Alemania 2006 (1)

Todos volteamos esperando ver a una Europea muy guapa, pero me llevé una sorpresa al ver que a quien observaban era a mi Hermana Ana. Ella se había vestido con una blusa verde, amarrada y dejando ver su vientre y con un tremendo escote, asi como un shorts de mezclilla algo ajustado y mas corto de lo normal.

ALEMANIA 2006

I Parte

Después de varios meses de espera, por fin llegó el día en el que partíamos hacia Alemania para el mundial de fútbol. Originalmente seríamos tres: Un Tío, mi Hermana y Yo, pero semanas antes mi Tío recibió una muy buena propuesta de trabajo que no podía rechazar y no pudo acompañarnos. Así que solo hicimos el viaje mi Hermana y Yo. En el avión nos hicimos de varios amigos que también iban con el mismo propósito, ser parte del evento deportivo mas grande del mundo y apoyar a nuestra selección Mexicana.

Desde que nos bajamos del avión en Berlín, el ambiente de fiesta y alegría se sentía por todas partes. Los anfitriones eran todos muy amables y era increíble la cantidad de paisanos Mexicanos que ya estaban en Alemania. Tomamos el tren a Nuremberg, donde México tendría su primer juego en contra de Irán. Llegamos a nuestro hotel y quedamos de vernos temprano al día siguiente en el lobby para desayunar y después recoger nuestros boletos para el primer partido de México que sería en la tarde.

Ya por la mañana, esperando a mi Hermana en el lobby platiqué con mas gente acerca de las posibilidades de México, estabamos ansiosos de que ya iniciara el partido. Fue entonces cuando uno de los tipos con el que estaba platicando dirigió su mirada hacia el área de los elevadores y en un susurró dejo decir:

-Mamasita-

Todos volteamos esperando ver a una Europea muy guapa, pero me llevé una sorpresa al ver que a quien observaban era a mi Hermana Ana. Ella se había vestido con una blusa verde, amarrada y dejando ver su vientre y con un tremendo escote, asi como un shorts de mezclilla algo ajustado y mas corto de lo normal. No esperaba verla así y cuando me vió, sonrió y se dirigió hacia mi.

-La conoces?- Me preguntó el tipo que momentos anteriores le había dicho "Mamasita"

-Sí, es mi hermana- Contesté de una manera algo fría.

-Perdón amigo, no sabía-

-No te preocupes-

Me separé del grupo sin despedirme de ellos, para hablar con mi Hermana.

-Oye, por que andas así?-

-Uuuuy y los Buenos Días donde quedaron?-

-Si OK, Buenos Días pero que onda eh? Por que bajaste así? Mira como todos se te quedan viendo-

-Ay Antonio, estamos en el mundial! Hoy juega México! Hay que meternos en el ambiente!

-Si pero no estás exagerando? Es algo muy atrevido tu atuendo no?

-Pues ni modo, así ando a gusto y sabes, tengo mucha hambre vamos a comer-

Ya sin poder decir mas, nos dirigimos al buffet del hotel. En el desayuno nos acompañaron varios de nuestros compatriotas. En un principio se sorprendían que apoyarámos a México, ya que tenemos rasgos orientales pero les explicamos que éramos de padre Chino y madre Mexicana. Durante todo este tiempo, no dejaba de pensar en como mi Hermana se había atrevido a vestirse así. No era algo fuera de lo normal en un ámbito mundialista, había muchas mujeres vestidas de la misma forma, pero Ana no acostumbraba a lucir asi, nunca lo hacía, sin embargo aqui era como otra persona. En fin, estabamos en medio de un entorno de fiesta y supuse que tal vez no era para tanto.

Poco a poco, comencé a observar mas detalladamente a mi hermana. Tuve que admitir dentro de mis pensamientos, que sin lugar a duda se miraba muy guapa y sexy. El escote que lucía no dejaba mucho a la imaginación marcando ligeramente sus pezones, su short delineaba muy bien su figura, sus piernas se miraban suaves y muy bien torneadas, sus nalgas se notaban firmes y carnosas. Su cuerpo me recordó al de la actriz Mexicana Lina Santos en esas películas de los 80’s y 90’s. Al tratar de levantarme para ir por mas jugo, me di cuenta que tenía una erección. Una erección provocada por mi propia Hermana. Me sentí algo mal y decidí dejar de pensar en cosas malas.

Terminamos de desayunar y era hora de ir a un centro autorizado de la FIFA para recoger nuestros boletos para el partido México-Irán. Nos fuimos a pie ya que el lugar no estaba lejos del Hotel. Durante el camino, mi Hermana atraía miradas lujuriosas de cualquier cantidad de hombres. Fueron varios los tipos que se le acercaron para sacarle plática pero afortunadamente mi Hermana no les hizo mucho caso. Con todo esto, mi atención volvió a centrarse en ella. Todos esos pensamientos que tuve mientras desayunabamos regresaron a mi mente. Que tetas! Que piernas! que culo! Que linda se ve mi Hermana!

Por fin llegamos a donde nos darían los boletos. Lógicamente había muchos paisanos Mexicanos, pero los notamos molestos y tristes. No fue hasta que uno de ellos nos dijo que había problemas con los boletos.

-Me lleva la chingada con esta gente! Dicen que no tienen nuestros boletos!- Exclamaba un tipo con la cara pintada y sombrero de charro.

Al preguntar Ana y Yo, nos pidieron nuestros datos y nos respondieron con lo mismo. Aparentemente, algunas agencias de viajes Mexicanas tuvieron problemas con la compañia que les proveería los boletos, dejándonos a todos nosotros sin boletos a unas horas antes del partido. Obviamente Ana y Yo nos molestamos mucho pero no podíamos hacer nada mas que esperar con optimismo a que se solucionara el problema. Habíamos comprado paquetes para los tres partidos iniciales de México y esperaba que no sucediera lo mismo con los otros dos encuentros.

Desafortunadamente, el problema no se solucionó. No tendríamos boletos para el partido. Nos dijeron que tendríamos que hablar con nuestras respectivas agencias de viajes para llegar a un arreglo. La gente estaba furiosa, hubo varias discusiónes y por un momento llegué a pensar que habría golpes, y al final, entre gritos y palabras altisonantes la mayoría de nuestros compatriotas comenzaron a irse para buscar un lugar donde ver el partido. Ana y Yo no sabíamos que hacer, estabamos muy tristes y también nos resignamos a la idea de ir a ver el partido en una plaza con pantalla gigante.

Caminamos un poco y decidimos tomar algo en un bar. Mientras tomabamos nuestros refrescos, Ana notó afuera, al otro lado de la calle, lo que parecía ser un re-vendedor de boletos.

-Esperame, ahorita vengo-

-A donde vas Ana?-

-Voy a preguntarle en cuanto vende los boletos-

Volteé a ver a quien se referia, un tipo de tez clara, gordo y calvo haciendo gestos con una mano que sujetaba lo que parecían ser boletos. Mexicanos llegaban y hablaban con el, solo para hacer gestos de desacuerdo y retirarse.

-Ni te molestes, seguramente los da bien caros no tiene caso, mira como la gente le regatea el precio-

-Nada mas por curiosidad, ahorita vengo-

Ana cruzó la calle para hablar con el re-vendedor, el tipo no dejaba de sonreírle y descaradamente barrer con su mirada el cuerpo de Ana. A lo lejos comencé a hacer lo mismo. Caray!... no podía dejar de pensar en los atributos de mi Hermana. La conversación entre Ana y el tipo se prolongaba, Ana de vez en cuando voletaba a verme con un gesto de incertidumbre. Será que lo habrá convencido de darle los boletos a un buen precio? Momentos después Ana volteó a verme y me hizo un gesto de esos que sugieren que pronto regresaría.

-Que? Ah que la chingada… ‘perame!- trate de hacerle entender mis palabras sin gritar

Pero ella reafirmó su seña que pronto regresaba y eso me molestó, por supuesto que no la dejaría ir sola a ninguna parte, pero al querer salir, el mesero del bar se cruzó frente a mi, recordandome de una manera amable que tenía que pagar, me disculpé y le pagué con algo de desesperación. Cuando salí del bar lo unico que pude ver fue un mar de gente caminando por todas partes, pero nada de mi hermana o de el tipo de los boletos. Camine de un lugar a otro, comencé a preguntar a gente una y otra vez si habian visto a una chica con las caracteristicas de Ana, hasta que por fin un individuo la reconoció.

-Ah si! Uy una chinita riquísima que apoyaba a la selección!!! caminó por ahi por esa calle-

Estaba molesto y desesperado, habíamos quedado que ninguno de los dos se separaría del otro, como fue capaz Ana de hacerme esto?

La calle que me habian indicado, daba a lo que parecía ser un área verde. La densidad de árboles cada vez era mayor y no encontraba a Ana por ninguna parte. Comencé a preocuparme, miré a un policia y pensé comentarle mi situación pero decidí seguir buscando. Por momentos pensé que el compatriota que me había dicho por donde la había visto momentos anteriores me habia jugado una mala broma. Y justo cuando iba a regresarme por donde había venido, escuché lo que pareció ser un grito de mujer.

-Oh no, que no sea nada malo! Que no sea Ana!-

Rapidamente me dirigí a la zona en donde sentí que se originó el grito, volví a escuchar otro grito pero esta vez mas tenue, parecía venir de mi derecha, aceleré mi paso, me topé con un arbusto, lo abrí con mis manos y lo que vi me dejó pasmado.

Ana estaba empinada frente a un árbol, sus manos apoyadas sobre el tronco. El viejo de los boletos, ese viejo panzón y calvo penetrandola a un ritmo vetiginoso. El shorts de mi hermana bajado a la mitad de sus piernas, su blusa abierta con sus tetas al aire libre columpiándose al mismo ritmo al que estaba siendo fornicada.

El corazón se me aceleró y un vacio tremendo se apoderó de mi estómago. Intenté gritar pero no sentía aire en mis pulmones, hice un segundo esfuerzo y fue cuando las piernas se me doblaron y mi vista se nubló. Tenía que ayudar a mi hermana, pero… que pasa? Por que esta sonriendo Ana? Por que no opone ningun tipo de resistencia?

Me di cuenta de lo que estaba pasando. Mi hermana le estaba dando las nalgas a ese viejo por esos boletos, esos boletos para el partido.

Pensé en golpear a ese maldito viejo y ponerlo en su lugar. Pensé en gritarle a mi hermana y llevarmela de regreso al hotel jalandola de las orejas.

Pero no hice nada… La morbosidad se apoderó de mi.

Mi Hermana se mantenía de pie de puntitas, para poder levantar asi mas su culo y que el viejo pudiera penetrarla mejor. Ana de vez en cuando volteaba a verlo y le dirigía una sonrisa… una sonrisa muy pícarona. El viejo en medio de placer pronunciaba palabras que yo no entendía pero era claro que era Alemán. Mi Hermana no habla muy bien el inglés pero de vez en cuando le dirigía unas palabras con muy mal acento.

-You like?- Le dijo Ana.

-Ah yes… JIA! JIA!

-You like fuck me?-

Que puta resultó ser mi Hermana.

El viejo bajo su ritmo y por detrás, sin cambiar de posición comenzó a sobar las tetas de Ana, pellizcandole suavemente sus pezones. El viejo después se puso de rodillas y enterró su cara en las nalgas de mi Hermana. Besandole su vagina y su culo de una forma desesperada mientras Ana se mordía los labios de placer. Momentos después, el tipo se puso de pie, le hizo señas a mi Hermana que se pusiera de rodillas y le chupara el pene. Ana ni siquiera titubeó ante la idea de ponerse en la boca ese pene gordo, venudo y pálido. Se lo puso en la boca y comenzó a succionarlo lentamente provocando en el viejo tremendo suspiros y gemidos. Ana usaba su lengua para recorrer todo el pene. Por momentos dejaba de chuparlo para masturbarlo. Dejaba caer saliba de su boca para lubricar su pene. Comenzó a besarlo lentamente, de una manera cariñosa para después lamer sus testículos y poco a poco meterselos en la boca, primero uno, luego el otro para al ultimo lamerlos y volver a succionar de una manera intensa su pene que cambiaba bruscamente entre un color blanco y rosa debido a la intensidad de la succión que mi hermana le proporcionaba.

De repente el viejo comenzo a gemir de manera mas intensa, y en lo que pareció ser una fracción de segundo, se hizo acia atrás y en ese instante chorros de semen dieron en la cara de Ana. Ella no se lo esperaba, cerró los ojos al mismo tiempo que uno de los chorros de semen cayo justo en la boca abierta de Ana. Fue una cantidad abundante, llegué a pensar que el viejo se desmayaría ante tal reacción de placer.

Me di cuenta, al igual que horas antes en el hotel… que yo tenia una erección, incluso mis calzoncillos estaban mojados, una eyaculación discreta resultado de tal escena protagonizada por mi Hermana.

Ana se puso de pie, se limpió el semen de su cara y el viejo con una gran sonrisa en su cara le dio un par de boletos, le dijó algo a mi hermana en alemán, pero mi hermana no entendió, solo le sonrió y se despidió.

Ana emprendió camino de regreso al bar donde estabamos, mientras yo la seguía sin que se diera cuenta. Me encontraba en un estado anímico indescriptible, después de ver a mi hermana de esa forma no era para menos, pero lo que mas sentía no era coraje ni celos, lo que sentía era morbo, lujuría… excitación.

Cerca del bar, la intercepté, y me hice el preocupado y enojado.

-Donde estabas??? Por que te fuiste? En que habíamos quedado? Te ando buscando como loco!!!-

-Ay perdón, pero es que ese señor me dijo de una persona que tenía unos boletos muy baratos… Mira! Ya los conseguí!!! Vámonos al partido! No te enojes si???-

Aunque pudiera fingir molestia sería inutil, aún no tenía claro como reaccionar ante todo esto, lo que venía por ahora, era ir a ver el partido México-Irán y tratar de disfrutarlo, solo que ahora el fútbol ya no me llamaba tanto la atención. No podía sacar de mi mente lo que hace momentos había visto.

Llegamos al estadio y el ambiente era sensacional, con mucha emoción. Estabamos rodeados de paisanos y todo era alegría y diversión. Cuendo se cantó el himno fue impresionante, nunca había visto algo así. El partido comenzó tenso, no estaba claro para los Mexicanos sin embargo cayó el gol y el estadio explotó en júbilo. Ana se levantó de su asiento y comenzo a brincar celebrando el gol, al hacerlo noté lo lindo que le rebotaban sus tetas. Al lado de ella, se sentaba un chico que también gritó intensamente el gol, mi hermana le dió un abrazo y me dieron algo de celos. Noté como hombres que estaban sentados en nuestra área volteaban de vez en cuando a ver a mi hermana y luego comentaban algo entre ellos, sin duda alguna intercambiaban impresiones de lo buena que estaba Ana.

El partido acabó, y después de un inicio algo inseguro, la seleción Mexicana salio aldelante, venciendo a los Iranís, 3-1. A la salida del estadio nos unimos a las celebraciones entre gritos y cantos. Me sorprendió ver a Ana tomando cerveza y tequila, pues tenía entendido que detestaba el alcohol. Pero después de ver como se vistió y como fornicó con ese viejo alemán ya nada me sorprendía. Aun así, estuve al tanto de ella para que no se le pasaran las copas. Un rato depués, miré que Ana estaba platicando con un grupo de Mexicanos que la rodeaban en un lugar algo aisaldo de las celebraciones. Las expresiones de Ana y su forma de manejarse no eran normales y era claro que estaba algo borracha.

Los tipos poco a poco se le acercaban mas. Primero la tomaban de la mano segun ellos, saludandola, despues una palmadita en sus hombros, despues la tomaban del antebrazo y Ana ni siquiera parecia notarlo. No fue hasta que uno de lo hombres se atrevió a jalarle un poco su blusa, desabrochando su nudo y dejando ver sus tetas. Ana trató de cubrirse pero sin prisas y sin preocupaciones, incluso con carcajadas, el alcohol se habia apoderado de ella completamente. Aprovechando la situación, otro de los tipos fingió ayudarle a amarrarse la blusa solo para poder tocar sus tetas, para ese entonces yo ya iba en camino para alejarla de esos lobos y regresarnos al hotel, ya había sido mas que suficiente, que día tan mas intenso.

-Ana, ya vamonos!- Le grité

Los hombres que estaban con ella se molestaron, pero cuando les dije que era mi hermana no dijeron nada y se fueron entre risas burlonas.

-Ya??? Oye que onda contigo que amargado!-

-Ana ya estuvo bueno, mira nada mas como andas-

-Alivianate Antonio! Ganamosss!!! Wuuuu!-

Ana, al decir esto levantó sus brazos y como su blusa seguía desabrochada, dejó ver sus tetas, lo que provocó algo de júbilo entre los hombres. Tengo que admitir que por unos instantes, no hice nada, pues yo también quiería ver un poco de esas tetas divinas de mi hermana. Sin embargo, lo que vino fue aun mejor pues debido al estado en que se encontraba mi hermana fui yo el que le tuvo que abrochar la blusa y en el proceso pude tocar y sentir sus tetas.

Cuando llegamos al hotel, en cuanto la recosté en su cama, ella cayó dormida inmediatamente. Estaba a punto de retirarme a mi habitación, pero en eso vi el reflejo de mi hermana en el espejo de la puerta y no pude evitar ver lo rico que se miraban sus piernas y su culo. Regresé, me senté en su cama y comencé a observarla mas detalladamente. Que hermosas piernas, llenitas y carnositas, nada de celulitis. Con ganas de tocarlas… y por que no?

Lentamente, comencé a acariciar esas piernas divinas… tan suaves y lisas. Subí mis manos y entonces llegué a sus nalgas, grandes y firmes, las apretaba ligeramente y se sentían riquisimas. Pensé en hacer lo mismo con sus tetas pero la idea de que se despertara, me daba miedo, aunque estuviera borracha. Para ese entonces, ya tenía una erección muy fuerte. Mi conciencia se hizo presente en ese momento y al darme cuenta de lo que estaba haciendo me sentí mal. Decidí de manera inmediata retirarme, lo que estaba haciendo no estaba bien.

Ya en mi habitación, recostado en mi cama, por mas que intenté no pude dormir. El día fue tan surreal que llegué a pensar que apenas me estaba despertando y que todo lo que vi y que hice fue un sueño del que apenas despertaba. Pero el morbo nunca me dejó y parecía que entre mas trataba dejar de pensar en Ana de una manera sexual, mas fuerte se hacía la lujuría. La perversidad me venció, terminé por masturbarme pensando en Ana. Recordé todas esas imágenes de ella con el Alemán, solo que esta vez era yo el que la fornicaba y no el viejo ese. Fue una masturbación como nunca la había tenido, me salió harta cantidad de semen, tanta que fue capaz de agotarme al punto de poder dormir.

Aun quedaban por ver por lo menos dos partidos mas de México. Y nunca imaginé lo que estaba por venir con Ana.

Continuará….

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