Alejandra y sus travesuras. El novio de mi hija

Hola, mi nombre es Alejandra, tengo 42 años, soy alta, de 1,78 mts, piel blanca y lo que más sobresale de mi cuerpo son mis tetas que miden un contorno de 120 cm.

Hola, mi nombre es Alejandra, tengo 42 años, soy alta, de 1,78 mts, piel blanca y lo que más sobresale de mi cuerpo son mis tetas que miden un contorno de 120 cm. No puedo decir nada malo de mi culito tampoco, ya que, si bien no resalta tanto como mis lolas, no tiene nada que envidiarles a muchas

Lo que les voy a contar me avergüenza un poco, ya que estamos hablando de algo muy pecaminoso que hice durante casi todo el 2019 y principios de 2020, antes de que empiece esta cuarentena que vino a jodernos la vida a todos

Mi familia está compuesta por mi marido Esteban (47) y mis dos hijas Agustina (22) y Micaela (18) dos hermosas morochas muy parecidas a su madre y un poco a su padre también. Ninguna de mis hijas heredó el tamaño de mis pechos, pero aun así tienen muy buenas tetas las dos. De la familia de mi marido la menor heredó el culo de su tía Valeria (39), la hermana menor de Esteban

Los cuatro vivimos en Córdoba, en una zona de quintas. Y tenemos una casa amplia de dos plantas con una pileta y un parque acorde

Antes de todo, quiero aclarar que el sexo con mi marido no podía calificarse de malo, pero sí de insuficiente. Con él la pasaba bien, pero no sé si es producto de la edad, del cansancio o del tiempo que llevamos juntos que hace que la frecuencia de nuestras relaciones sea muy baja y cuando lo hacemos no está tan preocupado en que yo acabe. Y eso hace que esté muy caliente todo el día al punto de pajearme más de una vez en el día.

Empecemos por describir a quien encendió la mecha en todo esto que es ni más ni menos que Mariano (24), el novio de Agustina, mi hija mayor. Es un chico muy bueno, por lo menos puedo darme cuenta que la trata muy bien a ella, que en esta época de violencia a la mujer no es nada despreciable. Físicamente es alto de 1,85, delgado, y con muy buen cuerpo. De cara es normal con facciones aniñadas todavía y pelo marrón y unos ojos negros, pero muy expresivos. En su mirada, se puede ver una persona intensa y transparente, aunque a veces la timidez de verme como la suegra no le deje expresarse libremente.

Al principio de la relación de Mariano con Agustina, fui poniendo límites claros, me acuerdo que me lo presentó en 2017 cuando yo tenía 40 y él 23. La pregunta de rigor era cuanto tiempo hacía que estaban juntos y era muy reciente todo, por lo que no le permitía que se encerraran en su habitación al principio ni que se quedaran a dormir en la casa del otro. Para todo esto me obligaba a mí misma a llevarlo a él hasta la casa algunas veces, siempre junto con mi hija o a pasar a buscarla a ella por la casa de él.

De a poco, la relación de Mariano con mi hija se fue afianzando y fue casi al año que se dio lo que empezó a marcar esta historia que les voy a contar.

Creo que fue una de las últimas veces en las que Mariano no se quedó a dormir en nuestra casa. Recuerdo que era invierno del 2019 cuando habíamos cenado todos en casa con el novio de Agustina y de a poco nos fuimos cada uno a su cuarto. Primero, fue Micaela, mi hija menor y luego mi marido y yo dejando a los dos tortolitos en el comedor, cada uno mirando su celular. Habíamos quedado que Mariano se pedía un Uber al terminar la noche porque la ciudad a esa hora no es lo más segura.

Lo recuerdo como si fuera hoy, habíamos cenado pizza y a eso de la 1 de la mañana me dio sed y bajé por un vaso de agua. Ni bien apoyé un pie (descalzo) en la escalera de madera que escuché un ruido que venía desde el living. Al principio me asusté, pero rápidamente me di cuenta que era la voz de mi hija y su novio.

No sé porque lo hice, pero bajé las escaleras con sigilo y lo que vi cuando pasé el descanso me dejo petrificada. Mariano estaba acostado boca arriba con el pantalón y los calzoncillos bajos y delante de él arrodillada, se encontraba mi hija, mi nena de 22 años, jajá. Creo que esas imágenes quedaron grabadas a fuego en mi mente. Agustina le agarraba la pija por la base y lo miraba mientras lo pajeaba. Los podía ver con total claridad. Mariano y mi hija con una cara de vicio que enamoraba. Y la pija de él. Como describirla. Era muy linda con unas venas que recorrían su tronco lo suficientemente largo como para que su mano pudiera subir y bajar. La cabeza era roja casi morada y estaba muy brillante. Él le acariciaba el cabello, y yo me daba cuenta de que la su intención era que mi hija le chupara la pija y ella seguía. Yo estaba convencida de que ya habían tenido sexo y por eso me sorprendía que ella no lo quisiera hacer.

-        Dale, le pedía él susurrando

-        No, pedímelo bien, le decía mi hija mirándolo

-        Es que no quiero hablar fuerte, están tus papás y tu hermana arriba, decía él

-        Chupámela, por favor, susurraba mi yerno

-        No te escucho, decía ella y reía, siempre mirándolo y masturbándolo

Fue en ese momento en donde el levantó el tono para que su voz sonara firme y no quedaran duda de lo que decía

-        Chupame la pija!

-        Mmmmm, dijo mi hija y se la metió en la boca

-        Mmmmm, gimió él

-        Mmmmm, te gusta que te chupe la pija? Le dijo ella perfectamente audible

-        Mmmmm, siiiii, shhhh, decía él preocupado

-        No pasa nada, decía ella

-        Nos van a escuchar, seguía él

-        Yo ya acabé y ahora quiero que acabes vos, esperá que voy a la cocina

Mi hija fue a la cocina y trajo un rollo de servilletas. Ahora me daba cuenta porque me duraban tan poco.  No sé cómo no me vio. Yo me quedé dura como esos que fingen ser una estatua de esas que se mueven cuando le tira una moneda. En ese corto período. él siguió una lenta paja que hacía que mi concha estuviera súper mojada. No lo resistí y un dedo travieso se coló por el costado de mi tanga. Confirmado, estaba empapada

-        Ahora sí, te voy a chupar la pija hasta hacerte acabar, dijo ella con un tono más elevado

-        Shhhh, dijo el

-        No seas cagón, me encanta decirte cosas chanchas dijo ella

-        Mmmmm, se relajó el cuándo mi hija volvió a chuparlo

-        ¿Te gusta cómo te chupo la verga? Le dijo Agustina

-        Mmmmm, siiii

-        Soy buena chupando pijas? Mi hija estaba sacada

-        Mmmmm, bajá la voz

-        No me importa, tu chupo la pija igual, decía mi hija y se escuchaba claramente

-        Nos puede escuchar tu mamá, dijo él en un hilo de voz

-        ¿Qué te pensás? Dijo mi hija

-        ¿De qué?

-        Mi vieja también chupa la pija, dijo ella

-        Mmmmm, dijo él y me pareció que lo excitó ese comentario

-        Mmmmm, siguió mi hija y sacó la cabeza de golpe

Mi hija puso la mano arriba de su pija para que no saliera volando semen mientras continuaba la paja y al mismo tiempo escupió el semen en el formado abdomen de mi yerno. Después puso un paño sobre la pija de él y empezó a limpiarlo con una delicadeza y un amor tremendos

-        No me avisaste, le susurró ella

-        Es que me vino muy de golpe

-        Que te pasó? Siempre me avisas, dijo ella

-        No sé, no sé

-        Te dije que mi mamá también chupa la pija y acabaste…

-        Qué se yo…

-        Mmmmm, que raro…

En el momento en que escuché a mi hija decirle a su novio que yo también chupaba la pija me imaginé chupando esa y acabé en el instante. No se cómo hice para ahogar mis gemidos, pero puedo asegurar que no fui escuchada. Como pude, me levanté y subí las escaleras para acostarme al lado de mi marido que dormía plácidamente.

No llegué a acostarme, me quedé en la puerta del baño pensando en dos cosas: había visto a mi hija, a mi nenita, chupando una pija, y segundo, ¡que pija! Era tremenda la herramienta que tenía Mariano, mi yerno.

A los 5 minutos volví a bajar haciendo un poco de ruido, por las dudas. A propósito, decidí bajar sin ponerme nada encima del camisón y al estar sin corpiño mis tetas eran una cosa de escándalo. Ahí estaban con sus teléfonos los dos totalmente relajados como si nada hubiera pasado. Cuando me vieron se pararon los dos y yo seguí a la cocina

-        No es tarde? Les dije

-        Si, Mariano ya se pidió el Uber

-        Ok, quieren agua? Les dije

-        Bueno, dijo él y me miró

En ese instante sentí como su mirada se posaba rápidamente sobre mis tetas que se endurecieron en el momento.

-        Tomá, le dije mirando a los ojos a mi yerno

-        Gracias me dijo

Yo miré su paquete y estaba en un estado de semi erección y estoy segura que no era solo por el pete de mi hija de recién, sino que mis tetas también habían hecho lo suyo

-        Llegó el Uber dijo él

-        Se ve que estaba acá nomás, dije yo y me giré para que se besaran tranquilos

-        Mmmmm, se besaban ellos y no podía ver nada

Cuando se fue mi yerno me quedé un rato hablando con Agustina.

-        Mami, ponete algo cuando bajas…me dijo ella

-        Porque? Estoy en mi casa

-        Es que a Mariano se le van los ojos

-        Jaja, que decís?

-        Que digo? Dijo ella mirándome las tetas…

-        Mirá si va a mirar a una vieja como yo teniéndote a vos

-        Te juro que te las miró…

-        ¿Vos decís? Mentía yo

-        Si, mami, es que tenés unas tetas enormes y viste como son los tipos

-        Jaja, es verdad a esa edad tu padre no paraba un segundo

-        Mami! No me cuentes esas cosas

-        No te hagas la santa vos, que, seguro que, si bajo 15 minutos antes algo raro me encontraba, ¿o no?

-        Jaja, sos terrible mami, dijo ella sonrojándose

-        Bueno, vamos a dormir,

-        Vamos dijo ella

-        Dame un besito, le dije poniendo la mejilla

Ella dudó, pero me dio el beso y yo me estremecí pensando que esa boca había probado el semen de mi yerno hace unos minutos.

Subimos las dos y me acosté de vuelta a dormir no sin antes masturbarme. Obviamente que con la pija de mi yerno en mis pensamientos

(continuará)

Espero que les haya gustado, pueden escribir sus comentarios a reybaco2005@hotmail.com