Alejandra y sus travesuras (7) mi hija nos ve

Mariano se colocó detrás de mí apoyándome todo su bulto en la cola. Empecé a frotarme contra su pija y tirando mi mano hacia atrás se la saqué del pantalón. Me di vuelta pajeándolo y a punto de arrodillarme cuando giro y veo a mi hija menor, Micaela nos miraba de pie a los dos.

Mi marido me volvió a la realidad yendo para la cocina y diciéndome que me ponga algo, ya que mis tetas eran un escándalo con ese camisón y tenía razón. Mis pezones estaban de punta y mis tetas amenazaban con salir por el costado

-        El pendejo se va a volver loco, me dijo

-        No creo que mire a una vieja como a mí, le dije

-        No te creas, a mí me volvés loco, me dijo agarrándome del culo

-        Mmmmm, no empieces lo que no terminas, le dije divertida

-        En serio, te digo, en un momento a él se les fueron los ojos a tus tetas, me decía inocente mi marido

Ay, si supieras que se le fueron los ojos y la boca también, pensaba yo mientras subía a ponerme algo y bajar más decente.

Esta adrenalina que me generaba estar con él en mi propia casa y con mi marido y mis hijas era algo tan peligroso como excitante. Debíamos tener cuidado y no lo tuvimos lo suficiente, sino no hubiese sucedido lo que sucedió.

Esto fue una tarde en que estábamos solas las tres mujeres de la casa y Mariano llegó y subió al cuarto de Agustina donde estuvieron un rato. Después de un rato Mariano bajó y en la cocina se colocó detrás de mí apoyándome todo su bulto en la cola. Empecé a frotarme contra su pija y tirando mi mano hacia atrás se la saqué del pantalón. Me di vuelta pajeándolo y a punto de arrodillarme cuando mi hija menor, Micaela nos miraba de pie a los dos con la mirada clavada ahora en la pija de su cuñado.

Mariano guardó su miembro duro y se quedó sin saber qué hacer ni que decir. Yo nerviosa como estaba le dije a él

-        Subí y dejame sola con Micaela, por favor

-        Bueno, dijo él y subió al cuarto de su novia y por suerte no bajaron por un tiempo ninguno de los dos

Me fui al sillón y le dije a Micaela:

-         vení, por favor

-        No me vengas a decir que no es lo que me imagino

-        No, no

-        Bueno, entonces no hay mucho que decir

-        Sí, es más complejo de explicar

-        Te escucho, me decía ella desafiante y yo no sabía cómo empezar

-        Bueno, dejame que te cuente desde el principio

-        ¿Qué cosa?

-        Con tu papá nos llevamos muy bien…

-        Menos mal…dice irónica

-        No me interrumpas y dejame que te cuente

-        Con papá nos llevamos muy bien, pero en el sexo no tanto como me gustaría. No tenemos la frecuencia y la forma que yo necesito y eso me hace estar en estado de excitación permanente

-        Pero habiendo tantos tipos, justo…

-        Si, lo sé, pero un día estaba bajando la escalera para tomar agua y lo veo a Mariano con tu hermana en el sillón…

-        ¿Cogiendo? Me dice ella muy suelta de boca

-        No, cogiendo no, jugando un poco, le digo porque no me atrevía a decirle con mis palabras lo que había visto

-        ¿Que estaban haciendo?

-        Como decirte, estaban muy acalorados, dije nerviosa

-        ¿Haciendo qué?

-        Lo que te imaginas…

-        Mamá si vas a hablar decime las cosas como son y sin vueltas y no te hagas la vergonzosa que recién te agarré con la pija de tu yerno en la mano

-        Ok, dije.

Y pensé, ¿queres que hable sin rodeos? Bueno. Mis nervios se fueron disipando a medida que empezaba a hablar. No sé porque, pero empecé a distenderme y me largué a hablar sin eufemismos.

-        ¿O vi mal? Me dijo ella

-        No, no viste mal. Bueno ese día la vi a tu hermana chupándole la pija a su novio y sé que está mal lo que te voy a decir, pero ver esa verga me encantó

-        Bueno mami, si, no te voy a negar que es una pija espectacular, pero…

-        Si, si, reconozco que tenés razón, pero entré sin quererlo en una especie de obsesión por esa pija

-        Ufff, mami…dijo y no entendí bien el sentido de esa exclamación

-        Bueno, la cosa es que empecé a provocarlo de a poco, al principio y un poco más después. Él me empezó a mirar las tetas y yo la pija a él, primero un día me rozó sin querer y después yo busqué el contacto y así fuimos avanzando de a poco hasta lo que viste recién

-        No sé qué decirte, ma

-        Decime lo que quieras, pero no le digas nada a tu hermana

-        No, eso no lo pienso hacer, en todo caso tendría que ser él o vos el que se lo cuente

-        Claro, le dije

-        Igual no me creo que solo haya sido un jueguito, ¿no cogieron?

-        No, te juro,

-        Pero algo más hicieron, ¿no?

-        Bueno, algo más si, y me sonreí de nervios y excitación

-        Mami, que cara de trola que pones, ¿qué pasa? ¿Tanto te gusta la pija de Mariano?

-        La verdad, si, le dije

-        Pero mami…

-        Es que no sabes…decía yo confesándome como si estuviera con una amiga

-        Si si, la pude ver y se ve muy bien

-        Si, ¿viste? Le dije excitada

-        Decime la verdad, se la ibas a chupar cuando los sorprendí, ¿no?

-        ¿Te digo la verdad?

-        Si

-        Si, le digo y técnicamente nunca se la había chupado, pero…

No sé para qué me metí en esa aclaración que, a juzgar por lo que vino después, fue peor

-        ¿Qué quiere decir técnicamente?

-        Ay Mica, no sé si contarte…

-        Dale ma que te encanta recordarlo, mirá como se te paran los pezones, me dice mirándome las tetas

-        ¿Y vos? Le digo yo que está igual, pero al tener remera sin corpiño se nota mas

-        Bueno, dale contó y no te hagas la santita ahora

-        Bueno, pero tenés que prometerme no decir nada

-        Te prometo

-        Bueno, hace poco estábamos acá en el sillón él y yo y...

-        ¿Y qué?

-        Me da cosa contarte esto…

-        Dale mami, Contame todo, me dijo excitada

-        Bueno, estábamos acá mientras ustedes dormían arriba

-        Uffff, que loco

-        Bueno empezamos a tocarnos y al principio el me chupó las tetas

-        Uffff, en serio? Seguí que me gusta

-        Bueno, dije yo viendo como mi hija se movía en la silla cerrando las piernas

-        Seguí dale, me insistía, excitada

-        Bueno el me chupaba las tetas y yo le saqué la pija del pantalón para pajearlo, me detuve

-        ¿Qué pasa?

-        No sé cómo te estoy contando esto a vos…dije perturbada

-        Dale, mami, seguí que me calienta

-        Mmmmm, al final voy a pensar que saliste a mí por lo calentona

-        Puede ser, dale, seguí

-        Bueno, le saqué, como te decía y lo empecé a pajear

-        Mmmmm

-        Y él me tocó de una manera perfecta que me hizo acabar en segundos

-        Ufff

-        Bueno, debo reconocer que yo estaba muy caliente

-        Mami, tremendo, decía Mica y se llevó una mano a la concha para rozarse

-        Mmmmm, te estas calentando hija?

-        Mucha mami, me miró toda colorada

-        Bueno, sigo

-        Seguí, decía y ahora se frotaba directamente por encima de su pijama

-        Te juro que me metía los dedos de una manera deliciosa, le decía ya buscando calentar a mi propia hija

-        Mmmmm, me encanta mami

-        Bueno me frotó el clítoris y acabé

-        Aghh, decía Mica y la sentía cerca del orgasmo

-        Perdoname mami, pero no doy mas

-        ¿Qué pasa? ¿Estas muy caliente?

-        ¡Muy! Necesito tocarme

-        Por mí no hay problema

-        Gracias, me dijo cerrando los ojos, y se metió la mano dentro de la bombacha para tocarse

-        Si, hijita, tocate tranquila le dije

-        Seguí contándome, ¿se la chupaste o lo pajeaste?

-        Bueno algo así

-        ¿Algo así como? Contame bien! Me pedía con desesperación mientras su mano se movía dentro.

-        Lo pajié mucho y él estaba a punto de acabar así que…hice una pausa

-        ¿Pero qué? Decía al borde del clímax

-        Seguí pajeándolo y lo besé

-        Mmmmm, mamiiiii, me encanta

-        Cuando me dijo que estaba por acabar me la metí en la boca para que no manchara nada

-        Aghhhh y teeee acaboó en la boca, Mmmmm mi hija cerraba los ojos

-        Siiii, me llenó la boca, le decía yo mientras cerraba las piernas instintivamente

-        Aghhhhh ahhh ahh mami, me vuelvo loca, estoy acabando yo también

-        Sí, mi amor acabá, soltate

-        Aghh ah ah ah, que calentura que tenía por Dios

-        Mmmmm, bueno mi amor le dije acariciándole el pelo

-        Mmmmm, que bueno, me encanta como me lo contaste

-        ¿Si? Bueno, entonces lo único que te voy a pedir es que sea nuestro secreto, le rogué

-        Claro, yo no digo nada

-        Bueno, gracias

Mi hija me abrazó y yo correspondí el abrazo, nuestras tetas se chocaron porque ya teníamos la misma altura desde hacía mucho tiempo, pude notar la turgencia de sus pechos y la dureza de sus pezones. Pese a ser mi hija no sentí rechazo, y eso me extrañó

(continuará…)

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