Alejandra y sus travesuras (13) mi cuñada hot

Por un lado, sentía culpa, pero por otro las imágenes de lo que había vivido volvían a mi mente y me calentaban como nunca Fue por eso que, aprovechando su mensaje, se me dio por hablar con Romina, mi cuñada y convertirla en mi confidente. La llamé y le dije que quería hablar con ella personalmente.

No podía creer el vértigo de lo que estaba viviendo últimamente. En apenas unos días había estado chupándole la verga al novio de mi hija en presencia de mi cuñada, cogiendo con mi yerno y haciendo de todo con mi hija, chupándonos y acabando como locas.

Hacía unas semanas era una mujer de familia con dos hijas hermosas y un buen marido que, aunque no la satisfacía sexualmente, no podía quejarse. Ahora, sin embargo, estaba hecha una depredadora sexual que arrasaba con todo lo que se me ponía delante. Primero, mi yerno y ahora mi propia hija.

Por un lado, sentía culpa, pero por otro las imágenes de lo que había vivido volvían a mi mente y me calentaban como nunca

Fue por eso que, aprovechando su mensaje, se me dio por hablar con Romina mi cuñada y convertirla en mi confidente. La llamé y le dije que quería hablar con ella personalmente. No tuvo problema y en media hora estaba en su casa, en la mesa de la cocina charlando

-        ¿Qué te pasa? Me dijo

-        Estoy preocupada porque estoy muy caliente últimamente, le dije

-        SI, el otro día en la camioneta pude darme cuenta

-        Es que ese pendejo me vuelve loca, me sinceré

-        Si si, pero de a poco te vas sacando las ganas, ¿no?

-        Si, pero siento que nada me alcanza

-        Son etapas, yo también ando muy caliente a veces

-        Es que me lleva a hacer locuras, le confieso

-        Y si, yo también he hecho cada cosa

-        Igual lo mío es tremendo: a mi yerno ya me lo cogí hace dos días y…

-        ¿Y qué?

-        No, eso es muy fuerte, no sé si me animo a contártelo

-        A mí me podés contar lo que sea…

-        No, esto es muy fuerte

-        Cuando te digo lo que sea. Es lo que sea

-        No me juzgues, por favor, le dije

-        Mirá Ale, conmigo podés abrirte completamente, no voy a decir nada a nadie. Yo soy muy reservada y como te dije, soy una tumba

-        Es que es muy fuerte y no me animo

-        Bueno, me dijo ella. Yo te voy a contar algo muy fuerte que hice en un momento de calentura, yo estaba recién casada con tu hermano, así que como yo soy una tumba, vos tendrás que ser igual. Me advirtió

-        Quedate tranquila, le dije, Contame

-        El tema es que nos fuimos de luna de miel a Cancún, ¿te acordas?

-        Si, no entiendo, ¿en la luna de miel?

-        Si, si se llega a enterar tu hermano que te conté esto

-        Ah con mi hermano, ¿qué hicieron?

-        Te cuento, estábamos en el hotel todo incluido y había unas pendejas que eran una bomba, todo el tiempo en cola less y a tu hermano y un poco a mí también, debo reconocerlo, se nos iban los ojos. El tema es que en un momento en que me voy a buscar unos tragos las muy desubicadas le tiran onda en joda a él. No pasó a mayores y él me lo contó todo. Yo tenía celos, pero un poco me había calentado, así que le propuse jugar un poco para boludear con una que era la que más nos gustó.

-        Ah bueno, ¿a vos también?

-        Si, a mí también, tenía un culo y unas tetas la pendeja que se partía, no sabes. Bueno, la cosa es que en un momento el me empieza a pasar protector mirándola a ella. Yo me hacía la que no veía nada. Él me pasaba por el culo con descaro y la miraba a ella. Ella lo miraba mordiéndose el labio y se sacó el corpiño quedando en tetas. Las amigas, que estaban en otra, ni se dieron cuenta. Tu hermano me lo comentaba todo. Ella se empezó a pasar protector en las tetas y jugaba con los pezones. Después me di vuelta para mirarla y su sorpresa fue total cuando le sonreí y me dediqué a pasarle yo protector a él mientras, esta vez los dos, la mirábamos con descaro. La pija de tu hermano estaba tremendamente dura y se la acaricié por encima de la malla mirándola. Ella sin ningún pudor se tocó la concha por encima del bikini. Lo agarré de la mano y sonriendo me lo llevé al cuarto para coger

-        Uffff, como me calienta lo que me contás

-        Pará que esto no es nada…

-        ¿Hay más? Decía yo moviendo mis piernas excitada

-        ¿Claro, estábamos entrando a la habitación y mientras tu hermano tarda en poner la llave, la veo a la pendeja esta que se acerca, me invitan? Nos dice. Tu hermano y yo nos miramos como diciendo que hacemos. Dudamos un poco, pero ella nos vuelve a decir, ¿qué? ¿Ahora no se animan? Dale, pasá, le dije haciéndome la valiente. Entramos y mis nervios estaban de punta. Tu hermano casi que temblaba de excitación. La pendeja, más resuelta que nosotros, fue a la heladerita y nos dijo: ¿brindamos? Y ahí nomás empezamos a soltarnos

-        Ufff, Romi, Contame lo que hicieron

-        Al principio lo besé a tu hermano, era lo único que se me ocurría. Ella se me paró atrás y me empezó a acariciar suavemente. Habíamos fantaseado con un trío, pero no creíamos que se iba a dar. Y menos en la luna de miel. Y menos que nos íbamos a animar a hacer lo que hicimos

-        Ah, tremendo lo que me contás, ¿que hicieron?

-        De a poco nos fuimos soltando los tres, ella según nos dijo nunca había hecho un trío, pero si había estado con hombres y mujeres. Después ella lo besó a él y te juro que era tal mi calentura que no sentí nada de celos, me excité. Cuando se giró para besarme sentí pánico, pero te juro que en cuanto sus labios se apoyaron en los míos supe exactamente que debía hacer. Nos matamos con un beso que era tremendo. Con todas nuestras bocas mojadas nos giramos para mirarlo y tu hermano tenía una cara de placer total. De a poco nos fuimos desnudando. Yo le metí un poco de misterio a sacarle el pantalón a tu hermano para ver la cara que ponía ella cuando le viera la pija.

-        Ah sí, me dijiste que no tiene nada que envidiarle a la de mi yernito

-        No, te diría que es mejor. La mina cuando la vio se le hizo agua la boca. Lo empezó a pajear. ¿Puedo? Me preguntó y yo le dije que sí con la cabeza porque no me salían las palabras. Se la empezó a chupar, no le cabía toda en la boca. Me ayudas me dijo y empezamos a chupársela entre las dos. Uf eso fue la gloria, te juro que ahí me di cuenta que estaba dispuesta a todo

-        Mmmmm, me matás con lo que me estas contando

-        Si, si, bueno, en resumen, que hicimos de todo lo que te puedas imaginar. Tu hermano nos cogió a las dos, yo le chupé la concha a ella y ella a mí mientras él nos cogía, de todo. Creo que estuvimos como tres horas encerrados en la habitación. Hasta en un momento él se fue a buscar más cerveza y ella se me tiró encima y nos matamos. Cuando él volvió hizo el chiste de empezaron sin mí y nos dejó hacer un 69 y después se sumó de a poco. Fue tremendo. Te juro

-        Ya lo creo que fue tremendo, me re calentó lo que me contaste.

-        ¿Viste?

-        No lo tenía a mi hermano, miralo vos

-        Lo decís por la pija que tiene o por lo que hicimos

-        Por las dos cosas

-        Bueno, si llegas a probar la pija de tu hermano te volves adicta, me dice

-        Bueno, lo que tengo que contarte viene por ese lado

-        ¿Como? ¿Por tu hermano?

-        No, con mi hija

-        ¿Que? ¿Con Agustina? ¿Se enfiestaron con ella y el novio?

-        No con Micaela, la más chica

-        Ah, ella ya sabe lo tuyo con su cuñado, ¿no?

-        Si, pero el otro día se tocó mientras le contaba lo que hice con él y ayer… me puse colorada

-        ¿Ayer qué? ¿Que paso?

-        Nos matamos con Micaela

-        Ah bueno, con tu hija, que zarpada, pero …

-        Si, sé que está mal. Pero no pudimos controlarnos

-        Si, si

-        Es que, como te dije, estoy re caliente, me solté

-        Mmmmm, Contame un poco más…

-        Ayer, con Mica nos matamos, nos hicimos de todo

-        Es calentona como la mama parece… jajaja se rio ella

-        Jajaja, si me reí yo también

-        Bueno, la cosa es que ya una vez se pajeó delante de mi mientras le contaba que nos habíamos masturbado con Mariano

-        Ah

-        Y ayer se dio cuenta de lo de la ida a comprar helado y me pidió detalles y nos íbamos a tocar juntas, pero se me ocurrió ir a mi habitación y ahí nos desnudamos las dos y nos dimos con todo

-        Con todo, ¿todo?

-        Todo, nos chupamos todo, las tetas la concha, todo

-        Ah mirá vos…

-        Fue tremendo, pienso que es mi hija y me agarra culpa, pero, por otro lado

-        Te calienta…

-        No sabes cómo

-        Uffff, que zarpado

-        Si, la verdad, reconocí

-        Qué bueno, y ahora, ¿qué tenés planeado? Me dijo Romina

-        No sé, nada, ¿por qué?

-        No nada…me miró Lorena con un brillo en los ojos que me hizo desear

-        ¿Ves?  ahora por ejemplo, estoy re caliente, me sinceré

Nuestras miradas se encontraron y ahora sabiendo que mi cuñada era tan chanchita como yo, me empecé a imaginar con ella.

-        Yo también, dijo ella y me miró las tetas

-        Es que todo lo que me contaste, mas todo lo que vivo últimamente

-        No es para menos, y seguía mirándome las tetas y la boca con total descaro

Ninguna se animaba a dar el paso. Estaba muy nerviosa, no sabía qué hacer. Como una tonta le dije que mejor me iba, y me levanté

-        Esperá, me dijo ella tomándome de la muñeca

-        Si, le dije y me puse a centímetros de su boca

-        Mmmmm, mi cuñada me plantó un beso en la boca

-        Mmmmm, lo correspondí agarrándola de la cintura

-        No quería que te vayas

-        Ahora no quiero irme, me sinceré

-        Mmmmm, otro beso

Esta vez el beso se convirtió en caricias, y las caricias lentamente iban subiendo de tono.

-        ¡Que bien besas! Me dijo Romina

-        ¡Vos también!

Vuelta a besarnos, a jugar con nuestras lenguas y a acariciarnos con mucha pasión. Ella fue la que dio el primer paso en intentar sacarme la remera que tenía puesta. La dejé y me desabroché el corpiño yo misma para quedar con mis desafiantes tetas frente a mi cuñada.

Ella no dudó. Me las levantó con ambas manos y agachándose empezó a chupármelas. No puedo explicar claramente con palabras lo que sentí en ese momento al estar en la casa de mi hermano, en la que había estado tantas veces y siendo chupada por mi propia cuñada. Si, era la mujer de mi hermano quien me estaba haciendo delirar de placer.

Yo estaba totalmente entregada y Romina también sabía que, si había estado cogiendo con el novio de mi hija y con mi propia hija, tener una aventura con la cuñada no contaba como pecado.

Creo que fue por eso que busqué decididamente empezar a desnudarla yo a ella también. Como esperaba, no se resistió y se movía tratando de ayudarme mientras por momentos seguíamos besándonos y chupándonos las tetas.

Ya totalmente desnudas las dos nos íbamos a tirar en el sillón del living cuando ella recordó que no había puesto llave a la puerta, de modo que se fue así desnuda como estaba y volvió al instante. Tuve un minuto para arrepentirme, pero no me dio tiempo y volvió a besarme con locura

Nos tiramos en el sillón y ella me pidió que me acostara con las piernas abiertas

-        Hace mucho que no chupo una concha, me dijo

-        Dale, si

-        Vos ayer chupaste la de tu hija, pero yo, alcanzó a decir y se metió entre mis piernas

Empezó a chuparme con dedicación y tranquilidad, pero se notaba que llevaba mucho tiempo con ganas porque a medida que pasó el tiempo, cada vez lo hacía con más ganas e intensidad. En un momento me chupaba como una ventosa la concha y me encantaba. Mis líquidos empezaban a brotar de manera continua. Su cara ya estaba empapada.

-        Me encanta mirarte chupándome la concha, le dije desde mi posición

-        Mmmmm, ella levantó la vista para mirarme y me atrapó el clítoris con los labios

-        Agggghhhh, grité, esperá porque me vas a hacer acabar

-        Mmmmm, negó con la cabeza y siguió trabajando en mi botón de placer

-        Aghhh, voy a acabar Romiiiiiii

-        Siiiii, dijo ella

-        Aghhh ah ah ah ahhhhhhhhhhhhh acabé como loca,

-        Mmmmm, seeeee, decía mi cuñada, acabá para mi

-        Mmmmm, que bien que me la chupaste, por Dios

-        ¿No queres probar vos?, me dijo Romina

-        Claro, y me acomodé para chuparla yo

En las últimas 72 horas había tenido infinidad de orgasmos y la cosa no parecía que iba camino a detenerse. Ahora me aprestaba a darle placer a mi cuñada. Antes con mi yerno, después con mi hija. ¿Qué más me quedaba? Cuando empezaba a pensar en el resto de mis familiares, me excitaba

-        En que estarás pensando me dijo Romina cuando vio mi mirada perdida

-        En que estoy muy caliente últimamente

-        Yo estoy caliente desde que te vi con tu yerno, se sinceró mi cuñadita

-        Mmmmm, vení que te voy a bajar la calentura, le dije situándome entre sus piernas

-        Aghhhh, si, abrió sus piernas recibiéndome

Romina se pasó antes la mano por la concha y sus dedos salieron empapados. Me los mostró y yo sin dudar me los metí en la boca chupándolos con devoción. Me fui acercando a su concha y primero le pasé la lengua por todo el largo. Su sonrisa vertical era hermosa. Emanaba néctar y yo me moría de ganas de probarlo. Chupé sin dudar y me metí con vehemencia entre sus piernas. Ella me agarró la cabeza con las dos manos y me acariciaba. Yo me agarraba con ambas manos de sus muslos y lamía, chupaba y besaba con desesperación.

-        Mmmmm, chupame asiiiiii

-        Mmmmm, no cesé en mi trabajo y me dediqué a darle placer

-        Me encanta como me chupás, me dijo entre sollozos

-        Quiero que me acabes en la boca… le decía mientras la miraba desde abajo

-        Aghhhhh, siiiiiii, seguí

-        Mmmmm, le metí dos dedos y me centré en su clítoris

-        Aghhhh, me estas matando

-        Mmmmm, le metí tres dedos ahora

-        Aghhh acabo, Aleeeee acaboooooooo, aghhhhhh ahhhhh

-        Mmmmm, siiiii, decía yo mientras me bebía todos sus flujos

-        Agjjjj aghhhhhh Mmmmmm Ahhh ahhhh, acababa sin parar mi cuñada

-        Mmmmm, me encanta tu sabor

-        Vení me dijo y me besó en la boca

Nos besamos muy dulcemente al principio y con mucha pasión después. Ella me recorría la boca y parte de mi cara con su lengua, creo que la volvía loca sentir su propio sabor. Yo movía mi lengua y mi cara con desesperación y ella también

Como pudimos, nos fuimos recomponiendo y calmándonos.

-        Me encantó, me dijo ella

-        A mí también, la miré sonriente

-        Vas tachando gente de la familia, me dijo divertida

-        Jajaja, sos tremenda, le dije

Volví a besarla y me correspondió sin dudarlo. Nos acariciamos, pero esta vez en tono de despedida

-        Sos una gran mujer, me dijo

-        Gracias, no sé a qué viene eso

-        A que no te sientas mal por lo que hiciste con tu yerno, con tu hija…

-        Y con vos, completé

-        Claro, dijo ella

-        Gracias por entenderme, le dije con cariño y la acaricié en la mejilla

-        La vida es un ratito, hay que disfrutarla

-        Claro, le dije

-        No te creas que esto va a quedar acá, me dijo intrigante…

-        ¿Que tenes en mente?

-        Algo que te va a gustar…

-        Viniendo de vos no me cabe la menor duda

-        Gracias

-        Bueno, me voy

-        Te llamo pronto, prepárate, me dijo y me dejó totalmente intrigada…

(continuará…)

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