Alcalá de Henares

Conozco a Carmen gracias a una amiga en común, se crea una relación a distancia, al principio ella se muestra muy tímida pero al final me regala su virginidad anal en un viaje que siempre recordaré.

Conozco a Carmen

Llevaba ya un tiempo en una relación a distancia con ella, yo viviendo en Barcelona y ella en Madrid. Nos conocimos a través de una amiga en común, que trabajó con ambos. Yo me fui de la empresa en octubre de 2013 a vivir a Barcelona, y un par de meses después entró Carmen en la misma empresa, en la que trabajó por 4 años hasta 2017, después de los cuales, se muda a Madrid.

Aun cuando me fui de la empresa, mantuve el contacto con nuestra amiga en común, Luisa, ya que siempre nos la llevamos bien. Luisa me conocía bien pues trabajamos juntos en el mismo departamento por 2 años, una persona muy lista y espabilada que generalmente su intuición no fallaba.

En más de una ocasión, hablando de temas varios, me había comentado que era una lástima que yo no hubiera podido coincidir y conocer a Carmen, porque seguramente congeniaríamos bien por nuestras personalidades y que nos veía como buena pareja. Había visto alguna foto en el IG de Luisa de como era Carmen y la verdad es que muy bonita la muchacha.

Ya que Luisa me lo comentó más de un par de veces (que veía a Carmen como buena pareja para mi), siempre me quedó eso en la cabeza. Por la misma Luisa, fue que me enteré que Carmen se había ido a vivir a Madrid.

En junio de 2018, fui a Madrid a un evento, como este duraba solo un día, tenía otros 2 libres para recorrer la ciudad. Solo había estado una vez en 2010 en invierno en Madrid, recordaba poco, no me gusta mucho el frío así que salí poco esos 3 días que fui. Por alguna razón, mi cerebro me recordó que Carmen vivía en Madrid antes de ir para allá y le escribí a Luisa para que me la presentara.

Luisa, muy buena amiga, me hizo la segunda de hablar con Carmen y decirle que yo iba por primera vez a Madrid y que necesitaba un guía, Carmen como sabía de boca de Luisa que yo había trabajado en esa misma empresa y la conexión con nuestra amiga en común, aceptó. Le escribí por WhatsApp unos días antes de ir y quedamos para vernos el domingo en la mañana. Yo viajaría el viernes, el sábado era todo el día el evento y el domingo lo tenía libre.

Nos vimos ese domingo, la reconocí en el acto, ya la había visto en varias fotos del Instagram de Luisa, Carmen bajita 1,54 mts, pelo negro liso largo, ojos color miel, piel morena, pocas tetas pero unas buenas curvas con unas nalgas que desde el primer momento soñé con tenerla en cuatro. Menor que yo por cuatro años.

Al ser de la misma ciudad que yo, haber trabajado en la misma empresa y tener a Luisa como amiga en común, nuestra conversación fue amena mientras recorríamos Madrid, me llevó a conocer los lugares típicos, la puerta de Alcalá, el parque del retiro. Fue muy ameno el día, y la verdad es que me había caído bien, muy simpática, algo tímida, pero se veía que era una buena muchacha. Me despedí de ella, ya que me tenía que devolver a Barcelona.

Mantengo el contacto con ella y nos volvemos a ver

Le escribí un par de días después, ya en Barcelona, para darle las gracias por haberme enseñado Madrid y comentarle que la había pasado muy ameno. Carmen, desde un primer momento se mostró muy receptiva y me respondía con varios mensajes, a veces de voz, nada que ver con los mensajes monosílabos que a veces uno encuentra en las personas.

Yo no estaba saliendo con nadie en ese momento, estaba trabajando bastante y me limitaba a ir al gimnasio por las tardes noches al salir de la oficina para drenar un poco, así que seguí hablando con Carmen por mensajes de WhatsApp en las noches, ella me comentaba su día a día. A veces se me ocurrían “juegos” con ella, tipo de adivinanzas y eso le divertía mucho. Tenía 30 años, pero me parecía a veces una niña tierna por como se comportaba y lo que me respondía.

Tenía poca experiencia sexual, nunca se había atrevido al sexo anal, no se le habían corrido en la boca, solo dos novios y cinco años seguidos sin que salió con alguien. Al conocerla mejor, no dudaba que era sincera, era muy tímida y se veía que tenía como una barrera, así que para llegar a hablar de cosas sexuales pasó un tiempo.

Sin embargo, empezamos a hablar todos los días, yo me la pasaba bien con ella, compartíamos muchas cosas del día a día, por lo que, en el puente del 12 de octubre, me fui a verla 3 días. Me alquilé un Airbnb cerca de donde ella vivía y me fui en autobús en la madrugada para amanecer allá. La verdad es un viaje que no recomiendo, no se puede dormir bien, son 7 horas de camino, para en Zaragoza.

Llegué muy cansado por lo que me fui a dormir un rato a la habitación que había alquilado. Al reponerme de energías quedamos en vernos y de ahí empezamos a ir a lugares a beber y hablar, ya nos conocíamos mucho porque hablábamos durante el día a día, así que nos divertíamos. Al salir de un bar cerca de algún punto del retiro nos dimos nuestros primeros besos en la calle, nos comimos la boca bastante, con ganas, era ya de noche y estábamos algo lejos de la zona donde ella vivía.

Teníamos que agarrar la línea circular del metro para ir a su casa, cuando llegábamos a las escaleras mecánicas, ella pasaba primero y quedaba a mi altura, de 1.54 metros y yo de 1.80 metros, aproveché para meterle mano mientras nos besábamos y agarrarle las nalgas, las toqué todo lo que pude, es su atributo físico que más me gustaba de ella, era la típica latina de curvas, lo que no tenía en tetas le sobraba en nalgas, cuando nos sentamos a esperar el metro la senté en mis piernas para que continuáramos.

Nos despedimos ya que me estaba quedando cerca de donde elle vivía y nos veríamos al día siguiente. Paseamos por la ciudad y ya en la noche le dije que quería llevarla a un hotel para que pudiéramos hacerlo, ella me dijo que no, que no estaba buscando sexo esporádico, yo no le insistí ante su respuesta tan rotunda, ya me había dado cuenta como era ella, su poca experiencia. Me regresé a Barcelona de nuevo en autobús, ya que había comprado un ida y vuelta.

Ella viene a visitarme a Barcelona y la tengo en mi cama finalmente

La verdad llegué algo decepcionado, ella sabía que yo iba a verla y lo que podía implicar. Intercambiamos algunos mensajes y mantuvimos el contacto, yo la verdad es que la veía a ella como alguien con quien tener algo serio pero la distancia era un problema, yo nunca había tenido una relación a distancia.

Desarrollamos una relación a distancia sin quererlo (o a lo mejor sí), y cuando eso pasa quieres ver a la otra persona, sin embargo, pasaron unos meses antes de que, aprovechando también un puente, ella vino a Barcelona a verme, yo le compré el pasaje, era entre semana, era un problema para cuadrar y vernos porque ella trabajaba en una tienda, por lo que casi siempre los fines de semana tenía turnos, en cambio yo con un trabajo de oficina, tenía libre era los fines. Por lo que aprovechamos la primera ocasión que pudimos para vernos.

Desde que nos vimos en el metro, nos caímos a besos, ya habíamos desarrollado una relación y los dos queríamos que sucediera. Nos fuimos a mi piso, y finalmente la tuve en mi cama. Venía con un vestido de veraniego ya que hacía buen tiempo, por lo que me tomé el tiempo para que nos pudiéramos caer a besos y meterle mano, hasta que la empecé a desnudar.

Ante mi quedaron un par de teticas pequeñas pero paraditas que no dudé en chupar un buen rato, traía una tanga que le paraba aún más las nalgas (yo a modo de broma siempre le decía que yo estaba enamorado de sus nalgas y que las extrañaba todos los días, cuando hablábamos por WhatsApp), le quité la tanga, ella me pidió que me pusiera un preservativo y la penetré, al ser de estatura pequeña era fácil maniobrar con ella, la penetraba con fuerza en misionero hasta que la puse arriba de mí, mientras rebotaba yo le agarraba las tetas. Le pedí que aún estando arriba de mí, se pusiera de espaldas a mí, por lo que tenía a la vista esas preciosas nalgas mientras ella cabalgaba.

Estuvimos un buen rato haciéndolo, hasta que para terminar la puse en cuatro patas, la alegría que sentía por dentro al ver esas curvas y esas nalgas finalmente para mí. La penetré sin dudarlo y agarrada a su cintura cada vez la embestía más duro, estuve un rato dándole con fuerza, había esperado ese momento meses, hasta que sentí que estaba tan excitado que ya no podía más y me derramé dentro de ella. No había estado nada mal para ser nuestra primera vez.

Sin embargo, me pasó algo que nunca me había pasado, el condón se rompió y obviamente la leche salió. Ella lo sintió y se asustó a pesar de que se cuidaba. Por lo que tuvimos que salir en la noche a la farmacia de turno para que ella se tomara la pastilla y se quedara tranquila.

Al día siguiente, ella ya estaba más calmada, pero le daba cosa volver a hacerlo. Yo amanecí con una buena erección y se lo hice saber, no me dejó penetrarla nuevamente, pero me hizo una mamada. Yo estaba acostado mientras ella se lo metía en la boca, una buena mamada. De repente, quise ver como lo hacía, por lo que me puse de pie en la cama y ella se puso de rodillas para continuar su trabajo oral, me gustaba verla, ver como mi polla aparecía y desaparecía en su pequeña boca mientras tenía los ojos cerrados.

Yo sentí que no iba a poder aguantar mucho tiempo más, por lo que le dije que quería terminar en su boca, ella me dijo que no, que nunca lo había hecho, que podía hacerlo en sus tetas si quería por lo que eso hice. Me limpié con una camiseta y descansé. Pasamos el día juntos y ella se fue a Madrid de vuelta.

Se atreve a ir más allá – Alcalá de Henares

Nuestra relación a distancia se hizo más fuerte, planeamos un par de viajes fuera de España juntos y visitamos un par de países, cuando nos veíamos era hacer el amor mañana y noche, pasear en el día y conocer los lugares, la verdad yo disfrutaba mucho de su compañía.

Poco a poco la convencía de acabarle en la boca cuando me lo mamaba, se atrevió a darle un intento, y en una de esas que la fui a visitar a Madrid (ya me quedaba en la habitación que ella alquilaba para vivir), después de hacerlo, le dije que ya no aguantaba más, la tomé de la cabeza, la llevé a mi polla que ya estaba por explotar, ella abrió la boca e hizo lo que yo le había pedido días antes por WhatsApp cuando ella había aceptado intentarlo. Me mostró su lengua antes de tragárselo completo.

En una de esas noches que yo la tenía a cuatro patas y la penetraba con fuerza, escuchamos unos ruidos en la pared de al lado, Carmen se río, y me comentó que la vecina de al lado, era una señora de edad que le parecía muy cotilla, y que seguramente se estaba dando un festín con lo que escuchaba a través de la pared. Fueron cuatro días de buen sexo, gemidos, azotes y mucha leche en su preciosa boquita.

Me llevé una sorpresa, porque al principio ella se mostró muy tímida, me costó acostarme con ella, aunado a su poca experiencia sexual, no pensé que podría convencerla a experimentar cosas nuevas, sin embargo, ya que el sexo lo disfrutábamos tanto, se fue animando de a poco, yo tampoco forzaba nada, le iba proponiendo hacer cosas nuevas y que ella aceptara si quisiera.

Yo lo que más quería desde que la conocí era penetrar a cuatro patas analmente, de vez en cuando se lo decía, pero ella me decía que no. Alguna vez hablando con ella del tema, me preguntó cuál era mi afán por penetrarla por el culo y mi respuesta la sorprendió. Le dije sinceramente que, si por alguna razón ella y yo nos separábamos, yo quería haber sido el primero en su vida en algo, por lo que me recordaría siempre. Me dijo que yo había sido el primero en correrme en su boca y la primera persona de la cual se había enamorado de verdad, por lo que me dijo que me dejaría penetrarla analmente la próxima vez que nos viéramos.

La fui a visitar a Madrid, y ahí me dio la sorpresa, de que había alquilado una habitación con un enorme jacuzzi en Alcalá de Henares, una ciudad que queda a las afueras de Madrid para el que nunca ha ido. Fue una grata sorpresa ver su iniciativa a hacer alguna actividad distinta.

Recorrimos la ciudad, pasamos por dónde Cervantes había tenido una casa, cenamos unas tapas y nos fuimos al hotel. La habitación tenía espejos por todos lados, el jacuzzi era enorme, cabían 5 personas como mínimo, teníamos desayuno incluido, tv, aire acondicionado, la verdad era de lujo.

Empezamos en el jacuzzi, siempre nos gustaba hacerlo en diferentes lugares, en alguno de los viajes habíamos tenido tina y ahí la habíamos pasado muy bien, por eso tuvo la idea de alquilarnos este tipo de habitación. Al estar en el agua y que el peso desaparece, es fácil mover a la otra persona en distintas posiciones mientras la penetras. Aparte que las burbujas y el calor del agua hacían agradable el sexo.

La cama era también enorme. Ahí le propuse filmarnos, cosa que ella nunca había hecho, le dije que lo íbamos a hacer con su teléfono y que lo borrara si quería, accedió. Buscamos un buen ángulo y pusimos a grabar el teléfono. El tener tantos espejos era divertido e intrigante vernos mientras nuestros cuerpos chocaban, la puse en varias posiciones, pero siempre intentando que nos viéramos bien en el teléfono, cuando la puse a cuatro patas, la puse frente a la pantalla para que ella pudiera después ver su cara mientras era penetrada. Lo único que no salió bien en el video, fue la mamada ya que su pelo caía cubría su cara. Cuando terminamos, vimos el video, y parecíamos unos actores porno, se me paró inmediatamente por lo que quise repetir.

Esta vez le dije que quería penetrarla analmente y me dijo que le parecía bien, ella había traído una crema para que me pusiera en la polla. No quería hacerle daño, quería que lo disfrutara por lo que la preparé metiéndole un dedo primero para que su ano se dilatara, cuando se acostumbró le metí un segundo dedo y masturbé un rato, saqué los dos dedos y había algo de sangre, pero ella no sentía dolor porque se lo pregunté.

Finalmente iba a poder cumplir mi sueño, y es que ese culo quería que fuera mío desde esa vez que la conocí por primera vez, la penetré a cuatro patas suavemente y aumenté el ritmo progresivamente, me gusta cómo se siente el penetrar un ano de mujer, después la puse a ella acostada, le subí ambas piernas a mis hombros, y así la volví a penetrar analmente. Me había hecho muchas pajas pensando en como sería tener sexo anal con semejantes nalgas para no disfrutar ahora el momento. Le di un buen rato a ese culo y ella pareció disfrutarlo, hasta que acabé fuera.

Fue un buen viaje, la disfruté mucho a ella, su compañía, nos habíamos enamorado el uno del otro, a pesar de que yo nunca se lo dije, ella si me lo dijo. Pero le di todo lo que pude a la distancia. No me arrepiento de nada, sin embargo, al final la distancia pudo conmigo y me terminé cansado de sentir tanto por ella y que no se viniera a vivir conmigo en Barcelona. Varias veces Carmen me había dicho que estaba dispuesta a venirse y eso me motivó mucho, pero con el paso del tiempo empecé a sentir el desgaste más que todo emocional.

Al final un día la llamé para decirle la verdad y no volvimos a hablar o a vernos, de eso ya hace un año y medio. No volvería a tener una relación a distancia, pero siempre tendré los recuerdos de cuando Carmen me entregó su virginidad anal en Alcalá de Henares y de lo bien que la pasé con ella, me hizo muy feliz por un tiempo. Siempre tendrás un lugar especial en mi Carmen.