Alex, una chica insatisfecha II

Alex estaba a punto de detener todo aquello, pues aunque estaba tan excitada, era consciente de que está engañando a su novio, de que le estaba poniendo los cuernos, justo en ese momento volteo su rostro para hablar y lo que vio la silencio; Eduardo había liberado se su prisión su miembro y este...

Hola, gracias por leer este relato, primero que nada recomiendo leer la primera parte, para así tener una idea más completa de la historia. También espero al final dejes un comentario con tu opinión sobre el mismo.

Alex, una chica insatisfecha II

Aquel medio día hacía mucho calor, Alex seguía de mal humor, aunque no lo demostraba abiertamente con sus compañeros de trabajo, pero seguía molesta por lo ocurrido la noche anterior y aún más por el hecho de que una de sus experiencias las sexuales más intensas había sido solo un sueño. Un sueño dónde ni siquiera pudo ver el rostro de aquel hombre que sí había podido hacerla disfrutar de los placeres físicos y no como su novio que una noche más ponía cualquier excusa para no tomarla.

Esta situación no era nueva, pues Alex ya tenía cerca de dos meses donde no tenía un orgasmo, pues su novio no vivía con ella sino que algunos fines de semana que tenía libres iba a quedarse con ella en su departamento, pero en todo este tiempo no había logrado nada. Su mayor decepción fue un día que preparo todo, durante el día le estuvo enviándole fotos bastante sugerentes, había comprado un conjunto de lencería especialmente para esa noche, depilo su zona más íntima, sus piernas, se colocó un rico perfume, se arregló el cabello y cuando su novio llegó lo primero que hizo fue decirle que estaba cansado. Ni siquiera noto como se había arreglado Alex para él, luego de cenar y ya estando en la cama, ella comenzó a besarlo y tocarlo, al principio él no quería, pero poco a poco cedió, sin embargo todo esto solo fue el principio de la hecatombe, pues cuando Alex se colocó en aquella posición sugerente sobre sus rodillas y codos, dejando vulnerable aquel maravilloso trasero de ébano, de nalgas rotundas y redondeadas, dónde lo único que cubría su húmeda intimidad era el hilo de su pequeña ropa interior, al mirar atrás vio con su novio ni siquiera tenía una erección.

Alex intento de todo para animarlo, pero no hubo respuesta, no era la primera vez que esto pasaba, y para Alex era frustrante, pues al ocurrir semejante cosa ella misma no se sentía a gusto, pensamientos llenaban su cabeza, no se sentía atractiva para su novio y su autoestima iba disminuyendo. Así fueron pasado las noches y en aquellas dónde su novio lograba tener una erección la misma solo le alcanzaba para penetrarla, llegar el y dejar a Alex con sus ganas completas. En más de una ocasión Alex se vio tentada a masturbarse, pero no se atrevía, pues como ya sabemos ella creció bajo un estricto y riguroso régimen en el cual todo lo que tuviese que ver con la pasión y el deseo carnal era algo malo. Y ahora que era una mujer independiente y Hermosa de 30 años arrastraba todas aquellas cadenas.

Luego de dos meses de esto, llegó esa noche en que nada sucedió y Alex simplemente explotó, se molestó, se fue al baño y al salir ya tenía puesta su pijama y se acostó a dormir sin mediar palabras, lo que soñó ya lo sabemos. Aquel sueño no era la primera vez que tomaba su conciencia mientras dormía, ya lo había tenido en otras ocasiones a lo largo de su vida, pero en esta ocasión este le causaba molestia, pues de solo recordar el sueño, revivir las imágenes en su mente se calentaba y a la vez recordaba que su novio la había dejado insatisfecha nuevamente, que ni siquiera la había tocado y lo peor de todo es que se había levantado en la mañana y la había tratado como si nada hubiese ocurrido. Alex estaba molestes y herida, sentía que no era atractiva, que su cuerpo no llamaba la atención, había una manera de escapar de aquello, pero Alex no se atrevía a tocarse ella misma.

Ya por la tarde su molestia había bajado un poco y los sentimientos de dudas y tristeza habían tomado lugar, esa noche su novio no vendría ya que era lunes y él solo pasaba algunos fines de semana. Alex llegó a su casa, se quitó la ropa de dicho y luego se colocó ropa deportiva para salir a hacer un poco de ejercicio, quería estar el menor tiempo posible encerrada en casa y evitar que aquellos pensamientos ocuparán de nuevo su mente, se colocó sus audífonos y comenzó a caminar para calentar sus músculos antes de trotar un poco, llegó hasta un parque secarnos a su edificio y comenzó a trotar. Cómo iba con sus audífonos no se percató que detrás de ella iban trotando dos chicos bastante jóvenes a lo mucho veintidós años, estos al ver a Alex bajaron la marcha de su trote para poder seguir a aquella morena de cuerpo candente mientras trataba, ellos detrás de ella seguían con su mirada el movimiento de las caderas de Alex y cómo aquellas rotundas nalgas subían y bajaban a son de los pasos de su dueña. Mientras Alex ajena a aquello seguía su trote ellos iban comentando.

-Mira que nalgas tiene.

  • Está buenísima, lo que le haría yo si la tuviese desnuda.

  • Si la tuviese desnuda seguro y te vienes antes de incluso metérsela jajajaja.

-Jajaja como si tú pudieras con semejante hembra.

Los jóvenes seguían hablando y comentando sobre el cuerpo de Alex, mientras está en determinando momento que su música paro, consiguió escuchar una frase.

-Esas nalgas están para morderlas.

Aquella frase hizo que Alex parará su trote en seco y girará con cara de pocos amigos para ver a la cara a aquellos chicos, estos al ver la repentina acción de la chica no tuvieron tiempo a desviar su mirada y quedaron viéndola fijamente, Alex luego de ese comentario en un instante y cómo flashes revivió todo lo de la noche anterior y su sueño, y sin más dejo salir su rabia.

-Que les pasa malditos depravados ¡Respeten!

Uno de los chicos respondió:

-Oye, disculpa, no fue nuestra intensión molestarte.

Pero Alex no estaba para excusas.

-imbéciles ¿no saben lo que es respetar a una mujer? Babosos, morbosos…

En esto otras personas que estaban en el parque voltearon a ver lo que ocurría y aquellos chicos, asustados al ver que la gente los veía salieron corriendo. Una mujer que paseaba a sus niños pregunto a Alex si estaba bien y está respondió que sí, y sin decir más nada emprendió el viaje de regreso a su apartamento. Aquello había sido demasiado, escuchar a aquellos tipos referirse a ella de aquella forma tan vulgar y callejera la había hecho explotar, su rabia era muy grande y en sus pensamientos solo había un culpable. El idiota de su novio que no era capaz de hacerle el amor como ella lo esperaba, aparte su relación ya tenía otros problemas, pero este ya la tenía al borde, al llegar a casa nuevamente se ducho se puso su pijama y de una vez se fue a la cama.

Aquella noche para Alex fue casi imposible dormir, muchas cosas pasaban por su cabeza y aunque su rabia había disminuido, no encontraba respuesta a sus problemas, al punto que sin darse cuenta lágrimas rodaban por sus mejillas, ella ya solo quería dormirse y olvidar lo ocurrido en aquellos últimos días, y de repente ocurrió, sin saber cómo o porque, las imágenes de aquel sueño llegaron a su mente y ahora se combinaban con las palabras que aquel joven había dicho.

…Esas nalgas están para morderlas…

Aquella frase que al salir de boca de aquello chico la había hecho explotar, en este momento se había combinado con las imágenes de su sueño y la hacía imaginar a aquel hombre sin rostro, colocarla contra la pared con sus manos en alto mientras el bajaba aquel leggins con el que había salido a trotar junto con su panty, para luego con voracidad comenzar a morder y besar sus nalgas. Alex había cerrado sus ojos mientras imaginaba esto y por sobre su pijama rozaba suavemente su vagina. En eso estaba cuando paró en seco, abrió los ojos y se dijo a sí misma.

-¿Que estoy haciendo?, No puedo seguir así, esto no está bien…

Su cuerpo estaba caliente, sentía como su vagina cada vez estaba más húmeda, pero no quería continuar, para ella el tocarse no era la respuesta, pues para eso estaba su novio, pero este ya tenía dos meses sin sacarle un orgasmo, ya ni siquiera tenía una erección completa cuando estaba con ella. Así estuvo un rato hasta que se quedó dormida.

Los días fueron pasando y cada vez Alex se sentía peor a nivel emocional, no sabía qué hacer, no sabía con quién hablarlo, pues con sus amigos no tenía la confianza suficiente como para contarles aquellas cosas y con los miembros de su familia mucho menos hablaría de aquello. Un día Alex estaba revisando su teléfono y le llegó un mensaje de su amigo Eduardo, este simplemente la saludaba y preguntaba cómo estaba.

Eduardo y Alex se conocían hace unos años, él era un tipo divertido y bastante relajado y con los años su amistad se había vuelto fuerte y de bastante confianza. Alex sentía que cuando hablaba con él, este nunca la juzgaba, por el contrario siempre la entendía y tenía una sonrisa lista para darle ánimos.

Alex le respondió y así comenzó una de aquellas tan comunes charlas que debes en cuando tenían, sin embargo la charla cambio a un tono más serio cuando Eduardo le hizo una de sus típicas bromas a Alex con respecto a su relación, más concretamente con respecto a su relación íntima.

-Venga Alex, si tu novio debe vivir encima de ti cada vez que se queda en tu departamento jajaja ¿debes estar lo más de feliz no?

Aquel pequeño chiste hizo que Alex se quebrada y sin saber porque respondió

-Si supieras que la realidad es todo lo contrario…

Eduardo se percató de que algo andaba mal y al instante se disculpó con Alex, le pregunto si si todo estaba bien y que sí quería hablar de lo que le pasaba. Aquello fue suficiente para que Alex sin dudarlo mandase una nota de voz a su amigo y le contara sus calamidades amorosas, le contra sobre los problemas que había vivido debido a su crianza, le contara sobre aquella experiencia nefasta que había Sido su primera vez y que ahora con su pareja las cosas no funcionaban. Eduardo escucho atentamente cada una de las palabras que su amiga decía y cómo se desahogaba y solo pudo decir:

-Alex, no estás sola. ¿Cuentas conmigo si? Además, no eres la única que tiene problemas en esa área, si te contarás algunas de mis cosas quizás serías tú la que me juzgaría así como dices que lo harían en tu familia si supieran los deseos que tienes reprimidos.

Alex, por un momento al escuchar aquello no entendió muy bien, pero luego supo que su amigo también tenía cargas así como ella, que él la entendía, pues sabía en parte lo que ella estaba cargando en aquellos momentos. Siguieron hablando y Eduardo al igual que ella se había abierto con él procedió a abrirse con ella y contarle alguna de sus intimidades, esto para Alex fue hasta cierto punto como un bálsamo, ya que por fin había podido descargarse y sacar de su interior todo aquellos que la afligía y a su vez la tenía irritada. Aquella charla fue el principio de muchas otras, dónde Eduardo se dedicaba a escuchar atentamente cada cosas que Alex le contaba y con paciencia intentaba ayudarla a encontrar respuestas y en algunos casos solución a sus problemas.

Llegado un fin de semana los amigo hablaban y Alex con energía renovadas le contó a Eduardo que esa noche su novio iría a su departamento así que ya estaba preparando el terreno para una noche de pasión, esta vez no permitiría que su novio la dejase con las ganas, por tal motivo uso todo que tenía a su favor y en su conocimiento para calentar a su novio durante el día y que al llegar la noche este le hiciera el amor como aquel hombre de sus sueños húmedos, sin embargo no todo fue cómo Alex espero, pues cuando su novio llegó y luego de cenar, comenzaron a ver una película, Alex de forma cariñosa comenzó a darle pequeños besos y caricias para animarlo, pero su novio no respondía, solo le hablo para decirle si quería galletas de las que él había traído. Ella algo contrariada acepto, pero ya comenzaban las dudas y los miedos a rondar por su cabeza, luego de comer las galletas él le dijo que tomaría una ducha, momento que Alex aprovecho para cómo último recurso preparar la habitación y esperarlo lista para la acción.

Cuando su novio entró en el cuarto ya con su short para dormir puesto, simplemente se metió a la cama y le dio las buenas noches, pues estaba muy cansado y tenía sueño. Alex se quedó atónita, pues ella esperaba que él al entrar en la habitación notará que ella está solo con un pequeño cachetero de encaje y una blusita corta, con su melena oscura alborotada y su maquilla perfecto listo, pero él ni siquiera noto aquel perfume nuevo que Alex se había colocado, ella se fue al baño sin decir nada y estaba molesta, en eso recibió un mensaje de Eduardo:

-Espero tengas una noche bastante movida guapa, mucha suerte.

Al instante ella le respondió.

-Ni movida, ni suerte. Él llegó, se ducho y ni me miró, solo se metió a la cama y me dijo que estaba cansado y se acostó a dormir. Ni siquiera se fijó en cómo me había vestido para él.

-¿Quee? Me estás hablando en serio Alex, ¿De verdad que ni te miro?

-Hora mismo estoy encerrada en el baño, supuestamente me vine a bañar, pero me siento muy mal. Definitivamente no soy atractiva para él, incluso estoy gordita pues no he podido mantener mi rutina de ejercicios cómo se debe. Me siento mal, no quiero ni salir del baño.

-Alex disculpa que te diga esto, pero tú novio es un Imbécil. Con todo el respeto que mereces, tú eres una mujer hermosa, con un cuerpo espectacular, ya si él no lo nota, pues él se lo pierde. Pudiste nada, duchaste y ve a la cama, ignóralo tú también.

-Eduardo, no lo entiendes, de verdad yo quería hacerlo esta noche. Llevo más de 2 meses sin tener relaciones y mucho menos un orgasmo.

-Pues eso tiene solución, solo debes darte algo de cariño propio y listo.

-Te confieso que no me gusta, solo lo he hecho un par de veces y me resultó algo incómodo, pienso que debería ser mi novio quien no lo hiciera y no yo. Además no me veo metiendo mis dedos en mi vagina.

-Bueno, pero ¿Porque no usas un consolador?

-Noooo qué pena, ni siquiera me atrevería a ir a una de esas tiendas a comprar uno de esos. ¿Te imaginas que alguien conocido me vea saliendo de allí? Sería demasiado vergonzoso.

-Alex si ese es el problema, pues venga, yo voy y te lo compro, es más te lo daré de regalo, pero no es justo que sigas así.

-Jajaja ¿Cómo se te ocurre que me vas a regalar un consolador?

-Es algo normal, eres una mujer joven y sexualmente tienes tus necesidades, no veo problema, ¿A menos que te ofenda mi ofrecimiento? De ser así, te pido disculpas, no era mi intención.

-Pues la verdad no me ofende, ya hemos hablado de tantas cosas, que esto lo veo como un tema más, pero la verdad me da pena que me ofrezcas comprarlo tú jajaja qué pena.

  • Por mí no hay problema, es más está decidido, te compraré uno. Y pues a tu novio ni le prestes atención, él no sabe de lo que se pierde, si fuese yo no te dejará dormir en toda la noche jajaja

  • jajaja oye no te pases de confianzudo jajaja

-Ok! Disculpa, pero es la verdad, eres muy bella y tienes un cuerpazo, disculpa, pero debía decirlo jajaja.

-Bueno ya voy a salir del baño, ¿Hablamos luego si?

-Vale, que descanses.

Así termino aquella conversación entre Alex y su amigo, luego de ellos ella salió del baño y sin decir nada se acostó, apagó la luz y a dormir. Por la mañana se levanté hizo el desayuno para ella y su novio y luego despidió a este cuando se fue a su trabajo, aquella mañana Alex se sentía diferente, pues había algo de molestia hacia su novio, pero aquellas palabras: “él es el que se lo pierde” la hacían ver las cosas de forma diferente, Eduardo tenía razón, su novio es el que se lo perdía. Luego de eso ella se arregló y se fue a su trabajo, pero antes envío un mensaje a Eduardo.

-Vale, acepto tu regalo.

El día transcurrió de forma tranquila, así como la semana dónde entre una y otra charla con Eduardo, este le había enviado imágenes de diferentes juguetes sexuales, los cuales Alex admitió que le causaban mucha curiosidad, pues lo más que sabía de estos era lo que había escuchado a amigas contar. El día jueves Eduardo le pregunto a Alex.

-¿Qué harás mañana en la noche?

-La verdad nada, cenar en casa y ver una película.

-Bueno si me aceptas, yo hago la cena y te acompaño a la película.

-Perfectoooo así me haces uno de tus ricos platillos.

-Vale, cuenta con eso.

El día viernes todo transcurrió de forma normal y rutinaria, Alex compro algunos ingredientes para la comida de la noche y sobre las 7:30pm sonó su timbre, Eduardo había llegado y traía en una mano una botella de vino y en la intranet una bolsa muy bonita que Alex no supo de que era. Comenzaron a charlar y Eduardo se puso manos a la obra en la cocina, pues tenía habilidades en la misma.

Eduardo era un tipo bastante normal, era más alto que Alex, casi el metro noventa de estatura, algo de panza pues no era un tipo que dedicará ya mucho tiempo al ejercicio, tampoco es que fuese gordo redondo, pues al ser tan alto solo se le notaba algo de barriga, tenía brazos gruesos y manos realmente grandes, pues en su momento fue jugador de básquet y podía agarrar el balón con un sola mano. Su vestimenta para esa noche era bastante normal, jeans, camisa y zapatos casuales, mientras está cocinada Alex le contaba sobre su día y sobre cómo había ido su semana y a su vez preguntaba qué tal había ido la de él.

Luego de un rato se sentaron a la mesa ya con la cena servida y Eduardo destapó la botella de vino, sirvió en dos copas y comenzaron a comer mientras seguían charlando. La comida fue bastante amena y la botella de vino poco a poco iba disminuyendo, lo cual causó en Alex un efecto de desinhibición, pues ella no está muy acostumbrada a beber alcohol.

La charla cada vez era más amena hasta que llegado cierto punto Alex pregunto a Eduardo por el contenido de aquella bolsa de tienda que había traído, este largo una carcajada y le pregunto a ella si no se imaginaba que era. Alex simplemente negó con la cabeza mientras se le escapaba una pequeña sonrisa, en ese momento Eduardo le dijo que el contenido de la bolsa era aquel regalo especial que le había prometido. Alex puso los ojos como platos a la vez que se le subían los colores al rostro, pues la verdad pensó que aquello del regalo aunque había dicho que lo aceptaba, él no se lo compraría.

Sin saber porque de su interior broto una carcajada mientras que con una mano se tapaba la boca, con la otra sostenía su copa de vino, aquello la sorprendió muchísimo y le causa, mientras tanto Eduardo acompañaba su risa y luego soltó:

-Yo siempre cumplo mi palabra, y si te prometí ese regalo te lo daría, espero te guste jajajaja

-Esas looooco jajajaja  me da miedo ver el contenido de esa bolsa jajajaja

-Si quieres lo saco para que lo veas, y si no te gusta pues lo devuelvo sin siquiera destaparlo.

Alex mantenía aquella delicada sonrisa en sus labios, sentía algo de pena y a la vez curiosidad y nerviosismo, pero por causa de aquel vino que la había hecho estar más suelta y relajada que de costumbre de sus labios y en voz baja salieron aquellas palabras.

-Está bien… muéstramelo, pero solo lo veré, ya luego lo regresas.

-ok! Cómo tú desees.

Eduardo se levantó de la mesa y le dijo a Alex que se sentirán en el mueble de la sala, ella en silencio se levantó y fue al mueble, allí Eduardo puso la bolsa sobre la mesilla central y procedió a sacar el contenido. Alex vió cómo de la bolsa salió una caja de color negro mate con letras doradas bastante elegante, ella nunca imaginó que la caja de un consolador fue tan elegante y hasta bonita. Eduardo con mucho cuidado abrió la caja y poco a poco fue sacando aquel juguete sexual el cual Alex solo había visto en las fotos y que ahora teniéndolo en frente le parecía mucho más grande y llamativo; ella presa de la ansiedad dio un largo trago a su copa, lo cual hizo que casi la dejará vacía, pero es que no era para menos, aquel aparato tenía dimensiones mayores a las del pene de su novio y sus colores eran bastante llamativos. Eduardo le dijo que si lo quería tocar y ella con dudas, pero también con mucha curiosidad extendió su mano para recibir aquel juegue del placer.

Cuando lo tuvo en sus manos noto que era algo pesado y se lo hizo saber a Eduardo, este le respondió que eso se debía a que el juguete tenía baterías para poder activar sus funciones de vibración y giro, mientras esté explicaba todo esto Alex volvió a tomar de su copa dejándola totalmente vacía, mientras Eduardo simplemente la veía y se reía, luego le dijo:

-Creo que al final si te gusto el juguetito jajajaja

-jajaja ¡Idiota! La verdad me da curiosidad, porque aunque había visto fotos, nunca había tenido uno en las manos jajaja.

-Bueno, pero ya lo viste, ahora toca guardarlo para devolverlo ¿no?

-jajaja si… pero… ¿Puedo encenderlo y ver cómo funciona?

  • Pues el juguete es tuyo, puedes hacer con él lo que quieras jajaja

-No en serio, solo quiero ver cómo es cuando está activado.

-En la parte baja de la base hay unos pequeños botones, un es para encender y apagar, el otro selecciona el modo y el último la intensidad.

Alex procedió a revisar aquello pequeños botones mientras que Eduardo también terminaba su copa de vino viendo de forma divertidas cómo Alex encendía el juguete y se sorprendía al ver cómo vibraba y cómo una de las funciones incluso hacía que el juguete se calentará para dar mayor realismo; esto nuevamente provoco en Alex un ataque de risa y a su vez despertó aquel pequeño picor y calorcito en su entrepierne; Alex sintió pena, pero vio que Eduardo no se había dado cuenta (bendita cualidad de los hombre de no notar los pequeños detalles). Alex seguía viendo las diferentes funciones del juguete y sin saber porque de sus labios salieron aquellas palabras:

-Que cómico esto, igualmente esto es ¡Gigantesco! Jamás podría usarlo jajaja.

-Bueno, se supone que primero lo debes usar por fuera para excitarte y ya luego si estás lo suficientemente húmeda procedes a tú sabes jajajaja… sino pues usas el lubricante.

Alex nuevamente miró a Eduardo y pregunto:

-¿Cuál lubricante?

Eduardo una vez más metió su mano en la bolsa y de ella saco una botella de vidrio también con letras doradas y que contenía un líquido transparente, Eduardo se lo acerco y dijo:

-Acá está el que te va a ayudar jajaja

-Niño, pero es que pensaste en todo jajajaja igual es demasiado grande, jamás podría soportar algo así.

-Alex, pero qué dices, tiene las dimensiones de un pene normal, nada del otro mundo.

-Jajaja ¿Esto para ti es normal? Jajaja

-¿Acaso el miembro de tu pareja es más pequeño que eso?

Alex dudo y luego dijo:

-Bueno la verdad si es más corto, pero este aparato es demasiado grande, no me quieras ver la cara de tonta.

La verdad es que aquel consolidar tenía un tamaño común como decía Eduardo, pues su largo era de 15cm y su grosor de 3cm, pero para Alex que a pesar de su edad tenía poca experiencia y solo había visto dos penes en su vida, aquel aparato era gigante.

-Venga Alex, no seas miedosa, déjalo y pues pruébalo, igual ya lo saque de la caja así que no creo que me acepten devoluciones jajaja igual, ya luego si lo deseas lo botas a la basura, no podemos hacer más nada.

-Esas que me da miedo Eduardo, ya te he dicho mil veces que mi experiencia en lo sexual es poca, y pues no sabría cómo usar esta cosa. ¿Y si se atora? ¿Y qué tal que lo usé y me lastime? No no no, es demasiado.

Al decir esto Alex nunca despegó la vista de aquel juguete y siempre mantuvo una risita nerviosa, a todas estas Eduardo la miraba asombrado, pues no pensó que aquello podría generar tantas dudas sobre Alex.

-Bueno Alex, quizás puedas ver algunos vídeos y así aprendes a usarlo.

-Noooo estás loco, yo no veo porno, además en esos vídeos todo es falso, mejor llévate esta cosa, ya me dio hasta miedo jajaja

-jajaja bueno, tú te lo pierdes, esperemos que tú no lo si pueda rendir la próxima.

Aquellas palabras fueron como una estaca en pecho de Alex, aquel: “Tú te lo pierdes” fue justo como aquel que pensó sobre su novio al perder la oportunidad de estar con ella, sin entenderlo, esto provoco en Alex cierta reacción, pues sin pensarlo dijo:

-Yo no me lo voy a perder, no puedo seguir así, ya está bueno de sufrir por otros, yo soy una mujer libre y normal.

Todo esto se lo decía a sí misma, mientras Eduardo la observaba, luego dijo:

-Eduardo… tú eres mi amigo y te he contado mis problemas, confío en ti… tú… tú… ¿Tú me enseñarías a cómo usarlo?

Eduardo se quedó helado, nunca imaginó que Alex le preguntaría algo como eso, por eso con duda le pregunto:

-¿Cómo así que a usarlo?

-Por favor Eduardo no me lo hagas más difícil, pues como más, cómo debo usar, ¿Solo hay una manera no?

Eduardo trago grueso y dijo:

-¿Quieres que te explique ahora mismo?

-Si no es ahora, no será nunca, yo debo dejar mis miedos atrás y de una vez por todas quitarme estás ataduras que durante años me han tenido amarrada y me han hecho cohibirme de tantas cosas. La verdad no entiendo porque te estoy pidiendo esto, solo enséñame y listo.

Lo que Alex no entendía era que su abstinencia ya la había hecho sobrepasar sus límites, y no eran solo estos meses con su novio, era algo que traía desde que su vida sexual comenzó con aquella pésima primera vez, pero que luego de eso nunca había podido tener una noche de placer completa con ninguno de los dos novios que había tenido, ya que siempre se había tratado de que ellos terminarán y la dejaban a ella a medias. Esto acompañado del efecto des inhibidor del alcohol hicieron que Alex actuará de forma más atrevida y sin pensarlo mucho.

-Entonces, ¿Qué me dices?

-Bueno Alex, yo… yo no tengo problema, pero ¿Estás segura?

-Que si chico, ya deja de preguntar, mira que después me pongo más nerviosa.

-Ok! Te voy diciendo que hacer y tú lo haces ¿Te parece?

Alex asintió y luego dijo:

-Pero lo haré por encima de la ropa, ni pienses que voy a desnudarme o algo así frente a ti.

-Tranquila, entiendo perfectamente.

Eduardo le indico que pusiera el aparato a vibrar en una velocidad moderada y que lentamente lo fuese rozando con su vagina; Alex lo iba haciendo, mientras que nuevamente los colores se le subían a la cabeza, jamás se imaginó estar frente a Eduardo tocándose con aquel juguete sexual, aún cuando solo era por encima de su ropa, las vibraciones lograban alcanzar su clítoris cada vez que rozaba con el aparato, esto la hizo irse mojando poco a poco y preguntar qué seguía; Eduardo le indico que con la otra mano podría ir acariciando sus senos y que poco a poco podía ir prolongando la duración del aparato sobre su clítoris para así hacer más intensas sus sensaciones.

Alex hacia lo que Eduardo le decía, y ya sentía como su vagina incluso mojaba su ropa interior, ella mientras pasaba ya con mayor intensidad el aparato vibrado sobre su zona más íntima, había cerrado sus ojos y sus labios estaban entre abierto, incluso se permitió liberar un pequeño suspiro, muestra de que lo que aquel aparato le producía era algo agradable. Alex jamás hubiese imaginó estar en una situación así, pues su crianza y todo lo vivió durante años la hacían ver una situación cómo aquella, cómo algo poco real y verdadero, pero allí estaba usando un vibrador por encima de su ropa, mientras con una mano acariciaba de forma firme uno de sus senos y Eduardo su amigo la observaba.

Mientras ella seguí en esto, Eduardo que está flipado por lo que veía, se sirvió más vino y tomo un gran trago, luego le dijo:

-Alex, voy a sentarme en el mueble de en frente, así puedes recostarse sobre este y si lo deseas separar un poco las piernas para usar mejor el juguete.

(Alex ese día se había colocado unas leggins, una blusa normal, y debajo llevaba un conjunto blanco de encaje)

Ella solo se limitó a decir:

-Ok!

Eduardo se levantó y fue al otro mueble mientras observaba cómo Alex ya en estado de excitación, subió sus piernas al mueble, las separó y lentamente pasaba aquel juguete sexual por toda la extensión de su vagina; poco a poco la excitación de Alex crecía, sabía que Eduardo estaba allí frente a ella observándola, pero eso solo causó que su libido se disparará aún más, logrando que Alex comenzará a gemir de forma delicada, con eróticos gemidos constante. Tal fue el crecimiento de su excitación que una vez más superó sus límites y dijo:

-Eduardo, ¿Realmente crees que yo pueda meter está cosas?

Eduardo nuevamente frío y también a algo excitado, pues en frente tenía a una diosa de ébano, la cual estaba excitada y jugando con un consolador por sobre su ropa. Luego de volver a la realidad él solo dijo:

-Si estás lo suficientemente húmeda si, de igual manera está el lubricante para que no tengas problemas.

Alex sin decir nada, solamente se levantó, se puso sobre el mueble en cuatro y dijo:

-Vamos a intentarlo, pero si me duele o no me gusta paramos ¿Entendido?

Esto fue como un golpe eléctrico para Eduardo, que en ningún momento había imaginado estar en una situación de este tipo, lentamente y con algo de dudas él se levantó de su asiento y se acercó a ella, Alex sin querer voltear a verlo, extendió la mano dónde tenía el aparato para dárselo a él. Eduardo trago saliva y dijo:

-V…Voy a bajar tu ropa ¿Si?

-Aja..

Fue lo único que se limitó a decir Alex, luego sintió como las manos fría de Eduardo tomaban los laterales de su fina prenda y la bajaban dejando así a la vista, sus muslos color canela y aquel increíble e imponente trasero, el cual dejaba ver aquellas montañas gemelas de formas redondeadas que eran sus nalgas, y en el medio se veía como se perdía aquella fina tira de encaje blanco, lo cual era lo único que cubría su vagina, que ya estaba en un estado el cual si se acerca una mano podría sentir el calor que emanaba, así mismo el aroma a excitación que despedía aquella zona, llenaron el ambiente de feromonas, las cuales eran un afrodisíaco para Eduardo, aunque él no lo notará. Él tomó el juguete y antes de retirar aquella fina prenda, comenzó nuevamente a pasarla a lo largo de la extensión de Alex, quién nuevamente gemía de forma suave al sentir aquellas pulsaciones sobre aquella zona erógena.

Eduardo acercó la botella de lubricante, pues quería estar seguro y coloco una porción sobre toda la extensión de aquel miembro plástico; sin retirar el hilo, el solo tomo aquella fina tira que estaba entre las potentes nalgas de Alex y lo corrió a un lado, dejando así a la vista su vagina. Eduardo no pudo evitar admirar aquella vista, los labios mayores eran algo abultaditos y se notaba claramente su clítoris hinchado, tenía algunos bellos, fruto de que su dueña no se había depilado en algunos días, pero esto lejos de desagradar a Eduardo, le dio a su parecer un toque de sensualidad extra, pues Alex apenas y tenía unos mínimos bellos de color negro en su vagina. Sin perder tiempo volvió a pasar el consolador por toda la extensión de aquella húmeda y cerrada vagina, haciendo que su dueña suspiraba, había momento donde llevaba la punta del consolador a la entrada de Alex, pero lo hacía solo para lubricarla aún más, poco a poco iba separando sus labios mayores y notaba el contraste de colores al hacerlo, viendo así sus labios menores de un coló más claro y ya el interior de su vagina de un color rosa intenso.

Eduardo coloco más lubricante sobre el aparato, con una mano se atrevió a tocar la vagina de Alex solo para separar sus labios, mientras que con la otra guiaba el consolador a la entrada de Alex, quién ya estaba ansiosa y deseosa de sentir aquel juguete entrado en lo más profundo de su ser. Eduardo coloco la punto del consolador y este entró de forma suave, Alex tomo aire y dejo salir un gemido.

-Mmm aaahh

Eduardo comenzó a introducir y sacar aquel juguete de forma lenta, pero constante y mientras aumentaba la intensidad de la penetración, también aumentaban el tono en el cual Alex gemía.

-aaah…aaahh…mmmm….siii…aaaah.

Eduardo mientras que con una mano introducía aquel consolador en Alex una vez más se atrevió y acercó su mano libre al clítoris hinchado de Alex y comenzó a hacer movimientos circulares con sus dedos, generando así que el placer de Alex fuera mayor y más intenso. Estuvieron así varios minutos, Alex sudaba y acompañaba aquellas penetraciones con movimientos suaves de su cadera, estaban así cuando Eduardo ya también bastante excitado se atrevió a algo más, lo cual dejo a Alex por uno segundos con dudas, pero luego se dejó llevar. Este había acercado sus labios a las rotundas nalgas de Alex y comenzó a besarlas y darles pequeños mordisco, esto causó que Alex recordara aquel comentario hecho por el chico del parte y en su rostro se dibujó una pequeña sonrisa al pensar que lo que dijo el chico ahora mismo lo estaba haciendo Eduardo. Si Eduardo, en ese momento Alex recordó que el que estaba detrás de ella, acariciándola y mordiendo y besando sus nalgas, mientras introducía ya de forma libre un consolador en su vagina era Eduardo, su amigo y no su novio, al cual Alex amaba, pero que en ese momento reconoció, nunca la había llevado a estar en ese grado de excitación.

Alex estaba a punto de detener todo aquello, pues aunque estaba tan excitada, era consciente de que está engañando a su novio, de que le estaba poniendo los cuernos, justo en ese momento volteo su rostro para hablar y lo que vio la silencio; Eduardo había liberado se su prisión su miembro y este tenía dimensiones que a la vista de Alex superaban las del consolador, era un poco más largo, pero si algo predominaba era su grosor y lo duro que se veía en aquel momento. Alex no pudo evitar comparar aquel miembro que estaba detrás de ella demostrando una dureza imponente, con el miembro flácido de su novio, el cual había tenido que ver más de una vez al voltear a ver porque no la penetraban.

Alex al ver el miembro de Eduardo en tal estado, simplemente trago fuerte y dijo:

-Eduardo… metemela

Continuara…