Alberto..¿gay,embustero, o vividor? tu juzgalo 3

Alberto,de 18 años,alto,moreno,bien marcado,con su miemblo virgen y descomunal,Martin esta desesperado sin poder tocarlo, ambos jovencitos,ambos ardientes,ambos chocarán.

Alberto y Martin entran al servicio de baño, Alberto abre la llave del agua, una tina de baño está ahí, luce genial, sin embargo Alberto la ignora, ya que no sabe cómo usarla, además, por los brazos inmovilizados de Martin , no sería buena idea, Martin está completamente desnudo, Alberto en bóxer, justo a la espalda de Martin, esperando que el agua se torne templada, no puede evitar ver la espalda de Martin, espalda fibrosa, marcada, de manera natural baja la mirada a las piernas, son gruesas, y atléticas, sin mucho vello, entonces dirige la mirada a las nalgas, le sorprende verlas totalmente lampiñas, de un color blanco pero bronceado, y queda algo asombrado, ya que si El no supiera que ese trasero es de Martin, fácil lo confundiría con un trasero de una muchachita , aunque realmente El jamás ha visto a una chica desnuda,

— ¡Jamás imagine que bañarse se convirtiera en toda una proeza en la vida! —Comento Martin—. Pero ahora valoro el estar completo aunque solo.

—Hombre, no te pongas nostálgico, solo es un baño, —enseguida Alberto le acomodo en los brazos las bolsas de plástico protectoras para evitar se mojaran los mismos.

Alberto detrás de Martin, comenzó la parte difícil; abrió el frasco de jabón líquido y comenzó a pasar la esponja con jabón, en la espalda de Martin, este, se estremeció al sentir el contacto, — ¿esta fría el agua? —Preguntó sonriente Alberto—.   ¿Si gustas le subo a la caliente? —para ese momento ya ambos estaban mojados, Alberto veía como esa espuma de jabón comenzaba a seguir el camino natural hacia abajo, el siguió con la mirada adonde corría esa agua, observo las nalgas y las piernas, sin que esto le causara excitación alguna, acaso curiosidad, Martin aun sentía esa descarga eléctrica que se prolongaba aún más, cuando Alberto comenzó a pasar la esponja en las axilas, y después en el cuello, Alberto seguía detrás de Él, ahora se concentró en tallarle a Martin los muslos, se brincó las nalgas, firme pero suavemente tallaba las piernas, bajó hasta los tobillos, se hinco para concentrarse mejor, pasó la esponja en los dedos de los pies, Martin sintió cosquillas y exclamo: —¡vaya! Es divertido esto de que lo bañen a uno, —En un arco reflejo Alberto observa hacia arriba para contestar, y no puede evitar ver desde esa perspectiva, las nalgas totalmente depiladas de Martin, y centra su mirada en ese agujero, sin vellos, totalmente depilado y de color rosado y a la vez oscuro, observó los muslos, con una ligera sorpresa, ya que sintió vagamente que en su interior no había molestia o incomodidad, sino una mezcla de curiosidad y un incipiente rubor en sus mejillas al reconocer que en medio de esa mezcla de emociones había también algo de excitación, hasta ahora inimaginable, de inmediato bajó la mirada y le sonrió a Martin y le dijo; —veras que vas a quedar más blanco de lo que ya eres.

Alberto se levantó y continuo su labor, ahora si, regreso a las nalgas, comenzó a tallarlas suavemente con movimientos circulares, Martin al sentir este contacto, se estremeció, una corriente eléctrica lo recorrió desde el cuello, hasta justo donde termina la espina dorsal, Alberto continuaba su labor, más que tallar, trataba de que sus manos no entraran en contacto con la piel directamente, ya que así sentía que no estaba faltando a nada que pudiera hacerlo sentir incomodo, sin embargo, atreves de la esponja era perceptible que las nalgas estaban duras y firmes y que a cada tallada estas mantenían su misma forma.

Martin en cierto modo, disfrutaba esas talladas, que más bien El sentía como masaje, entonces Alberto le dijo, — gírate, aún falta terminar el frente, —Martin se giró, ante Alberto quedo ese cuerpo totalmente estético, trabajado y marcado, que a pesar de tener ambos brazos inmovilizados, no dejaba de ser atractivo, Alberto empezó a tallar el pecho, lo hacía delicadamente evitando tocar los brazos, después el ombligo y de ahí bajó a los muslos, Martin sonrió y le dijo, —vale lo de en medio puedes brincártelo, no es necesario, —Alberto sonrió también y le dijo;— no te preocupes no tienes algo diferente a lo que mis hermanos o yo tenemos.

Alberto paso la esponja en los testículos de Martin, metió la esponja justo debajo y no pudo evitar de manera natural pasar el dedo índice justo ahí en la entrada del agujero, Martin se estremeció y su Pene dio un respingo, Alberto no lo percibió y continuo su labor, —Listo —exclamó— has quedado como nuevo.

Alberto y Martin regresaron a la habitación, Martin está ahí de pie, Alberto comienza a secarlo con la toalla, de nuevo le pasa las manos por todo el cuerpo, Martin siente esas manos, y ve esos antebrazos de color oscuro y fuertes, una vena recorre el bícep y observa que el bóxer totalmente mojado deja ver en todo su esplendor un bulto grueso y un mata de pelitos negros del ombligo se pierden en ese bóxer azul, los muslos de Alberto son fuertes y marcados, esas horas de jugar futbol en su pueblo han ayudado a que luzcan así, los brazos fuertes y marcados, gracias al trabajo rudo y pesado en el campo, le pone de nuevo una bermuda a Martin y retira las bolsas protectoras de la humedad en los brazos, y acto seguido le dice a Martin que se bañará porque falta le hace, Martin sonríe y le dice — vale, aquí te espero, no iré a ningún lado, —sonríe  juguetonamente.

Justo cuando Alberto se gira, Martin observa rápidamente esa espalda morena y poderosa, y un trasero bien delineado y viril se deja ver en ese bóxer mojado,

Alberto entra al baño, se quita el bóxer, comienza a tallarse el cuerpo, casi 3 días sin bañarse, así también recuerda que lleva los mismos días sin jalársela, y siente un respingo en esa verga que ahora a solas ha comenzado a coger tamaño, se empieza a erectar , hacia la derecha ligeramente, es una verga poderosa de unos 19 centímetros Morena no circuncidada, que se ensancha justo en el medio del tronco y la hace verse temible, unos testículos grandes y oscuros, rodeados de dos muslos marcados y duros, un espectáculo, y lo mejor; jamás han tocado a una mujer aun, menos a un hombre, Alberto termina de bañarse, entra a la habitación, la toalla le cubre su entrepierna, pero aun así, Martin repara en ese bulto que se nota, Alberto recuerda que no tiene ropa de cambio, entonces Martin le dice que coja un pantalón de los que él tiene, Alberto se quita la toalla, un vello miembro, grueso, oscuro y con capuchón, cuelga imponentemente de esa entrepierna, se pone rápidamente el pantalón que Martin le ha indicado, lo mismo la playera, ambas prendas le han quedado algo justas, ya que es más alto que Martin, ambos sonríen.

Ya es tarde, más de las diez de la noche, Martin ha tomado sus medicamentos, Alberto le ha dado en la boca las pastillas y le ha proporcionado agua, la cercanía con Alberto ha hecho que Martin se sienta protegido y sienta algún afecto familiar, del que adolece hace ya muchos años, Alberto en la nevera encuentra cervezas, con la mirada le pide autorización a Martin para coger una, este le dice, —por favor, coge las que gustes, ni siquiera debes avisarme, para eso están , lástima que yo no pueda acompañarte, —Alberto se toma una cerveza, mientras ambos ven la televisión, Alberto coge un par más y las degusta, Martin se ha desesperado, ya que estar inmovilizado, le produce desesperación, la hora de dormir ha llegado, Alberto lo acompaña al baño, de nuevo, bajarle la bermuda, el miembro apunta a la taza, orina, pero esta vez, una pequeña gota de orina ha mojado los testículos y muslo de Martin, este se desespera, Alberto rápidamente coge papel y procede a limpiarlo, Martin siente como un toque eléctrico, cuando esa mano ha tocado directamente su glande y sus testículos, siente placer, Alberto no repara en eso, solo piensa en que Martin no se desespere o se sienta incomodo, ambos retornan a la cama, Alberto coge su bóxer que ya se ha  secado, se quita el pantalón y se lo pone, se acuesta a un costado de Martin y se queda quieto, Martin tiene la cabeza sobre dos almohadas, desde esa perspectiva, ve el pecho y abdomen de Alberto, cubiertos por esa playera ajustada, más abajo, dentro del bóxer sami húmedo se nota ese bulto enorme, que aun flácido promete demasiado, Alberto se ha quedado dormido, Martin aun no concilia el sueño, no deja de mirar ese espectáculo que está ahí, solo para él.

Alberto después de tres cervezas ha quedado relajado, y olvida por unas horas la labor de estar atento a las necesidades que Martin pudiera tener, además ya es más de la una de la mañana, el sueño es profundo y comienza a soñar, a soñar con esa novia que tiene y que lo ha dejado plantado, su cuerpo reacciona, ese miembro virginal está despertando, se empieza a mover hacia la derecha, comienza a alcanzar un tamaño y un grosor de gran dimensión, al menos 19 centímetros y un grosor de considerable tamaño, ahora queda ese bello miembro totalmente erecto y apuntando hacia la derecha, haciendo una enorme carpa en ese bóxer de algodón, Martin queda sin aliento, las dos piernas de Alberto ligeramente abiertas, los brazos descansan sobre su pecho, el ombligo y aquel camino de vellos, conducen irremediablemente hacia ese mástil inexplorado aun.

En un arco reflejo, Alberto se lleva la mano izquierda a su miembro, lo aprieta fuertemente a la altura del glande, y de nuevo coloca la mano en su pecho, Martin puede ver que el bóxer ha quedado impregnado de líquido pre seminal, totalmente excitado, nota que su miembro también despertó a mil, solo que Alberto sueña con su novia, y el, él está soñando despierto con aquel potente y bello cuerpo a un lado y que  no puede tocar, por dos motivos; ambos motivos de gran peso, sus brazos lesionados e inmovilizados y el otro aún más fuerte, Alberto no es gay.