Algo íntimo de mí

Llevaría mucho tiempo explicar lo que incitó a una joven rubia apasionada, cálida y seductora a iniciar sus andaduras por las sendas de la vida subida a sus preciosos y codiciados Tacones Rojos.

¿Por qué unos Tacones Rojos? Las respuestas pueden ser muchas, pero sin embargo, mi opción fue esa porque para mí significan fuerza, atracción y poder. Es un objeto de culto para muchas mujeres y fetiche incondicional para muchos hombres. ¿Qué misterioso secreto puede esconderse sobre unos Tacones Rojos? Precisamente es esa incertidumbre, esa imaginación que empieza a dejarse llevar, que nos invade por completo, que nos pregunta y nos incita a seguir buscando y a preguntarnos qué papel desempeñan cada uno en esta historia.

Bien, pues les adelantaré lo que ya muchos conocen desde Septiembre de 2005. Una mujer apasionada de la lencería negra de encaje, de los Tacones Rojos de vértigo, a la que le encanta el

Moët & Chandon, a la que le entusiasma que los hombres por la calle al escuchar el característico sonido de sus tacones sobre el frío suelo, la miren con cara de deseo y viertan pensamientos impuros y pecaminosos sobre ella, que se entretiene contando a los demás sus aventuras y desventuras con amantes intrépidos que la desean, cómo le encanta sentir el sabor del chocolate negro derritiéndose sobre su boca, o cómo deja admirados a los que comprueban la destreza de su lengua al anudar los rabillos de las cerezas justo antes de metérsela en la boca.

Para muchos de ustedes puede que ya sea una “joven-vieja” conocida. Para los que no hayan podido tener esa suerte aún, darles la bienvenida.

El juego erótico, de lo sugerente y lo carnal, del sexo que apasiona y sacia, que deja con ganas de más, con ese ligero sabor amargo en el paladar cuando sentimos que no somos más que un juego del destino, somos amantes de lo efímero, del instante preciso que nos ha tocado vivir.

Decidí formar parte de su juego por decisión propia, para ponerme a prueba, para saber dónde se encontraba mi límite, la distancia que separaba la obsesión de lo prohibido y las ansias de poseerle por completo, la necesidad de estar a su lado y el odio de dejarle marchar, para que volara a los brazos de otra. Aventuras que sin lugar a dudas, han dado para sacar de mí, toda una mujer que apenas conocía.

Objeto de culto para muchos, tortura y dolor para otros. ¿Acaso no se aprecia bien el verdadero placer cuando ya hemos conocido los dos extremos?

Puede que les suceda, o que les haya sucedido ya. Puede que a partir de ahora, lo hagan. Cuando vean un par de Tacones Rojos por la calle, unos que atraen desde la distancia, que les susurran al oído las oscuras intenciones de hacer realidad todas sus fantasías, si les invitan a convertirse en su amante, si les incitan a descalzarlos y a desnudarlos sutilmente, entonces es que me han encontrado. Mientras eso sucede, les observaré en la distancia, desde lejos, o desde la cercanía de unas letras. Ahora, me tienen entre sus manos, ya saben mucho más de mí de lo que yo puedo conocer de ustedes. El Diario de Los Tacones Rojos, es esto y mucho más, es lo que podría escribir día a día, lo que ustedes querrían leer noche tras noche.

Es mi sello personal, con el que espero que disfruten, que se exciten, que se dejen llevar, que me imaginen en acción. Piensen por unos segundos quiénes quieren ser. ¿El amante? ¿El marido? ¿Yo? ¿Todos? ¿Un espectador más?

La misteriosa magia de unos Tacones Rojos, es precisamente esa, que yo actúo mientras ustedes disfrutan