Alberto la dejó sola en el jacuzzi, continuación
Ella no quería estar sola, pero el placer la va arrastrando
Alberto la dejó sola en el Jacuzzi, continuación
Claudia temblando por la emoción se levantó un poco para ponerle los senos a la altura de la cara y mirándolo a los ojos, llena de lujuria le dijo, bésamelos, me gusta mucho; sabía que ya no había vuelta atrás; todo por culpa de Alberto por dejarla sola…
Ese hombre, quien luego se enteraría que se llamaba Diego, le besó los senos de una manera deliciosa, le chupó los pezones, suave y duro, mientras no dejaba de acariciarle las nalgas, ella seguía moviéndose sobre su pene, a veces, él intentaba introducirlo dentro del tanga, pero rápidamente Claudia se levantaba y lo acomodaba nuevamente entre los dos, aplastándolo con su pubis, era una sensación tan placentera, ambos estaban en un momento muy alto de excitación; Diego le pidió que fueran a un cuarto privado, Claudia le dije que no sin su esposo, él insistía que eso era lo que Alberto quería, que por eso los había dejado solos.
Siguieron tocándose y besándose hasta que llegó una pareja que se metieron el jacuzzi; y en seguida llegaron dos hombres, uno de los cuales era el señor que inicialmente había salido; Claudia se bajó inmediatamente de las piernas de Diego y se acostó quedando bajo del agua para calentarse y cubrir sus senos de los recién llegados; Diego solo se limitó a sentarse junto a ella como si no pasara nada, los dos sujetos empezaron a hablar entre ellos pero en tono alto, para que todos escucharan, la conversación de ellos arrastró a Diego y luego a la pareja, parecía un ambiente tan relajado, como si estuvieran charlando entre amigos en una sala; conversaban sobre otros clubes que conocían y sobre los espectáculos de media noche que algunos ofrecían; Claudia volvió a sentarse cómodamente para participar de la charla; Diego la tomó de los hombros y sin darle importancia empezó a acariciarle los senos a la vista de todos, como si fuera su esposa, Claudia sintió que la excitación subía nuevamente, miraba constantemente a ver si Alberto regresaba; lo imaginaba encerrado con aquella pareja teniendo sexo; nunca había visto a Alberto teniendo sexo con otra mujer, no sabía si sentir celos, rabia o ganas de verlo y disfrutar con él.
Pero Alberto no estaba lejos, él había acompañado un rato a la pareja que lo invitó fuera del jacuzzi, fueron hasta los cuartos privados, pero Alberto se excusó pidiéndoles que si querían más tarde podrían intentarlo, pero con su esposa, a quién únicamente había querido dejarla sola un rato en el jacuzzi; ellos entendieron y quedaron de verse más tarde; Alberto regresó al jacuzzi y los vio cuando Claudia estaba sentada encima del hombre con quien la había dejado; sintió una punzada de excitación imaginando que ya la estaba penetrando, trató de esconderse cerca del baño que daba hacia el Jacuzzi, desde allí los observaba aunque no muy bien; veía como Claudia se movía sobre el hombre de adelante hacia atrás y de arriba abajo, el no dejaba de acariciarle las nalgas y metía la mano dentro de las tiras del tanga, Alberto creía ver que le metía los dedos dentro del ano, aunque era difícil saber, estaba muy excitado, quiso acercarse más cuando llegaron otras personas que ingresaron en el jacuzzi arruinando el momento, Alberto decidió irse a otra parte del Club para dejarlos solos un rato más.
Después de un rato Diego empezó a besarla; a Claudia no le importó que lo hiciera delante de otros extraños, se sentía muy bien, abrió su boca para dejarle entrar, Diego le acarició los pezones, los apretaba mucho, casi hasta el dolor, pero Claudia sentía mucho calor en su entrepierna, llevó su mano hasta el pene de Diego y lo sintió nuevamente muy duro, lo acarició mirándolo con deseo, Diego empezó a decirle cosas al oído; le dijo que le gustaría invitarla algún día a que se vieran fuera del Club, que la llevaría a bailar, que le gustaría que su esposo los viera bailar muy juntos, que ella debería vestirse para él, con una falda muy corta y sin ropa interior para que cuando bailaran pudiera tocarla con mucha libertad, Claudia sonreía con sus palabras y se excitaba imaginando todo lo que le decía; también le dijo que quería que una vez se vieran solos, que el la llevaría a cenar y luego irían a cine para acariciarla debajo de la ropa, que terminaría haciéndolo en el cine, Claudia estaba cada vez más excitada.
Alberto volvió al jacuzzi como media hora después, se dio cuenta que solo quedaba Claudia con Diego y una pareja un poco mayor que cuando él entro en el agua, se salió dejándolos solos a los tres; Alberto se sentó frente a ellos, Claudia se movió dentro del jacuzzi y se paró frente a su esposo, se inclinó para besarlo sensualmente mostrándole todo el trasero a Diego; Alberto le metió la lengua bien adentro de la boca, mientras le cogía el trasero con las dos manos, Claudia estaba super excitada, Alberto le preguntó al oído si ya habían tenido sexo, ella le dijo que casi, que él se llamaba Diego y que cuando la sentó encima quiso penetrarla pero ella no lo dejó; Alberto le dijo que se pasara para el lado de Diego, que él quería ver como lo excitaba; Claudia se metió dentro del agua hasta ubicarse entre las piernas de Diego que seguía sentado, se fue incorporando hasta llegar a la altura del pene que estaba bien grande y duro, lo tomó en su mano, Alberto creyó que le haría sexo oral, pero Claudia siguió subiendo hasta el pecho y luego hasta llegar a la boca, sin soltar el pene; Alberto estaba super excitado viendo el cuerpo de Claudia, se veía estupenda, la espalda desnuda, los senos apretados contra el pecho de Diego, las nalgas apenas cubiertas por un delgado hilo que se le metía entre ellas, Alberto estaba que se corría; Diego la tomó de los brazos y le apretó todo el cuerpo contra él; le empezó a acariciar las nalgas nuevamente y a besarle los senos, Claudia seguía masturbándolo; Alberto se acercó por detrás, tenía una dura erección, acarició la espalda de su esposa y bajo las manos por los costados hasta llegar al tanga y lo bajó, Claudia le dijo que no lo hiciera, pero Alberto continuó y la dejó desnuda entre los brazos de Diego.
Claudia se sintió muy indefensa pero muy caliente, se acercó hacia el cuello de Diego y empezó a besarlo mientras apretaba su espalda, lo acariciaba con pasión, Diego la hizo sentar sobre sus piernas, Claudia esta vez estaba desnuda y trataba de no sentarse, entonces Alberto se acercó y le dijo que ahora volvería a irse, que siguiera excitándolo, que fueran hasta el final, que él quería que disfrutara a solas con Diego, Claudia no quería que la dejara sola otra vez, le insistió para que se quedara, pero Alberto la besó en el cuello y en las orejas, sabía que ese era el punto débil de Claudia y la dejó allí para que terminaran lo que habían empezado.
Claudia miró a Diego, este entendió lo que querían y la llevó a sentarse nuevamente encima de su erección, Claudia se sentó pero ubicó el pene para que solamente la rozara, sintió como se desplazaba , como le abría los labios y le frotaba el clítoris, sintió miedo y pasión, sintió que su vagina pedía a gritos que ese pene tan duro y grueso la penetrara, miró hacia atrás para saber si Alberto estaba allí observando, no vio a nadie, se movió con más vehemencia, Diego la tomó de las nalgas y la subió lo suficiente para que el pene le quedara en buena posición y la soltó, Claudia se dejó caer, no esperaba sentir ese placer, le entró hasta el fondo, Diego levantó la cadera para que sintiera todo su grandeza, Claudia se entregó por completo, abrió la boca para devorar a Diego, quería comérselo a besos, le comió la boca, el cuello lo apretaba contra su pecho y empezó a moverse de una manera desconocida para ella, subía y bajaba sobre él sentía que el orgasmo le llegaba y abriendo la boca se dejó ir, gritó sin importarle donde estaba, grito y siguió gritando cuando vio a Alberto que los miraba con furia y deseo en la mirada.