Alejandra y el pollino culero

El pollino culero soltó el último rebuzno y luego tras darme un manotazo en las nalgas se despego de mí descargando su barriga de mi grupa a la vez que destaponaba mi culo y se desplomaba agotado contra la puerta del coche.

Una vez más me dejo llevar por Pedro, le noto excitado, tan solo me ha dicho que vamos a un hotel donde pasaremos una noche de sexo y fantasías.

Pedro me pidió que fuese en lencería y tapada con un abrigo para pasar por la recepción del hotel discretamente y así lo hice.

Llegamos a Villaverde (Madrid) al Hotel Enrique, pero antes dimos un par de vueltas para aparcar.

Al rededor había muchas prostitutas, me di cuenta que era una zona colindante a un polígono industrial donde ejercían captando a sus clientes al borde de la carretera, semidesnudas, insinuándose descaradamente.

Pedro hizo algunos comentarios sobre las chicas, que si a esta la follaria así, que si a aquella me la daría de esta forma, mientras, yo permanecía callada, sin seguirle demasiado su rollo y también algo molesta por sus comentarios tan groseros delante de mí. Quizá algo celosa. Más, cuando una se ha vestido como una zorra de lujo para su regocijo. Creo que quería humillarme adrede.

Pudimos aparcar finalmente justo en un sitio que dejo libre un “cliente”, y al salir nos topamos con un “trans” que exhibía una “mazorca” enorme y semi erecta, que movía frenéticamente hacia los lados, dándose latigazos contra sus ingles.

Al vernos, lejos de recatarse se dirigió a Pedro y le pregunto... ¿quieres un trío guapo? A la monada que llevas se la meto gratis que seguro que la encanta. Se lo dijo mientras me miraba a mi tratando de provocarme.

No le hicimos ni caso, y seguimos caminando hasta la recepción del hotel donde tras registrarnos subimos a la habitación.

Desde la ventana se podía ver el movimiento de putas y clientes, algunos copulando en el coche, las chicas exhibiéndose desnudas de forma muy vulgar. Era un enjambre de putas y luces, lleno de pasillos por donde no dejaban de transitar coches en busca de sexo.

Pedro me quito el abrigo y al ver que tan solo llevaba unas medias, un diminuto tanga de hilo y un sujetador de media copa que me aumentaba las tetas al menos dos tallas, me dijo: - sabía que eras una cerda pero nunca pensé que podías ser más puta que las que rondaban por la zona.

-      ¡Abre las patas puta! Me ordeno. Y entonces me introdujo un vibrador en el coño, de esos que están tan de moda en las web cam, son rositas en forma de pera y con un rabito largo para poderlo sacar de la vagina.

Lo puso a toda velocidad y al instante sentí que me estaba mojando como una cochina.

  • Perdona Alejandra pero se me ha olvidado coger una cajita sorpresa del coche, ¿por que no bajas y cuando estés cerca del coche te quitas el abrigo y le tomamos el pelo a algún puterillo?

  • Yo estaré grabando todo desde la ventana, y si te ves comprometida, tiras para el hotel y ahí termina el juego,  - ¿te parece?

Me pareció divertido y excitante, aunque pensé que no era nada casual, Pedro lo había preparado tal cual. Es un enfermo, desde que le confesé que me excitaba la idea de pasarme por prostituta y que otros me follasen a cambio de dinero, siempre que puede me lleva a algún sitio donde poder realizar mi fantasía, y hoy parece que tocaba ser una puta de polígono industrial.

Pero tampoco se lo quería poner tan fácil y por añadir emoción al asunto le dije:

  • Pero me da miedo, tanto garrulo suelto, y si me viola alguno, esos tíos van muy salidos si me piden precio y me dicen que suba, ¿que hago?

Pues cariño si le ves buena pinta subes al coche se la chupas y que te pague, y si no te gusta el tipo te vienes para el hotel y se termino, de todas formas yo estaré controlando, desde aquí lo veo todo, estate tranquila.

Baje a la calle, me encamine al coche contoneándome obligada por los zapatos de tacón de aguja con los que no estaba acostumbrada a andar. Desde una furgoneta llena de obreros tuve que escuchar las mayores burradas;

  • ¡Baya culo pa llenártelo de leche rubia! - ¡No te pongas colorada que ya las has visto bien gordas! Jajajajajaja - ¡en ese culo caben las cuatro, jamona!

Sentí vergüenza y miedo de que los energúmenos me parasen y me hiciesen algo, pero me tranquilice al ver que la furgoneta se alejaba y se volvía a hacer el silencio de mi taconeo al andar.

Al llegar a la altura del coche, temí que estuviera el trans, pero no había nadie, así que, abrí el maletero, me quite el abrigo y me quede en medias tacones y sostén, note de inmediato el vibrador que Pedro manejaba a distancia, estaba enloquecido de revoluciones en las profundidades de mi coño, y pude ver a Pedro en la ventana que me observaba con un los pequeños prismáticos, lo que me dio mayor tranquilidad.

De repente y en medio de mi excitación incontrolada, un flash de un coche me ilumino por completo.

Me deslumbraba, con lo que apenas podía ver y cuando llego a mi altura, vi que se abría la ventanilla. Era un viejo, me pregunto cuánto y le dije que cincuenta una mamada, el viejo me dijo que si me creía que estaba en el Ángelo, que si quería 10 y sin condón me subiese, le dije que no trabajaba por menos y el tipo se marcho diciendo exabruptos y maldiciendo a las putas.

Mire hacia Pedro y seguía en la ventana, busque en el maletero del coche la caja que me había indicado y vi que se trataba de un pollón realístico de grandes dimensiones que rápidamente guarde en mi bolso.

Mientras, el vibrador no paraba de moverse en mi coño y estando ya a punto de correrme, de repente paro y me dejo apunto y con el calentón. Parece que Pedro quería que estuviese desesperada por calzarme una polla y por eso lo hacía.

Cerré el maletero y me aleje del coche unos metros cuando otro coche apareció como una exhalación, era una cuadrilla con ganas de fiesta, todos treintañeros, tenían pinta de currantes de la construcción pues llevaban monos y chalecos con el nombre de la empresa y tenían yeso hasta en el pelo.

Pararon a mi lado y el que conducía, un gordo rapado con mirada socarrona me pregunto si me atrevía con los cuatro mirándome de arriba abajo con gesto de superioridad, y yo sin responderle a su pregunta le dije que 20 chupar y 30 el completo y seguí andando como si no existiera.

El gordo insistió, me dijo que cuanto por los cuatro, le dije que treinta y de uno en uno en plan borde. El contesto que solo querían una mamada cada uno y como eran cuatro que debería hacerles un precio especial.

Yo –sin mirarle a la cara y dando pequeños pasos adelante y atrás le aclare, - el trabajo es el mismo, 20 chupar y 30 el completo, y de uno en uno.

El gordo indico al resto de los ocupantes que se bajasen del coche y el hizo lo mismo a la vez que dirigiéndose a la parte trasera me hizo un gesto para que entrase en la parte de atrás por la otra puerta.

Una vez dentro, le pregunte un tanto distante:

  • ¿Que hacemos?

Y el gordo tirando de pantalones y sin mirarme a la cara respondió:

  • chúpamela zorra, a la vez que me lanzaba 20€ despreciativamente entre mis muslos.

Parecia que mi indiferencia le había tocado  su ego.

Guarde el dinero en el bolso y saque un preservativo, el gordo resoplo como inconforme y un hedor a alcohol mezclado con tabaco negro se esparció en el aire.

Se lo coloque con cierta dificultad pues tenía un pene exageradamente grueso y el condón no daba más de sí, le quedaba muy justo.

Me puse a cuatro patas sobre el asiento tal y como había visto hacer a las prostitutas de la zona y comencé a chupársela mientras le toqueteaba los huevos para hacerle correr lo mas rápido posible.

Pero el tío hijo puta me sujeto por la nuca acompañando mis movimientos y forzándome a tragar hasta que el falo golpeo mi campanilla mientras con la mano libre  me pellizcaba el culo y de repente se percato de que me asomaba el rabillo del vibrador, y apartando la mano me dijo:

  • ¿Qué tienes ahí cacho puta?

Yo – es que tengo la regla conteste intentando zanjar el tema.

El gordo – No me jodas, - ¡que tampax más raro! - pues qué asco ¿no?

Yo – para una chupada no necesitas el coño

El gordo refunfuñando se reclino y volvió a sujetarme la nuca como llevando el timón, parece que queria correrse y pasar pagina.

Ahora me empujaba la cabeza con violencia mientras me hurgaba con los dedos el agujero del culo y me insultaba entre dientes.

En uno de sus empellones, la polla entro en mi garganta y casi me hace vomitar, lejos de soltarme de la nuca me sujeto por el pelo y me apretó hasta que mi nariz choco contra su pelambrera pélvica, que olía a tocino y lejía, sentí que me asfixiaba y apreté los dientes sobre su polla en señal de amenaza.

El tío me soltó y saco el rabo a toda prisa.

-¿Qué haces cacho puta?

Yo – no me vuelvas a hacer eso bestia, limpiándome la baba que me colgaba con la palma de mi mano.

  • Tú estás loca.. me la has mordido cerda.

Yo – y si vuelves a hacerme eso te la arranco animal

  • Muy bien...vamos a follar.

  • Yo – tengo la regla, ya te lo he dicho y además solo me pagaste un francés, si no puedes correrte no es mi culpa, a la vez que tiraba del pomo para abrir la puerta e irme.

El señor sebo, al percatarse de mis intenciones de salir del coche, rápidamente puso el seguro y me dijo:

  • Pues por culo.

El gañan sudoroso me miraba con los ojos saltones por la excitación.

– Yo no doy culo. - Eso es de maricones. ¿Eres maricón?

El tío saco un cúter no sé de donde, y me lo puso en el cuello con cara de loco  mietras con la otra mano me sujetaba la cara  comenzó a besarme a la fuerza.

Me metió su asquerosa lengua que parecía un morcón de carne putrefacta.

Lamia mi cara como si rebañase un postre, rebuscaba en todos los rincones de mi boca intentando entrar en mi garganta.

De repente, se detuvo y se quedo mirándome con la cara de satisfacción del que siente que domina la situación y ve tu miedo, se sonrió dejando al descubierto sus pequeños dientes amarillos, introdujo sus dedos rasposos en mi boca haciendo palanca hasta que la deje abierta, momento en que aprovecho para soltarme un escupitajo que me entro con fuerza en la nariz y parte en la boca y paladar.

Yo intentaba poner alguna distancia sujetando mi bolso con ambas manos tratando de establecer una barrera imaginaria, pero el tipo me lo arranco de un tirón lo abrió y dejo caer al asiento todo su contenido, al ver el pollon de goma se sorprendió mucho y me dijo que era la puta mas guarra que había visto, que si no me daba vergüenza, aprovecho para quitarme los 20€ que me había pagado y treinta más que llevaba en mi cartera, e ignorando mis protestas de indignación los guardo en el bolsillo de su camisa y me dijo... date la vuelta puta que quiero correrme como macho que soy.

Yo aterrorizada y temblorosa obedecí sumisa y boba, y le ofrecí el culo mientras le pedía que no me hiciese daño, el tío al verme entregada se puso eufórico e intento meterme el rabo de goma por el culo,  yo me retire rápidamente hacia adelante impidiéndoselo y el tipo primero me palmeo las nalgas y luego me dio un mordisco en el culo tan fuerte que se me saltaron las lagrimas y me dejo marcada la dentellada.

El muy cerdo se quito el condón con rabia, tiro el pollon al suelo y me la metió en la boca. Luego, me arranco el tanga de un manotazo, apunto la tranca en el agujerito y la ensarto en mi ano de un solo empujon, sin respeto ni compasión, note como si me quitasen la piel a tiras mientras el muy cabron se movía violentamente a la vez que me sujetaba del pelo y pellizcaba mis pezones, estirándolos como si fuesen de chicle.

Yo, con las manos apoyadas en la bandeja trasera del coche, podía ver a través del cristal la ventana donde se suponía que estaba el cornudo de Pedro vigilando. La ventana tenia echadas las cortinas y la luz apagada, tan solo había una pequeña abertura en un lateral por donde seguramente me estaría observando mientras el cerdo se la machacaba con el espectáculo de un gordo sudoroso ultrajándome el culo a punta de cúter.

El animalote no terminaba de correrse y seguía tirando de riñones mientras jadeaba haciendo sonidos nasales, como un asno rebuznando.

Justo en ese momento el vibrador diabólico se puso en marcha, Fué en el peor momento (me acorde de Pedro y sus muertos) es como si me hubiesen metido una túrmix en el coño, y el asno creyendo que lo había puesto yo en marcha, me dijo acercándose a mi oído, en bajito y con voz entrecortada:

  • sabia que eras una zorra pero no podía imaginar qué tanto. Y animoso, aumento el ritmo y la fuerza de las enculadas, haciendo chocar frenéticamente mis tetas entre ellas, que  parecían aplaudirle la función.

  • ¿te gusta por detrás verdad  puta?

  • mueve tu gran culo marrana y hazme correr, que ya veo que tienes ganas de juerga, cerda viciosa.

Y seguía hablando en plan puerco

  • Te gusta así, por el culo ¿verdad?...- sabia que lo estabas deseando…- quiero que te corras tu conmigo bonita…. y llevando su mano hasta alcanzar mi coño empezó a tocar con sus dedos de lija mi clítoris, sin delicadeza ninguna, como el que se rasca con rabia la picazón insistente de su propio culo.

-¡Me corro putaaaa! Grito a mi oído, como anunciando un acontecimiento extraordinario, y note su meada de leche viscosa que me abrasaba el recto y los chasquidos de sus huevazos colgones chocando contra la piel rasurada de la entrada de mi coño.

El pollino culero soltó el último rebuzno y luego tras darme un manotazo en las nalgas se despego de mí descargando su barriga de mi grupa a la vez que destaponaba mi culo y se desplomaba agotado contra la puerta del coche.

De mi culo abierto y dilatado salía un chorro viscoso y amarillo que resbalaba por la cara interna de mis muslos mientras yo permanecía inmóvil y sin poder evitarlo también me corría en silencio a costa del vibrador loco y ante la indiscreta mirada del resto de los compañeros que con el espectáculo se habían animado y sacado las vergas que se  meneaban soltando alegres chorros de leche contra las ventanillas del coche.

El tipo mientras se abrochaba los pantalones me indico que recogiera mis cosas y saliera del coche, y que si me atrevía a hablar vendría a por mí y me partiría en dos, y que al salir ni se me ocurriese mirar hacia el coche, que me estarían observando.

Recogí mis cosas muy nerviosas, estaban esparcidas por el asiento y por el suelo, lo guarde todo como pude, palpe debajo del asiento delantero tratando de recuperar todo sin entretenerme en pensar mucho.

Toque con la punta de los dedos lo que parecía un sobre que asomaba bajo la alfombrilla.

Nerviosa, lo pude coger e introducir en el bolso con el resto de mis cosas, cuando de pronto se abrió la puerta y uno de los ocupantes me dio un empujón y me tiro a la carretera, se montaron todos y el coche salió a toda pastilla mientras reían por la Azaña de su jefe y lo bien que lo habían pasado con la “película”

De pie en la acera me compuse un poco, saque el vibrador de mi coño y lo guarde junto al otro en el bolso.

Mire a los lados y no había nadie, me acerque al maletero del coche y cogí el abrigo, cerré rápido y me fui directamente a la habitación del hotel.

Ya dentro del ascensor abrí el bolso para ver en contenido del sobre, al verlo sentí que me dio un vuelco el corazón, era dinero… mucho dinero… al menos unos cinco mil euros, debía de ser algún pago en “B” de algún trabajo, porque en el sobre ponía, Sr Arturo Zurrón ultimo pago 30%

Me apresure a la habitación, Pedro no se había enterado de nada, creyó en todo momento que yo estaba jugando voluntariamente, tan solo cuando vio que salía disparada del coche se asusto, pero al verme bien y que me venía para el hotel decidió esperarme sin moverse de la habitación.

Se lo conté todo con pelos y señales y le enseñe el sobre que les había sustraído de manera casual. Contamos seis mil trescientos euros, y decidimos que lo mejor era irnos antes de que se pudieran dar cuenta y volvieran a buscarlo.

Eche un vistazo por la ventana y me quede de piedra, los tipos estaban abajo, hablaban con el trans que había vuelto a su sitio, se les veía muy desesperados, sobre todo al gordo que hacia aspavientos y gesticulaba mucho, abrí ligeramente una de las hojas correderas para poder escuchar, el trans les decía que se había ausentado para cenar en un burguer cercano al sitio y que no había visto a nadie con la descripción que le estaba dando, y que si tenía problemas acudiese a la policía.

El gordo finalmente le apunto un número de teléfono y le dijo que le llamase si me veía ofreciéndole doscientos euros de recompensa.

Llame a Pedro para que lo escuchase, y ante la situación decidimos que lo mejor sería quedarnos hasta por la mañana que ya se habría ido todo el mundo.

De repente oímos ruidos, alguien aporreaba la puerta, me acerque sigilosa hasta la mirilla y vi que era el tras que me miraba fijamente y sonreía a la vez que me pedía que abriese para evitar problemas mayores, decía. Pedro al escuchar la amenaza me indico que me encerrase en el baño que él se encargaba, abrió la puerta y le invito a pasar.

La señorita de la mazorca le espetello;

  • Vengo para evitar problemas, se que tu compañera se ha quedado con algo que no es suyo, la están buscando pero yo no he dicho nada, yo solo quiero una parte de la pasta.

Pedro – Y tu porque la acusas a ella?

  • Pues por la descripción, rubia, cara puta no profesional, buenas curvas, culo garbancero, caderona, buenas tetas, piel canela.

  • Os vi llegar, y también vi que entrabais en el hotel, y pude veros a través del ventanal, por eso os he localizado. Quiero mi parte, hoy ya no pienso poner un pie en la calle, esos tipos están muy nerviosos, así que quiero una buena compensación, pues mejor que no trabaje por la zona en un tiempo.

Pedro – está bien, repartiremos en tres partes, no hay problema.

  • No. Quiero la mitad!, es justo, yo tengo la sartén por el mango, así que enséñame donde está el dinero y me das el 50% sin trucos, lo cojo y me voy.

Pedro – está bien lo coges pero te quedas hasta mañana con nosotros, no me fio de que termines cantando, además te lo vas a tener que ganar.

  • Vale maricón, pero me quedo si me dejas follar con la zorra, tengo ganas de desquitarme con una señorona.

Pedro - De acuerdo, tíratela, precisamente esta pagando por ponerme los cuernos con un compañerito de su trabajo, tener que entregarse a una mujer con polla será un castigo ideal.

Yo que lo estaba escuchando todo desde el baño, me sentí como una puta cualquiera, y salí del baño y le dije al travesti que no pensaba follar con un mariconazo.

Pedro cogió el dinero y le soltó mil euros y le dijo: esa es tu parte, si quieres otros mil harás lo que te mande

La tipa sonrió y exclamo… ¡viciosos!

¿Que queréis de mi?

Pedro – follatela, señalándome. No es más que una puta.

-Pero… no te importa que la obligue?

  • Hazlo. Es lo que mas le gusta. Por la fuerza

La tipa con polla se acerco y me engancho por el pelo, me empujo hacia el suelo y me obligo a arrodillarme, extrajo su polla ahora flácida y me la puso frente a mi cara, me cogió de las muñecas con fuerza y me las puso detrás de la nuca, luego me empujo de la coronilla y me metió la polla en la boca, estaba fría y flácida, y sabia agria pero pronto empezó a crecer y crecer hasta que apenas podía abarcar el prepucio con mi boca mientras Pedro se la meneaba tumbado en la cama.

La tipa se soltó un zapato y empezó a hurgarme el coño con los dedos del pie, hasta que lo introdujo todo lo que pudo.

Yo seguía chupando con la mandíbula a punto de desencajarse, y doña salchichón al ver que Pedro estaba a punto de correrse le dijo que se vaciase en mi cara, lo cual hizo con gusto, se puso delante de mí y me soltó toda la lechada en la geta. El mazorca aprovecho que Pedro estaba a su lado para al descuido introducirle un par de dedos en el culo mientras se corría con fuertes espasmos.

Pedro ya corrido, le dijo que el único culo del que se tenía que ocupar era del mío y entre ambos me pusieron a cuatro paras sobre un sillón y el mariconazo me ensarto como una aceituna mientras me decía que era una perra y que le gustaba follar con señoronas como yo.

Pedro, para marcar el ritmo, se quito el cinturón y comenzó a azotarle en el culo para que me penetrase con profundidad y violencia.

Termine la noche con el culo roto y bañada en lechigadas, pero contenta de haberme sentido una puta de polígono y haber conseguido un buen botín castigando así a los puteros abusones, seres machistas brabucones y cobardes que se aprovechan de las chicas que ejercen en la carretera.

El trans, resulto ser una buena tipa, que cuando vio que éramos de fiar se abrió a contarnos su vida.

Se llama Carla, es de Brasil, una belleza carioca llena de curvas y preciosa de cara, con unos ojos negros y brillantes que podrían seducir a cualquier hombre.

Nos hablo de un club muy especial solo para parejas, pero donde van hombres a los que les gusta la discreción y son seleccionados por su nivel socioeconómico, estos solo practican el glory hole de forma que tienen relaciones sin ser vistos, pero la sala es de cristal espejo, ósea ellos ven pero tu no.

Ya os contare la próxima aventura, creo que puede ser muy divertido.