Alex mi querido primo II

Travesuras nuevas esperaran por nosotros, ¿lo haremos? ¿el clímax nos espera después de lo ocurrido la noche anterior? Eso mismo vamos a averiguar.

Desperté con el despertador sonando a todo volumen, pues en casa de mi tía todos solían despertarse temprano, lo cual tenía que seguir era una invitada no una grosera, así que con la pena que eso me producía tuve que levantarme de mi cama.

Al ducharme caí en la cuenta de lo que había pasado anoche, vaya que sí estuvo bastante bien. Recordar su lengua, oh demonios debía parar, tenía que estar abajo a las 8 am pues a esa hora mi tía llamaba a desayunar. Después de eso, me vestí y justo en ese momento mi tía nos llamó.

-Todos a desayunar. Rápido que se enfría- Grito ella desde la  planta baja.

Al bajar esperaba ver a Alex en la mesa, pero tía Angie dijo que había salido desde temprano a hacer ejercicios y que después iba a estar en casa de su novia. Si claro como si le fuese tan fiel a su novia .

En fin el día fue bastante largo, ayude a mi tía con sus compras de mandado, limpie mi cuarto, lave e incluso prepare pasta. En la hora de la comida solo estuvimos tía Angie y yo, pues mi tío volvía mas tarde y de Alex ni sus luces, tampoco es como si me importase.

Más tarde me encontraba en la sala descansando viendo la tv, hasta que el ruido de la puerta  resonó por la casa. Era Alex.

-Hey-  Dijo con un movimiento en la cabeza a modo de saludo.

-Hola, ¿Dónde habías estado?- Pregunte curiosa.

-No es asunto tuyo- Contesto grosero y sin más dio vuelta y subió por las escaleras.

Idiota.

Sin darme cuenta la tarde paso y la noche se abría paso. Con ello un estruendo de niños corriendo para entrar en la casa y juntarse en el sofá. Que mierda.

-Karen querida, espero no te molesten. Hago una vez a la semana un pequeño cine en casa con los hijos de los vecinos, ya sabes Alexito creció-  Vaya sí que creció y muy bien pensé.

-No te preocupes tía, está todo bien. Sirve me entretengo un poco.

Mi tía solo asintió y puso play a Cars. Eran casi diez niños pequeños regados en la sala de estar, tomando lugar, unos sentados otros parados, pero yo no me iba a mover del cómodo sofá. O eso pensaba.

Pasos resonaron y era Alex quien venía bajando las escaleras, al parecer recién duchado pues su cabello aún estaba  mojado, solo venia en shorts y sin nada puesto más que eso. Verlo así era un deleite para mí, sus pequeños músculos resaltaban, y algunas gotas caían alrededor de su nuca y cuello, era realmente una buena vista y sí que la estaba disfrutando.

-Hazte un lado.- Dijo  empujando mis piernas con una leve presión en mis tobillos.

-No, estoy bien aquí gracias.-  Cruzando los brazos volví mi mirada al televisor.

-No era una pregunta.- Con una sonrisa pícara subió lentamente sus manos en mis piernas hasta la altura de mis rodillas para después con rudeza hacerlas a un lado. Picazón sentí en ese momento, pero eso no me detuvo para gritar y reclamar mi lugar.

-Tiaaaaa, Alex quiere quitarme el lugar.

Mi tía acudió de inmediato, con una sonrisa.

-Basta los dos, Karen hazle espacio, sirve que estos pequeños suben y toman lugar arriba.- Contesto señalando a dos mocosos que estaban en la alfombra. No tuve de otra que obedecer. De esta forma termine demasiada cerca de Alex, lo cual comenzó a ponerme nerviosa.

Concentrada en la película deje de prestarle atención, hasta que una mano traviesa empezó a acariciarme de nuevo las piernas, de arriba a abajo, lento, tratando de llegar a la bragueta del short, para después iniciar el recorrido otra vez, sutil, provocativo. Estaba provocándome. Lo sabía. Si eso quería yo también podía hacer lo mismo.

Me levante del sofá, fui directo al baño. Al estar dentro baje rápidamente mi pequeño short. Baje mis bragas de encaje, al igual que mi brassier, si me iba a tocar que supiera lo que encontraría. Tome ambas piezas y las escondí dentro del bote de basura. Subí aún más mi short, a tal punto que el inicio de la parte trasera de mis nalgas reluciera. Salí del baño, encaminándome al sofá de nuevo.

Cruce por enfrente de la pantalla, molestando a los pequeños y fingí tropezarme con algo imaginario, simulando una caída  justo al llegar al lugar donde me sentaba con Alex, cayendo de rodillas y los antebrazos por delante, justo allí eleve un poco más nalgas, para después abrir un poco las piernas, dando una visión de mi trasero, en una simulación de la posición de perrito. Una vez segura que Alex tuvo esa visión, me levante, siseando un pequeño lo siento por lo bajo.

Al tomar asiento, voltee a ver a Alex y una mordida de labio junto con una sonrisa es lo que recibí de vuelta. Chúpate esa.

Como imagine, de nuevo su mano traviesa inicio el recorrido de arriba abajo, pero ahora un poco más rápido, y con un apretón. Así estuvo unos minutos, que para mí fueron horas, me estaba empezando a excitar y mi cuerpo quería más.

Poco a poco sus manos dejaron mis piernas, para empezar a masajear mi vientre por debajo de mi camiseta, pero no se detuvieron allí, fueron más arriba y empezó a tocar mis pezones, sentir su tacto allí fue bastante provocativo, pero cuando empezó a pellizcarlos fue otra cosa, sus dedos jalaban de enfrente hacia atrás mis pezones, despacio para después fuerte, primero con el izquierdo, mi respiración empezó a cambiar un poco, para después realizar la misma acción con el pezón izquierdo, pero ahora saco los dedos de mi camiseta para chuparlos con su saliva, el sonido de sus dedos en su boca fue silencioso pero para mí estruendoso. Después de eso volvió a atacar mi pezón derecho ahora mojados, y con fuerte presión sobre ellos, la sensación que eso produjo fue bastante buena y mi entrepierna lo sentía, muy a pulso.  Mis ojos fijos en la pantalla pero dando vistazos de reojo a aquellos mocosos, aunque no era de preocuparse seguían entretenidos con la película, además que el volumen bastante alto ayudaba.

Las mano de él dejaron de torturar mis ya bastantes erguido pezones, para después bajar debajo y colarse dentro de mi short. Al reparar en que no tenía bragas una sonrisa ilumino su cara.

-Con que estabas preparada para esto, ¿eh? Sucia.

-Siempre y más para ti.

Pero los pasos de mis tíos sonaron y más entrando a la sala, ni idea de cuando había llegado mi tío. Inmediatamente Alex quito su mano de mi short y tomo una posición recta. Ellos entraron con unas sillas para tomar asiento a la lateral del sofá en donde nos encontrábamos nosotros.

-¿Disfrutan la película?- Fue lo primero que dijeron al entrar y tomar asiento

-Sí, algo. Pero dentro de pronto se pondrá mejor.- Contesto con deje de ironía él.

Después de eso tomo el cojín (que para mí gusto estaba demasiado grande) y lo puso sobre mi entrepierna cubriendo parte de el también en forma vertical. Con las excusa murmurada sobre lo bajo de que los mosquitos nos estaban picando.

Después de eso, su mano volvió a posarse bajo el cojín, masajeando mi vagina por encima de la tela del pequeño short, para después sin más colarse dentro de ella y acariciar mi vulva, despacio, en ese momento ya estaba demasiado excitada y lo sentía, al igual que el al penetrarme con sus dedos, así sin más, metió dentro de mí su dedo índice y medio, estos salían y entraba, a un ritmo lento, leves contracciones sentía en  mi vagina y mi clítoris se empezó a hinchar, lo sentía, además de que me sentía demasiado caliente, sus padres continuaban viendo la películas al igual que los mocosos, sin reparar en que su hijo me metía los dedos, estuvo así hasta que intensificó los movimientos, ahora más rápidos.

-¿Esto es lo que querías?- Susurro por lo bajo.

-Es lo que necesitaba.- Murmure.

Llevando mi mano izquierda a su ya erguido pene. Lo empecé a masajear por encima del pantalón, teniendo cuidado que no sobrepasara el espacio que nos cubría el cojín. Pero en ese momento algo inesperado paso, sus dedos me penetraban más fuerte y ahora su pulgar, oh su pulgar empezó a masajear mi clítoris en círculos, rápido muy rápido y sus dedos seguían entrando y saliendo de mi vagina. Una sensación de calor y placer se generaba más y más, quise gemir pero su voz me detuvo.

-Recuerda que no puedes hacerlo o quieres que mis padres escuchen como te cojo con mis dedos.- Apreté mi labio con fuerza. La sensación de lo que me provocaba era infinita. Mis ojos fueron de reojo asustada  para ver que todos estuvieran atentos  a la pantalla y así fue. Para distraerme seguí mis movimientos en su entrepierna con la privacidad que el cojín  nos brindaba.

-Despacio, respira y no te muevas. Recuerda en donde estamos.- Me dijo al odio lo más despacio posible, pero para mí era imposible. Apretaba mis labios lo más que podía, trataba de respirar despacio y lograba pero después sus movimientos de volvían más y más violentos y me era imposible aguantarme. Mis piernas quisieron moverse, pero su otra mano me detuvo.

-¿Qué fue lo que  te dije? Te estas portando mal eh.- Con eso ahora su lengua empezó a chuparme la oreja, su saliva se sentía, sus dedos penetrándome fuerte, su pulgar amasando, acariciando con más presión mi clítoris, la sensación de querer volar en mil pedazos me lleno y el orgasmo fue intenso, mis piernas comenzaron a temblar, pero su mano me detuvo, y mi boca quiso soltar gemido pero su voz me detuvo recordándome que estábamos en la sala con sus padres.

-Shhh… no queremos que ellos se den cuenta de lo cachonda que te pones y que te guste tanto ser follada por mí.-  Tomo mi cara y la inclino para que viera en donde nos encontrábamos, eso hizo que me sintiera caliente de nuevo, me acababa de correr frente a ellos y ni cuenta se dieron.

Sus dedos aún estaban en mi interior, con cuidado los saco.

-Diré que saldré, ve a tu cuarto y espérame allí.- Me dijo al oído.

Y así sin más se paró, comento a sus padres que iba a salir a ver a un amigo. Yo ahora más caliente que nunca, me despedí de ellos diciendo que tenía sueño y me fui al cuarto tal como él había dicho.

Cuanto llegue, él ya estaba allí. Se acercó a mí, me empujo a la pared del cuarto y me beso, con fuerza, su lengua entraba y reclamaba por la mía, sus manos tomaron  mi trasero con fuerza, yo baje las mías por sus brazos grandes, subiendo y bajando, me guio hacia la cama aun besándome,  su boca aun unida a la mía en un beso de lo más caliente, pero se detuvo.

-Desnúdate para mí.-  Me ordeno, oírlo con esa voz demandante, gruesa y sexy fue suficiente para que sus deseos se cumplieran.

Me separe de él. Tomé mi blusa por los costados y comencé a elevarla lentamente, dedicándole una sonrisa pícara, hasta que de un tirón la saque completa, mis senos quedaron al descubierto para él, solo para provocarlo aún más comencé a acariciarme los pezones, con ambas manos, mi pulgar rozaba y pellizcaba tal como él había hecho conmigo abajo, continúe mi recorrido bajando por mi vientre hasta llegar a mi short, di media vuelta colocándome de espaladas, abrí un poco las piernas, baje el short de un tirón y me incline hacia abajo, dando un perfecta visión de mis nalgas y de mi vagina ya empapada.

-Mmm, bastante rico lo que  me voy a chingar.

-Si es así, entonces ven, estoy lista para ti.- Conteste dándole la cara y llevando una mano a mi vagina.

-No, primero quiero que te acuestes en la cama, abras las piernas y te masturbes como lo hacías ayer en la noche.

Sin más me subí a la cama gateando y elevando mis nalgas más con cada paso. Me acosté boca arriba, abrí mis piernas lo más que pude, le di un vistazo y verlo parado, aun vestido  pero con su verga claramente erecta por encima del short me puso al cien. Con su mano me hizo una señal para comenzar, con una sonrisa lo hice. Llevé mis dedos a mi boca los chupe bien y fui directo a mi vulva, la acaricie pero ahora me penetré con dos dedos, entraba y salía, de nuevo me sentía prendida y mi cuerpo quería más, mis dedos por si solos entraban más y más, pero decidí parar ir por mi clítoris, no tuve cariño pues estaba demasiado excitada así que empecé con caricias de arriba abajo con violencia

-Ah, mmha.- Sonidos salieron de mi boca, con los ojos cerrados, y el que él estuviera viendo era de lo más caliente que había. Mis dedos seguían aplastando con violencia mi clítoris, el calor era abrasador, con unas movidas más y llegaba al orgasmo.

-Suficiente.- Con su mano me detuvo. En un dos por tres se desvistió, y llego conmigo a la cama. Me beso de nuevo, ahora sus dedos me penetraron, pero no quiso eso, él quería más y yo también. Paro el beso.

-Ahora sí, te voy a coger como siempre quise.

-Eso quiero  y no tienes idea de cuánto quiero tu verga dentro de mí.

-¿Esto quieres? ¿Esta verga grande, y con ganas de meterse en ese precioso agujero?

-Si eso quiero, hazlo.

Así, abrió mis piernas con sus propias piernas y su verga entro en mí, de una estocada, la sensación de tenerlo en mi fue intensa, abrasadora. Ambos gemimos, pues ambos queríamos eso y lo habíamos deseado por mucho tiempo.

Sus movimientos comenzaron en un vaivén, su verga entrando y saliendo con ferocidad, con ansias, mi vagina con ganas de que  no dejara ese lugar nunca. Mis manos bajaron a sus grandes nalgas para tomarlo con fuerza y ayudarlo a empujarlo para entrar en mí.  Su boca volviendo a tomar la mía, para después bajar dando lengüetazos por mi barbilla, bajando por mi cuello hasta llegar a mis senos, los lamio para así estar en mis pezones, su lengua y boca chupándolos, como un bebe que busca leche, primero  con uno, después con el otro, el entrando y saliendo, mi manos  haciendo recorridos, era uff una sensación maravillosa, no sabía qué hacer con lo que sentía, los gemidos no eran suficientes para describir lo rico que se sentía sentirlo así .

-Ahh, siii.

-Mmmm, así así.

Sus embestidas eran fuertes, pero en ese momento me levanto la nuca, me tomo del cabello, salió de mí y con fuerza pero no demasiada me volteo para ponerme boca  abajo. Una pequeña risa salió de mí.

-¿Y esto?- Pregunte excitada con la visión de mis senos cayendo hacia abajo con los pezones erguidos.

-Voy a apreciar ese precioso culito que tienes primita.

-Ah, hablas de este.- Conteste apoyándome con las palmas de mis manos,  abriendo las piernas poco y esta vez elevando descaradamente y a full mis nalgas para darle una vista perfecta de lo que él quería.

-Siii, hablo justo de este.- Con ambas manos tomo cada extremo de mis caderas, para proceder a masajear mi trasero, despacio, acercando un dedo en mi ano solo para provocarme, pues anal aun yo no quería. Me sentía demasiado caliente, lo quería de nuevo dentro de mí, y eso era evidente por lo mojada que estaba. Mi cuerpo lo quería ya, así que me empecé a balancear hacia atrás para rozarme con su erguida verga, si él no quería dármela yo tenía que buscarla. Mis nalgas se movían en movimientos de arriba abajo, quería sentirla de nuevo.

-Ahora veré como te restriegas, pero con mi verga adentro, mmm es lo que quiero.

Su pene entro por mi vagina, fuerte, sin vacilar y ahora el vaivén de movimientos se hizo mucho  más intenso, sentía su pene alcanzar mi punto g y eso, eso era maravilloso, sentía que explotaba, sus manos tomaron en puño de mi cabello para jalarlo con poca fuerza cada vez que me embestía, eso era sumamente caliente. Mi cuerpo también se impulsaba hacia atrás para alcanzarlo, sentirlo así provocaba que el calor se volviera más y más intenso. Su verga se movia fácil, dentro fuera, dentro fuera, el ruido de nuestros cuerpos chocando con cada estocada, clap, clap era lo que resonaba con fuerza.

-Siii, si, eres una delicia.

-Tu verga sí que es una delicia para mí.- A cambio recibí una jalada de cabello más fuerte.

-AHH, AH.- Escucharlo gemir era de lo más sensual que podía pedir. Pero eso no fue todo, soltó mi cabello para encaminarse a mi clítoris.

-Dentro de poco no podre más, debemos apresurarnos.

Y así ataco mi clítoris, amasándolo, sin dirección alguna solo proporcionándome más y más placer, con su verga entrando con fuerza, sus manos en mi clítoris y sus gemidos, el sonido de nuestros cuerpos fue suficiente para hacerme sentir un calor abrasador de la cabeza a los pies, un temblor y sentir una de las mejores sensaciones que solo  un orgasmo otorga.

-AHH, AHH. Me corroo.- Fue lo que escuche de él. Para después salir de mi interior con rapidez, para expulsar su semen fuera.

-MMM... siiii.- Eso fue todo lo que pude decir, aun con los espasmos del orgasmo sintiéndose en mi cuerpo.

Con la respiración aun agitada, me moví ahora hacia arriba para descansar mejor.

-Eso estuvo muy muy rico.

-Eso ya era un hecho Alex.-  Conteste con una sonrisa.

Con eso se paró de la cama, para tomar su short y su bóxer y salir de mi habitación. No sin antes despedirse con un beso y salir por la ventana. Y así desnuda, con cansancio me rendí al sueño con una experiencia deliciosa.