Alberto la dejó sola en el Jacuzzi
Claudia fue más allá de lo esperado...
Alberto la dejó sola en el Jacuzzi
Casi siempre que entraban en el Club SW, les gusta meterse al jacuzzi antes de cualquier cosa, la idea es aprovechar que al inicio hay poca gente y aún pueden disfrutar del agua mucho más limpia; esta vez estaban una pareja y dos hombres solos; cuando Claudia se despojó de la toalla, quedando únicamente con un pequeño tanga que solo cubría su depilada vulva y dejaba ver sus nalgas completamente; uno de los hombres se puso de pie para darle la mano y ayudarle a bajar el pequeño escalón; Claudia y Alberto le agradecieron el detalle; se sentaron y estuvieron charlando un rato, más con la pareja que estaba al frente de ellos que con el hombre que estaba al lado de Claudia y que no le quitaba la mirada de sus pequeños pero hermosos senos que sobresalían del agua.
Alberto prestaba mucha atención a la mano del hombre que se movió hacia la pierna de Claudia; ella volteó a mirar a Alberto tan pronto sintió la mano del hombre que le acariciaba el muslo; Alberto, sonriendo asintió informándole que estaba al tanto, el hombre al ver la pasividad de Claudia llevó su mano hasta llegar a la entrepierna y acariciarla por encima del tanga; Claudia miraba un poco nerviosa a su esposo y a los demás que estaban en el jacuzzi, pero cada cual estaba en lo suyo; el señor que estaba con su pareja sentados justo al frente de ellos paseaba la miraba de Alberto a Claudia y luego a la mano que la acariciaba; luego volvía a pasear su mirada como indicándoles que le gustaba lo que veía, mientras acariciaba los senos de la mujer a su lado; Claudia se empezó a excitar un poco y se dio cuenta que Alberto tenía una erección; con mucha lentitud llevó su mano y le acaricio el pene, Alberto se acercó y le dio un beso muy ardiente y luego al oído le dijo que tocara al hombre que a su lado la tocaba. Claudia lo miró interrogativa, como confirmando lo que le estaba pidiendo, Alberto asintió para que lo hiciera, Claudia volteo a ver al hombre que tocaba la parte superior de sus muslos y toda su vulva; se acercó y puso la cabeza cerca del hombro de él, y suavemente llevó su mano a la pierna del hombre, este al sentir la mano de Claudia acercó su rostro para besarla, Claudia volteó la cara impidiéndole que la besara en la boca, pero quedándose cerca para que le besara el cuello.
El cuarto hombre en el jacuzzi, al sentirse solo y distante, se salió mostrando una erección que no pasó desapercibida; Claudia lo miró detenidamente, ese hombre tenía un pene muy pequeño, estaba duro y muy gordo, volteó a mirar a su esposo haciendo un gesto con los ojos de admiración; mientras tanto el hombre a su lado le besaba el cuello y le chupaba la oreja, eso a Claudia la excitó más, llevó su mano hasta el pene del sujeto, lo tenía levemente en erección, parecía ser de buen tamaño, lo tomó suavemente y empezó a recorrerlo para excitarlo más; mientras tanto el hombre le metió la mano por debajo del tanga y le tocó los labios y el clítoris directamente, con la otra mano la rodeó por los hombros y la atrajo más hacia él; Claudia se acercó y sintió como le metía un dedo en su vagina, eso hizo que apretara fuerte el pene del hombre logrando que se endureciera más.
Alberto no perdía detalle de lo que pasaba a su lado con su esposa, mientras miraba a la pareja del frente; estaba con una tremenda erección; la mujer lo miró detenidamente, observó su pene bajo el agua y sonriendo le envió un silencioso beso desde la distancia; Alberto también le sonrió y se acarició suavemente su dura erección; el hombre que acariciaba los senos de la dama, le hizo una señal con el dedo indicándole los cuartos privados y con los ojos le preguntaba si quería acompañarlos; Alberto asintió y acercándose a su esposa le dijo al oído: ya vengo, quédate y disfruta; Claudia lo miró, negándole con la cabeza, ella no quería quedarse sola con ese hombre, pero Alberto la besó tan tiernamente y mirándola con ojos muy brillantes le dijo que lo gozara, que luego le contara todo y así lo disfrutarían más; se levantó y se fue con esa pareja.
Claudia estaba muy temerosa, cualquier cosa podía pasar, ella estaba muy excitada, el hombre tenía el pene tan duro y le acariciaba toda la vagina y su esposo se marchaba dejándola sola en ese jacuzzi de agua muy caliente que solo incrementaba más su placer; volteó a mirar al hombre con el que quedaron solos en el jacuzzi; este aprovechó el desconcierto de Claudia e inclinándose empezó a besarle los senos mientras seguía tocando su vagina y metiendo otro dedo; Claudia estaba cada vez más excitada, llevó su mano hacia los testículos y los apretó, luego siguió masturbándolo con mucha dedicación, quería que él se excitara tanto como estaba ella; el hombre se acercó nuevamente al cuello de ella, la besó y le acarició con la lengua las orejas; le preguntó al oído: ¿Vamos a un cuarto?; No, quedémonos aquí que está muy rico, le dijo Claudia.
Él tomó el tanga para bajárselo, pero Claudia no se lo permitió, le dijo al oído:, No, solo bésame más; esa invitación no era para dejarla pasar, el hombre le empezó a besar con más pasión los senos, le apretaba con sus labios los pezones, pasaba de uno al otro rápidamente, su mano seguía en su vagina, ahora le metió otro dedo más, Claudia estaba a punto de explotar, su respiración se hizo más agitada y el hombre aprovechó el momento de tanta excitación; tomándola de la cintura la levantó y la sentó sobre sus piernas, Claudia se asustó, miró a todos lados por si alguien estaba observando, no había nadie, se dejó caer y sintió como el pene quedaba atrapado entre su tanga y el abdomen de él, comenzó a moverse, rozando su húmeda vagina contra ese pene que estaba muy erecto, el hombre le empezó a acariciar las nalgas, estaban totalmente descubiertas, el hilo del tanga estaba muy corrido y a media nalga por lo que podía tocarla muy bien, Claudia temblando por la emoción se levantó un poco para ponerle los senos a la altura de la cara y mirándolo a los ojos, llena de lujuria le dijo, bésamelos, me gusta mucho; sabía que ya no había vuelta atrás; todo por culpa de Alberto por dejarla sola…