Alfredo

Alfredo, te deseo

Mi nombre da igual, tengo 47 años, casado con una hija universitaria.

Aquella tarde calurosa de Julio llegué a las cinco a casa, mi esposa estaba de vacaciones en su pueblo, el día en el trabajo fue muy duro y discutí con el de siempre.

Estaba muy caliente y excitado, preparé todo lo necesario y me introduje en la bañera.

El agua tibia mojó mi cuerpo, enjaboné con gel de ducha mi culito en especial la entrada de mi ano.

En la repisa de la bañera estaba el cepillo de pelo de mi esposa, su mango de madera de unos diez centímetros, fino en la punta para ir haciéndose más grueso hasta llegar a las púas de plastico.

Lo cogí y lo llevé a mi boca, lamí la punta con la lengua, el cepillo recorrió mis labios, mi cara, descendiendo a mis tetillas. Las púas del peine acariciaron mis sensibles pezones provocándome un espasmo de placer.

Nuevamente, lo guié hasta mi boca y me lo introduje en la misma deseando que en realidad fuese una polla muy gorda.

Abrí el envoltorio del preservativo y lo coloqué en el mango del cepillo hasta cubrirlo entero.

Me abrí totalmente de piernas colocándolas en los laterales de la bañera. Mi pollita estaba muy dura con el prepucio bajado.

Ensalivé el mango del cepillo follándome la boca como un desesperado. Acaricié mis peones y el mango del cepillo se deslizó por mi cuerpo hasta la entrada de mi culito.

Me recliné aún más en la bañera con las piernas totalmente abiertas, hice algo de presión y la puntita del mango profanó mi íntimidad.

Adolfo gemí de placer.

Adolfo es un compañero del trabajo, siempre jactándose que hace más ventas que nadie, es el típico que pisaría a cualquiera con tal de escalar en la empresa, a sus treinta años tiene gran futuro, es un auténtico hijo de puta, con su casi metro noventa, atlético, su barba de tres días perfectamente recortada, me la tiene jurada, es un cabrón, es tan perfecto, tan arrogante,...., tan dominante.

Reclino más mi cuerpo en la bañera, la punta del cepillo hace tope y presiono mi cuerpo. Todo el mango se introduce en mi dilatado culito arañando las cerdas del cepillo mis nalgas.

Alfredo, gimoteo nuevamente de placer.

Mi imaginación se desboca. La empresa nos manda a un congreso de técnicas de ventas y por ahorrarse un dinero nos obliga a los dos a compartir habitación.

Adolfo está en la ducha, la puerta del baño está abierta, no puedo evitarlo y me asomo. Está de espaldas, el agua recorre su ancha espalda, sus nalgas son firmes y duras. De repente se da la vuelta, me retiro rápidamente, no se si ha llegado a verme.

El agua ha dejado de correr y tras unos interminables minutos aparece Adolfo cubierto por una minúscula toalla atada a su cintura.

No puedo evitar fijarme en su torso y abdominales trabajados en el gimnasio. Nuestras miradas se cruzan, Adolfo esboza una media sonrisa de triunfo mientras deja caer la toalla a sus pies.

Me quedo embobado admirando su grueso pollón de unos quince centímetros, está totalmente depilado, sus tremendos testículos cuelgan.

Adolfo se soba la verga mientras me mira con desprecio.

-Esto es lo que quieres cabron? te he visto espiándome en el baño, se jacta riéndose de mí.

Hago más presión contra el fondo de la bañera, el mango del cepillo llega hasta lo más profundo de mi culito mientras jadeo como una perra en celo.

Alfredo se acerca y desabrocha mi albornoz cayendo éste al suelo.

-Que pollita más ridícula tienes, con esta mierda eres capaz de darle placer a tu esposa? me pregunta con desprecio.

Sus fuertes manos tiran de mí hacia abajo obligándome a arrodillarme ante él.

-Cómetela puta ordena el macho alfa.

Mi lengua lame su enorme y oscuro glande recreándome en su sensible frenillo. Empieza a destilar líquido preseminal que trago con verdadero placer. Acarició sus enormes y depilado testículos llevándolos a mi boca. Subo por su enorme tronco e introduzco su grueso pollón en mi boca.

Alfredo agarra mi cabeza con sus manazas y comienza a follarme la boca con fuerza. Sus insultos y vejaciones me excitan aún más. Me llama puta, zorra, perra mientras incrementa el ritmo de su follada.

-Venga perra mi polla tiene que entrar hasta el fondo de tu puta boca,...., eso es, así cabrón hasta el fondo, eso es.

Pongo mis manos en sus duras y firmes nalgas para que la felación sea aún más profunda.

-No me toques maricón de mierda grita Alfredo retirando con un fuerte golpe mis manos de sus nalgas.

Durante más de quince minutos le estuve comiendo la verga a mi chulo y despreciable compañero de trabajo. Sin ningún aviso me empujó cayendo yo de espaldas al suelo.

-Ponte a cuatro en la cama y abre tu culo de perra con tus putas manos me ordenó Alfredo.

En esa posición, mi macho echó un chorro de espuma de afeitar en la entrada de mi ano. De un solo golpe golpe me penetró hasta lo más hondo de mi intimidad. Su enorme verga llegaba hasta lo más profundo de mis intestinos mientras en toda la habitación se oía resonar el golpe de sus testiculos contra mis nalgas.

Puta, perra, zorra, maricona de mierda me insultaba Alfredo, mientras que yo como una ramera cualquiera suplicaba más y más polla.

Agarrado al cabecero de la cama Alfredo, sin besos ni caricias, se apareaba conmigo montando a su yegua, a su perra..

Noté el mango del cepillo es lo más profundo de mi culito, mientras jadeaba y gemía gritando el nombre de Alfredo.

Alfredo se arqueó y con un último golpe de riñones me penetró hasta donde antes no había llegado. Sentí sus trallazos de lefa caliente en mi culo, empujé con toda la fuerza que pude el cepillo y me corrí sin tocarme como el verdadero cerdo que soy entre espasmos y convulsiones de placer.

Mi semilla saltó hasta mi cara, manchando mis tetas, mi torso,mi vientre y mis testículos. Noté también como se deslizaba hasta la entrada de mi dilatado culito.

Quedé exhausto pero todavía caliente fantaseando con la tremenda follada que me había dado Alfredo en mi imaginación.

Saqué el cepillo del pelo de mi esposa, noté que mi dilatado ano palpitaba y me oriné encima manchando mi sucio cuerpo, deseando que Alfredo me violase sin ninguna compasión, sin besos, sin caricias, ser simplemente su contenedor de semen.

ALFREDO SI ALGUNA VEZ LEES ESTO SABES QUIEN SOY, POSEEME Y HAZME TU PUTA TE LO SUPLICO.