Aldo y c. alee
Mi tercer experiencia familiar pero su primera vez, no estuvo nada mal para ser primerizo.
Ese día cumplía años y se hizo una pequeña reunión familiar en mi casa. Después de cenar y brindar mi primo Aldo que contaba con 15(ahora tiene 17), y que estaba enojado con mi hermano y mis primos (había peleado con ellos, por no se qué), se acerco y me pidió platicar.
Lo invite ir a la sala, una vez ahí le pregunte: ¿de qué quieres platicar, tienes algún problema? Para darle confianza tome su mano que sentí temblorosa, dime inquirí:
Mejor vamos a donde no nos oigan, dijo. Aunque ahí era poco probable que alguien lo hiciera, fuimos a la biblioteca donde nadie nos molestaría. Empezó preguntándome cómo me iba en la escuela, le deje continuar para que se diera valor y me dijera el porque de su petición, hasta que sacó el tema de los novios. Seguía su platica dándole mis opiniones. Tienes novio, pregunto. Ahora no, respondí. ¿Por qué?
Por nada en especial, contesto, es que me gusta una chica de la escuela, y no se como pedirle sea mi novia, sé que ha tenido varios novios y no quiero parecer novato. Además sé que con ellos ha hecho el amor, y yo soy inexperto. Continúo diciendo otras cosas hasta que se atrevió a preguntarme: ¿eres virgen?
Su pregunta no me asusto pero me dejo azorada, ya que no la esperaba. Eso no pregunta, ¿para qué quieres saber?.
Es que si no eres quería pedirte un favor.
¿Cuál? Respondí. Se puso rojo, por lo que le volvía a preguntar.
¡Es que tal vez te enojes!
No tengo porque, le respondí, tal vez solo te diga que no. Además los primos, deben ayudarse. En ese momento casi me pude imaginar lo que quería.
Si no aceptas, promete que no se lo cuentas a mi mamá ni a mi tía.
Si eso deseas, no lo diré a nadie. Anda dime.
Entonces eres o no virgen, de eso depende mi petición.
Cavilé un poco y respondí. La verdad, no, hace meses que deje de serlo. ¿Porque?
Cabizbajo y con la voz entrecortada dijo: ¿me enseñarías como se hace el amor?
¿Porque me pides eso? Además casi eres un niño.
Eso no es cierto, respondió casi a gritos. Y con la mano sobre su entrepierna dijo: Mi pene es grande y ya lanza semen. Además, el dicho dice que a la prima se le arrima. Y hoy es la oportunidad, los primos están haciendo planes para ir a otra fiesta y no estoy invitado. Y nuestros padres y tíos seguirán en la plática y las copas hasta la madrugada.
En honor a la verdad, debo decir que me pareció maravillosa la idea, pero también me hizo temer que mi hermano o mi primo Edgar anduvieran contando lo que hicimos.
Aunque trémulo, aprovecho ese momento para acercarse mas a mí y tocar mi pecho, mientras buscaba mi boca para besarla. Yo en lugar de hacerlo un lado, olvidando mis temores, recibí su beso abriendo mi boca para buscar su lengua.
Él desabotono mi blusa y luego mi brasier, para tomar desesperado mis pechos, dándoles suaves besos y mordiscos a los pezones. No me pareció nada inexperto. Le deje hacer, cada vez mas excitada. Intento tocar mi osito, pero su mano no logro llegar, mis jeans se lo impidieron. Pero eso no le amilano pues comenzó a acariciar mis pechos, mientras su lengua luchaba contra la mía. Restregaba su bulto contra mi zona intima como tratando de atravesar mis jeans, sentí su aliento cada vez mas caliente. Intento quitarme los jeans sin lograrlo por lo que tuve que ayudarle. Me desprendí de ellos y le pedí que me despojara de mi tanga.
De rodillas, nervioso, comenzó a descubrir mis nalgas y mi osito. Quedo extasiado, por lo que empuje su cabeza contra mi osito esperando que usara su lengua en mi rajita. Pero no hizo nada, por ello metí un dedo en mi vagina y luego lo lleve a su boca, que chupo como desesperado.
Lo levante y me puse de rodillas para despojarlo de sus pantalones y poner mis manos su enhiesto pene, un poco más grande que el de mi hermano o el de Edgar, luego lo roce con mis labios, por lo que se estremeció como si sorpresivamente recibiera una descarga eléctrica, y lo iba a introducir en mi boca pero sentí que se corría y temí que terminara antes de empezar, por ello le pedí que nos recostáramos en el sofá que ahí hay. Guié su verga a mi agujerito y empuje mi pelvis para que la insertara. Aunque inexperto también hizo lo suyo, penetrando en mi húmeda y cálida vagina. Me gusta, dijo, y como esperando una orden permaneció quieto y luego fue dando movimientos muy lentos metiendo y sacando su pene, sentí que el gozaba, al tiempo que me besaba apasionadamente.
Yo lo asía de las nalgas para sentir mas sus embates, disfrutando cada uno de ellos. Al chocar nuestras pelvis sus testículos me tocaban y sentía que mis jugos y jadeos anunciaban un orgasmo.
El recibió anonadado mis contracciones, luego le pedí que retirara su pene y lo pusiera en mi boca para chuparnos mutuamente. Primero torpemente y luego con movimientos lentos masajeaba mis labios mayores y mi clítoris que por fin encontró, dándome un gran placer.
Su miembro latía y casi parecía que explotaba al tiempo que casi se ahogaba al recibir mis jugos en su garganta, no obstante los saboreo y pasando su lengua por toda mi rajita.
Cuando sintió que se venía, saco su pene de mi boca y volvió a penetrarme ahora con movimientos más rápidos, entonces tuve otro orgasmo. Él quiso sacar su verga, pero estaba atado por mis piernas que le apretaban sin querer soltarle, por lo me llena de su ardiente semen. El orgasmo me permitió sentir como se movía mi vagina, como apretaba y soltaba en forma espasmódica su pene, al tiempo que el se pegaba mas a mí. Al parecer agotado, luego de semejante corrida se quedo quieto con su cabeza sobre mi pecho.
Luego de varios minutos, asustado, reacciono y me pregunto si tomaba anticonceptivos, le responda que si, que luego de la angustia que sufrí mi primera vez, los tomaba aunque no tuviera relaciones para sí se presentaba la ocasión lo haría sin preocupación alguna. Me dijo que nunca había gozado tanto, que en verdad se sentía rico, tal y como le habían contado sus amigos.
Salimos de la Biblioteca rumbo a la sala. Nuestros padres seguían departiendo y mi hermano y primos ya se habían ido. Por ello me fui a mí recamara, y Aldo se fue a la de mi hermano, ya no teníamos fuerzas para nada mas, dormí como nunca. A la mañana siguiente cuando me levante mis tíos y primos se habían ido.
Esta experiencia me dio la loca idea que buscar adolescentes para ayudarles en su primera vez, no se si lo haga pero ...