Algo en la forma en que se mueve
Tomás mira a Alejandro con ese brillo en sus ojos avellana que hace que las piernas le tiemblen, esa mirada a la que Alejandro nunca le diría que no aunque decir que si le duela.
Algo en la forma en que se mueve
Something in the way she moves
attracts me like no other lover
something in the way she woos me
Tomás camina hacía Alejandro, con ese brillo en sus ojos avellana que hace que las piernas de Alejandro tiemblen, porque lo conoce tan bien, y solo él y nadie más sabe lo que esa mirada significa, ni siquiera Carmen o al menos eso es lo que ruega Alejandro, la conoce, porque esa mirada de hambre que tiene Tomás Alfonso en ese momento le pertenece a Alejandro Benavides y a nadie mas.
Tomás se acerca y lo mira directamente a los ojos y Alejandro solo puede ver el deseo, pero antes de tomarlo por el antebrazo Tomás le da una última mirada, porque a pesar de todo le esta dando una opción, Alejandro no tiene que hacerlo pero lo desea y Tomás no es consciente de lo mucho que ha Alejandro le duele asentir con la cabeza en ese momento, porque Alejandro ama a Carmen pero el nunca le diría que no a Tomás. Alejandro se deja guiar por todo el salón y lo único real en ese momento es el mano de Tomás que le esta apretando el antebrazo y la voz de George Harrison.
And all I have to do is think of her
something in the things she shows me
I don't want to leave her now
Entran en un armario de escobas, —como la primera vez— piensa Alejandro pero no tiene mucho tiempo de comparar ese momento con aquella tarde lluviosa en la casona de la tía Tomás cuando eran demasiado jóvenes y curiosos, porque la boca de Tomás choca contra la suya y Alejandro cede, porque Alejandro siempre cede ante Tomás.
—Te…—lo besa en el cuello—necesitaba—otro beso—tanto, Alejandro—Tomás le esta besando el lóbulo de la oreja. Alejandro quiere gritarle que no tenía que casarse con Carmen, que podían ser ellos dos para siempre, pero sabe que si lo dice será la última vez que Tomás lo bese y Alejandro puede soportar cualquier cosa menos perder los besos de Tomás.
Sabiendo que no tiene otro remedio que aceptar ser el polvo ocasional de Tomás, Alejandro se rinde y entrelaza sus dedos en el cabello del pelinegro mientras frotan sus caderas, la rodilla de Tomás presiona la erección de Alejandro y este gime, porque es la rodilla de Tomás contra su erección y el solo pensamiento basta para hacerlo correr.
Los dedos desesperados de Tomás luchan por desabotonar el pantalón de Alejandro y este se ríe, porque Tomás siempre está tan desesperado, Tomás siempre quiere más, siempre quiere ir más rápido, y Alejandro siempre quiere darle todo. Cuando lo logra levanta la vista con una sonrisa triunfante y la mirada lasciva que hace que Alejandro se rinda a sus pies. Alejandro se gira aferrándose a una repisa y las manos de Tomás recorren su espalada, siente su aliento contra su cuello y su cuerpo se estremece ligeramente, Tomás recorre su oreja con la punta de la lengua y un dedo busca a ciegas la entrada de Alejandro, este quiere gritar pero se muerde el labio, tan fuerte que cree que se lo ha roto, el dedo de Tomás entra con facilidad y Alejandro gime, le muerde el lóbulo de la oreja y lo chupa ligeramente, la respiración de Alejandro se hace entrecortada a medida que Tomás lo besa, porque Tomás sabe, conoce los puntos exactos que hacen explotar a Alejandro, en ese momento introduce un segundo dedo y los mueve despacio.
—Tomás… hazlo lo ahora. Por favor, Tomás
—Solo quiero que estés bien preparado—Tomás le responde muy bajito al oído y Alejandro se estremece de nuevo.
—Al diablo con eso—Tomás se ríe pero le hace caso, la punta del pene entra y Tomás espera unos segundos antes de entrar completamente, comienza a moverse de atrás hacia delante primero despacio y luego con mayor rapidez a medida que la excitación aumenta.
— Por favor, Tomás —Porque ahora es Alejandro quien esta desesperado, ahora es Alejandro quien quiere más, ir más rápido— Por favor, Tomás— La mano de Tomás se enreda en el cabello de Alejandro tirando de el— Tomás— Decir su nombre le cuesta, pero es lo único que tiene en la mente cuando Tomás alcanza ese lugar que hace a Alejandro alucinar— Por favor —Alejandro quiere decirle a Tomás que se detenga, que le esta haciendo daño porque merece algo mejor— Tomás— Que ahora es un hombre casado, porque Alejandro sabe que vale mas que un polvo en un armario de escobas el mismo día que esta siendo el padrino de su boda— No…— Pero Tomás no entiende a lo que se refiere y ni el mismo Alejandro lo hace—¡ TOMÁS!— Tomás le golpea la próstata, ese punto en el cuerpo de Alejandro que lo hace tan vulnerable y casi de inmediato lo hace acabar, tiene las piernas desmayadas, está empapado en sudor, pero aun así se aferra con todas sus fuerzas a la repisa, siente a Tomás venirse dentro de el y disfruta de la sensación cálida, lo oye respirar con dificultad detrás, pero no se atreve a mirarlo, mantiene los ojos cerrados y las manos aferradas a la repisa, su mejor amigo lo hace girarse y se arrodilla frente a el, Alejandro aferra las manos la repisa detrás buscando apoyo por que sabe que sus piernas no podrán sostenerlo por mucho tiempo, los labios de Tomas se cierran alrededor de su polla y con movimientos expertos comienza hacerle una mamada de campeonato, Alejandro mantiene los ojos cerrados todo el tiempo y cuando se anima a abrirlos se encuentra con la mirada de Tomás y eso le basta para venirse en su boca. Se siente adormecido, Tomás se arregla la ropa a su lado, ninguno de los dos dice nada, porque este encuentro les a sabido amargo como ningún otro, les ha sabido a despedida.
—Lamente haberte hecho daño, Alejandro—Y se va cerrando la puerta, Alejandro sabe a lo que se refiere, sabe que Tomás odia esa situación tanto como él, pero también sabe que los dos lo necesitan con todo su ser y la pregunta queda en el aire, invisible, pero su peso oprime el pecho de Alejandro.