Ale y sus amigas (4)

Luego de varios meses y rechazos me fui enamorando de Ana, y cuando habia perdido la esperanza...

Alee y sus amigas 4

Luego de pasado el susto de un posible embarazo de Eva, continuamos las clases de baile, pues algunas amigas y compañeras del colegio fueron arribando a los gloriosos 15 y por tanto hubo continuas fiestas de quinceaños, sin embargo a pesar de que continuaban repegándose para sentir la dureza de mi pija, eran ellas y solo ellas las que tenían el control, pues cuando yo intentaba algo de inmediato con algún pretexto daban por terminada la sesión de baile. Así al principio me encabronaba, pero conforme fue repitiéndose la misma rutina entendí que solo buscaban divertirse conmigo y ya no pretendían repetir esa maravillosa noche, además me hice novio de una chica que por diversas causas solo veía durante el día, eso si con grandiosos encuentros sexuales que me permitieron dar salida a las calenturas que me provocaban Ale y sus amigas.

Además Ale se enamoro e hizo novia de un amigo mío (que recién había cumplido 17 años) el cual sospecho la desvigo pues un día llegue a mi casa y aunque estaban en la sala los ví agitados, rubicundos y nerviosos, y percibí un ligero aroma a sexo. Y ella ya no buscaba ponerme cachondo.

Así casi 8 meses después de aquella gloriosa e inolvidable noche, y varios rechazos de su parte, Ana me entrego su virgo, cuando yo había perdido cualquier esperanza.

¿Como ocurrió?

Hace una semana estando solo en mi casa, pues mi madre y Ale habían salido a hacer diversas compras y a visitar a una tía, y por eso no regresarían si no casi al anochecer, tocaron a mi puerta, abrí y era Ana -que venia vestida de blusa y falda, las que resaltaban sus lindas piernas y pechitos-, y que antes de que yo dijera nada, dijo:

Quiero hablar contigo Mario.

La deje entrar, cerré la puerta y le señale el sillón para que se sentara. ¿De que quieres hablar Ana?- le pregunte mirando sus lindas piernas.

Quería...-me dijo tímidamente- si me podrías hacer lo mismo que aquella vez, es que me gusto mucho, y también quisiera saber si me dejas chupártela de nuevo- poniéndose totalmente roja de pena.

Azorado, por semejante propuesta que no esperaba, aunque tartamudee respondí: ¡SI, CLARO! Por supuesto que no iba a rechazar una propuesta de tal tipo, además la sola petición erecto mi pija. No importaba que solo quisiera sexo oral, ni siquiera pensé en la posibilidad de que desease o me permitiese que la penetrase, me bastaba eso.

Vamos a mi recamara, eh, no vaya a llegar alguien.

No creo, Ale nos dijo que saldría con tu mamá todo el día, y tu papá llega hasta pasado mañana.

Respire profundo, y aunque en ese momento no pensé nada, hoy pienso o se que estuvo esperando el momento para entregarse a mi sin testigos, ni siquiera sus amigas.

Es verdad, pero estaremos más cómodos allá. ¿Si? –Dije

Esta bien, Mario- dijo mientras se levantaba mirándome sonrojada.

Entramos a mi recamara y la comencé a besar. Ella acariciaba mi entrepierna por lo que mi pija empezó a responder a sus caricias. Mis manos buscaron sus pezones que acompañadas por mi boca empezaron a hacerlos pararse y ponerse duros al contacto de mis labios húmedos y la yema de mis dedos índice y pulgar que suavemente los acariciaban e iban de un seno a otro.

Con cierto nerviosismo me quitó el short y el bóxer y liberó mi pija. Miro mi pija y vio que ya estaba como estaca. De pronto me detuvo y dijo con voz cachonda: acuéstate, quiero lechita.

Sabes que hacer si la quieres, dije al tiempo que me recostaba en la cama y ella apoyándose en sus codos jugueteaba nerviosa con mi pija. Se tomo unos segundos y le dio beso un tímido primero lo que me hizo dar una pequeña convulsión de placer, ella se dio cuenta de esto y lo repitió. Poco a poco tomo confianza y lo pesaba y metía en tu boca. Yo me dedique a disfrutar la sensación de sus labios alrededor de mi pija, de sus dedos en mis testículos y trasero al tiempo que me mamaba.

¿Voy bien Mario? - me pregunto alzando su linda carita y mirándome a los ojos.

Aja... respondí guturalmente.

Como si fuera una orden siguió su maravillosa labor. Ella chupaba y pasaba su lengüita por mi glande.

¡Si Ana, sí!

Aunque me estaba llevando al cielo detuve su rica mamada, la levante y acerque mi boca a sus labios abriéndolos lentamente con mi lengua y metiéndola para saborear aquella lengua que ya había lamido mi pija, saborearla indirectamente yo también. Ella se sonrojó bastante por ello tras retirar mi lengua de su boca le dije: no tienes que apenarte Ana.

No, es que me acorde de cuando me chupaste aquí abajo- dijo señalando su coñito aun virgen - y creo que se mojaron mis bragas.

Eso es normal Ana, le dije mientras tomaba su mano y lamía los dedos humedecidos por su néctar.

Ella reinicio su labor y mirándome a los ojos siguió. Cuando sentí que estaba acabando le pregunte: ¿Estas lista para probar mi leche?

Si. Y agrego: ¿me la puedo tragar Mario?

Si, dije preparando mi venida. Tómala. Claramente sentí en el empujón que le di que mi glande toco su garganta al tiempo que le lanzaba el primer chorro de leche y luego otros que ni tarda ni perezosa se dedico a saborear y seguir tragando como si se tratara de dulce liquido. Emití un sonido gutural al tiempo que llenaba su boca con mi calida leche. Ana la trago toda y luego chupo dejándola reluciente.

Esta rica tu lechita. Quiero que me la metas –dijo riendo nerviosa- trátame bien ¿Si?

No necesitas pedirlo –dije dándole un beso en la boca- ¿te he tratado mal alguna vez?

No, pero, me da cosa.

Yo te voy a dar una cosa – le dije al tiempo que enarbolaba mi pija.

Me recosté apenas sobre ella apoyando mis manos a sus lados y quedé justo encima suyo de tal manera que mi pija tocaba su mojadísimo coño.

Que rico Mario. Me vuelves loca con eso, dijo lanzando una mirada hacia mi pija

Tomándola la enarbole (mi pija) y le pregunte ¿esto?

Ante eso ella rió mientas me acariciaba y yo le dejaba sentirme friccionándome contra ella. Le hice recostarse y abriese las piernas, comencé a ponerle la puntita de mi pija en su vagina y a meterle un poco.

Me duele - dijo. Por eso decidí que debía hacer que se lubricase más. Ahora yo debía chupar su sexo, buscar su clítoris y hacer que se viniese para que mi pija entrase con el menor dolor posible y hacerla gozar.

Lleve mi lengua a su coñito pasándola varias veces por encima ensalivarle bien, luego metí mi lengua entre sus pliegues buscando su botoncito. Ella mueve su pubis para ir al encuentro de mi lengua. Sus fluidos se hacen presentes. Yo los disfruto, los chupo con disfrutando de su sabor, es un dulce sabor que me pone mas cachondo. Seguí mi labor hasta que creí que su conchita estaba totalmente lubricada volví a intentar penetrarla.

Me duele - dijo

Al parecer era mas estrecha que Eva o Lucy, pero yo sabia que ya estaba lubricada, así que le dije: solo un poco al principio y ya verás como te gusta.

Volví a empujar mi pelvis para que mi pija penetrase. Así lo hice tres veces, penetraba un poco y loa sacaba, sentía que mi pija iba hasta cierto punto y se "atoraba" cada vez que intentaba penetrar más, y ella intentaba separar su cuerpo.

Por eso le dije relájate por favor. Y aunque no pensaba dejarla salir virgen de mi casa, le dije: ¿o quieres arrepentirte e irte a tu casa?

Ella movió negativamente la cabeza y aflojo el cuerpo. En ese momento sentí como mi pija avanzaba, atravesaba y rompía su virgo Por la expresión de su cara sé que le dolió pero la mueca de dolor pronto seria cambiada por otra de placer. Por lo pronto detuve mi avance para darle tiempo se acostumbrase a mi afortunada pija. Luego de unos segundos inicie mis embates.

Volvió a repetir que le dolía, por eso le pregunte: ¿Quieres que te la saque?

¡No!, Sigue suavecito, dijo entre jadeos - ¡Sigue! ya esta pasando el dolor, me gusta.

Obedeciéndole, y en espera de que se acostumbrara volví a detener el mete saca y sin extraer mi pija de su calida y aun apretada vagina la empecé a besar. Después de unos instantes ella misma reinició el mete saca al tratar de que mi pija llegase a sus mas ignotas profundidades. Eso fue una orden para mí y seguí sus mudas instrucciones. Al comienzo Ana tenía las piernas bien abiertas lo que permitió que mi pija entrase con facilidad; enseguida le dije que las cerrase lo que hizo que mi pija quedase apretada en su conducto. Su conchita tenía mi pija bien sujeta. Eso hacía que ambos gozáramos ambos.

Su coñito se había acostumbrado a mi pija y ya no le dolía sino que le daba placer. Ana comenzó a jadear más y comenzó a dar estertores espasmódicos al tiempo que gritaba

¡Dame más Mario! Y es probable que los vecinos se hayan dado cuenta.

Ella estaba tan extasiada y volvió a gemir ahora más profundamente, y pude sentir en mi pija el calorcito de sus juguitos.

Seguí con el rico mete saca. Mis manos jugueteaban con sus tetas.

Jadeaba, gemía y decía - ¡dámela toda! ¡Que rico!

En ese momento supe que se venía y yo apure el ritmo. Mi pija comenzó a temblar y una gran cantidad de caliente semen inundo el coñito de Ana. Nuestros cuerpos quedaron unidos. Luego de un par de minutos saque mi pija de su coñito del que escurría un hilito de sangre mezclado con mi semen.

¿Qué tal? ¿Te gusto Ana? - le pregunté.

Me encanto - me respondió – tendremos que repetirlo.

Yo encantado de hacerlo cuando tu quieras

No se –dijo – no entiendo.

¿Qué?- sus palabras me intrigaron- ¿Qué no entiendes?

¿Por qué no lo había hecho antes?

No sé, pero recuerda como me ponian ustedes cuando bailabamos, y luego me rechazaban, dije

Ya te contare dijo.

Pero ahora yo encantado de hacerlo cuando tu quieras

Ven Mario. Abrázame. Y agrego: Me encanto, me arde mi cosita pero encanto.

A mi más, dije

¿Te das cuenta que me has desvirgado? preguntó

Si, gracias por tu regalo- le dije.

Y aunque no use protección estoy dispuesto a lo que sea pues me he enamorado de ella y ya rompí con mi novia para hacer frente a lo que venga. Aunque ella me dijo que como su regla habia pasado estaba en los dias infértiles y que no me preocupara. Pero yo ansio repetirlo sin ningun problema, pero ya veremos.