Alex y Boby
Alex era una mujer exuberante y altiva. Orgullosa de su belleza y sedienta de placer. Temprana en su despertar sexual, con un pasado...
Nota del autor: Pido disculpas por resubir el relato tan pronto, pero he recibido quejas por la anterior versión. Si alguien la quiere puede pedirmela por correo. Gracias.
-Así que Alex, ¿Has descubierto que problema tenía tu hijo?- Preguntó Marta a su amiga.
Alex era una mujer exuberante y altiva. Orgullosa de su belleza y sedienta de placer. Temprana en su despertar sexual, con un pasado incestuoso siempre ha estado en una búsqueda continua de ese placer.
-Si Marta, estuvimos en el médico- Dijo al otro lado del teléfono mientras se atusaba el pelo y se miraba la camiseta ajustada y escotada que llevaba. Le encantaba vestir de esa manera, realzando su belleza, de la cual era muy consciente -Llevé a Boby al doctor Martinez, el amigo de mi marido con el que tenemos confianza y bueno...no te lo vas a creer, pero su pene es como tres veces el tamaño normal para un chico de su edad- Le explicó Alex a su amiga por teléfono.
-¿Has dicho 3 veces el tamaño?...!dios mio!- Respondió asombrada Marta al otro lado del teléfono.
-Ah-ah, por eso el pobre ha estado tan avergonzado últimamente. Pero ya estamos haciendo algunos ejercicios para sacarle de esa vergüenza. Ya sabes, fortalecer su confianza en si mismo y algunas técnicas físicas- Y mientras pensaba en lo que decía sus dedos corazón y anular se deslizaron suavemente por su escote.
-¿Técnicas físicas? Como que?- Preguntó Marta con su mente calenturienta puesta en pensamientos nada convencionales.
-Cosas como una correcta postura y conseguirle ropa interior adecuada- Sus ojos se cerraron y su cabeza navegó por pensamientos oscuros. Mientras en la otra punta del vecindario Marta aún al teléfono acariciaba su corta, rubia y lisa melena pensando que ella habría hecho sus propios ejercicios de re-afirmación de autoestima.
-No puedo imaginar que tan duro debe ser para un chico de la edad de nuestros hijos, pasar por algo así- y su mano acarició su pecho mientras su cabeza imaginaba aquel pene, el del hijo de su amiga. Tenía los pezones duros y erectos. Sus pechos, aún siendo nada voluminosos se endurecieron al imaginarse aquella polla entrando en su boca. La blusa amarilla que llevaba ya estaba abierta por completo -Le diré a mi hijo Salva que le invite una tarde para merendar. Le vendrá bien distraerse- Le dijo a su amiga Alex.
-De hecho Marta, pensaba pedirte un favor- dijo Alex poniéndose un poco seria -mi tía está muy enferma y sabemos que no saldrá del hospital. Si lo sé, es duro. Esperaba que cuando eso ocurra, pueda dejar a Boby en tu casa, puesto que no quiero llevármelo a ese ambiente tan triste teniendo en cuenta el momento que está pasando- Explicó Alex a su universitaria amiga.
-Por supuesto cariño. Eso sin dudarlo. Sabes que aquí lo trataremos bien. Le vendrá bien pasar unos días con mi hijo. Al fin y al cabo son amigos y compañeros de clase- Dijo Marta imaginando que tan excitante sería tener a aquel pene bajo su mismo techo. Sólo de pensarlo se notaba húmeda.
-Espero poder avisarte con suficiente antelación, sino me temo que será un poco rápido- Se disculpó Alex de antemano -Gracias Marta-
-De nada cielo. Tu también estuviste ahí cuando te necesité- Respondió Marta. Su amiga Alex la ayudó con los trámites del divorcio y sobre todo la ayudó a rehacer su vida. Aunque su ex le pasaba una notoria cantidad todos los meses a modo de manutención para su único hijo, Salva, Alex la aconsejó desde un primer momento ponerse a trabajar y no pensar tanto en su ex al cual añoraba, aunque la hubiese abandonado por otra. Lo que no había conseguido Alex, es que volviese a estar con otro hombre y ya hacía un año que ocurrió todo.
-Marta, cielo hablamos mañana que tengo que bañar a Sebastián-
-Ok, hablamos. Un beso- Y las dos colgaron al mismo tiempo. Alex se acercó a la cuna y cogió en brazos a Sebastián su hijo de casi dos años. Era temprano pero sabía que el tiempo del baño se podía alargar. Estaba ella sola y no tenía ninguna ayuda de su marido el cual pasaba más tiempo en la dichosa oficina que en casa con ella y los niños.
El baño fue más corto de lo esperado. Seco ya el niño comenzaba a sollozar por el hambre, así que Alex como todas las noches se deshizo de la camiseta y del sostén y dio de mamar a Sebastian. No había interrumpido la lactancia del bebé con lo que, después de dos años aún tenía leche. La puerta sonó.
-Hola cielo- dijo Alex sin apartar la vista del bebé.
-Hola mamá- Contestó Boby y la dio un beso en los labios. Desde muy pequeño se habían acostumbrado a besarse en los labios y ahora era normal para ellos. Quizás no para su padre que ya había protestado un par de veces, dándose al final por vencido.
-Si quieres cenar tendrás que esperar un poco, voy a bañarme en cuanto acueste a este tragón- Dijo la madre mientras depositaba a su hijo pequeño en la cuna.
-¿Puedo bañarme contigo mamá?- Preguntó Boby tímidamente.
-Claro cielo- Y tras dormir al bebé Alex se dirigió derecha al baño con el radio-transmisor del bebe y su ropa en la mano. Cuando llegó al baño sólo tuvo de quitarse los pantalones y el tanga. Desnuda ya, entró en la bañera tibia con un gemido de placer, era su momento. "Voy mami" escuchó decir a su hijo desde el piso de abajo. Cuando subió lo hizo ya en pijama, del cual se deshizo rápidamente para meterse en la bañera con su madre a la que volvió a besar tiernamente en los labios.
-Gracias mamá-
-De nada hijo- Dijo Alex mientras agarraba la esponja para lavar a su hijo. Le frotó el pecho los brazos el cuello y el pelo el cual no tenía muy largo. Se frotó ella misma los brazos y los pechos. Su hijo no quitaba ojo de lo que hacía su madre. -Ven, vamos a relajarnos Boby- Y abriendo los brazos permitió que su hijo se recostara sobre el pecho de su madre, quedando su cabeza entre sus voluptuosos senos.
-¿Como te ha ido en el colegio?- Le preguntó mientras frotaba la esponja contra el cuerpo de su hijo.
-El instituto mamá, estoy en el instituto- Dijo Boby tranquilamente– Y me ha ido bien. Hemos tenido examen de gimnasia y lo he aprobado- respondió satisfecho. Alex se emocionó mucho, puesto que en Gimnasia era donde peor lo había pasado por su "problema".
-Me alegro mucho cariño-
-¿puedo entonces beber un poco?...sólo un poco mami- El chaval miraba a su madre a los ojos esperando con cierta desesperación una respuesta positiva -lo he sacado con buena nota- Alex no podía resistirse a su hijo y mucho menos cuando se lo pedía de esa manera. Sentía que tenia que recompensar aquel aprobado que tanto le había costado.
-Está bien, pero no chupes muy fuerte- Dijo Alex mientras Boby se giraba un poco y dirigía la vista a los grandes pechos de su madre -De este cariño que el otro me duele un poco- Y Boby sin pensarlo más y abriendo la boca comenzó a mamar del pecho derecho de Alex aún medio recostado sobre su cuerpo. Su madre deslizó su mano por el ya mojado pelo de su hijo. Le siguió acariciando la cabeza mientras se le cerraban los ojos por el placer de sentir a su hijo desnudo recostado sobre ella y alimentándose de su leche. Pronto y sin previo aviso el pene de Boby apareció entre la espuma.
-Lo siento mami- dijo el chico un poco avergonzado.
-¿Que habíamos hablado de "sentirlo"?- Dijo Alex en un tono recriminador no demasiado duro -No has de sentir nada. Eso es algo natural por lo que nunca has de pedirme perdón. Mami ya sabe que te encantan mis pechos.
-Vale...- dijo el chico y siguió mamando de su madre. Alex no pudo contenerse (ya no lo intentaba), y agarró el pene de su hijo. Casi no le daba para cerrar la mano. El movimiento para masturbarlo fue automático. Su hijo gimió mientras seguía alimentándose.
-Bebe tranquilo...ahora más despacio como mami te enseñó- Boby paró de succionar y comenzó a lamer y besar el pezón de su madre. Alex gimió de placer sin ningún ánimo de contenerse -Ahhh, así cielo lo haces muy bien...- Los pezones de Alex estaban muy duros y de no ser por que estaba sumergido se habría notado la humedad súbita que empapó su vagina. Mientras una mano abrazaba a su hijo y lo masturbaba la otra fue directa a su clítoris, el cual, ya estaba erecto. Hoy necesitaría como mínimo tres o cuatro orgasmos, se sentía muy necesitada. El placer la evadía de todo. Sus dedos sumergidos no tardaron en darle el primero mientras su hijo hacía un trabajo excelente con sus pechos. Boby, no contento con mamar se había acostumbrado a acariciar el otro como su madre lo había enseñado. La verdad, es que cada día le gustaban más las tetas de su madre. Le parecían perfectas.
-Ahhh, que bien lo haces hijo. Me encanta como come mi niño- dijo Alex ya un tanto liberada de deseo -Ponte de pie cielo que mamá también quiere beber- El chico obedeció al instante. Boby sabía lo que su madre quería. Alex se incorporó un poco y allí lo tenía. Un pene formidable, incluso para un adulto. Y era para ella sola. Boby relajó los brazos mientras Alex con un movimiento suave y gentil engulló aquella maravillosa polla. La polla de su hijo Boby. Ya ni pensaba en la de su marido, la cual hacía años que no cataba.
-ah mami, me encanta- Boby no movía ni un pelo. Su madre se afanaba en mamar de aquella fuente de la juventud como si con cada envite consiguiera un poco de ella. Una mano sujetaba el pene de su hijo la otra buscaba entre las aguas aquel clítoris tan inflamado. Madre e hijo se unieron de nuevo en un acto de amor. Carnal si, pero de amor. La humedad del baño lo impregnaba todo. Los restos de espuma se escurrían por la espalda de Alex y el cuerpo de su hijo. Espuma, saliva y flujo pre-seminal se mezclaban dulcemente en la boca de Alex. Su hijo gemía. El cuerpo de Alex comenzó a sacudirse a causa del segundo orgasmo, el cual tuvo sin sacarse la polla de Boby de la boca.
-Mamá, mmmhf...no voy a aguantar mucho más...fhmmm- Dijo el muchacho entre gemidos anunciando a su madre que pronto se correría.
-No tienes que aguantar nada, mi amor- Y con ansia regresó a lo que estaba haciendo. Amabas manos agarraban las nalgas del chico engullendo casi por completo la polla de aquel chaval.
-Mama....me corrooo....ahhhh- Y Boby comenzó a correrse en la boca de su madre mientras agarraba su cabeza con delicadeza.
-MMnnhhnnmmm....- Con grotescos gemidos Alex anunciaba el tercer orgasmo de la tarde, mientras procuraba tragar toda la leche que salía de aquel descomunal pene. Despacio, reanudó los movimientos de adelante, atrás sin sacar la verga de su boca con la intención de limpiarla, bueno eso y darse tiempo a si misma a tragar todo lo que tenía en la boca.
-Ahhh mami sigue, por favor no pares....- Decía boby mientras se sacudía aún expulsando fluidos. Cuando hubo terminado Boby se tambaleaba por la flojera.
-Ven y abrazame- Dijo Alex ya con la boca libre -Bésame- Y madre e hijo se fundieron en un beso sexual y sensual en el que sus lenguas sellaron un pacto de silencio. Un pacto indestructible. El beso se alargó y Boby se deleitó acariciando las tetas de su madre la cual no sólo lo permitió sino que disfrutó de ello.
-Mami ¿puedo tocarlo?- Preguntó el chico.
-¿El que? mi cielo- Dijo Alex intrigada.
-Tu....- y sin terminar la frase Boby dirigió la mirada a la entre-pierna de Alex. Esta extrañada por la petición, pues era la primera vez que se la hacía miró hacia su propia entre pierna y pensó que era inevitable que el chico sintiese curiosidad. Que como joven que era quisiese cruzar límites y llegar más allá. La reacción de Alex fue rápida y sin dudas, pues en el fondo lo deseaba. Deseaba llegar a más con su hijo, pero sentía que debía ser él el que marcase el ritmo.
-Claro mi amor, pero ten cuidado, que está muy sensible ahora mismo- Le dijo Alex a su hijo mientras le acariciaba la cara suavemente y le daba cortos y húmedos besos en los labios. Boby, con más timidez que otra cosa, metió la mano en el agua para buscar un tesoro por el que llevaba tiempo queriendo investigar. Alex cerró los ojos a la espera del contacto de las manos de hijo. Este llegó de repente. Fue como un latigazo de electricidad. Sensible como lo tenía sumado a la torpeza de Boby hizo que el cuerpo de Alex se sacudiese, asustando así al chico, el cual retiró la mano inmediatamente.
-Perdona cielo, no te asustes. Es que como ya te he dicho lo tengo muy sensible- le dijo su madre acariciando de nuevo la carita del chico- La próxima vez, pídemelo cuando empecemos y te dejaré que lo toques y lo mires y me preguntes lo que quieras- Y dando a su hijo de nuevo dos largos besos en los labios, Alex se puso de pie dejando que el agua se escurriese por su cuerpo y buscó su toalla.
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