Alemania 2006 (2)

Por momentos, el tipo sacaba el miembro de la boca de mi hermana para darle unas cachetadas con el, algo que definitivamente a mi hermana no le gustaba. Para este entonces yo miraba el espectáculo en un alto estado de excitación.

Alemania 2006

II Parte

Aún no salía el sol cuando desperté. Por un momento, nada de lo que había pasado el día anterior se vino a mi mente, pero claro, solo fue por un momento. Era imposible no recordar esas visiónes de mi hermana fornicando con ese viejo Alemán en el parque. Siempre pensé que era una chica tímida y conservadora, que equivocado estaba! Fue capaz de dar sus nalgas por un par de boletos para después dejarse manosear por unos completos desconocidos.

Sin embargo, me sentía lleno de culpa. Por que no había yo hecho nada al respecto? Sin duda alguna cualquier otro hermano al sorprender a su hermana llevando a cabo semejante acto hubiera reaccionado de una manera totalmente diferente a como yo lo hice. Pero no, simplemente no hice nada y me convertí en un espectador que se dejó llevar por el morbo de ver a su propia hermana follando y chupando verga. Tenía que admitirlo, la forma en que se había vestido, para después ver como era penetrada, la manera en la que gemía y gozaba de placer y el hecho de saber que era ella mi propia hermana, todo eso me llenó de una sensación de perversidad y depravación sexual que nunca antes había experimentado, a tal grado, que me llevó a manosearla mientras ella dormía la noche anterior.

Me pregunté una y otra vez como todo esto iba a cambiar mi relación con ella, obviamente ya no la miraba de la misma manera, ya no podía verla solo como hermana, sino que ahora también la miraba como a una putita dispuesta a todo y por mas enfermo que parezca, la idea me encantaba!

Después de tomarme una ducha y ver un poco de TV, fui a la habitación de Ana. Toqué varias veces en su puerta pero no respondía. Tal vez todo ese alcohol de la noche anterior aun hacía sus efectos y justo cuando estaba por desistir, Ana abrió su puerta.

-Hola! Hola! Buenos días!, sorry pero me estaba bañando-

-Ah OK, bueno regreso mas tarde o nos vemos en una hora en el lobby?-

-No no, pásale en un ratito estoy lista-

Al entrar a su habitación, sentí en la cara el vapor que emanaba de su baño, con un bonito olor de esa loción que a mi hermana le gusta usar. Pensé que ella había regresado al baño pero cuando me dirigía a tomar un vistazo desde su ventana, me dí cuenta que Ana estaba a un costado de su cama, levemente inclinada sacando ropa de su maleta, con nada mas que una toalla envuelta en su aún ligeramente mojado cuerpo. La toalla apenas era suficiente para cubrir su cuerpo, dejando ver la mitad de sus tetas en la parte superior y casi por completo sus piernas.

"Que bárbara… se ve buenísima!" fueron las palabras que se formaron en mi mente.

-Que pasó? Dormiste bien?- Le pregunté

-Si, me duele un poquito la cabeza, creo que tomé de mas pero me la pasé muy bien! Y tu que onda?-

-Si, yo también bien-

-Bueno, ahorita ya me arreglo y nos vamos a desayunar-

Se metió al baño, me senté en su cama. Me dí cuenta que en la alfombra estaba el panty que había usado el día anterior, la recogí y no lo pude evitar, discretamente la olí, aspirando todo esa escencia a gloria proveniente de los genitales de mi hermana, riquísimo!

Ya después del desayuno, llegamos a la decisión de irnos cuanto antes a Hanover, donde sería el próximo partido de México, contra Angola. En un principio pensábamos quedarnos más tiempo en Nuremberg pero debido a la situación de los boletos concluímos que era mejor estar lo mas pronto posible en Hanover. Tuvimos la fortuna que el hotel en dicha ciudad si nos podía recibir antes de lo acordado, y así, tomamos el tren a nuestro próximo destino.

Ya en Hanover, y después de registrarnos en el hotel lo primero que hicimos fue ir al centro de atención que nos habían asignado para la obtención de nuestros boletos, solo para recibir la mala noticia que nuestra situación seguía igual: No tendríamos boletos a pesar de haber pagado por ellos.

-Y ahora que?- Me preguntó Ana en tono desanimado

-No lo sé, esto esta de la fregada-

-Vamos a tener que comprarlos mas caros en la re-venta-

-No creo que sea buena idea, están muy caros, A menos que…. Pues-

-A menos que Antonio?

-A menos que los consigas al mismo precio que los que conseguiste contra Irán, pero sería mucha fortuna no?-

Ana, al escucharme decir esto titubeó un poco, pero lo que mas me sorprendió fue su seguridad al responderme:

-Pues podría ser… podría ser, tu no pierdas las esperanzas brother… ya saldrá algo-

La forma en como lo dijo me dejó algo frío. Si tan solo supiera que yo lo sabía todo, que la había visto aquel día prostituirse por un par de boletos. Sin embargo, la sola idea que lo volvería a hacer, el solo imaginarmelo hizo que mi verga se pusiera dura. Caminamos por varias plazas, conociendo gente, haciendo amigos y por supuesto, tratando de conseguir boletos, pero no tuvimos éxito. Aún faltaban varios días así que no perdímos la esperanza, seguiríamos intentando.

Esa tarde, conocimos a unos paisanos Mexicanos que ya tenían un par de días en Hanover, se ofrecieron a mostrarnos un poco de la vida nocturna de la ciudad y con mucho gusto aceptamos. Ya llegada la noche, hablé a la habitación de Ana para ver si ya estaba lista y quedamos de vernos en el lobby. Cuando baje, Ana ya estaba afuera del hotel platicando con nuestros nuevos amigos. Se miraba increible, con un autendo blanco de una pieza, muy corto, de esos pegados al cuerpo que dejan los hombros descubiertos y con un par de tiras que se unen en el cuello, sus tetas resaltaban de una manera muy provocativa, sus curvas se definían de una manera espectacular, su culo lucía fenomenal y que decir de sus piernas. Hermosa.

Nuestros amigos nos llevaron a varios clubs de la ciudad y decidimos quedarnos en uno de nombre Osho, que tenía un excelente ambiente. A mi hermana la invitaban a bailar mucho, no era para menos. Por mi parte, yo tomaba y vagaba por todo el club, haciendo de nuevos amigos y brindando por cualquier cosa, el objetivo era hacer relajo y pasarla bien. Pasó algo así como una hora y me puse a observar a la gente bailando desde un balcón, vi a Ana en medio de la pista y no pude evitar dejar de ver sus movimientos, eran para calentar a cualquiera. Otra cosa que me soprendió era que su compañero de baile era un tipo de raza negra. Poco a poco, el baile entre Ana y este hombre comenzó a subir de intensidad. Había momentos cuando el negro se le pegaba por atrás y la tomaba por la cadera, y al ritmo de la música simulaban todo tipo de movimientos sugestivos y sexuales. Momentos después, Ana se retiró con este tipo a una mesa donde se encontraban otros dos hombres de raza negra, platicaban, carcajeaban y me preguntaba si Ana tal vez ya se encontraba algo pasada de copas. Esporádicamente, Ana se levantaba y barria con su mirada lo largo y ancho de la discoteca, lo mas probable era que me estaba buscando, así que hice camino a su mesa haciendo espacio entre toda la gente con la ídea que me necesitaba o que ya quería irse.

Fue entonces cuando ví que Ana le estaba diciendo algo al oído del negro con el que estaba bailando y este, puso su mano en una de las piernas de Ana. Los dos sonríeron, Ana se puso de pie, apuntó algo en una servilleta y se la dió. Ana se retiró de la mesa al mismo tiempo que el negro mostraba la servilleta a sus amigos, al parecer lo que escribió Ana provocó entre los negros risas y saludos de congratulación entre ellos. Que carajos habrá escrito Ana?, me dirigí hacía ellos y pasé por su mesa lentamente con el objetivo de leer lo que Ana había escrito. Resultó ser la dirección de nuestro hotel así como el número de su habitación. Subrayado en la servilleta estaba marcada la hora: 1:30 AM. Mire mi reloj y marcaba 12:10 AM. No había duda, mi hermana quería follar con este pinche negro, sentí mucho coraje, sentí celos.

Ana regresó a la mesa donde estaban nuestros amigos Mexicanos, pensé en reclamarle pero no sería bueno hacerlo enfrente de todos. Me encontraba realmente molesto, ya era el colmo. Mi hermana resultó ser toda una zorra. Me senté en la barra y pedí mas y mas tragos para calmarme un poco, llegó Mariana, una de las amigas Mexicanas que conocimos a hacerme compañia, platicamos, tomamos y el tiempo pasó muy rápido. Cuando miré mi reloj ya eran la 1:10 AM. Me levanté bruscamente para buscar a Ana, y al hacerlo sentí que el suelo se movía, estaba algo borracho. Le dije a mi amiga que ya era hora que mi hermana y yo nos fuerámos, llegamos a la mesa y Ana ya no estaba. Me dijeron que se regresó al hotel pero que no me preocupara por que la habían acompañado de regreso, y que no me avisó porque vio que la estaba pasando bien con Mariana. Pero yo sabía que la razón era otra.

Inmediatamente me despedí, se ofrecieron acompañarme pero les insistí que estaba bien, les dí las gracias por todo y rápidamente me dirigí al hotel que se encontraba a unas cuantas calles de la discoteca. Caminaba apresuradamente y el esfuerzo me causó vómito, que a final de cuentas me hizo bien porque sentí algo de alivio. Cuando llegué al hotel, trate de recuperar mi aliento y calmarme un poco. Al dirigirme a la habitación de mi hermana me puse algo nervioso, pero estaba decidido a enfrentarla, en reclamarle el porque estaba actuando de esta manera, el porque estaba siendo tan puta. Su cuarto se encontraba al final de un pasillo. Lo primero que hice fue pegar mi oído en su puerta. Escuché risas, definitivamente estaba acompañada. La voz de mi hermana era fácil de percibir pero no entendía lo que decía. Y me llevé una sorpresa cuando distinguí no solo una, sino varias voces masculinas. Voces profundas, roncas, de carcajadas fuertes. Me percaté que la ventana al final del pasillo estaba abierta, pensé en cerrarla para que no entrara tanto ruido y poder entender mejor lo que hablaban, fue cuando me di cuenta que por fuera de la ventana, había escaleras de metal y plataformas de mantenimiento unidas a ese lado del hotel. Las ideas y posibilidades me llegarón de golpe, mi cerebro comenzó a dar vueltas, sabía que la ventana de la habitación de mi hermana estaba en esa pared. Eureka.

Cuidadosamente me salí por la ventana, solo tuve que bajar dos pasos por las escaleras, el ruido se perdía con el escándolo de todos los turistas que se encontraban tres pisos abajo. La ventana del cuarto de mi hermana estaba a diez metros, di unos cuantos pasos y ahi estaban, claramente podía observar lo que ocurría en su habitación. Mantuve la cabeza baja para que no me vieran, aunque sería difícil para ellos, debido al angúlo de visión y a la oscuridad de afuera.

Ana estaba sentada en la cama, la TV se encontraba encendida. La mesa estaba llena de cervezas. Y ahi estaban ellos, los tres negros que habían compartido la mesa con Ana en la discoteca. No solamente el negro con el que había bailado, sino también los otros dos. Uno en el sillón individual, otro sentado al otro lado de la cama y el negro con el que habia bailado recargado en el tocador. Hablaban Portugués. Cuando mi hermana hablaba, ellos la entendían pero mi hermana difícilmente los entendía a ellos.

Algo que noté en Ana es que se miraba algo inquieta, algo preocupada. De repente, el negro con el que había bailado, apago el televisor.

-dois bilhetes têm o sexo com tudo-

Al decir esto, el negro se colocó frente a mi hermana que aún se encontraba sentada en la cama. Se bajó el zipper de su pantalón y sacó su pene. Un miembro de gran tamaño, mi hermana al verlo se soprendió y los otros negros pegaron una gran carcajada. Mi hermana no se miraba bien, su expresión dejaba ver nerviosismo, inseguridad. Me dió la impresión que estaba arrpentida de lo que estaba haciendo. Mi hermana dio un ligeró suspiro, un suspiro de resignación, tomo la verga del negro y se lo metió en su boca para chuparlo. El negro comnezó a gemir. El otro negro que también estaba sentado en la cama se acercó a ella y comenzo a bajarle su vestido al mismo tiempo que besaba uno de sus hombros. El tercer negro comenzó a desnudarse. Ver a mi hermana chupando esa enorme verga, prieta y gorda fue impresionante. Su boca apenas podía soportarlo, pero sus gruesos labios parecían estar diseñados para tal hazaña. Mientras le chupaban la verga el negro empezó a masajear una de las tetas de Ana. El tercer negro ya completamente desnudo también se colocó frente a ella. El negro con el que había bailado le hizó la indicación que ahora se la chupara a su amigo, así lo hizo mientras que el primero comenzó a desnudarse completamente.

Por momentos, el tipo sacaba el miembro de la boca de mi hermana para darle unas cachetadas con el, algo que definitivamente a mi hermana no le gustaba. Para este entonces yo miraba el espectáculo en un alto estado de excitación. No pude evitarlo, me saqué la verga y comenzé a masturbarme. Le hicieron la indicación que se pusiera de pie, el primer negro la puso de perrito sobre la cama y su ajustado vestido ahora no era mas que un cinturón de tela que se había acomodado por debajo de sus tetas. La penetró con su tremendo pene y mi hermana dejó soltar un fuerte pujido. La forma en que se la metieron fue feroz, parecía que la partía en dos. El segundo negro se colocó frente a ella y la hizo que le mamara la verga. Era ensartada doblemente, por la vagina y por la boca. El tercer negro solo observaba mientras se masturbaba.

El negro que la penetraba también le daba sus nalgadas, que fueron subiendo de intensidad, dejando las nalgas de mi hermana rojizas por momentos. Por momentos mi hermana dejaba de chupar al segundo negro porque parecía que le hacia falta aire, pero el pinche negro no le daba descanso y volvía a ensartar inmediatamente la verga en su boca aunque no duró mucho, ese negro se vino casi inmediatamente dentro de la boca de Ana a quién tomó por sorpresa, ya que casi se ahogaba al sentir tanto semen en su boca, dejándolo escurrir todo mientras tosía fuertemente.

El primer negro dejó de penetrarla, invitando a su amigo, el que soló se masturbaba, a que ahora el se la metiera.

Complacido, el tercer negro dijo:

-Eh culo… Eh culo-

Con una verga igualmente impresionante, trató de penetrar a mi hermana por el ano. Ella, inmediatamente reaccionó y se rehusó a la idea.

-No… No! por ahí No!-

-No culo no bilhetes puta… eh culo puta-

-No por favor… No-

La situación se puso algo intensa, llegué a prepararme en caso que tuviera que hacer algo. El primer negro, con el que había bailado sacó de un maletín dos boletos y se los presumió en la cara a mi hermana. Estaba asustada, el negro estaba enojado, Ana al ver esto, cedió.

-OK, culo… despacio OK?-

  • Silêncio puta-

En ese instante, el negro volteó a mi hermana boca abajo sobre la cama, la hizo doblar las rodillas, levantó sus nalgas y sin el mas minimo titubeo la penetro por el ano, mi hermana soltó un tremendo grito de dolor. El primer negro sintió algo de compasión y le dijo no lo hiciera tan duro, pero no le hizo caso, solo le dió risa y la siguió penetrando brutalmente. El negro sacó su pene y notó que estaba ligeramente manchado de excremento.

  • Mulher suja! Puta esta é merda-

Sus compañeros soltaron las carcajadas, el hombre tomó una servilleta y se limpió la mierda de su verga. El rostro de Ana estaba demacrado, sus ojos llorosos y su maquillaje comenzaba a escurrir. El culo de Ana, impresionantemente abierto y rojo fue penetrado de nuevo, esta vez con mas intensidad, era como si el negro se estuviera vengando de mi hermana por haberle untado su miembro con sus heces. No pasó mucho tiempo cuando el negro empezó a tener espasmos, se estaba corriendo dentro del culo de Ana. Cuando finalmente terminó, Ana enderezo su espalda, provocando que algo de todo ese semen que tenia dentro de su culo escurriera por sus piernas.

Ana estaba confundida, asustada. El salvajismo de los negros era algo que sin duda no esperaba.

Sono el telefóno del negro con el que había bailado, al parecer era algo urgente. El aún faltaba por venirse y después de la llamada, de una manera apresurada acostó a mi hermana en la posición misionario y a un ritmo veloz comenzó a follarla. Ana no expresaba nada, lo único que quería era que terminara. Solo dejaba soltar leves pujidos mientras el negro hacia su mejor esfuerzo por eyacular lo mas pronto posible y cuando llegó el momento disparó su semén sobre su vientre. Los otros dos negros comenzaron a vestirse. Ana estaba agotada.

El tipo tomó los boletos con los que hace momentos había intimidado a mi hermana y se los aventó en la cara al mismo tiempo que le gritó:

-Angola 2, México 0 !!! JAJAJAJA-

Y con eso, los negros se fueron en medio de risas y escándalo. Ana trató de levantarse rápidamente pero desistió cuando sintió algo de dolor al querer caminar, su ano seguramente estaba destrozado. Con su mejor esfuerzo y cojeando levemente, se aseguró que su puerta estuviera bien cerrada y luego se metió a su baño. Afuera en su ventana, espere varios minutos para ver que pasaba con ella, una vez que comenzó a salir vapor por la ventana de su baño, yo regresé a mi habitación.

No pude dormir esa noche, el mundial de Alemania para mi se había convertido en algo totalmente ajeno al fútbol. Ahora lo único que pensaba era en mi hermana y todas esas cosas de las que había sido testigo.

Estaba confundido, pero mas por mis sentimientos que por lo que habia presenciado, en cierta forma sentía que Ana había aprendido una dura lección acerca de las consecuencias que pueden resultar al ser tan puta. Pero aún así, a pesar que refelxionaba y analizaba las cosas, no podía evitar hacerlo sin tener una erección.

Es muy caliente ver a un mujer actuando como toda una guarra, pero cuando te das cuentas que es tu hermana, la sensación de morbo y placer es sensacional.

Ya teníamos boletos para el México-Angola, gracias a la putita de mi querida hermana.

Continuará

fandeltabu@yahoo.com