Algo Inesperado (Capitulo 1)
Un pequeño viaje en autobús que da lugar a una extensa historia de vida
Capítulo 1: El Comienzo de una Aventura
Completamente nueva en este mundo me atrevería a decir que lo que sucedió fue un accidente, uno para el que no estaba tan preparada como me hubiera gustado estarlo, pero fuese como fuese, sucedió.
No me hay mejor momento que comenzar por el principio, pero comenzaremos por el final.
Estaba acostada sobre él lo mejor que podía estarlo. El lugar era pequeño, un autobús para ser más exactos, compartíamos el asiento de vuelta de nuestro viaje.
Tenía la cabeza sobre su brazo que al mismo tiempo me rodeaba por el cuello y su mano terminaba en mi vientre, la otra mano la posaba sobre mi rodilla. Yo estaba acostada de tal manera que flexionada las piernas para no salir del asiento, todo mi cuerpo a excepción de cabeza estaba tapado por una sabana rosada que me cubría del frio.
Era alguna hora de la noche, lo sabía por qué todo el camino era completamente oscuro y el chofer se dispuso a pagar las luces del autobús, estaban casi todos mis amigos y él, quien era casi un extraño que había conocido apenas unos días.
Charlábamos de vez en cuando, acomodaba mi cabeza y tomaba su mano que también estaba bajo las sabanas, todos hacíamos platicas en general sobre el viaje y reíamos sobre cualquier tontería, hasta ahí todo parecía normal. Se hacía cada vez más noche cuando todos cansados dejaron de hablar y solo veían las películas que pasaban.
Yo también comenzaba a sentir pesadez y quería dormir pero no lo hacía porque al despertar él ya no estaría ahí y probadamente yo tampoco. Me parecía algo absurdo gastar mi precioso tiempo en dormir cuando podía estar despierta y contemplarle que es lo único que podía hacer o eso es lo que creía.
Sentí meter su mano bajo la sabana y posarla en mi rodilla como estaba hacía rato.
Frente a nosotros había un hombre que yo conocía, era un amigo, que para nada imaginaba lo que estaba a punto de suceder atrás de él, en la oscuridad del autobús, solo pude sentirme nerviosa cuando la mano comenzó a bajar lentamente por mi pierna y como mi ropa interior se mojaba. El pánico me había invadido por completo y un sin fin de cosas me cruzaron por la mente, comenzando por hecho de que había bastante gente alrededor.
No es que yo fuera algún tipo de santurrona pero, había estado ya en posiciones donde los hombres solo buscaban ese tipo de cosas conmigo, así como acto de reflejo al llegar a la mitad de mi pierna tome su mano y la quite. “Maldición” Fue lo que pensé. No estaba segura de que realmente quería.
Aquí es donde comenzamos explicando como termine en esa situación.
Lo había conocido en un viaje deportivo, estábamos en medio de competencias y de alguna manera terminamos cenando juntos y completamente solos. Sería muy largo platicar la romántica manera de como terminamos rompiendo un plato en medio de la cena, tiramos un refresco y no sabíamos ni que ordenar en el restaurante aunque, fue desde entonces que comenzó mi interés.
Ese apenas fue la primera noche cuando recordé haberlo visto en el viaje de venida. Él era el chico que venía con nosotros y era de otro lugar, para variar con mi buena suerte descubrí que el vivía a nada más y nada menos que aproximadamente a 12 horas de mi ciudad ¡Gracias Destino, lo has hecho de nuevo! Me lamentaba por mi situación sentimental.
Me propuse entonces que no debía encariñarme demasiado pero, ¡Maldición!, como no iba a hacerlo si todo lo que hacía era reírme con él cuándo mi cara solo es de amargura. En fin, después de esa noche los días solo pasaban y me preguntaba a mí misma: “¿Me gusta?” Llego un momento donde la misma pregunta ofendía ¡Pero claro que me gusta y bastante!”.
Fue un viaje asombroso, jugamos cartas y caminamos juntos por la calle con la palabra bastardo en la frente pintado con lápiz labial…Bueno él yo solo tenía la B y la A, de un juego de cartas que el obviamente había perdido, después nos acostamos juntos en la cama con un monto de gente alrededor bebiendo o jugando mientras yo solo quería contemplarle el rostro al mismo tiempo que me quedaba dormida, contándole algún cuento o tratando de hacer alguna broma incluso recuerdo que mire su celular de reojo y leí algún a palabra parecida a te quiero o te amo.
“Terrible decepción” me dije a mi misma…”¿Cómo no se me ocurrió?” Pues Era un chico impresionante, me encantaba su piel morena y sus ojos negros, tenía el cabello ondulado y un poco largo pero no demasiado que era igualmente oscuro. Su cara llena de lunares me decía que debía besar cada uno de ellos hasta quedar exhausta, algo en su físico hacia que deseara abrazarle y no soltarlo, la atracción física era más que evidente.
Daba vueltas por mi cabeza, estaba tan enfocada en mí que jamás me di a la tarea de pensar que podía tener una novia o alguien más. Para mi suerte, de alguna manera termino diciendo que era su mamá y aunque estúpida, me sentí aliviada. “Ah puedo respirar de nuevo”. La vida comenzaba a ser a cada hora más hermosa.
Me quede dormida en la cama junto a él y me llevo a mi cuarto, era fuerte y un poco más alto que yo, me hacía sentir como un cuento de hadas. Estaba a medio dormir y a medio despertar mientras que yo, todo lo que quería era abrazarlo.
4 días con él y ya me gustaba. “Bendito amor adolecente exagerado y no correspondido”.
Después de todo un viaje y una breve explicación sobre cómo se dieron las cosas puedo seguir con la historia.
“Maldición” Fue lo que pensé. No estaba segura de que era lo que realmente quería.
Por mi cabeza pasaron miles de ideas…
1.- Me gusta, eso es evidente
2.-Quizas no vuelva a verlo Jamás
3.- Nunca he dejado que alguien me toque ¿Qué lo hace diferente?
4.-Tal vez debería, nadie lo sabrá
5.-¿Puedo confiar en él?
6.-Creo que perdí mi oportunidad
7.- Por un Carajo, de verdad me gusta
8.-Solo quiere aprovecharse
9.- Pero no parece malo
Ni si quiera estaba de acuerdo conmigo misma cuando su mano comenzó a bajar de nuevo y rápidamente debía tomar una decisión.
“Piensa, piensa, piensa”
Pensé demasiado lento, pero mi cuerpo reaccionaba rápido, ya estaba mojada para entonces y sin darme cuenta abrí las piernas dándole paso. Su mano ya había llegado a la entrepierna de mi pantalón.
Yo iba vestida con una blusa de manga larga color azul con un chaleco encima también de un azul más fuerte, unos pantalones de mezclilla y un par de tenis azules, toda cubierta por la sabana rosada por el frio que hacía en el autobús, él llevaba una camisa de manga larga color negro y unos pantalones con tenis.
Cuando llego a la entrepierna de mi pantalón solo se quedó ahí por unos minutos como esperando mi reacción y al final me di por vencida, no pensaba moverla y si lo pensaba entonces ya no lo recuerdo.
Después de esperar, al poco tiempo comenzó a acariciarme encima del pantalón, solo podía sentir los roces que me daba con la mano que tenía disponible ya que yo sujetaba la otra. Jamás en mi vida me había tocado, lo había intentado sin éxito alguno y la verdad es que aquello se sentía muy bien.
Me tocaba cada vez con más fuerza, el pantalón le estorbaba era evidente pero no paraba. Escuche como me llamaba: “¿Quieres que pare?” Me preguntó
No respondí la pregunta, las sensación de mi cuerpo ya hablaban por si solas y eran bastante honestas, tampoco quería voltear a verlo por la vergüenza que sentía en el momento, sentí la cara caliente y el cuerpo agitado y aun frente a nosotros estaba aquel amigo mayor mío que seguía mirando la película.
De alguna manera me reincorpore en el asiento armada de valor, acerque a mi mano al bulto que tenía en el pantalón y lo toque, todo lo que podía hacer era acariciarlo por encima pero me moría de ganas por tocarlo directamente.
No recuerdo exactamente como sucedió pero mi acompañante me dijo que esperaría a que terminara la película a la que ya le faltaba poco, se paró y entro al baño del autobús a hacer quien sabe qué cosa. Una vez parado y pasando por mi asiento la erección era clara.
“Ojala que termine pronto” Pensaba mirando la pantalla.
Volvió y se sentó exactamente como estaba hace unos momentos, me tomo de nuevo y me acosté sobre él e hizo la misma maniobra de mano en mi pantalón.
Cuando termino la película una carcajada sarcástica salió de mis labios. ¡Habían puesto otra película! Y lo que él quería supongo era que pagaran las luces ya que la mayoría dormían aunque, para nuestra suerte apenas y había comenzando cuando se pagaron las televisiones y se cerraron pero aún seguía ese viejo amigo mío ahí, cuando el destino parecía conspirar a mi favor se levantó y se movió a los asiento delanteros del autobús, dejando entonces los dos asientos de enseguida de nosotros completamente vacíos, parecía que nadie nos vería.
No fui la única que lo pensó.
Cuando parecía que todo el paisaje se había aclarado, comenzó a subir su mano y desabrochar mi pantalón, su mano izquierda no era tan diestra para desbrochar botones como lo era para tocar mí entre pierna así que le ayude un poco desabrochándolo yo, mientras él metía su mano por debajo.
Sentía su mano acariciarme sobre la tela de arriba debajo de mis pantis, no estaba segura de como debida de sentirse pero al menos eso se sentía bastante bien. Me arquee un poco y abrí mas las piernas, estaba medio sentada así que eso le impedía un poco el paso a su mano, cuando acariciaba con más fuerza sentía que su dedo me golpeaba en algún lugar y era un poco doloroso pero era un dolor que agradaba hasta el punto donde quería que su mano parara de lo mojada que sentía mi ropa interior. Apreté los labios y cerré mis ojos cuando me gire para verlo de frente.
Nos quedamos mirándonos al menos dos minutos sin saber qué hacer.
Nuestras caras se acercaron y no se quien beso a quien pero el punto es que sucedió.
Primero fue un beso lento que poco a poco fue más elevado hasta que termino por ser un beso profundo donde sentía su lengua golpear la mía y los labios sin despegárseme. Ya todo estaba oscuro y lo único que alcanzaba a notar era su rostro cuando habría mis ojos.
Subió su mano hasta mi ropa interior y metió su mano debajo de ella, estaba completamente expuesta y podía sentir claramente como me acariciaba, aquello se sentía verdaderamente excitante y todo lo que yo podía hacer era sentir el cuerpo agitado y besarlo.
Estaba demasiado nerviosa por lo que estaba pasando y aun así disfrutaba el momento, me moría de ganas por que algo más sucediera…Por primera vez en mi vida comprendía aquello que decían mis amigos en la preparatoria: “En esos momentos uno no piensa”.
Saco su mano de mi ropa interior y me enderezo en el asiento, cambiamos de lugar ya que le estaba en la ventana, me recarguen y vi como él se sentaba del otro lado y cambiada de lugar.
Sus manos se me fueron acercando al pecho. Gracias a mi complexión física, no solo soy extremadamente delgada, también carezco de muy poco pecho, el cual me avergonzaba mostrarle.
Metió una de sus manos por debajo de mi blusa y sentía frio por mi cintura, era una sensación extraordinaria que me hormigueaba por todos lados. Fue subiendo hasta llegar a mi sostén que también empezó a tocar con suavidad, lo movió un poco y dejó al descubierto mi pequeño pecho que después comenzó a tocar pasando su pulgar por mi pezones, ni si quiera yo había hecho todo eso que él estaba haciendo. Subió la otra mano y desabrocho mi sostén para moverlo con mejor facilidad, así me tocaba ambos al mismo tiempo, después bajo una de las manos y desabrocho mi chaleco para subir mi blusa y dejarlos descubiertos.
Sentía tanta vergüenza como placer.
Acerco su boca hacia mí y comenzó a lamerlos, eran tan pequeños que su boca entera cabía en ellos. Su lengua pasaba por mis pezones y les daba pequeños mordiscos que dolían un poco pero se sentía tan bien que a los pocos segundos olvida ese dolor, pasaba de un pecho al otro y no dejaba de tocármelos.
Definitivamente deseaba que algo más sucediera.
Era tanto mi placer que termine exhausta al poco tiempo, lamio y me toco los pechos tanto como pudo hasta que sentí una descarga eléctrica pasarme por el cuerpo pues estaba cansada, era mi primera experiencia sexual y no sabía cómo llevarla para nada.
Termino de hacer lo que hacía y le pedí de la manera más amable que pude el ir a dormir, me vestí de nuevo y me acerque a él, lo bese nuevamente y me dormir en sus brazos. El no tardo demasiado en quedarse dormido cuando aún yo lo veía con la luz de la luna reflejada en la ventana.
“De verdad me gusta”