Alex - 5

Por fin llegan a casa de los padres de Mónica. La muy comentada Ana hace su aparición ante Alex, gustándole a Olga aún muchísimo menos que antes de conocerla

Alex - 5

Por fin llegaron a casa de los padres de Mónica, se trataba de un antiguo pazo completamente restaurado, disponían de ocho habitaciones para repartirse, por lo que dijo Mónica no se tendrían que preocupar de limpiar porque cada dos días subía una señora del pueblo cercano para hacerlo. Aunque apunto, eso sí, que si iban a querer hacerse algo de comida algunos de los días que estuviesen allí, no iban a tener más remedio que ir de compras, porque salvo alguna lata de comida de emergencia que quedase por allí, la despensa estaría con telarañas como únicas ocupantes.

Mónica fue quien organizo a todo el mundo en plan general, mando a comprar a un híper de la ciudad a Alex, que tenía el coche obviamente, a Olga y para mi sorpresa, mando con nosotros dos a Raquel, en lugar de a Marga como hubiese podido esperarme, ya que Alex conocía el sitio mejor incluso que Raquel, puesto que como en el caso de Mónica, sus padres eran de allí también. Nadie dijo nada, nos montamos en el coche y nos pusimos los tres en camino, mientras íbamos no pude evitar hacer el comentario...

-      Qué raro no, esperaba que en lugar de mandarte a ti, hubiese mandando con nosotros a Marga -dije dirigiéndome a Raquel.

-      Si, bueno, supongo que será para que no me ponga cariñosa si estamos solas y tener así tiempo de organizar un poco todo aquello... -sonrió Raquel.

-      !!!Ahhhn!!! Así que era por eso, y yo pensando maliciosamente que te mandaba a ti por si acaso nos tropezábamos con Ana -dijo Alex en tono irónico.

-      Evidentemente, también por eso, por si nos cruzamos por el camino, que ella no tenga ningún tipo de chance contigo -replico Raquel sarcástica.

-      Ya decía yo -sonrió Alex.

Como comprenderéis, después de esto, en cuanto pude meter baza cambie de tema, elegí lo primero que se me paso por la cabeza, pero lo más alejado posible de cualquier cosa que permitiese regresar a la tal Ana, que francamente, aun no la había visto siquiera y ya me estaba empezando a caer gorda, con tanta puñetera historia con ella y Alex.

Se ve que Mónica sabía lo que se hacía cuando mando con nosotros a Raquel, en lugar de enviar a Marga, porque si, efectivamente al final apareció por donde estábamos comprando la tal Ana, que me gusto aún menos que antes de conocerla. La primera noticia que tuve sobre ella fue cuando una impresionante rubia salto a los brazos de Alex por sorpresa. Este la abrazo dándose un par de sonoros besazos con ella, por lo menos fueron en las mejillas y no en los labios, sinceramente no sabría decir bien como hubiese reaccionado de ser de la otra forma al no esperármelo. Alex me presento a ella como una de sus mejores amigas, Raquel también la saludo, aunque entre ambas la cosa fue un poco fría. Sin embargo, cierto es también que me agrado como me miro, junto con el levísimo gesto que hizo, pareció calibrarme y aprecie en su mirada que no le termino de gustar algo de lo que vio en mí.

Yo seguí con Raquel, mientras que Alex se marchaba con ella a tomar un café y hablar con el beneplácito de nosotras dos. Estuve a punto de decir que no cuando Alex nos preguntó si nos importaba, pero un leve golpecito por parte de Raquel, me hizo cambiar mi respuesta...

-      ¿Qué pasa?

-      Ibas a decir que no, ¿verdad? -me preguntó Raquel.

-      Pues lo cierto es que si, no creo que este bien que nos deje aquí colgadas a las dos para irse con esa... esa... Ana o como se llame -termine mascullando.

-      Jajajajajajajajajajaja... -se rio con ganas empezando a andar con el carro- venga, vamos a seguir, anda.

-      ¿Porque te ríes?

-      Porque me parece que aún no has comprendido nada sobre Alex si estás pensando en que esa supone algún peligro para el, en todo caso sería al revés -sonrió de forma ladina.

-      Buffffff -bufe un poco mosqueada- no lo creo, ese tipo de tía consigue al que le dé la gana.

-      Jajajajajajajajaja. ¡¡¡Ay!!!, de verdad Olga, que poco le conoces... -me miró fijamente, ahora sin el menor atisbo de sonrisa en su cara -¿De verdad eres su amiga?

-      ¿Perdona? -pregunté un poco confundida.

-      No sabes nada de él Olga, absolutamente nada de nada, no dudo de que estés pillada con él, pero repito, ¿de verdad eres o has sido alguna vez su amiga?

Lo cierto es que la pregunta se las traía, y no es que terminase de entender del todo a que venía de repente. Pero eso sí, era algo que si podía responder, y aunque a ella la di un rotundo sí que recibió con una nueva sonrisita irónica... para mí, única persona a la que me era imposible de engañar, no lo tenía tan claro si pensaba detenidamente en ello. No sabía nada sobre él, nada absolutamente, solo sabía aquello que con mucho esfuerzo me había molestado en averiguar desde el momento en que me ayudo y le trate tan mal, pero antes, lo cierto, es que no sabría decir si de verdad podía llamarme amiga suya o solo una espabilada y aprovechada más, y creedme que no me gusto sentir eso, no me sentó nada bien por cierto.

Me mantuve callada echando una mano en las compras a Raquel, cuando por fin terminamos, pagamos y llegamos a la cafetería que nos indicó Alex, vi como este se encontraba completamente solo, en la mesa, ante él, existían dos vasos vacíos usados junto con dos sillas libres que nos apresuramos a ocupar. Raquel preguntó casi en el acto por la tal Ana, respondiendo Alex que se había tenido que marchar porque estaba haciendo unos recados y no se podía entretener más tiempo. Raquel sin darle mayor importancia saco el tiket de la compra que habíamos hecho y se puso con Alex a comparar los precios con los artículos comprados. Repentinamente Raquel se dio un golpecito en la frente y dijo que era una tonta, que se le había olvidado un encargo de Mónica, así que nos dejó allí solos a los dos mientras regresaba al híper a la carrera, alegando que si no se lo compraba, Mónica era capaz de matarla, Alex y yo la vimos alejarse entre risas.

Cuando nos quedamos solos no pude evitarlo, fue superior a mí, pese a que me había dicho a mí misma que le preguntaría nada directamente a él...

-      Es muy guapa -dije.

-      Quien, ¿Raquel? -me miro

-      No, la rubia que te salto a los brazos en el híper -dije un poco enfadada por su estúpida pregunta, sentí que me estaba tomando el pelo o por idiota.

-      ¡¡Ahhh!! Ana, ya. Si, la verdad es que sí, es una chica guapa.

-      Perdona, es más que guapa, es muy guapa, muchísimo -dije un poco picada.

-      Vale, si, es una tía de esas que cuando entra en algún sitio todos los hombres se giran para mirarla, es cierto, es mucho más que muy guapa -me dijo mirándome serio.

-      Sí, me contaron algo de vosotros dos cuando estuvisteis saliendo, que le gustas, y bueno... yo... -me atore con su mirada, al verla sobre mí me di cuenta que ese comentario no había sido buena idea.

-      Te preguntas porque no estoy con ella si de verdad es que está interesada en mí, ¿no? –sus ojos parecían querer taladrarme, me puso muy nerviosa.

-      Si, básicamente, pero no hace falta que me digas nada, me doy cuenta que son cosas muy personales -replique intentando recular, pero no me lo permitió.

-      No, no me importa, prefiero que me preguntes a mí, a que andes cotilleando a mis espaldas sobre mi vida -nuevamente me miro muy serio.

-      ¡¡Oye, que yo no cotilleo a tus espaldas sobre ti!! -me alteré.

-      Pues para no hacerlo te has informado mucho y muy bien sobre mí con mi Prima, Raquel o Marga, ¿no? -su tono esta vez fue irónico, y lo cierto es que lo que dijo me desarmo un poco.

-      Bueno, solo es que salió la conversación en la cafetería cuando discutiste con tu prima, yo... -me interrumpió.

-      Tranquila, no pasa nada, era normal que sintieses curiosidad. Bueno, respondiendo a tu pregunta, no estoy con ella, en primer lugar porque no me gusta... -no pude evitar interrumpirle casi saltando de la silla.

-      ¡¡¡Pero como no te va a gustar una chica como esa!!! -exclame muy sorprendida por la respuesta.

-      Déjame terminar, por favor –estaba muy serio-. No me gusta como para salir con ella, físicamente sí, es obvio, esta como un tren y tiene una follada de muerte, si es lo que querías escuchar que dijese, pero como pareja no me gusta.

No, ciertamente aquello de la follada de muerte le había sobrado, no, no me había gustado escucharlo ni media, pero para nada, es más, creo que incluso apreté los dientes y estos me chirriaron. Yo de esto último no me di cuenta consciente, solo lo supongo por su mirada, que tampoco me gustó nada, se volvió irónica, supuse que por mi reacción, pese a todo continuo hablando.

-      ...Y dos porque terminaría con una cornamenta de tamaño extra grande de estar con ella, y puede que en ese caso, por culpa mía.

-      No entiendo... -dije sin comprender realmente.

-      Es muy simple, no la quiero, por tanto solo sería un florero muy bonito, pero que no me interesaría realmente. Antes o después pasaría esa pasión inicial, a ella no dejarían de entrarla tipos como el chulo putas de Cesar, y antes o después caería con ellos poniéndomelos -levanto la mano al verme intención de hablar-. No, déjalo, la culpa seria mía por desatenderla, dejaría de prestarla atención al pasárseme el interés inicial y sería normal que hiciese eso, cualquier chica lo terminaría haciendo.

-      Oye, haz el favor de no meternos a todas en el mismo saco, ¿quieres?, no todas somos así, no todas vamos por ahí poniendo cuernos porque tengamos problemas con nuestras parejas -dije sulfurada por el comentario.

-      ¿De verdad?, a ver, Mario, Adolfo y Coque -levanto la mano y fue extendiendo un dedo con cada nombre que pronuncio.

Me puse pálida al escucharle, aunque no pude decir ni media ya que en ese preciso instante regreso Raquel. Esos tres nombres pertenecían a tres ex míos a los que les había puesto los cuernos, de echo a los tres únicos chicos a los que había engañado con otros estando saliendo o incluso solo medio saliendo, y lo peor de todo, es que no tenía ni idea de cómo demonios Alex podía saber aquello, porque la referencia estaba clara como el agua. Nos marchamos de allí, fui todo el camino pensando en qué demonios iba a hacer ahora, porque si algo tenía claro es que tendría que hablar de esto con Alex, no podía permitir que pensara de mi como debía de estar pensando si conocía esos hechos. La verdad es que los engañe a los tres, pero fue como represalia, porque ellos lo habían hecho antes, de modo que, a groso modo, digamos que en los tres casos me tire a algún amigo suyo que no me cayese especialmente bien, luego se lo dije antes de romper, y de ese modo mataba dos pájaros de un tiro, le jodía a él y al otro imbécil, pero debía de ver cómo explicárselo a Alex, lo cual era todo un papelón. Encima nunca me he sentido nada orgullosa de aquello, me vengué sí, pero echar un polvo con otro por venganza… Ahora pensándolo, me parecía una idea de ser gilipollas, y me empezaba a dar miedo lo que me pudiese costar a ojos de Alex, por primera vez pensé que ojala me hubiese limitado a partirles la cara a tortas, en lugar de dármelas de retorcida.

Esa noche no salimos por ahí, nos limitamos a prepararnos algo de cena y a charlar los cinco tranquilamente en la casa. Poco a poco y a lo largo de la tarde por medio de whassap en grupo, nos fuimos informando unos a otros de cuando llegábamos, donde nos alojábamos y donde quedábamos para comer al día siguiente. Por la noche, nuevamente salió a conversación el tema de la tal Ana cuando Raquel le comento a Mónica que la habíamos visto y que ella con Alex se habían ido solos a tomar un café. Directamente, según lo escucho, Mónica le preguntó a su primo...

-      ¿De qué hablasteis?

-      Mónica, no creo que sea algo que te interese, pero te lo voy a contestar de todas formas, pero solo porque no quiero líos contigo estos días. De nada concreto, me estuvo contando como estaba, le dije como estaba yo. Antes de que preguntes, si, se informó de que no tenía novia, ni proyecto de una, de que anda todavía libre como un pajarito, también le dije que había venido con amigos y que saldríamos por ahí estas noches, de modo que supongo que nos la encontraremos con sus amigas desde el primer día, ¿satisfecha ya?.

-      No sé a qué le tienes que dar tantos datos, de verdad -dijo Mónica con claro gesto de fastidio.

-      Pues porque a mí me cae bien, no tengo nada contra ella como tú y no me ha hecho nunca nada, ni bueno, ni malo, y cuando ha querido algo de mí siempre me ha venido de frente, por eso Mónica, por eso mismo.

-      Sabes que está enamorada de ti, ¿verdad Alex? -preguntó seria Raquel.

-      Si, por supuesto que lo sé. No creo que me hayáis visto acercarme a verla cuando vengo por aquí, es siempre ella y sabe que no siento lo mismo porque me he encargado de decírselo cada vez que se pone en su plan de conquistadora, que ha sido más de una vez. Otra cosa no puedo hacer.

Fue como una puñalada trapera, pese a que ya lo había supuesto por todo lo que estas me habían contado, no fue lo mismo que escuchar decir de boca del propio Alex que sabía que esa chica estaba enamorada de él, me sentó fatal. En toda esta historia había muchos puntos oscuros que no entendía, no comprendía para nada lo que estaba ocurriendo entre esos dos, pero tenía claro que había tres personas allí que sabían lo que había sucedido, Alex, Mónica y Raquel, la que de las tres me pareció más obvia para poder hablar con ella y enterarme era Raquel. Era consciente de lo que me dijo Alex en el híper cuando nos quedamos solos sobre el preguntarle directamente a él, pero joder, es que eso era mucho más fácil decirlo que hacerlo, no me veía con la cara suficiente como para ir directa a él y decirle... "por favor, cuéntame todo lo que paso entre tú y esa chica, Ana". Él no sé, pero a mi desde luego me hacen una pregunta semejante y mando a la persona a hacer puñetas al instante, no podía arriesgarme a dar semejante patinazo con Alex, de modo que me las apañe para poder hablar a solas con Raquel, o más bien, para hacerlo junto con Marga, ya que pensé que si la curiosidad venia por parte de ambas, se me notaria menos el plumero.

Lo cierto es que tras hablar con Raquel, no diré que comprendiese aún mucho en todo esto, salvo que Alex era de cuidado y para echar de comer a parte. Tras preguntarle, Raquel se nos quedó mirando fijamente con cara pensativa, como un minuto después…

-      De acuerdo, vale, os lo contare, por lo menos hasta donde yo sé. Supongo que básicamente lo que pasa es que os preguntáis como pudo una chica como Ana pillarse con alguien como Alex, que no es precisamente míster universo, ¿no?

-      La verdad es que no entiendo nada de nada en esos dos, algo habéis estado hablando delante nuestro, pero es como chino, nos perdemos –dijo Marga, admitiendo de ese modo que también sentía curiosidad.

-      Bien, Ana estaba tras un chaval que tenía fama de malote, un auténtico imbécil a mi modo de ver, a las chicas de por aquí las volvía locas, pero es bastante selectivo, ni una tía del calibre de Ana era capaz de “engancharle” tan solo por las buenas. Principalmente procuraba tirarse a todas las que tenían novio, era algo como un reto para él, tía que tenía novio, tía que se intentaba zumbar, el resto le resbalaban bastante, estuviesen lo buenas que estuviesen –sonrió.

-      Y esa tal Ana le pidió ayuda a Alex, por eso este se hizo pasar por su novio, todo eso ya lo sabíamos –dije.

-      Sí, pero Ana tuvo sus más y sus menos con Alex, este es un poco… especial, y determinadas cosas cuando le sientan mal, provocan que reaccione… intentando dar en los morros con ello. No sé exactamente qué sucedería entre los dos, pero en un momento dado Alex por lo que se, empezó a comportarse con ella como un novio de verdad… o lo que él considera que debe de ser eso… que no creáis que lo tengo muy claro.

-      Supongo que eso fue en parte lo que debió de despistar a Mónica y por lo que entró a saco, ¿no? –pregunté.

-      Y a mí, también me despisto a mí. Lo cierto es que primero hablamos con él, que nos intentó tranquilizar. Al final viendo que no conseguía nada, nos lo conto todo, o casi todo, en fin, nos explicó porque y para que la estaba ayudando. Como ya sabéis por lo dicho anteriormente, Mónica no le creyó y se entró a cuchillo contra Ana, lo que aun aumento la credibilidad de la farsa que se traían… -sonrió irónica al recordar.

-      Supongo que eso solo irritaría aún más a Mónica si se dio cuenta, ¿no? –preguntó Marga pensativa.

-      Si, así es, eso aun la sentó peor, pero no el ver que se había equivocado al entrar así, sino darse cuenta de que les estaba haciendo el juego y para colmo ayudando a Ana a conseguir lo que pretendía.

-      Y tú piensas que Alex cuando os lo contó en aquella ocasión lo hizo apropósito para que su prima hiciese precisamente aquello –dijo Marga sorprendiéndome.

-      Jajajajajajaja, si, lo cierto es que sí, eso lo sospechamos las dos después. Pero el problema con Alex, es que es un cabronazo de cuidado, pese a que nos manejó como quiso, lo cierto es que en todo momento nos pidió que no hiciésemos lo que quería que hiciéramos, y fuimos nosotras por idiotas, las que no le hicimos caso. ¿Nos dimos cuenta de que nos había manipulado después de hacerlo?, sí. Pero que le dices… -abrió los brazos en un gesto de impotencia-, él nos pidió con insistencia que no nos moviéramos, pidió específicamente que no hiciésemos todo lo que luego hicimos, la culpa fue nuestra por no hacerle caso –hizo un gesto de resignación- y con Alex era mejor dejarlo así.

-      ¿Y con esta chica, Ana? –preguntó Marga.

-      Por lo que dedujimos de lo “poco” que Alex nos fue contando, considero que Alex no fingía lo suficiente como para dar bien el pego como novio suyo, debió de ser algo así como que no estaba a la altura de una chica como ella y tenía que mejorar... De modo que suponemos que se “esmeró” apropósito con ella –en sus labios se insinuó una sonrisita mezcla de ironía y de malicia.

-      No entiendo…

-      Jajajajajaja, si, supongo que no. Digamos que Alex debió de investigarla o algo así, porque exteriormente no cambio de modo ser, peinarse o vestirse, fue el mismo de siempre.

-      ¿Entonces? –pregunté desconcertada.

-      Veréis, nosotras creemos que se centró en darla lo que nunca le había dado ninguno de los anteriores chicos con los que había salido, y la pobrecita termino quemándose con él.

-      Pero se logró tirar al tío que la interesaba, ¿no? –pregunté.

-      Si, se lo tiró, o eso creemos, que tampoco estamos muy seguras de ello, no os creáis, tenemos también nuestras dudas sobre ello. El caso es que después de todo esto, les contó a sus amigas la verdad de estar saliendo con Alex, además según nos enteramos, también dijo que el tío en cuestión fue “decepcionante” en todos los aspectos y que no pudo ir al final...

-      Pero eso podría ser cualquier cosa… -dijo Marga.

-      Por eso os decía que no estamos nada seguras de lo que ocurrió o de si de verdad llego a ocurrir algo y no se arrepintió antes de estar con él. Después de esa confesión de Ana, Alex se retiró de escena, apartándose de ella e ignorándola por completo… lo que la enojó –terminó diciendo mientras se reía.

-      No lo entiendo… -dije, y la verdad es que no entendía sus risas.

-      Ana lo contó todo, explicó detenidamente que todo había sido mentira, porque pretendía seguir con Alex como novio, pero esta vez de verdad y con todas sus consecuencias. Sin embargo el buenazo de Alex le soltó un “no” como un camión, y para rematarlo, por lo que se, cuando le preguntó por qué enfadada, simplemente le dijo que ella era muy divertida, que era buena tía, que sería la novia perfecta de cualquier hombre, pero que “no era su tipo”, y esto delante de sus amigas –sus risas eran escandalosas mientras contaba esto.

-      Joder, menudo palo tuvo que ser –dijo Marga haciendo un gesto con la mano, moviéndola de arriba a abajo rápidamente con la palma hacia su pecho.

-      No creo que a Ana ningún tío le haya dicho que no jamás en ese plan hasta que llegó Alex, que como os he dicho, se lo soltó en su cara, delante de sus amigas, sin cortarse ni media y encima quedando como el bueno puesto que la había ayudado de aquel modo a conseguir al tío que “originariamente” quería.

-      Bueno, pero al menos disfruto de él durante su farsa, ¿no? –pregunté, sintiendo al hacerlo un pequeño toque de celos en mi interior que procure reprimir para que no se notase.

-      Eso fue lo mejor, con este plan estuvieron como “novios oficiales” más de un mes, casi dos, no sé lo que pasaría o como se comportaría Alex con ella, pero créeme que no pasó nada entre ambos más allá de unos besos y alguna caricia –Raquel estalló en carcajadas-. Alex encima de enamorarla, se las apaño para escaparse vivo y sin catar de su lado, de eso sí que estamos muy seguras.

-      No me jodas que Alex… -dijo Marga con los ojos muy abiertos.

-      Si, el buenazo de Alex se apresuró a aclararlo también delante de sus amigas para no dejarla en “mal lugar”. Básicamente, no solo dejo claro que no era su tipo, sino que tampoco había tenido el menor interés en acostarse con ella… -Raquel se moría de la risa.

La verdad es que no dejaba de reconocer que lo que le había pasado a esa chica era toda una cabronada, si un tío me hace algo así a mí, lo mato. Pero joder que bien me sentí después de escuchar eso de que entre ella y Alex no había ocurrido nada “intimo”. Tras esto que explico Raquel y las cosas que no contare aquí, me quedo claro que cuando esa tal Ana le pidió que fuese más “novio”, este se molestó o lo que fuese que pasase, porque se dedicó a “enamorarla” aprovechando que ella misma se lo pidió y se encontraba dispuesta para sus “galanterías”. No sé, ni por lo que dijo Raquel, tampoco ella o su prima, como se las apañaría o que haría en esos casi dos meses, pero lo cierto es que esa tal Ana termino de verdad colgada con él. Cuando la rechazó, empezó a ir tras él como una perra en celo intentando calzárselo como fuese y este escurriéndosele de entre los dedos una y otra vez por muy directa o a lo bruto que fuese a por él. Tal y como dijo en su momento Raquel, ¡¡ostias con Alex!!, mas valía ir con cuidado con él.

Esa noche, tras la conversación con Raquel, de nuevo empecé a pensar en Alex, nuevamente empecé a notar como me mojaba, como mis deseos nuevamente despertaban. Era superior a mí, me era imposible evitar ponerme cachonda perdida con solo pensar en él, en esta ocasión fue el saber que había dejado de lado a un tía como Ana. Empecé a acariciarme imaginando que yo conseguía lo que esa rubia de cuerpo infernal no había conseguido, follarme a Alex y tenerle conmigo como un perrito faldero que cumpliese todos mis deseos.

Antes de que me diese cuenta tenía dos dedos en mi interior, moviéndolos lentamente, mientras imaginaba a Alex sobre mí, haciéndome el amor mientras al oído me decía que me quería. Mi otra mano se centró en mis pezones, me dolían de lo duros que estaban, era tocarlos y estos proporcionarme latigazos de placer. Cuando me sentí apunto saque los dos dedos y me centre en mi clítoris, gemí como una perra cuando por fin me alcanzo el orgasmo, creo que incluso susurre su nombre mientras me corría. Quede en la cama jadeante, pensando en que debía de hacer algo, que tenía que ser yo quien tomase la iniciativa con Alex o según todo lo que poco a poco estaba descubriendo sobre él, si esperaba a que él lo hiciese, nunca ocurriría nada entre ambos.

El orgasmo me había dejado agotada, la verdad es que no recordaba que me pasase nunca eso anteriormente cuando me había masturbado pensando en alguien, lo de quedar así únicamente me ocurría cuando el inquilino de mi imaginación en esos instantes era Alex, entonces el orgasmo aumentaba en intensidad y duración, provocaba que mi cuerpo se tensase de modo increíble, en algunos casos incluso me retorcía del gusto. En estas ocasiones, como en la actual, los orgasmos eran devastadores…

CONTINUARA