Carlota y Óscar-Noe, dos amigos, Jorge y Victor que también compartian y David y yo que teníamos una habitación para cada uno. El lugar era Salou e íbamos a pasar una semana grandiosa. David y yo lo hablamos, que si aprovechariamos a acostarnos alli pero no dijimos conclusiones, todo se vería. Cogimos el bus, nos despedimos del resto de amigos que no venían pero que nos acompañaron a la estación de buses y después de un viaje llegamos. En el hotel dejamos las maletas y nos dimos una ducha. Luego fuimos reuniendonos todos en la habitación de los dos chicos. Allí fuimos todos juntos a cenar, que se cenaba super pronto y luego fuimos a dar una vuelta por la playa pero nada de salir de fiesta que estábamos agotados.

A la mañana siguiente bajamos a desayunar y luego fuimos a la playa. Estuvimos tomando sol, jugando con la pelota y bañandonos hasta que nos dio hambre. Después, antes de irnos al hotel para comer quedamos en encontrarnos en el comedor con David y Jorge, uno de nuestros amigos, que iban a ir por ahí buscando un supermercado. Pensamos en lo del supermercado para comprar algo de comida, ya que como se comía siempre super pronto en el hotel, podríamos comprar algo y hacernos algunos bocadillos para almorzar en la playa los días siguientes o para merendar o mismamente para recenar o cuando volviésemos de fiesta, que seguro que nos vendría bien. Como digo, David y Jorge se fueron a buscar eso, mientras, nosotros estaríamos en la piscina del hotel quitándonos la arena y luego secándonos antes de ir a coger sitio para comer.

Cuando se hizo la hora fuimos al comedor y pillamos una mesa grande. Estos no tardaron en venir. Dijeron que lo habían encontrado y que habían comprado pan y algo de embutido, paté y algunas bebidas también para salir con puntito esa noche.

Por la tarde y después de echarnos una mini siesta volvimos a la playa con algunos bocadillos hechos. Merendamos y luego fuimos al hotel, a ducharnos y cambiarnos para salir de marcha esa noche. Bajamos a cenar todo guapos y luego regresamos a recoger las bebidas a la habitación y salimos. Paseamos un poco por la playa, pues todavía era pronto para ir a la zona de marcha y sobre las doce y algo empezamos a beber. Cuando terminamos tuvimos que coger un bus para ir al lugar. Llegamos y ya había ambiente. Había un montón de guiris borrachisimos. Entramos a una discoteca y nos pedimos algo. Estos se quedaron en la barra mientras nosotras bailábamos. Se nos acercaron un grupo de chicos a ligar e inmediatamente se acercaron estos para reclamar su territorio. Cada novio fue con su novia pero a mi vinieron los chicos solteros a “protegerme”. Me hizo gracia y me sentí alagada pero les dije en plan de coña que así no iba a ligar. Me preguntaron que si quería ligar y les dije que realmente no. Pasó el tiempo y nos lo estábamos pasando genial. Cuando empezó a decaer el ambiente nos marchamos. Llegamos al hotel a tiempo para desayunar y después a dormir. Quedamos antes que nada en que uno se despertaría primero y se encargaría de despertarnos a todos a tiempo para bajar a comer. Quedamos en esto porque como todo lo habíamos pagado, todo lo íbamos a disfrutar. Tocó a una chica. Y con estas estábamos que nos fuimos a dormir. Cuando mejor estaba me llamaron a la puerta. Abrí, eran estos, que ya era hora de levantarse. Me duche, me puse una playera y fui a la habitación de uno de estos. Allí todavía faltaba gente. Cuando nos reunimos, bajamos todos juntos. Durante la comida estuvimos hablando del plan del día. Quedamos en bajar a tomar el sol a la piscina, allí bajo las sombrillas podríamos echarnos la siesta los que quisieran y luego a arreglarnos para cenar y volver a salir de marcha.

Ese era el plan que hacíamos todos los días. Normalmente no cambiaba nada, bueno, una noche le entró una chica a David, lo noté dubitativo, así que me acerqué a él disimuladamente y fui al grano. Le dije que si se quería liar con ella que adelante, que por mi no había ningún problema. O eso creía yo, pues cuando lo vi liándose con ella me sentí molesta. Dos noches antes de irnos nos la enganchamos bastante gorda David y yo. Cuando se hizo de día pedimos que no nos molestaran. El plan para ese día era ir a dar una vuelta por los chiringuitos después de estar en la playa pero David y yo dijimos que necesitábamos descansar si queríamos salir esa última noche. Así que los demás se irían por ahí mientras él y yo dormiríamos la siesta y luego ya quedaríamos con ellos. Estaba durmiendo cuando golpearon mi puerta. Me levanté y abrí. Entró David. Dijo que se acababa de despertar y la verdad es que lo parecía pues tenia un careto y unas pintas que lo confirmaban. Se tiró sobre la cama, se le veía reventado. Dije que me iba a dar una ducha, que necesitaba espabilarme. Entré al baño y encendí en grifo para que saliera agua caliente, mientras iba ordenando un poco la habitación y preparando la ropa que me iba a poner. Se levantó y fue al baño y ahí puso el tapón del agua para que se llenara la bañera. Le pregunté que qué hacia pero me dijo que ya lo vería y que me dejara hacer. La verdad es que desde que lo vi con esa chica enrollándose me había sentido mal, me había molestado mogollón y sin querer había cambiado con él, lo trataba diferente, menos íntimamente, mas como a un amigo normal. Ya no hablábamos tanto y pasaba bastante de él. Creo que se dio cuenta de que algo pasaba pero no dijo nada. En parte por eso me la cogí tan gorda la noche anterior, quería olvidar, quería pasármelo bien. Pensé en ligar, incluso tuve oportunidad de estar con un tío, pero no se porque no podía, no delante de él.

Me dejé hacer. Me llevó al baño y allí, en silencio me fue quitando una a una las prendas del pijama hasta que quedé en ropa interior. Me había desnudado muchas veces pero esa fue distinta, esa vez no me besó ni una sola vez el cuello, no me rozó poco a poco todo el cuerpo con lentitud y cariño, no me acarició los pechos. Simplemente me quitó la ropa. Luego me quitó el sujetador. Pensé en que ahora si que se excitaría y me los trabajaría con ganas como hacia siempre pero me equivoque de nuevo. Acto seguido me bajó las bragas como si nada. Luego me dejó y fue a comprobar el agua y ya cerró el grifo. Todo este proceso de quitarme la ropa y probar el agua lo había hecho en silencio hasta ese momento que me dijo una sola palabra: metete. Obedecí y cuando estuve dentro me recosté contra el respaldo de la bañera.

  • Relajate y cierra los ojos.

Nuevamente le hice caso. Note que se movía y quise abrir los ojos para ver que hacia pero me contuve, aunque me costó lo mio. Esperé unos segundos hasta que lo noté cerca. Ahí abrí los ojos y miré lo que hacia. Se había quitado la camiseta para lo que  vendría. Metió una mano en el agua con una esponja, la mojó bien y luego le echó jabón. Comenzó a frotarme con ella. Me excité de inmediato aunque lo que hacia no era para excitarme, solo me estaba lavando. Me restregó con la esponja por todo el cuerpo. Luego sacó la mano y se la secó. Se desvistió y me dijo que le hiciera un hueco. Miré su entrepierna con curiosidad. Necesita saber si estaba cachondo, si le seguía poniendo. Me alegré cuando comprobé su erección. Se sentó a mi espalda y me recostó contra su cuerpo. Me sentí extraña al estar así, nunca me había bañado ningún hombre y tampoco me había bañado con ninguno. Nos quedamos quietos y en silencio durante un rato. Suavemente me acariciaba la pierna con la mano, pero no era un gesto erótico, sino una caricia de cariño. Cuando pasó un rato y antes de que se enfriara el agua volvió a coger la esponja y me enjabonó entera empezando por la espalda. Luego quiso lavarme el pelo pero preferí hacerlo yo. Mientras me lavaba el pelo él se duchaba también. Salió del baño antes que yo. Se rodeó la cintura con una toalla y luego me ayudó a salir y me arropó con otra toalla. Me secó y luego me cubrió con ella. Me levantó en brazos y me llevó a la habitación. Sin decir una palabra me tumbó en la cama e hicimos el amor lenta pero apasionadamente. Cuando estábamos a punto de llegar al clímax no se porque pero no me aguanté y lo besé. Supe que era un error en cuanto mis labios tocaron los suyos pero no pude apartarme cuando introdujo su lengua en mi boca y con ella acariciaba la miá. Solo fueron dos besos pero me hicieron llegar al mayor orgasmo que había tenido nunca. Lo disfruté enormemente pero supe que todo había cambiado. Nos quedamos boca arriba, mirando al techo y en silencio.

-Ha sido... brutal – dijo después de un rato.

  • Como siempre.
  • Si pero hoy... no se...
  • Ya, bueno.
  • Me besaste.
  • Lo sé.
  • Me gustó, estuvo bien.
  • Si pero no debió haber pasado.
  • ¿Porque esa manía de no besar?
  • Porque entonces se convertiría en algo mas serio. Para mi los besos son muy importantes y no debí haberte besado, joder esto solo era sexo, nada mas.
  • Pero te gustó.
  • Si.

Silencio de nuevo. Había tomado una decisión y estaba segura de que era la correcta.

  • Deberíamos dejarlo.
  • ¿Porque por el beso?
  • Por todo. Esto se ha complicado demasiado y no me gusta. Mira David, somos amigos y quiero que sea así pero ya no es lo mismo, no para mi por lo menos. Tío llevamos casi cinco meses con esto y como te digo ha sido genial pero tiene que acabar. Tu deberías buscarte a alguien, echarte una novia con la que poder estar con tus amigos, besarla y disfrutar con ella sin tener que esconderte y yo debería hacer lo mismo.

Silencio.

  • Como quieras. Hicimos un trato y lo voy a cumplir.
  • No quiero que cambie nada.
  • No te preocupes.

Afortunadamente noté como vibraba mi móvil. Lo cogí. Eran estos, me llamaban para supuestamente despertarme y para quedar. Les dije que justo me acababa de despertar. Dijeron que iban a llamar también a David pero les dije que no hacia falta, que ahora me pasaba yo a despertarlo. Así que quedé yo con ellos.

  • Puedes ducharte si te apetece – le dije.
  • Prefiero ducharme en mi habitación.
  • Como quieras.

La verdad es que el ambiente estaba raro. Él estaba callado y pensativo y yo estaba en las mismas. Se vistió, se despidió y se marchó a su cuarto. Me sentí vacía cuando se fue y entonces supe que sentía algo mas que amistad por él. Me duché entre lagrimas que se me escaparon y me estaba arreglando cuando llamó a la puerta. Entro y me esperó a que terminara. Salimos y nos reunimos con estos. Nos notaron raros pero dijimos que estábamos con la tontera de la siesta y yo agregué que me dolía la cabeza de la resaca. Esa noche fue una de las peores que pasé y cuando me derrumbé en la cama para dormir unas horitas antes de prepararnos para marchar, lo agradecí. Aunque tampoco es que durmiera mucho.

Ya en casa y saliendo con los amigos por la calle me sentí infinitamente mejor, por lo menos había mas gente y eso se notaba. Llegó el fin de semana y subimos a Logroño de fiesta. Todo como un finde normal.

Así pasaron tres semanas desde que “lo habíamos dejado”. Entre David y yo todo bien, bueno algo había cambiado, me gustaba, pero intentaba que todo fuera normal. Quería que todo fuera como siempre y mas o menos así era, aunque no resultaba fácil. En casa lo pasaba peor pues me ponía a pensar en que me había pillado de mi mejor amigo y en lo que había pasado y sobre todo recordaba el sabor de sus labios sobre los míos y bueno, no era plato de buen gusto. Ese fin de semana también fuimos de fiesta. Y vi algo que supe que pasaría pero que temía. Estábamos en un bar y había una chica que sondeaba a David, estos empezaron a decirle que se liara con ella y después de insistir mucho al final lo hizo. Me quedé de piedra y me entraron ganas de llorar y de largarme de allí pero me obligué a quedarme y a aguantar, total él y yo no eramos nada ni nunca lo fuimos. La verdad es que ahora me daba cuenta de lo tonta que fui, estaba sufriendo las consecuencias de haber mantenido esa relación con él y las estaba sufriendo con creces. David y la chica se marcharon del bar supongo que buscando intimidad y mucho rato  mas tarde volvió él solo. No pude dirigirle la palabra, ni siquiera pude mirarle a la cara, así que lo ignoré. Y como esa noche, lo estuve ignorando durante toda la semana hasta que volvió a llegar el fin de semana y volvimos a subir de fiesta. Decidí que ese finde iba a pasármelo genial, que no tenia porque amargarme. También pensé en liarme con algún pavo pero inmediatamente quité esa idea de mi cabeza, pues no podía, no mientras David siguiera ahí. Aunque dicen que un clavo saca a otro clavo si me liara con otro tío, conociéndome me sentiría sucia y me despreciaría por eso. Pues eso, estábamos en el barrio haciendo el acostumbrado botellón en el que no bebí nada ya que no tenia ganas y luego subimos a Logroño de fiesta. Estábamos en el bar de siempre echando unos bailes, hablando con la gente, en fin lo normal, cuando me crucé con un amigo de un ex mío. Me paré a hablar con él ya que nos habíamos llevado genial y bueno, nos tiramos un buen rato hablando, casi parecía que tonteábamos. Le pregunté por mi ex, por como les iba a los dos (a mi ex y a él), por que hacían, por si estaban con alguien... y él me preguntó mas de lo mismo. A lo de si estaba con alguien no sabia que contestar así que le dije que algo había mas o menos con un chico.

Mientras yo hablaba con este chico, no me di cuenta pero David no me quitaba el ojo de encima. Se estaba rallando. Estaba apoyado en la pared mirando. La verdad es que no disimulaba nada, pero estos no se enteraban de nada. Se le acercó un conocido suyo.

  • Hey tío que rayao te veo – le dijo.
  • No... bueno un poco.
  • ¿Y eso?
  • Nada.
  • Vaya, problemas de faldas ¿no?
  • Algo así.

Se quedaron en silencio.

  • Es una chica con la que mantuve una relación especial, eh... a escondidas del resto de amigos y bueno... hace un mes lo dejamos y...
  • No la puedes olvidar
  • Mas o menos. Veras es complicado, como ya te digo, ella y yo somos amigos de toda la vida, hace tiempo pasó algo y no lo dejamos ahí, continuamos con la relación a escondidas hasta que pasó algo, me besó y todo se complicó. Me dijo que debería buscarme una novia, alguien con quien poder estar delante de mis amigos y … me dejó.
  • Vaya.
  • Entonces yo intenté hacerle caso así que la semana pasada me lié con una tía pero no sentí nada, no me gustó y desde entonces ella no me habla. Dijimos que no cambiarían las cosas pero todo ha cambiado. Ahora ella está tonteando con uno y yo aquí...
  • Muriéndote de celos.

Silencio.

  • Sí - reconoció.
  • Tío pues lo tuyo es bastante fácil. Si te lo dijo ella y todo.
  • ¿De qué hablas?
  • Antes de dejarte te dijo que lo que necesitabas era una chica con la que poder estar delante de tus amigos. O sea que lo que quiere es tener algo público contigo, no nada a escondidas pero como tu no dijiste nada ella terminó acabando vuestra relación.
  • ¿ Estas queriendo decir que ella quiere algo serio conmigo?
  • Exactamente. Es posible que se haya pillado por ti y al ver que tu no querrías estar con ella de cara a la gente prefirió dejarlo aunque eso la destrozara.
  • Oh, Dios. Tienes razón. Ella, siempre que estábamos...juntos nunca …, nosotros nunca nos besábamos pero la última vez... me besó y ahí fue cuando me dejó...
  • Pues ya está, ahora solo tienes que arreglarlo.
  • Sí, decirle que quiero que estemos juntos, que lo sepan nuestros amigos...

Miró para donde estaba yo y vio que ya no estaba y que el chico con el que estaba tampoco estaba.

  • Un poco tarde, ya no está. Se ha ido con el tío con el que tonteaba y seguro que se están liando.
  • Bueno eso no lo sabes.
  • No a ciencia cierta pero es lo mas seguro. A ella no le gusta que la miren mientras se enrolla con un tío, es porque nuestros amigos se ponen pesados, y gritan y arman jaleo, nos avergüenzan a todos y al final todo el mundo nos mira, así que cuando uno de los que no tiene pareja pilla cacho pues se aleja de donde esta el resto.
  • Da igual, ve a por ella, no la pierdas porque se haya liado con un tío, no seas idiota y buscala.

Silencio.

  • Voy, voy a ver si la veo.
  • Eso es.
  • Esto... gracias, te debo una.
  • Nada, tu solo presentamela cuando eso.
  • Eso está hecho.

Y se marchó a la calle.

Mientras yo fui a tomar un poco de aire con el amigo de mi ex y luego entramos a otro bar a saludar a unas amigas del grupo de mi ex con las que me llevaba pero desde que lo dejamos no habíamos tenido mucho contacto personal, por eso y porque ellas se habían ido fuera a estudiar. Aunque por el móvil si que hablábamos de vez en cuando. Estuve un rato hablando con ellos(las chicas y algún chico) pero me despedí y me marché para el bar de siempre. Justo cuando iba a entrar, a la entrada me paró otra amiga. Estaba hablando con ella cuando injustificadamente apareció David, dijo hola, luego dijo que tenia que hablar conmigo, no me dio tiempo ni a despedirme de la chica, me agarró del brazo y me arrastró a una zona bastante apartada de la zona de marcha. Quise protestar pero preferí esperar a estar parados y cara a cara. Se detuvo y me detuvo frente a él. Lo noté raro.

  • ¿Se puede saber que haces?
  • Lo... siento. Quería hablar contigo.
  • Muy bien habla.

Estaba siendo muy borde.

  • Cris, yo...

Silencio.

  • Si...

Esto si que era raro. David siempre hablaba, tenia palabras para todo, lo contestaba todo y ahora era incapaz de decir nada. Y yo me estaba portando fatal con él.

  • Te hecho de menos – dijo.

Vale, no me esperaba eso.

  • Cris, quiero..., no, necesito volver contigo...
  • No, David, hicimos un trato. No puedo volver contigo, no puedo...

De repente me besó. Y yo le respondí. Fue solo un beso pero sentí que me ardía todo el cuerpo.

  • Calla y dejame hablar.

Le contesté que si con la cabeza. Aunque quisiera decir algo no podría pues me había quedado muda. Seguíamos abrazados muy juntitos, mirándonos a los ojos.

  • Necesito volver contigo, necesito tocarte, besarte, oírte reír, hablar, jadear, necesito hacer el amor contigo, necesito salir contigo de la mano, ir juntos a cualquier lado. Cris, quiero que estemos juntos y que todo el mundo lo sepa. No me importa lo que piensen, me da todo igual, solo quiero estar contigo, nada mas.

Ahora si que no podría hablar. Eso era lo que soñaba desde hace tiempo, pero eso era solo un sueño, hasta ahora.

  • No digas nada, solo di que si, que seras mi novia.

Su novia. Si me moría por gritar.

  • No pienses en lo que dirán estos, no pienses en nadie nada mas que en ti y en mi.
  • David...

Le besé. No se lo dije con palabras pero en ese beso iba todo. Le besé con ganas, con rabia y él me lo devolvió de la misma manera.

  • Cris solo existes tú. Me he dado cuenta un poco tarde pero espero que me aceptes. No podría aguantar verte con otro.
  • ¿Y a mi te crees que me gustó verte con otra?
  • Supongo que no. Venga que me dices.
  • Ya sabes lo que te voy a decir. Pero quiero ir despacio.
  • Mientras estés conmigo no me importa al ritmo que vayamos. Aunque creí que te gustaba rápido – dijo con una sonrisilla.
  • Normalmente si, pero esto quiero hacerlo bien.
  • ¿ Es que lo otro esta mal hecho?
  • No pero son cosas diferentes.
  • Yo también quiero que esto salga bien.

Me abraza y yo recuesto mi cabeza sobre su hombro.

  • Dios, no sabes el miedo que tenia de haberte perdido ya. Se me estaba revolviendo el estomago al imaginarte con el tío ese con el que hablabas y …
  • No pasó nada con ese tío, era un amigo de mi ex con el que me llevaba bien. En realidad no pasó nada con ningún tío desde que lo dejamos.
  • Yo …
  • Tú sí, lo sé, te vi.
  • Lo siento.
  • No pasa nada.
  • Si que pasa, te molestó.
  • Bueno pero sobreviví. Estoy aquí ¿no?
  • Si te soy sincero no me gustó. Por eso me marché fuera. En cuanto estuvimos en la calle la dejé ahí y me largué a dar una vuelta.
  • Gracias por contármelo.
  • Ya me siento mejor.

Nos dimos una mini sesión de besos y continuamos hablando.

  • ¿Como vamos a hacer ahora? - pregunté.
  • Poco a poco hemos dicho. Tu dejame a mi no te preocupes.
  • Contigo no tengo que preocuparme de nada.

Mas besos.

  • Deberíamos volver. Hace rato que nos marchamos.- dijo.
  • No. No quiero.
  • Cariño no te preocupes, vamos a tener mucho tiempo para estar juntos.
  • Esta bien.

Nos besamos un rato mas y nos fuimos. Estos estaban en donde siempre. En el bar, nos apoyamos en la barra. David me agarró y me apoyó encima suyo. Me dejé y bueno pensé, ya está esto es para que estos de den cuenta. Pero no, estos estaban demasiado acostumbrados a vernos juntos que no se lo tomaron como algo mas.

Pasaron un par de semanas y ya cansados de escondernos terminamos diciéndoselo a estos. Fue de fiesta, como siempre. Ahora estábamos en la calle, tomando el aire porque dentro del bar hacia mucho calor. Un tipo estaba molestándome, metiéndome fichas. Yo pasaba de él pero el tío seguía, así que David se metió. Dijo que dejara de molestar a su novia y que se largara. Me quedé un poco de piedra cuando lo dijo pues estaban todos nuestros amigos delante pero como no, supuse que se lo tomarían solo como que me había defendido y ya está. El tipo se pasó, me tocó el culo. Agarré a David porque pensé que le iba a pegar pero él hizo algo que no me esperaba. Me agarró, me alejó de el tío este y me besó, delante de todos. Me costó reaccionar pero al recordar su sabor le seguí. Estos de piedra. Así fue como se enteraron. Luego el rumor se extendió por el barrio como era previsible y luego llego a nuestras casa pero nos dio igual y lo llevábamos bien.

FIN