Alex - 7
Olga hace nuevos descubrimientos sobre Alex, incluyendo la posible razón de sus reticencias a acostarse con ella o de involucrarse más a fondo y desde luego además de inesperado, no le resulta tampoco nada agradable
Alex - 7
Al día siguiente me levante eufórica, recordaba todo… o mejor dicho, casi todo lo que sucedió con Alex, me resultaba increíble lo que el muy cabrón había conseguido hacerme solo con su lengua, se me hacia el coño agua pensando en cómo sería follar con él. La verdad es que también recordé que de nuevo se me había escurrido de entre las manos sin haberlo hecho, aunque eso sí, me había dejado muy satisfecha….
Cuando entré en el salón, me fije en que Alex y Marga habían terminado de preparar la mesa para desayunar, mientras las otras dos preparaban la comida. Estuvimos desayunando tranquilamente, aunque yo no dejaba de mirar a Alex, un poco mosqueada porque no había hecho ni el más mínimo gesto más allá de los habituales saludos, era como si entre los dos no hubiese pasado nada la noche anterior, y encima, como ya he dicho, se me escapo sin que hubiese podido follar con él… nuevamente.
Supongo que mi cara debió de ser muy explícita sobre lo que ocurría, porque cuando Alex se marchó al servicio para ducharse…
- ¿Paso algo entre tú y Alex anoche? –preguntó Mónica mirándome seria.
- ¿Por qué preguntas eso? –respingué, no me lo esperaba al estar concentrada en Alex.
- Vale, eso quiere decir que si –anoto Raquel.
- ¡¡Eh!!, que yo no he dicho nada…
- Has esquivado la pregunta, eso en ti es un sí –dijo riéndose Marga.
- ¿Qué pasó? –repitió la pregunta Mónica.
- Que nos enrollamos –admití.
- ¿Follasteis? –preguntó seca Mónica.
- Oye, me parece que eso…
- Contesta Olga, es importante –dijo Raquel.
- No, no llegamos a follar, solo fue sexo Oral y caricias –dije colorada.
- ¿Por tu parte o por la suya?
- Joder, por la suya, ¡¡os lo detallo también!! –me mosquee con tanta pregunta.
- Si quieres… -dijo con sorna Marga.
- Te lo hizo y luego se largó a dormir dejándote allí, ¿verdad? –preguntó Mónica sonriendo.
- Si, como lo sabes, yo no… -me callé cuando levantó la mano.
- Es lo que hace cuando le interesa una chica y no quiere líos con ella, tú le interesas, y mucho -sonrió.
- ¿Cómo dices? –pregunté con la boca abierta y sin entender nada de nada.
- Muy simple, cuando no quiere líos, sistemáticamente deja a la chica para el arrastre, eso sí, según todas ellas muy contentas, pero sin capacidad para impedirle marcharse…
- ¿Cómo que según todas? –me alteré- ¿Qué quieres decir con eso de todas?.
Por toda respuesta Mónica llamó a gritos a su primo, que sin terminar de secarse siquiera bajo al salón envuelto en una gran toalla de baño. La verdad es que verle de esa guisa no es que despertase mis instintos la verdad, su cuerpo no era como para tirar cohetes, con ese aspecto perdía mucho con respecto a cuándo iba vestido. Se acerco a nosotras y le preguntó a su prima que quería, Mónica por toda contestación le dijo que ya iba siendo hora de que hablase conmigo y dejase de hacer el idiota como estaba haciendo, porque de esta no se iba a escapar tan fácil. Me quede perpleja porque no sabía muy bien de qué hablaban, claro que mas asombrada aún cuando las tres levantaron el campo marchándose a la cocina con lo que les quedaba de desayuno con la clara intención de que hablásemos a solas.
- ¿A qué se refería tu prima? –le pregunté.
- A que he estado enamorado de ti como un idiota y piensa que aún lo estoy –dijo para mi sorpresa-, por lo que piensa que debería de aceptarte sin más.
- Como dices… -tragué saliva poniéndome nerviosita pérdida.
- Veras Olga, el hecho de que supiese lo de tus tres ex, es porque por aquella época bebía los vientos por ti y sabia todo lo que había que saber, al fin y al cabo eras mi amor platónico.
- Oye no te rías, ¿vale?. Mira, tu prima me ha dicho algo sobre lo de anoche… y no entendí a que se refería. Me dijo que te largaste tras lo nuestro porque te interesaba… pero no me gusta que os riais de mi… -dije picada pensando que solo se estaban burlando.
- Ya, si, por eso mismo. Mira Olga, me costó muchísimo sacarte de mi vida y de mi mente, mucho, mucho más de lo que puedas creer. Anoche hubiese estado encantado de follar contigo o de que me hicieses una mamada para devolverme el favor, pero eso es algo que no me puedo permitir, es muy posible que si te dejase actuar, luego me quedase pillado y no pudiese o me apeteciese seguir camino sin ti… -me quede de piedra al darme cuenta de que todo esto iba completamente en serio y de que era mi oportunidad.
- ¿Y si yo no quiero que sigas camino sin mí? –pregunte tratando de no parecer agresiva, aunque tenía unas ganas locas de tirarme encima suyo tras lo que acababa de escuchar.
- No Olga, esto no funciona así. Tú eres mi amiga, anoche te hice un pequeño favor para desestresarte, en ese momento lo necesitabas y punto, se terminó, no volveré a pasar por aquello.
- ¿Por qué nunca me lo dijiste? –intenté atacar por otro lado para evitar que nuevamente se me escurriese de entre las manos.
- Jajajajajajajajajaja –rio con tristeza-, claro que te lo dije, muchas veces, lo intente todo para acercarme a ti… y nada funciono, para ti yo no existía. Recuerdas… -dijo dándose un par de cachetitos en la mejilla, levantándose luego y marchándose, dejándome allí completamente paralizada.
Se me cayó el alma a los pies, cuando sentí ese gesto de los cachetitos todo vino de nuevo a mi memoria, era increíble, pero Alex tenía toda la razón del mundo, en esos días, él para mí no existía, era como una parte del mobiliario más. Me había invitado a salir a todo lo imaginable y por imaginar, al cine, de marcha, al cenar, a comer, a tomar algo, se hacia el encontradizo conmigo en los sitios más insospechados, y sistemáticamente siempre terminaba de la misma manera, le daba dos cachetitos cariñosos y le decía que en otra ocasión, que lo sentía pero que no tenía tiempo para ello. Conociendo como empezaba a conocer a Alex, de lo único que me alegraba en todo esto, es que jamás me reí de él, puede que alguno de los del grupo lo hiciese al ver sus patéticos esfuerzos conmigo, pero lo que me importaba en ese momento es que yo nunca lo hice porque intentase estar conmigo, ¡¡¡jamás!!!, siempre le trate con respeto por ello, y estaba segura de que eso, él lo sabía. Pese a todo no pude evitar que mis ojos se llenasen de lágrimas de impotencia…
Paradójicamente el saber eso de Alex, hizo que me sintiese aún menos segura con él, con la conversación había perdido de un plumazo toda la confianza que gane con lo de por la noche o lo que el mismo me había dicho, dejándome claro que le gustaba, pero parecía que cada vez que daba un paso hacia adelante, siempre terminaba jodiéndola de un modo u otro y dando de nuevo otro hacia atrás. La parte buena de esta situación, es que estábamos los dos bajo el mismo techo, y a mi lado estaban también las personas que quizá mejor le pudiesen conocer, su prima y Raquel. En cuanto pude hable con las dos y con Marga, contándoles lo que había hablado con Alex, pedí consejo sobre que debía de hacer, porque si algo tenía muy claro es que estaba coladita perdida por él y que ciertamente, no tenía ni puñetera idea de cómo poder entrarle sin cagarla, visto lo espacialito y cabrón que era.
Tanto Mónica como Raquel bufaron cuando les conté la conversación, me miraron meneando la cabeza. Según me dijeron, lo tenía complicado, cuando Alex daba por cerrada una etapa, era muy difícil hacer que diese marcha atrás, aunque por otro lado, todo lo anterior, lo de la otra noche y lo que me había dicho, según me dijo Mónica, en cierto modo, estaba claro que mi página aún estaba abierta, pero también me advirtieron que me lo iba a tener que currar en serio y continuar tomando decisiones drásticas con él si quería de verdad llegar a algo, porque o le iba de frente con todo, o se me escurriría una vez tras otra… Esto me sirvió para tomar conciencia de que lo tenía difícil, pero no imposible. También fui consciente, de que por otro lado, este chico de ahora, no se parecía en nada al de aquella época, aquel Alex no tenía el aplomo, la serenidad y el saber estar que más que evidentemente si había en él ahora, o quizá también, esto era lo que me parecía ahora porque me había molestado en conocerle, o porque ahora mismo estaba mucho más cerca suyo y él mismo se me mostraba más como era de verdad.
Habíamos quedado con todos después de comer, esa mañana quien más quien menos se levantaba a las tantas. Nos fuimos a por unas pizzas para llevar, fueron Mónica, Raquel y Marga, dejándome sola con Alex. Según salía, Raquel me dio un golpecito de ánimo en el hombro… Cuando salieron entre de nuevo, encontrándome a Alex en el salón, tranquilamente sentado en el sofá viendo la tele. Decidí cambiar de táctica como me aconsejaron las tres e ir como la tal Ana, a degüello, él para follar quería y usaba putas, ¿no?, de modo que si lo que necesitaba para follar y poder estar con él era ser puta, iba a ser muy, muy, muy puta.
Hice lo mismo que por la noche, me acerque a él, le quite el mando a distancia de la mano y me senté encima suyo a horcajadas. Vi que iba a hablar, le puse un dedo en los labios mientras con la otra mano me puse el índice sobre los míos, indicándole que guardase silencio. Retire ambos dedos y me incline sobre él, buscando sus labios con los míos, sacando mi lengua a su encuentro, iniciando así un beso de lo más cachondo. Me llevo casi cinco minutos conseguir que colaborase…, pero al final logré llevarle a mi terreno... o eso pensé alegremente al ver que cedía.
De nuevo me la volvió a jugar, le quite el jersey, le empecé a acariciar el pecho, luego empecé a besárselo, haciéndole gemir… Me hice un poco hacia atrás, con el fin de poder desabrocharle el pantalón, sacarle la polla y por fin, poder follármelo… Desde el día anterior había decidido llevar falda todo el tiempo posible con el fin de facilitarme la labor con Alex y desde luego la conversación de esta mañana con él y con las demás me había reafirmado en mi idea, me parecía perfecta. Pues bien, me dejo muy claro que no lo había pensado bien, pues si de ese modo era cierto que me resultaría más fácil poder follar sin darle tiempo a pensar, la parte negativa es que a él también le resultaba más sencillo acceder a mi sexo, como ocurrió en esta ocasión.
Me hice hacia atrás, peleándome con su cinturón y el botón del pantalón, antes de que supiese como se las había apañado, sentí un dedo introducirse en mi mojado coñito, arrancándome un gemido, una de sus manos hizo fuerza desde mi espalda empujándome contra el justo en ese instante, no pude evitar seguirle el juego, me deje llevar y le abrace, abandonando mi intento, tras eso, y sin ser consciente de ello ya estuve perdida.
Tenía uno de sus dedos en mi interior, moviéndose suavemente y creedme que lo estaba gozando, pese a todo logré controlarme, intente volver de nuevo a recuperar el terreno perdido, me mordí los labios para ahogar mis gemidos y de nuevo me hice hacia atrás. No sé si era lo que él quería o no, pero lo cierto es que en ese instante su dedo abandono mi interior, note como mi clítoris quedaban encerrado entre lo que me parecieron sus dedos índice y corazón como si estos fuesen una pinza. Inicialmente y pese a notarlos muy lubricados sentí alguna molestia más que placer, pero a los dos segundos… no sé qué coño me haría, pero completamente por sorpresa me alcanzo un corto orgasmo en forma de un fuerte latigazo muy, muy intenso, al punto que me derrumbé sobre él, que me abrazo contra sí.
Notaba mis pezones contra su pecho, si me movía me resultaba un roce incomodo y nada excitante, contra lo que era normal en mi. Creedme que no lo entendía, me había acostado con bastantes chicos, también con algunos hombres maduros, y nunca, jamás, me había pasado algo semejante, nunca me habían podido manejar de este modo, y eso que en algún caso lo habían intentado. En esos momentos era consciente de que yo, mi mente, quería follarse a Alex como fuese, pero sin embargo, mi cuerpo, tras lo que fuese que me había hecho no soportaría ni un leve roce en las zonas sensibles. El muy cabrón me la había vuelto a jugar, escurriéndose de nuevo de entre mis dedos. No pude evitarlo, notando algunas lágrimas a punto de desbordarse por la rabia. Mientras seguía abrazada a él, le pregunté…
- ¿Por qué? , dime, por qué has hecho esto, ¿no te gusto?
- ¿El que he hecho?, que sepa te he proporcionado placer, creí que de eso se trataba.
- No me tomes por tonta Alex, no sé cómo te las has arreglado, pero sabes que ahora mismo no estoy como para hacer nada contigo. Cada vez que lo intento te las arreglas para que no lo hagamos. ¿Por qué Alex? ¿Por qué no quieres?
- Porque no puedo volver a implicarme contigo Olga, lo pase fatal como ya te dije, me costó mucho pasar esa página y dejar de lado mis sentimientos.
- Alex, te lo digo en serio y con sinceridad –me incorpore para mirarle a los ojos-, me gustas, me gustas muchísimo. Fíjate si me gustaras, que eres el primer chico al que persigo de esta forma, esto que hago contigo, no lo he hecho nunca con nadie, porque nunca nadie me había interesado como tú. Joder tío, mírame, solo me ha faltado intentar violarte, ¿en serio piensas que no me interesas de verdad? –vi en sus ojos crecer las dudas.
- No –meneo la cabeza-, no lo creo Olga. Lo siento, pero sigo pensando que lo que sientes es únicamente agradecimiento, te dejaste deslumbrar por eso y estas confundiéndolo con algo más.
- ¿Qué es lo que pasa Alex?, no creo que solo sea por mí, puedo entender que dudes, pero no hasta estos extremos. Mira esa tal Ana, no creo que dudes de que está interesada en ti, hasta yo me doy cuenta de que va en serio y no bromea, si quisieses podrías estar con ella.
- Ya, ¿tú la has visto bien Olga?. Te lo dije antes, no tardaría en ser un ciervo.
- No Alex, esa chica estuvo saliendo contigo en plan de verdad, se intentó tirar al tío por el que estaba, pero por lo que me han contado le dejo de lado porque te quería a ti, no a él. No sé que harías o no harías estando con ella, pero date cuenta Alex, que aun continua esperándote.
- No Olga, simplemente no ha encontrado a alguien que le…
- ¡¡¡Déjate ya de mierdas!!! –exploté-. ¡¡¡¿A qué coño le tienes miedo? ¿qué te pasó?!!!. A esa chica le gustas, luego saldría o no saldría la relación, pero créeme que si no funciona no iba a ser porque ella no lo diese todo, eso se nota, y esa chica lo pondría todo de sí porque funcionase.
Sentía como se me revolvían las tripas mientras decía todo esto en defensa de mi más directa rival. Pero lo de la tal Ana lo tenía muy claro, si Alex le daba una oportunidad, ni míster universo le haría perder de vista a quien le interesaba, que era Alex, lo que este le hubiese mostrado en ese periodo de novios falsos la había dejado muy tocada con él. Cada estaba más convencida de que a Alex le tenía que haber ocurrido alguna cosa que le… no sé si traumatizo seria el termino correcto, pero está muy claro que fue algo que le hizo muchísimo daño y que ahora no le permitía confiar en nadie… o en casi nadie. Por lo que yo sabía sobre él, solo existía una persona capaz de infringirle algo semejante y que no lo olvidase o superase, su prima Mónica, pero no veía que podía ser…
Tras esto me levanté, le besé con toda la dulzura de que fui capaz en los labios y me marché a ducharme, también porque no decirlo, a llorar de rabia e impotencia bajo el agua. Si algo tenía claro es que debería de hablar con Mónica sobre esto, si algo le había pasado a Alex, está segura de que fuese cosa suya o no, ella lo sabría seguro. Cada vez estaba más segura de que me había enamorado de Alex, y a la vez, estaba aún más decidida a no dejarle escapar o a que otra se lo llevase ante mis narices. Mientras me duchaba y tras la llantina, estuve pensando en cómo podría entrarle a Mónica para preguntarle, aunque también baraje la posibilidad de preguntar primero a Raquel, por si acaso esta lo supiese también. Considere mis opciones, y creí que Raquel seria más accesible que Mónica a hablar de ello en caso de saber algo.
Durante toda la tarde estuvimos todos juntos, nos trasladamos a ver varios monumentos y paisajes cercanos. Estaba deseando poder encontrar un momento a solas con Raquel o con Mónica para preguntarles por Alex, pero no había forma. En uno de los sitios donde estuvimos, coincidimos con un grupo de extranjeros, por lo que supimos debían de ser Noruegos, altos, rubios, musculosos, guapos, vamos, unos auténticos bombones. Todas las chicas se volvieron locas, vi como a los chicos no les hizo la menor gracia.
Hubo una pequeña discusión porque algunas estuvieron hablando con los Noruegos, averiguaron donde irían esa noche y querían ir al mismo sitio para coincidir con ellos de nuevo. Evidentemente los chicos no querían ir allí. No sé si ver que Alex no ponía pegas como los demás me gustó o no, tras la forma en que les miré. Por mi parte no babee por esos adonis como alguna otra, pero reconozco que les pegué un repaso general con la mirada como para haberlos desgastado, y no lo disimule, eso fue lo que me medio dejo así con él, que no reaccionase, que pareciese que no le importase lo que pudiera hacer.
Esa misma noche, en el local donde fuimos, y donde evidentemente nos encontramos con los Nórdicos, en el que por cierto también entro la rubia con sus inseparables amigas. Cesar intentó nuevamente ligarse a la rubia, procurando hacerlo además ante mis morros y los de Alex, supongo que a mí para que viese lo que me perdía al no acceder a “estar con él”. Por parte de Alex, supongo que lo intentaba ante sus morros porque era amiga suya y sabía que le caía mal… Yo la verdad es que estaba más preocupada por intentar encontrar un momento a solas con alguna de las dos para hablar, pero no había forma. Al final lo conseguí con quien quería, con Raquel. Le pregunté si podíamos hablar y nos apartamos un poco, pero antes de poder hacerlo se nos unió Mónica… Les pregunté a ambas que pasaba con Alex, porque no lo entendía, no comprendía esa cerrazón que tenia con lo del puñetero agradecimiento.
- Bueno, veras, lo cierto es que la culpa es nuestra. Metimos la pata con él las dos –dijo Mónica.
- No comprendo.
- Alex estuvo enamorado de mi –dijo Mónica sorprendiéndome al reconocerlo-, sabiendo esto le pedí ayuda para poder ligarme a Raquel. Sabía lo que él sentía por mí, nunca me dijo nada porque era su prima, pero para mí era como un libro abierto, yo también le quería mucho, pero no del mismo modo.
- Vale, en mi opinión es que le hiciste fue una putada en toda regla, sabiendo que estaba enamorado de ti, lo de pedirle que te ayude a conquistar a otra persona como pareja tuya… buffff. Pero aún así sigo sin ver la relación con sus reticencias…
- Bueno veras, cuando empezamos a salir, yo también me di cuenta de lo de Alex –dijo Raquel-. Pero tras conocerle no me sentí amenazada en lo más mínimo como posiblemente hubiese pasado de ser otra la persona con esos sentimientos por Mónica, aun siendo un tío y ella claramente lesbiana. Pero Alex era diferente de nadie que hubiese conocido antes… -trago saliva- me… me gustó.
- ¿Cómo que te gustó? –me alteré un poco.
- Pues eso, que me gustó, me pareció un cielo de tío. Joder, me sentí fatal por lo de Mónica y me impresiono que pese a sus sentimientos por ella le ayudase a conquistarme. Así que le propuse algo a Mónica…
- Yo acepté enseguida, me pareció algo… bueno, me pareció una muy buena idea, pensé que se lo merecía, y si a ella no le importaba, al ser Alex, a mí aún menos –dijo Mónica, mirándose nerviosamente con Raquel-.
- ¿El que se supone que no debía de importaros? –empecé a tener un mal presentimiento con esto.
No me hizo gracia ver como se miraron las dos, mucho menos como se removieron inquietas esquivando mi mirada. Ahora era cuando no tenía la menor duda de que a Alex le había ocurrido algo con esas dos, y también estaba segura, de que lo que fuese, no me iba a gustar. Les pedí que no se anduviesen con rodeos. Me hicieron salir con ellas a la calle para poder hablar tranquilas…
- Te habrás dado cuenta de que Alex no bebe, o como mucho solo se toma una copa, nunca una segunda, ¿no?
- Sí, me he dado cuenta, se toma como mucho un Vodka con Naranja y luego sigue con zumos o refrescos, ha sido así desde siempre. Pero no entiendo que tiene eso que ver con lo… -me interrumpieron.
- Veras, una noche salimos los tres, le invitamos las dos por habernos echado una mano, esa noche se paso un poco con la bebida. Hasta ese momento era como otro chico cualquiera, de vez en cuando se pillaba sus ciegos, después de esa noche…, bueno, ya lo has visto, no se permite perder el control por la bebida… no ha vuelto a pasarse con ella nunca más.
- ¿Tan mal la pilló? –pregunté sorprendida, no me imaginaba a Alex cogiendo una semejante como para prácticamente dejar de tomar alcohol.
- No, no pasó nada con el alcohol, en realidad el problema esa noche no fue el alcohol, sino nosotras dos. Si Alex ahora no bebe como antes, no es porque se emborrachase de mala manera, más bien es porque no confía en si mismo… ni en nosotras –dijo Mónica-.
- ¿Qué fue lo que ocurrió?
- Veras, estaba un poco pedo, así que le acompañamos hasta su casa. Pensamos en quedarnos a dormir allí como siempre, entonces fue cuando se nos ocurrió la idea… -dijo Raquel nerviosa.
- Queríamos hacerle un regalo, como agradecimiento por su ayuda pese a lo que sentía por mí –añadió Mónica aún más nerviosa.
- Vale, ¿pero qué ocurrió? –pregunte con un nudo en el estómago, no me estaba gustando nada la actitud de ambas.
- Que nos lo follamos entre las dos, le quise regalar algo de mí –admitió por fin Mónica-, al día siguiente cuando despertó, bueno, la escena fue muy desagradable.
- Fue como si le hubiésemos violado, estaba pedo, no se enteraba de lo que hacía, pero eso sí, la polla se le puso completamente dura, parecía ir por libre. Nos pareció una buena idea y una forma genial de compensarle por su ayuda, así que nos lo follamos entre las dos, incluso nos las arreglamos para que nos hiciese sexo anal y todo. Quedamos los tres deshechos, Alex, posiblemente debido al pedo que llevaba no había forma de que se corriese, aunque cuando por fin lo conseguimos nos puso a las dos perdidas.
- Entiendo, supongo que a la mañana siguiente se enfadaría, ¿no? –sinceramente al escucharlas me daban ganas de estrangularlas a ambas.
- Mira, entiende que Alex es muy especial en muchos aspectos. Tal era el pedo que no recordaba nada de nada, al principio, cuando se lo contamos no lo tomo a mal, estaba pedo y bueno… Creemos que pensó que parte de la culpa habría sido suya y que nosotras debíamos estar igual de pedo que él. Cambio todo cuando le explicamos que había sido por agradecimiento por su ayuda para unirnos, que nosotras estábamos bien, que casi no habíamos bebido y que se comporto como un machote… -dijo Mónica esquivando mi mirada, que en ese momento debía de despedir fuego por el cabreo y porque no decirlo, por unos celos que despertaban en mi ansias homicidas contra ellas.
- Después de aquello dejó de hablarnos durante más de siete meses, no quiso saber nada más de ninguna de la dos..., y menos mal que al ser nosotras solo se limitó a eso, a no querer saber más, porque conociéndole, estuvimos temblando durante bastante tiempo por lo que nos pudiese preparar como “recompensa” –terminó Mónica.
- Créenos cuando te decimos que a las dos nos ha costado mucho, muchísimo, volver a recuperar su confianza y que nunca volveríamos a hacer nada que pudiese poner eso en peligro –remató Raquel.
Empecé a entenderlo, no veía a Alex como alguien que se aprovechase de nadie que no estuviese en todas sus facultades. Su prima, la persona de la que estaba enamorado y su novia se lo montaron con el pese a su estado, posiblemente pensaría que ellas estaban igual, pero cuando le explicaron que solo lo habían hecho para compensarle por ser como era… Bueno, sabia por propia experiencia por mi caso como se lo tomaba de mal cuando pasaba algo así y alguien trataba de poner precio a su amistad… Olga recordaba perfectamente su reacción cuando también intentó hacer exactamente lo mismo que esas dos en agradecimiento por su ayuda, ahora comprendía su reacción de ese día, y empezaba a entender porque Alex se portaba tan reticente con ella. Lo que si os aseguro, es que me costó dominarme y no agarrarme con las dos a guantazos por lo que me habían contado…
Volvieron a entrar de nuevo al local, yéndose a encontrar con varias de las chicas bailando con los nórdicos, y a la puta rubia de la tal Ana haciéndolo con Alex, abrazada a él y por las trazas, mordisqueándole el cuello, restregándose contra él sin ningún disimulo. En otras circunstancias habría ido directa a por la rubia para apartarla a guantazos, y aunque el cuerpo era lo que le pedía en ese momento, sobre todo por lo acumulado tras la charla, pero me controle a tiempo. Pude pararme a pensar lo suficiente como para considerar que no me haría ningún favor el comportarme como una celosa desequilibrada delante de Alex, aunque estuviese tragando bilis al ver aquello.
Cuando nos fuimos, iba pensativa, meditando seriamente el siguiente paso que quería dar con Alex, y no tenía ni idea de si iba o no a ser una buena idea, pero no tenía otra que jugar mis propias cartas sin preocuparme de nadie más que de Alex. Cuando llegamos a la casa cada uno nos fuimos a nuestras habitaciones a dormir, me pegué una buena ducha donde me masturbe hasta quedar agotada para evitar problemas. Cuando terminé, me puse unas braguitas limpias, un jersey largo y con mucho cuidado, sin hacer ruido salí de mi habitación, para entrar solo segundos después, en la de Alex. Cerré la puerta con cuidado, dirigiéndome luego hasta su cama, con cuidado me tumbe a su lado… Se despertó en el acto al sentirme junto a él, se reincorporo un poco y encendió la lamparita de su mesilla…
- Olga, ¿qué haces aquí? ¿pasa algo?
- No, nada, solo que me apetecía dormir contigo…
- Oye, mira, ya te dije que… -puse un dedo sobre sus labios.
- He dicho dormir, te doy mi palabra, solo y únicamente dormir –sonreí-, aunque no te garantizo que no termine abrazándote como si fueses mi almohada o uno de mis peluches.
- ¿Solo dormir? ¿nada más que eso? –me miró fijamente.
- Te lo prometo –dije alzando un poco mi mano derecha- solo dormir contigo…
- Está bien, vale, confiare en ti…
- Gracias –me incorpore dándole un beso en la mejilla, para luego abrazarme a él.
- Oye, que dijiste que solo dormir –dijo cuando me abrace a él con fuerza acurrucándome.
- Y solo será dormir, pero necesito mi almohada para ello…
- Jajajajajajajajajaja, vale, trato hecho, seré tu almohada, pero nada más…
- Gracias –de nuevo me incorpore un poco y le di un nuevo beso en la mejilla.
Lo primero que pensé, es que gracias a Dios me había matado a dedos en la ducha, porque solo por estar así con él ya estaba mojada, y eso era sin tener realmente ganas de sexo… dudaba sinceramente que de otro modo hubiese aguantado la tentación. A la mañana siguiente amanecimos tal y como nos acostamos, con la diferencia, de que si al acostarnos era yo quien le abrazaba a él, mientras estaba tumbado boca arriba, ahora yo le daba la espalda, y el estaba pegadito a mi abrazándome, prácticamente haciendo la cuchara… No os hacéis una idea del placer que me dio sentirle así, me arrebuje un poquito más entre sus brazos, y me quede quietecita, sintiendo como respiraba, volviendo a adormilarme con una sonrisita de felicidad en mi cara… De una cosa ya sí que no tenía ninguna duda, estaba perdida e irremediablemente enamorada de Alex…
CONTINUARA