Alejandra 1 Como empezó todo

Me deposita en la acera , me alarga una tarjeta en blanco, Si estás lista, llámame.

A mis catorce añitos no soportaba la calentura; en mi alrededor el mundo ardía en un fluír que sentía en mi anito como un calor que deseaba fuera llenado por la verga de un hombre.

Una noche calurosa de verano, cerca de la medianoche, era tanta la calentura que me escapé de casa y me enfilé caminando al centro de la ciudad, buscando aventura, alguien que me levante y me baje lo caliente.

No habían pasado ni diez minutos y un auto se me empareja, un hombre baja la ventanilla y me pregunta

  • ¿a dónde vas jovencito?

  • no sé respondo, solo salí a caminar, hace mucho calor y no sé

respondo confundido, con la respiración agitada por la emoción de hablar con un hombre, despúes de medianoche, solos y en la calle.

-¿qué buscas?

Pregunta experto y listo para enredarme.

-la verdad siento algo que solo un hombre puede bajarme.

-¿calentura?

-ssiii.

respondo avergonzado, bueno,

-¿cuántos añitos tienes?

-pues catorce

respondo ruborizado, detalle que el experto depredador no deja escapar

-dime con sinceridad, ¿eres virgen?

es decir aún no te han hecho nada, digo.

no te han metido una verga en tu culito.

?.

Se notaba ansioso esperando mi respuesta

-no y me gustaría

-¡Vamos, sube!

me ordena imperioso y dominante

-Yo te daré lo que buscas en el motel que está más abajo.

Obedezco y subo al auto, fresco por su aire acondicionado y huele a nuevo.

Me abre la puerta del auto y toma mi mano para llevarme al cuarto, cierra la puerta y me atrae a su cuerpo que despide un delicioso aroma que me enloquece.

Lo abrazo fuertemente, busca mi boca y me besa con pasión, me despoja de la ropa, desnudo, tiemblo ante su presencia, se desnuda y admiro con rubor, un hermoso garrote, palpitante, venoso, cabezón, la promesa de satisfacción a todas las calenturas sufridas en mi soledad e inexperiencia.

Me arrodillo y ansioso lo meto en mi boca, lo succiono y chupo, lamo sus huevos, por largo rato juego con esa hermosa verga.

me toma en sus brazos y con facilidad me levanta para depositarme en la cama boca arriba, busca besándome el pecho, vientre y bajo vientre, mi muy hinchado pito, cabezón de la calentura y me mama, me besa mis huevos con deleite.

Me voltea boca abajo y me pone en cuatro patas, tantea mis nalgas, besa mi culo y lo llena de saliva, comienzo a sentir un pedazo duro y caliente de carne que se atora en la entrada de mi ano, resbala un poco a mis entrañas y empuja con violencia.

-¡¡¡¡ayyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!

grito al ser desflorada, el primer hombre en mi vida, en mi intimidad, el primero que se lleva mi florecita

-No temas mi reyna, pasará pronto

Me dice y termina de empujar con violencia, desmayada por el dolor, partida en dos, desfallezco sobre el colchón, sollozo y comienza a besarme suavemente, siento el golpe tibio y duro de sus pelotas en mis nalgas, mi ano duele y palpita.

comienza a meter y sacar su dura verga de mi culito, mis gritos y sollozos lo excitan más, hasta que en otro grito, pero no es de mi garganta, se viene en mí, siento las leves contracciones de su verga y una tibieza de la leche que abundante comienza a humedecer mi entrepierna al salir de mi ano.

Saca su aún endurecido pene en un plop y más leche sale de mi orificio, mi verga está semierecta, se me bajó de la excitación inicial por el dolor de la violación.

La toma ansioso con su boca y me la mama hasta hacerme olvidar el dolor por lo rico de la mamada y bien parado mi palo, me pide que se lo meta en su ano.

Obediente lo hago y una sensación deliciosa corre por todo mi cuerpo al deslizarme en su caliente y cremoso culo, bombeo inexperto , fuera de control y me vengo rápidamente expulsando chorros de leche interminables.

Mi culo duele y palpita de dolor, pero me abrazo a él con ternura y pasión, lo lleno de besos en sus labios, mejillas, cuello y orejas.

Complacido y astuto me pregunta ¿cuáles son tus planes?.

Respondo muy segura de mí misma: instalarme por mi cuenta, dejar mi hogar, deseo vivir mi propia vida y transformarme en una linda mujer.

Me deposita en la acera , me alarga una tarjeta en blanco con un solo numero telefónico garabateado en él.

Si estás lista, llámame (amo que se dirija a mí con el pronombre femenino), adiós y se pierde en la calzada.