Alex - 12 (Final)

Olga presenta a Alex a sus dos mejores amigas y tras ello decide prepararle una sorpresita del estilo de las que él prepara para ella

Alex - 12

El lunes tras desayunar nos pusimos en marcha rumbo de regreso a Madrid, iba pensando en que tenía que ir decidiéndome ya a presentar a Alex a mis dos más íntimas amigas y compañeras de trabajo, lo cierto es que su opinión era muy importante para mí, cuando les había presentado a mis anteriores novios, siempre habían sido francas, y lo peor, siempre habían dado en el clavo con sus comentarios. Había encendido la radio y esta al escanear emisoras la primera que pilló fue una de música clásica, recuerdo que nada más ponerla empezó a sonar “para Elisa”, que me encanta, de modo que le pedí a Alex que la dejase. Ninguno de los dos hablamos, estuvimos escuchando la música, yo aproveche ese momento de tranquilidad para pensar en todo lo que me estaba sucediendo y lo que me quedaba por hacer.

Nunca he sido una mujer indecisa o dubitativa con los hombres, nunca he tenido problemas para presentarlos a mis conocidos, pese a lo que os pueda estar pareciendo con lo que os cuento de Alex. En realidad, creo que mi problema con él es que como en cierta ocasión me dijo Marga, Raquel y su prima, es tan particular en muchos aspectos, que rompe por completo todos mis esquemas, dejándome en más de una ocasión si saber, ni por donde tirar, ni por donde me saldrá o con que. Le conocía desde hacía mucho, creía que le conocía bien, pero cuando todo esto empezó descubrí que en realidad no sabía absolutamente nada sobre Alex, toda la información que había tenido sobre él era la que quiso dar, que fue prácticamente ninguna o muy confusa. Sin embargo, también se daba el caso de que por lo que pensaba de él y sobre él, nunca me hubiese creído que fuese capaz de hacer todas las maravillosas locuras que había hecho conmigo, la moto, el polvo en la piscina, el masaje… y muchas más cosas que no he contado de este tiempo que llevamos, pequeños detalles tontos, pero que me resultaban… desconcertantes por no espéramelo en absoluto.

Cuando llegamos a la ciudad me dejo en la puerta de mi portal, nos despedimos con un beso, mejor dicho, con un juego completo de tornillería, no sé si me explico, jajajajajajaja. Llegué a casa dispuesta a descansar lo que quedaba de día, Alex me había dicho que esa tarde tenía que estar conectado porque tenía una operación a la vista y aún no sabía exactamente cuándo sería el momento apropiado para ejecutarla, en caso de decidir que lo haría, que también me dijo que aún no lo sabía de fijo. Si, lo sé, también a mi esa explicación me resulto desconcertante por decir algo, pero se la admití como buena, no quería dolores de cabeza y si lo intentaba comprender posiblemente terminaría así. Veréis, tengo un buen trabajo, estoy bien considerada en él, tengo una carrera, me considero muy inteligente, pero ciertamente mis conocimientos de bolsa son muy limitados ya que no me muevo en ella, y mucho menos al nivel en que veía que se movía Alex.

En mi trabajo, como os he contado, tenía dos amigas intimas, Lorena y Mika, en realidad se llama Micaela, y es una Italiana despampanante. De mis compañeros y compañeras solo ellas dos sabían que estaba empezando a salir con alguien. Somos muy francas entre nosotras, especialmente y quizá lo seamos tanto, porque nos movemos juntas pero no conocemos a nuestros respectivos grupos de amistades “personales” con lo que podríamos decir que somos nuestra válvula de escape para nuestras confidencias. Evidentemente sí que conocemos a nuestras parejas respectivas, hasta el momento ellas conocían a todos mis chicos desde que trabajábamos juntas con una única excepción, Alex, al que todavía no se lo había presentado “oficialmente”. Es más, a ambas les dije que solo éramos “amigos” que estábamos conociéndonos más afondo, cosa que no se creyeron en ningún momento.

El martes en el primer descanso que pudimos hacer las tres tras una tensa reunión de trabajo…

-      Bueno, y dinos, ¿qué tal con tu nuevo novio el fin de semana?, perdón, con tu “amigo” –preguntó Lorena socarrona.

-      Muy bien, me llevo a un balneario, y lo pasamos francamente bien… -no pude evitar sonreír al recordarlo.

-      ¿A un balneario?, joder que joya, ni que tuvieseis setenta años… -repuso Mika.

-      Si bueno, era un balneario… nudista –dije poniéndome un poco colorada y dándome la risa al recordar.

Las dos se quedaron con la boca abierta al escucharme decirles eso de que era un Balneario nudista, lo que hizo que me sonrojase aún más. Luego a dúo se empezaron a reír cuando les amplié que también había allí mucho intercambio y parejas liberales, metiéndose con el hecho del color que tenía en las mejillas…

-      Te has puesto colorada, cuenta, cuenta, ¿qué paso? –preguntó en tono pícaro Mika.

-      Bueno, pues nos bañamos, nos divertimos juntos…

-      Nahhhh… déjate de eso, salta a la parte jugosa del fin de semana… cuéntanos, ¿qué tal estuvo la cosa? –preguntó Lorena haciendo un gesto de pasar el dedo índice por un circulito formado por el índice y pulgar de la otra mano.

-      Si, si que estuvimos muy entretenidos con eso todo el fin de semana… -admití.

-      Uyyyyyyy… -dijo riéndose Mika junto con Lorena.

-      ¿Uy qué? –pregunté un poco picada por las risas de ambas.

-      Que nunca has sido tan reticente como para contarnos un polvo con ningún “amigo”, no nos dirás que fue mas como lo de esa moto que nos contaste ¿verdad? –preguntó Mika.

-      Bueno… es que…

-      Joooooderrrrrrr… -no pudo evitar exclamar Lorena-, ya estás dándonos pelos y señales de todo lo que hicisteis –añadió Mika.

-      Sin olvidarte de presentárnoslo –dijo Lorena.

-      Eso, eso también –apuntillo Mika.

Se lo conté todo, bueno, casi todo, me guarde para mí todos esos puntitos de celos que había tenido con Alex y deje de lado lo de la presentación. Cuando termine de contarles, ambas dijeron que se iban a tener que cambiar de bragas porque las habían empapado, que les había puesto cachondas perdidas con lo que les había contado que había hecho con Alex, especialmente a Mika con el polvo en la piscina con la gente bañándose a nuestro alrededor, mientras que Lorena me dijo que a ella le había puesto muchísimo lo del masaje, y a ambas les había matado lo de la otra pareja follando de ese modo con nosotros en la habitación. Las dos riéndose me pidieron su teléfono para poder hacerse también “amigas” suyas…

Como veréis, la verdad es que éramos muy francas entre nosotras, cuatro años antes estuve saliendo durante ocho meses con Santi, un chico con una verga enorme, me partía en dos cada vez que me la metía, del que por cierto me dirían que solo estaba enchochada con su polla y terminaría dejándole, como así paso. Pues bien, estas dos putas (dicho con cariño) me pidieron permiso para poder follárselo y creedme que de haber dicho que si hubiesen sido más que capaces de hacerlo pese a que por esa época ambas tenían novio. Como esa que os cuento, entre nosotras había habido muchas burradas de comentarios, pero creo que por primera vez, me molesto un poco que ambas me dijesen que se habían puesto cachondas con mi novio. Con Alex me pasaba lo que con ninguno de mis anteriores parejas, con él de vez en cuando sentía el picotazo de los celos en cosas con las que antes jamás me había ocurrido.

A ver, no es que con mis anteriores parejas me diese igual lo que hicieran, evidentemente, de hecho como ya conté, tres de ellos me pusieron los cuernos y me vengué follándome a sus mejores amigos ante sus narices antes de romper con ellos. De hecho os aseguro que era más factible que cualquiera de esos me engañase a que lo hiciese Alex, sin embargo, lo que sentía con Alex cuando alguna le miraba con ganas, ese malestar, nunca lo había sentido tan fuerte con ningún otro. De esto fui tan obvia que tanto Lorena como Mika se dieron cuenta…

-      Oye Olga, que es broma, sabes que los novios de las otras para nosotras son sagrados.

-      Si, aunque ese chico solo sea un “amigo” muy “amigo”, también es sagrado para las dos –añadió una divertida Mika al ver que sonreía ante lo dicho por Lorena restando importancia al asunto.

-      No me fio de las dos ni un pelo, jajajajajajajaja… -le seguí la broma.

-      ¿Cuándo nos lo vas a presentar? –me pregunto Mika dejándome un poco a contra pie.

-      Pronto, os prometo que os lo presentare pronto…

-      Uyyyy, que esta se teme que se lo roben si lo saca de casita –dijo Lorena con recochineo.

Volvimos al trabajo, cuando salimos, de camino a mi casa iba pensando en que sí, que ya iba siendo hora de presentarle a ambas a mi nuevo chico. Cuando entre en casa, incluso antes de cambiarme y ponerme cómoda llame a Alex, para decirle de quedar el fin de semana con estas dos, pero me dijo que no, que el proyecto que tenía en mente se le había complicado e iba a estar toda la semana muy liado, incluyendo ese fin de semana. Me resigne, por lo visto este iba a ser uno de esos fines de semana de trabajo de Alex, uno de esos en los que tener de pareja a Alex y no tener novio era exactamente lo mismo, pero sin poder ligar con otros tíos.

El miércoles les tuve que explicar a mis amigas que ese fin de semana no podría ser, en fin, que pusieron sus típicas caras de “pues vaya novio”, y lo cierto es que no podría negar que en cierta forma estaba de acuerdo con ellas. Lo cierto es que tanto el martes, como el miércoles, como el jueves, la conversación entre las tres prácticamente fue monotemática, Alex, Alex y más Alex, creo sinceramente que Lorena y Mika estaban alucinando conmigo y lo que les contaba. Quiero aclarar que ellas sabían del problema que había tenido, lo que no sabían es que fue Alex el famoso amigo que me quiso prestar su ayuda, también se lo conté en estos días, de hecho, de no haber aparecido Alex, ellas dos hubiesen sido a quien habría recurrido en busca de ayuda.

El jueves nos encontramos con que a un cliente le habían entrado las prisas, por lo que las tres tendríamos que quedarnos hasta tarde para arreglarlo todo. Llame a Alex para comentárselo, ya que acostumbraba a llamarle cuando salía de trabajar y pensé que quizá se preocupase si no lo hacía a la hora prevista. Para mi sorpresa, cuando salimos las tres me encontré con que mi flamante novio me estaba esperando en la puerta con una sonrisa de oreja a oreja. No me corte ni media, según vi que se venía directo a por mí con los brazos en la posición perfecta para darme un abrazo, le salte al cuello y le empecé a devorar la boca, más que a besarle. Tuvimos que escuchar algún que otro silbido por parte de mis dos amigas, incluido un aplauso…

-      ¿Qué haces aquí?

-      Bueno, me dijiste que trabajabas hasta tarde con ellas –dijo señalando a mis amigas- y como por hoy había terminado, pensé en venir a buscarte e invitaros a las tres a cenar, así nos puedes presentar… sé que estabas deseándolo…

Me aturulle un poco con el comentario ante las risas de mis amigas y la sonrisita de Alex, le solté enseguida, haciéndome a un lado para poder presentarles. Mis amigas recibieron a Alex con un fuerte abrazo además de con un par de besos en las mejillas.

-      De modo que este es tu famoso “solo amigo” del que estas tan colgada…

-      ¡¡Lorenaaaaa!! –dije poniéndome nerviosa por lo que había dicho…

-      Jajajajajajaja… Si, supongo que debo de ser ese “solo amigo” –dijo Alex, conteniendo visiblemente la risa.

-      Bueno, mas que “solo amigo” pareces un “casi novio” –metió baza Mika.

-      Bueno, ya vale, no –dije un poco mosqueada por el cachondeo de las dos.

-      Tranquila, que no pasa nada “más que amiga y casi novia”

-      ¡¡¡¡Alex, vale!!!!

-      Perdón, perdón… -dijo riéndose y juntando las palmas de las manos hacia mí, como si rezara una plegaria.

Alex nos llevó a las tres a cenar a un restaurante bastante coqueto, donde por cierto, cenamos estupendamente bien. Nos sentamos en un sitio muy discreto, junto a un ventanal opaco, desde el interior se veía perfectamente, pero no así desde el exterior. Durante el camino, mis amigas me estaban poniendo de los nervios, ya que le tiraban preguntas con dobles intenciones sobre las cosas que yo les había contado que habíamos hechos los dos. El motivo de mi nerviosismo es que parecía que estaban pinchándole como si no se fuese a dar cuenta de nada, cuando sabia de sobra lo inteligente y perspicaz que puede llegar a ser el cabronazo.

Alex en la cena se empezó a comportar de un modo peculiar, se reía mucho con mis amigas, contaba chistes, anécdotas, hasta ahí todo normal, el Alex de siempre… pero se sentó de modo que estaba echado hacia delante con las manos bajo la mesa, en esa posición parecía un crio de instituto más que un adulto. Al principio mis amigas le miraban extrañadas por su forma de sentarse, luego me miraban a mí como preguntándome si eso era normal, yo simplemente sonreía, con un cabreo por dentro de no te menees ya que no sabía a qué narices estaba jugando Alex. Cuando había salido con él y con el grupo a cenar por ahí infinidad de veces, y nunca, jamás, se había puesto de semejante forma.

Debería de haberme imaginado que el muy cabrito estaría tramando algo, no me di cuenta de ello hasta prácticamente estar terminando el primer plato. Hacia solo un par de minutos que Alex había empezado, para enfado mío, una conversación con mis amigas que él sabia de sobra que me haría mantenerme al margen de la misma, a Mika durante el viaje se le habían escapado un par de detalles de mis “aventuras” con él y ahora parecía estar intentando indagar. Conociéndole sabía que si yo hacia algo como intentar manejar la conversación no tardaría en advertir que se lo había contado, si es que no lo sabía ya.

Me di cuenta de lo que estaba tramando de verdad cuando sentí de repente su mano entre mis piernas, en la parte interna de mis muslos, al punto que respingué. Tuve que disimular como pude, antes de que me diese tiempo a meter una mano y sacársela de allí, Alex ya tenía dos dedos en mi coño, moviéndolos, se acerco a mi oído diciéndome “disfruta querida mía, luego si quieres también se lo cuentas a ellas”, provocando que me mojase viva casi en el acto.

Me costaba concentrarme en la conversación que mantenían los tres, solo podía sonreír y esforzarme en amortiguar todo lo posible lo que estaba sintiendo en esos instantes. No sé como lo había hecho el muy cabrón, pero tenía dos dedos dentro de mi coño, moviéndose lentamente en círculos y un tercero frotándome con delicadeza el clítoris, mandándome sin cesar al cerebro sensaciones a cual más placentera. El hijo de su madre de Alex me estaba masturbando delante de los morros de mis mejores Amigas, todo esto mientras estábamos sentados cenando en un restaurante lleno de gente, no os hacéis una idea del morbo que sentía y de las ganas de matarlo que tenia. Justo cuando tragué la última cucharada me corrí en sus manos, parecía que lo hubiese hecho apropósito, reteniéndome el orgasmo hasta ese preciso momento.

Tras esto y aprovechando el tiempo entre platos me disculpe levantándome para ir al servicio, iba bufando enfadada con Alex por su jueguecito. Mis amigas se vinieron detrás de mí…

-      Olga, tengo que decirte que te has buscado un chico que es majísimo –me dijo Lorena.

-      Ya te digo, además de majo es muy simpático y agradable…

-      ¡¡¡Lo que es…!!! ¡¡¡es un maldito cabrón el muy hijo de puta…!!! -dije muy enfadada rechinando los dientes…

-      ¿Pero qué pasa? Si es por su postura… –pregunto desconcertada Lorena.

-      ¿Qué qué pasa?, sus manos, eso pasa… que se las voy a cortar…

-      Bueno, las tenía bajo la mesa, parecía quizá un adolescente, pero eso no…

-      Pero qué coño, si se puso así es para que mientras hablabais… ¡¡¡Leches!!!, que me ha estad… -me pare en seco poniéndome colorada como un tomate al darme cuenta lo que estaba a punto de decir medio fuera de mi por el cabreo.

-      ¡¡¡¡No me jodas!!!!! –exclamo Mika con los ojos abiertos como platos…

-      ¿El qué?, pero que es lo que ha pasado, que yo me entere… -pregunto una desconcertada Lorena.

-      Jajajajajajaja, no me digas que mientras que hablaba con nosotras dos te estaba haciendo… “disfrutar”… y en nuestros morros… –dijo en tono malicioso Mika, que como de costumbre, la muy zorra lo había pillado al vuelo.

-      ¡¡No!!... –exclamo Lorena entendiéndolo ahora-, no me digas que te ha estado… jajajajajajajajajajajajaja –estallo en carcajadas.

-      No me extraña que le quieras matar… -apunto Mika riéndose también.

No pude evitar acompañarlas en las risas llevándome avergonzada las manos a la cara. Cuando por fin pararon me preguntaron directamente si de verdad se había atrevido a hacerme un dedo delante de sus mismísimos morros y con todo el comedor lleno de gente, a lo que asentí con la cabeza muerta de vergüenza, pero eso sí, con un enorme brillo en mis ojos mientras que les aclaraba que en realidad me había follado con los dedos. Cuando salimos las tres nos dimos cuenta en el acto del cambio de actitud de Alex, sus manos estaban ahora encima de la mesa, estaba erguido como cualquier otro comensal, había desaparecido de él cualquier actitud de adolescente. Al sentarme, le dije al oído… “te juro que esta me la pagas”, y le di un besito en la mejilla.

La conversación durante el resto de la cena fue de lo más interesante… en un momento dado y sinceramente no tengo ni idea de cómo es que llegamos a ello, estábamos hablando de nuestros respectivos gustos en la cama, cuando…

-      Oye, por cierto, si alguna vez pensáis en hacer los dos un trió con otra chica, me avisáis que me apunto a ser la “otra” –soltó de improviso Mika haciendo que Alex se atragantase.

-      Vaya, gracias, es… un detalle… muy amable por tu parte el ofrecerte-dijo Alex, al que por primera vez vi algo descolocado.

-      Eso, muy amable, pero no, so pendón, eso ni de coña… de tríos nada de nada -le respondí riéndome mientras le sacaba la lengua.

-      No la hagáis caso, que es muy cotilla y se enteraría todo el barrio enseguida, mejor yo que soy mucho más discreta que ella –añadió Lorena riéndose también…

Alex me acompaño a casa mientras que Lorena y Mika se marchaban juntas en un Taxi. Intente hacer que subiese a pasar la noche pero me dijo que no, ya que debía de seguir pendiente de lo que estaba haciendo, aunque me prometió que en cuanto terminase seria de nuevo todo él para mi solita. A la mañana siguiente en el trabajo…

-      ¿Bueno, y que os pareció mi novio?

-      Anda, ahora ya es tu novio y no solo un amigo, ¿eh? –dijo Mika dándome un golpecito en el hombro.

-      Si, la verdad es que sí, es mi novio y no solo un amigo, prefiero tenerlo bien amarradito que no me roben –respondí riéndome y sacándoles la lengua divertida.

-      Lo que opinamos es que se te ve feliz. Feliz como con ninguna otra relación anterior que hayas tenido desde que nos conocemos –dijo Lorena.

-      La verdad es que tu chico no parece gran cosa cuando le ves de inicio, pero luego… bueno… después de hablar con él anoche y eso… ves que tiene un cierto aire que te atrae –dijo Mika.

-      Entonces os gusto… me alegro muchísimo de ello –dije contenta.

-      Sinceramente Olga, no sé que pensara Lorena, pero créeme que te envidio, ya me gustaría a mí encontrar un tío como tu novio, que hiciese conmigo y por mí las mismas locuras que nos has contado… Anoche llegué a casa malísima por vuestra culpa, no te haces una idea de cómo salte sobre Juan… casi, casi le viole… -dijo riéndose Mika.

-      Jajajajajajajaja, lo mismo me paso a mí con Fran –admitió Lorena-, nada más llegar me metí en la cama y prácticamente me lo follé a la fuerza. Tía de verdad, eso que nos estuviste contando y lo del dedito que te hizo en nuestra cara, joder, no te haces una idea de lo cachonda que me pusisteis tu novio y tú, cuando llegué a casa tenía en rio entre las piernas de cómo iba.

-      Pero…

-      Sin peros, ya puedes cuidarle bien, porque como le dejes suelto te lo roban.

-      Ya, pero no os creáis que todo es perfecto, tiene eso días de curro intensivo que os conté… en esos días, no tiene novia –dije con una sonrisa.

-      Cielo, nada es nunca perfecto, ni él lo será ni tu tampoco, la cuestión es si tu le quieres a él y él te quiere a ti, además, mírate hoy al espejo con la que nos espera y luego nos dices que ves –dijo sonriendo Lorena.

Después de esto no nos dio tiempo para más, teníamos muchísimo trabajo y estuvimos liadas todo el día sin coincidir más. No obstante, en mi mente estuvo circulando todo lo que mis amigas me habían dicho sobre Alex, concretamente Lorena antes de separarnos, y me di cuenta de que tenían razón, llevaba todo el santo día tal y como estaba Alex cuando le vi trabajar, totalmente metida en el sin pensar en nada más que en ello, éramos también en esto exactamente iguales los dos, casi, casi obsesivos. La diferencia entre los dos es que como le dije en su momento como argumente, yo tenía horario de trabajo, y el no, pensé en empezar a aplicármelo también a mi.

El fin de semana me fui a casa de Alex para hacerle compañía, y reconozco que me volví a preocupar muchísimo por él. Podía decirme lo que le diese la gana, pero el tema de sus migrañas cuando estaba en ese plan me preocupo y mucho, se veía que le dolía la cabeza a rabiar, pero pese a todo seguía enfrascado con su trabajo y tomando analgésicos como si fuesen caramelos. También admiré otra cosa más de él, fue igual que la vez anterior, le dolía la cabeza a rabiar, si, pero ni un mal gesto, ni una mala palabra, ni nada conmigo, absolutamente nada de nada, confieso que si a mí me llega a doler la cabeza tan solo la mitad de lo que veía que le dolía a él, le hubiese mandado a freír puñetas a los diez minutos de estar juntos y decirme cualquier “tontería” como las que de vez en cuando yo le soltaba.

Cuando me marché el domingo por la noche a casa dejándole allí, pensé en devolverle para el fin de semana siguiente algo parecido a lo que él me había regalado, intentar hacer alguna locura de las suyas, pero partiendo esta vez de mí y con él de protagonista. Estuve toda la santa semana devanándome los sesos intentando que se me ocurriese algo, lo que fuese, para poder sorprenderle como él hacia conmigo, por fin el mismo viernes por la mañana se me encendió la lucecita y juraría que estuve todo el resto del día con una sonrisita maliciosa en la boca.

Llevábamos toda la semana sin vernos, en gran parte porque yo había aducido trabajo en exceso para ello, necesitaba pensar y tenerle salido del todo para el fin de semana. Cuando por fin apareció la brillante idea me alegre de haber tomado aquella medida, ahora solo me faltaba dormir el viernes con él sin follar, cosa tremendamente difícil estando Alex de por medio, con esa extraordinaria habilidad suya para ponerme como una moto en un instante. Me toco fingir tragarme dos analgésicos para el dolor de cabeza, irme a la cama a las diez de la noche, y aguantarle a mi lado dándome “cuidados”, que lo único que conseguía con ello, era ponerme perra, perrísima y de mala ostia por no “follar”… Me tuve que morder los nudillos en un par de ocasiones para poder contenerme de saltar a por él, follármelo y mandarlo todo a la mierda.

¿Y cuál fue mi brillantísima ocurrencia?, muy simple, el parque de atracciones. Tenía pensadas algunas maldades para cometer con Alex en varias atracciones, lo único que me faltaba era convencerle para ir los dos ese mismo sábado, cosa que no me costó mucho la verdad, ya que deseaba compensarme por el fin de semana anterior, con lo que me dijo que si yo quería ir, para él entonces, era un orden de obligado y placentero cumplimiento.

Fuimos después de comer, hice que diésemos una primera ronda por las atracciones que tenía en mente, comprobando si allí se podría hacer o no lo que yo quería, me di cuenta de que si bien en unas si, en cambio, en otras sería totalmente imposible sin dar el espectáculo fijo, una cosa era el riesgo y otra el suicidio seguro. Espere pacientemente a que anocheciese antes de hacer mi primer movimiento, cuando considere que era hora de empezar, me empeñe en montar en la noria. Alex por supuesto acepto enseguida… me iba a su lado camino a la fila sonriendo para mí y la sorpresita que le tenía preparada.

Tras quince minutos de espera nos subimos los dos solos en una de las cabinas. Estábamos subiendo a lo más alto cuando me senté al lado de Alex, que me miro un poco sorprendido, claro que más se sorprendió cuando sintió mis manos abriendo su bragueta, metiéndose dentro de su pantalón y sacándole la polla…

-      Olga, pero que… -le puse un dedo en los labios haciéndole callar.

-      Pshhhhhh… calla… no pasa nada, es solo que tengo hambre… -sin decir más le sonreí con malicia y me agache, engullendo su polla por completo.

Empecé a chupársela con ganas, sacándomela luego para lamerla lentamente todo a lo largo, intentaba hacerlo de modo que pudiese verle la cara. Os juro que cuando me fije en su rostro la primera vez tras sacármela y empezar a la merla, casi me corro viva en el acto. La carita de sorpresa, de estupefacción, pero sobre todo de cariño y alegría me pusieron… buffffff. Tras esto me esmere, empecé a usar también mi dientes con la punta de su glande, dándole pequeño mordisquitos que le hicieron gemir… no sé ni cómo aguante las ganas de masturbarme yo a la vez que se la chupaba, estaba cachonda perdida. Por cierto, que vi perfectamente como de la barquilla de delante, nos estaban viendo tres chicos, lo que hizo que me pegase aún más subidón…

La jugada me salió perfecta, le deje al límite, estuve chupando y lamiendo hasta justo el momento de que la noria nos dejase para salir. Me reía mirando de reojo al pobre Alex intentando disimular el bulto que se le formaba en el pantalón debido a la erección que le había dejado… y no haber podido correrse…

-      ¿Te diviertes Olga? –preguntó con tono malicioso.

-      Si, la verdad es que si… -le di un beso, metiéndole la lengua hasta el fondo-, te voy a hacer sufrir antes de ordeñarte y tragarme tu leche –le susurre al oído.

-      Sabes una cosa… -me dio un mordisquito en el lóbulo de la oreja-, eres una zorrita mala cariño, y no te olvides que yo también se jugar a esto… te aseguro que te voy a follar… es más, te quiero follar… -me produjo un escalofrió escucharle.

Me di cuenta de que el muy cabrón estaba intentando darle la vuelta al juego, y decidí que no se lo permitiría. Lo siguiente fue la casa de la bruja, entramos con una vagoneta individual, nada más entrar y perder a todo el mundo de vista, de nuevo me fui directa a por su polla. Me sorprendió que no me impidiese nada, estuve lamiendo y chupándosela a placer, solo que en este caso no quise dejarle a medias, hice que se corriese en mi boca. Me trague todo el semen que expulsó, haciendo tanto ruido de tragar como pude con el fin de excitarlo aún más. Sentí que estaba ganando, al menos esta vez, le tenía en mis manitas… cuando salimos me estuvo comiendo la boca durante un buen rato… No os digo que forma de besarme, me derretía viva con el muy cabrón.

Me la jugó en la montaña rusa, nos sentamos al final del todo, pese a que yo quería ir en el primer vagón, su insistencia debió de hacerme sospechar que tramaba algo, pero yo estaba enfrascada en mi plan, en dejarle descansar un poco antes de pasar a la siguiente sorpresita. Según llegamos a lo alto de la cuesta y justo antes de que se iniciase la caída sentí su mano entre mis piernas, justo en pleno descenso dos de sus dedos se introdujeron en mi coño, que para ese instante ya estaba muy mojado… Me estuvo follando durante casi todo el trayecto con los dos dedos, para justo veinte segundos antes de parar meter un tercero y provocarme el orgasmo… Cuando nos tuvimos que bajar no le quedó más remedio que ayudarme, no me sostenían las piernas… Le dije que era un cabronazo, pero que aún no habíamos terminado... que esa me la pagaba…

La siguiente fue la casa del terror, en nuestra primera visita había visto un sitio donde podríamos “refugiarnos”. Según entramos, le bese en el cuello, luego le dije al oído que no se había dado cuenta de un pequeño detalle… le puse en la mano mis empapadas braguitas hechas una pelota…

-      Me las he quitado al entrar para ti… qué prefieres, ¿follar, o comer? –dije metiéndome en un rinconcito y arrastrándolo tras de mí poniendo voz de estar más salida que la pata de una silla.

-      Comerte… zorrita… comerte ese delicioso coñito…

-      Siiiiiiiiii… -vi en penumbras como se arrodillaba ante mí, luego sentí como levantaba mi mini, levantaba una de mis piernas poniéndosela sobre un hombro, sus manos se cerraros sobre mi culo apretándome contra él, entonces su lengua empezó a pasar sobre mi rajita… no pude evitar soltar un gemido.

A los pocos minutos, en esos instantes, con Alex lamiéndome el coño, con sus manos amasándome el culo, con mi mente llena de oleadas de placer, os juro que me daba igual que nos pudiesen sorprender o no, me daba igual todo… solo quería correrme de una puta vez. El no va más para mi llegó cuando pasaron tres chicas, se me escapo un gemido y en la penumbra vi como se sobresaltaban. Entonces miraron justo hacia nosotros, pillándonos infraganti, se echaron a reír tapándose la boca con las manos en un intento de que no se les escuchara… se marchaban hablando en voz baja, pero escuche perfectamente  lo que se dijeron…

-      Habéis visto, vaya comida de coño que le estaban pegando a la guarra esa…

-      Joder, ya te digo tía… -dijo otra de ellas.

-      Jajajajajaja, ¿qué os jugáis a que ese no es su novio?, a que el muy idiota esta esperándola fuera a que salga –por la voz debía de haber sido la otra.

-      Al menos saldrá mucho más relajada…

-      Y joder que envidia que da esa…

-      Ya te digo… vaya cara de puta que tenía la tía… tenía que estar corriéndose viva…

-      Seguro que ese tío al final también se la folla bien follada…

Dios que morbo, no os hacéis una idea, con deciros que me corrí como una perra en ese momento. Entre el morboso que me dio que nos pillasen, los comentarios, y el trabajito que me estaba haciendo Alex, no lo pude evitar, al final me corrí… dando un aullido de placer, parecía la Mujer Lobo. Rápidamente, en cuanto pudimos nos arreglamos un poco y nos largamos de allí a toda prisa. A la salida me fije en tres chicas que estaban sentadas en un banco, justo frente a la salida, al vernos se echaron a reír, mirándose entre ellas con las risitas y dándose golpecitos con los codos.

Lo malo es que íbamos a tener que pasar ante ellas, que nos miraban con una sonrisita irónica en los labios, os aseguro que me estaba empezando a dar muchísima vergüenza… lo que no me esperaba para nada era a Alex y el morro que podía llegar a echarle el cabronazo… nada más acercarnos…

-      ¿Os gusto el espectáculo? –les preguntó Alex.

-      ¿Cómo dice? –pregunto una de ellas desconcertada y algo nerviosa…

-      Jajajajajaja… tranquilas niñas, seguro que también encontrareis algún día un novio como yo, que os coma el coño dentro de un sitio como ese hasta haceros correr por las patas abajo, igual que yo he hecho con mi chica… -dijo poniendo su mano en mi culo y apretándomelo.

-      Uhmmm… ahhhhh… -no pude evitar gemir al sentir el apretón, además lo hice en plan calentorra, abrazándome a su cintura mientras le daba un chupetón en el cuello ante los ojos de esas tres.

-      Byeeee… -dijo Alex llevándome con él abrazada, aunque antes de irnos no pude evitarlo…

-      Por cierto nenas, los servicios están por allí… -señale con un dedo al edificio que había más cercano-, os lo digo por si queréis ir a haceros un dedo pensando en mi chico… yo mientras voy a ver dónde puedo follármelo hasta dejarlo seco…

-      Vámonos zorrita mía –me dijo Alex con voz cargada de deseo-, te tomo la palabra, busquemos un lugar donde poder follar.

Os aseguro de que antes de Alex, si un tío hace algo como lo que este hizo y dijo ante esas chicas, le parto la cara y le mando a la mierda, sin embargo… no solo no paso eso, sino que también yo entré a saco, es que ni me reconocia. Solo tenía ganas de hacer justo lo que él había dicho, buscar un sitio seguro y poder follármelo, si me hubiesen dicho alguna vez que iba a estar constantemente salida con un tío, hubiese mandado a la mierda a quien lo dijese, por burlarse de mí.

La siguiente atracción fue idea de Alex, y nunca debí de aceptarlo, mucho menos cuando vi la mirada de deseo que me echó… Lo que pasa es que en esos instantes yo hacia lo que siempre decimos que hacen los chicos, en ese momento, al ver su cara… En vez de pensar con la cabeza empecé a pensar con el coño y acepte lo que quería.

Nos montamos en una atracción con barquillas independientes que gira a toda velocidad, y cuando llega está a un punto se levanta hasta ponerse completamente vertical. Cuando aquello comenzó a dar vueltas y ganar velocidad, Alex hizo que me levantase sentándome sobre él, antes de darme cuenta tenía su polla enfundada en mi coño mientras me tenía fortísimamente abrazada, sus brazos parecían cepos de acero. Os lo juro, no sabía ni donde estaba, entre la fuerza centrifuga de los giros, las salvajes embestidas de Alex contra mi coño y por último, el morbo al que me estaba viendo arrastrada por mi novio… buffffff… Os juro que sí, que esta vez fue brutal, de verdad, como se suele decir, me corrí como una puta perra al sentir como su semen golpeando en mi interior…

Tenía aún alguna cosilla mas por ahí preparada, pero cuando bajamos Alex al oído me hizo la pregunta crucial…

-      ¿Qué te parece si nos vamos a mi casa?.... quiero follarte por todos tus agujeros… que me folles hasta reventarme, que me vuelvas a chupar la polla como antes… y lamértelo hasta dejarte el coño seco…

-      Vamos- dije cogiéndole de inmediato de la mano, mandando mi plan a la mierda y arrastrándole hacia la salida.

Fue un día absolutamente genial, solo superado por la noche que pasamos en su casa, follando como descosidos. Estuvimos casi todo el fin de semana metidos en la cama echando polvo tras polvo… bueno, en realidad no solo en la cama, también en la bañera, en la encimera de la cocina, en la mesa del salón, en… bueno, realmente follamos por toda la casa, hasta en el balcón cayó uno. Creo que ese fin de semana fue el definitivo espaldarazo a nuestra relación…

Epilogo

Me fui a vivir con Alex a los seis meses. Ya llevamos dos años de relación, y sigue tan hijo de puta como el primer día, aunque ya menos que en esos dos primeros meses, lo malo es que me convirtió en algo parecido a él, me encanta darle también mis sorpresitas. Pero aún ahora, que toda esa pasión inicial se ha tranquilizado un tanto, aún me sigue dando un par de sorpresitas de las suyas cada mes y también cae alguna de mi parte… Reconozco que una de mis locuras favoritas es la de la moto, eso de montar tras mi chico, esposada a él mientras mi coño se roza contra la rugosa tela plástica extendida sobre el asiento… todo eso me vuelve completamente loca… provoca en mi unos orgasmos brutales, que me dejan deshecha, casi muerta… luego paramos en algún sitio “publico” y me folla bien follada… o le chupo la polla hasta que se corre en mi boca… según nos dé o queramos dar el espectáculo o si nos pillan… Con deciros que compramos una moto exclusivamente para ello, no os digo la cantidad de modelos que “probé” con Alex hasta encontrar “la adecuada” y dar el visto bueno…

Convivir con Alex no es nada sencillo, creedme. Dos años juntos y aún no me he acostumbrado a esos días suyos de trabajo intenso en los que mi ignora por completo, cierto que el resto de los días, los 300 restantes del año es enteramente para mi, ¡¡¡pero es que joder!!!, de verdad, que mal que llevo esos 65 en los que ni me mira y en los que tengo que verle con esos terribles dolores de cabeza, es superior a mi.

No hemos metido a otras personas en nuestra relación, pese a lo que pudiese parecer al principio. Que conste que hubiésemos tenido muchísimos candidatos a un trió, más de uno y de dos de nuestros amigos hubiesen estado encantados de participar para poder follarme, aunque reconozco que también al revés. A más de una amiga mía tampoco creo que les hubiese importado con Alex, Lorena, Mika, Marga, e incluso estoy convencida que Raquel y Mónica también hubiesen dicho que si de habérselo propuesto alguna vez.

Alex no es celoso, tiene plena confianza en mí, aceptaría lo que yo le propusiese en ese sentido. Sé que de haber querido me podría haber tirado a más de un tío que me hubiese gustado siempre que hubiese sido en un trio, ya que me lo hubiese permitido de pedírselo, pero es Alex, y conociéndole eso hubiese supuesto tener también él esa misma libertad. Sinceramente y aun sonando machista, eso de follarme yo a otros tíos vale, seria genial para mí, me encantaría, pero a la vez dejaría también vía libre a mi chico, y os aseguro que solo de pensar en Alex con otras tías…, vamos que no, que ni de coña, que aquí la única que le pone las manos encima soy yo.

Pese a lo que penséis, realmente no soy celosa, principalmente porque él jamás me da motivos para ello, pero creo que sería capaz de matar a la que intentase meterse, y no, reconozco también que no me gusta para nada cuando alguna lo mira… “en exceso” o con “excesivas ganas”.

FIN