Alex - 9
Llega el día del cumpleaños de Olga, pero esta no cuenta con recibir nada especial por parte de Alex dada la proximidad de la fecha
Alex - 9
Seguía tumbada sobre Alex, tranquila, relajada y en la gloria, cuando se me ocurrió una cosa, viendo la experiencia de la noche anterior con la moto, por lo que aproveché para preguntarle…
- ¿Va a ser siempre así?
- Siempre así, ¿el qué?
- Nuestra relación, ya sabes, como con lo de la moto, de ese modo…
- Bueno, eso dependerá de ti. Según quieras que sea, con alguna locura de vez en cuando, o que nos limitemos a lo convencional nada más, sexo oral, el misionero y unas pocas posiciones más. ¿Qué preferirás?, como te dije, soy muy amoldable…
Lo cierto es que era un marrón de pregunta la que Alex me había devuelto, algo que además me había ganado yo misma por idiota y acelerarme al intentar poner “reglas”, o algo así en nuestra relación. Lo cierto, siendo sincera conmigo misma, es que lo de la moto, de habérmelo dicho me hubiese negado en redondo por parecerme una completa locura, pero leches, tras la experiencia… si Alex me ofreciese otro paseíto… ¡¡¡joder!!!, que me estaba empezando a mojar otra vez solo con pensarlo…
- Definitivamente, con alguna locura de vez en cuando –dije excitada por el recuerdo de la moto.
- Entonces, aceptado, de vez en cuando… -sonrió malicioso- haremos alguna locura…
Me gustaría poder deciros como lo hizo, pero en realidad no tengo ni idea de cómo se las apaña… no sé, pero lo cierto es que en menos de dos minutos, tenía a Alex haciéndome una comida de coño antológica. Su lengua se movía dentro de mi sexo, sus dedos jugaban con mi clítoris, mientras que otros dos dedos de su otra mano se encontraban dentro de mi culito, tocándose en mi interior con su lengua, arrancándome gemidos, jadeos, gritos e una infinidad de insultos contra el… Solo tuve un orgasmo, pero joder que orgasmo, la cantidad de jugos que expulsé hizo que pensase por un momento que me había meado en la mismísima boca de Alex, que además se tragó casi todo…
Intente devolverle el favor con una de mis magistrales mamadas, pero riéndose me llevo de la mano a la ducha, diciéndome que se la debía, pero que ahora teníamos que arreglarnos para ir con los otros, que habíamos quedado esa misma mañana. Yo baje la primera, para ir a encontrarme con las caras sonrientes e irónicas de Mónica, Raquel y Marga, que no tuvieron otra ocurrencia que aplaudirme… Lo que no os hacéis una idea del corte que me dio, sentí mis mejillas arder…
- ¿Qué tal mi primo como novio?
- Tía, que solo llevan dos días –le dijo Raquel.
- Pero algo si habrás notado… ¿no? –dijo irónica Marga-, lo digo por los gritos y demás de hace un ratito… en la mañana del segundo día… -las tres se rieron a carcajadas.
- Bueno, pues mirad, sinceramente… -me puse roja- he disfrutado mas en estos “dos días” con él que con todos mis anteriores novios…
- Coño… pues será cuestión de probarlo… ¿Me lo prestas un poquito? –me dijo Marga muerta de risa con vocecita de niña buena…
- ¡¡¡¡Ni de coña so putón…!!!! -respondí sin pensar, arrancando nuevamente las risas de las otras tres-.
Las tres me felicitaron, según me comentó Marga, hacía mucho tiempo que no me veía tan ilusionada con ningún tío como en estos dos días con Alex. Les conté a las tres lo de la noche anterior de la moto, no podría asegurarlo, pero hubiese jurado que las tres se pusieron cachondas con lo que les estuve explicando que sentí, y lo que luego pasó con Alex cuando por fin paramos. Mónica me recordó lo especial que era su primo en muchos aspectos, por su parte, Raquel y Marga me estuvieron recordando lo rencoroso que podía ser, entre las tres me advirtieron para que me tomase la relación en serio, o que si veía que no cuajaba por mi parte, la rompiese antes de hacer algo que le hiciese daño. No tenían ni que decírmelo, las tranquilice, asegurándolas que nunca haría algo semejante con Alex, por la cuenta que me traía.
Esa noche volvimos a salir de marcha nuevamente, estaba disparada, no pare de bailar ni un solo instante. Me despiste apenas cinco minutos, y cuando volví a mirar a Alex, le vi con la tal Ana sentada junto a él, muy pegadita, sonriéndose los dos, cuchicheando por lo bajo… me puso de los nervios el verles así, no es que desconfiase de Alex, pero no pude evitar un puntito de celos. Me acerque, disimuladamente para ver si lograba escuchar alguna cosa, aunque con la música… Alex me sorprendió, me hizo una seña de que me acercase, cuando llegué, en lugar de dejarme sentar a un lado suyo, me hizo sentarme en una de sus piernas mientras me abrazaba la cintura, dándome un suave beso en los labios delante de Ana, lo que me agrado casi al mismo nivel que me descoloco.
- Enhorabuena Olga, te llevas un gran chico –dijo Ana, añadiendo- Pero estate atenta, si me entero de que en algún momento la relación flaquea, intentare llevármelo –luego se levanto y se marchó.
- ¿A que ha venido eso?
- A que le he dejado claro que estoy contigo de verdad, que no es ningún truco para mantenerla alejada.
- ¿Y te ha creído?
- No, no me ha creído en ningún momento.
- ¿Entonces?
- Te ha creído a ti.
- ¿A mí?, pero si yo no he hecho ni dicho nada –me sorprendí.
- Claro que si lo has hecho, nada más vernos te has acercado, y estabas un poco celosa, eso se te veía en la cara junto a lo poco que te gustaba vernos juntos tan cerquita, eso es lo que le ha convencido de que le estaba diciendo la verdad.
- Bueno, pues me alegro de que eso le haya quedado clarito. Y tenías razón, no me hizo gracia veros tan juntitos, y si, también me puse un poquito celosa, pese a no dudar de ti. ¿Sabes una cosa?
- No, el que, ¿dime?.
- Creo que empiezo a entender perfectamente que fue lo que esa chica vio en ti para estar tan quedada contigo, aunque, quiero ver aún muchísimas más, quiero que me sigas sorprendiendo con lo que quieras...
Alex me besó, al final terminamos los dos recostados, yo sentada sobre él mientras nos besábamos cada vez de forma más cachonda. Nos íbamos a ir al día siguiente, y yo estaba deseosa de tenerle esa noche para mi solita, de hacer el amor con él con tranquilidad y tiempo, sin prisas. Hubo algo de lo que me acorde en ese mismo instante, algo por lo que tenia curiosidad, de modo que le pregunte…
- Oye una pregunta, ¿tú y ella…?, bueno, no es que pase nada si es que si, pero me gustaría saberlo…
- No, para nada, no hemos tenido sexo… en cierta forma.
- ¿Cómo que en cierta forma? –me separe para mirarle fijamente.
- Si, no hemos follado nunca, aunque sí que hemos tenido sexo oral por ambas partes en una ocasión, una por la de ella, y otra por la mía.
- Ahhh, vale, comprendo. No pasa nada, pero sabes, me alegro de que haya sido así –dije, besándole de nuevo de inmediato.
- Bueno –dijo separándome-, ahora me toca cotillearte un poco, desde lo de tu último novio, ¿con cuántos te has acostado?
- Físicamente con nadie…
- ¿Físicamente?
- Si, físicamente. En mi imaginación, bueno, contigo, y muchas veces- vi como me miraba muy sorprendido.
- ¿De verdad?
- Jajajajajajaja –reí feliz de haberle sorprendido de ese modo-, si. Te dejaste en mi casa una sudadera el día que me llevaste el dinero para ayudarme, cuando me he sentido baja de moral, bueno… me la ponía, y últimamente, también he estado haciendo otras cosas con ella puesta… pero no te pienso contar más, que soy una dama –dije muerta de risa al ver la cara de apuro que puso.
Confieso que me sorprendió, no entendía como se podía ruborizar así con lo cabrón que luego parecía ser con sus sorpresas por lo que estaba viendo .Lo cierto es que no sabía tampoco ni como me podía haber atrevido siquiera a contarle aquello de su sudadera a Alex, estaba que me daba una vergüenza atroz, pero por otro lado, la cara que puso… Estaba para comérselo a besos, cada vez me gustaba más. Una de las cosas que me moría de ganas por preguntarle, era por el tema de las putas, de cómo empezó, pero eso, visto lo perspicaz que era, temía que averiguase que su prima me había contado todo lo sucedido con ella. Si no me preguntaba no tendría que decirle nada y no le estaba mintiendo tampoco al no decírselo.
Cuando volvíamos, para mi sorpresa, Mónica le dijo a Alex que Raquel y ella me habían contado todo lo sucedido entre ellos. Alex me miro, luego clavo la vista en la carretera, sonrió y no lo volvió a mencionar más hasta que nos quedamos solos, entonces volvió a sacar el tema, diciéndome que ya lo suponía…
- ¿Por qué lo suponías? –no pude evitar preguntar.
- Porque esta mañana, cuando me hiciste amanecer de tan deliciosa manera, en realidad esa no fue tu primera intención, estuviste apunto de subirte sobre mí para follarme, pero no lo hiciste, cambiaste de opción para despertarme cuando me tenías a huevo…
- Ya bueno, pero eso no… -le mire sorprendida al darme cuenta de lo que eso significaba- ¿Estabas despierto todo el rato?
- Si, estuve despierto todo el tiempo, quería saber que harías. Cuando cambiaste de idea, supuse que algo te habría contado mi prima o Raquel, te morías de ganas por follar conmigo y sin embargo dejaste escapar la oportunidad perfecta, de modo, que me pareció una posibilidad muy factible el que lo supieses.
- Vaya… no creo que yo estando en tu lugar hubiese llegado a esa conclusión –dije mirándole sorprendida, diciendo además la verdad.
- Jajajajajajajaj, seguro que sí que lo hubiese hecho también, se te veían muchísimo las ganas que tenías de follar...
El domingo, el viaje de regreso fue muy entretenido, Alex, Mónica y Raquel estuvieron hablando por los codos, contándonos cosas de ellos sin parar. Marga y yo estuvimos casi todo el tiempo calladas escuchando, descubriendo nuevas cosas que desconocíamos sobre Alex. La verdad es que me había buscado un novio que resultaba ser toda una caja de sorpresas, iba encontrándome con una detrás de otra. Por fin llegamos a Madrid, Alex nos fue dejando en la puerta de casa a uno detrás de otro, la última en llegar a casa fui yo, fue en ese trayecto cuando hablamos de lo de su prima, luego cuando me dejo, él se marchó para su casa.
Durante los dos días siguientes no nos pudimos ver, pero eso sí, estuvimos quemando el Whassap. Luego, el miércoles, quedamos por la noche para cenar por ahí, aunque nos separamos pronto, después de comernos a besos todo lo que pudimos. Aunque reconozco que me supo a muy poco, me hubiese gustado follar con él en lugar de tanto besito. El jueves me dijo por Whassap que me acostase prontito que el viernes saldríamos y tenía una sorpresa para mí… Estuve nerviosa toda la noche, apenas pude pegar ojo… el sábado era mi cumpleaños, pero no contaba con Alex, así que pensaba tomarme esta sorpresa como si lo fuese… estaba… emocionada.
Por la tarde, nada más llegar a casa, a los diez minutos llamaron a la puerta, se trataba de un mensajero con un gran paquete, pero grande de verdad. Intente que el chico entendiese que yo no había pedido nada, hasta que vi el nombre del remitente, Alex, acepte de inmediato, aunque no veáis para manejar el puñetero paquete. Pensaba llamarle cuando sonó mi teléfono, era él, que me dio ciertas instrucciones…
- ¿Te ha llegado ya el paquete que te he enviado?
- Si, ya está aquí. Alex, no hace falta que me regales nada, de verdad…
- Jajajajajaja, me apetecía, es para que lo uses hoy… si te atreves, claro…
- Alex, ¿qué me has mandado?
- Ya lo veras. Si confías en mí, y aceptas usar todo lo que te he mandado sin excepción… dame una llamada perdida a las nueve de la noche para que pase a buscarte… cenicienta… -tras esto me colgó.
Abrí el paquete que me había mandado, encontrándome en su interior varias cajas. Fui de sorpresa en sorpresa, para empezar encontré una braguita de encaje preciosa, unas medias increíbles, de la siguiente caja saque un largo vestido de noche de color negro que dejaba casi toda la espalda al descubierto, con un escote de vértigo, a juego con la ropa interior. En una cajita pequeña, fui a encontrar un par de increíbles pendientes de oro y una pulsera también de oro para el tobillo. En otra caja encontré un colgante bellísimo, era una lágrima de ámbar engastada en plata con una cadena que alternaba un eslabón de plata engarzándose con uno de oro blanco por lo que pude apreciar en un bellísimo e intrincado diseño, me dio vértigo lo que podía haber costado aquello. Le acompañaba un carísimo frasquito de perfume… Incluso unos botecitos con champú, sales, loción hidratante y jabón de ducha, a cual mejor. Me quedé anonadada con todo aquello…
No dude más que un segundo, me fui corriendo a arreglarme y a usar todo lo que Alex me acababa de enviar. Cuando terminé, no podía creérmelo, me sentaba todo como si me lo hubiesen hecho a medida, el vestido era precioso, los pendientes, el collar, evidentemente corrí a mi móvil para hacerle la perdida que me pidió… A los tres segundos de hacerla, Alex me llamó por teléfono para indicarme que pasaba a buscarme, cuando llegó a la puerta me volvió a marcar para que bajase. Al salír a la calle me piropeo, dándome un suave beso en los labios, aduciendo no estropear mi arreglo, cuando a mí me hubiese dado igual, lo que yo quería en esos instantes era pillarle a solas, no os digo cuando apareció la limusina... mi boca debía hacer una “O” enorme… pero Alex me “prohibió” hacer preguntas, me dijo que esa noche solo me iba a permitir que disfrutase… que me limitase a vivir el momento… sin pensar en nada mas… luego me dio un dulcísimo beso en los labios que me hizo temblar toda entera.
Me esperaba ir a una fiesta, pero sin embargo, no fue eso exactamente a lo que me llevó. Me llevo al preestreno de una película americana, no sé cómo conseguiría las invitaciones porque sabía que eran complicadísimas de conseguir, pero estuvimos en ella, a una fila de uno de mis actores favoritos de Hollywood, uno de mis sueños más oscuros de siempre. Cuando nos sentamos estaba emocionadísima, me beso en una mejilla y me dijo que eso solo era parte de mi regalo. Más increíble me resultó cuando después de la película, que me encanto por cierto, acudimos a la fiesta posterior, donde me presentaron a mi más oscuros deseo en persona, estuvo la mar de simpático conmigo, hablamos durante unos pocos minutos, cuando regresé junto a Alex flotaba, era un sueño hecho realidad.
Estuve buena parte de la noche del brazo de Alex, estuve hablando con gente con la que para mí era un sueño poder hablar, un montón de gente importante. Trabajo en una pequeña empresa dedicada a la publicidad, allí había algún que otro peso pesado del sector, gente famosa, empresarios importantes, estar allí seria el sueño de cualquiera de los que trabajaban conmigo, pero estaba yo, y todo gracias a mi novio, a Alex. Lo que no sabía era como había podido conseguir aquello.
En un momento dado nos separamos, tuve suerte, a los dos minutos estaba conversando de nuevo con el famoso actor americano, todo en esa noche era para mí como un sueño. Tarde apenas unos pocos minutos en darme cuenta de que en realidad, más que hablar conmigo estaba intentando ligar conmigo, en sus ojos podía leer perfectamente su más que evidente interés por mí, me sentí… genial. Era increíble estar allí, saber que el tío con el que has soñado más de una vez, estaba allí, intentando ligar contigo, siendo su centro de atención.
Me acaricio suavemente un brazo, pasando dos dedos sobre mi piel, lo que provocó que se me pusiese carne de gallina, sufriendo un estremecimiento. Pegó su cara a un lado de mi cabeza como si fuese a hablarme al oído, pero le sentí inspirar aire, después soplarlo sensualmente sobre mi oreja, justo en el lóbulo, luego noté levemente el roce de sus labios sobre la piel de mi cuello. Me estaba excitando enormemente, estaba tremendamente receptiva a sus halagos, a sus caricias, casi estaba dispuesta a caer ante él a la mínima presión, hasta que hizo un comentario que me heló la sangre en las venas…
- Eres increíble, adorable, eres preciosa, hueles uhmmmm –dijo aspirando suavemente de nuevo-, tu piel es muy suave, tu aroma me incita a besarte, llevas un perfume muy sensual, es mi perfume favorito para una mujer… Me vuelves loco, eres como mi sueño de mujer hecho realidad… pareces un regalo de los dioses o algo así, sin duda creada exclusivamente para mí… eres perfecta del todo… toda una tentación a la que siento no voy a poder resistirme…
Fue entonces cuando me di cuenta, mis ojos buscaron rápidamente a Alex. Por fin le encontré, se hallaba solo, en una esquina, mirándome fijamente, vi como levantaba su copa, la alzaba en mi dirección y se la bebía de un trago. Luego observe como la dejó en una repisa y se puso en marcha en dirección a la salida. Mi acompañante se situó frente a mí, me colocó con suavidad un dedo en mi barbilla y lentamente fue acercando sus labios a los míos… En decimas de segundo un montón de pensamientos cruzaron por mi cabeza, pero había uno que martilleaba en ella por encima de los demás, el que sobresalía sobre todos era uno que por un instante me asustó, y mucho, decía… “¡¡Alex se va, se marcha, me deja!!”. Despues muchos otros se agolparon en mi mente en un segundo… “¿le dejaras marchar así, solo por estar con este tío al que ni conoces? ¿Serás así de guarra con él? ¿De verdad le harías eso? Si haces esto, si te vas con el primero que se te cruza ¿cómo podrás luego pedirle que confié en ti, como querrás que sepa que le quieres de verdad?”, mi mente era un maremágnum…
Justo antes de que sus labios rozasen los míos introduje un dedo ante ellos, sonriendo le dije que no, que nada de besos u otras cosas, que tenia novio, al que adoraba. Le di un beso en la mejilla, instándole a conocer a otras mujeres de la fiesta, ya que estaba segura de que más de una se sentiría muy alagada de poder estar con él, fui a salir corriendo tras Alex cuando me sujeto con suavidad por un brazo…
- ¿Sabes una cosa?, tu novio tiene muchísima suerte de tenerte, dile de mi parte, que si algún día te deja escapar, yo te raptare para mí –me dijo sonriéndome y soltándome.
- No, en eso te equivocas, yo soy quien tiene suerte de tener a alguien como él en mi vida, y no lo pienso perder por nada ni por nadie –luego salí corriendo.
Pensando que no llegaría a tiempo, a medio cruzar la sala, me descalcé, corriendo hacia la salida con los zapatos en las manos, llamando a Alex cuando salí del edificio, le vi justo cuando se iba a montar en un Taxi. Al llegar a su lado, en cuanto pude recuperar el resuello para hablar…
- Espérame, que me voy contigo…
- Pero, no quieres quedarte, es uno de tus sueños, no prefier… -le puse un dedo sobre los labios.
- Es un sueño y así seguirá siendo, prefiero la realidad a los sueños, y tu eres mi realidad –le bese en los labios y me metí en el taxi, indicándole al conductor la dirección de Alex.
- Está bien princesa, pero puesto que ya encontraste a tu príncipe… me dejarías ponértelos… cenicienta…
Con suma delicadeza me los empezó a poner, pero no sin antes besarme delicadamente los gemelos, alzando mi pierna para subir hasta el muslo, arrancándome gemidos de excitación, para luego calzarme y ocuparse de mi otro pie con el mismo método, estaba enloqueciendo, pero todo pareció terminar justo en el momento en que paro la Limusina ante su casa.
Cuando llegamos arriba, nada más entrar en casa de Alex y cerrar la puerta, me lance a sus brazos, besándole, metiéndole la lengua hasta la campañilla. Le deseaba, joder como le deseaba, me tenía loca por todo lo de la noche y caliente a más no poder por el numerito de los zapatos, note enseguida como me empujaba suavemente hacia el salón… Cuando llegamos por mi parte ya le tenía desabrochado el pantalón, medio bajado el bóxer y su polla en mis manos, acariciándosela. Por su parte, tenía sus manos bajo mi vestido, me había arrancado las braguitas y uno de sus dedos recorría mi rajita, que a esas alturas ya estaba completamente empapada.
Me abrí de piernas, arrastrando a Alex sobre mí al sofá, estaba intentando dirigir su polla directamente a mi coño, pero el muy cabrón no hacía otra cosa que evitarlo, cuando por fin le situaba en posición y le soltaba para que empujase, el alzaba su cadera retirándose… y vuelta a empezar. Estaba empezando a mosquearme, estaba cachondisima y lo último que necesitaba eran estas gilipolleces, me reboté, cuando le fui a empujar enfadada para quitarle de encima… fue cuando me la metió de un solo empeñon. Sentí como si me faltase el aire, su polla entro en mi vagina como un misil, sentí como me abría, noté su entrada… confieso que casi me corrí en ese instante.
Sentía como estaba a punto de alcanzar el orgasmo, Alex jadeaba sobre mi por el esfuerzo, notaba como su polla entraba y salía de mi a toda velocidad. No es que fuese el mejor amante que nunca haya tenido para hacerme llegar tan pronto, pero la forma en que me lo empezó a hacer… me sentí increíble, no tardé nada, me corrí como una burra, no pude evitar soltar un alarido de placer, creí que me desmayaba. Cuando me recuperé le aparte la cabeza de mi cuello, hice que me dejase de besarlo…
- Eres un cabronazo… ahhhh –sentía sus dedos jugando con mis pezones-, fóllame otra vez mamonnnnn… -alce un poco la cabeza para poder llegar a sus labios y mordérselos.
Estaba salidísima otra vez, pese a que acababa de correrme viva. Alex intentó volver a moverse pero no se lo permití, me las apañe para tirarnos del sofá al suelo, quedando el debajo. Aproveche que lo mantuve dentro para sujetarle los brazos contra el suelo y empezar a moverme, hacer rotar mis caderas mientras apretaba mis músculos vaginales estrujándole la polla. Quería justo eso, quería ser yo quien se lo follase a él, deseaba hacerlo mío, dominar yo la situación…
Estaba moviéndome, follándomelo, cuando sentí sus labios sobre mis pechos. Había alzado la cabeza, dada mi posición tenía mis pechos justo a tiro, estuvo lamiéndomelos, mordisqueándome los pezones, metiéndose cada uno de ellos casi por completo en su boca… Cada vez que bajaba la cabeza para mirar, me encendía más… Cuando notaba que le miraba retiraba su boca de ellos, permitiéndome me ver un hilillo de saliva desde mi pezón a su lengua, recogiéndolo ante mis ojos lentamente, hasta que veía como su lengua nuevamente tocaba mi pezón, empezando entonces la lamérmelo de modo que lo viese en primer plano….
Tenía sus piernas semiflexionadas, facilitándome de este modo el moverme y follarle. Alex estaba siendo el primer tío que no solo me lo estaba permitiendo a mi discreción sin intentar recuperar el control, sino que me facilitaba la labor de poder dominarlo… Todos estos pensamientos, en sentirlo dentro, el verle de ese modo… me estaba poniendo perrísima… Seguí moviéndome sin parar, intentando controlarme, intentando evitar correrme antes que él, cuando empecé a notar cómo se tensaba, como su polla empezaba a dar espasmos en mi interior acelere los movimientos de mis caderas. Alcance el orgasmo justo en el momento en que Alex se vaciaba en mi interior, sentía los chorros de esperma golpeándome en lo más profundo, gemí junto con Alex en el momento de alcanzarlo, me quede tendida sobre él, abrazándole, con mi cabeza sobre su pecho, recuperando el aliento. Cuando más o menos me recuperé…
- Alex…
- Si, dime… -me miró, mientras colocaba mi cabello tras mi oreja con cariño.
- La premier, la fiesta, si me hubiese ido con él… -deje la pregunta colgando, volví a colocar mi cabeza sobre su pecho, sentí como su corazón latía y se aceleraba.
- Si, dime, ¿qué quieres saber exactamente?
- Todo lo que me mandaste, fue para que pudiese deslumbrarle, ¿verdad?
- Si, esa era la idea. Investigue un poco lo que le gustaba, y bueno… por si se te ha olvidado, mañana… -me sonrió- ya hoy, es tu cumpleaños no creerías que no iba a saberlo, ¿verdad?. Quería hacerte un regalo, regalarte uno de tus sueños y sé que desde hace mucho él era uno de los mayores –confieso que no había contado con él para este cumpleaños, y esto me resulto maravilloso del todo.
- Sabes, estuve a punto de irme con él… me deslumbro…
- ¿Y porque no lo hiciste? –le mire fijamente al escuchar la pregunta.
- ¿No te hubiese importado que lo hiciese?
- Bueno, confieso que sí, quizá sí… Vale, un poco, tendría celos de haber pasado –admitió-, pero era mi regalo de cumpleaños. No hubiese pasado nada, no lo hubiera tenido en cuenta si es lo que te preocupa –me besó en los labios.
- Te quiero, ¿sabes?
- Si, lo sé, te creo cuando me lo dices. Pero dime, ¿por qué no te fuiste con él?
- Bueno… -titubee, pero me animó y decidí seguir, diciéndole la verdad-, estaba dispuesta a hacerlo, no era capaz de pensar, pero entonces dijo algo, dijo que parecía creada para él. Me hizo pensar en todo esto, fue cuando me di cuenta que todo lo que me habías preparado para que me pusiese, era para él en realidad, para que pudiese tener una oportunidad de cumplir mi deseo…
- ¿Entonces?
- ¡¡Ayssss!! Que tontito que eres, ¿cómo quieres que después de darme cuenta de ello, de lo que estabas dispuesto a hacer por mí, me fuese con él y te dejase a ti solo?, sería una estúpida si lo hubiese hecho, entonces sí que estaría claro que no te merecería. Además, pese a lo que dices y conste que te creo, que confianza hubieses podido tener luego en mi si te dejo tirado para irme con alguien que tan solo conozco de unos segundos… ¿dime?...
- Bueno te dije que… -me puso un dedo en los labios silenciándome.
- ¡¡Shhhhh!! No… te tengo a ti, tú eres el único que necesito… y él único que de verdad me importa… -le besé en los labios.
- Pues gracias cielo, pero era tu regalo de cumpleaños…
- Sí, y te lo agradezco, pero en realidad, hoy mi mejor regalo de cumpleaños has sido tú… precisamente, por todo lo que has hecho por mí… -notaba como los ojos me picaban, tenía ganas de llorar, de abrazarle y llorar…
Logre contener mis lágrimas y me encantó escucharle reír alegremente, sobretodo me encanto cuando me empezó a dar besitos, luego volví a apoyar mi cabeza en su pecho mientras pensaba. Lo cierto es que no tenía muy claro nada con respecto a Alex, eso de prepararme una cita perfecta para que me ligase y follase si quería con otro tío, por muy famoso y mucho que me gustase, no terminaba de verlo, aunque eso sí, se lo agradecía, pero si me detenía a pensarlo… no sé. Una idea cruzó por mi cabeza como un relámpago, una idea que no me gustó en lo más mínimo y me hizó arrugar el ceño… Levante de nuevo la cabeza, hice que me mirase y clave mis ojos en los suyos… mirándole fijamente…
CONTINUARA