Alcohol, sexo y Champions...en casa de mis suegros

La Décima copa de Europa, el alcohol, la oscuridad... La noche que cambió mi vida.

Sábado 24 de Mayo del 2014, Estadio Da Luz de Lisboa, Sergio Ramos vuela sobre el cielo de la capital lusa y empata la final de la Champions League en el último minuto. Un orgasmo futbolístico sacude mi cuerpo y estalla la locura en la peña en la que me encuentro viendo el partido, abarrotada como nunca.

Una semana después, día 31 de Mayo me he animado a narrar, tras mucho reflexionar y quizás tratando de buscar una explicación, lo que aconteció aquella noche. Allá voy.

Todo comenzó con el ya histórico gol del central sevillano que nos dejaba en bandeja la ansiada decima copa de Europa, obsesión del madridismo desde hace doce años. De la decepción total a la euforia incontrolable. De las manos en la cabeza a las manos al cielo clamando por un vodka-Red Bull. El cuarto o quinto cubata de la noche. Bebo a la velocidad de la luz y no lo he acabado cuando el rayo gales Gareth Bale marca el gol del triunfo en la segunda parte de la prologa. Bebo lo que me queda de trago y pido otro. Casi no he empezado a beberlo cuando llega el 3-1 y la fiesta es total. Y seguido el 4-1 de Ronaldo y no sé cómo me veo con una copa en cada mano que por supuesto tengo que ingerir. Alado mío mi novia con su camiseta del majestuoso Xabi Alonso. Solo recuerdo como la gritaba en el oído:

—¡¡¡¡¡TE VOY A REVENTAR!!!!! ¡¡¡¡¡TE VOY A ECHAR UN POLVO POR CADA GOL!!!!! ¡¡¡¡Y OTRO POR CADA COPA DE EUROPA!!!!

Nada menos que 14 la pretendía echar.

La noche siguió entre copas y copas. Incluso algún chupito de absenta. Mortal. Si hubiera hecho un test de alcoholemia, hubiera reventado la máquina así que disculpadme las lagunas mentales que tengo de aquella noche y las ausencias de referencias temporales porque dado mi estado, perdí la noción del tiempo.

Seguimos de fiesta y no se en que momento decidimos irnos para casa de mi novia. Yo repitiéndola continuamente la frase anterior. No recuerdo el camino exactamente pero si tengo imágenes en mi memoria de los dos subiendo en el ascensor y yo azotándola el culo y levantando su camiseta para morderle las tetas. Entramos en el piso y yo ya con la polla dura, me arranco la camiseta y la tiro no sé dónde. No sé si metimos mucho ruido pero tal y como veníamos seguramente si. Mi novia avanza a oscuras por el pasillo y se pierde entre la oscuridad.

Necesito ir a mear y busco un baño torpemente arrastrándome por las paredes hasta que lo encuentro. Salgo dispuesto a cumplir mi promesa y reventarle el coño a mi novia. Camino recto y abro la primera puerta que me encuentro. Veo entre penumbras una cama y un bulto dentro.

—¡Prepárate golfa aquí está tu polla!

Dejo mis pantalones por el suelo y tiro mis calzoncillos al aire. Avanzó hasta el cabecero de la cama y agarro una cabeza de melena rizaba. Directamente le suelto un pollazo en la cara. Le doy otro más y le ordeno que me la chupe.

—Venga zorra come que luego te voy a destrozar el coño.

Acierto en la oscuridad a metérsela en la boca, agarro esa cabeza con ambas manos y comienzo a follarle la garganta. No sé el tiempo que llevo allí. Escuchó una mano masturbar un coño. Ese sonido es inconfundible. Lo hace a toda velocidad mientras sigo follando esa boca y tengo los huevos llenos de babas. De pronto escucho un ronquido y me ilumino durante unos instantes.

¿Dónde coño estoy? ¿Por qué estoy agarrando una cabeza de pelo rizado si mi novia tiene el pelo liso? ¿¿Dónde coño estoy y que coño está pasando??

Salgo disparado, corro por el pasillo  y acabo en la cocina. Abro el grifo y me echo agua en la cara. Intento secarme el miembro con un trapo. ¿Acabo de darle de comer polla a mi suegra? Vale, tiene 46 años y la tía se conserva muy bien, pero joder, es mi suegra. En su cama. Con mi suegro alado. Joder… Y mi novia aparece por la puerta totalmente vestida, no se ha quitado ni las zapatillas y yo allí en bolas con el rabo tieso como un mástil.

—Vamos joder ¿no me vas a follar como una perra?

Se agacha y comienza a comérmela. Ni siquiera la había terminado de limpiar, se está llevando toda la saliva de su propia madre. Trato de no pensar en ello porque me estoy volviendo loco.

—Esto si es una boquita nena.

Me come la polla como si le iría la vida en ello, como una autentica leona. La vuelvo a tener empapada. Tampoco se decir cuánto duro aquella mamada. La levantó y la pongo contra la encimera y le tiro de los pantalones hacia abajo. Destrozo su tanga y la clavo de un solo golpe. Agarro su pelo, esta vez sí, liso y comienzo a follarla salvajemente. Mi novia eleva los decibelios y gime como una loca. Pide más y más de todo. Más polla. Más fuerte. Más rápido.

La saco y la meto de golpe hasta las entrañas.

—¡Esta por la séptima de Mijatovic! —Repito la acción— ¡Y el gol de Raul a Cañizares, toma polla perra! ¡Y esta…por la novena de Zidane!

Mi novia se corre y le tiemblan las piernas. Se desmorona sobre la encimera, la tengo que sujetar del pelo mientras grita despertando a todo el barrio y yo la taladro sin piedad al grito de “¡Y esta por La Décima, La Décima!”

Destrozados y todavía con el alcohol en sangre deambulamos hasta la habitación como podemos y caemos rendidos en la cama. Mi novia se duerme al instante pero yo no. Un nuevo momento de inspiración me llega: Mis pantalones y mis calzoncillos están en otra habitación: La de mis suegros. Tengo que volver allí.

Salgo al pasillo y busco la habitación del pecado. Entro a oscuras en ella. Veo un bulto estirado en la cama y escucho leves gemidos. ¿¡Mi suegra aún sigue masturbándose!? Me acerco a la cama y palpo sus piernas desnudas. Aún conservo media erección, ni siquiera me he podido correr y sigo excitado a tope. Mi mente se queda en blanco. ¿Qué hago?..... Es La Décima, 12 años esperando esta noche. La voy a terminar a lo grande.

Me subo a la cama de rodillas entre las dos piernas abiertas. Las recorro con las manos hasta llegar al mojado coño de mi suegra. Aparto su mano y dirijo mi polla hacia él. Mi capullo mojado con los fluidos de su hija entra en contacto con los de su madre y la penetro de una vez. Su coño se abre ante mi entrada y sus piernas se acomodan a mi cuerpo. Me dejo caer sobre ella y me abraza con brazos y piernas.

—Ahhhhh…—Gime— ahhh follame…

Meneo mi cadera bajo la prisión que forman sus piernas. Pellizco sus tetas y beso su cuello mientras me suspira en el oído.

—Toma polla puta. Eres más puta que tu propia hija, toma polla toma— Susurro en su oído mientras no para de repetirme que la folle.

Nos corremos casi al unísono. Tengo que besarla y meterle la lengua en su boca para tapar sus gritos. Es incapaz de controlar sus brazos y piernas que me golpean involuntariamente por todo el cuerpo. Yo descargo toda mi leche en su interior. Mi corrida es brutal. El coño de mi suegra esta ahora lleno de mezclas de sus fluidos con su saliva, la de su hija, los fluidos de su hija y mi semen blanquecino.

Con ambos orgasmos, sus brazos y piernas que me sujetan se abren y me devuelven la libertad para salir de ella. Recobro la lucidez: Acabo de follarme a mi suegra con su marido alado y mi novia en algún lugar de la casa. No sé muy bien si ella ha sido plenamente consciente, si ella medio dormida me ha confundido con su marido o si estando sonámbula la he violado.

Recojo mis pantalones y calzoncillos y salgo corriendo de la habitación. Mi novia duerme en la suya plácidamente. Me acuesto junto a ella y veo pasar las horas del reloj sin poder dormir. Cuando logro conciliar el sueño los gemidos de mis suegros follando en la otra habitación me despiertan.

De esto hace poco más de una semana. Esa mañana salí fugazmente de casa y no he vuelto a pasarme por allí. He tratado de esquivar a mi novia alegando que tengo que estudiar para los exámenes pero no puedo hacerlo las 24 horas al día. Cuando coincido con ella su madre me viene a la mente y tengo que acostarme con ella pensando en mi suegra. No sé qué hacer ni que plantearme con ellas. Lo único que tengo claro y puedo decir sin ningún temor a nada es… ¡Hala Madrid!


Querido lector, esto relato no es completamente fiel a la realidad. Jamás de los jamases se me ocurriría…. Celebrar un gol del Madrid ;)